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Actualmente México está atravesando una profunda transición demográfica: en

2010, la población entre 12 y 29 años de edad representó aproximadamente 32%


(35.8 millones de personas) de la población total. Garantizar a las y los jóvenes el
acceso a servicios de salud, vivienda y educación, así como al empleo digno y a
canales de participación, sienta las bases para que la juventud mexicana sea un
grupo productivo que participe activamente en el aumento de los niveles de
bienestar, inversión y desarrollo en el país.

En este contexto, el objetivo general de realizar un protocolo de investigación para


eveluar: políticas y programas para el desarrollo de la juventud será evaluar la
política y las intervenciones federales y estatales en Jalisco de política pública
enfocadas en la juventud, en cuanto a su pertinencia, cobertura, efectividad y
resultados, respecto de las dimensiones más relevantes para el desarrollo de este
importante grupo poblacional.

Para tal efecto, el Fondo de Población de las Naciones Unidas, realizó un


diagnóstico documental sobre el estado y las necesidades de la juventud
mexicana, y se consultó la información públicamente disponible acerca de varias
decenas de intervenciones públicas –con énfasis en las evaluaciones externas
existentes– bajo una metodología diseñada ex profeso.

La revisión de las intervenciones existentes arrojó, en primer lugar, diversos


hallazgos generales. Se observó, por ejemplo, que seis de cada diez de las
intervenciones analizadas no cuentan con evaluaciones (56.6%); cuatro de cada
diez (37.7%) cuentan con evaluaciones básicas –como evaluaciones en materia
de diseño o desempeño–, y sólo un número muy reducido (5.7%) cuenta con
evaluaciones de impacto. Según lo anterior, se identificó que el término
“programa” es usado por las dependencias federales de forma bastante laxa, ya
que lo mismo se refiere a una intervención con presupuesto asignado en el
Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) –con lineamientos de operación y
evaluaciones anuales públicas–, que a campañas de información aisladas y
únicas, de las que no necesariamente se conoce el presupuesto.

Salud:

La creación y ampliación constante del Seguro Popular ha ayudado a aumentar de


manera significativa la cobertura contra padecimientos de salud: 30% de las y los
jóvenes se beneficia del programa. No obstante, 36% de ellos aún no está afiliado
a ningún sistema de salud. La existencia de sistemas de salud separados e
independientes (el IMSS, ISSSTE, y el Seguro Popular) crea diversas ineficiencias
que dificultan al Estado mexicano atender de manera adecuada los retos en la
materia.
Seguridad Alimentaria:

Uno de cada cuatro jóvenes aún padece inseguridad alimentaria. Las principales
herramientas para atender este problema son el Programa de Apoyo Alimentario y
la Estrategia Integral de Asistencia Alimentaria (EIASA), que incluye al Programa
de Desayunos Escolares. Desafortunadamente, ambos se centran en la población
menor de 15 años. Relacionado con lo anterior, para atender la obesidad, el
sobrepeso y la diabetes, se identificaron intervenciones interesantes como el
Programa de Prevención contra la Obesidad, el Programa de Activación Física en
el Contexto Escolar y la campaña “Un millón de kilos”. Sin embargo, es necesario
modificar los esquemas de atención de la diabetes, privilegiando la prevención, la
detección temprana y el mantenimiento de metas de control.

Adicciones:

Se identificó que el Gobierno Federal destina recursos importantes para los


Centros de Integración Juvenil (CIJ), los cuales son operados por la Secretaría de
Salud. Sin embargo, también es necesario fortalecer el combate a las adicciones
mediante programas que desarrollen habilidades para la vida y la toma de
decisiones asertivas.

Mortalidad

Las principales causas de muerte entre las y los jóvenes son las agresiones y los
accidentes vehiculares. En este sentido, no se identificaron intervenciones
importantes de política pública federal, ni un presupuesto asignado para su
atención

Vivienda:

No se identificó ninguna intervención que atienda de manera específica las


necesidades de las y los jóvenes.

Migración:

El Programa Binacional de Educación Migrante y el Programa de Educación


Básica para Niños y Niñas de Familias Jornaleras Agrícolas Migrantes son dos
esfuerzos para atender la migración desde una perspectiva educativa. Sin
embargo, hacen falta programas que atiendan la migración de jóvenes de manera
integral, enfocándose en cuestiones de salud, vivienda y empleo.

Educación Superior:

Los principales retos identificados son: aumentar los esquemas de becas,


introducir mecanismos de evaluación institucional y docentes, fijar metas claras de
mejora de la calidad educativa y aumentar sustancialmente la rendición de
cuentas en las universidades y los institutos tecnológicos. Por otra parte, se
identificaron programas de becas y financiamiento con lineamientos y
convocatorias claras; intervenciones que trabajan para mejorar la calidad del
profesorado de instituciones de nivel superior, y fondos para el fortalecimiento de
la infraestructura educativa. La mayoría de éstos cuenta con una buena estructura
y con información suficiente sobre su operación y presupuesto.

Participación Ciudadana

La mayoría de las intervenciones identificadas representan esfuerzos acotados en


alcance y cobertura. Lo anterior está íntimamente relacionado con el hecho de que
un porcentaje muy bajo de las y los jóvenes mexicanos participa en asociaciones o
clubes ajenos a sus actividades obligatorias. Una de las pocas intervenciones
identificadas es Dialoguemos Jóvenes y SEGOB.

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