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Seminario Bíblico Mexicano

Alumno: Jhonatan Alexander Castrellón Aragón

Licenciatura en Teología

Tercer semestre

Materia: Nuevo Testamento I

Ensayo: ¿Cómo debe ser una iglesia de perfil lucano en el Siglo XXI?

Maestro: Francisco Javier Pérez Jiménez

Hermosillo, Sonora a 02 de Diciembre de 2016


Ensayo: ¿Cómo debe ser una iglesia de perfil lucano en el Siglo XXI?

Introducción
En su obra Darío López expresa los múltiples temas teológicos incluidos en el
evangelio de Lucas, los cuales proveen las características de «La misión
liberadora de Jesús». Es precisamente bajo estas características que la iglesia del
siglo XXI debe desarrollar su misión, teniendo claro que al hacerlo de esta manera
está siguiendo los pasos de su maestro; en palabras de López: el Dios de la vida.
En el presente ensayo se exponen algunos elementos con los que debe contar
una iglesia de perfil lucano en el siglo XXI, concluyendo además con algunas
propuestas que pudieran ser implementadas en una iglesia de perfil lucano en la
actualidad.

Desarrollo
Primeramente, una iglesia de perfil lucano en el siglo XXI, no debe de perder
de vista el «alcance universal de la misión». La iglesia debe estar dispuesta a
romper fronteras de todo tipo, ya sean sociales, económicas, políticas,
geográficas, etc.; con el fin de lograr que los marginados, los excluidos, los
rezagados y los desvalidos de la sociedad se encuentren con el mensaje de
Jesús. Debe ser una iglesia que entiende que su misión de proclamar las buenas
nuevas de Jesús, según Darío López (2004), tiene un doble propósito: transformar
integralmente al ser humano y relativizar las estructuras que cosifican al hombre.
El alcance universal de la misión, así como es uno de los ejes teológicos
principales de Lucas, también debe ser un distintivo de la iglesia lucana actual.
Desafortunadamente en nuestro tiempo hemos adoptado maneras de hacer iglesia
en las que importan más los números que las personas; todos quieren tener
templos llenos, y de preferencia llenos de personas adineradas; que diezmen. Han
surgido modelos de iglesia en los que solamente encaja un tipo de persona:
aquellos que tienen cierto estatus económico, aquellos que tienen el suficiente
dinero para ir a tal o cual lugar, solo son bienvenidos los que usan cierto tipo de
ropa, etc.; por lo que se hace importante recordar que la iglesia lucana es una que

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incluye a aquellas personas que todos han excluido, porque entiende el «alcance
universal de la misión».
Entender el alcance universal de la misión, tiene que provocar en la iglesia del
siglo XXI una conciencia plena de que la manera de hacer iglesia no es siguiendo
modas o estereotipos, no se trata de las luces, el escenario o del predicador; sino
de una comunidad que sigue los pasos de Jesús, quien fue capaz de incluir a los
marginados de la sociedad en sus planes, en su vida e incluso; en sus amistades.
Por otro lado, la iglesia de perfil lucano en el siglo XXI, es una iglesia que «no
es indiferente a las necesidades concretas» de los seres humanos que la rodean.
Debe ser una iglesia que de manera intencional busca la forma de responder a las
necesidades de aquellas personas de carne y hueso a las que puede impactar,
una iglesia que ha entendido que no es suficiente con «ver», sino que también es
necesaria la «compasión» y la «acción»; porque así describe Jesús a sus
seguidores, personas que no pasan de lago al ver que alguien se encuentra en
necesidad; sino que se detienen para ayudar a todo aquel que los demás han
ignorado.
En nuestro mundo postmoderno, donde poco importan las necesidades de los
demás mientras las mías estén saciadas. Es necesario que se levanten iglesias
con un perfil lucano, iglesias que no se hagan de «la vista gorda» al ver como
muchas personas a su alrededor siguen teniendo necesidades reales y concretas;
iglesias que estén dispuestas a realizar los esfuerzos necesarios, para dignificar la
vida de estos seres humanos. Iglesias a las que antes que interesarse por
acumular riquezas, mejor utilice sus recursos en pro de las personas que lo
necesitan; iglesias que estén dispuestas a invertir su dinero, su tiempo y su capital
humano para poder responder a las necesidades concretas de aquellas personas
por las que nadie se ha preocupado.
La iglesia lucana en el siglo XXI, debe ser una iglesia que «no le tenga miedo al
qué dirán». Puesto que seguramente, en la medida que esta busque atender las
necesidades de los desvalidos, muchas voces se levantaran para señalarla o
acusarla; sin embargo, cuando eso pase debe saberse segura de ir por el camino
correcto, porque está cumpliendo con la misión liberadora de Jesús; un plan de

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liberación que incluye el hecho de ser amigo de «publicanos y pecadores» (Lc.
7:34). Así que, la iglesia de perfil lucano es una iglesia que está dispuesta a
relacionarse con la basura social, con la escoria; con aquellos que por mucho
tiempo han sido rechazados, tanto en lo social como en lo religioso; pero que
siguen siendo seres humanos y necesitan, como cualquier hombre o mujer de
carne y hueso, saber de ese amor tan especial que Dios tiene por los marginados.
La iglesia lucana del siglo XXI debe ser una iglesia, que al igual que su maestro,
opte por desarrollar su ministerio en «Galilea». En el evangelio de Lucas se busca
comunicar, de tal forma que no quede duda, la idea de que Jesús desarrollo su
ministerio en Galilea con una intencionalidad plena; no fue por «azares del
destino». En la misión de Jesús estaba claro que el evangelio debía ser anunciado
a los pobres y a los marginados.
Así que, una iglesia que desea desarrollarse de acuerdo al perfil lucano debe
estar dispuesta a plantar su obra misionera, en medio de aquellas comunidades o
personas por las que nadie se ha preocupado. El perfil lucano le exige a la iglesia,
que antes de voltear a las grandes urbes; las cuales pueden prometer un futuro
desarrollado y próspero, primero mire, tenga compasión y actué en medio de
aquellos por lo que nadie daría su vida: los pobres, los marginados, los rezagados,
etc.; ya que así lo hizo Jesús.
En nuestro tiempo, donde el consumismo y el capitalismo describen muy bien la
sociedad en la que vivimos; donde a todos nos interesa mucho el progreso
industrial y tecnológico, nos hemos olvidado de algo más importante, el progreso
del ser humano. Sin embargo, Lucas describe un perfil de iglesia en el que se
debe buscar el progreso de las personas de carne y hueso, antes que el de las
cosas.
Una iglesia de perfil lucano también se caracteriza por «salir y ver». En su libro
«La misión liberadora de Jesús», Darío López explica el llamamiento de Leví o
Mateo; diciendo que Jesús salió de manera intencional, era como si estuviera
buscando a Mateo; pero no solo eso, sino que el Maestro fue capaz de ver a aquel
publicano “mas allá de las apariencias o de la superficie de las cosas.” (López,
2004, p. 72)

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El reto para la iglesia actual con perfil lucano, es poder ver a las personas como
lo que son: seres humanos. Dicho de otra manera, personas que necesitan y
merecen ser dignificadas. La iglesia se debe levantar como un agente promotor de
la justica y la paz a favor de aquellos a los que todos han rechazado, aquellos que
no tiene voz ni voto; pero para eso es necesario ver a las personas más allá de lo
superficial, más allá de las apariencias; habrá que romper prejuicios y verlas como
seres humanos. Pero debe notarse que según en el evangelio de Lucas «ver»
esta precedido por «salir», así que la iglesia lucana actual no puede ser una
iglesia atrincherada, encerrada en cuatro paredes; debe ser una iglesia que sale a
los caminos de la vida dispuesta a ver a los seres humanos en sus ocupaciones
cotidianas e intervenir en sus necesidad.
La iglesia lucana actual, debe tener claro que para poder conocer las
necesidades reales de las personas necesita salir y relacionarse con ellas.
Desafortunadamente en la actualidad muchas iglesia viven en sus trincheras,
tratan de dar soluciones a las necesidades de las personas; pero sin conocer el
entorno en el que dichos seres humanos se mueven de forma cotidiana. La iglesia
lucana actual debe ser una comunidad caracterizada por «salir» y «ver».
Por último, la iglesia de perfil lucano en el siglo XXI, debe ser una iglesia que ha
entendido el «precio del discipulado». El evangelio de Lucas nos muestra que el
seguimiento a Jesús tiene un gran precio, en el ejemplo del publicano Mateo
podemos observa que el seguimiento a Jesús demanda renunciar a aquello que
nos proveía seguridad y confort, nos lleva a renunciar al amor exagerado por los
viene materiales y aprender a depender del Dios de la vida.
Por lo tanto, la iglesia lucana del siglo XXI, debe ser una comunidad que esté
dispuesta a pagar este precio; a tal grado que ninguna de las vanidades de este
mundo la lleven a reducir dicho precio. Desafortunadamente muchas iglesias en la
actualidad, en su afán por aumentar su número de congregantes o de ganar
popularidad, han dejado de lado este aspecto tan importante de la misión; así que
la necesidad del perfil lucano reflejado en las iglesia del siglo XXI es necesario.

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Conclusión
En resumen, una iglesia de perfil lucano en el siglo XXI se caracteriza por
entender y poner en práctica el alcance universal de la misión, al mismo tiempo
que no es indiferente ante las necesidades concretas de los seres humanos.
Además, la iglesia con un perfil lucano es aquella que no le teme al qué dirán, sino
que concentra sus esfuerzos para trabajar a favor de aquellos seres humanos que
por mucho tiempo han sido rechazados, marginados y excluidos dentro de la
sociedad. La iglesia que busca implementar el perfil lucano, es un modelo de
iglesia en el que el evangelio es anunciado a los pobres; una iglesia que al igual
que Jesús, de forma intencional desarrolla su ministerio entre aquellas personas a
las que la sociedad considera basura. Así pues, la iglesia lucana contemporánea
es aquella que vive entre los marginados y que desde adentro se percata de sus
necesidades, al mismo tiempo que es capaz de verlos como seres humanos; y no
como la sociedad los mira. Esta es una iglesia que no abarata el precio del
seguimiento con tal de obtener mejores números; sino que paga el precio justo y lo
vive día a día.
En base a todo lo anterior, exponemos a continuación algunas propuestas de
implementación para la iglesia de perfil lucano en el siglo XXI.

1. Plantar iglesias en los sectores marginados de la sociedad, antes que elegir


las grandes urbes; en las cuales la prosperidad estaría garantizada.
2. La iglesia puede crear Asociaciones Civiles, que le permitan proveer
plataformas que contribuyan al desarrollo humano integralmente. Por medio
de estas, se podría ofrecer atención integral: consejería, clases de
regularización y atención espiritual.
3. La iglesia podría formar un comité de ayuda a la comunidad, el cual se
encargue de gestionar apoyos gubernamentales para la comunidad en la
que se encuentra; ya sea, gestionar la pavimentación de algunas calles de
la colonia, campañas de salud, campañas de prevención de drogas, etc.
4. La iglesia podría trabajar de la mano del gobierno, o incluso utilizar parte de
los recursos propios; para becar a aquellos jóvenes que tienen el deseo de
seguir estudiando, pero que no poseen la economía suficiente.

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5. La iglesia debe crear espacios en donde el hombre sea dignificado,
contribuyendo a que aquellos seres humanos que la rodean tengan por lo
menos cubiertas sus necesidades básicas: comida, salud e higiene.

Bibliografía
López, D. (2004). La misión liberadora de Jesús: el mensaje del evangelio de
Lucas. Lima, Perú: Puma.

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