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Universidad Central del Ecuador

Ciencias Biológicas y Ambientales


Limnología
Nombre: Cristhian Adrian Cusicondor Loza Fecha: 07 / 05 / 2018
Paralelo: 7mo semestre
Tema: Cambio climático y sus afectaciones
Los sumideros de carbono son una fuente importante para mantener un “equilibrio” de la cantidad
de CO2 presente en la atmosfera y de producir su reciclaje con la ayuda de distintos organismos
fotosintéticos que dependen de el para poder “subsistir”; pero actualmente y dadas las condiciones
contaminantes que fuertemente han sido repotenciadas por la actividad humana estos han sido
llevados hasta el límite de su eficiencia y capacidad. Algunas opiniones sugieren que este tipo de
sitios actúan en pro de la mitigación de los efectos del cambio climático, aunque para otros, no son
más que un “desagüe” donde todos los elementos contaminantes (como son los GEI) tienen un efecto
potencialmente perjudicial para la calidad estructural y composicional de estos lugares - océanos o
extensas coberturas vegetales - que pueden en estado natural aplacar cerca del 55% de las emisiones
antropogénicas (Sánchez 2013).
Para autores como Houghton (1999) este cambio en la tasa de acumulación del carbono tanto en los
ecosistemas marinos como terrestres, no se constituye como una solución efectiva ya que no se sabe
exactamente como esta supuesta efectividad está viéndose influenciada por otros factores que son
ajenos al cambio climático. Por ello, la retención de carbono desde cierta perspectiva solo sería una
solución parcial en el control de aumento de las emisiones de CO2 en el planeta.
Entre el 2000 y 2006 la quema de combustibles fósiles así como fabricaciones de cemento y la
deforestación de varias hectáreas de bosque tropical emitieron a la atmosfera un promedio de 4,100
millones de toneladas de carbono, lo cual demuestra una tasa creciente de CO2 de al menos 1.93
ppm cada año, pero además de estas alarmantes cifras, las emisiones producidas por grandes
industrias han contribuido con otros 1,500 millones de toneladas de carbono que con más frecuencia
son “desechadas” al ambiente produciendo la alteración del ciclo del carbono lo que a su vez como
efecto más notorio produce un descenso del pH de los mares, acidificándolos (Gamarra C. 2013).
Este efecto que bajo cierta perspectiva se da como una reacción en cadena, puede afectar de forma
inmediata a bases de una cadena alimenticia muy compleja, es decir afectara a productores primarios
como el plancton y algas, así como una infinidad de corales, los cuales pueden sufrir un
decoloramiento y degradación de sus estructuras cálcicas por el bajo pH. Por igual, la revista Plos One
en una de sus ediciones, menciona que el ciclo hidrológico tiene cierta participación en la captura de
CO2, lo que benéficamente contribuye a regular el clima planetario. Por ende, se diría que los
sumideros de carbono se constituyen como una importante contribución para frenar el cambio del
clima mas no para solucionarlo. Por ello es de suma urgencia dar el total abandono a la dependencia
que se tiene de los combustibles fósiles y sus derivados optando por modelos energéticos
alternativos y más limpios ya que precisamente sería esta actividad contaminante la responsable de
producir desequilibrios en los ciclos biogeoquímicos y de alterar las reacciones normales que ocurren
en la biosfera, es por ello que el cambio climático es una de las cinco peores presiones que junto a la
perdida de hábitats, la sobreexplotación, la contaminación y la introducción de especies exóticas
atentan contra la biodiversidad mundial en especial aquellas correspondientes a regiones tropicales
(Bates et al. 2008). Y es precisamente por la aparición de la era pre industrial, cuando el clima
comenzó a cambiar, esto dado a las continuas fluctuaciones de gases que eran emitidas
constantemente, esto produjo que las temperaturas se incrementen hasta 2 °C. Los impactos más
notorios de este fenómeno son: la migracion de especies, perdida de ecosistemas, aparecimiento de
nuevas enfermedades, interrupción de interacciones entre especies, extinción de poblaciones no
adaptadas a climas cálidos, florecimiento “no cronometrado” de varias especies vegetales, etc., pero
lo que nos queda claro es que el ser humano desde hace varios siglos atrás ha venido modificando su
ambiente y ha sido el principal culpable de la disminución de la diversidad mundial, ya que al
deforestar, emitir y desechar productos contaminantes como gases, basura y productos líquidos
tóxicos está asegurándose de su propia extinción a corto plazo. Se estima que cerca del 57 % de las
todas las especies de plantas y el 34 % de animales podrían sufrir una extrema disminución hasta el
2080, mientras que los servicios ecosistémicos como el recurso agua podrían verse mitigados si no
se disminuye en un 60 % los impactos que producen los gases de efecto invernadero según datos de
la investigación hecha por la Universidad de East Anglia en la revista Nature Climate Change (Fezzi et
al. 2015).
Otro de los sectores que igualmente están padeciendo, pero a su vez intentado aplacar los efectos
de este fenómeno, es la Agroganaderia, propiamente los recursos hídricos y la seguridad alimentaria
de la población humana, ya que, al darse estos progresivos cambios en la temperatura la producción
de los cultivos se va disminuyendo y las tierras dirigidas para la crianza de animales de ganado se ven
cada vez más afectados (FAO. 2016.). La principal razón es el impacto inevitable que los GEI tienen
sobre el recurso agua que es uno de los más importantes elementos para este tipo de sectores, pero
que en cierta manera esto es algo ambiguo por la condición de agentes contaminantes que pueden
llegar a ser este mismo tipo de actividades, liberación de grandes cantidades de GEI, alteración de la
composición natural del suelo, desertización y deforestación son solo algunos ejemplos, y de los
cuales los más afectados serían los países en vías de desarrollo que dependen de esto para asegurar
el ingreso económico vital (Yépez C. 2015). Pero a la vez que los sectores ganaderos y agricultores, se
ciernen como uno de los causantes de potenciar los efectos del CC, estos intentan aplicar ciertas
medidas para poder asegurar un buen manejo de las tierras, de los desechos de los animales y del
agua para aplacar los impactos del exceso de temperatura en la atmosfera. Es por ello, que dentro
de las políticas que se han venido desarrollando constan algunas como: obtención de fuentes
alternativas de energía partiendo de las excretas de los animales (fuentes potenciales de gas
metano), reducción en la aplicabilidad de fertilizantes de origen artificial o sintético, el
direccionamiento de lugares específicos para pastoreo, cambiar las fuentes de energía fósil por otros
más limpios y “amigables con el medio” como paneles solares o torres de viento, reforestar los
lugares que han dejado de usarse para fines “comerciales” y tratar de utilizar de forma eficiente las
aguas de riego y alimento (Blanco et al. 2017). Lo que nos lleva a pensar que la economía como fuerza
que predomina sobre el planeta en aspectos sociales, es la principal fuente de amenaza que concreta
los diversos problemas ambientales y que repercute de manera perjudicial sobre la salud humana y
su calidad de vida como tal (Sánchez L. & Reyes O. 2015). Actualmente se esperaría que, por la alta
sensibilidad de los agrocultivos al recambio de temperatura en el planeta, estos puedan no
compensar los requerimientos alimenticios de los diversos países que dependen de su producción y
exportación, como el caso de países africanos, lo que resultaría en una extrema malnutrición de más
de 3.5 millones de habitantes. Además, por el marcado clima tropical que se estaría presenciando,
las enfermedades de zonas climáticas “calientes” predominarían en aquellas donde no era común
encontrarlas, por ejemplo, la malaria o el cólera, y sobre todo los servicios de abastecimiento de agua
serian extremadamente escasos. Así mismo inundaciones y fuertes precipitaciones de lluvias acidas
contaminarían las principales reservas de agua a nivel global, lo que daría paso al aparecimiento de
insectos portadores de bacterias y organismos protozoarios perjudiciales. Es por tal motivo que ya
hoy por hoy se están implementando una serie de medidas y políticas que permitan disminuir todos
los efectos e impactos de los GEI tanto a nivel local como regional y global. Según la IPCC (2007) esto
dependerá de la capacidad adaptativa y de los recursos institucionales con lo que cuente cada lugar
que planee instaurar dentro de sus políticas estas medidas.
Entre los factores claves estarían a consideración: las fortalezas económicas, grado de dependencia
de las diferentes actividades que respalden dicha economía, la efectividad y estabilidad del gobierno,
capacidad del país para desarrollar tecnologías o practicas innovadoras, grado de transferencia del
conocimiento y de las comunicaciones de la población, y el mejoramiento en cuanto al uso de los
recursos naturales (Gonzales J. 2003).
Referencias bibliográficas
 Bates et al. 2008. El Cambio Climático y el Agua. Documento técnico del Grupo
Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, Secretaría del IPCC, Ginebra, 224
págs.
 Blanco et al. 2017. Climate change impacts on EU agriculture: A regionalized perspective taking
into account market-driven adjustments. Agricultural Systems, 156: 52-66.
 FAO. 2016. Adaptación de la agricultura al cambio climático. (Disponible en:
http://www.fao.org/fileadmin/templates/tci/pdf/backgroundnotes/webposting_SP.pdf
Consultado el: 06 de marzo del 2018).
 Fezzi et al. 2015. The environmental impact of climate change adaptation on land use and water
quality. (Disponible en: https://www.nature.com/articles/nclimate2525. Consultado el: 04 de
marzo de 2018).
 Gamarra C. 2013. Efectos del Cambio Climático en la Disponibilidad de Recursos Hídricos.
(Disponible en: http://natzone.org/index.php/component/content/article/16-frontpage-
blog/educacion-ambiental/147-efectos-del-cambio-climatico-en-la-disponibilidad-de-recursos-
hidricos-y-transmision-de-enfermedades-de-origen-hidrico?Itemid=101. Consultado el: 06 de
marzo de 2018).
 Gonzales J. 2003. La responsabilidad por el daño ambiental en América Latina. Serie de
documentos sobre Derecho Ambiental 12. PNUMA. México. ISBN 968-7913-29-0.
 IPCC. 2007. IPCC Fourth Assessment Report: Working Group II: Impacts, Adaptation and
Vulnerability. (Disponible en: http:// www.ipcc.ch/publications_and_data/ar4/wg2/en/ch19s19-
1-2. html. Cosultado el: 05 de marzo de 2018).
 Sánchez L. Reyes O. 2015. Estudios del cambio climático en América latina. Medidas de
adaptación y mitigación frente al cambio climático en América Latina y el Caribe. Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
 Sánchez. 2013. Aerosoles atmosféricos. (Disponible en:
http://cambioglobalylimites.blogspot.com/2013/05/limite-planetario-aerosoles-
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 Yépez C. 2015. El cambio climático, el agua y la seguridad alimentaria. (Disponible en:
http://bvssan.incap.int/local/Cambio-Climatico/Cambio-Climatico.pdf Consultado el: 05 de
marzo del 2018).

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