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OK.
Ya hemos dado con ese arroyuelo que aún contiene algo de ORO,
aparentemente al menos, y nuestro detector nos da una señal...
¿Pero cómo podemos hacer para extraer ese ORO?
Batear es utilizar un recipiente plano, en forma de plato hondo, para lavar las
arenas separando la grava y arena y quedándonos con los materiales más
pesados, cómo el oro.
Todos lo hemos visto alguna vez en alguna película del oeste, y algunos
incluso lo han intentado con mayor o menor éxito.
La verdad es que no es difícil en absoluto, ...si alguien se ha molestado en
explicarte antes cómo se hace...
...Y cómo me imagino que no ha sido así... pues, voy a intentar hacerlo yo.
Para batear lo primero que hay que tener, cómo es evidente, es una batea.
Una vez tengamos nuestra batea lo primero que deberíamos hacer es aprender
a usarla.
Así pues, quizás la opción más razonable sea hacernos con algunas "pepitas"
artificiales. Estas pueden ser desde simples bolitas de plomo de las que se utilizan
para plomear los aparejos de pesca, muy económicas y fáciles de conseguir en
cualquier tienda de artículos de pesca, bolas de rodamientos, balines de los
utilizados en los rifles de aire comprimido (En forma de bola, u otra), gotas de
estaño, si disponemos en casa de estaño y soldador, tuercas o, simplemente,
pequeños fragmentos metálicos de clavos o tornillos; es decir, cualquier cosa
pequeña, pesada y, a ser posible, metálica.
Una vez que dispongamos de nuestras "pepitas", lo único que precisamos para
poder comenzar a practicar es un puñado de tierra, arena y grava,
(Aproximadamente con el contenido que podemos meter en un bote de conserva de un kilo
tendremos más que suficiente para un par de prácticas) y algo de agua.
El agua puede estar en cualquier recipiente lo suficientemente amplio cómo
para poder meter la batea sosteniéndola con las manos, o en cualquier pila o
lavabo (Si optamos por esta opción, es conveniente que dispongamos de algún recipiente
donde verter los contenidos desechados de la batea, para evitar que estos, tierra, arena y
gravas en su mayor parte, puedan embozar nuestros desagües. Este recipiente lo ideal es
poder introducirlo en la misma pila o lavabo por debajo de nuestra batea).
Naturalmente, si tenemos la oportunidad de practicar en cualquier rincón
tranquilo de un río o arroyuelo mejor que mejor.
Asumiendo que ya tenemos todo lo necesario y que estamos listos para
comenzar nuestra práctica, el primer paso consistirá en, en el caso de que
dispongamos del juego de bateas de Garrett, poner el cedazo sobre la batea
grande, donde encaja perfectamente, y verter nuestra muestra de tierra y nuestras
simuladas pepitas sobre este con la finalidad de separar los elementos (Piedras,
gravas, ramas, raíces, etc...) de mayor tamaño. Si no disponemos del juego
completo o utilizamos cualquier otra batea, comercial o no, procederemos a
poner todo el material en la batea directamente.
Cuando se está bateando de verdad se retira la capa más superficial
de grava y se busca el oro en las capas más profundas.
Al remover la grava del cedazo con la mano los materiales más pequeños y
pesados pasan a través de la malla de, aproximadamente 1x1 cm y se depositan
en la batea, mientras que los materiales más ligeros son arrastrados por la
corriente.
Si estáis utilizando el juego de bateas, antes de vaciar el agua de la batea habrá
que quitar de encima de esta el cedazo con los materiales de mayor tamaño. Es
muy importante, cuando estéis en el río, no descartar directamente estos
materiales de más tamaño pues, aunque no es muy usual, podría darse el caso de
alguna pepita de gran tamaño o de algún cuarzo con una veta aurífera que
quedase retenido en el cedazo dado su tamaño, así pues, hay que pasar el
contenido del cedazo bajo el plato del detector para asegurarnos de que nada de
esto va en el.
Pese a haber lavado bien todo el contenido del cedazo, es más que
conveniente removerlo un poco sobre la batea, para asegurarse de
que todos los materiales que puedan pasar por él pasen.
Luego, antes de vaciar su contenido, se examina rápidamente con el
detector (A mi espalda):
Si contuviese una pepita de más de 1x1 cm (El "paso" de la malla)
la señal sería muy clara.
Hasta aquí imagino que todo habrá sido bastante nuevo para vosotros... aunque
no exento de una cierta lógica. Ahora viene la parte que todos conocemos y que
más de una vez hemos visto en las películas del oeste:
Y esto es lo conocido:
Ir agitando la batea para que los materiales más ligeros se pongan en suspensión.
Llegados a este punto, se acerca el momento de llevar a cabo una de las fases
criticas de toda operación de bateo:
El primer vaciado.
Se debe ser muy cuidadoso cada vez que se vacía material... pero
mucho más en el primer vaciado, puesto que cabe en lo posible que
aún no hayamos conseguido una buena suspensión o que los
materiales más grandes arrastren algunos materiales pequeños y
pesados en su salida.
Una vez efectuado el primer vaciado, lo que deberemos hacer será volver a
poner la batea en posición horizontal y volver a agitarla para que los materiales
más pesados caigan al fondo de la misma y, a ser posible, en su centro. A estas
alturas del proceso bastará para ello con unas pocas y firmes sacudidas, pero, al
menos hasta que tengas más práctica y te sientas más seguro de lo que estas
haciendo, recuerda que un exceso de agitado lo único que produce es una perdida
de tiempo...
...mientras que un escaso agitado puede producir una perdida de oro, así que
no te preocupe agitarla de más.
Es mejor hacer las cosas muy poco a poco y eliminar las piezas más grandes a mano... eso
si:
Dejándolas caer siempre en el mismo lugar para después poder dar un "repaso" con el
detector.
Seguiremos pues así las fases de vaciado, agitado y retirada de los materiales
de mayor tamaño (no olvides hacerlos pasar sobre el detector por si acaso) hasta que,
finalmente, comenzaremos a observar en el fondo de la batea la buscada arena
negra, un conjunto de óxidos metálicos extremadamente pesados que suele ir
asociado con el oro.
En esta fase ya es posible que podamos ver entre la arena negra alguna pepita.
Si es así, interrumpiremos el proceso y con la ayuda de unas pinzas, o nuestros
dedos, si es lo suficientemente grande, la retiraremos de la batea y dispondremos
de ella adecuadamente en alguna botellita o frasquito al efecto (Van muy bien las
cajas de plástico transparentes de los carretes de película fotográfica). Es importante
que esta operación se realice sobre la batea, por si acaso la pepita escapase de las
pinzas y volviese a caer que no lo hiciese en un lugar donde habría que volver a
hacer una gran cantidad de trabajo para recuperarla.
Tras esta operación en la batea sólo quedará aquella parte de la arena negra
que no sea magnetizable y el oro, plata, cobre, plomo, etc... no magnetizable.
Llegados a este paso, hay otro accesorio del que debemos disponer para
continuar retirando las trazas de oro de la batea:
Una botella de succión.
Esto no es más que una pequeña botella de plástico flexible, del tipo de un
vaporizador nasal o similar, dotada de un tubito que llega en su interior cómo
hasta una mitad de la misma, con la finalidad de que al apretarla en posición
invertida no expulse el oro que pueda haber en su interior, si no tan sólo el aire o
el agua que contenga, y que al liberarla con el extremo del tubito junto a una
brizna de oro el efecto de succión arrastre esta al interior de la botellita junto con
el agua y una muy pequeña cantidad de arena negra.
Al final sólo los materiales más pesados (Cómo el oro) quedan en el fondo.
Una vez recuperado por medio de este sistema la mayor cantidad de oro
posible, ahora viene una de las partes más técnicas y complicadas:
Es mejor que comprendas esto bien, por qué la mayor parte de las ocasiones
casi todo el oro lo tendrás que recuperar de esta forma, en polvo (¡¡¡Y ojalá me
equivoque!!!).
Con este sistema no vamos a poder separar completamente arena y oro... pero
podemos crear concentrados de oro cada vez más y más potentes. Esto se hace
succionando con la botellita el oro (Y parte de la arena negra) que queda expuesto
en el borde por donde la "ola" alcanza el concentrado.
Una vez que vemos que la operación apenas expone oro ha llegado el
momento de "desechar" esa arena negra (Yo te diría que la guardases en otro
recipiente y la conservases: Con el tiempo podrás hacer cada vez mejor esta operación y
rescatar más y más oro de cada porción de concentrado, así que si guardas tus primeros
restos puede que un día te encuentres con que aún contienen una bonita cantidad de oro
que ahora ya serás capaz de extraer).
El otro sistema que se emplea, tenido antaño cómo más "seguro" es amalgamar
el oro con mercurio (El oro se mezcla con el mercurio, cómo si de una aleación especial
se tratase... pero no es propiamente una aleación.) Esto se consigue vertiendo
mercurio en la batea o, mejor aún, vertiendo el contenido de la batea en una
botellita que contenga mercurio y agitandolo todo bien. La razón de que sea
mejor hacerlo dentro de una botellita es que el mercurio desprende unos vapores
altamente tóxicos.
Una vez amalgamado el oro con el mercurio, se conserva este aparte (Es muy
fácil separarlo de la arena negra) hasta que se estime que hay una cantidad
suficiente para rentabilizar el proceso de "destilación" que habremos de hacer
para que el oro quede libre de mercurio y este no se pierda contaminando al
medio ambiente.
Bueno, finalmente sólo queda una técnica más para separar la arena negra del
oro, es difícil de dominar, así que no os frustréis mucho cuando lo intentéis por
primera vez y no lo consigáis:
Esta podéis practicarla utilizando una lima o un papel de lija muy fino para
extraer polvo de algún metal brillante y pesado, cómo el bronce, por ejemplo, y
utilizando este polvo para hacer los ensayos igual que hemos utilizado antes las
bolitas de plomo. Cómo el plomo se oxida muy rápido, perdiendo el brillo, no es
aconsejable utilizarlo para hacer esta practica, por que si no no podréis
distinguirlo fácilmente de la arena negra.
La técnica que tenéis que practicar consiste en, inclinando ligeramente la
batea, imprimirle una leve vibración.... descubriréis asombrados que el material
más pesado "trepa" por el fondo inclinado de la batea en dirección a la parte más
alta, mientras que el más ligero se desliza por el fondo de esta en dirección a la
parte más baja. Esta técnica, aunque difícil de dominar, da muy buenos
resultados y es extremadamente efectiva para separar concentrados.
Y hasta aquí todo lo que necesitas saber para empezar sobre cómo batear el oro
y separarlo de la grava y las arenas negras...
Detalle de los resultados.
El resto es investigación, trabajo y mucha suerte para llegar a obtener algún
resultado.
SI.
Sólo que no esperemos dar con grandes riquezas... aunque nunca se sabe... y si
no que se lo cuenten a ese buscador australiano que salió a probar suerte con su
detector Garrett y dio con una pepita más grande qué un pie del número 45
valorada en más de un millón de dólares USA...
Cómo ya dijimos, antaño aquel que quería probar suerte, cogía una batea y se
iba a lavar arena y grava... y lavaba y lavaba sin la menor certeza de encontrar
nada, aún estando en terreno aurífero.
Hoy, con el auxilio del detector de metales es muy sencillo localizar pepitas, y
aún bolsas de arena negra con contenido aurífero:
Basta buscar una señal con el detector, para las pepitas, o una caída del sonido
de fondo (o una subida, en algunos casos), para la arena negra.
Son mucho más complicados que los mapas de carreteras y algo más que los
militares o geográficos... y no precisamente baratos.
Bueno, supongamos que ya "sabemos" donde hay, ha habido, o debe de haber
oro... ahora es el momento de desplazarnos y ver las cosas sobre el terreno:
Es muy fácil ver las cosas sobre un plano, pero sobre el terreno cambian
bastante.
Pero en el caso del oro tenemos algo más de ventaja que con la lotería si
sabemos donde hemos de mirar.
Algunas de estas reglas son tan sencillas que casi parecen una perogrullada...
pero aún así y todo siempre hay alguien que comete el error de pasarlas por alto,
por lo que me voy a permitir enumerarlas y comentarlas y, para aquellos que ya
las conozcan sobradamente, añadiré algunos comentarios o cosas curiosas que
quizás os sirvan algún día.
Una vez que conozcamos por que orilla baja el oro, se van haciendo una línea
de catas por la ladera, todas sobre la misma curva de nivel, espaciadas unos 50
metros entre sí, con lo que se ve si el oro baja la ladera en un arrastre amplio o si,
por el contrario, proviene de un punto muy concreto:
En ese caso, veremos cómo sólo extraemos trazas de oro de las catas centrales
de nuestra línea (Si es así, enhorabuena, pues, seguramente has dado con un filón... si no,
bueno, puedes haber dado con un depósito de oro disperso que bien puede ser toda la
ladera que tienes bajo tus pies).
En el caso de que sólo aparezca oro en las catas centrales, hay que centrar el
punto de su origen. Esto se hace subiendo a otra curva de nivel y realizando otra
línea de catas. Si se repiten los resultados de la primera o aún son menos y más
centradas las catas donde se encuentran trazas de oro, al subir a la siguiente curva
de nivel podremos dejar de hacer las catas situadas más en los extremos y
centrarnos sólo en las correspondientes a la bajante donde encontramos trazas de
oro más un par de catas estériles a cada lado de estas.
Se sigue así subiendo por la ladera hasta que llegamos a una curva de nivel
donde todas las catas vuelven a ser estériles:
Entre esa curva de nivel y la anterior se encuentra el depósito del oro; por tanto
nos desplazaremos a una curva de nivel intermedia entre la ultima productiva y la
actual estéril, igual que hacíamos con los ensayos en el río, y haremos esto
sucesivamente hasta dar con el origen de ese oro, cerrando cada vez más la
distancia entre las catas, en lugar de disminuir su número.
Piensa que las catas que se hacen en tierra pueden no ser superficiales:
Así pues, las pepitas que busquemos estarán más cerca del substrato más
consistente.
Puede que al eliminar uno o dos pares de paletadas de tierra descubras que tu
detector es capaz de darte la señal de alguna otra pepita en un substrato más
profundo y rico en pepitas o polvo de oro, asentado sobre la roca virgen o sobre
otro tipo de substrato más duro que los superiores.
Minería Recreativa
Cómo salido del más antiguo mundo de pioneros, un individuo cargado con
una pala y una batea deambula por la orilla de un arroyo de montaña...
Sólo el detector de metales, su indumentaria actual y la carencia de la
consabida mula rompen la imagen tradicional:
Pero el fondo es el mismo...
¡La búsqueda del ORO!
¿Alguna vez has soñado con encontrar una pepita de oro en un arrollo?
¿Quizás te has imaginado lavando arena con tu batea y experimentando la
emoción profunda de ver como en el fondo queda algo de "color"?.
Pues te aseguro que vivirlo es bastante mejor que imaginarlo... y no hace falta
irse muy
lejos para experimentar esas sensaciones:
Seguro que cerca de tu ciudad hay algún arroyo que fue explotado
auríferamente en la
antigüedad... y donde hubo siempre queda.
Muy posiblemente no te harás rico con esto, (aunque nunca se sabe, más de uno se
ha solucionado la vida "jugando" a minero), pero es una experiencia que merece la
pena vivirla.
Antaño, aquel que quería probar suerte, cogía una batea y se iba a lavar arena...
y lavaba y lavaba sin la menor certeza de encontrar nada, aún estando en terreno
aurífero.
Hoy, con el auxilio del detector de metales es muy sencillo localizar pepitas, y
aún bolsas de arena negra con contenido aurífero.
Todos nos damos cuenta de que debe de ser extremadamente sencillo que un
minero excavando una galería en busca de un filón, o aún resiguiendo ese filón,
pase por alto algún fragmento de roca con una veta de oro más o menos
expuesta... o aún completamente oculta en el interior del fragmento de roca...
Pero es cierto.
En este caso, al no tratarse de un filtro físico como una rejilla por ejemplo, si
no de un fenómeno físico, la velocidad de arrastre del agua de lavado, no existe
una definición exacta, es decir: Habrán pepitas de diversos tamaños, algunas
incluso del tamaño medio seleccionado por la explotación (de estas muy pocas) que
serán arrastradas por el agua fuera de los canales de lavado... y su porcentaje será
mayor a más nos alejemos del tamaño medio seleccionado y vaya tratándose de
pepitas de menor tamaño.
Las compañías explotadoras cuentan, entre otros medios técnicos, también con
detectores de metales industriales para auxiliar los procesos de extracción del
mineral... pero el detector de metales, no nos equivoquemos, comienza a ser
producido en la década de los años 50... por lo que toda explotación anterior a esa
fecha, ha rechazado cantidades ingentes de oro entre sus desechos... así pues,
desde hace, digamos unos tres mil años para Europa, y unos, quizás, entre mil y
dos mil años en el Nuevo Mundo, los mineros más primitivos han perdido
cantidades ingentes de oro en sus minas y campos auríferos.... oro que está ahí
esperando al aficionado, ya que, industrialmente, su extracción no es rentable...
Así pues, todas las explotaciones auríferas a gran escala de los romanos y
griegos, por ejemplo, en Europa, y de los mayas, aztecas, olmecas, toltecas, etc...
e incluso de los colonizadores españoles y portugueses en América, pese a que
puedan ser extremadamente conocidas y a que se las dé por totalmente
explotadas, podemos afirmar sin temor al error que aún contienen suficiente oro
como para transformar una jornada recreacional en algo más que un día
memorable....