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Libro I
Todo tiende hacia un bien; por lo cual, el bien es hacia lo que todas las cosas tienden.
- actividades
Cuando hacemos algo, hay algo que queremos por sí mismo y otras cosas que queremos como medios para ese
fin.
Siempre se necesita un fin último pues sino avanzamos en una progresión hacia el infinito.
La política: Esta regula qué ciencias son necesarias en las ciudades y cuales ha de aprender cada uno y hasta qué
extremo. También se le subordinan facultades socialmente muy estimadas. El fin de ella incluye el fin de las
demás ciencias. La política constituye el bien del hombre.
Aunque sea el mismo bien que el del individuo y el de la ciudad. Es mejor salvaguardar el de la ciudad.
Las cosas que son objeto de la política presentan tanta diferencia y desviaciones que parecen existir por
convención y no por naturaleza.
Para investigar debemos partir siempre de las cosas más fáciles de conocer.
Los hombres entienden el bien y la felicidad partiendo de los diversos géneros de vida:
Si bien la vida política busca los honores, este bien es más superficial en tanto radica en los que conceden los
honores más que en el honrado. Para Aristóteles el bien debe ser algo propio y difícil de arrebatar.
Desarrollo en clase.
Si hay algún fin de todos los actos, este será el bien realizable y si hay varios serán estos.
Hay multiplicidad de fines, dentro de los cuales elegimos unos por sobre otros; por lo cual, no pueden ser todo
perfectos pues se eligen unos por sobre otros.
Por lo cual si hay un solo bien perfecto este es el que buscamos y si hay varios el más perfecto de entre estos.
Si algo se busca por sí mismo, entonces es más perfecto que aquello que se busca por otra cosa.
El bien perfecto también es autárquico, es decir por si solo hace deseable la vida.
La felicidad por si sola también es autárquica.
Si hay una función que le es propia al hombre entonces lo bueno para el hombre radica en la función.
Si tanto el carpintero o incluso nuestros órganos tienen una función que les es propia entonces el hombre debería
tener una función propia.
Respuesta: Cierta actividad propia del ente que tiene razón. Este ente por un lado obedece a la razón, y por otro
lado, la posee y la piensa.
“La función propia del hombre es una actividad del alma según la razón, o que implica la razón, y si, por otra
parte, decimos que esta función es específicamente propia del hombre y del hombre bueno, como el tocar la
cítara es propia de un citarista y de un buen citarista, y así en todo añadiéndose a la obra la excelencia queda la
virtud (pues es propio de un citarista tocar la cítara y del buen citarista tocarla bien), siendo esto así, decimos
que la función del hombre es una cierta vida, y ésta es una actividad del alma y unas acciones razonables, y la
del hombre bueno estas mismas cosas bien y hermosamente, y cada uno se realiza bien según su propia virtud;
y si esto es así, resulta que el bien del hombre es una actividad del alma de acuerdo con la virtud, y si las virtudes
son varias, de acuerdo con la mejor y más perfecta, y además en una vida entera.”(1098 a)
El bien del hombre es una actividad que le es propia (actividad del alma – razón) de acuerdo con la virtud.
a) Exteriores.
b) Del alma.
c) Del cuerpo.
Los del alma son los más importantes y los bienes por excelencia.
Aristóteles señala que la felicidad es la virtud o alguna clase de virtud, pues la actividad conforme a la virtud es
una actividad propia de ella.
El bien supremo puede ponerse tanto en posesión o en uso, es decir, en modo de ser o en una actividad.
En el modo de ser puede estar presente sin producir ningún bien, pero con la actividad esto no es posible.
(Ejemplo del hombre que duerme)
Así pues en el actuar bien es donde se hallan las cosas buenas y hermosas, siendo la vida de quien actúa bien por
sí misma agradable.
Algo es placentero para alguien en virtud de los que ama (Ejemplo del aficionado a los caballos que ama a los
caballos).
Hay dos tipos de cosas agradables: Las que son por naturaleza agradables y las que resultan agradables en distinta
medida.
Todas las acciones de acuerdo con la virtud son justamente agradables en sí mismas.
El placer se presenta en la vida de los hombres virtuosos no como una añadidura sino que tiene el placer en si
misma
Es importante para ser felices contar con bienes exteriores, pues no se puede hacer el bien sin no se tiene
recursos.
Si la felicidad es lo más hermoso, confiarla a la fortuna sería algo incongruente; pues las cosas que existen por
naturaleza se realizan siempre del mejor modo posible.
También la felicidad es una actividad de acuerdo con la virtud, si no fuera así, podríamos predicar que los
animales son felices.
Demostración:
Pues si la política es el mejor bien, y esta pone el mayor cuidado en hacer a los ciudadanos buenos y capaces de
acciones nobles.
Los animales si pueden ser felices, también deberían ser capaz de participar de la política.
Si el hombre feliz supeditara su felicidad a las cosas exteriores su condición cambiaria como la de un camaleón.
La bondad o maldad de un hombre no depende de las vicisitudes de la fortuna, aunque sean necesarias para la
vida humana.
Si bien los infortunios pueden impedir las actividades virtuosas, si uno es capaz de soportarlos estará siendo
noble.
No se explica.
Elogiable:
Todo lo elogiable se elogia por ser de cierta índole y tener cierta referencia a algo. Por ejemplo: Elogiamos al
justo. También se elogia al bueno y a la virtud.
Se elogia a algo por tener una cualidad y servir para algo bueno y virtuoso.
Pero si esto es así, de las cosas mejores no hay alabanza, sino algo mayor y mejor.
Honor:
La felicidad es algo perfecto y digno de alabanza. Pues a causa de ella todos hacemos las demás cosas.
Lo que es principio y causa de los bienes es considerado como algo digno de honor.
Para Aristóteles la virtud humana es la del alma, también la felicidad es una actividad del alma.
El político debe conocer los atributos del alma pues le interesa la virtud de los hombres y la felicidad de la
polis.
Dos partes:
- Racional
- Irracional
Ética: Procede de la costumbre, no se produce por naturaleza ya que nada producido por naturaleza se modifica
por costumbre.
Las virtudes no se producen ni por naturaleza ni contra naturaleza, sino que nuestra naturaleza puede recibirlas
y perfeccionarlas mediante la costumbre.
De todas las disposiciones naturales, adquirimos primero la capacidad y luego ejercemos las actividades.
Las virtudes se adquieren como resultado de actividades anteriores, pues lo que hay que hacer después de haber
aprendido, lo aprendemos haciéndolo.
Los legisladores hacen buenos a los ciudadanos haciéndoles adquirir ciertos hábitos.
Las mismas causas y los mismos medios producen y destruyen la virtud (caso de los citaristas). Si no fuera así, no
se necesitarían maestros, por lo cual todos serian buenos y malos de nacimiento.
Este estudio al no ser teórico, debe examinar lo relativo a la acción, ellas son las principales causas de la
formación de diversos modos de ser.
Partamos de lo siguiente:
Está en la naturaleza de las cosas el destruirse por defecto o por exceso (Caso de la salud y la robustez).
Ejemplo: El que huye de todo y tiene miedo y no resiste nada se vuelve cobarde; el que no teme absolutamente
a nada y se lanza a todos los peligros, temerario.
La moderación y la virilidad se destruyen por exceso y por defecto, pero se conservan en el término medio.
Hacemos lo malo a causa del placer y nos apartamos del bien a causa del dolor.
Por ello debemos haber sido educados para podernos alegrar y doler como es debido.
Si las virtudes se relaciones con las acciones y pasiones, y además el placer y el dolor acompañan a toda pasión,
entonces por esta razón la virtud estará relacionada con los placeres y dolores.
Las virtudes se tienden a definir como un estado de impasibilidad y serenidad, pero no las definen bien, porque
se habla de un modo absoluto, sin añadir “como es debido”, “como no es debido”, “Cuando” y todas las demás
circunstancias.
La virtud hace lo que es mejor con respecto al placer y al dolor, y el vicio hace lo contrario.
Expliquemos esto.
El estudio de la virtud y de la política está en relación con el placer y el dolor, puesto que el que se sirve bien de
ellos, será bueno, y el que se sirve mal, malo.
¿Cómo es que los hombres se hacen justos practicando la justicia, y moderados practicando la moderación?
En el caso de las artes las cosas producidas por las artes tienen su bien en sí mismas.
En el caso de las acciones, cuando son hechas de acuerdo con la virtud, no es que están hechas justas o
sobriamente si ellas mismas son de cierta manera (es decir, que sean buenas por si mismas), sino si también el
que las hace está en cierta disposición al hacerlas, es decir:
Las acciones se llaman justas y moderadas cuando son tales que un hombre justo y moderado podría realizarlas.
Es justo y moderado no el que solo hace acciones justas, sino el que las hace como las hacen los justos y
moderados.
La mayoría de personas no ejercen estas cosas, sino que se refugian en la teoría y creen que filosofando se harán
hombres virtuoso.
Pasiones: Todo lo acompañado de placer o dolor (apetencia, ira miedo, coraje, etc.).
Facultades: Capacidades en virtud de las cuales se dice que estamos afectados por estas pasiones (por lo cual
somos capaces de airarnos, entristecernos o compadecernos).
Modos de ser: Aquello en virtud de lo cual nos comportamos bien o mal respecto de las pasiones, por ejemplo,
en cuanto encolerizarnos: nos comportamos mal, si nuestra actitud es desmesurada o débil; bien, si obramos
moderadamente.
Pasiones: No se nos llama buenos o malos por nuestras pasiones, tampoco se nos elogia o censura por nuestras
pasiones. Nos encolerizamos o tememos sin elección deliberada, mientras que las virtudes son una especie de
elección deliberada. Además las pasiones nos mueven, mientras que las virtudes y vicios no nos mueven, sino
que nos disponen de cierta manera.
Facultades: No se nos llama buenos o malos por ser capaces de sentir pasiones, no se nos elogia ni censura. Es
por naturaleza que tenemos facultades mientras que no somos buenos por naturaleza.
Toda virtud lleva a término la buena disposición de aquello de lo cual es virtud y hace que realice bien su función:
La virtud del ojo hace bueno al ojo y su función.
La virtud del caballo hace bueno el caballo y útil para correr, para llevar el jinete y para hacer frente a los
enemigos.
La virtud del hombre será también el modo de ser por el cual el hombre se hace bueno y por el cual realiza bien
su función propia.
En todo lo continuo y divisible es posible tomar una cantidad mayor, o menor, o igual, y esto, o bien en relación
a la cosa misma.
El término medio de una cosa es el que dista lo mismo de ambos extremos, y éste es uno y el mismo para todos.
El término medio en relación con nosotros, es el que ni excede ni se queda corto, y éste no es ni uno ni el mismo
para todos.
Lo que nos interesa es el medio con relación a nosotros. Si para alguien es mucho comerte diez tortas, y poco
comer dos.
No se prescribirá lo mismo a todos los demás pues seis será probablemente mucho o poco para para el que ha
de tomarla. Debemos evaluar el término medio en relación a la persona, no es lo mismo para una persona
anoréxica que para una persona con sobrepeso.
Toda ciencia cumple bien su función mirando al término medio y dirigiendo hacia éste su obra.
De ahí procede lo que suele decirse de las obras excelentes, que no se les puede quitar ni añadir nada, pues el
exceso y el defecto destruyen la perfección, mientras el término medio las conserva.
Cuando tenemos una pasión cuando es debido, y por aquellas cosas y hacia aquellas cosas debidas, y por el
motivo y de la manera que se debe, entonces hay un término medio y excelente, y en ello radica la virtud.
La virtud tiene que ver con pasiones y acciones, en las cuales el exceso y el defecto yerran y son censurados,
mientras que el término medio es elogiado y acierta.
Se puede errar de muchas maneras pero solo se puede acertar de una, y a causa de esto, también el exceso y el
defecto pertenecen al vicio, pero el término medio a la virtud.
La virtud será entonces un modo de ser selectivo, siendo un término medio relativo a nosotros, determinado por
la razón y por aquello por lo que decidirá el hombre prudente.
Es un medio entre dos vicios, uno por exceso y otro por defecto, y también por no alcanzar, en un caso, y
sobrepasar, en otro, lo necesario en las pasiones y las acciones, mientras que la virtud encuentra y elige el
término medio.
La virtud es un término medio entre el exceso y el defecto, pero respecto a lo mejor y al bien, es un extremo (No
se puede ser mejor que eso).
No toda pasión o acción admite el término medio, pues hay algunas cuyo solo nombre admite la idea de
perversidad: la malignidad, la envidia, el adulterio y el homicidio.
Son cosas malas en sí mismas, no por sus excesos ni por sus defectos. Siempre se yerra en ellas.
Al creer que en la injusticia, la cobardía o el desenfreno hay término medio, es decir, exceso y defecto. Entonces,
habría un término medio del exceso y del defecto, y un exceso del exceso y un defecto del defecto.
Por el contrario, así como no hay exceso ni defecto en la moderación ni en la virilidad, por ser el término medio
en cierto modo un extremo, así tampoco hay un término medio, ni un exceso ni un defecto en los vicios
mencionados.
No existe término medio del exceso y del defecto, ni exceso y defecto del término medio.
Miedo y audacia: el valor como término medio. El que se excede en audacia es temerario y el que se excede en
el miedo es cobarde.
Con el honor y el deshonor, el término medio es magnanimidad; el exceso se llama vanidad, y al defecto
pusilanimidad.
Respecto al que se complace en divertir a los otros, el término medio es gracioso, y la disposición es la gracia; el
exceso es bufonería, y el que la tiene bufón; el deficiente será rústico y su disposición la rusticidad.
Tres son las disposiciones (modos de ser) de las cuales dos son vicios (por exceso o por defecto) y una es virtud
(la del término medio).
Algo es mayor en relación con lo menor y menor con respecto a lo mayor, por lo cual, lo modos de ser intermedios
son excesivos por lo que respecta a los deficientes, y deficientes, en cuanto a los excesivos.
El valiente parece temerario comparado con el cobarde y cobarde comparado con el temerario.
Dos razones:
En función de la cosa misma: En este caso lo más alejado al medio parece ser lo más contrario.
En función de nosotros mismos: A lo que estamos inclinados por naturaleza parece más contrario al medio,
llamamos más contrario a las disposiciones a las que cedemos fácilmente.
Es difícil alcanzar el término medio por eso el bien es raro laudable y hermoso.
El que tiende al término medio tiene que apartarse siempre de lo más opuesto.
Puesto que de los dos extremos uno es más erróneo y el otro menos. Siempre debemos apuntar al mal menor.
Debemos también tomar en consideración aquellas cosas hacia las que somos más inclinados, esto lo
determinamos por el placer y el dolor. Hay que guardarse de lo agradable y del placer, porque no lo juzgamos
con imparcialidad.
No es motivo de censura quien se pasa del bien por poco pero si el que se pasa del bien por mucho, pues es más
fácil identificarlo.
Libro III: Acciones voluntarias e involuntarias
Involuntario:
Mixtas:
- Hechas por temor a mayores males o por una causa noble (ejemplo: tirano y marinero).
- Se parecen más a las voluntarias: Son objeto de elección.
- Acción voluntaria: El principio de movimiento está en quien ejecuta la acción.
- Acción involuntaria (en sentido absoluto): Nadie elegiría estas por sí mismo.
- Son objeto de alabanza: cuando soportan algo vergonzoso por causas nobles.
- Son objeto de censura: cuando soportan algo vergonzoso sin un motivo noble.
- Son objeto de perdón: cuando se hace lo que no se debe por causas que sobrepasan la naturaleza
humana.
- Son objeto de censura absoluta: cuando la muerte es preferible a cometerlas (matar a tu madre).
Ignorancia:
Actuar por ignorancia =/= actuar con ignorancia: El embriagado o encolerizado (Si hay responsabilidad), el
malvado desconoce lo que tiene que hacer y de lo que debe apartarse, y por tal falta es injusto.
Acciones voluntarias:
- Aquello cuyo principio está en el agente, y que este conoce las circunstancias concretas en las que radica
la acción.
- Las acciones que proceden del coraje o apetito son voluntarias.
2. Naturaleza de la elección.
La elección es algo voluntario, pero no son coextensionales: Los niños hacen cosas voluntarias, pero no
necesariamente eligen; por otro lado, las acciones hechas impulsivamente son voluntarias, pero no elegidas.
- La elección no es común a los irracionales, pero si el apetito y el impulso (ejemplo: hombre incontinente).
- Lo hecho por impulso no se hace por elección.
- La elección no es un deseo: No hay elección de lo imposible, pero si hay deseo de lo imposible (la
inmortalidad).
- La elección no es un deseo: Se desean cosas que no pueden realizarse por nosotros (ejemplo: Atleta).
- La elección no es un deseo: El deseo está referido al fin, la elección referida a los medios que conducen
al fin (ejemplo de la salud).
- La elección no es una opinión: La opinión se refiere a todo (cosas externas e imposibles).
- La elección no es una opinión: La opinión se refiere a todo (cosas externas e imposibles), no solo a lo que
está a nuestro alcance.
- La elección no es una opinión: La opinión se caracteriza por ser falsa o verdadera, la elección por ser
buena o mala.
3. La deliberación.
Es objeto de deliberación aquello sobre lo que deliberaría un hombre de sano juicio (Ejemplo: eternidad, cosmos,
etc.).
No todo asunto humano es objeto de deliberación (No deliberamos sobre lo que no es objeto de nuestra
intervención).
No deliberamos sobre los conocimientos exactos y suficientes, deliberamos más sobre las artes que sobre las
ciencias.
La deliberación es acerca de cosas que muchas veces suceden de cierta manera, pero cuyo desenlace no es claro
o indeterminado.
Deliberamos sobre los medios, no sobre lo fines (ejemplo: el médico, orador y político).
Se delibera acerca de lo posible, es decir: Aquello que puede ser alcanzado por nosotros.
La elección es un deseo deliberado de cosas a nuestro alcance, cuando decidimos después de deliberar,
deseamos de acuerdo con la deliberación.
4. Objeto de la voluntad.
Si es el bien, entonces el objeto deseado por un hombre que no elige bien no es objeto de voluntad.
Si es el bien aparente, entonces no hay nada deseable por naturaleza, sino lo que a cada uno le parece.
Solución: El objeto de la voluntad es el bien, tomando de un modo absoluto y de acuerdo con la verdad, mientras
que para cada persona es lo que parece como tal.
De ello se sigue: Para el hombre bueno, el objeto de la voluntad es el verdadero bien, para el malo el objeto de
la voluntad es cualquier cosa.
El hombre malo se engaña a causa del placer, pues parece ser un bien sin serlo. Eligen lo agradable como un bien
y huyen del dolor como un mal.
La virtud y el vicio están en nuestro poder: Siempre que está en nuestro poder le hacer, lo está el no hacer, por
lo que siempre que está en nuestro poder obrar cuando es bello, lo es esta obrar cuando es vergonzoso.
Aristóteles recuerda que los modos de ser se adquieren por las correspondientes actividades.
El justo y el injusto, podían en un principio no llegar a serlo, pues esto se logró voluntariamente. Pero una vez
llegan a ser justos o injustos, ya no les es posible no serlo.
No solo se censuran los vicios del alma, también los vicios del cuerpo (la fealdad de la falta de cuidado,
enfermedades).
Los modos de ser (virtud y vicio) serán el resultado de estas, en ese sentido, dependen también de nosotros.
Para ser valiente hay que soportar las cosas más temibles (la muerte por ejemplo), en los casos más nobles
(guerra). Valiente = No temer una muerte gloriosa.
7. Cobardía y temeridad.
En el caso del valiente: temerá pero como se debe y como la razón le permita a la vista de lo que es noble.
El fin del valiente se presenta como algo noble, el fin de la valentía también será noble.
Los temerarios son ante el peligro precipitados, pero ceden cuando este llega. Los valientes con ardientes en la
acción, pero tranquilos antes de ella.
En el caso del valor, la muerte y las heridas son penosas y contra su voluntad, pero las soportará porque es
hermoso, y vergonzoso no hacerlo.
10. La moderación.
Los placeres del alma como la afición a los honores o el deseo de aprender, no llevan a quienes están en relación
con estos a ser llamados moderados o licencioso.
La moderación está referida a los placeres del cuerpo, pero no a todos. No llamamos moderados a los que se
deleitan con las cosas conocidas por los sentidos como la visión o el oído como los colores, melodías, etc.
Peculiares: Se puede encontrar placer en lo que se debe o no se debe. Es más fácil equivocarse acá.
12. La intemperancia.
La intemperancia parece más voluntaria que la cobardía; esto debido a que se elige por el placer, y la otra se
elige por el dolor.