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Trabajo de campo y reflexión Teológico-Pastoral.

¿Quién es Jesús para usted? ¿Cómo lo nombra, o con que ¿A quién le reza más?
advocación lo invoca? ¿Por qué?
Es el Hijo de Dios que dio la Como Jesús de la Misericordia, A Jesús y a María Santísima.
vida por nosotros. lo nombro como chuchin, el Porque, es nuestro hermano y maestro y a la
Es el centro de mi vida todopoderoso, Señor Jesús Virgen porque intercede con Dios, Jesús y el
Es mi socio, mi amigo Espíritu Santo.
El hijo de Dios Padre, mi Señor Jesús Rey de Reyes Trato de Rezar al Padre al Hijo al Espíritu Santo y
Salvador, el hermano que me a mama María.
ama y me cuida.
Es el Padre, el Hijo, es mi todo, Jesús de la Misericordia A Jesús y a nuestra Madre Santísima María.
el redentor de todo el mundo, A Jesús porque es nuestro padre Celestial en
es el Dios de amor, es nuestro quien confió cada segundo que respiro.
refugio en todo y en cada A María porque es nuestra Madre intercesora con
momento el Hijo y nuestro Padre Jesús.
Jesús es mi Dios, es mi Lo nombro Señor Jesús y lo Al Señor de la Misericordia, pero también a María
Salvador, es el hermano invoco con la advocación de el en su advocación de nuestra Señora de
mayor, el que aboga por Señor de la Misericordia Guadalupe.
nosotros
Es la representación de Dios Jesús mío y Dios mío y Le rezo a María la madre de Dios.
en la Tierra, el que vino a Jesús en ti Confió Porque desde pequeño me transmitieron el amor
Institucionalizar la iglesia, la FE a la Virgen. En especial a la Virgen de Guadalupe.
y el Amor al prójimo

Hay muchas cosas interesantes, que se descubren entorno a cómo se vive la figura
de Jesús en los creyentes a través de imágenes o representaciones. Es recorrer
experiencias de pueblos, de culturas, de sucesos o hechos que marcaron a grupos de
personas o individuos que han transmitido un modo concreto de fe en la persona de
Jesús. Aunque debemos decir que estas expresiones se tornan como un impulso
psicoemocional reflejando miedos, cargas morales, represiones o encogimientos
vitales, tal como lo ha menciona Mardones, provocando una distorsión a la
verdadera imagen cristiana de Dios.

Tenemos que preguntarnos seriamente ¿a cuál Jesús predicamos? ¿Por qué


permitimos la pluralidad de imágenes o advocaciones de Jesús en nuestras
parroquias, capillas sin una verdadera formación teológico-pastoral? Creo que
mucha culpa tenemos los sacerdotes por no esforzarnos en acompañar a nuestra
gente, y en no actuar como buenos pastores guiando a las ovejas a la vivencia en la
confesión de fe en Jesucristo, como nuestro salvador.
En este sentido, Mardones nos indica que el problema de las imágenes
distorsionas de Dios, tiene su raíz en las ideas. Por eso, es importante distinguir en
lo que es nuestra idea y representación de Dios y lo que es Dios.

Necesitamos recordar que cuando hablamos de Dios, utilizamos lenguaje


humano, con todos sus condicionamientos y este punto comúnmente se nos olvida,
de ahí que descortésmente al hablar del misterio de Dios le hemos faltado el respeto.
Esta situación nos lleva a buscar algo concreto. Menciono 4 pasos en mi opinión:

1.- Debemos ser serios a la hora de interpretar


2.- Ser pertinentes en lo que hablamos
3.- Ser lectores competentes, con esa capacidad de reflexionar lo que decimos, y si lo
decimos bien
4.- Saber argumentar, evitando decir disparates.

Considero que esto ayudará a mostrar una sana imagen de Dios, sin incitar al
fanatismo o imágenes perversas que enajenan a la persona, ni creando imágenes que
lleven a la idolatría. Al igual en este punto, y añadiendo un poco más, Mardones nos
menciona que una buena pastoral, una buena catequesis o educación religiosa
propiciará una vivencia sana y positiva de la religión ante una pluralidad de
confesiones de fe que proliferan diversas imágenes de Dios. De ahí que, si es
importante, entorno a esta problemática, considerar un verdadero proceso de
conversión mental y afectiva sobre la imagen de Dios que tenemos.

Por eso, comprendo a Mardones cuando nos dice que tenemos una ardua y
costosa tarea, ¿y cuál es esa tarea? la de matar a nuestros dioses. Dándonos a
entender que no es fácil, porque hay resistencia, oposición, donde se juegan muchos
intereses de diferente índole, pero que es posible transformar todo este fenómeno de
las imágenes de Dios.

Para concluir este tema, me he lanzado a recordar desde mi infancia hasta mi


adolescencia sobre qué imagen de Dios me presentaron y cómo fui creciendo con
ella (recuerdo y me da miedo). Y ahora como sacerdote veo la gran influencia que se
tiene, desde el seno familiar, sobre el tipo de idea que infunden entorno a la imagen
de Dios. Creo que eso ha marcado a muchas personas para bien o para mal.

Ahora tengo la oportunidad en mi diócesis y en la parroquia donde me manden,


de promover una verdadera imagen de Dios, tan distorsionada, confusa e irreal que
muchas personas viven y que en la práctica no experimentan a un Dios que toca la
vida, ni que la cambia, ni la dirige y menos que la lleve a la felicidad. Por eso, nuestra
practica pastoral tiene que lograr ese alcance de aceptar al Dios de Jesús, en nuestra
mente y corazón.

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