Efectos erosivos y climáticos sobre las tasas de meteorización

química a largo plazo en paisajes graníticos que abarcan diversos

regímenes climáticos.

Abstracto

Utilizamos los métodos cosmogénicos de balanza de masa de nuclidos y geoquímicos para medir
las tasas a largo plazo de meteorización química y denudación total en paisajes graníticos en
diversos regímenes climáticos. Nuestros 42 sitios de estudio abarcan regímenes climáticos y
erosionales muy variados, con temperaturas medias anuales que oscilan entre 2 a 25 jC,
precipitación media de 22 a 420 cm año y las tasas de desnudación entre 23 y 755 t km año. Las
tasas de intemperización química a largo plazo varían de 0 a
173 t km 2 año 1, en varios casos superando las mayores tasas de intemperismo granítico
registradas en trabajos previos. Las tasas de intemperización química son más altas en los sitios
con tasas de denudación rápida, consistente con un fuerte acoplamiento entre las tasas de
meteorización química y el suministro de minerales por descomposición de la roca. Una simple
relación empírica basada en la temperatura, la precipitación y las tasas de denudación a largo
plazo explica el 89-95% de la variación en las tasas de desgaste a largo plazo en nuestra red de
sitios. Nuestro análisis muestra que, para una precipitación y una temperatura determinadas, las
tasas de intemperismo químico aumentan proporcionalmente con las tasas de suministro de
materiales frescos. Nos referimos a esto como "condiciones limitadas a la provisión", en las que el
material fresco se agota químicamente en aproximadamente el mismo grado, independientemente
de su tasa de suministro de rotura de la roca. La sensibilidad a la temperatura de la
intemperización química
Es de dos a cuatro veces menor de lo que cabría esperar de las mediciones de laboratorio de las
energías de activación para la erosión del feldespato y las comparaciones anteriores de los datos
del balance de masa de las cuencas del campo. Nuestros resultados sugieren que las
retroalimentaciones del cambio climático entre la temperatura y las tasas de intemperismo de los
silicatos pueden ser más débiles de lo que se pensaba anteriormente, al menos en un terreno
erosionado y singlaciado similar al de nuestros sitios de estudio. En la medida en que las tasas de
intemperismo químico son limitadas por la oferta en paisajes montañosos, los factores que regulan
las tasas de suministro de minerales por erosión, como el levantamiento tectónico, pueden
conducir a fluctuaciones significativas del clima global a largo plazo.

1. Introducción La cuantificación de las tasas a largo plazo

El desgaste químico y la erosión física actúan
conjuntamente para generar suelos y esculpir
paisajes. También se influyen mutuamente;
La erosión física puede depender de la
descomposición química (y por lo tanto
debilitar) de la roca, y la meteorización
química depende de la disponibilidad de
superficies minerales frescas creadas por la
erosión física. Por lo tanto, cuantificar cómo
las tasas de erosión física y meteorización
química se interrelacionan a lo largo de las
escalas temporales de la formación del suelo
es importante para el estudio cuantitativo del
desarrollo del suelo, la geoquímica de las
cuencas hidrográficas y la evolución del
paisaje.
de meteorización química y erosión física
también es importante para comprender los
ciclos biogeoquímicos de la Tierra. Por
ejemplo, el desgaste químico de la roca
ayuda a regular el suministro de nutrientes y
solutos a los suelos, arroyos y el océano, y
es también el fregadero de largo plazo para
el CO2 atmosférico, modulando así la
evolución climática de la Tierra a través del
efecto invernadero. Por lo tanto, en la medida
en que las tasas de intemperismo químico
aumentan con la temperatura, las reacciones
de intemperismo deberían, durante millones
de años, amortiguar el clima de la Tierra
frente a grandes cambios de temperatura
(por ejemplo, [1]). En la medida en que las
tasas de meteorización química y erosión
física se acoplan, la evolución climática a
largo plazo de la Tierra puede ser regulada
por las tasas de erosión física, con períodos
de mayor erosión marcados por el
enfriamiento global, debido al aumento del
consumo atmosférico de CO2 por
intemperismo [2] .
Degradación química y la erosión física debe
ser acoplado, en la medida en que las tasas
de meteorización mineral dependen de la
disponibilidad de nuevas superficies
minerales con alta reactividad [3, 4].
Debido a que la ruptura física de la roca
regula el suministro de minerales frescos a
los suelos, la tasa de erosión del lecho
rocoso debe ser un importante control de las
tasas de intemperismo en los suelos. Los
resultados de varios estudios de campo
recientes [5-11] sugieren que este es el caso.
Tradicionalmente, las tasas de
intemperización química se han medido ya
sea por los saldos de masa de entrada /
salida de la cuenca de captación (por
ejemplo, [12]), o por medidas de agotamiento
químico y enriquecimiento en suelos no
erosivos de edad conocida [13-15]. Este
último enfoque, basado en el balance de
masa de los elementos en los suelos y la
roca madre, promedia las tasas de
meteorización sobre las escalas de tiempo de
la pedogénesis, lo que parece ideal para el
estudio cuantitativo del desarrollo del suelo,
la geoquímica de las cuencas hidrográficas y
la retroalimentación a largo plazo entre clima
y meteorización. Sin embargo, debido a que
los suelos no erosivos de edad conocida son
raros, han producido pocas mediciones de
las tasas de desgaste químico a largo plazo.
El método de balance de masa del suelo
también se puede aplicar en entornos
montañosos, donde los suelos están
sufriendo erosión física significativa, si se
puede cuantificar la tasa de desnudación
global a largo plazo [6,16-18]. Las tasas de
desnudación a largo plazo han sido
tradicionalmente difíciles de medir, pero
recientemente se han vuelto mucho más
ampliamente cuantificables, mediante la
aplicación de métodos de nucleidos
cosmogénicos (por ejemplo, [19-22]). Por lo
tanto, ahora debe ser posible cuantificar las
tasas de intemperismo químico a largo plazo
en un rango muy extendido de los ajustes,
combinando tradicional, las mediciones del
balance de masa del suelo de agotamiento
químico y enriquecimiento, con cosmogénico
nuclide mediciones de las tasas de
denudación [6, 16 - 18].
En trabajos previos, se utilizó el método de
balance de masa para medir las tasas de
intemperización química a largo plazo en
sitios de estudio graníticos y climáticamente
diversos en la Sierra Nevada de California,
las montañas de Santa Rosa de Nevada y
Rio Icacos, Puerto Rico [6,17, 18]. Nuestros
resultados nos ayudaron a validar el
cosmogénico nuclide / balance de masa
enfoque (a través de la comparación con los
datos de otros métodos independientes) [17],
y nos permitió documentar los efectos
erosivos, climáticos y altitudinales sobre la
meteorización química [6, 18]. Aquí
presentamos datos de una red ampliada de
sitios de campo y los usamos para cuantificar
cómo los factores climáticos y erosivos
afectan las tasas de meteorización química
en una gama muy extendida de climas y
tasas de desnudación. A través de esta red
de sitios, la precipitación anual promedio
varía en 19 veces, las temperaturas medias
anuales varían en 23 jC y las tasas de
denudación varían en un factor de 32,
aproximadamente doblando el rango de cada
una de estas variables analizadas
previamente por Riebe et al. [6]. Nuestras
mediciones muestran que las tasas de
desgaste químico y de desnudación total
están estrechamente acopladas y que el
grado de agotamiento químico (medido por la
relación entre la tasa de desgaste químico y
la tasa total de desnudación) aumenta
sistemáticamente con la temperatura y la
precipitación.
2. Métodos, sitios de campo y
muestreo
2.1. Las tasas de intemperización química del
enriquecimiento de elementos inmóviles en
erosión de paisajes.
Nuestros métodos para la estimación a largo
plazo las tasas de meteorización química en
erosión paisajes han sido descritos en detalle
en otros lugares [17]. Brevemente resumimos
nuestro enfoque aquí y lo detallamos en el
apéndice (ver versión en línea de este
artículo). Para un suelo sometido a formación
en estado estacionario, la erosión y la
intemperie (de tal manera que la masa de
material degradado en almacenamiento
como suelo en el paisaje es
aproximadamente constante a través del
tiempo), la conservación de masa implica que
la velocidad de conversión de roca a regolito
será igual A la tasa de desnudación total, y
puede demostrarse que [6,17]
donde W es el flujo químico de la
meteorización, E es el flujo de erosión física y
D es el flujo de denudación total (es decir, la
suma de W y E), todo en unidades de Masa
por área por tiempo, y [Zr] roca y [Zr] suelo
son las concentraciones de un elemento
inmóvil (en este caso zirconio) en la roca y el
suelo. Para la consistencia dimensional con
el flujo de la intemperie, las tasas de
denudación y erosión física en la Ec. (1) se
expresan como flujos de masa (no como
longitudes por tiempo, ya que a menudo
están en otra parte de la literatura).
Eq. (1) se puede reordenar para obtener
donde CDF, la "fracción de agotamiento
químico", es la relación de la tasa de
desgaste químico a la tasa de desnudación
total [6, 17, 18].
Las ecuaciones de conservación de la masa
también se pueden escribir para expresar las
tasas de meteorización química de
elementos individuales en la roca y el suelo:
Donde [X] la roca y [X] suelo son las
concentraciones de un elemento X en la roca
y el suelo, y WX es su tasa de meteorización
química [6, 16, 18].
Eq. (3) se pueden reordenar para producir
fracciones de agotamiento químico para
elementos individuales (CDFX):
CDFs son de las tasas de desgaste químico
normalizado por las tasas de denudación
total. Obsérvese que, en las fórmulas de
estado estacionario delineadas
anteriormente, la tasa de desnudación es
igual a la proporción que el material fresco se
suministra a los suelos por descomposición
de la roca.
2.2. Cuantificación de las tasas de
desnudación con nuclidos
cosmogénicos.
El balance de masa geoquímica de las
ecuaciones (1-4) produce las tasas de
desgaste químico de los suelos y sus
elementos componentes a partir de las
mediciones del enriquecimiento de elementos
inmóviles, las concentraciones de elementos
constituyentes en la roca y el suelo y las
tasas de desnudación total.
Las velocidades de flujo de masa
denudacional (es decir, D en las ecuaciones
(1) - (4)) se pueden medir, en escalas de
tiempo comparables a las de la formación del
suelo, usando técnicas de nucleidos
cosmogénicos. 10Be se produce en granos
de cuarzo cerca de la superficie terrestre por
los rayos cósmicos de neutrones y muones
[19]. Debido a que los granos de cuarzo a la
profundidad están protegidos contra la
radiación cósmica, las concentraciones
cosmogénicas de 10Be en los granos de
cuarzo reflejan sus tiempos de residencia
cerca de la superficie, y pueden utilizarse
para inferir las tasas promedio a largo plazo
de la denudación del paisaje [20, 21].
Detalles de cómo las mediciones de los
nucleidos cosmogénicos pueden utilizarse
para inferir las tasas de denudación (D) de
las ecuaciones (1) - (4) se presentan en
trabajos anteriores [17] y en el apéndice (ver
versión en línea de este artículo).
2.3. Sitios de campo: información general
Nuestros 42 sitios de campo están
agrupados en 14 localidades (Fig.1). Además
de los nuevos datos de los sitios de Sonora,
Chiapas, Jalisco, Georgia Piedmont y Nueva
Zelanda, nuestro análisis incluye las tasas de
denudación y meteorización química de Río
Icacos, Puerto Rico [17], un transecto
altitudinal Las montañas de Santa Rosa, NV
[18] y la Sierra Nevada, CA [6]. Una
compilación de descripciones de sitios se
proporciona en el apéndice (ver la versión en
línea de este artículo). Los nombres de las
localidades, las coordenadas, los índices
climáticos promedio y las litologías del lecho
rocoso se enumeran en la Tabla 1. A través
de nuestras localidades de estudio, las
temperaturas anuales medias oscilan entre 2
y 25 jC y la precipitación media oscila entre
22 y 420 cm año 1. Como Fig. 1, nuestros
sitios de estudio abarcan casi todas las
combinaciones posibles de regímenes
climáticos calientes / fríos y húmedos / secos,
lo que permite distinguir entre efectos de
temperatura y efectos de precipitación. Las
variaciones en el clima y la vegetación
dominante dentro de cada sitio son
pequeñas, en comparación con las
diferencias de localidad a localidad. Las
grandes diferencias climáticas a través de los
sitios implican diferencias en los procesos de
erosión; Por ejemplo, el transporte de
sedimentos por lanzamiento de árboles es
probablemente importante en sitios
boscosos, pero no es importante en sitios
desérticos, los cuales son propensos a la
erosión de la lama debido a que carecen de
cobertura vegetal protectora. Todos los sitios
se encuentran fuera de los límites de la
glaciación del Pleistoceno y el Holoceno,
están subyacentes a la roca granítica y se
encuentran en lugares montañosos o
montañosos donde las tasas de erosión son
significativas.
Los suelos suelen tener menos de 60 cm de
espesor, excepto en los sitios de selva
tropical donde las profundidades del suelo
pueden exceder de 1 m, incluso en las
pendientes empinadas y en los desfiladeros
estrechos típicamente muestreados en
nuestro análisis. Los suelos también eran
típicamente más gruesos que 1 m en la
Montaña Panola, donde la topografía es
mucho más tenue que en nuestros otros
sitios. No observamos evidencia de suelos
relictos o enterrados (lo que complicaría
nuestro análisis) en ninguno de nuestros
sitios. Los suelos de todos nuestros sitios
parecen estar genéticamente vinculados al
lecho rocoso local y, típicamente, no exhiben
una fuerte orientación, excepto en la capa
superior de 5 a 10 cm de espesor, rica en
compuestos orgánicos. En resumen,
nuestros sitios han sido elegidos para
minimizar las complicaciones
geomorfológicas, litológicas y pedológicas
que de otro modo podrían oscurecer los
efectos de la erosión y el clima en las tasas
de meteorización química.