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5 23/02/17
El Calórico.
La teoría del calórico fue un modelo con el cual se explicaron, durante un tiempo
bastante prolongado, las características y comportamientos físicos del calor. La
teoría explica el calor como un fluido hipotético, el calórico, que impregnaría la
materia y sería responsable de su calor.
El calórico se haría visible en las llamas, que estarían formadas en su mayor parte
por dicho calórico desprendiéndose de los cuerpos. Las distintas sustancias
presentarían distintas solubilidades para el calórico, lo que explicaría su distinto
calor específico.
La teoría del calórico fue ampliamente aceptada, ya que incluso explicaba los
experimentos de Joule sobre la equivalencia entre calor y energía, interpretando
que, al frotar un cuerpo, se romperían las vesículas microscópicas que contienen el
calórico, liberando calor. Sin embargo, la teoría fue perdiendo adeptos, al no poder
explicar diversos problemas, como la masa nula del calórico, por lo que fue
abandonada a mediados del siglo XIX.
De esta forma, al introducir más calórico en una sustancia, esta se calentaba, hasta
que finalmente el calórico se desbordaba y fluía en todas direcciones. Al poner en
contacto un objeto caliente con otro frío, el calórico fluía desde el primero al
segundo. Mediante la teoría del calórico se explicaban hechos como la dilatación y
la contracción térmica.
Para dar una razón por la cual una sustancia podía estar en los estados sólido,
líquido y gaseoso, esta teoría se basa en la cantidad de calórico. Para una sustancia
gaseosa, por ejemplo, se decía que poseía gran cantidad de calórico porque poseía
un gran volumen específico, mientras que los sólidos y líquidos contenían menos
calórico y por ello ocupaban menos volumen. Cuando un gas se comprimía, el
calórico quedaba almacenado en un volumen más pequeño, lo que ocasionaba un
crecimiento de la densidad y, por tanto, un aumento de temperatura, al expansionar
el gas, la temperatura disminuía.
Los seguidores de la teoría de calórico argumentaron que el calor por fricción podía
explicarse como una pérdida del fluido calórico, es decir, el rozamiento obligaba al
calórico a salir del material. En 1798 se demostró que ésta explicación no era
correcta, mediante la famosa experiencia realizada durante la fabricación de un
arsenal de cañones en Baviera; como es lógico, el cañón y el taladro se calentaban
y había que estar suministrando constantemente agua fría para refrigerarlos.
Rumford vio que el calórico no se desprendía, por la rotura del metal, y que quizá
no procedía siquiera de este.
Rumford finalmente se convenció de que el calor no era un fluido, sino una forma
de movimiento. A medida que el taladro rozaba contra el metal, su movimiento se
convertía en rápidos y pequeñísimos movimientos de las partículas que constituían
el bronce. Igual daba que el taladro cortara o no el metal; el calor provenía de esos
pequeñísimos y rápidos movimientos de las partículas, y, como es natural, seguía
produciéndose mientras girara el taladro. La producción de calor no tenía nada que
ver con ningún calórico que pudiera haber o dejar de haber en el metal.
En términos formales: AQ, + AQ, = O con donde A y B son dos cuerpos, por ejemplo,
un bloque caliente de metal y una cierta cantidad de agua fría. La ecuación anterior
significa que el calor perdido por A es igual al calor ganado por B, y se cumple
siempre y cuando el sistema formado por los dos cuerpos esté aislado y no haya
cambios químicos ni de estado físico. Obsérvese que el hecho de suponer que Q
es proporcional a T sugiere, como de hecho lo asumieron erróneamente los
seguidores de la teoría del calórico, que el calor es poseído por los cuerpos (Q es
proporcional a T). Formalmente, si escribimos AQ=M,Ce(T, - Ti), entonces, se
puede asumir falsamente QpM,CeT, y Qi = MCeTi como una propiedad del cuerpo.
Black introdujo los términos caloría, capacidad calorífica, calor latente (o calor de
fusión) y calor sensible. La conservación del calórico fue sometida a pruebas
experimentales, entre otros científicos, por Benjamín Thompson, conde de
Rumford (1753- 18 14).
La teoría del calórico sobre el calor continuó siendo prestigiosa incluso cuarenta
años después de realizado el trabajo de Thompson, pero fue gradualmente cayendo
en desuso a medida que eran observados más ejemplos de la no conservación del
calor. Hasta 1840 no floreció la teoría mecánica moderna. Desde su punto de vista,
el calor es otra forma de energía, intercambiable con las diversas formas de energía
mecánica ya discutidas.
A partir de los experimentos realizados durante los siglos XVII y XVIII se fueron
asignando propiedades al calórico:
Bibliografía
● Camelo, F., Rodríguez, J. (2008). Una revisión histórica del concepto de calor:
algunas implicaciones para su aprendizaje. Obtenida el 20 de febrero de 2017,
Tecné, Episteme y Didaxis, página web
http://revistas.pedagogica.edu.co/index.php/TED/article/view/149/94