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Cuadernos de I n v e s t i g a ci ó n

Producción política de sujetos


laborales en el nuevo capitalismo:
la figura del emprendedor como
referencia de un nuevo paradigma

Efrén Borges Gómez


Directora: Amparo Serrano Pascual

CI 13/2014
ISSN: 2530-3570

Universidad Complutense de Madrid


Facultad de Ciencias Políticas y Sociología
Índice
1. Introducción.................................................................................................................. 5

2.  Individualización de la cuestión social............................................................................... 10


2.1.  El orden fordista y su crisis ............................................................................................. 11
2.2.  Hacia un orden postfordista: la reorientación del Estado social............................................ 12

3.  Transformaciones productivas y transformaciones ideológicas............................................. 15


3.1.  Hacia un nuevo paradigma organizativo: el modelo de empresa-red y su evolución
hacia el modelo de empresa-ciudadano............................................................................. 15
3.2.  La metáfora de la red como representación del mundo y sus implicaciones
en el mundo del trabajo ................................................................................................... 17
3.3.  Los nuevos mecanismos de control sobre el trabajo: del control externo al autocontrol ......... 22
3.3.1.  Las nuevas formas de control en la empresa-red........................................................... 22
3.3.2.  El caso de la empresa-individuo: hacia el sujeto auto-controlado................................... 23

4.  Una construcción científica del sujeto: el desarrollo de la psicología positiva


y la literatura de autoayuda como código de conducta .......................................................... 25
4.1.  La psicologización del trabajo.......................................................................................... 25
4.2.  La psicología positiva como teoría dominante y su plasmación en la literatura de autoayuda... 26
4.3.  La literatura de autoayuda como manifestación de la psicología de autoayuda:
una guía para el buen sujeto ............................................................................................ 28
4.4.  Un ejemplo de normativización del sujeto: El arte de no amargarse la vida............................ 29
4.4.1.  Propósito del autor y mecanismos narrativos............................................................... 29
4.4.2.  Cómo es y cómo debe ser la sociedad.......................................................................... 30
4.4.3.  Cómo es y cómo debe ser el sujeto............................................................................. 32

5.  Hacia el sujeto emprendedor: un análisis de manuales dirigidos a emprendedores.................. 34


5.1.  Propósito de los autores y mecanismos narrativos.............................................................. 36
5.2.  ¿Emprendedor? ¿Emprender? Qué es el emprendimiento y por qué es un deber ser.............. 37
5.3.  La sociedad emprendedora.............................................................................................. 41
5.3.1.  La clave de la división social: la mentalidad emprendedora ........................................... 41
5.3.2.  La emprendedora como emblema de la sociedad liberal............................................... 43
5.3.3.  La sociedad de los individuos o la sociedad frente al individuo....................................... 44
5.4.  El sujeto emprendedor.................................................................................................... 45
5.4.1.  El emprendedor es joven........................................................................................... 46
5.4.2.  El emprendedor es activo.......................................................................................... 47
5.4.3.  El emprendedor es conformista.................................................................................. 48
5.4.4.  El emprendedor es independiente.............................................................................. 50
5.4.5.  El emprendedor es reputado...................................................................................... 51
5.4.6.  El emprendedor es un líder........................................................................................ 53
5.4.7.  El emprendedor trabaja en equipo.............................................................................. 54
5.4.8.  El emprendedor es un comunicador........................................................................... 55

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5.4.9.  El emprendedor es creativo....................................................................................... 56

6. Conclusiones.................................................................................................................. 58

7.  Referencias bibliográficas ................................................................................................ 64

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1.  Introducción requiere y promueve el nuevo capitalismo. En este
sentido, dada la reciente proliferación a distintos
El actual escenario social presenta la conforma- niveles –institucional, mediático, científico…– de
ción del desempleo como fenómeno estructural, así discursos tendentes a la promoción y difusión de la
como con una progresiva precarización del empleo figura del emprendedor, situaremos a este concepto
existente. A raíz de la así llamada crisis económica, como el que mejor engloba el ethos sobre el que se
las estrategias de los poderes político-económicos configura la prescripción normativa de un nuevo su-
en materia de políticas públicas se orientan a la fle- jeto laboral, o dicho de manera sencilla, el “buen tra-
xibilización del empleo como fórmula de reactiva- bajador”, funcional a un nuevo modelo productivo y
ción económica, al mismo tiempo que se reconoce más ampliamente a un nuevo orden social. Al mismo
públicamente la imposibilidad de, al menos a corto tiempo, ese orden social es igualmente prescrito:
y medio plazo, eliminar ese desempleo estructural. el sujeto emprendedor representaría el modelo de
Si el trabajo asalariado (o su búsqueda) se mantie- sujeto deseable para la realidad del mundo social tal
ne como la actividad central para el conjunto de la cual es, pero también tal cual debería ser.
población, dado que sus condiciones de vida exigen
retribuciones estables y continuas, ¿bajo qué lógicas En definitiva, y a partir del análisis de la noción
discursivas consiguen estas políticas su legitimidad? de emprendedor, abordaremos una doble cuestión
¿cómo logra este orden social su mayor o menor con- analítica: de una parte, plantearemos cuáles son los
sentimiento? Para comenzar a responder estas cues- rasgos ideales de ese nuevo modelo de buen sujeto
tiones se plantea la necesidad de analizar las confi- laboral y a qué nuevos requerimientos éticos y mo-
guraciones ideológicas hegemónicas, entendiendo rales se enfrenta, y de otra, qué modelo de sociedad
que las prácticas institucionales y empresariales son se idealiza y en consecuencia qué prácticas políticas
explicables (y viables) a partir de marcos ideológi- y laborales implícitamente legitima.
cos que posibilitan un cierto consenso, una cierta
aceptación de interpretaciones de la realidad desde Justificación
las que justificar tales prácticas. De manera más ge- En términos generales, nuestro propósito es
neral, el capitalismo como sistema social requiere el de acercarnos analíticamente a un mismo proce-
el compromiso y la movilización de sus actores (al so de reorganización ideológica del sistema capi-
menos de forma mayoritaria) a partir de esquemas de talista que, atendiendo a su justificación, plantea
representación de la realidad más o menos compar- novedades discursivas respecto a un momento so-
tidos que justifiquen ese orden y lo presenten como ciohistórico anterior. Este planteamiento es deudor
justo y deseable. del análisis hecho por Boltanski y Chiapello en El
nuevo espíritu del capitalismo (Boltanski y Chiape-
Por ello, la tarea que pretendemos llevar a cabo llo, 2000), asumiendo que el capitalismo –sistema
es la de analizar las recientes transformaciones ideo- consustancialmente amoral– requiere de justifica-
lógicas que acompañan a las mutaciones en el mun- ciones tendentes a legitimarse frente a los actores
do del trabajo, y más ampliamente del capitalismo que necesita movilizar y comprometer con el pro-
como sistema social, entendiendo que la aparición ceso de acumulación. Ello supone, precisamente
de nuevos paradigmas organizativos y productivos por esa amoralidad que define al capitalismo como
orientados a la acumulación conllevan a su vez nue- sistema, la articulación de sus justificaciones legiti-
vos requerimientos hacia el trabajador inscrito en madoras en un “afuera” del capitalismo, esto es, en
esos paradigmas, esto es, la producción de nuevos argumentaciones y discursos que formen parte del
sujetos laborales. Así, trataremos de describir a qué imaginario social en su amplitud, y que puede in-
exigencias y demandas se enfrenta hoy el trabajador, cluir a sus críticas, integrándolos como elementos
o dicho de otro modo, qué modelo de subjetividad que justifican el proceso de acumulación al tiempo

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ducen estas reformulaciones normativas. Dicho en
que lo auto-limitan (Boltanski y Chiapello, 2000). otros términos, la reconfiguración en la idealización
En este sentido, nuestro objeto de estudio será el del “buen trabajo” requiere a su vez una nueva idea-
concepto de “emprendedor”, al considerar que re- lización de un “buen trabajador”. En consecuencia,
presenta un importante exponente de procesos de para de-construir las características de ese “buen
reformulación normativa que han acompañado a las trabajador” analizaremos el concepto de empren-
mutaciones recientes del modelo económico. Este dedor, considerado como referencial emblemático
concepto, que integraría un nuevo paradigma de de las actuales tendencias de re-configuración ideo-
comprensión y tratamiento de lo social, responde lógica en el nuevo capitalismo. Pero a su vez, esas
a un imaginario social compartido en cierta medida descripciones del trabajo y del trabajador no sólo re-
“pre-existente” que es instrumentalizado por la ló- presentan una justificación de cambios globales en
gica de acumulación de capital para ser funcional a la realidad del trabajo, sino que se “solidifican” en
un determinado sistema de producción. Adoptare- marcos de representación, en nociones y creencias
mos, por tanto, una concepción crítica del concepto mayoritariamente compartidas, y por tanto contri-
de ideología (Thompson, 2002), entendiendo que buyen a producir la realidad social. Así, planteare-
lo que define como “ideológico” a un conjunto de re- mos de forma deductiva que prácticas y políticas po-
presentaciones simbólicas es –independientemente sibilita y legitima la producción de un nuevo sujeto
de la falsedad o no de sus afirmaciones– el hecho de laboral que asimilamos a la figura del emprendedor.
cumplir la función de “establecer y sostener relacio- De este modo, la construcción de subjetividades
nes de dominación social” en un contexto sociohis- funcionales a la realidad cambiante del trabajo sería
tórico concreto (Thompson, 2002: 85). Así, en la consecuencia de las transformaciones profundas del
medida en que esas representaciones ideológicas se capitalismo global, o más concretamente, de nue-
constituyan en hegemónicas, no representarían “un vos modos hegemónicos de entender el trabajo y
simple subterfugio de los dominantes para asegurar- el empleo. Pero al mismo tiempo, la producción de
se el consentimiento de los dominados” (Boltanski subjetividades puede considerarse causa explicativa
y Chiapello, 2002: 46), sino que serían comparti- de la justificación y generalización de cambios en el
das por “la mayoría de las partes implicadas, tanto mundo laboral.
las fuertes como las débiles” (Boltanski y Chiapello,
2002: 46). En este punto, conviene hacer una aclara-
ción conceptual: el concepto de trabajador (y
De manera más concreta, la tarea que pretende- trabajadora, se entiende) que manejamos no se
mos llevar a cabo es la de analizar las recientes trans- reduce al de aquel que se inserta como asalaria-
formaciones ideológicas que acompañan a los cam- do en una relación laboral, sino que incluye a
bios operados en el mundo del trabajo, entendiendo todo trabajador –también a los que se encuentren
que la aparición de nuevos modelos hegemónicos de en una situación de des-empleo–, independien-
“pensar” el trabajo (así, en sentido amplio) conlleva temente de su figura jurídica y de que asuma la
nuevos requerimientos hacia el trabajador inscri- propiedad o gestión de un capital y medios de
to en esos modelos, esto es, la producción política producción propios, siempre que con ello persi-
de nuevos sujetos laborales –la transformación del ga el fin de obtener y garantizar (se) un salario
tiempo del sujeto en tiempo de trabajo y del cuerpo propio. En este sentido, no reducimos la figura
del sujeto en fuerza de trabajo (Foucault, 1999)–. del trabajador a la del asalariado en una relación
Esa labor será, de una parte, descriptiva de procesos empleador/empleado, incluyendo a otras for-
de cambio social, que plantean una nueva construc- mas laborales como el trabajo autónomo dentro
ción normativa del sujeto laboral, pero también in- de esta categoría. De esta forma, consideramos
terpretativa de los modelos de sujeto laboral que in- que el trabajador auto-empleado (tanto si ello se

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debe a su renuncia a aceptar el empleo que el ayuda, normativizando al sujeto autorresponsable –
mercado laboral dispone, como si son las estra- lo cual implica des-responsabilizar al mercado como
tegias de rentabilidad del capital las que desin- agente vulnerabilizador–, e independiente (de lo pú-
centivan la oferta de empleo), aún asumiendo las blico, definido como espacio de dependencia) –con
labores de gestión de su propio empleo y de sus lo que su participación en el mercado (en lo privado,
medios de producción, está vendiendo su fuerza definido como espacio de independencia) va a pasar
de trabajo (y no sólo sus productos o servicios) a concebirse como sinónimo de ciudadanía–.
al mercado1. Así, entendemos que la compleji-
zación del mercado laboral, aún no cuestionan- En segundo lugar, abordaremos una serie de
do la existencia de un régimen salarial, no sólo transformaciones recientes a nivel productivo
multiplica las formas de asalarización, sino que que re-definen los modos ideales de representar
permite formas de autoempleo (y de potenciales la organización del trabajo y a los trabajadores
empleadores) mucho más próximas a la figura inscritos en ella. Con tal objetivo, describiremos
del trabajador que a la del empresario. algunas de las implicaciones que tiene, a la hora
de representar al trabajador, el cuestionamien-
Hemos organizado nuestra elaboración analíti- to del paradigma fordista de producción y la
ca en torno a cuatro puntos. En primer lugar, anali- emergencia de un nuevo modelo, la producción
zaremos una serie de cambios operados en el Estado flexible, que viene constituyéndose en el típico
social, tendentes a una reorientación de sus políticas de una sociedad postfordista2, y que plantea un
públicas en materia de empleo y protección social, y nuevo modelo ideal de organizar la producción
que se enmarcan en un proceso de individualización que podemos denominar empresa-red. Al mismo
de la cuestión social. Así, a través de la problemati- tiempo, para analizar las tendencias actuales de
zación que las sociedades hacen del empleo, se defi- ese cambio en la idealización organizativa del
ne un sujeto legítimo susceptible de ayuda pública, trabajo nos dirigiremos a identificar las bases
lo que implica una normativización del “buen su- normativas de un nuevo paradigma, que repre-
jeto” frente al empleo que, en la actualidad, estaría senta una profundización de la crítica al paradig-
sometida a su reformulación. Para su análisis, des- ma fordista, y que denominaremos paradigma de
cribiremos en primer lugar, brevemente, los rasgos empresa-ciudadano: si el trabajo tiende a consti-
fundamentales que sustentaban la cohesión social en tuirse como imperativo moral de ciudadanía, ello
un orden fordista, así como las causas de su crisis de implica tácitamente asumir al individuo como
legitimidad. A continuación, y a partir de la crisis del “unidad productiva”. En el desarrollo de este
Estado social fordista como paradigma de interven- segundo apartado vamos a explicitar las princi-
ción pública, analizaremos la progresiva individuali- pales implicaciones que tiene la generalización
zación a la hora de definir los marcos de intervención de la metáfora de la red en el mundo del trabajo,
pública, tendentes a una autorresponsabilización planteando nuevas exigencias y demandas al tra-
del sujeto susceptible de ayuda. De esta forma, va bajador que no se limitan a aptitudes y requisitos
a producirse un desplazamiento conceptual de la técnicos, sino que remiten a una nueva ética del
ayuda pública, que, en términos generales, pasa de trabajo que requiere la movilización de dimen-
una orientación universal a una condicionada. En siones psicosociales –de tipo emocional y mo-
síntesis, la reorientación de la intervención del Esta- ral– como factores productivos. En este sentido,
do social va a ir re-definiendo al sujeto merecedor de la manera en que se entiende la producción, a

2  Al definirla como post fordista procuramos evitar el de-


1  No abordamos aquí la cuestión del “falso autónomo”, bate acerca del tipo de sociedad en que nos encontramos,
que cuestiona aún más la supuesta división entre traba- constatando únicamente el cuestionamiento profundo de
jadores autónomos y asalariados. los rasgos que definen un orden social fordista.

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partir de la forma idealizada de la red, pre-supo- pleo. Esa normativización a la que los individuos
ne en la actividad de trabajo una serie de compe- deben responder para incluirse en la producción y
tencias personales además de profesionales –en en el empleo, genera colectivos de (legítimamente)
oposición a una idealización fordista del trabajo, incluidos y excluidos. De esta forma, a través de la
en la que lo personal se constituye como factor figura del emprendedor trataremos de acceder a una
improductivo–, que constituyen una determina- definición del sujeto referencial que en buena medi-
da norma de “buen trabajador”. A continuación, da recoge una norma de inclusión.
analizaremos como, a partir de esa redefinición
de la organización ideal del trabajo, se transfor- Pero al mismo tiempo, esa producción del buen
man también los modos de control organizacio- sujeto laboral –para el cual tomamos como refe-
nal sobre el trabajador, desarrollándose lógicas rencia al emprendedor–, tiene su correlato en una
de control orientadas a su auto-disciplinamiento producción científica del buen sujeto en sentido
(Revilla y Tovar, 2011), que si bien no sustitui- amplio. Precisamente, la primera parte del tercer
rían por completo a las lógicas de control más punto de nuestro trabajo consistirá en describir la
“clásicas”, sí convivirían y se complementarían construcción hecha del sujeto por parte de la psico-
con ellas. Estas nuevas formas de control, al des- logía positiva, a través de la cual se naturaliza y nor-
plazar su lógica disciplinaria desde la vigilancia mativiza una estructura psicológica del sujeto que se
más o menos directa hacia la “confianza” en el enmarca en una construcción histórica y sociológica
auto-control del trabajador, implican una norma- (Elías, 1993). En primer lugar, y de manera breve,
tivización que garantice su acción en un sentido describiremos como la piscología, coherentemente
coherente a los objetivos de la producción. Así, a las transformaciones recientes del mundo del tra-
para describir las nuevas formas de control au- bajo –que ya habremos descrito–, irá adquiriendo
to-disciplinario, plantearemos una comparativa una creciente importancia en las teorías de gestión
entre las formas de control organizacional ca- empresarial, contribuyendo a construir discursos
racterísticas de una “empresa-red” y las propias psicologizantes en el mundo del trabajo. A conti-
del autoempleo (o “empresa-individuo”), que nuación, analizaremos la psicología positiva como
representa una forma organizacional idealizada una de las tendencias dominantes de la psicología
del paradigma de empresa-ciudadano (y supues- de mayor influencia en la producción científica
tamente libre de todo control organizacional). del buen sujeto, promoviendo y naturalizando una
caracterización ideal que, como veremos, es cohe-
A partir de estos dos primeros apartados, por rente y funcional a la del buen sujeto laboral. Así,
tanto, trataremos de describir un mismo proceso describiremos los principios básicos de esta teoría
de normativización de un nuevo sujeto laboral que científica, que remiten a la auto-construcción de
identificamos con la noción de emprendedor. Así, subjetividades auto-suficientes y orientadas a la au-
tal y como plantea Foucault, el capitalismo requie- to-satisfacción. Además, plantearemos como la lite-
re de instituciones que “fijen” a los individuos en ratura de autoayuda constituye una de las formas de
el sistema productivo, para lo cual se crean meca- divulgación y popularización de las tendencias más
nismos de inclusión para quienes se adaptan a una importantes de la psicología, y por tanto también de
“normalidad” normativa, mientras que se excluye la psicología positiva.
al resto (Foucault, 1999). En términos generales,
diremos que los sistemas productivos requieren de Tal y como hemos descrito, en los primeros
sujetos productores que se adapten a unas normas apartados de nuestra reflexión aludimos a un triple
de producción determinadas, del mismo modo que proceso de cambio –transformaciones en el Estado,
los regímenes de empleo requieren de sujetos em- transformaciones en el centro de trabajo, transfor-
pleables que se adapten a una cierta norma de em- maciones en la ciencia– que redefine la manera en

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que se entiende el trabajador, el trabajo, y la socie- sociedades, esa propuesta no es axiológicamente
dad misma. Así, los nuevos rasgos ideológicos del neutra, ya que “no hay poder que no le deba una
capitalismo que tratamos de poner de manifiesto parte importante de su eficacia al desconocimiento
–resaltándolos– se enraízan en procesos socio-his- de los mecanismos que lo fundamentan.” (Bourdieu,
tóricos de largo plazo –que no son, en definición de 2011).
Elías, ni planificados “racionalmente” ni fruto de la
“irracionalidad” (Elías, 1993)–. En este sentido, el Dentro del tercer apartado de nuestro trabajo
hecho de analizar procesos de cambio social plantea (como ejemplificación práctica de los principios de
la dificultad de estudiar como realidades materiales la psicología positiva) y en un cuarto y último punto
lo que son tendencias, más o menos emergentes, (en el que analizaremos más directamente la figura
de transformación social. De este modo, si nuestra del emprendedor), analizaremos una serie de libros
perspectiva analítica se orienta al estudio de un nue- de autoayuda como apuesta metodológica que nos
vo modelo paradigmático –de trabajador, de trabajo, permita acceder a los fundamentos normativos a par-
de sociedad– que se induce del reciente énfasis hacia tir de los que se construye el nuevo sujeto laboral.
el emprendimiento, ello no omite el reconocimiento En primer lugar, analizaremos un libro de autoayuda
de su coexistencia –en una relación contradictoria– de publicación reciente, El arte de no amargarse la
con otras construcciones discursivas. Sin embargo, vida (Santandreu, 2011). El criterio para la selec-
consideramos que la figura del emprendedor mani- ción de esta obra ha sido el hecho de constituir un
fiesta algunas de las claves y pilares en torno a las ejemplo emblemático de una guía de acción al sujeto
cuales se está articulando un nuevo modelo de co- desde la perspectiva de la psicología positiva, diri-
hesión social. gida a un lector universal. En este sentido, nuestro
análisis no se vinculará al potencial de difusión de
Tras una primera parte de nuestra reflexión más este libro en concreto, sino a su utilidad como ejem-
teórica, a partir de un libro de autoayuda primero, plificación práctica de los principios básicos de este
y de tres manuales dirigidos a emprendedores des- tipo de discursos. Así, a través de una caracteriza-
pués, centraremos nuestro análisis en el discurso ción del modelo de sujeto (y del modelo de sociedad
como producto materialmente observable, dirigido en que se inscribe) prescrito por el autor, trataremos
al conjunto de individuos, y en nuestro caso más de inferir implicaciones que la aplicación de ese mo-
concreto, al conjunto de (nuevos) trabajadores. Ello delo tendría en el ámbito laboral.
no significa obviar que las producciones discursivas
sean el resultado de un juego de fuerzas políticas Por último, y en segundo lugar, abordaremos
entre actores sociales contrapuestos que “pugnan” más directamente la figura del emprendedor, anali-
por definir la realidad social en un sentido (cómo se zando varios manuales dirigidos a emprendedores
“produce” el discurso); ni asumir que los discursos de los que vamos a inferir una serie de rasgos ca-
sean asimilados de forma pasiva por sus receptores, racterísticos de la noción (dominante) de empren-
bien al contrario, éstos reciben siempre una respues- dedor, para plantear a su vez qué nuevas exigencias
ta –ya sea de aceptación, rechazo, distanciamiento o y demandas plantea al trabajador y qué prácticas y
reformulación– que redefinen su sentido (cómo se políticas potencialmente legitima. Con este propó-
“recibe” el discurso y cómo se “resiste” ante él). En sito, hemos seleccionado tres obras de tres autores
síntesis, y desde nuestra modesta posición, aspira- diferentes: Gente emprendedora, gente de calidad:
mos, en alguna medida, a des-velar discursos hege- Bienvenidos a la revolución empendedora (Berme-
mónicos de la práctica social, de tipo ideológico por jo, 2013), Está todo por hacer: Cuando el mundo se
más que se difundan (y asimilen) de modo des-ideo- derrumbe, hazte emprendedor (García-Milà, 2011)
logizado. Desde ese momento, al tratar de acer- y Hoja de ruta para emprendedores: Crear una em-
carnos al ejercicio del poder simbólico de nuestras presa en tiempos difíciles (Medina, 2012). Entre los

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límites de esta propuesta metodológica, se encuen- nuestro caso, por todo trabajador, independiente-
tra la necesidad de una selección bibliográfica más mente de su posición respecto al mercado de traba-
amplia de manuales dirigidos a emprendedores para jo. Posteriormente, desarrollaremos la cuestión de
que nuestra idealización pudiese tener un carácter qué modelo de sociedad subyace a estos discursos
universalizable. Al contrario, nuestra aspiración se y a qué modelo de sujeto ideal remite. Por tanto,
limita a la de aportar un acercamiento analítico a la describiremos las principales características de un
figura del emprendedor y a algunas de sus impli- modelo de sociedad (la “buena sociedad”) que, más
caciones. Por ello, el criterio de selección de estos o menos implícitamente, se infiere de los manuales
manuales obedece fundamentalmente a su reciente analizados. A continuación, desarrollaremos más es-
publicación y a su orientación a la divulgación. De pecíficamente las distintas dimensiones de la noción
esta forma, no hay una necesaria similitud en las te- de emprendedor, construyendo una idealización del
máticas específicas que desarrolla cada autor –más modelo de sujeto que se prescribe (el “buen traba-
bien al contrario, en cada libro se desarrollan unos u jador”). Al mismo tiempo, iremos apuntando algu-
otros ámbitos del emprendimiento–, sino que nues- nas implicaciones políticas y empresariales que se
tra selección se sustenta en el único requisito de que derivan de esta doble idealización normativa y que
aborden de manera general el emprendimiento, sir- podría servir de justificación y legitimación de prác-
viendo de guía de acción a un lector universal. En ticas concretas.
este sentido, la diversidad de las temáticas, e incluso
perspectivas, que existan entre las obras no resulta-
rá un inconveniente a nuestro propósito, sino más 2.  Individualización de la cuestión social
bien una mayor amplitud del objeto de estudio, ya
que vamos a analizar dichas obras a la manera de un Las políticas sociales pueden entenderse como
corpus común, entendiendo que responden a un la respuesta de los poderes públicos a los problemas
mismo marco referencial –y asumiendo sus contra- que una sociedad define como centrales, y que por
dicciones internas como contradicciones propias de tanto institucionalizan la cuestión social (Serrano
toda elaboración discursiva–. Al mismo tiempo, al y Fernández, 2013). De esta forma, la intervención
estar dirigida al conjunto de los individuos, la ape- pública en materia de protección social implica una
lación a subjetividades emprendedoras que inducen decisión de la colectividad de ayudar a una parte de
estos discursos nos permite establecer como princi- ella para garantizar su cohesión. Esto es, la colecti-
pal receptor al trabajador. De este modo, la selec- vidad –representada con mayor o menor legitimidad
ción de manuales no-técnicos nos permite, a su vez, por el Estado– selecciona y define a sujetos merece-
estudiar sus afirmaciones ideológicas en su forma dores de ayuda. En su caso, el modo en el que el Es-
más simplificada, como vulgarización de los mode- tado interviene para combatir el desempleo no sólo
los normativos que tratamos de analizar (Boltanski se traduce en programas prácticos de intervención
y Chiapello, 2002). Dentro de este último aparta- sino que definen la manera en que se entiende y juz-
do, describiremos en primer lugar los mecanismos ga el desempleo y a los sujetos sin empleo (Serrano y
y propósitos narrativos de los autores, definiendo a Martín, 2012). Ello requiere interpretar la realidad
su vez el concepto de emprendedor y de emprendi- social –o mejor, interpretar-se como colectividad,
miento que utilizan. En este sentido, abordamos la si entendemos que es la misma colectividad la que
figura del emprendedor no como una figura laboral interviene sobre una parte de sí misma– y problema-
determinada –el autoempleado, o determinado mo- tizarla –problematizar-se–, pero además, exige un
delo de autoempleado–, sino de manera más amplia: juicio moral sobre el receptor como pre-requisito
como una nueva ética del trabajo que trasciende para la intervención. La ayuda se otorga entonces
una forma de empleo determinada, y por lo tanto con un efecto normativizador: en tanto a través de la
susceptible de ser adoptada por todo individuo, en ayuda pública se garantiza la inclusión en la sociedad

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de sujetos vulnerables o potencialmente excluidos, Ello significa una tendencia universalista
se garantiza su inclusión en una norma social, “nor- a la extensión de la protección social, que por
malizando” sujetos en el sentido que le da Foucault tanto desplaza el juicio moral en torno al desem-
(Foucault, 1999). pleo desde el desempleado (o más ampliamen-
te desde el sujeto vulnerable3) hacia el mercado
2.1.  El orden fordista y su crisis como mecanismo generador de empleo (o más
Para analizar este proceso, partiremos de un ampliamente como mecanismo generador de se-
breve análisis del cuestionamiento del Estado social guridad).
como fundamento de un orden social fordista, lo que
va a implicar una individualización de la cuestión so- A través del sistema de seguro obligatorio, el
cial y una reorientación de las políticas públicas de Estado pasó a asegurar la protección a quienes sus
empleo y más ampliamente de protección social. bienes de partida no podían proporcionársela. Así,
la propiedad privada –o en términos más generales,
Desde finales del siglo XIX, va a desarrollarse el sistema de acumulación capitalista– no se cuestio-
el Estado social, lo que supone la introducción de naba, pero se vinculaba a una obligada aportación
un actor mediador entre los discursos contrapues- a la solidaridad con el conjunto de la sociedad. Por
tos del capital y el trabajo. Ello significa la creación otra parte, esa solidaridad consolidaba la cohesión
de un espacio de mediación entre actores sociales social a través de posibilitar la pertenencia social
en posiciones sociales diferentes cuya relación se al conjunto de los asalariados, garantizándole una
asume inherentemente conflictiva. Un espacio, por cierta seguridad material, pero también una serie de
tanto, de canalización del conflicto social, a través de coberturas y derechos sociales que permitían su par-
su institucionalización (Castel, 1997). ticipación ampliada en la sociedad (Castel, 1997).

El Estado se constituye así como un tercer actor En este contexto, durante el desarrollo del Es-
que con su intervención mediadora en el conflicto tado social se generaliza el empleo asalariado como
social va a transformar la cuestión social. Con la apa- mecanismo de participación social, configurándose
rición del concepto del desempleo a finales del siglo la sociedad salarial. El salario va a dejar de ser pro-
XIX, el problema de la pobreza pasa a entenderse en pio del proletariado para generalizarse al conjunto
términos de involuntariedad, lo que significa trans- de la población, con lo que la estratificación social
formar los modos legítimos de intervenir sobre ella se complejiza a través de los crecientes niveles sa-
(Pugliese, 2000). Si la responsabilidad de la pobre- lariales. Esta extensión del empleo asalariado cons-
za del des-empleado no se debe a las características tituye la consolidación de una norma de empleo, lo
morales de los sujetos, sino que es producto del que podemos llamar una relación salarial “fordista”
“mercado”, de la intervención de tipo asistencial se (Castel, 1997). Relación salarial que tiene un serie
va a pasar a una intervención de tipo protector. De de implicaciones sociales, ya que el empleo no se
este modo, frente a la beneficencia civil, se va a im- define únicamente como una actividad de trabajo re-
plantar el seguro obligatorio como principal meca- munerada y realizada en el mercado, sino que cons-
nismo de protección social. Al mismo tiempo, des- tituye a su vez una norma social. Es decir, que para
de el propio pensamiento económico, se reconoce ser considerada un empleo, debe responder a ciertas
que la economía de libre mercado puede presentar condiciones socialmente establecidas, a los criterios
“fallos”, con lo que situaciones de vulnerabilidad o que lo definen como norma social (Prieto, 2007).
exclusión de sujetos o grupos de sujetos, se consi- De este modo, la cohesión social durante la etapa
deran involuntarias, como un producto del mal fun-
cionamiento del sistema económico, y que el Estado 3  Con “vulnerabilidad” nos referimos al espacio social
asume como responsabilidad. que se sitúa entre la inclusión y la exclusión.

11
fordista tuvo como elemento fundamental la genera- Por otra parte, el Estado social, al mismo tiem-
lización de una norma social de empleo dominante po que garantiza y representa la interdependencia
que podría sintetizarse como “pleno empleo con de todos los colectivos sociales, tuvo como efecto
buen empleo” (Miguélez y Prieto, 2001). A través paradójico el fomento del individualismo (Castel,
de la generalización de esa norma –salario estable, 1997): al mismo tiempo que homogeniza a la pobla-
progreso en la organización a través del mérito, me- ción a través del suministro de servicios a beneficia-
jora continuada de las condiciones de trabajo y en el rios sin tener en cuenta sus particularidades indivi-
nivel retributivo–, se solventaba en buena medida la duales, obvia la pertenencia de esos beneficiarios a
amenaza de la exclusión social, así como se otorgaba colectivos sociales, por lo que la interdependencia
al conjunto de la población un horizonte de posibi- social del individuo a través del Estado contribuye a
lidades de mejora y ascenso social, en un contexto debilitar sus vínculos locales y comunitarios. En este
de relativa igualdad de oportunidades, o al menos de sentido, la protección social pasa a depender cada
una disminución de esa desigualdad. vez en mayor medida de las instituciones estatales,
debilitando aún más la solidaridad familiar y comu-
Sin embargo, ese equilibrio en el que susten- nitaria –cuya debilidad inicial justificaba la orienta-
taba el orden social fordista se quebró. Y, más allá ción social del Estado moderno–. Este aumento de
de los detonantes económicos –la crisis del petróleo la dependencia del individuo respecto al Estado se
de los años setenta– o políticos –el ascenso de go- convirtió en un problema cuando el Estado social
biernos neoliberales– que suelen señalarse para dar comenzó a ser cuestionado.
cuenta de tal ruptura, ese equilibrio fordista tenía ya
elementos internos de fragilidad, como la creencia 2.2.  Hacia un orden postfordista: la reorientación
irracional en el progreso ilimitado y la tendencia al del Estado social
individualismo (Castel, 1997). Ese cuestionamiento del orden fordista no su-
pone la no-intervención del Estado en políticas de
Como decíamos, la norma fordista de empleo protección, sino un cambio en su orientación, que
permitía a los (crecientes) asalariados contar con encuentra su justificación y legitimidad precisamen-
una estabilidad en el empleo que les proporcionaba te en ese proceso individualizador y en esa constata-
la capacidad de planificar su futuro a largo plazo, a ción de la vulnerabilidad del proletariado. La inter-
través de una planificación de sus consumos y una vención del Estado tendrá cada vez más como foco
organización del tiempo de ocio, lo que permitía es- los problemas individuales (y no sociales) de inclu-
tablecer identidades laborales fuertes. Sin embargo, sión en el empleo, y dada la quiebra de la “ilusión”
esta planificación a largo plazo se sustentaba en la en el progreso, en un empleo, al margen de si se
creencia moderna en un progreso social ininterrum- adecúa o no a una trayectoria laboral “ascendente”.
pido, en la idea de que era posible, a través del cír-
culo virtuoso de la economía y sociedad fordista, un Como consecuencia, la preocupación central
crecimiento ilimitado. Cuando se quebró esa certi- de las políticas públicas va a ser cada vez más prio-
dumbre, la posibilidad de la planificación a largo pla- ritariamente la inserción en el empleo como única
zo se diluyó para una amplia mayoría de asalariados. forma legítima de participación social. Así, la medi-
La cantidad de grupos de trabajadores vulnerables ción del éxito de determinadas medidas políticas se
aumentó, pero esa vulnerabilidad ya era virtual en establecerá en base a estadísticas cuantitativas. De
el trabajador del fordismo (Castel, 1997), ya que su este modo, la cuestión fundamental del empleo va
seguridad se sustentaba en una idea de crecimiento a reducirse al análisis cuantitativo de su evolución:
ilimitado –que en buena parte posibilitaba el desa- desciende o aumenta el paro, la contratación, las
rrollo incuestionado del Estado de Bienestar– que afiliaciones a la seguridad social... Este tipo de me-
era ilusoria. diciones estadísticas no sólo tienen un alcance limi-

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tado, sino que son al mismo tiempo limitantes. Esto una situación social marcada por la incertidumbre
es, al mismo tiempo que describen la realidad social, (Bauman, 2011), que se convierte en una situación
contribuyen a construirla (Prieto, 2007). normalizada en el contexto –y con el pretexto– de
la mundialización económica y la globalización de la
Por tanto, mientras en la sociedad fordista la ex- competencia (Beck, 1998).
clusión se centraba en la imposibilidad de acceder a
una norma social de empleo, que permitía a su vez A medida que se va profundizando en el proceso
el acceso a la ciudadanía, en el postfordismo la ex- de individualización de la cuestión social y la vulne-
clusión se define cada vez más como el no-empleo. rabilidad social se extiende colectivamente –dismi-
De ello se deduciría que para favorecer la entrada en nuyendo los espacios de protección social, los “ni-
el mercado laboral de los grupos de población con chos” de trabajo estable y seguro–, los modos que se
problemas de inserción, ese mercado deba flexibi- exigen como legítimos al individuo de escapar de esa
lizarse. Al mismo tiempo, si el mercado de laboral vulnerabilidad se basan en asumir una mayor capaci-
deja de ser “rígido” –de responder a una norma so- dad de control sobre su destino, auto-responsabili-
cial–, también el sujeto debe adaptarse a la oferta de zándose de su situación social. Ello legitima que en
empleo, ser él mismo flexible en sus demandas. Se- la actualidad se extiendan nuevos planteamientos in-
ría por tanto la “realidad económica” la que exigiría tervencionistas del Estado en materia de desempleo,
nuevas formas de competitividad empresarial, fruto vulnerabilidad y protección social orientados al pa-
de una mundialización de la economía que generaliza radigma de la activación (Serrano y Martín, 2012).
y socializa los riesgos (Beck, 1998). De esta forma,
la “naturalización” de los cambios económicos, ob- La problematización social hecha por las políti-
viando su carácter político, permite presentar como cas públicas –esto es, asumida por el conjunto de la
inevitables y necesarias “reformas” del sistema de sociedad– irá (re) situando entonces su juicio moral
protección que son consideradas como “apolíticas”, desde el mercado hacia el individuo, sobre el que re-
en tanto derivadas de las exigencias de la economía cae la responsabilidad de adecuarse al empleo exis-
(Serrano y Martín, 2012), entendida ésta como una tente. El paradigma de intervención orientado a la
realidad emancipada ella misma de lo político, esto activación plantea la necesidad de capacitar a los in-
es, como un ente autónomo en sí mismo y no sujeto dividuos para participar en el mercado laboral “por
a decisiones de actores sociales concretos. sí mismos”, penalizando la dependencia como pato-
logía moral (Serrano y Martín, 2012): se asume que
Al constituir su legitimidad sobre la “normaliza- el individuo debe asumir y gestionar la incertidum-
ción” del riesgo, esa legitimidad postfordista se basa bre que plantea la socialización del riesgo (caracte-
en otros principios a la del Estado social fordista, rizado por ser inabarcable por los mecanismos de
que se sustentaba en una protección frente al riesgo protección “clásicos”), esto es, que su independen-
entendido como hechos previsibles pero coyuntu- cia representa una forma moral superior. Por tanto,
rales, de tipo “excepcional”. A partir de esa recon- la función del Estado como norma general (habría
ceptualización del riesgo, la nueva legitimidad va a un margen para políticas asistencialistas dirigidas a
construirse cada vez más fundamentalmente a partir ciertos colectivos) sería impedir la dependencia de
de la amenaza o promesa de imágenes y representa- los individuos de sus prestaciones, planteándose su
ciones de escenarios futuros, que exigen (para evitar dependencia del Estado social como problemática,
las proyecciones amenazantes o alcanzar las prome- al tiempo que se obvia la dependencia vulnerabili-
tedoras) un sacrificio presente, una adaptación a la zadora del mercado (Serrano y Martín, 2012). El
nueva realidad –que no sería producto de actores problema del desempleo (que desde este paradigma
sociales sino de la “evolución” de las sociedades–. sería explicativo de cualquier otro problema social)
Todos los individuos, así, deben asumir el riesgo, sería fundamentalmente la existencia de personas

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“inempleables”, que no poseen las cualidades que cuyas “leyes” impondrían nuevas formas de empleo
requiere el mundo del empleo, e incapaces por tanto y su escasez, se apela paradójicamente a un sujeto
de acceder al mercado laboral. Por tanto, si el Esta- independiente y autosuficiente, cuya inserción en
do se encargaba de la protección social en base a la el mercado laboral (y por tanto su participación en
facilitación de un empleo que garantizaba derechos, todos los espacios de ciudadanía) depende “de sí
ahora es el propio individuo el que debe asumir la mismo” (Serrano y Martín, 2012). Así, mientras los
responsabilidad de adaptarse al mercado laboral que individuos deberían adaptarse a las exigencias de un
configura el contexto económico. mercado impersonal, al mismo tiempo la adopción
universal de subjetividades activas erradicaría los
La empleabilidad, desde este modo de entender problemas de ese mercado, transformándolo.
la intervención pública, hace referencia a las com-
petencias –en lugar de sus cualificaciones, término No obstante, si bien se apela a la empleabilidad
que remite a saberes formalmente regulados– que de todos los individuos, en un contexto de empleo
determinan la adaptabilidad del individuo al merca- escaso la propia idea de empleabilidad haría refe-
do laboral, no sólo desde el punto de vista técnico, rencia a una estrategia (individual) de diferenciación
sino psicológico e incluso moral. Al establecerse un respecto a los otros, potenciales competidores en el
juicio moral sobre el individuo receptor de la ayu- mercado de trabajo: ser empleable equivaldría por
da pública, éste debe demostrar su disponibilidad tanto a ser más atractivo para el mercado de trabajo
y predisposición al trabajo como contrapartida a la que el resto de individuos con los que virtualmente
ayuda recibida, dado que el trabajo es definido un se compite. Esa permanente aspiración a lograr una
“deber civil” (Serrano y Martín, 2012): si se penali- empleabilidad superior a los otros plantea en térmi-
za la dependencia al Estado como perjudicial –tanto nos generales una búsqueda individual de los traba-
para el propio individuo al “impedir” su deseable jadores de sus habilidades diferenciadoras, esto es,
independencia como para el conjunto de la sociedad las que les permitan aparecer como poseedores de
que ha de “mantenerlo”–, la única fuente de digni- cualidades “únicas” o al menos escasas en el merca-
dad personal considerada es el trabajo (Serrano y do. Por tanto, el mercado laboral, así representado,
Martín, 2012). Será por tanto el acceso al trabajo lo al mismo tiempo que exigiría de los individuos su
que otorgue estatuto de ciudadanía al individuo, que adaptabilidad a las condiciones que se le imponen,
debería demostrar una predisposición y una actitud trasladaría a su vez al individuo la necesidad de cons-
activa frente al mercado de trabajo, quedando toda truir-se un espacio en ese mercado a partir de la
ayuda pública subordinada a esa demostración indi- adquisición de competencias de empleabilidad dife-
vidual. renciadas, esto es, personales.

En definitiva, el Estado estaría cambiando su A partir de este marco referencial, la inserción


papel como provisor de ayuda social: de propor- en el mercado laboral se va representando cada vez
cionar protección a los individuos excluidos por más como la búsqueda de un espacio propio en el
obra del mercado, pasaría a encargarse de socializar mercado laboral, o mejor, en la creación de la pro-
(coactivamente) al conjunto de individuos para que pia posición en el mercado, ya que serían las com-
éstos asuman (cada uno por separado) la responsabi- petencias propias y personales las que permitirían
lidad de su inclusión en el mercado laboral, entendi- acceder a un empleo, que de esta forma se convierte
da como deber moral y prerrequisito de ciudadanía en el empleo que cada uno construye (en tanto sería
(Serrano y Martín, 2012). consecuencia de una auto-formación). Esta re-con-
ceptualización del sujeto como (des) empleado en-
De esta manera, al mismo tiempo que se im- laza con la configuración de discursos en torno a la
pone una concepción naturalizada de la economía, noción de emprendimiento: la capacidad de crear

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“tu” empleo a partir de cualidades personales (tal en el mundo de la empresa una serie de nuevos con-
como se entienden las competencias profesionales ceptos productivos que, más allá de su implantación
al flexibilizarse el concepto de empleabilidad hasta “real”, plantean la construcción de un nuevo para-
alcanzar la esfera moral). digma organizativo de carácter universalizador y que
se pretende superador de los anteriores modos de
El mercado, así, no sólo sería un ente abstracto producción (Lahera, 2005). En este sentido, los pa-
(el mercado “no es nadie”) que exige adaptabilidad, radigmas organizativos –entendidos como marcos
sino que, al mismo tiempo y de forma contradictoria, de representación axiológicos y cognitivos referi-
sería producto de la acción de todos sus individuos dos a las funciones y atribuciones que deben asumir
(el mercado “somos todos”), exigiendo de ellos una los diferentes actores de la producción en el marco
actitud activa. de una organización capitalista (Lahera, 2005)–,
se caracterizan por materializarse en prácticas em-
Recapitulando, y de manera sintética y general, presariales concretas que, por tanto, transforman
desde una configuración de la cuestión social cen- y reorganizan el contenido del trabajo mismo y las
trada en el “acceso a un buen empleo” propia del exigencias y responsabilidades del trabajador (Lahe-
Estado social fordista, ésta se desplaza a partir de ra, 2005); pero además, en tanto son capaces de
su crisis hacia el “acceso a un empleo”, para tender constituirse en hegemónicos, dichos paradigmas
hoy, en una profundización de ese proceso indivi- generalizan una determinada representación de la
dualizador, hacia la cuestión social centrada en la producción y de las organizaciones productivas, en
“creación de tu empleo”. las que se establece una determinada relación del
trabajador con la producción, y que por tanto impli-
can una imagen del trabajo que legitima potenciales
3.  Transformaciones productivas y políticas públicas y propuestas empresariales en un
transformaciones ideológicas sentido coherente a ese imaginario.

Hemos visto como la re-orientación del Estado El cuestionamiento de los principios taylo-
en su intervención social conlleva –y al mismo tiem- fordistas de producción va a dar lugar a la emer-
po es consecuencia de– nuevos modos de represen- gencia de un nuevo paradigma productivo, la
tar el empleo y al buen sujeto como (potencial) em- producción ligera (Lahera, 2005). Vinculado a
pleado. Pero al mismo tiempo, el cuestionamiento ello, analizaremos una serie de transformacio-
del orden social fordista tiene su raíz en una serie de nes ideológicas4 que se derivan de ese cambio
innovaciones a nivel productivo, que transformaron paradigmático hasta sus tendencias actuales, y
profundamente los principios sobre los que organi- que suponen una reconfiguración respecto al rol
zar esa producción y que implican una nueva ideali- del trabajador inscrito en el sistema productivo
zación del sujeto en tanto trabajador. representado, que es asociado a un modelo orga-
nizativo ideal.
3.1.  Hacia un nuevo paradigma organizativo: el
modelo de empresa-red y su evolución hacia el
modelo de empresa-ciudadano
Con la crisis del capitalismo de inicios de la 4  Para un análisis de la distancia entre el trabajo “teori-
década de los setenta, comienza a desarrollarse una zado” y las condiciones de trabajo “reales” véase: Lahera,
A.: “Mutaciones productivas, trabajo y empleo:¿Desarrol-
nueva estrategia productiva en la gran industria ten- lando la cualificación y las competencias de los recursos
dente a sustituir la producción estandarizada en pro- humanos?”, en Fundación Tripartita para la formación en
el empleo (2005): Competencias, igualdad de oportunidades
ductos adaptados a la demanda. En consecuencia, y eficacia de la formación continua. Madrid, Fundación
durante las últimas décadas se vienen extendiendo Tripartita, pp. 161-208.

15
Una de las características centrales de este nue- caracterizan un mismo proceso de flexibilización
vo paradigma es el planteamiento de la necesidad productiva: durante la expansión de la producción
de flexibilizar la producción para dar respuesta a las fordista, cuya máxima expresión se sitúa durante los
(cambiantes) demandas de los consumidores, para llamados “treinta años dorados del capitalismo”, se
lo cual el modelo ideal de organizar la producción establecerá un modelo de producción cuyo paradig-
tomaría la forma del trabajo en “red”: por ello, de- ma organizativo denominamos empresa-fordista; a
nominaremos empresa-red a la organización idea- raíz de la crisis del capitalismo fordista, el imaginario
lizada en la producción postfordista. Esta idealiza- de empresa ideal se irá desplazando hacia el modelo
ción organizativa se constituye en base a principios de empresa-red; finalmente, en la actualidad nos en-
productivos construidos en oposición al modelo de contraríamos ante el surgimiento de nuevos rasgos
producción fordista, cuya idealización organizativa ideológicos que suponen un nuevo desplazamiento
denominaremos empresa-fordista. Al mismo tiem- conceptual, desde el modelo de empresa-red hacia
po, denominaremos trabajador-flexible al sujeto la- el que podemos idealizar como de empresa-ciuda-
boral propio de la empresa-red y que se opone a la dano. Este desplazamiento no supone, decimos,
del trabajador-fordista propio del modelo anterior. una ruptura ideológica, sino más bien una profun-
dización de los rasgos ideológicos que acompañan
A grandes rasgos, podemos establecer las el surgimiento del paradigma de empresa-red y su
diferencias entre empresa-red y empresa-for- modelo de subjetividad asociado. Por ello, la cons-
dista en torno a tres puntos5. Así, mientras en el trucción de la subjetividad propia de lo que hemos
modelo de empresa-fordista ésta se caracteriza denominado modelo de empresa-ciudadano consti-
por controlar todo el ciclo productivo, en el de tuye una profundización de la personalidad flexible
empresa-red se externaliza parte de actividades que demandaría una empresa-red, y que se puede
las productivas, especializándose en una fase del ser entendida como una nueva forma de control so-
ciclo; además, frente a una relación entre empre- cial orientado al auto-control de los sujetos implica-
sas de independencia propia del paradigma for- dos en la producción (Holmes, 2005).
dista, en la red esa relación pasa a ser de coor-
dinación, dada la dependencia entre empresas Con la utilización del término empresa-ciuda-
a la hora de completar el proceso completo de dano nos referimos a las nuevas exigencias organiza-
producción; por último, si las relaciones inter- tivas –que en realidad suponen una profundización
nas en la empresa-fordista se caracterizan por su de las exigencias del modelo que hemos venido a
jerarquización, en la empresa-red tienden a ser llamar de empresa-red– que promueven un modelo
más horizontales. de subjetividad en el trabajo que requieren del indi-
viduo la gestión de sí mismo como si fuese una em-
Así, podemos sintetizar, a modo de esquemati- presa –esto es, poniendo a disposición del trabajo (y
zación ideal, dos momentos socio-históricos repre- del mercado laboral) el conjunto de sus habilidades
sentados por diferentes concepciones hegemónicas y saberes técnicos pero también los más personales,
del mundo laboral y del trabajador en él inscrito. A de tipo emocional y moral– y que condiciona el esta-
ellos añadiremos un tercer momento, el actual, to- tuto de ciudadanía a su relación con el trabajo, direc-
mado como modelo propio para subrayar las actuales tamente vinculada a su actitud (activa o no).
tendencias de cambio en sus rasgos ideológicos que
Dado que el énfasis de este paradigma se otorga
5  La siguiente esquematización es deudora de las exposi- a los individuos como sujetos autorresponsables, su
ciones del profesor Valdés Dal-Ré, F. a propósito de las modelo de organización-empresa sería fruto de una
consecuencias que este cambio de paradigma productivo
tiene en el ámbito de las relaciones laborales y el Derecho
adaptación de la voluntad de sus sujetos producto-
Laboral. res. Entendiendo que se apela al individuo como

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“unidad productiva” en sí mismo, podemos tomar económica, nos permiten observar bajo ese concep-
el auto-empleo (o empresa-individuo) como modelo to las tendencias ideológicas de las que tratamos de
organizativo idealizado. No obstante, el concepto de dar cuenta.
empresa-ciudadano que manejaremos es más am-
plio, considerando que la idea misma de “empresa” Y de igual manera que la empresa-ciudadano
se inscribe a la gestión que el individuo hace de sí debe entenderse como parte de las implicaciones
mismo. En este sentido, el hecho de desarrollar un propias del desarrollo y evolución del modelo de
trabajo como asalariado se entendería como una “in- empresa-red, la noción de emprendedor guarda una
versión” individual del sujeto en el desarrollo de sus relación directa con la progresiva configuración del
capacidades como sujeto laboral. En ese marco de trabajador-flexible como modelo de subjetividad he-
representación, el auto-empleo suele tomarse como gemónico. En primer lugar, por tanto, debemos ana-
referencia de una situación laboral de disfrute de lizar qué principales novedades ideológicas supuso
plena independencia laboral. Sin embargo, ello no la introducción de la red como figura dominante de
implica que el modelo de subjetividad propio de lo representación de la empresa y, más ampliamente,
que hemos definido como empresa-ciudadano sea del mundo del trabajo y hasta de la sociedad en su
exclusivo del auto-empleado: su prescripción nor- conjunto.
mativa es universal y por ello incluye a cualquier fi-
gura laboral. 3.2.  La metáfora de la red como representación del
mundo y sus implicaciones en el mundo del
Más que determinadas exigencias productivas trabajo
dentro de una empresa de determinadas caracterís- El proceso general que hemos descrito se
ticas, lo que se requiere del empresario-ciudadano inicia a partir del cuestionamiento y crisis del
sería más bien una trayectoria laboral flexible: si ha modelo de empresa fordista y el consecuente
de considerarse a sí mismo como una empresa, sus surgimiento del modelo de empresa-red. Como
eventuales empleos representarían no sólo un de- decimos, esta distinción no se limita a cambios
terminado rol como productor en esos centros de concretos en las organizaciones productivas,
trabajo, sino que formarían parte de una estrategia sino que implica a su vez la construcción de una
mercantil de sí mismo. Entonces, la idea de traba- nueva legitimación discursiva del mundo del tra-
jador no puede circunscribirse exclusivamente a un bajo. Por ello, más allá de las mayores o meno-
centro de trabajo concreto, sino que se entiende en res transformaciones del sistema productivo en
relación al mercado laboral en su conjunto, en el que sí mismo, la relevancia del cambio de paradigma
el sujeto debe encontrar o crear oportunidades de se define por su impacto ideológico. Así, nuevas
negocio que repercutan en términos de rentabilidad formas de extracción de beneficios, que requie-
para sí mismo como trabajador: su condición de tra- ren un reordenamiento del mundo del trabajo
bajador se traslada a un afuera de la empresa y de y el empleo, van a producir discursos y justifi-
una relación de empleo determinada, o al menos no caciones tendentes a legitimarlas –entendiendo
es reductible a ello. que al mismo tiempo esa producción discursiva
y justificativa no sólo legitiman una determina-
Para observar materialmente estas tendencias da realidad (en el sentido de “encubrirla”) sino
en la producción de sujetos laborales, analizaremos que a su vez contribuyen a producirla (Boltans-
el concepto de emprendedor como categoría refe- ki y Chiapello, 2002)–. En pocas palabras, las
rencial del “buen trabajador” de este paradigma transformaciones de la economía conllevan (re)
productivo. Su reciente proliferación y promoción construcciones ideológicas, tendentes a sostener
a nivel institucional y mediático como propuesta de un consenso entre todos sus actores. Sin embar-
acción (individual) para la salida de la llamada crisis go, las sucesivas transformaciones económicas a

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las que se somete el sistema capitalista se inte- ciencias sociales, que a través de conceptos como el
rrelacionan de forma compleja con los discursos de red trataban de analizar las emergentes estructu-
y justificaciones que legitiman esas transforma- ras flexibles y escasamente jerarquizadas (Boltanski
ciones, esto es, la dominación ideológica no se y Chiapello, 2002). Al generalizarse, esa metáfora
deriva automáticamente de la dominación eco- tiene implicaciones a su vez en la representación del
nómica6 (Grignon y Passeron, 1992). sujeto inscrito en la red: si la empresa (o más amplia-
mente la sociedad) toma la forma de una red, ¿qué se
Siguiendo el análisis hecho por Boltanski y espera del trabajador (o del ciudadano) que se inser-
Chiapello en El nuevo espíritu del capitalismo (Bol- ta en esa red? Desde esta representación del mundo
tanski y Chiapello, 2002), el desarrollo de una eco- y siguiendo el análisis de Boltanski y Chiapello (Bol-
nomía postfordista va a configurar progresivamente tanski y Chiapello, 2002), vamos a analizar algunas
–como tipo ideal, como una construcción discursiva de las implicaciones que tiene la aplicación de la
entre otras, con elementos de incoherencia y con metáfora de la red al mundo laboral y social o mejor,
respuestas de aceptación, reformulación, distancia- en qué medida la generalización de esa representa-
miento o rechazo, pero como realidad materialmen- ción de lo social es funcional a las recientes transfor-
te observable– un nuevo espíritu del capitalismo o maciones del trabajo. En términos generales, en el
ideología dominante, que acompaña una nueva fase mundo-red la vida social puede definirse como:
de la producción capitalista y que puede contrapo-
nerse al surgido en la etapa fordista, cuya máxima […] una multplicación de encuentros y de co-
expresión se desarrolla durante los llamados “treinta nexiones temporales, pero reactivables, con grupos
años dorados del capitalismo”. diversos, realizadas eventualmente a distancias so-
ciales, profesionales y geográficas muy elevadas. El
Asociado al desarrollo de la producción flexible proyecto es la ocasión y el pretexto para la conexión
como paradigma económico dominante, la metáfo- […] que permite forjar vínculos más duraderos que,
ra de la red se generaliza como representación del aunque permanezcan desactivados temporalmente,
mundo (económico en un primer momento, pero permanecerán siempre disponibles.
progresivamente del conjunto de lo social): la figu- (Boltanski y Chiapello, 2002)
ra organizativa de la red, se constituyó así como una
respuesta hacia las profundas críticas antisistémi- Por tanto, en un mundo en red, el proyecto sería
cas a las que se enfrentaba el capitalismo industrial, el momento y espacio clave, que da sentido y estruc-
centradas en su carácter autoritario y burocrático tura a la “multiplicación de encuentros y de conexio-
(Holmes, 2005). Esta generalización de lo reticular nes temporales” que de otra forma tendrían un sen-
se apoya en un momento histórico caracterizado por tido caótico. Aplicado a la producción, el proyecto
el desarrollo de las nuevas tecnologías, en especial supone entonces la forma en que ésta se desarrolla y
la informática, que permitía posibilidades de traba- organiza. Desde este marco de representación, una
jo cooperativo a distancia y en tiempo real. Pero se empresa (la empresa-red) se compone de una mul-
apoyaba también en la producción científica de las tiplicidad de proyectos que vinculan entre sí a dife-
rentes trabajadores (el trabajador-flexible) dentro
6  Ello quiere decir, tal como lo plantean Grignon y Pas- de la empresa –e incluiría también la colaboración
seron, que no puede establecerse una correlación simétri- de personas externas a ella–.
ca entre la relación de dominación social de unos grupos
sobre otros y la relación de dominación simbólica de unas
ideas sobre otras. Esa dominación simbólica se establece Al mismo tiempo, al definirse como un espacio
en base a “un sistema de valores y relaciones con los va- de conexión, el proyecto implica formas coopera-
lores que es él mismo jerárquico y jerarquizante, sin que
por ello se reduzca a un puro calco de la jerarquía social.”
tivas de trabajo, con lo que la manera ideal de orga-
(Grignon y Passeron, 1992). nización es el trabajo en equipo (en oposición a las

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estructuras organizativas piramidales típicamente en cierto grado des-organizadas (Bauman, 2011).
fordistas). Y, en tanto las conexiones que dan lugar Desde este enfoque, el buen trabajo viene deter-
al proyecto son temporales (aunque “reactivables”), minado por los resultados de cada proyecto –cada
los eventuales equipos de trabajo serán coyuntu- fragmento de la actividad de trabajo–, por lo que la
rales en la medida en que sirven a la realización de experiencia –los saberes acumulados en el largo pla-
un proyecto, y re-configurados a la hora de llevar a zo– pierden valor frente a la inmediatez: cada tarea
cabo otro nuevo: la naturaleza misma del proyecto de trabajo supone una nueva prueba, independiente
supone la persecución de un objetivo concreto y el de la anterior, que re-evalúa al trabajador (Bauman,
desarrollo de una actividad temporalmente limitada, 2011).
con un comienzo y un fin definidos. Ello implica una
reinvención permanente de la estructura interna de Pero la empresa no sólo es una red, sino que se
las empresas supeditada a las demandas cambiantes inserta en una producción en red, lo que implica una
del “exterior”, lo que implica, al menos como posi- especialización productiva que supone su posición
bilidad, procesos de reducción de empleados indefi- de dependencia en el ciclo productivo, lo cual se ve
nidos o su reemplazo (Sennet, 2000). favorecido por una progresiva terciarización de la
economía. En términos generales, la actividad de
Pero además, la idealización del trabajo en equi- trabajo se ve sometida a una triangulación del poder
po como forma –o más ampliamente como ética– de (Serrano, Martín y Crespo, 2013), de forma que
trabajo, remite a formas de poder dentro de la orga- tiende a transformarse en relación de servicio, en
nización más centradas en un poder personal que po- lugar de pura actividad productiva (Dubar, 2002).
sicional (Serrano, Martín y Crespo, 2013). Por ello, Esta tendencia implica que el trabajador realiza su
en la forma ideal de un equipo de trabajo, la base del actividad de trabajo en relación con un cliente, con
poder se sustenta sobre todo en capacidades perso- el que ha de establecer relaciones de confianza. Ello
nales, relacionales y comunicativas, más que en una implica añadir a la actividad laboral habilidades que
posición estatutaria. En ese equipo de trabajo quien no son únicamente técnicas, sino relacionales y
ejerce el poder se presenta bajo la figura de “líder”, emocionales, que tienen que ver con las cualidades
representándose la “ficción” de que empleados y personales más íntimas (Serrano, Martin y Crespo,
jefes no son antagonistas (Sennet, 2011): en la me- 2013). Así mismo, el cliente tiene la capacidad de
dida en que no ejerce un poder coactivo, éste reside determinar la producción (al menos parcialmente),
en criterios informales, en la capacidad de generar difuminando las relaciones de subordinación em-
compromiso o entusiasmo, de inspirar confianza en pleado/empresa. (Serrano, Martín y Crespo, 2013).
base a un carácter carismático.
Al asumirse la producción como una respues-
En tanto la actividad de trabajo toma la forma de ta co-determinada por el “exterior” de la organi-
un proyecto, el control del trabajo se efectúa en base zación, se desregula la actividad de trabajo, cuyo
a sus resultados, dejando un margen de creatividad y carácter prescrito tiende a reducirse. Dado que el
espontaneidad al trabajador –al equipo de trabajo– componente “mecánico” del trabajo pierde –al me-
para auto-gestionar sus tareas de trabajo. Así, frente nos discursivamente– importancia, requiere de una
a la lógica fordista de rutinización del trabajo –evi- respuesta creativa del trabajador a los problemas e
tando la espontaneidad del factor humano en base imprevistos, a los que debe dar solución de mane-
a un disciplinamiento más o menos coactivo–, las ra autónoma. Así, frente a la actividad pautada y es-
nuevas formas empresariales de gestión tenderían tandarizada, que implica obligaciones explícitas, el
a des-rutinizarlo. Ello supone una des-regulación trabajo se concibe cada vez más como una actividad
procedimental –frente a los procedimientos buro- desregulada y autónoma, lo cual no reduce las exi-
crático–- que contribuye a generar organizaciones gencias hacia el trabajador sino que convierte esas

19
exigencias en obligaciones implícitas. Si la produc- excluidos, una colectividad que estableciese una
ción se torna flexible, se valorará del trabajador su identidad compartida en base a causas compartidas
capacidad de respuesta, de reacción ante lo “impre- de exclusión: ello equivale a definir al excluido (de la
visto”, que se convierte en una situación normaliza- sociedad-red) como no-ciudadano (Bauman, 2011).
da. De esta forma, las organizaciones se tornan, en Por tanto, no es posible su asociación a una conse-
cierto grado, des-organizadas, en tanto las habilida- cuencia estructural negativa fruto de los errores de
des de respuesta inmediata –lo intuititvo, lo impulsi- la planificación industrial o de las leyes del mercado:
vo, lo espontáneo– se privilegian frente a los saberes la representación de la sociedad como una red im-
acumulados por la experiencia en el largo plazo, que plica la noción de “conectados” y “desconectados”,
en un mundo en constante cambio –“líquido”, en de “incluidos” o “excluidos”, pero no existe (o se
los términos expresados por Bauman– rápidamente diluye) la posibilidad de representar un “arriba” y
pierden su valor (Bauman, 2011). “abajo” en una relación de subordinación.

Por otra parte, no sólo la empresa se integra Para evitar esa desconexión o exclusión, el indi-
en una producción en red, sino que la sociedad viduo debe establecer vínculos con los demás en tor-
misma se representa como una red. En este sen- no a proyectos. Y dado que las relaciones estableci-
tido, la organización en torno a proyectos no es das se entienden como elección activa de los sujetos,
sólo sería propia de las organizaciones produc- el sujeto de la red debe ser capaz de identificar las
tivas sino de la sociedad en su conjunto, por lo relaciones que le aporten valor. Ello implica emitir
que la sociedad-red se organizaría “por proyec- un juicio sobre la potencialidad de las relaciones a
tos” (Boltanski y Chiapello, 2002). Ello implica establecer, y al mismo tiempo ser capaz de estable-
que su principio de justicia y bien común des- cerlos, para lo que debe presentarse como alguien
canse en la figura del proyecto, entendido como con el que es deseable establecer un vínculo, inspi-
el espacio social que permite atribuir y distribuir rando confianza en base a un modo de presentarse
el mérito, definiendo los modos legítimos e ile- ante los demás (Boltanski y Chiapello, 2002). Será
gítimos de acción7. el cumplimiento de los objetivos de un proyecto
posibilitará, gracias a los vínculos que permita esta-
Desde este marco de representación, la exclu- blecer, re-insertarse en uno nuevo: la meritocracia,
sión social es asimilada ahora con la ausencia de principio básico en el modelo fordista, se desregula
proyectos a realizar, como sinónimo de aislamiento y extiende al conjunto de la vida laboral, dado que
en la red, lo que implica individualizar su responsa- su atribución se realizará en base a criterios de con-
bilidad en la medida que la socialización del riesgo fianza y durante el proceso de paso de un proyecto a
(Beck, 1993) traslada al individuo la respuesta de otro nuevo –lo que idealmente ocurrirá en múltiples
problemas creados a nivel social y éste se convierte ocasiones durante la biografía laboral–.
en el único responsable de sus elecciones en torno
a su proyecto personal (Bauman, 2011). La idea de Si la propia trayectoria laboral del trabajador es
exclusión en la red remite entonces a una exclusión entendida bajo la forma de una sucesión de proyec-
de tipo individual y personal, que hace imposible la tos (Boltanski y Chiapello, 2002), y dada la natu-
idea de exclusión colectiva, de una comunidad de raleza indeterminada del proyecto –un proyecto es
una actividad, que aplicado al ámbito laboral puede
7  Las “formas de justicia”, tal como las definen Boltanski ser el acceso a un empleo, la creación de una em-
y Chiapello, supondrían una limitación a las posibilidades
de acumulación de capital en tanto la supeditan a aplicar presa o cualquier otra forma de participación en el
una determinada normatividad y la exigencia de formas mercado laboral (Boltanski y Chiapello, 2002)–, se
de compromiso, pero al mismo tiempo son la forma a
través del cual se legitima el orden de acumulación capi-
normaliza una trayectoria laboral discontinua –para
talista (Boltanski y Chiapello, 2002). el caso de un trabajador asalariado: cambios de em-

20
pleo, eventual desempleo– e incoherente –dado que secuencia, es necesaria la disposición a la movilidad
un proyecto es, en su caso, cualquier empleo: acep- constante, el establecimiento de vínculos con otros
tación de empleos o tareas a desempeñar cualitativa- (favorables a la generación de proyectos) en cual-
mente diferentes–, que no garantiza una evolución quier espacio social. La actividad sustituye a la efi-
de progreso (una mejora progresiva de condiciones cacia como “principio superior común” (Boltanski y
laborales) profesional sino que implica movimientos Chiapello, 2002) que define “el buen trabajo” en la
“laterales” o “ficticiamente ascendentes” (Sennet, sociedad-red. Concepto de actividad que trasciende
2002). el espacio propiamente laboral: ser activo es enten-
dido en sentido amplio, como la capacidad “generar
En este sentido, frente al concepto de cualifica- proyectos o insertarse en proyectos iniciados por
ción, reglada, de tipo técnico, va a imponerse el de otros” (Boltanski y Chiapello, 2002).
competencia (Dubar, 2002), que alude a habilidades
de tipo personal, informales, como elemento de me- Todas estas transformaciones ideológicas apun-
dición del trabajo. Así, la adquisición de competen- tadas van a ir profundizándose, generando noveda-
cias aumentarían la empleabilidad del trabajador: la des discursivas en torno al trabajo, paralelamente
empresa permitirá entonces que los trabajadores ad- al desplazamiento del paradigma de modelo empre-
quieran competencias de empleabilidad que, como sarial desde la empresa-red hacia la empresa-ciuda-
contrapartida a su compromiso, les permitan re-in- dano. Se trata de tendencias recientes, difusas pero
sertarse en un nuevo empleo en el futuro. generalizadas, que van conformando un discurso en
cierto grado contradictorio, pero hegemónico. De
La trayectoria laboral en su conjunto se com- este modo, la metáfora de la red tiende a su vez a in-
pondría, así, de una sucesión de proyectos laborales dividualizarse, representando la realidad económica
independientes entre sí, los cuales pueden exigir ap- y social como un mundo-red interindividual, y no
titudes laborales diferentes o hasta contradictorias. sólo como una red de instituciones o empresas en las
Ello impediría un relato sobre sí mismo en torno a que se insertan individuos. Es decir, el individuo no
una identidad personal anclada en el trabajo, en fa- sólo se inserta en una red, sino que constituye la red.
vor de una identidad centrada en la voluntad indivi-
dual de asumir el cambio como principal elemento Así, el proyecto pasa a concebirse no como pro-
estable de personalidad (Sennet, 2000). La princi- pio de empresas (en las que participan trabajadores),
pal cualidad del sujeto en una representación de este sino de individuos (que potencialmente pueden aso-
tipo es su capacidad de comprometerse en cada nue- ciarse empresarialmente), con lo que pasa a identifi-
vo proyecto –así como de des-comprometerse del carse como un proyecto individual y personal. Ello
proyecto anterior– (Boltanski y Chiapello, 2002). implica un cambio en la forma de concebir el proyec-
to, que sería no tanto el resultado de encuentros y
De esta forma, ya que ese nuevo proyecto pue- conexiones de individuos que se asocian (en torno a
de ser de diferente tipo –y hasta de tipo contradic- un proyecto), sino más bien como una propiedad de
torio– que el proyecto inmediatamente anterior, las los individuos que buscan encuentros y conexiones
cualidades que debe tener “el buen sujeto” son la (para desarrollar su proyecto).
adaptabilidad y flexibilidad, las cuales lo convierte
en empleable (Boltanski y Chiapello, 2002). En el De esta forma, el sujeto emprendedor se con-
mismo sentido, la rigidez constituye el principal de- cibe no sólo como alguien capaz de generar e inser-
fecto del sujeto, que puede entenderse tanto como tarse en diferentes proyectos, sino sobre todo como
apego a un proyecto, como apego a un lugar, o bien alguien que tiene proyectos propios, y que coinci-
como la preferencia por la seguridad a costa de la den con un “plan de vida” personal. Desde este pa-
autonomía (Boltanski y Chiapello, 2002). En con- radigma todos los sujetos tendrían (potencialmente)

21
algún proyecto que desarrollar, ya que todos ellos namiento del trabajador (Revilla y Tovar, 2011).
tendrían, en esencia, una vocación personal suscep- Ello, no obstante, no implica una ausencia de con-
tible de ser desarrollada profesionalmente a través trol disciplinario, sino nuevas lógicas y mecanismos
de un proyecto emprendedor. Así, será básicamen- de control sobre el trabajo.
te su actitud de autodeterminación por identificar
esa vocación y llevarla a la práctica (esto es, llevarla Vamos a analizar, siguiendo la conceptualiza-
al mercado), la que determine el desarrollo o no de ción de las lógicas de control organizacional desa-
sus proyectos. La trayectoria laboral, de este modo, rrollada por Revilla y Tovar (Revilla y Tovar, 2011),
coincidiría (o habría de coincidir, en términos idea- las lógicas de control características de la organiza-
les) con una trayectoria de desarrollo personal. Por ciones “postfordistas” en oposición a las propias del
tanto, la noción de emprendeduría, entendida como fordismo. A continuación, aplicaremos estas lógicas
actitud moral, va más allá de un determinado tipo de al caso del autoempleo como ejemplo ideal de em-
trabajador o de una figura laboral (“sé tu empresa”), presa-ciudadano para observar hasta qué punto re-
para configurar más bien un proyecto de desarrollo presenta una superación de las lógicas de control or-
personal (“haz del trabajo tu vida”). ganizacional o la reconfiguración de nuevas lógicas.

El emprendimiento sería el objetivo de todo 3.3.1.  Las nuevas formas de control en la empresa-red
proyecto vital, deseable y moralmente superior en Al caracterizarse la empresa ideal –la empre-
tanto supondría la liberación definitiva del sujeto sa-red– como una organización compleja, inmersa
respecto al empleo, paradójicamente a través de una en un contexto económico de incertidumbre y com-
invasión del trabajo en todas las esferas de la vida. petencia global, el control sobre el trabajador pasa a
El sujeto emprendedor sería por definición el sujeto ser imposible (al menos únicamente) por mecanis-
independiente –lo que equivaldría a decir el sujeto mos coactivos. El compromiso con la tarea de tra-
libre–, que asumiría el total control sobre sí mismo bajo pasa a garantizarse entonces más a partir de un
en tanto su trayectoria y cada una de sus actividades contrato “psicológico” y “moral” del trabajador con
laborales estarían orientadas a su propio desarrollo la empresa (Serrano, Martín y Crespo, 2013). Fren-
personal. Y, como ejemplo ideal de independencia te a ello, la nueva relación del trabajador-flexible con
laboral, el emprendedurismo suele asociarse al au- el empleo hace que su compromiso tienda a ser más
to-empleo, o una determinada manera de entender débil (Sennet, 2000).
el auto-empleo que identifica la organización em-
presarial con el individuo, en términos no sólo pro- A partir del desarrollo del paradigma de pro-
fesionales sino personales. ducción flexible van a emerger nuevas lógicas dis-
ciplinarias, que vienen a sumarse a las más propias
Para mostrar algunos de los límites de esta idea- de las organizaciones fordistas. Atendiendo a la ti-
lización de la independencia del emprendedor, va- pología presentada por Revilla y Tovar, las lógicas
mos a analizar de forma breve algunas de las recien- de control productivista, relacional y fluida (Revilla
tes tendencias de control organizacional afines a las y Tovar, 2011) son propias –aunque no son las úni-
transformaciones en el trabajo ya descritas, y que se cas– del tipo de organización del trabajo que hemos
orientan a técnicas de auto-control organizacional. denominado empresa-red.

3.3.  Los nuevos mecanismos de control sobre el Dentro de la lógica productivista pueden dis-
trabajo: del control externo al autocontrol tinguirse tres mecanismos de control diferencia-
Las trasformaciones apuntadas en el trabajo re- dos: por resultados, clientelar y mercantil (Revilla y
definen los mecanismos de control organizacional, Tovar, 2011). Con el aumento de la autonomía del
orientados en mayor medida hacia el auto-discipli- trabajador en su actividad, se extiende el control por

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resultados que durante el fordismo ya se aplicaba a los bre en el puesto de trabajo –por la amenaza de perder-
mandos intermedios a un amplio conjunto de trabaja- lo pero también porque no proporciona condiciones
dores (Revilla y Tovar, 2011). Si el trabajo se vuelve estables–, ejercen un mecanismo de control sobre el
menos estandarizado, entonces el control de la orga- trabajador de tipo fluido (Revilla y Tovar, 2011), al
nización va a orientarse a los resultados del proceso de obligarlo a dar lo mejor de sí ante la amenaza e incerti-
trabajo, fijando objetivos productivos a cumplir y dan- dumbre respecto su empleo.
do un cierto grado de autonomía en cuanto al método
para lograrlo. Por otra parte, la orientación a concebir 3.3.2.  El caso de la empresa-individuo: hacia el sujeto
la actividad laboral como una relación de servicio, en auto-controlado
la que el trabajo se relaciona directamente con la satis- Estas lógicas de control, tendentes a producir
facción de las demandas del cliente, supone que una sujetos auto-controlados, se entienden en el marco
parte de ese control lo ejerce el cliente (Revilla y To- de las transformaciones productivas que suponen
var, 2011). Esto es, el trabajador actuará disciplina- el paso del paradigma de la empresa fordista a la
damente (guiado por los intereses de la empresa) de- empresa red. Pero, ¿en qué medida son atribuibles
bido a que ha de cumplir con una demanda clientelar, al paradigma de empresa-ciudadano? Dado que la
por lo que sus condiciones y ritmos de trabajo vienen empresa-individuo, esto es, el autoempleo, se pre-
impuestos por esa demanda. El control clientelar hace senta como el modelo ideal de este paradigma, re-
recaer sobre un agente externo a la organización –el presentando la ausencia de control organizacional
cliente–, la responsabilidad de las condiciones de tra- –la organización es el trabajador individual–, vamos
bajo y su mayor o menor intensidad. Pero a su vez, la a comparar esta figura laboral con el trabajo asala-
actividad de trabajo puede recaer no sólo en el cliente, riado para observar hasta qué punto las tendencias
sino en el mercado como agente de control (Revilla y de control apuntadas anteriormente se profundizan.
Tovar, 2011), cuya efectividad es aún mayor a la hora En este sentido, las diferencias son evidentes, pero
de difuminar el conflicto capital-trabajo en tanto no ello no significa la ausencia de ningún tipo de con-
sólo representa un actor externo a la organización, trol, sino la transformación o el reemplazo de formas
sino también impersonal y abstracto. En este sentido, anteriores, mientras que otras se mantienen o pro-
se percibe como una coyuntura económica o una si- fundizan.
tuación general del mercado, la que exige un autodis-
ciplinamiento del trabajador. El autoempleado no estaría sujeto a la super-
visión directa o indirecta de ningún superior, así
Una de las características de la empresa-red es la como a una prescripción burocratizada de su traba-
organización de trabajo en equipos. A través del gru- jo, en el que deba seguir un proceso reglado y es-
po de trabajo, la organización no sólo trata de optimi- tandarizado y en el que tenga fijados recompensas o
zar sus resultados productivos, el propio grupo sirve castigos por su productividad. Ahora bien, si el au-
de mecanismo de control de tipo relacional (Revilla toempleo se presenta como una oportunidad para la
y Tovar, 2011). Así, si para llevar a buen término la autonomía y la creatividad en el trabajo, este margen
producción es necesario un buen funcionamiento del de autonomía y creatividad es puesto a disposición
grupo, la colaboración colectiva entre iguales. Es la de los fines productivos, esto es, se entienden como
exigencia de los compañeros de trabajo la que exige exigencias productivas propias de la naturaleza del
trabajar disciplinadamente, lo que como consecuen- trabajo a realizar, y cuyo contenido se desregula.
cia traslada parte del conflicto laboral de la relación Además, ante la ausencia de control organizacional,
jefe-empleado a la relación entre empleados. éste es reemplazado por un absoluto control de tipo
clientelar (Revilla y Tovar, 2011), cuyas demandas
Pero además, la extensión de la flexibilidad como determinan los ritmos de trabajo. Por una parte la
norma de empleo y la generalización de la incertidum- actividad de trabajo se orienta a la satisfacción del

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cliente, un concepto difuso, que conlleva las exigen- guladas al carecer de una organización que establezca
cias emocionales y morales propias de las normas so- limitaciones y reglas a su trabajo a las que someterse.
ciales que gobiernan las relaciones sociales teniendo Las funciones que desarrolle el trabajador se adapta-
el trabajador que adaptar su “personalidad” a la tran- rán tanto como sea necesario a la coyuntura clientelar
sacción comercial (Serrano, Martín y Crespo, 2013). y mercantil. Así, la regulación del trabajo se adecúa
Pero además el cliente no sólo evalúa, con su satisfac- a las necesidades de la actividad, en lugar de ser la
ción o no, sino que además determina los ritmos de la actividad de trabajo la que se encuentre limitada por
producción y “el diseño y las características del pro- una regulación previa. Pero en segundo lugar, la in-
ducto o servicio” (Serrano, Martín y Crespo, 2013), certidumbre respecto a mantener el puesto de traba-
determinando de manera directa la producción. Por jo (que es equivalente a mantener la empresa) es aún
otra parte, el control ejercido es también de tipo mer- mayor que en el caso de un empleado asalariado. El
cantil (Revilla y Tovar, 2011), en tanto son percibi- autoempleado no sólo debe ocuparse a su actividad de
dos cambios y regularidades en el tipo de demandas trabajo, sino que además debe encargarse establecer
clientelares como sentido general, como “mercado”, estrategias empresariales. Al mismo tiempo, su retri-
que imponen una determinada forma de organizar y bución deja de ser segura y estable: para conseguir un
ejecutar el trabajo. salario suficiente, el autoempleado trabajará el tiempo
que sea suficiente y a la intensidad que sea necesaria.
Si bien el autoempleo no supone relaciones de
trabajo en equipo, ya que implica una empresa uni- Estas formas características de control atribui-
personal, la actividad de trabajo sí implica la colabo- bles al autoempleo como tipo ideal de emprendedor,
ración con otros. En tanto esa empresa unipersonal son las características para los trabajadores en su con-
se inserta en una red de empresas, entre las cuales junto, o mejor, las tendencias generales que afectan a
se especializa en una determinada actividad, lo hace la nueva realidad del trabajo y que se materializan en
a su vez como proveedor o contratista de productos una prescripción normativa al conjunto de los trabaja-
y servicios. La empresa-individuo no puede enten- dores, también a los asalariados, a adoptar una subje-
derse aisladamente a su entorno, y en su actividad de tividades emprendedoras.
trabajo necesita establecer relaciones de mercado –de
competencia pero también de cooperación– con otras A raíz de las recientes transformaciones del tra-
empresas y profesionales, por lo que existe una lógica bajo las organizaciones necesitan movilizar compe-
de control relacional, con el añadido de que esas rela- tencias emocionales, psicológicas y morales en la pro-
ciones se establecen fuera del marco regulador de la ducción, favoreciendo un compromiso del trabajador
empresa. Pero además de ello, el autoempleado, ante con su empresa que trasciende la relación de empleo,
la dependencia de un salario que sólo él puede pro- que implica un contrato de tipo moral, en un contexto
veer-se y que le exigen sus condiciones de vida, puede económico en el que el compromiso de la empresa ha-
servirse de sus relaciones informales, personales o cia sus empleados tiende a ser menor (Serrano, Mar-
familiares, para beneficio de su empresa. Por tanto, tín y Crespo, 2013). De este modo, el sujeto debe
si bien el autoempleo es por definición una actividad hacer frente a la paradoja de una exigencia de mayor
individual, la colaboración con otros, y por tanto un compromiso con su organización –se exige de él una
mayor o menor control relacional (Revilla y Tovar, predisposición motivacional máxima, pero también la
2011), es inevitable. realización de trabajos de tipo emocional, para los que
debe movilizar competencias actitudinales– al mismo
Además de todo ello, la incertidumbre y flexibi- tiempo que ha de ser adaptable a mercado laboral
lidad es máxima, encontrándose sujeto a una lógica flexible, asumiendo su destino –una trayectoria pro-
fluida de control (Revilla y Tovar, 2011). En primer fesional discontinua e inestable– como una responsa-
lugar porque sus condiciones de trabajo no están re- bilidad propia.

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El sujeto debe implicarse al máximo en su traba- lución de la ciencia psicológica (en la que la rama de
jo –en su proyecto, en su organización– ya que for- la psicología positiva se constituye en hegemónica),
marían parte de una trayectoria profesional que no simplificándola y popularizándola. Así, la noción
difiere de su trayectoria personal. Al mismo tiempo, de “buen trabajador” tendrá una contraparte en la
debe asumir la inevitabilidad de que esa trayectoria construcción de la noción, más amplia, de “buen
sea discontinua e inestable, con lo que debe ser capaz sujeto”, cuya construcción se produce en buena me-
de des-implicarse con facilidad, para re-implicarse dida a través del desarrollo y promoción de teorías
nuevamente. De esta forma, su vida toma esa misma científicas.
forma “flexible” que su trayectoria profesional, no
sólo porque su proyecto vital se organice en torno al 4.1.  La psicologización del trabajo
trabajo, cuya norma se flexibiliza, sino porque el tra- Vamos, en primer lugar, a situarnos en el ori-
bajo mismo ha de coincidir con una auto-realización gen de la aplicación de la psicología al mundo del
personal, con los intereses más “propios”. trabajo, entendiendo que la progresiva exigencia de
competencias emocionales y morales en el trabajo,
De esta manera, se constituye una determinada así como la auto-responsabilización del sujeto sobre
construcción científica del sujeto coherente a este sus condiciones de empleo, refuerzan el desarrollo
modo de entender el empleo y el trabajo. A través de de discursos psicologizantes en el trabajo, tenden-
la producción científica de un determinado tipo de tes a la producción política del sujeto psicologizado
psicología, va a desarrollarse y generalizarse una na- (Crespo y Serrano, 2012).
turaleza del sujeto que prescribe su independencia.
Así, se entiende que su implicación –emocional, psi- La “invasión” de la psicología en el mundo de
cológica, moral– con las organizaciones, las demás la empresa tiene como principal precursor a Elton
personas o sus propios proyectos laborales, deben Mayo, quien establece como elemento de producti-
orientarse a al propio interés, estableciéndose, des- vidad la incorporación de los sentimientos y emocio-
de esta perspectiva, una relación que con los otros y nes en las relaciones laborales. A raíz de los estudios
con el mundo instrumental y ego-céntrica. de Mayo, se incorporan al mundo del trabajo cate-
gorías terapéuticas, asociando a la noción de buen
gerente la de buen psicólogo. Ello significa ya una
4.  Una construcción científica del sujeto: el irrupción de la esfera personal en el trabajo, que
desarrollo de la psicología positiva y la rompe con la dicotomía clásica entre vida familia y
vida en el trabajo (Illouz, 2007).
literatura de autoayuda como código de
conducta Esa interrelación entre las esferas personal y
profesional es una de los principales elementos que
La progresiva generalización de la noción de constituyen la ruptura ideológica del nuevo espí-
emprendedor como modelo de sujeto ideal se apo- ritu del capitalismo asociado a la producción flexi-
ya científicamente en el desarrollo de la psicología ble (Boltanski y Chiapello, 2002). Esta nueva fase
positiva, una teoría de tipo psicologista e indviduali- de la producción capitalista supone un proceso de
zador, que remite a la auto-construcción de subjeti- transformación del mundo laboral, con una expan-
vidades “sanas” la resolución del conflicto social. Se sión y complejización de la gran empresa, junto con
trata de una mirada limitada y limitante de la cues- una orientación cada vez mayor de la economía a los
tión social, al desplazar su conflicto desde lo social servicios. A medida, entonces, que el taylofordismo
hacia lo personal. En este sentido, los manuales de va dando paso a sistemas ergonómicos más sofisti-
autoayuda cumplen el papel de códigos de conducta cados, se va exigiendo en el trabajo las propiedades
(Béjar, 2011), que recogiendo y difundiendo la evo- humanas más “personales”: morales, afectivas, crea-

25
tivas… algo que no tenía cabida en el contexto de Como consecuencia, conceptos sociológicos como
una producción más de tipo mecanizada, en la que “estructura social” vendrían a ser construcciones
se requería de los trabajadores una actividad “ro- teóricas idealizadas por los científicos para su inves-
botizada”, quedándose lo intelectual y emocional tigación. En realidad, y concibiendo al sujeto como
fuera del trabajo, como elementos potencialmente homo apertus (Elías, 1993), la construcción “artifi-
improductivos. Así, con el desarrollo de nuevas for- cial” es esa concepción de los seres humanos como
mas de producción, se abre también la posibilidad independientes y aislados entre sí (Elías, 1993).
de nuevas formas de explotación (Boltanski y Chia-
pello, 2002). Pero estas nuevas condiciones de pro- Una de las tendencias en psicología que repre-
ducción no se explican únicamente en términos de senta este proceso psicologizante e individualizador
conflicto. Su implantación se vio acompañada por es, decíamos, la llamada psicología positiva, que em-
un discurso y lenguaje psicológico que parecía dar pieza tomar fuerza dentro de la psicología –en Esta-
sentido a esas transformaciones y resultaba atractiva dos Unidos primero, a un nivel más global después–
para ambas partes de la relación salarial: por una par- a finales de la década de los noventa, siendo utilizada
te gerentes y empresarios neutralizaban el potencial como apoyo científico por los profesionales de la
conflicto incorporando la personalidad y las emocio- motivación y la autoayuda (Ehrenreich, 2011).
nes al lenguaje en el trabajo, mientras que por otra
los trabajadores disfrutaban de una democratización Desde esta perspectiva se naturaliza, en primer
de las relaciones de poder (Illouz, 2007). término, una determinada concepción del indivi-
duo, cuya “naturaleza” puede caracterizarse por
De esta forma, a partir de la psicologización del cinco rasgos básicos (Cabanas, 2012), que hacen
trabajo va a venir constituyendo una “doxa psico- referencia al sujeto como homo clausus. En primer
logizante” que remite a la producción de un sujeto lugar, se trata de un individuo orientado al autocon-
laboral individualista y asocial. (Crespo y Serrano, trol a través del pensamiento, entendido éste como
2011). Si lo emocional se va constituyendo como un una interpretación subjetiva, susceptible de ser
factor productivo a instrumentalizar por el mundo transformada, de la realidad. La autodeterminación
de la empresa, se asume la necesidad productiva de sería otro rasgo individual, por el que se concibe
trabajadores emocionalmente sanos. Y, en la medida al individuo dotado de una serie de necesidades,
en que se va trasladando esa exigencia emocional al deseos e intereses que le son propios, y que debe
trabajador como auto-responsable de su formación, satisfacer independientemente del resto de la so-
se exige de él su “auto-terapia”. Esto es, su auto-ayu- ciedad. Por otro lado, a través del autoconocimiento
da en la construcción de su (sana) subjetividad. puede ser capaz de explorar en busca de los modos
de pensar y sentir que contribuyen a su infelicidad
4.2.  La psicología positiva como teoría dominante y para transformarlos. Además, mediante el autoculti-
su plasmación en la literatura de autoayuda vo, el individuo puede desarrollarse ilimitadamente,
Además de la progresiva incorporación de lo potenciando sus virtudes como medio para lograr el
emocional, las transformaciones productivas que perfeccionamiento interior. Por último, la búsque-
comentamos suponen una creciente individuali- da de la felicidad es entendida como un imperativo
zación en el trabajo. El sujeto es concebido desde moral y una responsabilidad exclusiva del individuo,
estos planteamientos como homo clausus, siguien- sujeto por tanto a una constante autorresponsabili-
do la definición eliasiana (Elías, 1993), lo que lle- zación.
va a entender la sociedad como un conjunto de in-
dividuos cerrados y aislados entre sí, con lo que la A partir de esta naturalización de unas caracte-
“autenticidad” del sujeto se encontraría en su “in- rísticas esenciales del individuo, se va a prescribir
terioridad”, que se opondría al “mundo exterior”. una noción de buen sujeto, cuya característica prin-

26
cipal sería su posición autosuficiente y su conse- motivacional alta, dado que el buen empleado es
cuente tendencia hacia la autosatisfacción. Al mismo cada vez más el que considera que su carrera profe-
tiempo, de manera más o menos implícita, se proble- sional es aprendizaje y cambio. Un empleado que,
matiza otro modelo de sujeto, tanto más patológico por tanto, debe ver las rupturas (como el desempleo)
cuanto más se aleje de la definición hecha de buen o retrocesos (como la inserción en el subempleo)
sujeto. profesionales como oportunidades, o simplemente
como una situación normal (en tanto naturalizada)
La psicología positiva tiene su base en el argu- dentro de su trayectoria laboral y vital, por lo que ha
mento de que la felicidad, la actitud positiva, es tan- de mantener siempre una actitud positiva. El buen
to un fin deseable, como un medio para conseguir el sujeto es de este modo el que logra ser adaptable a
éxito (Ehrenreich, 2011). una situación social (que no obedece a actores exter-
nos, sino que se define como un medio “natural”) de
En tanto fin, esta idea enlaza con una raciona- cambio e incertidumbre, mientras que el mal sujeto
lidad política neoliberal (Ampudia, 2006), que de- es el que se aferra a la estabilidad, que sería una acti-
fiende el concepto de felicidad como fin individual tud inadecuada a su entorno.
que la economía debe maximizar (mayor felicidad
para el individuo y al mayor número de individuos Ello enlaza con una concepción de las relaciones
posibles), entendiendo que es el individuo el que sociales utilitaristas, ya que la movilidad constante
debe gestionar el riesgo a través de una autorrespon- (movilidad en sentido amplio, no necesariamente
sabilización del gobierno de sí mismo. Ello se opone geográfica) requiere relaciones superficiales con los
a una racionalidad política que defienda la interven- otros (Sennet, 2000). La construcción de la subjeti-
ción pública debe perseguir el concepto de justicia, vidad sería un proceso autónomo, que se construye
garantizando una socialización del riesgo, eliminado al margen de los otros, por lo que la mejor relación
o limitado colectivamente (Ampudia, 2006). social es la que garantiza la independencia del suje-
to, frente a cualquier tipo de dependencia. Se pro-
Pero dado que la felicidad no sólo se constituye blematiza así al sujeto dependiente, que requiere
como fin, sino además como medio para el éxito, se ayuda de los demás, distinguiendo entre personas
parte de la afirmación de que a las personas positi- tónicas y tóxicas, entre quienes construyen su pro-
vas parece irles mejor en el trabajo, relacionando pia vida y los “parásitos” (Béjar, 2011). El proceso
la motivación con el éxito profesional. Desde estos de relación con los otros va a ser un proceso volunta-
planteamientos, el éxito profesional se identifica rio y orientado al propio interés, ya que la pertenen-
con el bienestar psíquico y emocional, más que con cia a instituciones o estructuras socializantes es un
el ascenso dentro de una jerarquía laboral o social. lastre que impide la real autonomía necesaria para el
En cualquier caso, al otorgarle a la felicidad el pa- desarrollo personal asociado a la auténtica libertad.
pel de herramienta para el éxito –más allá de cómo
sea definido-, se invierten causas y consecuencias, al Conjuntamente a la naturalización de una de-
obviar la posibilidad de que sea el éxito profesional terminada manera de relación con los otros, se da
el que favorece una mayor motivación y satisfacción por descontado más ampliamente un determinado
laboral que redunda (aceptando la terminología de orden social. La psicología positiva parte de una
la psicología positiva) en una mayor felicidad. Este visión evolucionista de la historia, encontrándonos
desplazamiento de la asociación entre motivación y ahora en el punto de mayor prosperidad y bienestar.
trabajo, considerando las actitudes personales posi- Luego, la mente humana, desadaptada a un entorno
tivas como paso previo y necesario para el desarrollo social de relativa armonía, crearía o amplificaría pro-
profesional, implica legitimar las exigencias de las blemas (Ehrenreich, 2011). El conflicto social sería
empresas hacia empleados con una predisposición así fruto de una disfunción mental, de una incorrecta

27
subjetividad, en lugar de tener base en unas causas 4.3.  La literatura de autoayuda como
objetivas, en procesos que trascienden (aún inclu- manifestación de la psicología de autoayuda:
yéndolo) al individuo. El individuo debe adaptarse a una guía para el buen sujeto
una sociedad –concebida como algo externo y ajeno Directamente relacionada con esta reciente
al individuo- que es la mejor sociedad posible por revitalización de la psicología, como populariza-
una suerte de evolucionismo técnico. ción de sus teorías dominantes y por tanto con el
desarrollo de la psicología positiva, la literatura de
La desigualdad social se legitima, desde este autoayuda va a ir configurándose como “código de
planteamiento, considerando que cualquier perso- comportamiento y gestión de las emociones” (Am-
na tiene la opción de ser feliz –pudiendo ascender pudia, 2006), orientado a producir subjetividades.
socialmente pero no necesariamente– si actúa para
ello, concentrando sus esfuerzos en esa meta y mo- El objetivo de los libros de autoayuda, en tanto
delando su subjetividad (Ehrenreich, 2011). Ade- códigos que regulan la subjetividad, puede sinteti-
más, la psicología positiva promueve una concep- zarse en la consecución individual de la felicidad,
ción de la sociedad en la que los actores principales definida ésta como una conjunción de éxito y bien-
(y casi exclusivos) son los individuos, en lugar de los estar psíquico, siendo el medio para conseguirlo
colectivos. Se sigue de todo ello una visión del in- una correcta autorregulación emocional (Ampudia,
dividuo desligado de lo social, entendido como un 2006). De esta forma, los manuales de autoayuda
ente “externo” a su sociedad. La base de la justicia tratan de regular los comportamientos y emociones
del orden social, de una creciente desigualdad, se individuales mediante una serie de recomendacio-
sustenta en la idea de que esa desigualdad es fruto nes que se sustentan en una serie de argumentos, los
de los comportamientos individuales, que aprove- cuales constituyen un modelo de sujeto construido
chan o no las oportunidades (mayores o menores) como ideal. (Ampudia, 2006).
que todos ellos tienen. Así, la estructura social es
una construcción de los sujetos: es el resultado de La literatura de autoayuda sigue una lógica psi-
sus méritos y deméritos el que establece esa estruc- coterapéutica que remite auto-terapia, siendo el pro-
tura desigual. Se obvia así cualquier efecto de la pio individuo el que debe regular su subjetividad. La
estructura social sobre el individuo, siendo lo es- auto-terapia exige una constante auto-observación,
tructural tan sólo una situación coyuntural producto el análisis reflexivo del sí mismo, basado en la idea
de los comportamientos individuales, con lo cual la de que cada persona tiene unas características y po-
sociedad misma está sujeta puramente a procesos tencialidades únicas, que hay que conocer reflexiva-
de producción social, y no de reproducción. Cabría mente para auto-transformarse (Giddens, 1997), es
decir, llevando al extremo este planteamiento que decir, la idea de que el individuo debe observarse a sí
niega la existencia de condicionantes sociales (el mismo para actuar sobre sí.
individuo está limitado por su subjetividad, que se
considera a su vez una producción asocial), que la El objeto de auto-intervención, lo individual, es
sociedad es entonces potencialmente puro cambio y concebido como algo interno y puramente subjeti-
transformación (lo estructural es sólo un producto y vo, propiedad exclusiva de cada cual (al modo de una
no un agente productor). Así, el concepto mismo de esencia “pre-social”). Lo “auténtico”, entonces, es
sociedad se vacía de contenido, en tanto “sociedad” lo interno, el pensamiento propio, que se opone a lo
apela a algo que se mantiene en cierta medida esta- externo, los deberes y demandas de la sociedad que
ble, a una reproducción de un orden (aún siempre exigen un yo “fingido”. De esta manera, el indivi-
sujeto a cambios). De esta forma, la sociedad ven- duo no ha de aceptar los deberes que se le imponen
dría a ser, recuperando el célebre axioma neoliberal, “desde fuera” ni sentirse culpable por ello, pues sus
únicamente la suma de sus individuos.

28
vínculos sociales deben ser electivos y no de depen- de las ideas que promueve sino a las ideas mismas
dencia. que refleja en tanto difundidas socialmente. En este
sentido, es evidente que la obra ha sido accesible a
De ello se sigue una visión de la sociedad crítica ciertos sectores sociales y no otros. Sin embargo,
y negativa (Ampudia, 2006): si el individuo es su in- la prescripción normativa que propone se dirige al
terioridad, la sociedad se representa como un “afue- conjunto de la población, apelando a un lector es-
ra” coactivo, que limita la libertad individual porque tándar, independientemente de su posición social.
le impone una normatividad que se opone a la pro-
pia del individuo. De este modo, el individuo actúa Dado que nuestra pretensión no es la de realizar
sobre sí mismo y su trayectoria vital, real campo de un análisis exhaustivo de la obra, nos detendremos
actuación, y no sobre su entorno, o sólo secunda- en algunos fragmentos textuales para recoger de
riamente, en la medida en que le sirve o impide su ellos elementos que pongan de manifiesto una de-
desarrollo personal (Giddens, 1997). terminada normativización del sujeto (normativiza-
ción que no se produce sólo ni fundamentalmente
Mientras que la sociedad impondría deberes, a través de la psicología de autoayuda, pero que sí
exigencias, normas de actuación que limitan el de- se materializa en ella). Comenzaremos analizando
sarrollo personal (Ampudia, 2006), la autoayuda brevemente las herramientas narrativas del autor y
prescribiría la independencia del individuo frente el propósito que declara perseguir, para continuar
a la sociedad, entendiendo a ésta como un impe- posteriormente analizando qué modelo de sujeto es
dimento para su felicidad en la medida en que se el que se define y naturaliza en la obra, y por último,
constituye como un ente externo que dificulta o li- en un mismo nivel de análisis, en qué modelo de so-
mita el desarrollo personal, el cual sería un proceso ciedad se inserta ese sujeto.
propio de cada sujeto y libre de toda injerencia. Esa
“ruptura” con la sociedad, el desarrollo personal au- 4.4.1.  Propósito del autor y mecanismos narrativos
tónomo, autorresponsable, al margen de deberes y El libro se inicia con un propósito muy claro:
obligaciones externas, implicaría entonces asumir convencer al lector de que es capaz de transformarse
positivamente el riesgo como una consecuencia en una persona mentalmente “sana” y “equilibra-
derivada de la multiplicidad de la multiplicidad de da”, alcanzando el bienestar mental, lo cual le pro-
opciones que se le abren al individuo independiente porcionará una vida estimulante. Todo ello bajo una
(Giddens, 1997). lógica psicoterapéutica, pedagógica de mecanismos
cognitivos que en última instancia debe poner en
4.4.  Un ejemplo de normativización del sujeto: El práctica cada persona, siendo el autor un mero faci-
arte de no amargarse la vida litador del pensamiento positivo.
Para entender mejor esa plasmación de los prin-
cipios de la psicología positiva en la literatura de au- En cuanto a los mecanismos narrativos utili-
toayuda vamos a analizar, a modo de ejemplificación, zados por el autor, es relevante que el término más
el libro de autoayuda El arte de no amargarse la vida, utilizado sea el de personas, de manera abstracta,
del psicólogo Rafael Santandreu. La pertinencia de sin hacer mención a su posición social. Además, ge-
elección radica en que es una obra que representa neralmente se utiliza la forma verbal de la primera
un código de conducta hacia el sujeto desde la pers- persona del plural, situándose el autor a la misma
pectiva de la psicología positiva actualizada, al ser altura que el lector, utilizando un lenguaje cercano y
una publicación reciente (la primera edición es de sencillo, pero al mismo tiempo haciendo referencia
septiembre de 2011). Además, se trata de una pu- constante a la profesión como psicólogo del autor,
blicación de amplia difusión, si bien nuestro interés estableciendo un elemento de autoridad. Durante
no se orienta tanto a la capacidad de difusión social el conjunto de la obra hay referencias constantes a

29
ejemplos cotidianos, a anécdotas del propio autor las emociones negativas serían consecuencia de un
y también a grandes personajes de la historia, re- pensamiento irracional, que exagera los rasgos ne-
lacionando su relevancia histórica con una actitud gativos de la realidad, que además serían disfuncio-
personal extraordinaria. En este sentido, la historia nales en tanto no permiten resolver los problemas
y la sociedad se encontrarían repletas de ejemplos sino que fomentan una actitud de lamentación, y
de personas que, a través de su actitud positiva, han producen un malestar emocional absurdo (Santan-
conseguido una vida plena. Y la forma de imitarlas dreu, 2011: 28). Este esquema que nos presenta el
sería a través de la psicoterapia, transformando la autor, de unos hechos sociales que actúan sobre las
manera en que pensamos el mundo. Así, el conflicto emociones mediadas por el pensamiento, represen-
en ningún momento existe fuera de nosotros sino en ta la mediación social de la conciencia. El énfasis de
nuestra incorrecta interpretación de la realidad. toda la obra va a situarse en la modificación de esa
mediación, en prescribir lo que aquí se denomina un
Como veremos a lo largo de este libro, pode- “correcto pensamiento”, y que representa una co-
mos forjarnos una vida libre de miedos, abierta a la rrecta subjetividad.
aventura, plena de realizaciones. Cuando hayamos
transformado nuestra mente seremos más capaces 4.4.2.  Cómo es y cómo debe ser la sociedad
de gozar de las pequeñas y grandes cosas de la vida La división social que se deriva de este plan-
[…]. Seremos como el gran fotógrafo aventurero Ro- teamiento es la distinción entre personas fuertes y
bert Capa, grandes amantes de la vida, de nuestra personas débiles, dependiendo de su mayor o me-
propia vida. nor capacidad de establecer pensamientos positivos
(Santandreu, 2011: 18). acerca de la realidad. Así, la distribución social del
“éxito” va a depender de la capacidad subjetiva de
Además de estos constantes ejemplos prácticos, cada uno, independientemente de sus condiciones
que darían cuenta de la plasmación de los principios sociales de partida. En palabras del autor, “las per-
teóricos que expone el autor, éste se apoya también sonas mentalmente fuertes tienen mucho cuidado
en pequeños extractos filosóficos de diversas co- de no dramatizar jamás sobre las posibilidades nega-
rrientes y contextos históricos y en cuentos popula- tivas de su vida y ahí está la fuente de su fortaleza.”
res, utilizados para reforzar su argumentación. (Santandreu, 2011: 36). Pero esa distribución del
“éxito” que mencionamos no se refiere a términos
El énfasis argumentativo se realiza en el ámbito materiales sino cognitivos. Es decir, el objetivo vital
emocional, dado que el fin de la psicoterapia es con- de las personas no debe ser el ascenso social, sino la
seguir unas emociones positivas, que se consideran aceptación de la propia posición social.
“sanas, frente a las negativas, “insanas”. Para ello,
se niega la relación directa entre los hechos exter- Esta exhortación al individuo a conformarse con
nos y los efectos emocionales sobre el individuo, su realidad social deriva de una idea de la sociedad
estableciendo que existe un paso intermedio en esa misma, a la que se caracteriza por su opulencia: la
relación, el pensamiento, que determina la orienta- pobreza no es sino fruto de la creación necesidades
ción de los efectos emocionales (Santandreu, 2011: “artificiales”, de mentalidades consumistas y aleja-
23). Así, no son las condiciones “externas” al indivi- das de la realidad. “Si una familia china o africana vi-
duo las que determinan su carácter emocional, sino ven felices porque tienen cubiertas las necesidades
cómo el individuo piensa esas condiciones. En otras básicas de alimentación, eso significa que los seres
palabras, la felicidad del individuo debe depender humanos en general pueden ser felices una vez cu-
de sí mismo, de su pensamiento –que es interno, biertas esas necesidades” (Santandreu, 2011: 38).
individual–, y no de su vinculación con la sociedad: De este modo, las personas deben encontrar la “ob-
debe ser emocionalmente autosuficiente. Por tanto, jetividad emocional”, entendiendo que tienen mu-

30
cho más de lo que necesitan para lograr la felicidad. mentación, cuando se hace referencia a la obligación
El auténtico conflicto de nuestras sociedades sería moral de cuidar a los ancianos, se afirma que “si les
lo que el autor llama el “catastrofismo”, las creencias transmitimos la idea de que son débiles, son una in-
irracionales acerca de la realidad. utilidad y no tienen opciones para vivir la aventura
de la vida… así será” (Santandreu, 2011: 185).
Además, de por su opulencia, la sociedad se
caracteriza por su injusticia. Pero esta injustica no La dependencia sería, por tanto, una construc-
es resultado de la acción humana, sino que vendría ción humana que impide autonomía de los depen-
a ser una especie de estado natural de las cosas. De dientes. La dependencia vendría a ser una proble-
hecho, la justica, como concepto general, se identi- matización de la realidad social, construyendo una
fica con “regulación”, y por tanto se contrapone a situación de conflicto a partir de una realidad esen-
la espontaneidad: “Un mundo demasiado regulado cialmente armónica. Desde este planteamiento, los
sería un mundo sin espontaneidad” (Santandreu, problemas sociales no existen objetivamente, sino
2011: 159). Desde este planteamiento la justicia que lo son como construcción subjetiva. En primer
puede ser un “lastre” que se oponga a la felicidad lugar, no existirían problemas socialmente compar-
personal, por lo que los sujetos deben convivir con tidos sino individuales, en tanto se obvia cualquier
y aprovechar el lado positivo de la injusticia, ya que pertenencia del individuo a colectivos. Pero además,
ésta no es obra humana. Sólo la justicia, y no la in- no existen porque el origen del conflicto social no
justica, sería obra humana: “La justicia es un bien son los problemas mismos, sino la problematización
interesante, pero no deja de ser una invención del que los sujetos hacen de la realidad. La pobreza, por
ser humano.” (Santandreu, 2011: 159). Y, en tanto poner un ejemplo, no es entonces un problema en
construcción humana, la justicia es subjetiva, inter- tanto condena a grupos de personas a la privación
pretable legítimamente de tantas formas como indi- material de bienes básicos, sino que es una situación
viduos la interpretan: “Cuando tratamos de conse- problematizada por esos sujetos, que no son capaces
guir justicia en nuestras relaciones nos frustramos de discernir lo básico de lo superficial y aspiran a ob-
porque lo que es justicia para mí es posible que no lo tener bienes materiales que en esencia no les son ne-
sea para ti.” (Santandreu, 2011: 159). cesarios. O hablando más directamente de empleo,
la ausencia de un empleo estable no sería tampoco
Otra característica de nuestra sociedad sería la un problema en sí mismo, sino una problematiza-
inexistencia de sujetos dependientes. Se sostiene la ción subjetiva de quien no es capaz de adaptarse a
ausencia de sujetos deficitarios, dependientes, ne- las nuevas realidades del empleo y se aferra a una
cesitados de ayuda o solidaridad, ya que todos los estabilidad que le es prescindible. La siguiente cita
individuos tendrían absoluta capacidad para la auto- recoge esta idea general de des-problematización
suficiencia. En este sentido, los sujetos dependien- social, tanto porque ignora la dimensión colectiva de
tes lo son únicamente porque se han convencido de los problemas sociales como porque los transforma
ello, con lo que esa dependencia existe tan sólo sub- en una construcción cognitiva:
jetivamente. Por tanto, para evitar la dependencia se
da la paradoja de que hay que evitar la protección al Todos nosotros, sea cual sea la situación en la
dependiente. Desde este punto de vista, es la pro- que nos encontremos, ya podemos ser felices. ¡Hoy!
tección la que convierte en vulnerables a los sujetos, Porque aunque nos falte un novio con el que vivir, un
al considerarlos deficitarios, al considerarlos suje- empleo seguro, compañía… todo eso no es suficiente
tos pasivos, cuando todo sujeto es potencialmente como para quitarnos la alegría, la capacidad de ha-
activo. La esencia del individuo es su independen- cer cosas hermosas. La mayor parte de las razones
cia, mientras que los vínculos de dependencia hacia por las que nos lamentamos son humo, lloramos por
otros los hace débiles. Como ejemplo de esta argu-

31
carecer de tonterías innecesarias para la felicidad, que están muy bien siempre y cuando sean sólo di-
aunque a veces cueste tanto verlo. vertimentos en una vida que ya es feliz de por sí.
(Santandreu, 2011: 112). (Santandreu, 2011: 50).

4.4.3.  Cómo es y cómo debe ser el sujeto Toda esta argumentación se apoya en una críti-
Para adaptarse a una realidad social con las ca- ca contra el consumismo, que impregna el conjunto
racterísticas que hemos comentado, el sujeto debe de la obra, en la medida en que se subraya que las
ser, en primer lugar, adaptable. Las personas deben necesidades reales para ser feliz son muy pocas,
adaptarse a la realidad, en lugar de pretender que frente a una tendencia humana a crear necesidades
ésta se adapte a ella. Deben tener preferencias, en “artificiales”, en el marco de una sociedad caracteri-
lugar de demandas. Ser realistas, en lugar de utó- zada por su riqueza material. Ascender socialmente
picas. Ello implica una concepción del buen sujeto deja de ser el principal objetivo personal, para ser-
como conformista con sus condiciones sociales, lo adaptarse a la sociedad independientemente de
y conservador, en tanto no pretende incidir en lo la posición social de partida. Esta noción conecta
social para transformarlo, sino transformarse para con una realidad en la que el modelo de sociedad
adaptarse al contexto social. Utilizando una cita elo- de consumo ligado al empleo estable como princi-
cuente de esta idea: pio de activación económica está en crisis, ya que
la capacidad ciudadana para el consumo es cada vez
[…] una persona madura no es aquella que exi- menor, dada la generalización del empleo precario
ge, sino que prefiere. Se da cuenta de que la vida y los y el desempleo estructural. Por ello, se justifica el
demás no están ahí para satisfacer fantasiosas de- no-consumo desde una rearticulación de la crítica
mandas. Pero lo que es más importante: ¡no necesita consumista.
nada de eso para ser feliz!
(Santandreu, 2011: 44). El planteamiento que está detrás de las distintas
características de las que el autor dota al sujeto es
En la misma línea de la llamada al sujeto a adap- la del conformismo: las personas deben adaptarse a
tarse de manera conformista a la realidad, se hace lo que tienen, agradecer los poco o muchos bienes
una diferenciación entre deseo y necesidad. Un de- materiales que la vida le brinde. De esta manera, no
seo sería una necesidad artificial, que implica siem- se propone como meta vital el ascenso social, sino
pre un malestar emocional tanto si no se consigue, la aceptación de la posición de cada cual en la socie-
lo que generará frustración, como si se consigue, dad. La condición humana conllevaría una tenden-
ya que conlleva introducir en la mente el miedo a cia a la fantasía, que tendría como consecuencia la
perder lo conseguido (Santandreu, 2011: 50). Esa conformación de deseos excesivos e innecesarios.
tendencia a establecer deseos sería fruto de una na- Frente a ello, para conseguir nuestros objetivos, que
turaleza humana, disfuncional para nuestra sociedad no siempre serían alcanzables, es necesario “adqui-
opulenta. rir las habilidades necesarias para lograrlo, trabajar
bastante y tener un poco de suerte” (Santandreu,
Como decíamos antes, todo parece indicar que 2011: 60). Es decir, traducido al ámbito laboral,
los seres humanos nacemos con la tendencia a con- conseguir un objetivo -por ejemplo insertarse labo-
vertir los deseos en necesidades. Es un problema que ralmente- depende no sólo “adquirir habilidades”,
nos causa nuestra gran capacidad para la fantasía, esto es, responsabilizarse de la propia empleabili-
que es un arma de doble filo. dad, sino “trabajar bastante”, es decir, tener la acti-
Pero si queremos madurar tenemos que evitar tud adecuada, y “un poco de suerte”, lo que significa
esa tendencia y mantener siempre a raya los deseos, que existe la posibilidad de no lograrlo pero que ello

32
no obedece a causas racionales sino azarosas, de la trían marcadas por un compromiso limitado y orien-
propia “naturaleza de las cosas”. tado siempre al interés propio.

Sin embargo, esta propuesta hacia la adapta- A veces, alguien a quien queremos nos pide un
bilidad y el conformismo se acompaña de otra más favor que no nos apetece hacer […]. No lo hagas si
orientada a la activación, lo que supone en cierta no tienes ganas. Eso significará que tienes otras prio-
medida una contradicción. Si bien el sujeto es fan- ridades legítimas […] si la otra persona se enfada,
tasioso, y debe adaptar su marco cognitivo a la rea- mala suerte, pero tú no puedes darlo todo. Es mejor
lidad para no construir problemas inexistentes, por así.
otra tiene que tener una alta capacidad para tomar (Santandreu, 2011: 140).
decisiones, ser capaz de sacar provecho de sus re-
laciones con los otros, ser, en definitiva, un sujeto Para conseguir de las relaciones con los demás
capaz de actuar en su entorno para adaptarlo a sus el máximo provecho, la estrategia relacional más
intereses. De ahí esa contradicción entre un sujeto efectiva no es la exigencia, sino la seducción. En una
que debe conformarse a su realidad y un sujeto que concepción de las relaciones humanas sin asimetría
debe actuar sobre ella. Con este objetivo, una con- de poder, en la que se relacionan individuos de igual
cepción del sujeto problematizada, y transformable a igual, la estrategia para satisfacer los intereses pro-
a través de la psicoterapia va a ser la que tiene que pios frente a los de los demás pasa por la persuasión.
ver con su carácter indeciso y su introversión. Estas Para disminuir el conflicto social, concebido como
características deben ser corregidas en el marco de conflicto interindividual -el interés propio siempre
una sociedad que requiere una alta independencia se considera algo contrapuesto al del resto de indivi-
individual pero también el establecimiento de rela- duos, se plantea como cuestión personal-, la actitud
ciones provechosas con los otros. En esta represen- coherente no sería la reclamación, la queja, que por
tación de la sociedad, la capacidad de las personas el contrario contribuiría a intensificarlo aún más,
de tomar decisiones debe ser alta, ya que las jerar- sino la persuasión. “[La reclamación de derechos]
quías que toman decisiones desparecen. Al mismo no contribuye a pacificar el mundo sino a encender-
tiempo, si bien el sujeto debe ser independiente y lo todavía más” (Santandreu, 2011: 218).
autosuficiente para su desarrollo personal, necesita
de una relación utilitarista con los otros, activando Según se desprende del texto, vivimos en una
sus relaciones con los demás, superficiales pero sociedad dominada por la eficiencia y la eficacia,
valiosas para el interés propio. En este sentido, la excesivamente regulada, lo cual impide la felicidad
lógica de la red desarrollada durante el paradigma personal. Por ello, la dimensión del sujeto que más
de la producción flexible se lleva al extremo: la red debe valorarse es la que hace referencia a su creativi-
sería totalmente horizontal y carente de forma fija, dad. Frente a ella se contraponen esos principios de
compuesta por individuos que se relacionan entre eficacia y eficiencia, que no deben dominar en la so-
sí constantemente pero sin un compromiso a largo ciedad y, más concretamente en el trabajo, más que
plazo, o que al menos lo hacen de forma interesada. de manera limitada. Para superar el estrés del traba-
Desde el planteamiento de nuestro autor, la indeci- jo, principal cuestión problematizada por el autor,
sión es un defecto cognitivo a superar -“[…] la inde- el trabajo no debe verse como obligación sino como
cisión tiene su origen en pensar que los errores son disfrute, dado que “pensamos erróneamente que
fantasiosamente graves” (Santandreu, 2011: 123)-, el trabajo es sumamente importante y eso, simple-
así como la introversión –“Las personas realmente mente, no es cierto.” (Santandreu, 2011: 168). El
fuertes y maduras están muy por encima de la evalua- trabajo se concibe como un elemento de desarrollo
ción ajena” (Santandreu, 2011: 131)-. A su vez, las personal, mientras se obvia su carácter obligacional.
relaciones que debemos mantener con los demás es- La clave para des-problematizar el trabajo es disfru-

33
tar de él, que sea por tanto placentero, un elemento na parte sustenta científicamente la producción de
de desarrollo personal: para ello el trabajo no debe nuevos sujetos laborales. En este sentido, dado que
oponerse a la vida privada, sino que ambas serían las nociones dominantes de buen trabajador –cómo
dos esferas indisolubles, o mejor, se convertirían en debe ser, actuar, pensar, sentir– suelen englobarse
una misma esfera. De esta manera, lo consecuente bajo el concepto de emprendedor, vamos a analizar
sería renunciar a un empleo remunerado y estable a continuación algunos manuales de publicación
pero que no proporcionase satisfacción, pues no reciente directamente dirigidos a emprendedores,
merecería la pena tolerar un empleo que se opone al tratando de acercarnos a la construcción normati-
desarrollo personal, que limite la libertad individual, va que se desarrolla en ellos de este concepto. Con
ya que “no necesitamos todo eso que nos propor- ello, trataremos de responder a una doble cuestión.
ciona un trabajo remunerado: dinero para comprar En primer lugar, ¿qué implicaciones tiene esta
bienes y servicios superfluos” (Santandreu, 2011: idealización del sujeto, de los modos considerados
168). El objetivo del trabajo es encontrar una activi- legítimos de ser, actuar y sentir, en cuanto a sus exi-
dad de trabajo que suponga un disfrute, aunque ello gencias concretas en el trabajo y el empleo? Y, en
suponga un riesgo, que es deseable tomar y que sólo segundo término, ¿qué prácticas sociales y políticas
puede hacerse perdiendo el miedo (Santandreu, legitima, siquiera potencialmente, una construcción
2011: 170). normativa del trabajador y el mundo del trabajo del
tipo descrito?
Si la trayectoria laboral debe guiarse por el ries-
go en lugar de la estabilidad, el buen sujeto ha de ser
capaz de tolerar la frustración –posibilidad inheren- 5.  Hacia el sujeto emprendedor: un análisis
te al riesgo–. En este sentido, los éxitos o fracasos de manuales dirigidos a emprendedores
del individuo a lo largo de su trayectoria serían una
consecuencia inevitable de su elección del riesgo, Durante los últimos años, y más en concreto a
pero también de la libertad. Lo racional ante el fraca- raíz de la llamada crisis económica, ha surgido una
so no es la queja, sino su aceptación. De este modo, proliferación de discursos articulados en torno a la
“tener tolerancia a la frustración es una de las ha- noción de emprendimiento, planteada como una
bilidades esenciales de las personas” (Santandreu, nueva ética del trabajo que posibilitaría una salida
2011: 174). La frustración, el fracaso, sería la nor- (individual) a esa situación de crisis. Así, a distin-
ma en un mundo que es definido como incontrolable tos niveles –mediático, científico, institucional–,
e incontrolado. Un mundo en el que, no obstante, se viene multiplicando la promoción de la figura del
se exige del individuo una total autorresponsabiliza- emprendedor. En este sentido, la generalización
ción de su destino, dado que su felicidad depende de y popularización de este tipo de discursos estarían
sí mismo, de la construcción que haga de su propia planteando novedades en torno a la producción
subjetividad… de su transformación en un sujeto po- de sujetos laborales, representando la noción de
sitivo. Con ello, el individuo debe saber gestionar un emprendedor su modelo ideal. Por tanto, y según
riesgo que no tiene capacidad de controlar, que se nuestro planteamiento, en la actualidad las nocio-
le impone inexorablemente, pero del que es único nes dominantes de buen trabajador tienden a eng-
responsable: responsable no tanto de evitar los fra- lobarse bajo el concepto de emprendedor. Por ello,
casos, sino de extraer de ellos un aprendizaje, asu- analizaremos a continuación algunos manuales de
mirlos y aceptarlos para, así, re-emprender su vida. publicación reciente dirigidos directamente a em-
prendedores,
Del análisis de El arte de no amargarse la vida,
puede establecerse entonces un modelo de buen su- Con el objetivo de acercarnos a la acepción
jeto propio de la psicología positiva, que es en bue- que en ellos se desarrolla de este concepto y tratar

34
de definir a qué modelo normativo de sujeto remite, dirigido al conjunto de la sociedad (a cada uno de sus
analizaremos a continuación algunos manuales de individuos).
publicación reciente dirigidos directamente a em-
prendedores. Hemos escogido este objeto de análi- Obviamente, existen diferencias entre los dife-
sis como un soporte en el que se manifiesta de mane- rentes libros en cuanto al modo en que se entiende el
ra directa este tipo de argumentaciones ideológicas, emprendimiento, los temas abordados, el énfasis en
así como, dado que se trata de manuales de tipo di- cada uno de ellos, su estilo narrativo, etc. No obstan-
vulgativo y no técnico, nos permite observar estos te, más allá de las diferencias que puedan establecer-
discursos en su forma más popularizada. Nuestro se, nuestra labor no será la de analizar cada obra de
objeto de análisis, por tanto, se compondrá de tres forma independiente, sino como un corpus común,
manuales de publicación reciente dirigidos directa- como si se tratase de una sola obra, entendiendo que
mente a emprendedores, a partir de los cuales tra- dichas obras desarrollan un marco referencial com-
taremos de acercarnos a la acepción que en ellos se partido, y que son, por tanto, articulables de manera
desarrolla del concepto de emprendedor, tratando más o menos coherente. En este sentido, más allá de
de definir a qué modelo normativo de sujeto remite. que como dispositivos socializantes hagan énfasis en
Al mismo tiempo, al definir un modelo de sujeto va unos u otros aspectos del emprendimiento, de que
a inferirse un modelo de relación del sujeto con los mantengan incluso argumentaciones contradicto-
otros y, más ampliamente, una idealización del mun- rias, incorporaremos sus diferentes planteamientos,
do laboral y social. A su vez, iremos señalando algu- incluidas las contradicciones entre ellos y dentro
nas de las implicaciones que una normativización de de ellos (asumiendo que todo discurso contiene
este tipo tendrían en la práctica concreta del trabajo elementos contradictorios), para estudiar estos ma-
y el empleo, así como qué medidas empresariales y nuales como dispositivos socializados: esto es, como
políticas serían coherentes a una concepción del su- materialización de un mismo sentido común, de un
jeto del tipo descrito. De esta forma, planteamos que imaginario compartido que incluye una serie de no-
un modelo de sujeto idealizado como buen trabaja- ciones e ideas difundidas socialmente y que tienden
dor (y buen empleado) caracteriza paralelamente a constituirse como hegemónicas. Pero, al mismo
una serie de rasgos que definen al buen trabajo (y al tiempo, analizaremos estos dispositivos también
buen empleo) y, al mismo tiempo, perfilan un nuevo como dispositivos socializadores, ya que en última
modelo de orden social (la buena sociedad) del que instancia, a través de sus discursos se contribuye a
se derivan medidas y prácticas políticas concretas producir sujetos laborales, al prescribir una deter-
potencialmente justificables desde ese modelo. minada forma legítima de ser, actuar y sentir, defi-
niendo así a un buen sujeto laboral (y en consecuen-
Las obras que hemos seleccionado con este pro- cia deslegitimando a un mal sujeto). Es por ello que
pósito son Gente emprendedora, gente de calidad: analizamos la noción que para estos autores implica
Bienvenidos a la revolución empendedora (2013) el concepto de emprendedor, en tanto éste es defini-
de Manuel Bermejo, Está todo por hacer: Cuando el do por todos ellos (explícita o implícitamente) como
mundo se derrumbe, hazte emprendedor (2011) de el buen sujeto laboral.
Pau García-Milà y Hoja de ruta para emprendedo-
res: Crear una empresa en tiempos difíciles (2012) El objetivo de los autores, en definitiva, es el
de Agustín Medina. Todos ellos comparten el pro- de animar al lector a auto-convertirse en emprende-
pósito de servir de guía y ayuda tanto a las personas dor o a mantenerse como tal en el caso de que ya lo
que se propongan convertirse en emprendedores sea, sirviéndole de guía para llevar a cabo con éxi-
como a aquellas otras que ya lo sean. Pero, más am- to esa tarea. Para ello, se sirven de su autoridad en
pliamente, pueden ser entendidos como una apela- materia de emprendimiento, que viene dada por su
ción al emprendimiento como principio normativo distinta (y exitosa) trayectoria “emprendedora”, y

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que a continuación comentamos brevemente. En el llados. Así mismo hacen referencia a una relación
caso de Manuel Bermejo, autor de Gente emprende- igualitaria con el lector, es decir, ese lector es ge-
dora, gente de calidad: Bienvenidos a la revolución neralmente considerado de hecho como un poten-
emprendedora, es presentado como “reconocido cial emprendedor, utilizándose ese término en nu-
experto en el ámbito del emprendedurismo y la merosas ocasiones para referirse a él. En términos
empresa familiar, profesor titular en el IE Business generales, el lector es animado a iniciar y desarrollar
School en el Departamento de Entrepreneurship su “proyecto”, término que si bien en ocasiones es
y Conferenciante internacional”. En cuanto a Pau identificado con el de “crear una empresa”, en otras
García-Milà, autor de Está todo por hacer: Cuando es más amplio: el concepto de proyecto hace refe-
el mundo se derrumbe hazte emprendedor, es pre- rencia a una meta personal, así como define a una
sentado como un joven emprendedor (nacido en actividad limitada temporalmente, por lo que puede
1987) que desarrolla su actividad emprendedora cerrarse en un momento dado para dar paso a otro
desde hace cinco años en el momento de publicación proyecto. En este sentido, el concepto de proyecto
del libro. Ha sido galardonado con “prestigiosos se diferencia del de “empresa”, que remitiría a una
premios, como el premio Príncipe de Asturias y de organización concreta y cuyo propósito sería per-
Girona <<IMPULSA Empresa 2010>> o el Premio manecer en el tiempo, trascendiendo a uno u otro
Nacional de Comunicaciones 2009”. Por último, en empresario.
la presentación de Agustín Medina, autor de Hoja
de ruta para emprendedores: Crear una empresa en Por otra parte, la autoridad de los autores vie-
tiempos difíciles, se destaca el que haya desarrollado ne dada, como ya apuntamos, por su experiencia
una trayectoria profesional vinculada al mundo de la emprendedora. Se trata de emprendedores que ya
publicidad, y en el momento de publicación del li- han triunfado como tales, lo cual les permite dar
bro ser “conferenciante y consultor estratégico en consejos, sugerencias o advertencias al lector desde
comunicación y marketing y profesor en los máste- una posición autorizada sin dejar de mantener una
res de Directores de Comunicación de CESMA y de relación de igual a igual con el lector, esto es, de em-
Publicidad, Diseño e Imagen corporativa de EAE prendedor a emprendedor. Los autores se refieren
Business School”. así a distintas enseñanzas que habrían aprendido du-
rante su experiencia profesional, durante sus dife-
Hemos organizado nuestro análisis en torno a rentes proyectos emprendedores, refiriéndose a sus
cuatro puntos. Comenzaremos por analizar, de ma- aciertos o sus errores y hablando de ello en tiempo
nera más breve, tanto el objetivo que declaran perse- pasado: de este modo los autores, emprendedores
guir y el estilo narrativo de estos manuales, como a consolidados, se presentan como alguien que ha
continuación la definición que del emprendimiento adquirido en el pasado las herramientas necesarias
se hace de estos manuales y los argumentos bajo los para su éxito presente, y que ahora puede transmi-
que se prescribe, para posteriormente centrarnos en tirlas a un lector que potencialmente inicia su propio
desarrollar qué modelo de sociedad, primero, y qué proyecto emprendedor.
modelo de sujeto, después, son idealizados (y, en su
caso, qué otros son problematizados), de forma más Además de ejemplos personales de los propios
o menos explícita por los autores. autores, son utilizadas citas y testimonios de otros
emprendedores que sirven para ejemplificar cons-
5.1.  Propósito de los autores y mecanismos tantemente la argumentación. A su vez, se recurre
narrativos con frecuencia a personas célebres (y célebres por
Los autores apelan e interrogan al lector re- muy diversas razones) definidas como ejemplo de
currentemente y de forma directa, buscando su personas emprendedoras, utilizando como prueba
reflexión y aprobación de los argumentos desarro- de ello alguna cita descontextualizada o alguna pe-

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queña historia simplificada de su vida o de de algún contradictoria, como un término polisémico bajo
acto relevante de ella. En sentido, es frecuente la el que conviven diferentes acepciones de lo que
producción de figuras o relatos “heroicos” que son significaría ser un emprendedor. Generalmente, el
equiparados a figuras o relatos “emprendedores”, emprendedor suele ser definido como alguien que
vinculando la heroicidad a la noción de emprendi- lleva a cabo un proyecto empresarial propio, que res-
miento. A través de este tipo de recurso se consigue ponde a una idea de negocio que ha formulado pre-
reforzar los argumentos de los autores, que toman viamente y que tiene como objetivo el éxito de ese
una apariencia de neutralidad y equidistancia ideo- proyecto empresarial. Bajo este esquema general, la
lógica, en tanto se utilizan a personas de muy diverso figura laboral con la que se identificaría el empren-
contexto social, histórico o ideológico. Por citar sólo dedor estaría caracterizada por el trabajo por cuenta
algunos de ellos, conviven en los textos historias de propia y por eventualmente tener la capacidad de
personajes como Teresa de Calcuta, Cristóbal Co- convertirse en empleador de otros trabajadores:
lón o Leonardo da Vinci; citas de Amancio Ortega o “El emprendedor que crea una empresa que acaba
de Steve Jobs, de Nietzsche o de Schopenhauer, de dando lugar a una organización pequeña, mediana,
Mandela o de Gandhi; así como muchas otras histo- o a una gran multinacional.” (Bermejo, 2013: 15).
rias, citas o referencias de autores y personajes muy Ahora bien, no siempre se mantiene esta definición
dispares –citando algunos ejemplos: Messi, Al Gore, básica, distinguiéndose en ocasiones entre el con-
Rockefeller, José Cela, Napoleón, Ortega y Gasset, cepto de emprendedor y de empresario: “[…] ser
Einstein…– cuyo único punto en común sería ejem- emprendedor es una cuestión de actitud y no de
plificar en qué consiste un “espíritu emprendedor”. profesión, mientras que ser empresario es más una
cuestión de profesión” (García-Milà, 2011: 94).
En síntesis, el principal objetivo de todos es- Aunque no se concrete bajo qué figura laboral se
tos manuales es el de animar al emprendimiento, encuadraría emprendedor y empresario –la diferen-
servir guía para ello y poner en valor la figura del cia entre ambos radicaría en una cuestión tan com-
emprendedor como sujeto ideal. Para ello, a modo pleja de definir como la “actitud emprendedora”–,
de manual, el núcleo del relato trata de explicar los frente al empresario como una “profesión”, el em-
diferentes aspectos a tener en cuenta para conver- prendedor no se dedicaría a gestionar una empresa,
tirse con éxito en un emprendedor (lo cual no equi- sino su propio proyecto profesional (y que sería al
valdría necesariamente a tener éxito en un proyecto mismo tiempo un proyecto personal). Por ello, un
emprendedor). emprendedor no despediría empleados –porque no
estaría ligado a una empresa sino a un proyecto–, lo
5.2.  ¿Emprendedor? ¿Emprender? Qué es el que sí sería propio de un empresario –caracteriza-
emprendimiento y por qué es un deber ser do por ser un empleador–: “Un emprendedor sabrá
En primer lugar, ¿qué significa, para los auto- que es empresario el día que se enfrente a hablar
res, ser un emprendedor? Por más que se haga refe- con la gente sobre qué nos lleva a despedir a tantos
rencia a este término constantemente, pocas veces trabajadores” (García-Milà, 2011: 94). Por tanto, si
se define directamente, lo que muestra que se trata bien generalmente ambos conceptos –emprendedor
de un concepto consolidado y aceptado, al no nece- y empresario– se utilizan de forma intercambiable
sitar explicarse o justificarse: “[…] <<emprender>> –“El emprendedor es, pues, el empresario bueno”
y <<emprendedor>> son ya conceptos consolidados (Bermejo, 2013: 29) –, en ocasiones sí se explicita
en nuestro lenguaje y en nuestra sociedad.” (Ber- su distinción.
mejo, 2013: 28). Sin embargo, esa consolidación
y aceptación va acompañada de una ambigüedad y En síntesis, podríamos entender el emprendi-
polisemia del concepto. De hecho, en las ocasiones miento bajo dos grandes nociones, que conviven y
en las que sí se define, se hace de manera difusa y se superponen durante el texto: el emprendimiento

37
como actividad empresarial –en la que ser empren- Habrás percibido que en la última década se ha
dedor equivaldría a ser un determinado modelo de extendido mucho el concepto de marca personal. Se
empresario–, pero también el emprendimiento trata de considerarnos a nosotros mismos como si
como actitud vital. En el segundo caso, el concep- fuéramos una empresa. Y al igual que se hace con las
to de emprendedor transciende al hecho de ser un marcas comerciales, dotar a tu propia marca perso-
trabajador autónomo o un empresario para remitir nal de una impronta diferente, sugestiva, reconoci-
a un determinado esquema de personalidad inde- ble. Con unos atributos anclados por experiencias o
pendientemente de su posición laboral, a una “cua- habilidades en las que eres especialmente destacado.
lidad moral”: “[…] emprender es una actitud vital. En suma, un sello de persona competente, valiosa,
Emprender es pasar por la vida dejando huella. Un fiable.
legado positivo. […] El sello de emprendedor le co- (Bermejo, 2013: 190)
rresponde a mucha más gente que la que inicia o de-
sarrolla un negocio.” (Bermejo, 2013: 30). Es esta Como se observa en la cita, el individuo-em-
noción, la de emprender como una actitud, la que nos prendedor debería, más que gestionar una empresa,
parece más trascendente para nuestro propósito: in- gestionarse a sí mismo como si fuese una empresa
ferir una serie de rasgos ideales que nos acerque a un –una “marca personal”–. Para ello, además de de-
modelo prescrito de buen sujeto en el trabajo (y del sarrollar sus habilidades profesionales o técnicas
modelo de sociedad que implica). Por el contrario, –“experiencias o habilidades en las que eres espe-
la amplitud y ambigüedad del concepto de empren- cialmente destacado”–, debería mostrarse como una
dedor como figura laboral hace que se incluyan en “persona competente, valiosa, fiable”, habilidades
el mismo concepto desde el autónomo hasta el due- de tipo social o relacional y no técnicas.
ño de una gran multinacional, pero además desde
esta conceptualización el emprendedor “va más allá Hemos hablado ya de lo que los autores entien-
del creador y/o dueño de una empresa” (Bermejo, den por la figura del emprendedor, pero los manua-
2013: 56) incluyendo también a trabajadores por les analizados, decíamos, tratan a su vez de animar
cuenta ajena –“El intraemprendedor que trabaja por al emprendimiento bajo una serie de argumentos.
cuenta ajena pero guiado por un espíritu innovador En pocas palabras, de dar respuesta a la pregunta
y creativo” (Bermejo, 2013: 16)–. Así, atendere- ¿por qué emprender? En primer lugar, el empren-
mos al concepto de emprendedor en su compleji- dimiento se vincula a una decisión puramente in-
dad, inclusivo de cualquier persona independiente- dividual, personal, tomada tras una previa auto-re-
mente de “que no haya tenido una ocupación formal flexión (y atendiendo a una supuesta “vocación”).
o no haya montado una empresa” (Bermejo, 2013: El potencial emprendedor habría de “atreverse”, de
17) pero sí posea una “actitud emprendedora”. Por asumir el riesgo que supone pasar de lo “conocido”
tanto, entenderemos por emprendedor al “empre- a lo “desconocido”. Esta concepción del emprendi-
sario de sí mismo”, concibiendo el desarrollo de su miento se observa en metáforas recurrentes como la
actividad laboral vinculada al cumplimiento de sus que identifica la idea de emprender con “lanzarse a
proyectos, que no necesariamente equivaldrían a la la piscina” (García-Milà, 2011: 85). Así, emprender
creación y expansión de su propia empresa. El em- supondría pasar de la seguridad conocida al riesgo
prendedor debería gestionarse a sí mismo, como si él desconocido; requeriría autodeterminación –“lan-
mismo fuese una empresa, poniendo todas sus capa- zarse”– para adentrarse en una realidad nueva –la
cidades y recursos, también los de ámbito más perso- que representaría “la piscina”–. A pesar del temor
nal, a disposición de ese proyecto emprendedor. La que pudiera suscitar el hecho de emprender –el he-
siguiente cita, en la que se utiliza la idea de “marca cho de lanzarse implica un acto de atrevimiento–, en
personal”, sirve para ejemplificar lo que decimos: este tipo de metáfora el lugar al que el lector ha de
“lanzarse” es de tipo lúdico –la piscina es un espa-

38
cio de ocio–. Así, emprender se identificaría con una Los argumentos para presentar como atractivo
cualidad moral, el coraje: reunir el valor necesario el emprendimiento no se centran tanto en su bene-
para “lanzarse”, y que proporcionaría algún tipo de ficio profesional –como vemos, el emprendimiento
recompensa. no garantizaría el éxito–, sino más bien en su benefi-
cio lúdico –las sensaciones que ofrece–. A modo de
En la misma línea, otra metáfora utilizada es la síntesis, a través del emprendimiento el individuo
que identifica el paso al emprendimiento con el he- pasaría de ser un sujeto pasivo (dependiente, inde-
cho de “lanzarse al vacío desde un avión en paracaí- ciso, que se aferra a la seguridad) a un sujeto activo
das”: (independiente, decidido, que asume el riesgo).

Decidirse a dar este paso tan difícil de lanzarse Pero además de una actitud deseable para el
al vacío. Exactamente igual que cuando alguien se individuo, el emprendimiento sería también una
lanza por primera vez desde un avión en paracaí- actitud inevitablemente deseable: la única op-
das. Un vacío inmenso por delante. ¿Y el paracaídas, ción posible para adaptarse con éxito a la nueva
se abrirá o no? ¿Flotaremos como pájaros o nos es- realidad del trabajo. Paradójicamente, empren-
trellaremos contra el suelo? Lo que cuesta verdade- der sería al mismo tiempo una elección personal
ramente es decidirse, pero cuando uno lo hace y deja de cada individuo y su única elección posible.
atrás el seguro soporte del avión, es cuando empieza En este sentido, se apela a emprender desde la
a volar. Libre por completo, disfrutando de una sen- afirmación de que hacerlo es el último recurso
sación inigualable, una experiencia única que com- ante la actual crisis8, ante la que el emprendi-
pensa todo el miedo antes de dar el salto. miento sería una necesidad ineludible: “[…] en
(Medina, 2012: 38) los países con crisis de empleo crece la activi-
dad emprendedora. Surgen más emprendedores
De nuevo, la necesidad de adoptar una actitud siquiera por obligación antes que por devoción.
de atrevimiento, de decidirse a pasar de la seguridad Ante la falta de oportunidades de trabajo por
–“el seguro soporte del avión”– al riesgo –“un in- cuenta ajena muchas personas recurren al au-
menso vacío por delante”–. Sin embargo, frente al toempleo.” (Bermejo, 2013: 61). Sin embargo,
temor inicial se encontraría la certeza de que va a ser esa aceptación del emprendimiento como “su-
beneficioso hacerlo –el aspecto lúdico se mantiene– pervivencia” no dejaría de ser una elección, una
pues implicaría sentirse “libre por completo”. Esa respuesta individual hacia un contexto social
sensación de libertad justificaría la decisión, que se- que es descrito como una oportunidad histórica
ría acertada independientemente del éxito o no del para poner en marcha lo que sería una originaria
proyecto emprendedor. Es decir, aún terminando “naturaleza emprendedora” del ser humano –“El
éste en fracaso, tan sólo por el hecho de haberlo in- hombre primitivo salía de caza o de pesca si
tentado, de haber vivido esa experiencia, habrá “va- quería comer.” (Bermejo, 2013: 60)–. Este doble
lido la pena”. Y por ello, en caso de fracaso habría motivo para el emprendimiento convive perma-
que volver a intentarlo, esto es, re-emprender: nentemente en los textos: en tanto oportunidad,
emprender es definido como la mejor manera de
Puede que el aterrizaje sea más o menos placen- contribuir al bienestar propio –“[…] la actitud
tero. Quizás no salga bien del todo y acabemos con
algún hueso roto, pero aún así, todos los que se han 8  La “crisis” tiene en los textos un sentido amplio: es cita-
da como crisis en abstracto, crisis económica, crisis de em-
atrevido a volar os dirán que ha merecido la pena. pleo, crisis de valores… En cualquier caso, más que elabo-
Y que en cuanto se recuperen de la caída volverán a rar una argumentación sobre su naturaleza, los autores se
limitan a constatarla como una realidad y, cuando se hace
intentarlo de nuevo. referencia a su origen, a responsabilizar de ella a “todos”,
(Medina, 2012: 38) a “la sociedad en su conjunto”.

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emprendedora te acerca más a la anhelada felici- hace en términos personales, y sus soluciones pasan
dad” (Bermejo, 2013: 240)- y al del conjunto de a ser también personales
la sociedad –“[Los emprendedores son] Gente
de que contribuye a que dejemos a las siguientes El emprendimiento, de esta forma, no garanti-
generaciones un mundo mejor por ser más feliz, zaría un mayor bienestar laboral propio, al menos a
más libre y con más oportunidades” (Bermejo, corto plazo. Como se observa en la siguiente cita, el
2013: 18)–; mientras que por otra emprender es paso de un empleo asalariado a un “empleo empren-
entendido como una necesidad, como la única dedor” podría significar una reducción significativa
manera posible de mantenerse activo en el actual de la retribución económica, así como asumir una
(y amenazante) mercado laboral –“Son muchos menor categoría profesional:
los emprendedores que lo son por necesidad.
Cuando todos los caminos se cierran, sólo queda […] muchas personas […] están realizando un
el camino personal.” (Medina, 2013: 32)–. En trabajo que no les llena, pero les proporciona im-
definitiva, la actual realidad económica y labo- portantes beneficios. Si deciden cambiar, en algún
ral se presentaría como la oportunidad para que momento pasarán del puerto seguro al mar abierto.
cada persona llevase a la práctica por obligación Estas personas quizá saltan al eslabón más bajo en
lo que de todas formas más le convendría tan- el área que les gusta, con la esperanza de ir ascen-
to a él mismo como al conjunto de la sociedad: diendo para hacerse un lugar en ella; saben que qui-
“De una situación angustiosa [la crisis], quizás zá se estarán cinco años cobrando mucho menos de
pueda nacer un nuevo espíritu emprendedor que lo que están percibiendo ahora.
a medio y largo plazo sea muy beneficioso para (García-Milà, 2011: 64)
todos. Como dice el refrán, no hay mal que por
bien no venga”. (Medina, 2012: 39). El paso al emprendimiento puede dar lugar,
por tanto, “al eslabón más bajo”, y ello “cobrando
Por tanto, esa situación de crisis (y sus conse- mucho menos”, lo cual se vería compensado por el
cuencias en materia de bienestar laboral y social) re- hecho de que, a través del emprendimiento, se po-
queriría del sujeto una actitud “positiva”, penalizán- dría realizar profesionalmente lo que sería parte del
dose cualquier actitud de queja que sólo contribuiría desarrollo personal, trabajando “en el área que les
al malestar propio: “Resulta obvio que siempre hay gusta”. El argumento para hacer atractivo el em-
razones para excusarse cuando las cosas no van bien prendimiento muestra su debilidad en cuanto no
[…] ¿A qué conduce esta actitud? Yo creo que a casi garantiza un bienestar a corto plazo (ni lo asegura
nada.” (Bermejo, 2013: 54). Al entender la crisis de a medio o largo), sino que se sustenta en la “espe-
forma a-causal, o atribuyéndole causas tan genéricas ranza de ir ascendiendo”. La metáfora de una elec-
que hacen imposible una lectura política –“No sé tú, ción entre “el puerto seguro” y “el mar abierto” es
pero yo creo que el problema no es sólo de la clase en este sentido elocuente. Ahora bien, de esta cita
política, sino de la sociedad en general. (Bermejo, puede deducirse también un elemento importante
2013: 51)–, sus consecuencias sociales se des-pro- que sirve para hacer atractivo el emprendimiento: el
blematizan socialmente. Al contrario, la crisis es en- individuo tendría la facultad de ser el único respon-
tendida como una situación “normal”, consecuencia sable de sí mismo, de ser quien “decide” su propio
lógica del sistema social –el capitalismo, el cual no destino, de elegir entre el “puerto seguro” y “el mar
se explicita porque se asocia al único sistema posi- abierto”.
ble, a “la realidad” o “lo natural”–, que no requie-
re protesta, sino adaptación (en tanto no obedece a Por tanto, se estaría invitando al trabajador a
causas políticas). Por tanto, la problematización se asumir una nueva norma de empleo, que si bien
vendría impuesta por la (nueva) “realidad”, sería

40
asumida en términos electivos: el emprendimien- 5.3.  La sociedad emprendedora
to sería la decisión más adecuada para adaptarse Como ya hemos adelantado, si tratamos de defi-
a una sociedad en cambio, pero sería además la nir un modelo de buen sujeto extraído de los manua-
única posibilidad de adaptación a largo plazo. les analizados, no podemos obviar que éste sujeto
Esta argumentación en torno a un nuevo modelo se inscribe en una representación naturalizada de
de sociedad –“[…] un mundo que cambió radi- cómo es la sociedad –“el mundo que nos ha tocado
calmente en el siglo XXI.” (Bermejo, 2013: 52)– vivir” (Bermejo, 2013: 67) – y de cómo debería ser
justifica la normalización de formas “atípicas” –“[…] un mundo emprendedor es un mundo me-
de empleo, que serían presentadas como una jor.” (Bermejo, 2013: 21)–, por lo que analizare-
necesidad del trabajador para su posterior éxito mos a continuación las características fundamenta-
profesional, o en términos generales, como una les de la “sociedad emprendedora”.
necesidad que impondría la sociedad misma, la
cual se encontraría en un estado de transición 5.3.1.  La clave de la división social: la mentalidad
hacia un nuevo (y feliz) orden social9. emprendedora
En primer lugar, si bien la noción de emprende-
En términos generales, el emprendimiento dor remite a una concepción del individuo autóno-
permitiría al sujeto una necesaria adaptación a una mo en sus decisiones, los autores asumen que éste
“nueva sociedad” caracterizada por el incremento se inserta en una sociedad con una estructura des-
de la incertidumbre –definida como una situación en igual. Para explicar (y justificar) el modo en el que
la que se desconocen las causas de la situación pro- se estructuraría la sociedad, los autores dividen la
pia y por tanto los modos adecuados de actuar sobre sociedad en dos grandes grupos de individuos que,
ella (Bauman, 2011)– que, al naturalizarse, exigiría siguiendo una dicotomía entre buen y mal sujeto,
de él su asunción como un hecho natural y su acep- entre quien se guía por una actitud emprendedora y
tación. Esa generalización de la incertidumbre como quien no lo hace, se distinguirían en su mentalidad:
rasgo representativo del la realidad favorece la apa- “[…] la conclusión a la que llego es que hay dos tipos
rición de la categoría “suerte” como elemento expli- de actitudes vitales. La de quienes prefieren ir por
cativo de la situación propia (Bauman, 2011). Fren- el camino fácil […] Y la otra, la de quienes apuestan
te la arbitrariedad que supondría entender el destino por asumir riesgos […]” (Bermejo, 2013: 60). Y esa
personal en términos de (buena o mala) suerte, lo división dependería de la decisión personal que to-
único que podría hacer el sujeto sería apelar a la cer- mase cada individuo:
teza que proporcionaría la probabilidad (Bauman,
2011), con lo que a mayor actitud (emprendedora), Es nuestra elección: construir o destruir, confor-
a mayor número de intentos por lograr el éxito (em- mismo o rebeldía, ser parte de las soluciones o de los
barcándose en diferentes proyectos), mayores sería problemas, aportar valor allá donde te toque estar o
la probabilidad de alcanzarlo: “Es verdad que en la pasar sin más, aglutinar con energía positiva o ser
vida más vale tener buena suerte que mala suerte. generador de conflictos permanente […]
Pero también para que te toque la suerte hay que ju- (Bermejo, 2013: 60)
gar con regularidad para encontrarla. Como la lote-
ría.” (Bermejo, 2013: 42). Tomando como referencia esta cita, quien de-
cidiese adoptar una actitud emprendedora estaría
9  En este sentido, y si bien su análisis excedería los optando por ser “constructivo”, aportando su crea-
límites de nuestra investigación, resulta elocuente como
en las ciencias sociales han proliferado representaciones tividad y capacidad de trabajo a la sociedad; “rebel-
de la sociedad contemporánea que la definen como “del de”, siendo inconformista con el rol que le asigna la
conocimiento”, “del talento”, “de la información”, u otros
adjetivos que sugieren –cuando no directamente cele-
sociedad y ejerciendo el que él mismo decide; por
bran– las vías de superación de la sociedad del trabajo. “aportar valor allá donde le toque estar”, evitando

41
adoptar una actitud de queja o frustración ante su tiempo los rasgos asociados a ese tipo de empleo
situación social; así como por “aglutinar con ener- (estable, protegido, sometido a mejoras retributivas
gía positiva”, colaborando a crear armonía social en progresivas y pautadas).
lugar de conflicto.
De esta forma, España, de igual forma que otros
Y si la estructura social sería el resultado de las “lugares de Europa y Latinoamérica” (Bermejo,
actitudes (y consecuentemente las acciones) indivi- 2013: 23), sería un país carente de cultura empren-
duales, la sociedad será mejor cuantos más indivi- dedora, lo que se contrapondría a “[…] la mayor
duos emprendedores la compongan. En este senti- mentalidad emprendedora que permea en algunos
do, por más que la actitud personal se considere lo países del centro y norte de Europa […]” (Bermejo,
esencial a la hora de definir a alguien como empren- 2013: 48), así como a los países anglosajones y muy
dedor en lugar de su ocupación profesional, gene- especialmente a Estados Unidos (Medina, 2012:
ralmente se prioriza la figura laboral del empresario 56), verdadero ejemplo de “sociedad emprendedo-
frente a la del empleado asalariado como sintomáti- ra”:
co de persona emprendedora:
La sociedad americana fomenta el emprendi-
[…] según un estudio de la Universidad Com- miento y estimula la independencia en todos los sen-
plutense de Madrid, [en España] sólo el 8 por ciento tidos. Rara es la persona que a los dieciocho años no
de los universitarios se plantea como opción de futu- abandona el hogar familiar no abandona el hogar
ro crear su propia empresa. La mayoría, un 41 por familiar para iniciar una vida independiente, en
ciento prefiere ser asalariado en la empresa privada, contraste con nuestros jóvenes, que siguen viviendo
e incluso hay un 30 por ciento que sueñan con ser en casa de sus padres hasta edades muy avanzadas.
funcionarios del Estado. Ese espíritu de libertad, sin nuestro temor atávico a
(Medina, 2012: 38) riesgo, es el que ha llevado a Estados Unidos a ser
líder en muchas áreas, especialmente en todo lo refe-
De la anterior cita se deduce una escala de va- rido a la innovación.
lor según la cual se contribuiría mejor a la sociedad (Medina, 2012: 146).
al crear una empresa propia que al tener un empleo
en la empresa privada, y mejor mediante un empleo Estados Unidos –que suele considerarse, ade-
en la empresa privada que a través de un empleo pú- más, un modelo paradigmático del liberalismo polí-
blico, lo cual equivaldría a una carencia de “espíritu tico, por lo que su referencia como ejemplo positi-
emprendedor”, como delata ese “e incluso” de la vo no es ideológicamente neutra– es tomado como
cita. Así el funcionariado es presentado como el “an- ejemplo de país con “mentalidad emprendedora”,
tihéroe” de la sociedad, representando lo opuesto a lo cual le habría convertido en “líder de la economía
los valores del emprendimiento: su salario depen- mundial y el que cuenta con más empresas multina-
dería de la colectividad, lo cual lo presenta como un cionales” (Medina, 2012: 39). La prosperidad de
sujeto “parasitario”; su estabilidad laboral se asimila las sociedades, entonces, vendría determinada por
a la ausencia absoluta de riesgo y su por tanto al su- la mentalidad o no emprendedora de sus individuos,
jeto conformista; así como su trabajo se define como que se reflejaría en el mayor o menor número de
burocrático, en oposición al trabajo de tipo creativo empresas de éxito, en el mayor o menor número de
propio del emprendedor. Esta representación gene- empresarios. La empresa y los empresarios serían
ral del funcionariado sería coherente a un cuestio- así “el motor de la economía”: “[…] el auténtico mo-
namiento del Estado social, en tanto extendería un tor de la economía de un país son aquellas personas
empleo público ineficiente y disfuncional para la capaces de correr riesgos. [En referencia a los em-
“buena sociedad”, así como cuestionaría al mismo presarios]”. (Medina, 2012: 56). En consecuencia,

42
el empresario (que sería la forma de emprendeduris- su traducción discursiva como política conserva-
mo más evidente) sería el sujeto vulnerable, el sujeto dora –ya que esa protección impediría al sujeto su
realmente susceptible de ayuda pública y social, para potencial desarrollo– y cualquier otra orientada a la
beneficio de la sociedad en su conjunto: “El em- desprotección como política progresista –ya que esa
prendedor necesita una mirada cómplice de la socie- desprotección empoderaría a los individuos–. Pro-
dad y sus gobernantes.” (Bermejo, 2013: 23). En siguiendo con esta lógica liberal, para fomentar una
contraposición, la ayuda pública “indiscriminada” sociedad emprendedora el Estado debería garanti-
sería perjudicial para el conjunto de los individuos: zar la libertad de empresa, desregulando las relacio-
“La subvención generalizada esconde ineficiencias, nes laborales:
impide evolucionar a modelos de negocio obsoletos
y, lo peor de todo, aniquila el espíritu emprendedor, […] a los gobiernos mejor pedirles que se entro-
el legítimo afán de superación o la sana ambición.” metan lo mínimo posible en la microeconomía. Que
(Bermejo, 2013: 50). Para lograr sociedades “más contribuyan con su acción política a crear un clima
emprendedoras” se debería entonces evitar la ge- favorable a la actividad empresarial. Que centren
neralización de considerar a sus ciudadanos como sus esfuerzos, con estructuras eficientes, en los gran-
sujetos dependientes. De esta forma, el Estado de- des asuntos de Estado […] Y que dejen trabajar a la
bería reservar su papel de intervención social a cier- gente emprendedora en un marco de libertad, seguri-
tos grupos concretos –“Por supuesto, no me olvido dad jurídica, igualdad de oportunidades y razona-
de que hay segmentos de la sociedad a los que hay ble flexibilidad.
que atender inexcusablemente (niños, mayores, en- (Bermejo, 2013: 57)
fermos, clases desfavorecidas…)” (Bermejo, 2013:
55)–, a la vez que evitar las políticas públicas ten- Este planteamiento político promovería una
dentes a universalizar la protección social, que ter- transformación de la mentalidad de los individuos,
minarían teniendo el efecto de vulnerabilizar a los ya que en nuestra sociedad no se favorecería sufi-
sujetos receptores de esas políticas, al convertirlos cientemente el emprendimiento –[…] el empren-
en dependientes cuando en esencia no lo serían: dedor no cuenta casi nunca con un entorno favora-
ble para el desarrollo de sus iniciativas.” (Bermejo,
[…] existen amplias capas de la sociedad que 201: 145)–, lo cual desincentivaría la puesta en
creo que están perfectamente capacitadas para adop- valor de los emprendedores como modelos a imitar:
tar posiciones hayqueísta [el término “hayqueísta” “Nuestros hijos tienen que tener referentes em-
es utilizado por el autor para definir una actitud ac- prendedores, sociales y empresariales […] Sólo así
tiva, de quien se responsabiliza de sí mismo]. Y eso tendremos más actitudes emprendedoras, de las que
sería absolutamente beneficioso para el conjunto de tan necesitados estamos.” (Bermejo, 2013: 26). En
la ciudadanía. una sociedad en la que prevaleciera una “mentali-
(Bermejo, 2013: 55) dad emprendedora”, y dado que el emprendimiento
depende directamente de la mentalidad individual,
5.3.2.  La emprendedora como emblema de la sociedad todos los individuos tendrían la posibilidad de poner
liberal en marcha su proyecto emprendedor y hacerlo con
De todo lo dicho se sigue una ideología libe- éxito: “[…] el emprendedor no está hecho de nin-
ral en la concepción del Estado –tomando a Esta- guna pasta especial.” (García-Milà, 2011: 79). En
dos Unidos como ejemplo ideal– que promueve la esa igualdad de oportunidades de alcanzar el éxito
des-protección social (y en el caso que nos ocupa, radicaría un principio de justicia de la sociedad. Con
laboral) como política que mejor proporcionaría el un matiz: si bien sería posible por igual para todos
bienestar general. A través de este planteamiento los miembros de la sociedad alcanzarlo, el concep-
cualquier política orientada a la protección tiene to de éxito se amplía hasta el punto de que habría

43
tantas definiciones de éxito como individuos que lo 5.3.3.  La sociedad de los individuos o la sociedad
definan: “[…] el éxito, lo que marca el triunfo de una frente al individuo
idea o una empresa, es algo que cada uno tiene que Esta ausencia de problematización social se
definirlo según su perspectiva […].” (García-Milà, deriva de una concepción de la sociedad reducida
2011: 61). El éxito, y también el fracaso, se conver- a la suma de sus individuos: una “sociedad de indi-
tirían así en una cuestión personal, puramente sub- viduos” cuyo ideal sería una sociedad de individuos
jetiva, que nada tendría que ver con las condiciones emprendedores –“Creo firmemente que una socie-
materiales vividas sino con la manera en que éstas dad más emprendedora va a ser una sociedad mejor.
son percibidas: Con gente más comprometida, más responsable,
más proactiva, de fuertes valores y principios.” (Ber-
Acabarás arruinado por completo o hasta las mejo, 2013: 19)–. Así, los individuos se relaciona-
cejas de billetes. Decidiendo en qué país quieres vivir rían entre ellos insertándose en redes más o menos
o en qué país puedes esconderte. Celebrándolo con estables, pero siempre como sujetos aislados: la so-
tu pareja o con el abogado de divorcios… Y lo mejor ciedad se constituiría como un ente en cierta medida
de todo: es posible que arruinado, divorciado y bus- abstracto de normas y regulaciones externas al indi-
cando dónde refugiarte, es posible que sientas que viduo, cuya estructura desigual no sería más que el
has tenido éxito, de igual modo que, rico, pensando producto de las acciones individuales y autónomas
dónde vivir y felizmente casado sientas que has fra- de los individuos. Por ello, en lugar de problemas
casado. sociales, existirían problemas entre individuo y so-
(García-Milà, 2011: 24) ciedad, en tanto la sociedad se opondría al individuo
impidiendo su pleno desarrollo:
Por tanto, si desde este planteamiento el éxito y
el fracaso dependen de una cuestión personal, ¿por […] la sociedad y sus reglas limitan constante la
qué problematizar la pobreza? ¿por qué penalizar la espontaneidad de nuestros actos. El mundo laboral
riqueza? Ni la pobreza ni la riqueza (ni cualquier otra no es ninguna excepción a esta inexorable certeza.
desigualdad social) serían indicadores de bienestar, Nos educan para ser asalariados […] Pero son muy
ya que éste dependería de lo que cada persona “sien- pocos los que se plantean su formación como un ca-
ta” de forma subjetiva. Los problemas sociales, en mino hacia la independencia laboral o, lo que es lo
este sentido, no existirían más que como problemas mismo, hacia el emprendimiento personal.
personales de quienes no habrían logrado su éxito (Medina, 2012: 15)
particular, y que todos tendrían opción de conse-
guir. Las políticas públicas tendentes a universalizar Desde este planteamiento sería legítimo que el
la protección social no representarían, por tanto, individuo se rebelase frente a “la sociedad y sus re-
la solución a un problema social, sino más bien la glas” que lo “limitan”, sin que ello implicase atentar
creación de un problema nuevo: la generalización contra el bien público. De hecho, la cuestión misma
de sujetos dependientes de la ayuda del Estado. Ello de “lo público” es difícilmente planteable desde esta
legitima la orientación individual de la intervención representación de la sociedad: si el interés gene-
social del Estado, estudiando cada caso aisladamen- ral es la suma de los intereses particulares de cada
te y otorgando su ayuda condicionadamente a una uno de los individuos, actuar en beneficio propio es
demostración individual, a la manera de un “contra- equivalente a la mejor (y la única) manera de con-
to” que tendría como objetivo lograr la independen- tribuir al beneficio colectivo. Así, la “rebeldía” es
cia del sujeto ayudado del Estado social (Serrano y identificada con una actitud individual e individua-
Martín, 2011). lista, con un comportamiento orientado al propio
interés. Y, dado que no se plantea un interés “ge-
neral”, su opuesto –la acción orientada al interés de

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los otros– no sería sino “desinterés” por uno mismo, zá la empresa donde estabas trabajando acabe de
una actitud de “apatía”. cerrar, o quizá acabas de divorciarte… Frente a cual-
quier eventualidad de este tipo, tenemos miedo. Mie-
Pero al mismo tiempo que la sociedad podría do a qué vamos a hacer, miedo al paro, a lo que sea.
oponerse a la libertad personal, lo que supondría Pero también es el momento en el que se abren
que el individuo debiese enfrentarse a ella, por otra puertas para hacer cosas por ti mismo. Para empren-
parte el individuo debería ser capaz de adaptarse, de der. Puede ser el momento ideal para empezar cosas.
amoldarse a la realidad que se le impone. Esto es, si (García-Milà, 2011: 69)
la realidad cambia, el individuo habría de cambiar con
ella: “El mundo definitivamente cambió. ¿Y tú? ¿Y 5.4.  El sujeto emprendedor
tu negocio, si es que ya lo tienes?” (Bermejo, 2013: Como vemos, la realidad social, tal como los au-
137). Ciertos cambios sociales estarían dando lugar tores la representan, necesitaría sujetos adaptables
a una “nueva sociedad” que se caracterizaría por el a ella. Y para esa necesaria adaptación, los sujetos
cambio permanente: la sociedad actual es definida deberían decidirse a emprender, a auto-convertir-
como “la sociedad del cambio” (Bermejo, 2013: 97) se en personas emprendedoras. Permanentemente
y se contrapondría a una sociedad anterior y en vías convive, en estos discursos, una doble articulación
de superación caracterizada por la certidumbre, más del sujeto emprendedor. Por una parte, en ocasio-
“previsible”: nes éste es caracterizado como alguien que posee-
ría algunas cualidades extraordinarias relacionadas
Piensa que la vida en la generación de nuestros con su actitud, que lo asimilarían con la imagen de
padres se caracterizaba por conceptos muy estáticos. un “héroe”:
Por tanto, muy previsibles. Casi siempre se moría don-
de se nacía, todo lo más se producía la típica migra- El emprendedor debe ser consciente de que él y
ción del campo a la gran ciudad. Por supuesto se tra- sólo él ha sido capaz de poner en marcha el proyecto.
bajaba en el mismo lugar y, seguramente, en la misma Algo que muy pocas personas están en condiciones
empresa durante toda la trayectoria laboral. Se casa- de hacer, aunque dispongan de otras habilidades
ba uno para toda la vida. Se compraba casa cuando importantes. La pasión y el empuje del emprendedor
uno se casaba, que iba a ser la casa para toda la vida. son insustituibles y no están al alcance de todos.
(Bermejo, 2013: 166) (Medina, 2012: 109)

Estos elementos de certidumbre estarían pues- De esta forma, sólo algunas personas estarían
tos en cuestión en la sociedad contemporánea, en en disposición de la actitud necesaria para empren-
la que “[…] el cambio es lo que permanece.” (Ber- der –“la pasión y el empuje”–, a diferencia de una
mejo, 2013: 105). Una “nueva sociedad” en la que mayoría que carecería de esa mentalidad emprende-
“las oportunidades, pero también las amenazas se dora, lo que justificaría, como ya vimos, una distri-
multiplican” (Bermejo, 2013: 104) y que implicaría bución social jerárquica y desigual que respondería
el cuestionamiento de los principales elementos de meritocráticamente a la adopción de mentalidades
certidumbre de la “vieja sociedad”. Y, para adaptar- (emprendedoras o no) de cada uno de los individuos.
se a ella, el individuo debería aprovechar ese estado
de incertidumbre y transformarlo en una oportuni- Pero al mismo, no sólo habría determinadas
dad vital. Oportunidad para transformarse a sí mis- personas potencialmente emprendedoras –“predes-
mo, convirtiéndose en emprendedor: tinadas” (Medina, 2012: 17) a emprender–, sino
que el emprendimiento respondería a una esencia
Quizá te acaben de decir que no tienes plaza humana, que todos los individuos poseerían y que
para cursar la carrera que pretendías estudiar. Qui- habría que auto-descubrir –“Cada uno de nosotros,

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en función de nuestra vocación o de las circunstan- las personas tendrían en alguna medida la potencial
cias, sacamos a relucir nuestro espíritu emprende- capacidad de emprender –“el ser humano es capaz de
dor, entendido de nuevo en el sentido más amplio.” todo”–, a menor edad, más propicias serían las cir-
(Bermejo, 60)– y auto-gestionar: “No creo, por tan- cunstancias para hacerlo:
to, en el dilema de si el emprendedor nace o se hace.
El carácter emprendedor se puede perfeccionar vía la […] es muy cómodo intentar emprender cuando
formación y la experiencia.” (Bermejo, 60). Es esta uno tiene diecisiete años, vive en casa de sus padres y
segunda dimensión del emprendimiento la que hace no tiene gastos por los que preocuparse. En cambio,
referencia más directamente a una regulación de sub- intentar hacerlo a los treinta, un hijo y una hipoteca es
jetividades que apela al auto-gobierno de las mentali- más complejo. […] el potencial efecto nocivo del fraca-
dades. so, o sus consecuencias, son realmente mayores en el
segundo caso […] Aunque por otro lado, con cincuen-
La prescripción universal del emprendimiento lo ta es peor que con cuarenta y con cuarenta peor que
convierte en una interpelación (individual) al conjun- con sesenta. Así que… ¡manos a la obra ahora mismo!
to de la sociedad, entre los que se incluirían también (García-Milà, 2011: 29)
a sus miembros en una posición de vulnerabilidad o
exclusión respecto al mercado de trabajo. De esta La edad es utilizada entonces como variable ex-
forma, la generalización de estos discursos y su ma- plicativa de las mayores o menores posibilidades de
terialización como imaginario social contribuirían a emprender, conformándose ciertos grupos de edad
entender la exclusión como un hecho voluntario, al de los que se ofrece una imagen homogénea y este-
relacionarla con la no-adopción personal de determi- reotipada. Sin embargo, al hablar de los jóvenes el
nadas normas de subjetividad, identificando al exclui- prototipo que es tomado como ejemplo es el de quien
do como el no-emprendedor. ha cursado o cursa estudios universitarios, no tiene
responsabilidades familiares y tampoco la necesidad
Vamos a continuación a analizar de forma más urgente de un empleo estable: “En el caso de los jó-
concreta algunas de las implicaciones en el mundo del venes recién salidos de la universidad […] ellos no tie-
trabajo derivadas de estos discursos. Para ello, descri- nen un trabajo remunerado que perder, ni una familia
biremos y analizaremos las principales características que mantener.” (Medina, 2012: 52). Es este modelo
que se naturalizan y/o prescriben al sujeto empren- de persona joven el único que se hace explícito, ob-
dedor, y que hemos englobado bajo diferentes dimen- viando otras posibles (y probables) situaciones socia-
siones del emprendedor, con el fin de clarificar nues- les en las que puede encontrarse un joven. Al mismo
tra exposición. tiempo, los jubilados y prejubilados suponen una ex-
cepción en esa tónica general que vincula una mayor
5.4.1.  El emprendedor es joven edad a más “frenos” al emprendimiento. La imagen
A pesar de presentarse como una propuesta ac- simplificada que se describe de este grupo de edad
cesible a todas las personas, se asume que algunas de es la de personas con ingresos estables y suficientes
ellas se encontrarían en circunstancias especialmente y que además disponen de tiempo libre: “El tiempo
desfavorables para auto-convertirse en emprende- les sobra y el dinero […] no tiene por qué ser un obs-
doras. En este sentido, la edad sería una variable que táculo. En cualquier caso, si todo fracasa, siempre
iría en contra de la voluntad de emprender: “[…] los les queda el colchón de sus ingresos permanentes y
años van en contra de la capacidad de reinventarse, garantizados.” (Medina, 2012: 46). Por tanto, dado
de arriesgarlo todo por un objetivo nuevo. Pero el ser que dispondrían éstos recursos –dinero y tiempo–
humano es capaz de todo, incluso en las más adversas podrían dedicarlos a una actividad emprendedora
circunstancias.” (Medina, 2012: 32). Como se ob- “productiva” transformando lo que de otro modo se-
serva en la cita anterior, si bien potencialmente todas ría una vida “improductiva”:

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[Los jubilados o prejubilados son] Personas […] torno a los “minijobs”, empleos cuyo salario cubriría
con una larga esperanza de vida por delante, y sin (al menos teóricamente) los gastos de subsistencia
más horizontes que el cultivo de sus hobbies, o el ocio individuales–. Al mismo tiempo, la asociación de los
improductivo y aburrido en el que mecer sus recuer- valores emprendedores a la figura estereotipada del
dos. Los jubilados cuentan con un ingreso fijo y unos joven como ejemplo ideal, supone la asimilación de
gastos limitados. […] Los prejubilados, además, las condiciones laborales que se le asocian al empleo
cuentan con un salario de mercado […]” juvenil: una categoría laboral “construida” en base
(Medina, 2012: 46) a su carácter “deficitario” (Serrano, 1995) que,
por tanto, es representada en un estado de semi-in-
De este modo, emprender sería la manera que serción en el mercado laboral, favorable a formas
tendrían los jubilados y prejubilados de convertirse “atípicas” de empleo que posibilitasen su acceso al
en sujetos activos, lo que se identifica con una vida empleo convirtiéndolos en más “atractivos” para el
más digna personal y socialmente. De hecho, al empleador. Así, la identificación del emprendedor
identificar la jubilación con la inactividad e interpe- con el joven supone legitimar la generalización de
lar al jubilado a adoptar una actitud vital activa, im- condiciones de empleo precarizadas –nuevamente,
plícitamente se le está invitando a comportarse como podemos utilizar la figura del “minijob” como ejem-
si fuese alguien joven: en este sentido, ya la actitud plo: el empleo se presenta como una solución pro-
emprendedora se identifica en buena medida con visional de inserción laboral, que imposibilita cual-
una “actitud joven”, asumiendo que las caracterís- quier proyecto emancipador pero que permitiría, al
ticas de la juventud serían algunas como el entusias- menos, acceder al mercado de trabajo–.
mo, la vitalidad, el atrevimiento… las que se corres-
ponderían, en definitiva, con el emprendimiento, 5.4.2.  El emprendedor es activo
con una “actitud activa”. Como hemos visto, mientras que la pasividad se
problematiza, el buen sujeto debería ser activo: “La
La elección de los colectivos de jóvenes y de ju- gente emprendedora es particularmente activa. En-
bilados como ejemplo de circunstancias propicias al seguida se ponen manos a la obra para aterrizar los
emprendimiento supone la elección de grupos aleja- sueños imaginados. Están particularmente dotados
dos de la producción –grupos que pueden definirse para ejecutar bien lo pensado.” (Bermejo, 2013:
como de “consumo puro” (Cabrera, 2005): los que 86). Es decir, para ser emprendedor no sólo sería
aún no trabajan y los que ya no trabajan– y que por necesario tener “buenas ideas” –esos “sueños ima-
tanto no aluden a figuras de trabajo concretas. Se ginados”–, ya que todas las personas podrían tener-
trata de sujetos que, así representados, dispondrían las: “Todas las personas que lean este libro tienen
de un salario –o más ampliamente de una remune- muchísimas ideas, tú también. El problema es que
ración– con un fin individual. Con ello se obvia, al muy pocas veces las personas creen que alguna de
considerar al sujeto en su independencia, cualquier estas ideas puede llegar a ser un proyecto realizable.
dependencia familiar de ese salario por lo que, si el No se lo toman en serio.” (García-Milà, 2011: 28).
sujeto es representado en ausencia de ningún tipo Además, habría que tener la predisposición nece-
de cargas familiares o sociales –el conjunto de sus saria para llevar esas ideas a la práctica, “creer en
relaciones se plantean en términos de voluntarie- ellas” y “tomárselas en serio”.
dad–, la remuneración de un empleo estaría estricta-
mente orientada al trabajador, y por tanto habría de La actitud activa se relaciona directamente
ser proporcional a los gastos de un individuo y no de con la capacidad de autodeterminación. A partir de
una unidad familiar. Ello justifica la generalización la autoconfianza –“La persona que tiene que creer
de una disminución de las retribuciones –en este más en lo que tú haces eres tú mismo” (García-Milà,
sentido, resulta paradigmático el debate público en 2011: 60)–, el sujeto debería ser capaz de tomar la

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decisión de actuar, y de hacerlo a pesar de los posi- otra cosa que dificultad su decisión de emprender:
bles riesgos que ello suponga –“La primera vez que de esta forma, las políticas des-mercantilizadoras
empiezas algo, no creo necesario que sea necesario –que posibilitan espacios de ciudadanía fuera de
tener un plan de fuga; si esperas siempre un plan de la esfera productiva– des-incentivan el emprendi-
fuga, normalmente no llegas a empezar nada” (Gar- miento frente a las políticas re-mercantilizadoras
cía-Milà, 2011: 71)– y a pesar de las circunstancias –definiéndose como único espacio de ciudadanía el
adversas, que no serían más que alguna de “[…] las trabajo, o más ampliamente el mercado– que contri-
infinitas excusas que te puedes poner a ti mismo para buyen a fomentarlo.
no empezar algo.” (García-Milà, 2011: 30). Por
tanto, frente a las “excusas” que el sujeto pasivo se 5.4.3.  El emprendedor es conformista
autoimpondría para no llevar a la práctica sus ideas, La “naturaleza activa” propia del emprendedor
el sujeto activo contaría con una autodeterminación parece contradecirse con su necesidad de adapta-
que concebiría las amenazas a las que se enfrenta su ción a la sociedad, adaptación que iría acompañada
proyecto como “retos” a superar: de un cierto grado de conformismo, en tanto la felici-
dad personal se vincula más directamente con el he-
Si confías en tu idea y estás convencido de que cho mismo de emprender y no tanto con el resultado
nada te va a parar, nada te parará. Porque estarás en términos de bienestar material al que podría dar
dispuesto a dedicar a tu proyecto todas las horas lugar ese emprendimiento. El éxito del emprende-
que sean necesaria cada día. Afrontarás los fraca- dor sería equivalente a que su proyecto tenga éxito
sos como una fuente de experiencias y aprenderás de y “crezca”, pero ello no tendría por qué conllevar
todo y de todos, sin tirar nunca la toalla. una mejora retributiva –“<<Éxito>> puede ser
(Medina, 2012: 44) sencillamente ganar suficiente dinero para pagarte
tu nómina.” (García-Milà, 2011: 61)–, así como
Consecuentemente, para el caso del empleado, tampoco proporcionaría (al menos necesariamente)
el hecho de tener una elevada protección del puesto una mejora de las condiciones laborales (que incluso
de trabajo desincentivaría su abandono para iniciar podrían empeorar), ya que la dedicación que exige
un nuevo proyecto emprendedor. Así, las prestacio- un nuevo proyecto es absoluta –“No dejes de pensar
nes por despido se entenderían como una limitación que un proyecto nuevo es como un bebé. Por eso,
al emprendimiento, favoreciendo el “apego” a un igual que hacemos con los bebés, todo cuidado es
puesto de trabajo que impediría al trabajador iniciar poco para un proyecto que acaba de nacer. Para em-
o continuar su trayectoria emprendedora. Más am- pezar, dedicación total y plena.” (Bermejo, 2013:
pliamente, desde este enfoque las políticas pasivas 171)–. En esta cita para justificar “la dedicación to-
se problematizan, suponiendo un “freno” a la activa- tal y plena” que exigiría la iniciación de un proyecto
ción del sujeto. Así, tomando el ejemplo de los subsi- se utiliza la comparación metafórica con un “bebé”.
dios por desempleo, estos plantearían una no serían De esta manera, se está haciendo alusión a la dimen-
sino elementos “paralizadores” de la acción. El em- sión emocional del proyecto: ese proyecto sería ten-
prendimiento exigiría una actitud de atrevimiento, dría un valor que trascendería lo profesional, con lo
siendo su actitud de autodeterminación superadora que la dedicación exigiría también aportar los recur-
de cualquier circunstancia desfavorable: “Una per- sos de tipo personal necesarios.
sona a quien le falta una pierna, con la preparación
adecuada, puede hacer cosas impensables, como es- Por tanto, esos “sacrificios” que en términos de
calar una montaña; una persona ciega puede cursar bienestar laboral implicarían (al menos como posibi-
una, dos carreras, si se lo propone.” (García-Milà, lidad) el emprendimiento serían asumidos como una
2011: 70). Por tanto, las medidas públicas desti- fase inicial de un proceso en el que el posteriormente
nadas a asegurar su seguridad económica no harían el proyecto emprendedor alcanzaría una estabilidad.

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Es decir, como trayectoria emprendedora ideal se es arriesgar.” (Medina, 2012: 57). Ahora bien, le-
distingue entre un inicio del proyecto que exige toda jos de tener un efecto negativo, el fracaso serviría
la dedicación posible y sacrificios en términos de de aprendizaje –“[…] nadie te podrá quitar todo lo
bienestar, y un momento posterior del proyecto en que habrás aprendido con el fracaso” (García-Milà,
el que éste ya se habría “crecido” hasta consolidarse: 2011: 50)–, contribuyendo a una mayor prepara-
“si todo te sale como has previsto en tus planes […] ción a la hora de re-emprender un nuevo proyecto:
habrás llegado al estado de negocio consolidado.” “[…] si una vez has tenido una idea buena, mañana
(Bermejo, 2013: 173). Pero esa trayectoria ideal del puedes tener otra. Con una ventaja adicional: la se-
emprendedor (desde un momento inicial de incer- gunda vez, con un nuevo proyecto, ya tendrás mu-
tidumbre hasta un momento futuro de estabilidad) cha más información de la que crees, porque habrás
en la práctica no tendría por qué ser la norma. En aprendido.” (García-Milà, 2011: 99). De esta for-
este sentido, más allá de la aceptación de un futuro ma, el fracaso serviría de lección y guía ante una nue-
laboral próximo en el que los ingresos disminuyan y va oportunidad emprendedora, pero no cuestionaría
la carga de trabajo aumente, el conformismo del em- la necesidad misma de iniciar un nuevo proyecto, ya
prendedor tendría que ver además con la aceptación que este se iniciaría desde el momento en el que se
del fracaso como un hecho corriente y por tanto de dispusiera de otra “idea buena” y se adoptara nue-
una trayectoria laboral inexorablemente inestable y vamente una actitud activa y decidida: “Una mente
discontinua: “[…] el fracaso no es sólo patrimonio para empezar cosas nuevas es una mente que sabe lo
de los <<fracasados>>. […] En realidad el fracaso que quiere y actúa a la mínima oportunidad. […] este
no existe y […] son sólo el peaje que hay que pagar tipo de pensamiento es útil para emprender […]”
para llegar hasta el éxito.” (Medina, 2012: 148). (García-Milà, 2011: 71).
Por más que el emprendedor siempre tendría alguna
posibilidad de éxito –“[…] incluso en situaciones de Por tanto, el sujeto emprendedor sería acrítico
madurez, o de crisis, es posible encontrar ideas que y conformista con la sociedad de la que forma parte
den lugar a proyectos exitosos.” (Bermejo, 2013: –ésta es presentada como una realidad naturalizada
107)–, ello no garantizaría que todos los proyectos que la acción individual no podría transformar–,
prosperasen, porque “[…] la posibilidad de fracasar mientras que sería crítico e inconformista consigo
siempre existe […]” (García-Milà, 2011: 23). Esta mismo, lo que le llevaría a aprender de los errores
generalización del fracaso como hecho corriente no que le llevaron al fracaso –conocedor de que el éxito
requeriría como respuesta del sujeto ningún tipo de sería resultado de su propio mérito como el fraca-
protesta o queja, sino de aceptación –“Sin duda, no so resultado de su demérito– no dejando nunca de
asumir los fracasos, ni saber aprender de ellos es el “buscar” un nuevo proyecto que realizar.
mayor fracaso que podemos tener.” (Medina, 2012:
137)– y autorresponsabilización, ya que al aceptar Ello podría tener como traducción para el buen
sus éxitos y fracasos como productos exclusivos de trabajador su conformismo frente a las condiciones
sus decisiones (acertadas o erróneas) el individuo laborales que impone “el mercado” –exigiendo un
estará asumiendo la responsabilidad exclusiva de su sacrificio presente para lograr un “éxito” profesio-
situación laboral. nal futuro– y, al mismo tiempo, dado que la trayec-
toria laboral se define como un proceso de continuo
La sucesión de fracasos (o al menos de su po- aprendizaje, la necesidad de su permanente au-
sibilidad) se considera entonces la norma en toda to-formación. En este sentido, la aceptación de em-
trayectoria emprendedora. Esa inevitabilidad del pleos y de tareas de trabajo de diferente tipo aumen-
fracaso se deriva del riesgo que implica emprender, taría los conocimientos profesionales del trabajador
por lo que ser emprendedor presupondría estar y le adjudicarían una ventaja relativa en el mercado
dispuesto a asumir el riesgo: “Emprender siempre de trabajo.

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Desde esta dimensión del sujeto, a su vez, se ta desde el principio que vas a tener problemas,
desproblematiza la intensificación del trabajo y su muchos problemas, pero eso no es ni bueno ni
desregulación laboral. En su caso, aportar más horas malo, sólo es parte intrínseca de tu nueva inde-
que las establecidas por la jornada laboral, desarro- pendencia como emprendedor” (Medina, 2012:
llar más tareas de las que estrictamente estipula el 80).
puesto de trabajo… trabajar más allá de los límites
establecidos por un contrato laboral, es entendido Fruto de estas limitaciones de la independencia
como una “inversión” en sí mismo como trabaja- asumidas, el emprendedor debería también contar
dor, adquiriendo competencias de las que disponer con “colaboradores”, estableciendo necesariamen-
en su trayectoria profesional. El sobre-esfuerzo que te relaciones con otros en torno a su proyecto. Esa
implicaría el emprendimiento (planteando el traba- colaboración podría provenir del entorno personal,
jo como medio de desarrollo personal), tendría una utilizando ciertas relaciones informales en beneficio
contrapartida presente –el trabajo aporta un elemen- del proyecto:
to de desarrollo personal– y futuro –esa inversión en
esfuerzo tendría (potencialmente) su recompensa Claro que es posible que no conozcas a un ex-
en un éxito profesional a largo plazo–. perto en finanzas, por ejemplo; ahora bien, por el he-
cho de tener a otras mentes de tu confianza (familia,
5.4.4.  El emprendedor es independiente amigos, compañeros de trabajo…) y pedirles que te
El riesgo constante al fracaso que conlle- ayuden, lo que haces es sumar cerebros al tuyo, por-
varía el emprendimiento se vería compensado que todos se implicarán.
por la posibilidad de la independencia que sig- (García-Milà, 2011: 30)
nificaría la “libertad absoluta” de ser “tu propio
jefe”: “[los emprendedores] persiguen un obje- Sin embargo, no toda relación personal sería
tivo común, que es la libertad absoluta, ser los aprovechable en el proyecto emprendedor, por lo
únicos dueños de su tiempo y de sus acciones.” que sería necesario descartar las relaciones perso-
(Medina, 2012: 47). Un sujeto sería así más libre nales que no le proporcionasen valor de algún tipo
cuanto más independiente10 fuese. Ahora bien, si al proyecto: “[…] hay muchos emprendedores que
la independencia (asimilada a la libertad) es to- se rodean solamente de amigos y de otras personas
mada como el objetivo que justifica la decisión de confianza, pero tener ese tipo de buena relación
de emprender –“Ser independiente […] es uno personal no significa en absoluto que funcione bien
de los objetivos primordiales de todo empren- en el desempeño empresarial.” (Medina, 2012:
dedor.” (Medina, 2012: 75)–, se reconoce que 142). En este sentido, el emprendedor debería se-
ésta nunca es absoluta –“[…] se trata de plantea- leccionar constantemente sus vínculos con otros en
mientos utópicos de la independencia, porque la función de si son o no relaciones útiles. Desde este
práctica nos va descubriendo matices de depen- planteamiento, la actitud egoísta se des-problemati-
dencia […]” (Medina, 2012: 77)–. Pero además, za: la realización de las metas propias (individuales
la independencia del emprendedor iría siempre y personales) representaría la aspiración máxima
acompañada de una sobrecarga de trabajo, de vital, justificando una concepción utilitarista de las
un incremento de sus “problemas”: “[…] afron- relaciones sociales: “Hay relaciones y asuntos tóxi-
cos en los que no debes ya entrar porque te quitan
energías, tan necesarias para tu proyecto.” (Berme-
10  La independencia del emprendedor significaría en
términos laborales la ausencia subordinación a un “jefe” jo, 2013: 225). En último término, dado que el pro-
en el caso del autoempleo, o más ampliamente de vincula- yecto trasciende el espacio laboral para constituirse
ciones contractuales a largo plazo. En términos generales,
esa independencia significaría la vinculación con los otros
como parte de su proyecto personal, todas sus rela-
de forma electiva y voluntaria. ciones sociales se subordinarían al interés del pro-

50
yecto, privilegiando unas u otras en función de su de agradar a los otros, y de hacerlo adaptándose a lo
utilidad: “[…] piensa que hay que tener amigos hasta que los otros esperan de él, lo que significa ser capaz
en el infierno”. (Bermejo, 2013: 146). de ofrecer una imagen adecuada a cada situación so-
cial. Así, habría de preocuparse por su imagen –ima-
De este modo, la necesidad de vincularse o gen en su sentido más amplio, incluyendo no sólo
desvincularse laboralmente en función del propio su aspecto físico sino toda forma de comportarse y
interés plantea la legitimación de nuevas formas de expresarse en su presentación ante los demás– en
empleo más “flexibles”, que no “obliguen” coacti- todas las situaciones sociales, ya que las relaciones
vamente a mantener una relación laboral que ya no provechosas podrían encontrarse en cualquier espa-
se desea. La relación laboral respondería a necesi- cio social y no sólo en los ámbitos profesionales:
dades inmediatas y deberían ser reversibles cuando
esas necesidades dejen de existir. En base a ello, Piensa que cada día, cada evento al que acudes,
formas laborales como contratos de duración deter- cada reunión que tienes, cada curso que haces, cada
minada, a tiempo parcial o de prueba permitirían el entrevista que concedes a la prensa, cada entrevista
establecimiento de relaciones laborales eficientes, con un candidato para entrar a tu compañía, cada
evitando mantener “artificialmente” al trabajador presentación a un cliente, cada negociación con un
en un empleo para el que ya no es funcional. Al mis- proveedor, cada conversación aparentemente intras-
mo tiempo, desde la perspectiva del trabajador, ese cendente con tu compañero de asiento en un avión…
empleo tampoco le sería útil al no aportarle valor en son oportunidades para crearte una buena imagen.
forma de auto-empleabilidad, impidiéndole seguir Para ir fabricando tu reputación personal.
desarrollándose profesional y personalmente. Pero (Bermejo, 2013: 193)
además, la ampliación de las relaciones laborales a
un afuera del centro de trabajo plantea la posibili- Este cuidado por la imagen ofrecida ante los
dad de la colaboración de empleados “externos” a la demás y que permitiría establecer las relaciones de
empresa, lo cual podría justificar formas de empleo interés, generaría una reputación personal, que en
precarias: es el caso del denominado “falso autó- última instancia representaría el valor que los otros
nomo”, que asume las cargas sociales que en tanto otorgan al emprendedor. La reputación premiaría o
asalariado asumiría la empresa; o incluso del empleo penalizaría la buena o mala labor del emprendedor,
informal, caracterizado por una ausencia absoluta lo cual se revelaría decisivo precisamente a la hora
de derechos laborales del trabajador. La relación de de establecer relaciones con los potenciales colabo-
trabajo es entendida, por tanto, como resultado de la radores del proyecto: “Como tantos intangibles, la
“libre colaboración” de las partes –en estos discur- reputación se echa en falta no en el día a día, pero
sos, el empleado y el empleador se sitúan a un mismo sí en momentos críticos, en el <<Día D>>.” (Ber-
nivel negociador, con lo que el contrato laboral se mejo, 2013: 208). La reputación se conformaría
entiende en términos de un contrato individual en- tanto en la esfera profesional como personal –“La
tre iguales–. construcción de la credibilidad personal también
necesita de una reputación en los frentes no estric-
5.4.5.  El emprendedor es reputado tamente profesionales.” (Bermejo, 2013: 194)–,
Para ser capaz de establecer y sostener esas rela- así como a través de los méritos (y deméritos) en la
ciones provechosas –“Los emprendedores son ani- trayectoria emprendedora -“A medida que vas ga-
males sociales que están construyendo permanen- nando experiencia te será más fácil venderte porque
temente relaciones sociales, muchas de las cuales más elementos de reputación has ido agregando a tu
pretenden ser sostenibles y de largo alcance.” (Ber- currículum.” (Bermejo, 2013: 195)-. Todo ello no
mejo, 2013: 65)–, el emprendedor tendría que po- se recoge, al menos únicamente, a partir de califica-
seer ser un importante capital social, siendo capaz ciones formales, de un “currículum” profesional,

51
entendido como una recopilación de la trayectoria bajo11 ya que éste se entiende en términos per-
laboral y formativa concreta y objetivable. Más bien la sonales, lo cual haría absurda la distinción entre
reputación vendría otorgada a través de cauces funda- trabajo y vida personal –ello cuestionaría la idea
mentalmente informales por las personas con las que de tiempo libre, el cual es asociado a una con-
se relaciona en sus proyectos, y que apoyarían o par- cepción del trabajo como un tiempo y un espacio
ticiparían del proyecto del emprendedor en función de no-vida (Pardo, 2010)–.
de la “credibilidad” que subjetivamente le atribuye-
sen: “¿Qué credibilidad merece el emprendedor o el A su vez, la idea de la “imagen” apela a dimen-
equipo promotor? Ideas hay muchas, y muy buenas. siones productivas psicosociales y morales que tras-
Lo que hace la diferencia es la gente que las lleva a la cienden los saberes técnicos. Por tanto, se presupo-
práctica. La credibilidad personal.” (Bermejo, 2013: ne del trabajador (luego no se retribuye) la gestión
191). Pero a pesar de no estar sujeta a mecanismos de las impresiones y presentación del “yo” (Serrano,
formales, sí se constituiría a partir de elementos ob- Martín y Crespo, 2013). De manera más amplia, el
jetivables de mérito –“Indudablemente los éxitos fa- buen trabajo es definido desde el emprendimiento
cilitan mucho la labor de venta personal.” (Bermejo, en términos psicosociales, lo que implica una medi-
2013: 195)–, el cual sería re-evaluado durante toda ción del buen trabajo en base a criterios subjetivos
la trayectoria laboral, en cada proyecto emprendedor: y en buena medida abierta a la arbitrariedad, lo cual
“[…] aprendí una lección muy importante: el pasado contribuiría a generar una mayor incertidumbre en
ya pasó y el éxito, como los toreros o los futbolistas, te el trabajo, o más exactamente, a trasladar esa incer-
lo tienes que ganar en la actuación cada tarde.” (Me- tidumbre desde la organización hacia el trabajador,
dina, 2012: 63). que pierde el control de uno de sus recursos de po-
der relativo en las relaciones laborales: en tanto se
El concepto de reputación como medición del privilegian las comptencias actitudinales, se desva-
valor profesional plantearía una des-regulación de lorizan las cualificaciones técnicas, concepto que
sus criterios de medición, al encontrarse sometido a alude a regulaciones colectivamente consensuadas y
un juicio subjetivo y desregulado. De esta forma, se- públicamente reguladas, y por tanto susceptibles de
ría su capital social, las relaciones sociales que el tra- ser defendidas colectivamente y protegidas pública-
bajador fuese capaz de entablar –en todos sus espa- mente.
cios de vida– las que le permitirían re-insertarse en
el mercado de trabajo. El Estado como interventor 5.4.6.  El emprendedor es un líder
en el mercado de trabajo sería ineficiente, al obviar A partir de la credibilidad personal, el empren-
el “auténtico” valor de mercado del trabajador, que dedor sería capaz de establecer relaciones que, en
es su reputación. Por ello, las instituciones públicas cualquier espacio social, fueran provechosas a su
de recolocación, serían innecesarias: las certificacio- proyecto. Pero además, el emprendedor tendría que
nes en materia de cualificación no tendrían validez si contar siempre con un equipo de trabajo, ya que si
no van acompañadas de una reputación personal de bien realiza un proyecto que representa un fin per-
buen trabajador, que no es adquirible más que en la sonal dirigido sólo para a sí mismo (y no necesa-
experiencia directa. riamente para las personas con las que trabaje), no
podría llevarlo a cabo sólo, lo que implicaría trabajar
Por otra parte, el concepto de reputación así
planteado exige entender la vida profesional y 11  Si bien no podemos desarrollar aquí la cuestión, esa
ruptura de la distinción entre los ámbitos profesional y
la vida privada como dos esferas que no pueden personal exigiría una sobre-implicación del trabajador (al
(ni deben) separarse, ya que toda relación social entender la actividad laboral como algo que necesaria-
mente trasciende el centro de trabajo) que afectaría espe-
puede ser útil como relación laboral. Todos los cialmente a la trabajador-a, cuyo rol social le asignaría ya
espacios de vida deberían estar vinculados al tra- una “doble jornada” de trabajo.

52
cooperativamente, incluso desde el momento inicial equipo de trabajo ideal se caracterizaría también a
del proyecto: “Yo no llevaría a cabo un proyecto su vez por su diversidad, dado que el emprendedor
solo; si sois dos o tres personas trabajando en una se beneficiaría de establecer relaciones tanto más
idea, es más fácil empezar a trabajar.” (García-Mi- provechosas cuanto más socialmente lejanas fuesen
là, 2011: 31). En ese equipo de trabajo con el que estas: “[…] la diversidad es un gran activo en la for-
habría de contar el emprendedor, este asumiría el mación de equipos. […] Diversidad no por la diver-
rol líder, siendo el objetivo común del equipo desa- sidad, sino desde la profunda convicción de que su-
rrollar el proyecto de ese líder-emprendedor: “Es, pone enriquecer el proyecto y aportar mucho valor.”
por tanto, muy importante contar con excelentes (Bermejo, 2013: 147).
colaboradores, pero que estén alineados con un
solo objetivo: el tuyo, que eres el líder natural de La colaboración de terceros que supone el equi-
tu proyecto.” (Medina, 2012: 105). Lo contrario, po de trabajo del emprendedor sería obtenida por el
el hecho de que alguno de los miembros del grupo líder-emprendedor debido a su capacidad de atraer y
pretendiese convertirse en líder del proyecto, sería aglutinar a otros en torno a su proyecto. Así, el em-
“anti-natural”, dado que el proyecto tendría sentido prendedor, en tanto líder, poseería esa capacidad de
desde el inicio como desarrollo se una idea personal influir sobre los demás por una suerte de habilidades
e individual del emprendedor. Sin su liderazgo, el carismáticas. Su posición de líder no obedecería en-
proyecto dejaría de tener su sentido “natural”, es tonces a mecanismos de autoridad coactiva –“Impo-
decir, como proyecto de desarrollo personal además ner es rápido, pero de dudosa eficacia.” (Bermejo,
de profesional: “Se supone que el emprendedor es 2013: 149)–, sino que sería capaz de convencer
alguien con una idea, empeñado en llevarla a cabo. y persuadir a los demás a que se unan al proyecto:
Esa idea suele ser muy personal y, aunque otros pue- “[Una persona emprendedora] Sin perder un ápice
den sin duda complementarla y enriquecerla, la idea de autoridad, no practica el ordeno y mando como
y el empuje para desarrollarla requieren de un líder recurso habitual en la gestión de sus equipos. Con-
fuerte y decidido.” (Medina, 2012: 99). vence más que impone.” (Bermejo, 2012: 153).

Ya que el liderazgo del emprendedor sería inhe- A partir de esta noción del emprendedor como
rente al desarrollo del proyecto y por tanto incues- líder, las relaciones laborales se entienden a partir
tionable, éste debería contar con el mejor equipo de de criterios personales, favoreciendo un tipo de po-
trabajo posible –“No pasa nada porque sean hasta der sin autoridad (Serrano, Martín y Crespo, 2013)
más brillantes que uno mismo.” (Bermejo, 2013: que contribuye a invizibilizar el conflicto y a justi-
147)–, es decir, con los mejores profesionales po- ficar una regulación de las condiciones de trabajo
sibles sin que ello supusiera una amenaza a su rol de como “decisión” de actores externos –el cliente–,
líder –“No hay ninguna razón para pensar que si el impersonales –la producción– o abstractos –el mer-
emprendedor se rodea de profesionales mejores que cado–. Ello lleva a entender la negociación trabaja-
él, va a perder protagonismo cuando sus empleados dor/empresa como una negociación individual. La
sean capaces de desarrollar capacidades extraor- acción colectiva, por tanto, pierde su sentido: si no
dinarias que aporten valor a la empresa.” (Medina, hay conflicto estructural entre empleados y emplea-
2012: 114)–. Esa adecuada formación del equipo dores –“Lo bueno para el dueño de la empresa debe
de trabajo sería fundamental para que el proyecto ser lo bueno también para todos sus empleados.”
tuviese éxito: “Las personas de tu equipo deben ser (Bermejo, 2013: 26)–, sus eventuales conflictos se
tus socios de verdad, los que comparten contigo el entenderían como “desacuerdos” particulares, sus-
trabajo y las inquietudes todos los días. De su efica- ceptibles de ser solucionados en una negociación
cia, su honestidad y su fidelidad dependen el éxito entre individuos.
o fracaso de tu empresa.” (Medina, 2012: 105). El

53
5.4.7.  El emprendedor trabaja en equipo Así, lo que permanecería como rasgo estable del
Dado que su liderazgo tendría su base en trabajo emprendedor es precisamente su concepción
atributos personales y no en una posición de como “trabajo en equipo”, mientras que el “equipo
fuerza, el emprendedor no se limitaría a “lide- de trabajo” sería siempre coyuntural, permanecería
rar un equipo de trabajo”, sino que la manera mientras permaneciese el proyecto que le da senti-
ideal de organizar el trabajo del proyecto sería do (y que siempre es temporal), y sus miembros sólo
el trabajo en equipo. Al implicar relaciones deberían serlo mientras sirva a los intereses de su
más horizontales, de compañerismo en lugar de líder, el emprendedor, pudiendo recomponerse el
subordinación, el trabajo en equipo favorecería equipo tantas veces lo requiriera coyunturalmente el
ese estilo de comunicación persuasiva y motiva- proyecto: “Tú eres el líder, el alma del proyecto. Si
cional del líder-emprendedor, que no necesaria- alguno del equipo no está dispuesto a seguirte pres-
mente dispondría de poder “posicional” frente a cinde inmediatamente de él.” (Medina, 2012: 121).
los miembros del equipo. Ello, al mismo tiempo, Sin embargo, el emprendedor debería aprovechar
requeriría un tipo de comunicación alejada del todos los equipos de trabajo en los que participe
formalismo: “[…] el mayor peligro del trabajo para establecer relaciones que pudieran ser prove-
en equipo es caer en el exceso de reuniones, que chosas en el futuro (en el desarrollo del proyecto
se hacen eternas e impiden dedicar tiempo al actual o en posteriores nuevos proyectos). A pesar
trabajo concreto de cada uno. Las reuniones son de la provisionalidad de los grupos de trabajo, pro-
en muchas ocasiones el peor cáncer que pueden porcionarían la posibilidad de establecer relaciones
sufrir las empresas.” (Medina, 2012: 121). Aho- sociales, lo que como vimos es característica del em-
ra bien, la utilización de las distintas estrategias prendedor: “[…] si la relación es excelente, incluso
comunicativas del emprendedor iría dirigida a en el caso de que los buenos empleados se desliguen
los objetivos del proyecto. Es decir, el hecho de un día de la empresa para iniciar sus propios proyec-
establecer relaciones informales y de confianza tos, saldremos beneficiados con su amistad y su rela-
en el ámbito laboral no implicaría que en ellas ción profesional.” (Medina, 2012: 116).
primaran criterios personales de des-interés (o
no sólo), sino que ese tipo de relaciones se pon- En una ética del trabajo centrada en el trabajo
drían a disposición del proyecto y encontrarían en equipo, se requiere del trabajador “capacidades
sentido en la medida en que le son útiles: “[…] blandas” (Sennet, 2000), como sus habilidades co-
se trata de motivar lo mejor de cada cual, en el municativas y relacionales, pero sobre todo su adap-
ámbito profesional pero también en el aspecto tación a las circunstancias (Sennet, 2000). Por tan-
humano. […] La gente feliz rinde más. […] No to, el buen trabajo debería alejarse de lo burocrático
te pido que te dediques a motivar por motivar, para aludir más bien a la capacidad de reacción, de
sino para canalizar esfuerzos hacia el cumpli- respuesta ante lo imprevisto (que en un tipo de tra-
miento de los objetivos y la estrategia del pro- bajo creativo sería lo habitual). Ello significa cues-
yecto emprendedor.” (Bermejo, 2013: 152). Así, tionar la regulación de la actividad de trabajo, ya que
en el espacio laboral, el hecho de “humanizar” coartaría la “espontaneidad” del trabajador, por lo
las relaciones entre los miembros del equipo se que éste no debería estar sujeto a tareas concretas
entiende como una estrategia de “maximización reguladas por contrato: ello justificaría la movilidad
de la productividad”12, haciendo que “la gente”
“rinda más”. aquí como el resultado de una relación laboral entre em-
pleadores y asalariados dentro de una misma empresa y a
través de una vinculación contractual, sino como el benefi-
12 Las relaciones de trabajo a las que estamos haciendo cio, en sentido amplio, que el emprendedor obtendría de
referencia, al definirse en el marco de un proyecto, podrían las diferentes personas con las que trabaja y las que no le
trascender el espacio de una organización productiva de- uniría necesariamente una relación empleador-empleado
terminada. Por tanto, esa “productividad” no es entendida y ni siquiera una relación contractual.

54
funcional del trabajador, des-regulada contractual- fondo y atractivas formas, van encajando las piezas
mente a su máximo posible. Pero a su vez, ello tam- del puzle del emprendimiento: colaboradores, inver-
bién sería deseable desde el punto de vista del tra- sores, clientes, proveedores, socios…
bajador, ya que la repetición de tareas en un mismo (Bermejo, 2013: 189)
puesto de trabajo llevaría a hacer su trabajo rutinario
y poco enriquecedor para su auto-formación. Pero además, el liderazgo del emprendedor des-
cansaría no sólo en su capacidad de convencimiento
5.4.8.  El emprendedor es un comunicador a través de argumentos racionales, sino también en
Si el liderazgo del emprendedor se caracteriza su capacidad de motivar en términos emocionales:
por su poder de persuasión, entonces es fundamen- “Preocúpate por la felicidad de tus equipos. Si son
tal su capacidad de comunicar: “Al final, nuestra felices van a rendir mucho más”. (Bermejo, 2013:
capacidad para que la gente se identifique con no- 199). Esto es, para ser capaz de atraer y aglutinar
sotros, nuestra capacidad para enamorarlos de nues- personas en torno a su proyecto, formando equipos
tra marca, depende de la capacidad comunicativa.” de trabajo, debería ser capaz de lograr el compromi-
(García-Milà, 2011: 53). El emprendedor habría de so de sus miembros en el proyecto –“Con tus equi-
convencer a personas sobre las que no dispondría de pos tienes asimismo que gestionar el compromiso.
poder coactivo –ya que desde este marco interpre- La gente emprendedora consigue que se genere
tativo las relaciones sociales se establecerían en una orgullo de pertenencia.” (Bermejo, 2013: 150)–,
teórica simetría de fuerzas–, sino únicamente de su que se sustentaría en el entusiasmo, la “pasión” que
capacidad para transmitir a los demás argumentos generaría y transmitiría el emprendedor y líder del
convincentes en términos racionales: “La GEGQ proyecto. Sin una movilización a partir competen-
[Gente Emprendedora Gente de Calidad] atrae a cias emocionales y no sólo racionales, el empren-
otra gente, precisamente porque expresan con cali- dedor no sería capaz de formar equipos de trabajo
dad lo que quieren hacer y lo que esperan de quienes y liderarlos. En definitiva, si el emprendedor no es
les rodean.” (Bermejo, 2013: 70). Esa capacidad parte de una organización, si no posee poder for-
comunicativa no sólo consistiría en elaborar argu- mal sobre los demás miembros de su equipo, si es
mentaciones sólidas que defender, sino sobre todo tan sólo “dueño de sí mismo” (y de “su proyecto”),
saber cómo defenderlas. Es decir, para ser convin- entonces no tendría margen de imposición y sólo le
cente, el emprendedor debe utilizar una forma ade- quedaría como recursos la persuasión racional y la
cuada de comunicarse, para hacer de sus intereses motivación emocional.
propios, de su proyecto, los intereses generales, el
proyecto de todos: “Para la consecución de esa tarea En este sentido, la apelación a la capacidad de
[la construcción de relaciones sociales] los asuntos comunicativa del sujeto emprendedor podría tener
de fondo son muy relevantes, pero las formas tam- implicaciones en el mundo laboral en un doble sen-
bién son importantes. Lo que yo he aprendido es tido: por una parte, la comunicación se entendería
que, como mínimo, son igual de importantes.” (Ber- como factor productivo, como una serie de habili-
mejo, 2013: 65). El emprendedor, por tanto, sería dades de tipo relacional que “exigiría” el trabajo;
alguien que tiene una idea y sabe “venderla” a través pero por otra, la capacidad comunicativa puede ser
de la seducción comunicativa, lo que le permitiría entendida también como la capacidad de establecer
conseguir aglutinar a otros en torno a esa idea y al relaciones laborales provechosas, esto es, como me-
proyecto que representa: canismo de (re) inserción en el mercado de trabajo.

[…] una característica de la GEGQ es su capa- Ello implica la necesidad del trabajador de pre-
cidad para inventar un relato atractivo alrededor de sentarse como alguien “atractivo” laboralmente en
su idea de negocio. A partir de ese relato, de rotundo el mercado laboral, es decir, empleable –y por tanto,

55
quien no sea capaz de presentarse como tal queda- tereses particulares de su contraparte (en este caso,
ría legítimamente excluido–. El trabajador debería los trabajadores): como ejemplo ideal, la idoneidad
entonces “venderse” permanentemente a sí mismo o no de una inversión empresarial se debería dirimir
en el mercado (que abarcaría cualquier espacio so- entonces por su impacto en la creación de empleo.
cial), y hacerlo en base a sus capacidades personales
(esto es, únicas, o al menos distintivas). Y para ello 5.4.9.  El emprendedor es creativo
debería hacer valer tanto sus argumentos racionales Como hemos visto, el establecimiento de rela-
–a partir de un currículum demostrable– como su ciones es fundamental ya que un adecuado equipo
predisposición motivacional –con la demostración de trabajo, o más ampliamente, unas adecuadas re-
actitudinal de compromiso y una motivación previa laciones sociales serían determinantes en el éxito de
al trabajo (y posteriormente en el trabajo)–. Así, se un proyecto –“La mayoría de los fracasos reconoci-
apela al trabajador a demostrar una sobre-motiva- dos tienen que ver con las personas que nos acompa-
ción (además de una posterior sobre-implicación) ñan en los proyectos.” (Medina, 2012: 142)–, que
que haga que el empleador le otorgue su confianza, además, y dado que el emprendimiento se prescribe
dándole la “oportunidad” de un empleo, la oportu- a todos los sujetos, presupondría desde el inicio (al
nidad de acceder al mercado de trabajo –el espacio menos como posibilidad) una escasez de recursos
de participación social–. materiales. Ello, no obstante, no supondría un fre-
no al emprendimiento –“[…] no conozco a ninguna
Además de ello, desde esta caracterización del GEGQ [Gente Emprendedora, Gente de Calidad]
emprendedor el énfasis en las formas en detrimento de éxito para quien el dinero haya sido realmente un
del contenido de la comunicación, instrumentali- factor limitante. Piensa en tanta GEGQ que salió de
zando a los otros en beneficio propio, cuestionaría la nada.” (Bermejo, 2013: 155)– ya que se solventa-
la necesidad de transparencia en las relaciones la- ría gracias a su creatividad:
borales. En este sentido, si la relación empleado/
empleador se establecería bajo el supuesto de una […] hasta cierto punto, tú eres tu propio McGy-
simetría de poder (como una negociación libre entre ver, aquel personaje de televisión capaz de ingeniár-
individuos libres), cada una de las partes estaría legi- selas para arreglar una secadora sólo con la ayuda
timada a administrar la información de que dispone de un clip y una tarjeta de visita. Es decir, que con lo
interesadamente (es decir, como un bien privado). poco que tienes, puedes hacer grandes cosas.
El resultado de esa negociación (individual, ya que (García-Milà, 2011: 65)
la negociación colectiva ni tan siquiera se plantea),
no debería por tanto responder a principios de jus- Esa creatividad estaría vinculada a la capacidad
ticia –lo cual requeriría una puesta en común de la de innovar, de desarrollar un proyecto “diferente”:
información (haciéndola pública)– sino que depen- en un contexto económico que se asume marcado
dería de la habilidad negociadora de las partes. Más por la extrema competitividad, para llevar adelante
generalmente, la idea de justicia no tiene por qué un proyecto propio sería necesaria esa innovación,
plantearse en una representación de la sociedad que potenciando las habilidades y cualidades que dife-
identifica el interés general con el particular, redu- renciarían al emprendedor del resto: “No trates de
ciéndolo a esa suma individual de intereses. De este ser mejor, esfuérzate en ser diferente.” (Medina,
modo el fin (el proyecto) justificaría los medios (un 2012: 69). La creatividad estaría en el origen de
ocultamiento de información). Del mismo modo, los todo proyecto emprendedor, que no sería sino la
intereses empresariales particulares (un proyecto puesta en práctica de una idea que es en primer lu-
empresarial) no habrían de estar subordinados a un gar “imaginada” por el emprendedor, y que a partir
interés público (que, desde estos presupuestos, no de entonces habrá de desarrollar: “A la innovación
existe como tal), sino a cómo repercutiese en los in- se llega por la imaginación, primero, y por una ardua

56
labor de gestión que sirve para aterrizar y rentabi- tendría por qué darse: “Lo que de verdad da sentido
lizar las ideas soñadas.” (Bermejo, 2013: 109). Y a la innovación, en clave emprendedora, es la exis-
dado que todos los sujetos tendrían ideas persona- tencia de una oportunidad de negocio.” (Bermejo,
les, convicciones y pasiones propias que desarrollar 2013: 108). En una representación de la realidad
–“Quienes dicen que no tienen ideas son, en rea- en la que serían “las ideas” y la cultura de una so-
lidad, personas que no se detienen a pensar en lo ciedad (que en última instancia vendría determinada
que piensan […]” (García-Milà, 2011: 28)–, para la por la mentalidad de sus individuos) las que genera-
innovación bastaría con poner en marcha la creativi- rían el progreso o no de una sociedad, y los cambios
dad personal, que sería incontrolable, una suerte de de esas ideas y esa cultura los que determinarían las
inspiración: “La innovación es el fruto de la creativi- transformaciones del conjunto de la realidad social,
dad y la creatividad por definición es anárquica, im- ello supone asumir que serían las ideas individuales
previsible y revolucionaria.” (Medina, 2012: 127). y, en último término, la iniciativa mercantil, el ele-
Esa creatividad sería imprevista y en cierta medida mento que transformaría y haría avanzar la sociedad:
“involuntaria” –“Estás intentando dormirte y es
entonces, sin esperarlo, cuando te viene a la cabe- [En Estados Unidos] Rara es la persona que a
za esa idea que crees que va a cambiar el mundo… o los dieciocho años no abandona el hogar familiar
al menos tu vida.” (García-Milà, 2011: 22)– propia para iniciar una vida independiente, en contraste
de ciertas personas “creativas”, pero también algo con nuestros jóvenes, que siguen viviendo en la casa
que se podría aprender, ya que la creatividad sería de sus padres hasta edades muy avanzadas. Ese es-
esencialmente una actitud: “Se necesita un talante píritu de libertad, sin nuestro temor atávico al riesgo,
especial para ser creativo, pero, sin embargo, ese ta- es el que ha llevado a Estados Unidos a ser el líder en
lante se puede adquirir y se puede fomentar, porque muchas áreas, y muy especialmente en todo lo relati-
la creatividad es sobre todo una actitud.” (Medina, vo a la innovación.
2012 127). (Bermejo, 2012: 146)

Todo proyecto partiría de esa “búsqueda” del Como se observa en la anterior cita, las actitudes
emprendedor por “encontrar” una idea, su idea, individuales (en este caso de “los jóvenes”) serían la
que sería fruto de la reflexión puramente particular causa que explica tanto la propia situación personal
y personal –“[Una idea] Es algo personal, del mis- como el desarrollo de la sociedad en su conjunto.
mo modo que hay problemas completamente ob- Ese desarrollo se determinaría por la existencia de
vios para ciertas personas que yo nunca percibiría, más o menos personas emprendedoras, de una ma-
aunque me concentrase mucho en identificarlos, yor o menor cultura emprendedora, de una mayor o
simplemente porque no son un problema para mí.” menor difusión social de ideas emprendedoras, ya
(García-Milà, 2011: 28)–. Así, las ideas serían fru- que el emprendedor sería el “héroe” de la colectivi-
to de un proceso de auto-reflexión, y por tanto aso- dad, la persona que reuniría los valores positivos de
ciales, elaboradas individual y aisladamente. Pero una sociedad y que harían que ésta “progrese”:
además, en tanto las “buenas ideas” darían lugar a
potenciales proyectos emprendedores, esas buenas [En referencia al emprendedor] Pero ¿quién
ideas serían también las ideas susceptibles de ser crea empleo ahora que por desgracia es un bien tan
mercantilizadas. Esto es, si lo que define a una idea escaso en muchos países? ¿Quién contribuye a gene-
como “buena” o no es precisamente su rentabilidad rar riqueza y sostener así el Estado del Bienestar?
en un mercado, las ideas, no sólo serían fruto de un ¿Quién va a dar a nuestros hijos oportunidades de
proceso autónomo, sino que provendrían de la ini- desarrollo en el futuro?
ciativa privada y mercantil: sin esa iniciativa privada, (Bermejo, 2012: 24)
la “innovación” no tendría sentido, y por tanto no

57
En suma, el desarrollo de la creatividad per- 6.  Conclusiones
sonal y de la innovación en la sociedad se vincula
directamente a la iniciativa privada y mercantil. A través del análisis de manuales dirigidos a em-
Se trataría de un proceso individual y orienta- prendedores, hemos tratado de identificar un mo-
do al interés propio –que se vincula al interés delo normativo que se articula en torno a la figura
económico13–, cuyo representante más evidente del emprendedor, señalando a su vez algunas de las
sería el emprendedor-empresario. De esta forma, exigencias y demandas laborales concretas que se
el auténtico sujeto susceptible de ayuda pública derivan de ese modelo, y que a continuación vamos a
es la figura del empresario –en favor del cual ha- presentar de forma sintética.
bría que legislar–, no sólo porque sería el suje-
to que “crea” riqueza y puestos de trabajo, sino A grandes rasgos, podemos afirmar que la cons-
porque al mismo tiempo, al permitir la innova- trucción política del paradigma del emprendimiento
ción y potenciar la creatividad, estaría creando se dirige a justificar una precarización y despoli-
puestos de trabajo más creativos e innovadores: tización de las condiciones laborales del conjunto
esto es, trabajos más emprendedores. de los trabajadores. En este sentido, la apelación al
emprendimiento encuentra su principal argumento
en la satisfacción que supondría realizar un trabajo
vinculado al desarrollo y la autonomía personal. Sin
embargo, ello iría acompañado, al menos como posi-
bilidad, de un deterioro de las condiciones laborales.

Desde este paradigma, el empleo se reconcep-


tualizaría bajo la forma de un “proyecto”, así como la
trayectoria laboral sería definida como una sucesión
de múltiples (y diferentes) proyectos, los cuales per-
mitirían el desarrollo de las cualidades e intereses
más personales. Esa concepción del empleo como
un proyecto abierto remite a una actividad temporal-
mente limitada, lo cual implicaría que el trabajador
aceptase períodos de desempleo como algo habitual
(y provisional). Pero a su vez, el hecho de que la tra-
yectoria laboral sea presentada como una sucesión
de proyectos “personales”, apela a la inserción del
trabajador en una trayectoria abierta de empleos de
muy distintos ámbitos profesionales, lo cual supon-
dría su integración en una lógica vulnerabilizadora:
el trabajador perdería la posibilidad de proveerse, en
el mercado de trabajo, de los recursos institucionales
con los que compensar la asimetría de poder propia
de las relaciones laborales. Así, si el trabajador debe
adaptarse a diferentes empleos que exigen capacita-
13  Esta noción de interés sería la que representa y pop- ciones técnicas que nada tienen que ver entre sí (o
ulariza el liberalismo económico, que supone la univer- no necesariamente), entonces no podría hacer valer
salización del tipo de interés que supone una economía
capitalista, caracterizado como ahistórico, natural y
su cualificación previa, sus saberes técnicos más o
universal (Bourdieu, 2011). menos especializados, como elemento de valoración

58
profesional. De esta forma, la re-inserción del tra- cos), la evaluación del trabajo pasaría a establecerse
bajador en el empleo se establecería en función de bajo criterios psicosociales, y por tanto en buena
su predisposición actitudinal y de su capital social, medida sometida a la arbitrariedad.
mientras que carecería de relevancia la posesión o
no de determinados conocimientos prácticos adqui- Todas estas cuestiones –des-politización de la
ridos a través de la experiencia acumulada de trabajo relación laboral, des-regulación del contenido y las
(ya que para el caso de un nuevo “proyecto” podría condiciones de trabajo, medición subjetiva del ren-
carecer de utilidad). Las relaciones laborales, de dimiento–, además de traducirse en una precariza-
este modo, se construirían en base a criterios perso- ción del trabajo, justifican a su vez una disminución
nales y psicosociales, con lo que se “des-politizan”, generalizada de los salarios. Tal y como hemos des-
perdiendo el trabajador la posibilidad de utilizar los crito, el trabajador-emprendedor, en su forma ideal,
recursos políticamente constituidos para neutralizar no se inserta en un empleo de forma estable; no es
su posición de debilidad en la relación de trabajo. capaz de hacer valer su cualificación profesional; ha
de realizar tareas funcionales diferentes; sus condi-
Al mismo tiempo, se plantearía como deseable la ciones laborales no se someten a una regulación la-
desregulación del contenido de trabajo a su máximo boral; y es evaluado y valorado en función de su ren-
posible. Por una parte, el trabajo-emprendedor ha- dimiento inmediato. Todo ello tiene su traducción
ría necesaria la permanente movilidad funcional del en un salario relativamente bajo del trabajador-em-
trabajador, dada la descripción de la actividad labo- prendedor, comparativamente al que le correspon-
ral en términos “creativos”. Pero además, el trabaja- dería a un trabajador asociado a las características
dor-emprendedor estaría implicado emocionalmen- típicas de una norma de empleo “fordista”.
te con su trabajo –ya que representaría una actividad
de su interés personal, vinculada a sus “pasiones”–, Hemos comentado ya las principales implica-
y por tanto, le dedicaría “libremente” a la jornada ciones prácticas que la apelación al emprendimiento
laboral el esfuerzo y el tiempo que fuese necesario. tendría en las condiciones laborales del trabajador.
Por todo ello, las condiciones de trabajo no deberían Pero, tal y como planteamos, de estos discursos se
estar sometidas a ningún tipo de regulación norma- deducen, además, prácticas sociales y políticas po-
tiva. Esa ausencia de regulación laboral –que podría tencialmente justificables. De este modo, las de-
implicar, entre otras cosas, la ausencia de un horario mandas éticas y laborales que se deducen de los
laboral previamente estipulado– no se plantea como discursos en torno al emprendimiento representan
problemático, al cuestionarse la necesidad de una una forma de trabajo utópica. Así, es evidente que,
distinción entre las esferas profesional y personal. a pesar de su prescripción universal, el modelo de
De esta forma, al pre-suponerse del trabajador su trabajo (y de vida) al que apela el emprendimiento es
sobre-implicación en el trabajo, su sobre-esfuerzo más acorde a ciertas posiciones sociales y no otras.
no sería susceptible de ser retribuido –por poner el Sin embargo, ese modelo paradigmático es funcio-
caso, bajo la forma de “horas extras”–. nal a un proyecto político de aplicación de prácticas
concretas en el mundo laboral. Por tanto, la idealiza-
Además, la medición del (buen) trabajo, por ción del buen trabajador que se induce de la figura
parte de la organización, se establecería bajo crite- del emprendedor, en tanto se constituye como hege-
rios subjetivos y desregulados. El trabajador sería mónica, podría servir de marco ideológico desde el
evaluado en función de su rendimiento inmediato que analizar las distintas transformaciones que están
y del cumplimiento de los objetivos concretos de la operando en el mundo del trabajo. En nuestro caso,
producción. Al mismo tiempo, si el contenido del nos limitaremos a apuntar tres cuestiones genera-
trabajo exige habilidades relacionales, emocionales les, todas ellas interrelacionadas, que se plantean a
o morales (en detrimento de los saberes más técni- modo de tesis y susceptibles de ser desarrolladas –y

59
en su caso, confirmadas, matizadas o refutadas– en Y frente a la necesidad de des-proteger al traba-
investigaciones futuras: el cuestionamiento del Es- jador para incentivarlo a “actuar”, el sujeto laboral
tado social; la configuración de una nueva norma de auténticamente susceptible de ayuda pública sería el
empleo; y la individualización de las relaciones labo- empresario, que es presentado como la forma ideal
rales. de emprendedor: un sujeto creador de riqueza y de
puestos de trabajo. De este modo, al mismo tiempo
El cuestionamiento del Estado social que se des-personaliza la destrucción de empleo o
Como pudimos analizar, la principal figura de su precarización –como obra del “mercado” o de la
empleo problematizada va a ser el funcionariado pú- “sociedad”–, la creación de empleo sí se personali-
blico, representando la encarnación de un conjun- za, atribuyéndose a los empleadores una naturaleza
to de valores “anti-emprendedores”: la preferencia de “héroes” de la colectividad: modelos y guías de
por la estabilidad frente al riesgo, el desarrollo de un éxito para el conjunto de la sociedad (y por tanto
tipo de trabajo burocrático y no creativo, su relación también para el conjunto de los trabajadores).
de interdependencia respecto al conjunto de la so-
ciedad en lugar de una relación de independencia… La configuración de una nueva norma de empleo
Pero además, y más ampliamente, el cuestionamien- Como vimos, la vinculación hecha entre partici-
to del empleo público –como un tipo de empleo pación social y empleo, legitimaría los “sacrificios”
disfuncional a una “nueva realidad laboral”– lleva en términos de bienestar laboral (y personal) del tra-
aparejado un cuestionamiento del propio Estado so- bajador por insertarse en el mercado de trabajo. De
cial. En este sentido, las políticas orientadas a la pro- esta forma, si la configuración de un nuevo modelo
tección universal y las políticas pasivas de empleo económico y social se despersonaliza, la cuestión del
se problematizan, al entenderse como promotoras desempleo va a pasar a tratarse como un problema
de actitudes como la pasividad y la dependencia, lo de des-empleabilidad: sería el individuo el que debe
cual contribuiría a generar subjetividades inadecua- adaptarse y adecuarse a las exigencias que plantea el
das para acceder al mercado de trabajo. Esto es, la mercado laboral. Así, se plantea como un imperativo
ayuda pública incondicionada impediría al individuo moral la aceptación de una nueva norma de empleo
acceder al mercado de trabajo al des-incentivarle, –inestable, precario– y de una nueva norma de tra-
“convirtiéndolo” en un sujeto “improductivo”. En bajo –intensificado, desregulado– para el acceso al
consecuencia, el individuo ayudado por la colectivi- mundo laboral (y en consecuencia al mundo de los
dad sería definido en términos “parasitarios” –como derechos).
el sujeto que “sustrae” de la colectividad lo que no
“se ha ganado”–. El fundamento del Estado debe- De esta forma, se plantea al individuo la necesi-
ría orientarse, entonces, a su papel de socializador, dad de adaptarse a una flexibilización de la norma de
relegando a las políticas protectoras a una función empleo que impondría “el mercado”. Pero ese pro-
asistencial. Por tanto, se planea la necesidad de “re- ceso flexibilizador obedece a causas políticas, esto
formar” el Estado social, lo cual, desde este marco es, a la decisión de los actores sociales con capacidad
de representación, implicaría interpretar las postu- de incidir sobre el mercado. Por tanto, la vinculación
ras políticas encaminadas a defender el Estado social entre ciudadanía y trabajo, a su vez, legitimaría las
como conservadoras –ya que tratarían mantener un decisiones políticas (presentadas como “técnicas”)
antiguo y superado modelo de trabajo– mientras que orientadas a la multiplicación de formas laborales
aquellas dirigidas a su cuestionamiento serían califi- atípicas. En este sentido, el emprendimiento justi-
cadas en términos progresistas –tratando de propo- ficaría la “normalización” de formas de empleo atí-
ner un nuevo y superador modelo de trabajo–. picas, al prescribir la inserción en el empleo como
única forma de participación social. Así, al mismo
tiempo que se apela a los individuos a adaptarse a las

60
demandas del mercado, las políticas de empleo se acuerdos personales”, y por tanto susceptible de ser
dirigen a facilitar formas laborales que faciliten la in- superado a partir de la voluntad de las partes.
serción. De esta manera, se estarían generalizando
formas laborales que en un principio se constituye- Esta caracterización de las relaciones laborales
ron como “atípicas”, pero que van generalizándose no plantea como posibilidad la asociación y acción
al conjunto de los trabajadores, cuestionando la nor- colectiva de los trabajadores: cada trabajador res-
ma “típica” de empleo (resumidamente, indefinido pondería a su “proyecto” laboral, único y particular,
y a jornada completa). Y esa generalización de las y por tanto debería negociar con su empleador de
formas atípicas de empleo como situación “normali- manera individualizada y en función de su criterio
zada” legitimaría, paradójicamente, propuestas po- y situación personal. En consecuencia, la acción
líticas encaminadas al establecimiento de un “con- de los sindicatos o asociaciones de trabajadores su-
trato único” en el mercado laboral, que englobase pondrían, por una parte, una presión en favor de la
la pluralidad de formas laborales y las simplificase, y sobre-protección del trabajo (y que perjudicaría al
que se presentaría como la solución a la (creciente) propio trabajador), y por otra, la “construcción”
segmentación del mercado laboral (igualando, eso de un conflicto laboral en esencia “inexistente”,
sí, los derechos laborales de ambos segmentos a la enfrentando a empleados y empleadores en torno
baja). a posiciones antagónicas, cuando en realidad com-
partirían los mismos intereses. En este sentido, los
Individualización de las relaciones laborales derechos laborales, colectivamente constituidos,
La imagen idealizada de las relaciones dentro significarían una imposición sobre el empleador
de la empresa a las que remite el emprendimiento, que desincentivaría la contratación o, al menos, la
caracteriza la organización de la producción bajo desvirtuaría: el empleado no sería contratado en los
la forma (y la ética) de un “equipo”. Ese equipo términos que ambas partes “acordasen” libremente,
de trabajo habría de actuar cooperativamente para sino en base a los criterios impuestos por una regu-
cumplir los objetivos de la producción, los cuales no lación “impersonal” y que no tendría en considera-
vendrían impuestos coactivamente, sino que serían ción a sus propios protagonistas (el empleado y el
aceptados por el conjunto de trabajadores a partir empleador concretos), sino que sería pactada desde
de su persuasión y motivación. En tal representa- “fuera” (por decisión de otros individuos).
ción del trabajo, la relación entre los miembros de
la empresa –también entre empleador y empleado– Además de las implicaciones señaladas, he-
se plantea en términos de compañerismo (basada en mos tratado de realizar una descripción, a modo
criterios personales) y no de subordinación (basada de tipo ideal, del modelo normativo que supo-
en criterios posicionales). Al mismo tiempo, la re- ne la figura del emprendedor. En este sentido,
presentación de la contratación (o de la vinculación el emprendedor representa una construcción de
laboral en torno a un proyecto) es planteada como un ideal o referencial del trabajador acorde a los
un “acuerdo entre iguales”, obviando la asimetría de distintos procesos sociales interdependientes
poder inherente a esa relación. De esta forma, tanto que confluyen en la producción de nuevos suje-
el empresario como el trabajador tendrían objetivos tos laborales: la reorientación del Estado social
comunes (responder a los objetivos de “la produc- y el replanteamiento de la cuestión social; cam-
ción”) y coincidentes (la creación de empleo uno, la bios organizativos que vienen imponiendo una
inserción en el empleo el otro), por lo que la relación flexibilización de la producción y nuevos meca-
entre capital y trabajo sería inherentemente consen- nismos de control sobre el trabajador; y la cons-
sual. Por el contrario, el conflicto laboral entre los trucción científica del sujeto desde tendencias
diferentes actores es reducido a la forma de “des- dominantes de la ciencia psicológica. Vamos a
apuntar, sintéticamente y a modo conclusivo, la

61
vinculación entre la noción descrita del empren- para su desarrollo y autonomía personal, lo que en
dedor y las tendencias generales de esos proce- términos laborales se traduciría en un incremento
sos. de su empleabilidad. A partir de esa “inversión en sí
mismo”, el trabajador-emprendedor sería el “crea-
En primer lugar, el modelo de trabajador descri- dor” de su posición en el mercado laboral, al desa-
to es coherente a la reorientación del Estado social rrollar profesionalmente sus cualidades personales,
y el replanteamiento de la cuestión social. Hemos y ello a partir de su auto-determinación por llevarlas
definido al emprendedor como el trabajador que se a la práctica, esto es, al mercado.
auto-gestiona a sí mismo como un bien mercantil, a
la manera de una empresa. La adopción de subjeti- Además, la figura del trabajador-emprendedor
vidades emprendedoras es planteada como una ne- es emblemática de cambios organizativos y producti-
cesidad para la adaptación a una “nueva sociedad” vos que vienen imponiendo una des-estandarización
caracterizada por la incertidumbre y la socialización del trabajo. El emprendimiento plantea la actividad
del riesgo, bases sobre las que se construye una re- de trabajo como un proceso creativo, que requiere
orientación de las políticas públicas sociales y de un conjunto de habilidades sociales y relacionales,
empleo. Esas políticas públicas exigirían del (po- así como emocionales y morales. Ello enlaza con un
tencial) trabajador una pre-disposición moral ante el proceso de reconceptualización del (buen) trabajo,
trabajo, dado que la responsabilidad de la vulnerabi- que es funcional a la descripción del mundo laboral
lidad social va a ir trasladándose hacia el individuo. (y social) a partir de la metáfora de la red, y por el
En este sentido, el emprendimiento no plantea un que su evaluación y valoración tiende a establecer-
juicio moral sobre el mercado como generador de se bajo criterios subjetivos y desregulados. De igual
vulnerabilidad social. Al contrario, el incremento de manera, la organización del trabajo-emprendedor es
incertidumbre en el mercado laboral presupondría representada e idealizada bajo la forma de un “equi-
del trabajador la aceptación acrítica de sus exigen- po”, lo cual posibilita una concepción de las relacio-
cias del mercado y la adopción de una subjetividad nes laborales ausentes de conflicto –o que reducen
(una mentalidad, una actitud, una moral, un com- el conflicto al ámbito personal–. Mediante el traba-
portamiento) emprendedora. Ello no habría de sig- jo-emprendedor, más que alcanzar un mayor o me-
nificar su precariedad o vulnerabilidad: la necesidad nor grado de bienestar laboral –las condiciones la-
de la auto-gestión representaría una oportunidad de borales las determinaría la evolución del “mercado”
desarrollar en el mercado sus cualidades más perso- o la “sociedad”–, el individuo lograría desarrollar su
nales y de alcanzar la autonomía personal. De esta “vocación”, su “esencia” personal. De esta forma, la
forma, la “nueva sociedad” demanda del trabajador idea de trabajo, al relacionarse con los intereses más
el desarrollo y la auto-gestión de su empleabilidad, personales, se vincula de manera directa a una acti-
en el marco de una escasez de empleo y en una re- vidad de desarrollo. Por tanto, y por su propia defi-
lación de competencia con el resto de trabajadores. nición, el trabajo-emprendedor, exigiría del trabaja-
En este sentido, el trabajador-emprendedor se pre- dor su implicación y compromiso emocional –en su
senta como el mejor trabajador posible –esto es, el trabajo, con su organización–. Pero, al mismo tiem-
más competitivo posible–, ya que sería capaz de de- po, dado que la “nueva realidad” del mercado labo-
sarrollar laboralmente sus ámbitos más personales, ral “exigiría” la adecuación a una norma de empleo
lo cual le convertiría en un trabajador “único”, o al más flexible, el trabajador tendría que tener también
menos “diferente”, y por tanto “insustituible” en el la capacidad de des-implicarse y des-comprometer-
mercado laboral. La auto-responsabilización del tra- se con facilidad. Así, si el trabajo se configura como
bajador sobre su empleabilidad remite a la necesidad una cuestión “personal”, su representación bajo la
de una auto-formación continua y permanente: cada forma de un “proyecto” plantea su temporalidad li-
experiencia, cada proyecto, sería una oportunidad mitada, por lo que al finalizar ese proyecto –ya sea

62
como éxito o como fracaso– el emprendedor debería la misma manera, en los discursos en torno al em-
des-vincularse rápidamente para poder re-vincular- prendimiento el desarrollo personal –en afinidad al
se a uno nuevo (lo cual ocurriría con frecuencia en concepto de felicidad– se entiende al mismo tiempo
una trayectoria emprendedora ideal). De esta forma, como una competencia profesional –un medio para
la coherencia o linealidad que podría establecerse ser (más) empleable– y como el objetivo último de
entre uno y otro proyecto no remite tanto a criterios toda actividad laboral. Ello justifica un comporta-
profesionales, como a ser “manifestaciones” de un miento orientado a la auto-satisfacción, que implica
mismo proceso de desarrollo personal, el cual se la subordinación del conjunto de relaciones sociales
iría conformando a través de los sucesivos proyectos al interés propio –al interés del proyecto emprende-
laborales. Además de garantizar el desarrollo perso- dor–, así como la desvinculación de las relaciones
nal, el emprendimiento posibilitaría la independen- que no aportasen valor –al proyecto–. Además, la
cia del trabajador. Esa independencia se asocia a la orientación al propio interés sería justificable no
capacidad de establecer vínculos sociales de forma sólo en términos individuales sino también colecti-
voluntaria (y que estarían subordinados, dada la rela- vos, ya que la mejor manera de contribuir a la socie-
ción entre ciudadanía y trabajo, a su “utilidad” labo- dad sería a través del desarrollo del interés propio.
ral). Por tanto, la organización empresarial ejercería Así, la sociedad se representaría como un conjunto
–no podría ni necesitaría ejercer– un control directo de individuos aislados y auto-suficientes, por lo que
sobre el trabajador. El trabajador desarrollaría su la mejor sociedad posible sería la que permitiese el
trabajo de la mejor manera posible porque represen- desarrollo –o la felicidad– del mayor número posible
taría una actividad libremente elegida, pero además, de individuos. Todos y cada uno de esos individuos
porque sería lo que a él mismo más le beneficiaría. serían, en esencia, independientes y potencialmente
Por una parte, porque sólo a partir de su máximo –a través de una adecuada mentalidad– capaces de
compromiso con el trabajo podría garantizarse una lograr el éxito social. Sin embargo, al vincularse a su
buena reputación que posteriormente (al finalizar “interioridad”, el propio concepto de éxito se vincu-
ese proyecto) le permitiese mantenerse “conec- la a una interpretación subjetiva de la realidad, esca-
tado” al mercado laboral. Por otra, porque ello le pando a criterios de medición objetivos. El bienestar
permitiría desarrollar su empleabilidad –que cons- del trabajador no dependería entonces de sus condi-
taría también, o fundamentalmente, de dimensio- ciones laborales, ya que la auténtica explicación del
nes personales–. En este sentido, sus superiores no bienestar personal no respondería a las condiciones
tendrían por qué establecer mecanismos de control “objetivas” que afectasen al individuo, sino en la ma-
sobre su trabajo, ya que ambos compartirían los nera en que éste las interpreta “subjetivamente”. De
mismos objetivos, así como sus diferentes intereses esta forma, los problemas sociales no se plantean,
personales serían complementarios: en el caso de un “transformándose” en problemas personales. Y ante
empleador, mantener y desarrollar su empresa; en el ellos, el trabajador tendría la opción de “victimizar-
de un empleado, desarrollarse como trabajador para se” ante su situación –lo cual sólo conduciría a su
poder re-establecerse en el mercado de trabajo. malestar– o bien asumirla y transformase a sí mismo
para adecuarse a ella y re-interpretarla en términos
Por último, el sujeto emprendedor enlaza con de oportunidad –como única manera de lograr el
la construcción psicologicista del sujeto positivo a bienestar propio–.
través de la psicología positiva. El sujeto positivo
se constituye como una noción complementaria
del sujeto emprendedor, en su contraparte “cientí-
fica”. Como vimos, la psicología positiva prescribe
la “felicidad” en un doble sentido, como medio para
conseguir el “éxito” y como fin en sí mismo. De

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