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JULIO LOIS FERNÁNDEZ

CRISTO Y LA OPCIÓN POR EL POBRE


“Cristo, con su acción y su doctrina, unió indisolublemente la relación
del hombre con Dios y con los demás hombres. Cristo vivió su exis-
tencia en el mundo como una donación radical de sí mismo a Dios
para la salvación y la liberación de los hombres. Con su predicación
proclamó la paternidad de Dios para todos los hombres y la interven-
ción de la justicia en favor de los pobres y oprimidos. De esta mane-
ra Cristo se hizo solidario de estos sus «pequeños hermanos» hasta
llegar a afirmar: «Cuanto hicisteis con estos mis hermanos más pe-
queños, conmigo lo hicisteis» (documento La justicia en el mundo, ela-
borado por los obispos en el Sínodo de 1971). Una década más tar-
de, I. Ellacuría hacía este excelente comentario del texto sinodal: “Per-
tenece esencialmente a la vida y misión de Jesús su referencia y per-
tenencia al mundo de los pobres. Y cuando decimos esencialmente
queremos significar que, si no se da esta referencia, queda desvirtua-
do el mismo Jesús como salvador de los hombres”. Este trabajo quie-
re centrarse precisamente en la consideración de esa relación de Je-
sús con el mundo de los pobres y su justa causa, con el fin de verifi-
car cómo configuró su mensaje y su vida, y cómo ha de ser una di-
mensión ineludible de quien lo quiera seguir.

Cristo e a opción polo pobre, Encrucillada 32 (2008) 30-47

¿FUE POBRE JESÚS?

Poco podemos decir de la lar- posteriormente para anunciar el


ga etapa que solemos llamar la “vi- Reino y que lo llevó a la muerte en
da oculta” de Jesús. Sabemos que la cruz, creo que estamos en con-
los relatos evangélicos no son pro- diciones de saber si Jesús fue po-
piamente informes documentales bre y cuál fue la naturaleza de su
escritos con talante de historiador pobreza.
moderno, sino testimonios de cre-
yentes escritos a la luz de la Pas-
cua con la finalidad de ofrecernos Nacimiento, Nazaret y
la Buena Noticia de la salvación. ofrenda en el Templo
Sin embargo, indagando sobre lo
que dicen los relatos sobre su na-
cimiento, su estancia en Nazaret y Lucas narra así su nacimiento:
sobre la forma de vida que eligió “Y aconteció que mientras estaban
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en Belén, le llegó a María el tiem- también en sacrificio, como dice la
po del parto, y dio a luz a su hijo ley del Señor, un par de tórtolas o
primogénito, lo envolvió en paña- dos pichones” (Lc 2, 22-24). Aho-
les y lo acostó en un pesebre, por- ra bien, esta ofrenda era la propia
que no había sitio para ellos en la de las familias pobres, como sabe-
posada” Comenta González Faus mos por el Levítico 12, 6-8: “Mas
este pasaje: “Los evangelios de la si a ella no le alcanza para presen-
infancia han creado a la exégesis tar una res menor, tome dos tórto-
los mayores problemas. Pero si es las o dos pichones…”.
verdad que ellos coronan el proce-
so de “divinización” del Señor, re-
sulta incomprensible que ese pro- Carpintero, campesino
ceso vaya a dar en el dato del
nacimiento en una cueva. Con la
Marcos se refiere directamen-
cueva no hay escapatoria: no tiene
te a Jesús como carpintero (tékton)
ningún significado espiritual co-
mientras que Mateo lo llama “hi-
mo puede tenerlo el desierto. No
jo del carpintero”. Ambas afirma-
expresa más que la miseria y la fal-
ciones son equivalentes porque era
ta de otro lugar”.
frecuente que los hijos ejercieran
También Lucas nos dice que los el oficio de sus padres. Como in-
pastores fueron los primeros des- dica J. P Meier, “no había razón
tinatarios del anuncio del naci- para que Marcos, o los predicado-
miento de Jesús. Si tenemos en res cristianos anteriores a él, se
cuenta que, como decía el rabino atreviesen a atribuir a Jesús una
José ben Chorina, “no hay en el ocupación que no gozaba de espe-
mundo oficio más despreciable que cial relieve en su sociedad”. Y tras
el de pastor” se entiende que los una cuidadosa consideración de los
más pobres son los destinatarios trabajos que realizaba el carpinte-
prioritarios de la Buena Noticia ro en aquella época, concluye el
que Jesús viene a anunciarnos. mismo Meier: “En cierto modo Je-
sús era uno de los pobres que te-
Los relatos evangélicos nos
nían que trabajar duramente para
permiten afirmar razonablemente
vivir”.
que Jesús formó parte de una fami-
lia humilde radicada en Nazaret, Algunos estudiosos actuales
una pequeña y desconocida aldea afirman que Jesús puede ser con-
de la baja Galilea. Lucas cuenta siderado también como campesi-
que “cuando se cumplieron los días no. “Como mínimo, vivía en una
de la purificación prescrita por la sociedad agraria y es posible que
ley de Moisés, llevaron el niño a dedicase algo de su tiempo a la
Jerusalén para presentarlo al Se- agricultura; en este sentido se le
ñor, como prescribe la ley del Se- podría considerar como un cam-
ñor: Todo primogénito varón será pesino” (J. P. Meier). Por su parte,
consagrado al Señor. Ofrecieron G. Lenski, en su trabajo sobre las
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sociedades agrarias del siglo I, nos ciar y hacer presente el Reino de
habla del abismo que separaba las Dios eligió una forma concreta de
clases altas de las bajas. Entre es- vivir marginal y un tanto errante,
tas últimas incluye, en primer lu- propia de un “carismático itineran-
gar, a los campesinos, la gran ma- te” (G. Theissen), sin lugar fijo
yoría de la población que vivía al “donde reclinar la cabeza” (Mt 8,
nivel de mera subsistencia. En un 20). Como indica Meier “abando-
nivel más bajo estarían los artesa- nó su medio de vida y el lugar de
nos, aproximadamente un 5% de origen, se convirtió en ‘desocupa-
la población. Y, todavía más aba- do’ e itinerante con el fin de asu-
jo, las clases de los degradados, mir un ministerio profético y no
donde se situaban los mendigos, sorprende que se encontrara con la
esclavos, jornaleros sin tierra pro- incredulidad y el rechazo cuando
pia, prostitutas… regresó a su pueblo para enseñar
Si Jesús fue un artesano y al en la sinagoga… Contando básica-
mismo tiempo un campesino, de- mente con la buena voluntad, el
beríamos concluir que perteneció apoyo y las contribuciones econó-
a las clases bajas de su sociedad y micas de sus seguidores, Jesús se
que, en consecuencia, necesitó tra- hizo intencionadamente marginal
bajar esforzadamente para poder a los ojos de los judíos normales y
subsistir. corrientes de Palestina”.
En este su caminar itinerante,
como subrayó J. Mª Castillo, apa-
Pobre, errante, marginal rece rodeado por el pueblo senci-
llo (óchlos), en contraposición a los
Conviene recordar que la len- dirigentes, a los nobles y a la cla-
gua griega, en la que fueron escri- se superior.
tos los evangelios, tiene dos térmi- Otro dato significativo es que
nos para referirse a los pobres: el grupo de sus discípulos más ín-
pénes y ptochós. Con el primero timos parece también formado por
se designaba a las personas que se personas pertenecientes al óchlos.
veían obligadas a trabajar esforza- Y aunque no conocemos con deta-
damente para poder satisfacer sus lle el status de los doce, sí sabe-
necesidades más fundamentales. mos que cuatro de ellos eran pes-
Con el segundo, las personas radi- cadores, otro publicano y, por lo
calmente necesitadas que estaban
menos otro, muy probablemente,
en una situación de absoluta de-
un “zelote”. También sabemos que
pendencia. Podríamos decir que
entre sus seguidores más fieles hay
Jesús fue un pénes y no propia-
mente un ptochós. que incluir un número significati-
vo de mujeres las cuales, en el
Cuando Jesús abandona Naza- mundo judío del tiempo de Jesús,
ret para realizar su tarea de anun- contaban muy poco.

Cristo y la opción por el pobre 13


Finalmente, consta con certeza cuentemente Meier, “desde el pun-
que la vida histórica de Jesús aca- to de vista romano Jesús sufrió la
bó “fuera de la ciudad” (Hb 3, 12), espantosa muerte de los esclavos y
“echado fuera de la viña” (Mc 12, rebeldes Y, a los ojos de los judíos,
8), “sufriendo la muerte de un ex- cayó bajo el rigor de Dt 21, 23:
cluido” (Pannenberg), que no po- “Dios maldice al que está colga-
día aplicarse a ningún ciudadano do”. Para ambos grupos, el proce-
romano. Murió colgado en el ma- so y la ejecución de Jesús hicieron
dero de una cruz, muerte destina- de él un marginado de un modo
da a los malditos de Dios (cfr. Ga atroz y abominable.
3, 13 y Dt 21, 23). Como dice elo-

LA OPCIÓN DE JESÚS POR LOS POBRES SE VERIFICA


EN SU MENSAJE CENTRADO EN EL ANUNCIO
DEL REINO DE DIOS QUE LLEGA

Al intentar esclarecer la opción auténticamente programáticos,


de Jesús, el Cristo, por los pobres verdadera expresión condensada
es importante saber que vivió per- de todo su mensaje.
sonalmente en la pobreza. Pero lo
realmente decisivo es que Jesús se
comprometió con los pobres, ofre- En la sinagoga de Nazaret y
ciéndoles de modo preferente la con los enviados por Juan
salvación de Dios.
Existe práctica unanimidad en- Empecemos con la solemne
tre los estudiosos en señalar que el afirmación que hizo Jesús en la si-
Reino de Dios fue el centro del nagoga de Nazaret, después de la
mensaje oral de Jesús. El Reino o lectura de Is 61, 1-2, al declarar
reinado de Dios aparece 162 veces cumplida en él mismo la profecía
en el NT y de ellas 121 en los si- leída: “El Espíritu del Señor está
nópticos (20 en Mc, 55 en Mt y 46 sobre mí porque me ha ungido. Me
en Lc). Interesa destacar que lo que ha enviado a anunciar a los pobres
especifica el anuncio de este Rei- la Buena Nueva, a proclamar la li-
no, por parte de Jesús, se resume beración a los cautivos, y la vista
en que es una Buena Noticia de sal- a los ciegos, para dar la libertad a
vación liberadora que tiene como los oprimidos, y proclamar el año
destinatarios prioritarios a los po- de gracia del Señor” (Lc 4, 18-
bres. 19).
Nos limitaremos a hacer refe- Jesús se sabe, pues, enviado a
rencia a algunos pasajes evangéli- evangelizar a los pobres. Anun-
cos que se presentan como textos ciarles la Buena Noticia es la par-

14 Julio Lois Fernández


te central y esencial de su misión. los pobres nos referimos, como
A una conclusión semejante se lle- concluye Jeremías, “al corazón
ga al considerar la respuesta a los mismo de la predicación de Je-
enviados por Juan Bautista, cuan- sús”.
do le preguntaron si él era realmen-
te el que tenía que venir o si debían
seguir esperando a otro: “Id y con- Las bienaventuranzas y el
tad a Juan lo que oís y veis: los cie- juicio final
gos ven y los cojos andan, los le-
prosos quedan limpios y los sordos Esto se confirma al considerar
oyen, los muertos resucitan y se el pasaje central de las bienaven-
anuncia a los pobres la Buena Nue- turanzas, otro texto inequívoca-
va; y dichoso aquel que no se es- mente programático. En él se vuel-
candaliza de mí” (Mt 11, 4-6; Lc ve a vincular la salvación que llega
7, 22-23). con el Reino a la bienaventuranza
También en este texto progra- de los realmente pobres. Esta vin-
mático Jesús enumera las señales culación se observa con toda cla-
que considera más significativas ridad en el texto de Lucas: “Bien-
del tiempo de la salvación que él aventurados los pobres porque
viene a ofrecer en nombre de Dios. vuestro es el Reino de Dios” (6,
De esta manera, presenta lo que 20). Aquí, los pobres (ptochoi), sin
podríamos llamar su “carnet de más, son bienaventurados porque
identidad”, al mostrar lo que ha de el Reino de Dios llega.
ocupar un lugar central en su men- Para entender bien esta bien-
saje y en su vida. J. Jeremías des- aventuranza que se refiere a los po-
taca esta centralidad: “Que el acen- bres reales o materiales (ptochoi),
to recae sobre la evangelización de es conveniente situarse en una
los pobres, lo vemos por el hecho perspectiva profética y no tanto sa-
de estar colocado al final y tam- piencial o meramente apocalípti-
bién por las palabras que siguen: ca. Como bien señala G. Gutiérrez,
‘dichoso aquel que no se escanda- “bienaventurados los pobres por-
liza de mi’ ¿Por qué se iba a escan- que vuestro es el Reino de Dios,
dalizar nadie de que los ciegos vie- no quiere decir: ‘aceptad vuestra
ran, los cojos andaran, los leprosos pobreza que más tarde esa injusti-
quedasen limpios, los sordos oye- cia os será compensada en el rei-
ran y los muertos resucitasen? A no de Dios’…”. Cristo declara bien-
estas primeras cinco frases no se aventurados a los pobres porque el
puede referir, al menos a primera reino de Dios ha comenzado: “se
vista, la palabra acerca del escán- ha cumplido el tiempo y el Reino
dalo. Pero, en la práctica, la oferta de Dios está cerca” (Mc 1, 15). Es
de salvación que Jesús hace a los decir: se ha iniciado la supresión
pobres resulta sumamente escan- de la situación de despojo y pobre-
dalosa”. Con la evangelización de za que les impide ser plenamente
Cristo y la opción por el pobre 15
hombres, se ha iniciado un reino menos 21 (de las 38 parábolas que
de justicia que va más allá de lo podemos encontrar en los sinópti-
que ellos podían esperar. “Son cos) versan sobre las causas que
bienaventurados porque la llegada llevan a los adversarios de Jesús a
del reino pondrá fin a su pobreza ‘escandalizarse’ con su predica-
creando un mundo fraterno” (G. ción acerca de la proximidad o lle-
Gutiérrez). gada del Reino. En la misma me-
Contamos todavía con otro im- dida constituyen… ataques a la
portante texto programático: el ideología religiosa opresora de la
llamado juicio de las naciones (cfr mayoría de la sociedad de Israel y
Mt 25, 31-46). En él se establece consiguientemente –no a pesar de
como criterio decisivo de salva- esto– una revelación y defensa del
ción la relación solidaria con los Dios que hace de los pobres y pe-
más pobres. La dimensión sacra- cadores los destinatarios por exce-
mental-cristológica de los pobres lencia de su Reino”. Jesús se com-
adquiere en este texto carácter de prometió de forma decidida a favor
escándalo con esta extraña y en- de la causa de los pobres, expre-
trañable identificación que supone sando así su “inédito interés por lo
el “conmigo lo hicisteis”. En reali- perdido” (Dodd) en un mundo
dad lo que se afirma es que en los donde la pobreza y la marginación
pobres se juega la causa de Jesús de muchos contrastaba con la ri-
en la historia. Por otra parte pare- queza y los privilegios de muy po-
ce claro que Mateo se está refirien- cos; por ello su actitud resultó su-
do a los pobres reales: los que tie- mamente conflictiva. Frente a esta
nen hambre o sed, los que están conflictividad exagerada, Jesús,
desnudos, los forasteros no acogi- con sus parábolas, argumenta más
dos… En ellos, los crucificados de o menos así: puesto que la bondad
la historia, cualquiera que sea su de Dios se expresa en su amor res-
situación subjetiva o su disposición pecto a los pobres y marginados,
espiritual, es donde se comprueba es preciso optar por ellos.
si el mensaje de Jesús se vive o no
No podemos considerar aquí
con coherencia.
otros muchos dichos de Jesús de
parecido contenido. Pero queremos
Las parábolas hacer nuestra una referencia gené-
rica de G. Theissen cuando afirma
que “según la fuente de los logia
Además de los textos progra- (es decir, la fuente Q utilizada por
máticos parece obligado hacer una Mateo y Lucas), la Buena Noticia
breve referencia a las parábolas. J. se anuncia a los pobres, enfermos
L. Segundo considera que “por lo y débiles”.

16 Julio Lois Fernández


TAMBIÉN LA TOTALIDAD DE LA VIDA DE JESÚS, CON-
CRETADA EN ACTIVIDADES ESPECIALMENTE SIGNIFI-
CATIVAS, ESTUVO INFORMADA POR LA OPCIÓN SOLI-
DARIA POR LOS POBRES

Hay dos actividades de Jesús pecadores’ como con los suyos…


que parecen tener especial impor- es un trazo esencial y característi-
tancia para mostrar su compromi- co del Jesús histórico. En ella Je-
so con los pobres y excluidos: sus sús se revela como el mensajero es-
milagros y sus comidas o banque- catológico de Dios que comunica
tes. a todos –incluidos en particular los
que, según los criterios de la épo-
ca, estaban excluidos– al convite
Milagros y comidas divino, al banquete de paz del rei-
no de Dios; el acto de comer con
Los múltiples milagros de Je- Jesús ofrece en el presente la sal-
sús deben ser considerados como vación escatológica”.
“clamores del Reino”, como “sig- R. Aguirre, tras un recorrido
nos” que muestran que la fuerza por las comidas de Jesús en Lucas,
salvífica del reinado de Dios se ha- muestra la radicalidad de las ense-
ce presente teniendo como desti- ñanzas de Jesús: es necesario pro-
natarios preferentes a los que me- mover la participación en una me-
nos contaban, la gente sencilla y sa común abierta e igualitaria en
abandonada de Galilea. Por ser la que tienen que ser integrados to-
“signos”, anuncian y anticipan un dos los excluidos y marginados del
mundo nuevo, abierto a la realiza- sistema. Con sus comidas, Jesús
ción plena de la justicia, mostran- cuestiona el concepto de honra y
do cómo Jesús salva en situaciones el sistema de pureza que configu-
concretas de necesidad y libera de raban injustamente las relaciones
opresiones históricas. de los seres humanos en su tiem-
Los banquetes o comidas de Je- po. Y propugna unos valores alter-
sús, especialmente con los peca- nativos: la acogida, la reciprocidad,
dores y excluidos, han sido riguro- el servicio, el compartir la vida, la
samente estudiados en las últimas fraternidad... Todas las barreras
décadas. E. Schillebeeckx, tras que se oponen a un compartir la
considerar atentamente la comuni- mesa quedan abolidas por Jesús.
dad de mesa liberadora y salvífica La solidaridad verdaderamente es-
de Jesús con sus discípulos y tam- candalosa para con los pobres y
bién con los marginados y exclui- pecadores fue, con mucha proba-
dos, llega a esta importante con- bilidad, uno de los motivos que le
clusión: “La comunidad de mesa, condujeron a la muerte en la
tanto con conocidos ‘publicanos y cruz.

Cristo y la opción por el pobre 17


La expulsión de los estrategia salvífica. Dos conocidos
mercaderes textos de Pablo nos sitúan en dicha
estrategia: “Conocéis bien la gene-
rosidad de nuestro Señor Jesucris-
Concluyo este apartado con
to, el cual, siendo rico, por voso-
una alusión a otro gesto de Jesús
tros se hizo pobre a fin de que os
en el que adquirió máxima expre-
enriquecierais con su pobreza”. (2
sión el contencioso que mantuvo,
Co 8, 9) y “tened entre vosotros los
toda su vida, con el culto practica-
mismos sentimientos que tuvo
do en el templo de Jerusalén: la ex-
Cristo: el cual, siendo de condición
pulsión de los mercaderes del lla-
divina, no retuvo ávidamente el ser
mado atrio de los gentiles. La
igual a Dios. Sino que se despojó
exégesis actual considera que esta
a sí mismo tomando condición de
sorprendente acción de Jesús su-
siervo, haciéndose semejante a los
pone no tanto una simple protesta
hombres y apareciendo en su por-
contra los abusos económicos, si-
te como hombre; y se humilló a sí
no más bien una crítica radical
mismo obedeciendo hasta la muer-
contra el culto carente de “espíri-
te y muerte de cruz. Por lo cual
tu y verdad”. Tan radical que anun-
Dios le exaltó y le otorgó el Nom-
cia y pide la supresión del templo
bre, que está sobre todo nombre”
y no su mera purificación. Subra-
(Flp 2, 5-9)
yemos que la motivación que lle-
vó a Jesús a descalificar tan radi- Según estos textos, el proceso
calmente el culto del templo fue de kénosis presenta un ritmo terna-
precisamente que se realizaba al rio: 1) Cristo posee un plus de fuer-
margen de la preocupación solida- za salvífica. 2) Cristo se sumerge
ria por la realización de una justi- enteramente en la condición huma-
cia traducida en defensa de la cau- na participando plenamente de ella,
sa de los pobres y excluidos. La tomando la condición de “esclavo”
cita de Jer 7, 11, introducida por los (servidor de los demás). 3) Cristo,
tres sinópticos y situada en su con- finalmente, emerge de tal condi-
texto, avala con claridad la men- ción, superando el pecado y la
cionada motivación. muerte y alcanzando la plenitud.
Estos textos nos hablan de un
proceso de descenso que no se jus-
El proceso kenótico
tifica en sí mismo, sino en virtud
de un ascenso finalmente conse-
Para concluir estos dos aparta- guido. Jesús “se despojó de su
dos sobre el status socioeconómi- grandeza, tomó la condición de es-
co de Jesús y la opción por los po- clavo y se hizo semejante a los
bres que informó su mensaje, hombres”, “se humilló haciéndose
conviene subrayar que deben ser obediente hasta la muerte y muer-
situados en el contexto del proce- te de cruz”. Precisamente “por es-
so kenótico que informó toda su to Dios le exaltó y le dio un Nom-
18 Julio Lois Fernández
bre que está sobre todo nombre”. lo se entiende bien cuando se sitúa
“Cargó con el pecado” pero “para en su kénosis. Abrazando la pobre-
que nosotros obtuviéramos la re- za, Jesús no hace otra cosa que
habilitación de Dios”. “Nació de compartir la vida de los pobres,
mujer, sometido a la ley” pero “pa- que son los destinatarios primeros
ra rescatar a los que estaban some- de su Reino. Esta es la caracterís-
tidos a la ley”, “para que recibiéra- tica que informa toda su estrate-
mos la condición de hijos”. “Se gia: la salvación no se ofrece “des-
hizo pobre por vosotros” pero “pa- de fuera” o “desde lo alto”, sino
ra enriqueceros con su pobreza”. “desde dentro” y “desde abajo”,
compartiendo la suerte de aquellos
Por consiguiente, si Jesús se en-
que necesitan ser salvados. El em-
carnó y se hizo uno de nosotros;
pobrecimiento voluntario de Jesús
si, no teniendo pecado, cargó con
es un acto de amor solidario que
nuestro pecado y sus consecuen-
pretende liberar del pecado y de
cias, no fue simplemente para com-
todas sus consecuencias, una de las
partir tal condición y suerte, idea-
cuales es precisamente el empo-
lizándola, sino para redimir el ser
brecimiento injusto que se com-
humano y conducirlo a la salva-
parte. Jesús es pobre por amor a
ción. Más en concreto: si se hizo
los pobres, no por amor a la pobre-
pobre con los empobrecidos, no
za injustamente impuesta. Y se
fue para justificar o sacralizar su
compromete con los pobres lu-
pobreza injusta, sino para superar-
chando contra esa pobreza, que es
la, por ser contraria a la voluntad
consecuencia de la injusticia no
amorosa de Dios.
querida por Dios.
Por esto la pobreza de Jesús só-

JESÚS PROPUSO A SUS DISCÍPULOS ABRAZAR


LA POBREZA EVANGÉLICA Y COMPARTIR SU OPCIÓN
POR LOS POBRES

Jesús invitó a sus discípulos a Buena Noticia de salvación está en


abrazar la pobreza evangélica pa- hacerse prójimo de los que andan
ra caminar tras sus huellas, entrar tirados por las cunetas (Lc 10, 25-
en el ámbito salvífico del Reino y 37). Lo que hace posible el encuen-
poder así anunciarlo con coheren- tro con Dios y la salvación, es el
cia. Aconsejó que al invitar a una compromiso solidario con los po-
comida, la mesa fuera compartida bres de este mundo.
prioritariamente por los pobres, los Esta invitación se dirige a to-
contaminados, los ciegos (Lc 14, das las personas que quieran hoy
12-14). Y, sobre todo, dejó muy cla- ser cristianos de forma consecuen-
ro que el núcleo esencial de su te. Lo decisivo no está en saber que
Cristo y la opción por el pobre 19
Jesús fue pobre y que su vida es- Algo debería estar claro para
tuvo comprometida con los pobres todos los que nos confesamos cre-
y su causa. Lo decisivo es vivir en yentes en Jesús, el Cristo de Dios.
consecuencia con este saber, si- En primer lugar, el compromiso
guiéndole a él, caminando tras sus solidario de Jesús con los pobres:
huellas. J, D. Crossan dijo, de for- “No caben más discusiones: Jesús
ma sugestiva, en su famoso diálo- estuvo de parte de los pobres, los
go imaginario con el Jesús histó- que lloran, los que pasan hambre,
rico: “Leí tu libro, Domingo, y me los que no tienen éxito, los impo-
parece bastante bueno. ¿Y qué? tentes, los insignificantes” (H.
¿Estás listo para vivir tu vida con- Küng). En segundo lugar, la opción
forme a mi visión de las cosas y decidida por los pobres y su justa
para unirte a mi programa? Do- causa forma parte esencial e irre-
mingo respondió: No creo que ten- nunciable del seguimiento de Je-
ga valor todavía, Jesús, pero la des- sús. Y, en tercer lugar, la credibili-
cripción que de ti hacía en él era dad de la fe cristiana, en una
bastante buena, ¿no te parece? Je- sociedad en la que se dan tantas
sús le dijo: Gracias, Domingo, por desigualdades hirientes entre ricos
no falsificar mi mensaje para ade- y pobres, depende de que los cre-
cuarlo a tus incapacidades. Esto ya yentes, personal y comunitaria-
es algo. Y Domingo preguntó: ¿No mente, vivamos con autenticidad
es bastante? La respuesta fue: No esta opción.
Domingo, no es suficiente”.

Tradujo y condensó: CARLES PORTABELLA, S.J.

20 Julio Lois Fernández

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