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ARTECONCIENCIA

“ESCUELA DE WARISATA”

FACILITADOR: LIC. PROF. IVAR GUAMAN MARCOS

MARZO, 2018
1. INTRODUCCIÓN. -
La cuestión es la reconstitución del pensamiento filosófico productivo educativo de la
Escuela Ayllu, bajo los principios de complementariedad y reciprocidad con la comunidad y
la naturaleza. Las preguntas del problema son: ¿Si existe una tradición del ocultamiento del
aprendizaje productivo por las políticas educativas, las bases filosóficas de la Escuela Ayllu
no están visibilizadas actualmente? ¿El aprendizaje productivo de la Escuela Ayllu se
manifestará como opción para el país?

Existe el ocultamiento de muchas experiencias entre ellas la práctica pedagógica de la


Escuela Ayllu, una educación que favorezca a las mayorías nacionales, es decir, el Estado
Boliviano fundado en 1825, ha seguido las líneas educativas implantadas en el coloniaje.
Un modelo educativo para grupos privilegiados por la corte de España en América.

Ya en la República, el modelo educativo se ha profundizado llegando a un estado


calamitoso y egoísta incluso con la Reforma Educativa de 1994, porque nos impusieron una
educación que respondía a los intereses de las empresas trasnacionales e ideologías
imperialistas, por ejemplo, el empleo en las aulas las estructuras de las “competencias”
cognitivas, que construyen solamente el conocimiento ideal del individuo y se olvidan de las
prácticas en sí de la ciencia, tecnología y la técnica.

No se habla de talleres, de industrias ni mucho menos de trabajo socializado productivo,


como sobrevive en las comunidades indígenas originarias.

2. EL APRENDIZAJE PRODUCTIVO.-

Sin duda es una opción para el país, a través de la reconstitución del pensamiento filosófico
productivo educativa de la Escuela Ayllu de Warisata, porque si no retomamos las huellas
productivas del pasado aymara -quichua, de otras nacionalidades indígena- originarias y la
experiencia de Warisata, estaremos al borde del colapso económico y al filo de la
culminación como cultura y como país.

La Escuela Ayllu de Warisata es un hito de resistencia educativa en la historia de ideas


pedagógicas en Bolivia porque ha iniciado y desarrollado la educación productiva-
comunitaria. La experiencia del aprendizaje productivo de la Escuela Ayllu en Bolivia, tuvo
su expresión más alta en los años 1931 hasta 1940, donde se ha ejercitado el trabajo ligado
no solamente a la economía sino esencialmente a la sabiduría aymara - quichua.

2.1. EL APRENDIZAJE PRODUCTIVO CONSISTÍA EN:


Construir el aprendizaje fructífero en la producción de los alimentos, las vestimentas y el
funcionamiento de las famosas “industrias warisateñas”, talleres de telares para alfombras,
carpintería para muebles, fabricación de tejas, etc. Toda esa experiencia pedagógica fue
primero calumniada, saqueada y luego ocultada. La calumnia consistió en acusar a la
Escuela Ayllu de “comunista” y de “explotador del indio”. El saqueo consistió en la
destrucción total de los talleres.

En fin, fue ocultada la experiencia pedagógica de la Escuela Ayllu para beneficio de la clase
élite gobernante y el mantenimiento de millones de personas de la clase popular indígena
en la ignorancia y la pobreza.

Por eso, la resistencia educativa de la Escuela Ayllu tiene mucha importancia actualmente,
ya sea como respuesta ideológica y la concientización a través de la educación para la
liberación no sólo de las ataduras o miedos de pueblos oprimidos y esclavizados, sino
esencialmente la reconstitución del amor al trabajo socializado y la producción comunitaria.

La responsabilidad productiva tiene raíces en los pensamientos y las prácticas profundas


de la cultura andina a través de las ayudas recíprocas concientes como el Ayni, Minka y
otros. Por ejemplo, el Ayni, “su ser y esencia está en el principio de reciprocidad y
complementariedad. El Ayni es una síntesis de diversidad y unidad, de libertad y necesidad
en vivir comunidad, por eso es particularidad y totalidad.

Es una relacionalidad que recupera la tercera opción lógica, el elemento incluyente como
característica fundamental del pensamiento andino”[ii]. Estas sabidurías han permitido la
transmisión de labores comunitarias en generaciones a través de la educación por el
ejemplo. Así, existe en el país un accionar ético - moral como responsabilidad productiva
en las sabidurías andinas.

En Warisata, los gestores en complementariedad son la educación pragmática y activista


de Elizardo Pérez, orientado por una estructura lógica del monismo, como se basa el
pensamiento griego - europeo, es decir, bajo el modelo individual. Y el aprendizaje
comunitario de Avelino Siñani que en su estructura lógica de conocimiento establece
“nosotros primero y después el yo”.

Dichas formas de vida en complementariedad ha dado una unidad consistente con la


creación de la primera Escuela Indigenal en Bolivia denominada Escuela Ayllu. Por eso, la
Escuela Ayllu de Warisata fue fundada en un medio rural para preparar al indígena y
solucionar el problema; socio-económico y cultural del indígena. Surgió como resistencia
comunitaria - filosófica a varios siglos de explotación colonialista que se ejercía y se ejerce
actualmente contra los pueblos indígenas originarios.

Sin embargo, siempre han entendido los pueblos originarios de los Andes, de dónde
venimos, qué estamos haciendo y adonde vamos, a partir del reconocimiento de sí mismos
como entidad cultural autentica. Sin duda, es existencia desde lo más profundo del ser y
lógica, una forma de vida y de morir con identidad propia, es la visibilización de nuestras
potencialidades para no sólo trascender sino comprender la misión de vida en equilibrio con
la naturaleza.

Por eso, el trabajo pedagógico en la Escuela Ayllu estaba en reciprocidad con la comunidad
y la naturaleza a través de las labores agropecuarias y los talleres, concibiendo así una
“escuela productiva” bajo una trilogía de “estudio, trabajo y producción”. Este hecho nos
muestra que la educación estaba dirigida con una visión trascendental que establecía un
nuevo tipo de relación entre la educación y la producción.

Sorprendiendo, altamente esta pedagogía en esos tiempos en el ámbito nacional e


internacional, cual es la de preparar al estudiante por, en y para la vida con un trabajo
creativo dentro la comunidad. Según la filosofía de los fundadores de la Escuela Ayllu el
nuevo educador debía ser capaz de construir su escuela, equipar, implementar talleres,
fundar núcleos con producción agrícola, organizar asistencia social, impulsar el
mejoramiento del hogar, bilingüe, etc.

Precisamente, orientaron los lineamientos transformadores de la educación hacia el


aprendizaje productivo en la Escuela Ayllu. Actualmente, la educación se caracteriza por
una idealización del “intelectualismo” y la separación perversa del estudio del trabajo en el
sistema nacional educativo; como resultado existen actitudes en la población que
menosprecian el trabajo manual y productivo. Por eso, exhortaba Carlos Salazar Mostajo:

“Los reto públicamente a asumir el papel tal como nosotros lo hicimos, a cumplir con el más
supremo valor la responsabilidad inherente, a sacudirse del marasmo en que ha caído la
profesión de profesor, a imitar las virtudes de la generación de Warisata” Es decir, el “imitar
las virtudes de la generación de Warisata (1931 - 1940)”, es practicar la educación
productiva integral en el ejercicio de la docencia, por cierto, ahora ocurre lo contrario porque
así lo determinaron las políticas educativas imperantes.

Aunque, el plan estatal de 1926 de educación popular de Simón Rodríguez planteaba una
escuela de “artes, oficios y talleres”, pero los habitantes de la capital de Bolivia, Sucre,
tildaron de “loco” a Rodríguez, porque afectaba a los intereses de la clase dominante. En el
Código de la Educación de 1955, se enuncia como base de la educación boliviana, “es
activa, vitalista y de trabajo Pero, en realidad no se ha llevado a cabo en la práctica.

En las bases filosóficas de la reforma educativa (1994) ya no se menciona la educación


productiva. Por lo tanto, revisadas las bases filosóficas de las políticas educativas anteriores
del país, parece que no se han establecido las bases filosóficas de la educación productiva
como políticas educativas del Estado. Como resultado de aquello, la población actual
desprecia al trabajo manual y técnico, valorando el intelectualismo doctoril, militarismo y
sacerdotal cristiano.

Al extremo no sólo de aniquilar la cultura madre de los pueblos originarios, sino exterminar
todo rasgo de economía comunitaria. Eso, ha sido la labor central del modelo neoliberal pro
imperialista de los gobiernos entreguitas de los recursos naturales, asimismo ha afectando
seriamente la sabiduría de los pueblos andinos originarios.

Frente al problema es construir una educación respondiendo a la realidad cultural,


económica, social, y política. En base a las necesidades reales de la población escolar y de
la comunidad como se ha trabajado en la Escuela Ayllu.
2.2. ALUMNOS DE LA ESCUELA DE WARISATA.-
La escuela de Warisata se fue perfilando como distinta a las demás. El edificio que la
albergaba no fue construido siguiendo un molde general de las escuelitas indigenales
bolivianas. No; fue erigido para ser un ambiente de trabajo y aprendizaje, para acciones
distantes de la rutina donde, en medio del silencio andino, se escucha el coro de niños que
repiten una lección. Tampoco iba a ser –no lo fue- un lugar que permanecería vacío en
ciertos días y épocas. En Warisata no había “vacaciones escolares”: se trabajaba todo el
año, en consonancia con el calendario productivo de la comunidad, y las labores no
terminaban pasado el medio día, como se acostumbra en los sistemas escolares, porque
siempre había alumnos y maestros trabajando aun llegada la noche. Esto sucedía porque
Warisata no era solamente una escuela de niños. Allí, junto los pequeños de Jardín (de 4 a
7 años) y los de la sección Elemental (hasta los 10 u 11 años), concurrían los jovencitos de
la sección Vocacional, y, finalmente, escogidos entre los mejores, los de la Profesional, una
de cuyas secciones era la Normal, de la cual egresaron maestros rurales que dejaron huella
en muchos lugares del gélido altiplano boliviano.

Por los años en que existió Warisata, los planes de estudio del sistema boliviano eran
concisos, con rubros más bien generales. Esto permitió que en la escuela se desarrollaran
programas propios ligados a la realidad campesina del norte boliviano, con acciones
ejecutadas muy cerca de la comunidad y con participación de la misma. Un año no era igual
a otro, porque los asuntos cambiaban. Años después, se acusaría a los maestros de
Warisata de no tener una planificación en regla, como lo disponían las autoridades de La
Paz. Muy difícil debió ser para los maestros de Warisata el intento de encasillar en
documentos administrativos lo que se hacía en una verdadera escuela de trabajo, ámbito
donde los aprendizajes escolares se entretejían con las labores de producción agrícola o
artesanal. Una granizada podía hacer que todos abandonaran sus lechos para salvar a
medianoche los almácigos, suceso que sería examinado después para ganar experiencia;
la rotura de un eje podía quebrantar la rutina de producción en un taller y dar lugar a
explicaciones de mecánica; la floración de la quinua, la limpieza de una acequia, el
nacimiento de un ternero, todo podía ser ocasión de aprendizaje, para los comuneros
mayores de manos encallecidas y para los niños y adolescentes, que seguían siendo el
centro de la atención pedagógica
La escuela de Warisata hizo realidad las normas del Estatuto Orgánico de la Educación
Indigenal, aprobado en 1919, que contenía ideas avanzadas para su época; pero las llevó
más allá. No estaba previsto en el Estatuto que Warisata llegaría a tener un personal de 54
personas, conformado no solo por profesores sino también por “maestros” de labores
productivas, músicos, poetas, “curiosos”. Dos escritores puneños y un artista cusqueño se
cuentan entre el personal que laboró en la escuela, a la que llegaron también José Antonio
Encinas y Gamaliel Churata. Tampoco estaba previsto que los comuneros intervendrían en
el gobierno de la escuela, como en efecto sucedió desde que fue conformado un Consejo
de Administración integrado con autoridades comunales, y que actuaba siguiendo las
normas tradicionales para tomar acuerdos y hacerlos cumplir.

La escuela de Warisata pronto se convirtió en el centro de un núcleo conformado con tres


escuelas más, dos unidocentes y una polidocente incompleta, que recibieron su influjo
saludable. Años después, el número de escuelas integrantes del núcleo se elevó a 33. Y
así, con una escuela central y escuelas seccionales en torno, se constituyó un modelo de
organización valioso para el altiplano, donde la dispersión de las poblaciones da lugar a
pequeñas instituciones escolares también dispersas y aisladas. Luis E. Valcárcel –que fue
Ministro de Educación (1945,1946-1947) del Presidente Bustamante- daría después un
gran impulso a los Núcleos Escolares Campesinos, de los cuales puede ser precursor al
núcleo escolar de Warisata.

2.3. LOCAL DE WARISATA AL FINAL DE LA DÉCADA

En un medio social hostil a la educación del indígena, la escuela ayllu no fue vista con
buenos ojos. Se tiene noticia de muchos actos en contra, inspirados por los intereses de
los gamonales y mineros de la época. Por orden de uno de ellos fue destruido el acueducto
antiquísimo; el hermano de Elizardo Pérez, que llevaba en mulas de arriero útiles escolares
para Warisata, fue tomado preso acusado de delincuente; las autoridades de educación de
la capital desaprobaban la gestión pedagógica y administrativa de la escuela; los profesores
fueron acusados por la prensa de conspiración comunista; hasta se decía que Warisata era
causa de la migración de campesinos a las ciudades, puesto que ya conocían otros oficios.
La escuela ayllu resistió nueve años y pudo avanzar mientras contó con algún soporte
gubernamental y con el reconocimiento internacional. El Presidente Germán Bush –el
último en apoyar a Warisata- decretó que el 2 de agosto, aniversario de Warisata, fuera
considerado como el Día del Indio; la ley de Reforma Agraria de 1953 fue promulgada un 2
de agosto, y ese día es ahora, por decisión del gobierno presidido por Evo Morales, Día de
los Pueblos Originarios.

Al margen de los homenajes, mucho es lo que podemos aprender de la experiencia de la


escuela ayllu de Warisata, pero lo más importante tal vez sea esto: La educación rural es
posible en la medida en que tenga perfiles propios y no sea mero calco de la educación
urbana. Para ello se necesita creatividad, compromiso y osadía, calidades que tuvieron los
conductores de Warisata durante los nueve años que la escuela pudo sobrevivir.
No es arriesgado decir que la escuela de Warisata tiene mucho parecido con la Colonia
Gorki, dirigida por Antón Makarenko, la otra gran experiencia de educación ligada al trabajo
productivo. Entre ambas experiencias no hubo –no podía haberlos- vasos comunicantes;
pero lo común entre ambas fue la inserción del trabajo productivo en la educación.

Encinas pasó un mes en Warisata, pocos años después de la publicación de su Ensayo de


escuela nueva en el Perú (Lima, Minerva, 1932). Poco sabemos de esa estadía, salvo que
dictó cursos para maestros, probablemente de sicología del niño, asunto que le preocupaba
mucho.

Es importante señalar que este modelo educativo constituyó un hito histórico importante en
la Educación Boliviana que asimiló aspectos fundamentales de la educación precolombina,
específicamente de la cultura incaica, que se orientaba hacia metas de beneficio
comunitario y colectivo asumiendo tareas determinadas de acuerdo a las edades con el fin
de lograr la productividad.

Esta Escuela de Trabajo se desarrolló bajo los fundamentos bien definidos: en lo político
fue una escuela anti-feudal y anti-imperialista que buscó la liberación de las masas
indígenas de Bolivia en la lucha contra el régimen de la servidumbre.
En lo sociológico se constituyó en una escuela socialista y/o colectivista donde se practicó
el ayni, la mink’a, el tupu, la sayaña, la aynocka.

Como fundamento económico se destaca como una escuela productiva, a través de la


agricultura, la ganadería y los talleres como la carpintería; la alfarería, tejidos y otros que
fueron fuentes de auto sostenimiento; el fundamento pedagógico de este modelo fue una
escuela única, laica y bilingüe.

2.4. El pensamiento de la Escuela Ayllu de Warisata

La cuestión es la reconstitución del pensamiento filosófico productivo educativo de la


Escuela Ayllu, bajo los principios de complementariedad y reciprocidad con la comunidad y
la naturaleza. Las preguntas del problema son: ¿Si existe una tradición del ocultamiento del
aprendizaje productivo por las políticas educativas, las bases filosóficas de la Escuela Ayllu
no están visibilizadas actualmente? ¿El aprendizaje productivo de la Escuela Ayllu se
manifestará como opción para el país?

Existe el ocultamiento de muchas experiencias entre ellas la práctica pedagógica de la


Escuela Ayllu, una educación que favorezca a las mayorías nacionales, es decir, el Estado
Boliviano fundado en 1825, ha seguido las líneas educativas implantadas en el coloniaje.
Un modelo educativo para grupos privilegiados por la corte de España en América.

Ya en la República, el modelo educativo se ha profundizado llegando a un estado


calamitoso y egoísta incluso con la Reforma Educativa de 1994, por que impusieron una
educación que respondía a los intereses de las empresas trasnacionales e ideologías
imperialistas, por ejemplo, el empleo en las aulas las estructuras de las "competencias"
cognitivas, que construyen solamente el conocimiento ideal del individuo y se olvidan de las
prácticas en sí de la ciencia, tecnología y la técnica.

El aprendizaje productivo sin duda es una opción para el país, a través de la reconstitución
del pensamiento filosófico productivo educativa de la Escuela Ayllu de Warisata, porque si
no retomamos las huellas productivas del pasado aymara-quechua, de otras nacionalidades
indígena-originarias, estaremos al borde del colapso económico y al filo de la culminación
como cultura y como país.

Por eso, la resistencia educativa de la Escuela Ayllu tiene mucha importancia actualmente,
ya sea como respuesta ideológica y la concientización a través de la educación para la
liberación no sólo de las ataduras o miedos de pueblos oprimidos y esclavizados, sino
esencialmente la reconstitución del amor al trabajo socializado y la producción comunitaria.
La responsabilidad productiva tiene raíces en los pensamientos y las prácticas profundas
de la cultura andina a través de las ayudas recíprocas conscientes como el Ayni, Minka y
otros.

Estas sabidurías han permitido la transmisión de labores comunitarias en generaciones a


través de la educación por el ejemplo. Así, existe en el país un accionar ético-moral como
responsabilidad productiva en las sabidurías andinas.

Sin embargo, siempre han entendido los pueblos originarios de los Andes, de dónde
venimos, qué estamos haciendo y a donde vamos, a partir del reconocimiento de sí mismos
como entidad cultural autentica. Sin duda, es existencia desde lo más profundo del ser y
lógica, una forma de vida y de morir con identidad propia, es la visibilización de nuestras
potencialidades para no sólo trascender sino comprender la misión de vida en equilibrio con
la naturaleza.

Por eso, el trabajo pedagógico en la Escuela Ayllu estaba en reciprocidad con la comunidad
y la naturaleza a través de las labores agropecuarias y los talleres, concibiendo así una
"escuela productiva" bajo una trilogía de "estudio, trabajo y producción". Este hecho nos
muestra que la educación estaba dirigida con una visión trascendental que establecía un
nuevo tipo de relación entre la educación y la producción.

Sorprendiendo, altamente esta pedagogía en esos tiempos en el ámbito nacional e


internacional, cual es la de preparar al estudiante por, en y para la vida con un trabajo
creativo dentro la comunidad. Según la filosofía de los fundadores de la Escuela Ayllu el
nuevo educador debía ser capaz de construir su escuela, equipar, implementar talleres,
fundar núcleos con producción agrícola, organizar asistencia social, impulsar el
mejoramiento del hogar, bilingüe, etc.

Por lo tanto, la visibilización y la sistematización del pensamiento filosófico educativo


productivo de la Escuela Ayllu y de otras experiencias pedagógicas es base esencial, ahora,
para una convivencia humana liberadora que genere una Revolución Educativa hacia el
aprendizaje productivo-comunitario, tanto para salir de la dependencia y la pobreza como
para la reconstitución del país plurinacional.
Warisata y el desencanto criollo:

2.5. LA COMUNIDAD.-

Es el sustrato de los valores o principios fundamentales del Modelo de Ayllu, también puede
representar a la sociedad, la ciudad o el Municipio.

Fue una época gloriosa y trágica, nació un 2 de agosto de 1931, tuvo un desarrollo
excepcional y fue destruida miserablemente en 1940, por el mismo Ministerio de Educación
que estaba al servicio de la rosca minero feudal de ese entonces.

No me equivocaba al decir que era una Biblia y que Dios me perdone, pero una Biblia para
predicar, llena de sabiduría, amor, entrega y apostolado. Así se rescataría finalmente
“Warisata Escuela-Ayllu” de 1931 a 1940, cuasi una década que parecía irremediablemente
perdida, obnubilada, y sobrepuesta por los falsos brillos de la revolución de 1952.

Es injusto que educadores, historiadores, políticos, indianistas, indigenistas o artistas,


desconozcan por completo el verdadero origen de la revolución del 52.

Porque esa revolución no se hizo de la noche a la mañana. El 52, se había iniciado en 1931,
en Warisata. Lastimosamente de la revolución que irrumpe se apodera la clase media, los
destellos que luce opacan todo lo hecho hasta entonces y lejos de volver la vista 10 años
atrás, se dispara en otro sentido y 50 años más adelante, acaba en una revolución agotada
en sí misma.

No podía ser peor el resultado de esas tierras repartidas como queso, más miserables que
antes, con altos índices de analfabetismo y desnutrición, pese a supuestas leyes de
Reforma Educativa, instalación de miles de escuelitas pobres y asesores pedagógicos.

Bolivia como Estado se debate en el caos, la injusticia social, la corrupción, la crisis de


valores e identidad cultural, la falta de empresas e industrias, la desesperante miseria en el
campo, el aislamiento pasivo de la ciudad, la violencia, la inseguridad ciudadana, el más
altoíndice de mortalidad infantil, la intervención de un imperio, la política neoglobalizadora
de las transnacionales que exacciona capitales y materias primas, males que sin embargo
sucesivos gobiernos en dictadura o democracia, no se han remediado...

3. Conclusión.-
La investigación y la reflexión sobre cómo transponer la crisis del país con la ayuda de la
educación en democracia, impulsa a hablar de acciones importantes en las políticas
educativas del Estado:

a) Reconstruyendo las experiencias pedagógicas del aprendizaje productivo y el trabajo en


comunidad, porque la “educación orientada en y hacia el trabajo constituye una educación
liberadora y emancipadora”[v].

b) Articulando una filosofía de la educación del trabajo creativo socializado - comunitario


que responda a la necesidad de la sociedad plurinacional.

Por lo tanto, la visibilización y la sistematización del pensamiento filosófico educativo


productivo de la Escuela Ayllu y de otras experiencias pedagógicas es base esencial, ahora,
para una convivencia humana liberadora que genere una Revolución Educativa hacia el
aprendizaje productivo - comunitario, tanto para salir de la dependencia y la pobreza como
para la reconstitución del país plurinacional.

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