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Un caso emblemático que el gobierno mexicano tiene la obligación de

resolver
El gobierno mexicano ha calificado el caso de Ayotzinapa como “la investigación
penal más exhaustiva de la historia de procuración de justicia en México”. Pero el
caso sigue sin resolverse y la investigación está plagada de irregularidades,
incluyendo evidencias manipuladas o pérdidas y alegaciones del uso de la tortura
para obtener declaraciones. El gobierno mexicano ha dedicado importantes
recursos a la investigación de Ayotzinapa, pero ningún responsable ha sido
sancionado por su participación en los hechos y tampoco han encontrado a los
estudiantes. La falta de resultados después de tanto tiempo plantea dudas sobre
la capacidad y la voluntad del gobierno mexicano para investigar y sancionar a los
responsables en este caso, así como su voluntad de atender en su verdadera
dimensión y profundidad las desapariciones en el país.Un año después de la
salida del GIEI y dos años y medio después de que los estudiantes
desaparecieron, estas son algunas de las respuestas que el gobierno todavía
debe a las familias y las víctimas.

El gobierno se niega a abandonar una “verdad histórica” que ya ha sido


desmentida: El gobierno mexicano se niega a abandonar su teoría oficial del caso
a pesar de las conclusiones del grupo internacional de expertos. En una audiencia
del 17 de marzo de 2017 ante la CIDH, el gobierno mexicano declaró que su única
hipótesis consolidada sobre el caso es que los estudiantes fueron asesinados y
quemados en un basurero por miembros de un grupo de crimen organizado–a
pesar de que esta teoría fue desmentida por el GIEI y varios estudios científicos.
La CIDH consideró muy grave la defensa del gobierno mexicano de su “verdad
histórica” y reiteró que la Comisión ya descartó esta teoría del caso. En su visita a
México, la CIDH expresó su preocupación por las declaraciones públicas de altas
autoridades mexicanas que validan esta hipótesis. Tras la audiencia, el gobierno
mexicano emitió en un comunicado manifestando que agotará “todas las líneas de
investigación posibles” y atenderá las recomendaciones del GIEI. Ahora debe
transformar esas declaraciones en acciones concretas.

Pasos claves pendientes: Realizar esfuerzos serios para localizar a los


estudiantes y sancionar a los responsables de su desaparición forzada: Las
autoridades mexicanas deben continuar la búsqueda de los estudiantes,
incluyendo a través del uso de la tecnología LIDAR. En su visita, la CIDH también
recomendó que el gobierno mexicano creara “una base de datos de fosas que
pueda ser replicada en todas las entidades federativas.” Además, los
investigadores mexicanos deben culminar la telefonía – tanto para conocer lo que
revela sobre el paradero de los estudiantes como para conocer la participación de
diferentes autoridades durante la noche de los ataques en contra de los
estudiantes. Sobre todo, el gobierno mexicano debe respetar los acuerdos que
asume con las familias para la búsqueda de los estudiantes.Asegurar que
funcionarios que actuaron en forma irregular o ilegal durante la investigación del
caso sean sancionados: Dadas las diferencias significativas en el informe interno
final presentado por la Visitaduría General y el proyecto de ex-Visitador Chávez,
las autoridades mexicanas deben realizar una nueva investigación interna sobre
las autoridades que pudieran haber participado en la obstrucción de la justicia.
Además debe indagar sobre las posibles responsabilidades de los funcionarios
que ocultaron al GIEI información clave sobre los antecedentes de casos que
involucran a grupos criminales con presencia en Iguala, como Guerreros Unidos, y
el trasiego de drogas a los Estados Unidos. Las autoridades también deben
investigar los posibles vínculos entre funcionarios mexicanos y grupos de la
delincuencia organizada. Indagar plenamente la hipótesis sobre el tráfico de
drogas: Dado que se han descubierto evidencia adicional de la práctica del uso de
autobuses para el trasiego transnacional de drogas, las autoridades mexicanas
deben comprometerse a investigar de fondo la posibilidad de que el motivo para el
ataque en contra de los estudiantes fuera por su participación no intencional en
una operación de narcotráfico. La Comisión Interamericana considera como
urgente la profundización de esta línea de investigación.

Seguir investigando las responsabilidades de otras autoridades en los hechos:


Aunque se ha identificado la participación de elementos de la policía municipal de
Huitzuco en los ataques contra los estudiantes, el gobierno no ha avanzado en la
investigación de dos agentes de la Policía Federal que estuvieron presentes en
uno de los lugares donde desaparecieron algunos estudiantes y que han sido
señalados por el GIEI y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos por su
presunta responsabilidad en el encubrimiento de los hechos, y tampoco las
responsabilidades de otras fuerzas de seguridad de estatal y federal que
estuvieron presentes durante los hechos.

Resolver con seriedad el grave problema con las desapariciones en el país: El


gobierno mexicano aún no ha adoptado suficientes medidas para asegurar una
búsqueda rápida y coordinada para personas reportadas como desaparecidas ni
para facilitar la identificación de restos y la localización de fosas. El caso de los 43
estudiantes es sólo uno de los más de 30.000 casos de desaparición registrados
oficialmente en México. La principal obligación del gobierno es evitar que las
personas en México sigan desapareciendo a manos de grupos criminales o de
funcionarios públicos y, cuando ello pase, buscarlas inmediatamente y con vida e
investigar a los responsables.

En los últimos meses, se han descubierto en México fosas clandestinas y restos


humanos no identificados en fosas comunes oficiales lo cual evidencia la
necesidad de mejorar las capacidades forenses en México. En un informe especial
sobre desapariciones, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH)
informó que entre 2007 y 2016, se han localizado oficialmente 855 fosas
clandestinas en México. De éstas se han inhumado 1.548 cadáveres, de los
cuales cerca de la mitad han sido identificados. En marzo de 2017, las autoridades
en Veracruz revelaron que se habían descubierto en Veracruz 125 fosas comunes
con 14 mil restos óseos desde agosto de 2016. En los esfuerzos por buscar a los
estudiantes de Aytozinapa, investigadores han encontrado innumerables fosas
comunes en Guerrero. Como parte de su trabajo en el caso de Ayotzinapa, el
Grupo de Expertos abordó la cuestión más amplia de las desapariciones en
México y el GIEI recomendó que el gobierno adoptara un marco legal adecuado
para investigar los casos de desapariciones. El congreso de México tomó un paso
positivo en julio de 2015 cuando reformó la Constitución para otorgar a los
legisladores la competencia para aprobar la legislación aplicable en todo el país
sobre el tema de las desapariciones. El plazo para emitir la ley general de
desapariciones en México venció el 6 de enero de 2016. No obstante, la ley sigue
atorada en el senado mexicano y los comentarios sobre el proyecto de dictamen
actual enviados por el poder ejecutivo representan un retroceso a las propuestas
de las familias de personas desaparecidas, organizaciones civiles y expertos. Los
familiares de personas desaparecidas en México han dado un voto de confianza al
gobierno mexicano para emitir una ley que de una vez por todas termine con las
desapariciones en México. Toca al gobierno mexicano honrar su palabra. Los
legisladores mexicanos deben priorizar la aprobación de una ley integral que tenga
en cuenta las exigencias de las víctimas y los grupos de la sociedad civil.

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