Professional Documents
Culture Documents
CLASIFICACION
La clasificación de carácter histórico basada en la aparición o reconocimiento
cronológico de los DDHH por parte del orden jurídico normativo internacional,
distingue entre los Derechos de Primera Generación o Derechos Civiles y Políticos,
los Derechos de Segunda Generación o Derechos Económicos, Sociales y
Culturales y los Derechos de Tercera generación o Derechos de Los Pueblos. La
mayor parte de los tratados en el ámbito de los DDHH hacen una distinción entre
los denominados "derechos civiles y políticos" y los derechos "económicos, sociales
y culturales".
El armado de dicha carta fue confiado a un comité presidido por Eleanor Roosvelt y
compuesto por miembros de 18 países. La Carta fue redactada por el canadiense
John Peters Humphrey y revisada luego por el francés René Cassin.
El texto final es pragmático, resultado de numerosos consensos políticos, de
manera tal que pudiera ganar una amplia aprobación.
Todo esto significa que estos derechos existen como una opción que cada cual
debiera tomar, estando obligado a ello solo por un acto libre y voluntario.
Nada nos obliga a respetar los derechos humanos, solo nuestra propia decisión de
hacerlo, movidos por un principio de reciprocidad hacia los demás.
Por eso, avasallar al otro es romper la obligación mutua que permite la vida en
común, es atropellar nuestra condición de seres humanos, es negar que una
sociedad de individuos libres e iguales sea posible.
Pretender defender la vida democrática atropellando los derechos humanos es una
contradicción ética y teóricamente inadmisible, porque la democracia se sustenta
en el respeto a los demás, esto es, en el reconocimiento de la igualdad de todos los
ciudadanos.
Creo que en nuestra condición, en nuestra circunstancia, en nuestra forma de
existir: somos todos mortales, finitos, entregados a la responsabilidad de asumir
individualmente nuestra propia vida, que nadie puede vivir por nosotros, estamos
en medio de un universo, cuyo sentido último se nos escapa por todos lados.
Si todos los seres humanos fueran capaces de reconocer la indigencia de fondo que
hay en toda vida humana y si en lugar de avanzar respuestas apresuradas sobre
nuestra condición, sobre el sentido de nuestra existencia, sobre nuestro destino, si
en lugar de entrar en los sectarismos y fanatismos políticos que pretenden saber
con certeza qué es lo mejor para nuestras sociedades, si en lugar de eso, digo, se
contentaran con asumir en toda su profundidad el misterio y el abismo que la
caracteriza, se respetarían por fin los derechos del hombre, cuya base no es otra
que la conciencia de esta precariedad infinita.
Nuestra vida es una mínima pausa entre dos oscuridades herméticas que nadie
podrá jamás desentrañar. El que asume el misterio de la existencia humana en todo
su insondable alcance no podría jamás tratar a otro hombre como un medio, ni
manipular su cuerpo, ni intentar forzar su conciencia, porque tendría que reconocer
que en verdad no sabe lo que está haciendo.
Lamentablemente hasta ahora solo unos pocos han sido capaces de reconocerlo.
La mayoría vive en un mundo de respuestas hechas, haciendo oídos sordos al
llamado de este insondable silencio. Por eso, el respeto universal a los derechos
humanos sigue siendo todavía una lejana meta en un incierto horizonte.
Ver en el otro la otredad infinita que también observa asombrada desde su finitud la
inabordable inmensidad del cosmos, al mismo tiempo que descubre el desamparo
de su propia existencia, es la única experiencia que puede crear entre los hombres
el deseo de darse una mano, en vez de buscar anularse mutuamente inclinándose
ante el poder irrefrenable del dolor y de la muerte.
EGRAFIA
https://es.wikipedia.org/wiki/Derechos_humanos
https://www.cubaencuentro.com/derechos-humanos/clasificacion-y-
caracteristicas/clasificacion
https://www.humanium.org/es/derechos-humanos-1948/
http://blogs.cooperativa.cl/opinion/sociedad/20120102073752/por-que-no-
se-respetan-los-derechos-humanos/