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Colección SPAL MONOGRAFÍAS cia se fue transformando, configurándose así una imagen de Grecia como salvadora de la civilización
frente al bárbaro imperio persa, insignia de la democracia, símbolo de la cultura y del renacer de las
SPAL MONOGRAFÍAS
I. La Traviesa: Ritual funerario y jerarquización social
en una comunidad de la Edad del Bronce de Sierra
artes, y portadora del pensamiento científico a través del logos. XV
Morena Occidental. SPAL
Leonardo García Sanjuán, ed. Frente a concepciones muy arraigadas en el ideario contemporáneo, en Grecia convergen numerosas
MONOGRAFÍAS
realidades. Desde el arcaísmo, comenzando con la hegemonía cretense y su influjo sobre la cultura XV
II. Ex Oriente Lux: Las Religiones Orientales Antiguas
micénica, hasta el contacto fructífero con los sucesivos reinos faraónicos, el influjo de los territorios
Grecia Ante Los Imperios
en la Península Ibérica.
Eduardo Ferrer Albelda, ed. externos se percibe en todos los ámbitos de la cultura griega. De este modo, ante el dominio mace-
III. Arqueología fin de siglo. La Arqueología española de donio, primero, y el romano, después, Grecia asume una posición subordinada, pero aporta al mismo
la segunda mitad del Siglo XIX.
María Belén Deamos y José Beltrán Fortes, eds.
tiempo su bagaje cultural, que se ve acrecentado por la propia reflexión griega sobre el fenómeno
imperial.
V Reunión de historiadores
(coordinadores)
V. Patrimonio Arqueológico Urbano: Propuesta del territorio heleno. Queda así evidenciada cómo Grecia se formó a partir de las relaciones habidas
metodológica del estado de conservación y riesgo. con distintos imperios. Desde la más remota antigüedad hasta la visión contemporánea del mundo
Aplicación en el Conjunto Histórico de Sevilla. heleno, este libro pretende aportar, desde diferentes perspectivas metodológicas, una visión novedosa
Daniel González Acuña.
de la Grecia clásica.
VI. Arqueología en Laelia (Cerro de la Cabeza,
Olivares, Sevilla)
Antonio Caballos Rufino, José Luis Escacena
Carrasco y Francisca Chaves Tristán.
VII. Entre Dios y los Hombres: El sacerdocio en la
Antigüedad.
José Luis Escacena Carrasco y Eduardo Ferrer
Albelda, eds.
VIII. Testimonios Arqueológicos de la Antigua Osuna.
V Reunión de historiadores
Los pebeteros en forma de cabeza femenina.
Mª Cruz Marín Ceballos y Frédérique Horn, eds.
SPAL MONOGRAFÍAS
XV
Sevilla 2011
Serie: Spal Monografías
Núm.: XV
Comité editorial:
Antonio Caballos Rufino
(Director del Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Sevilla)
Carmen Barroso Castro
Jaime Domínguez Abascal
José Luis Escacena Carrasco
Enrique Figueroa Clemente
Mª Pilar Malet Maenner
Inés Mª Martín Lacave
Antonio Merchán Álvarez
Carmen de Mora Valcárcel
Mª del Carmen Osuna Fernández
Juan José Sendra Salas
© SECRETARIADO DE PUBLICACIONES
DE LA UNIVERSIDAD DE SEVILLA 2011
Porvenir, 27 - 41013 Sevilla.
Tlfs.: 954 487 447; 954 487 452; Fax: 954 487 443
Correo electrónico: secpub4@us.es
Web: http://www.publius.us.es
© Juan Manuel Cortés Copete, Elena Múñiz Grijalvo,
Rocío Gordillo Hervás (coords.) 2011
© DE LOS TEXTOS SUS Autores 2011
Impreso en España-Printed in Spain
Impreso en papel ecológico
ISBN: 978-84-472-1302-3
Depósito Legal: SE-8.509-2011
Impresión: Pinelo Talleres Gráficos, S.L. Camas-Sevilla
Índice
Prólogo.......................................................................................................... 11
Relaciones de Egipto con la Creta minoica
Mª Soledad Milán Quiñones de León..................................................... 13
La ciudad de Mileto en el Bronce Final
Elena Rodríguez Ten............................................................................... 27
Heródoto y su posición ante los imperios de los siglos vi y v a.C.
Antonio Penadés Chust........................................................................... 37
Heródoto y la tragedia de Jerjes. Historia y narrativa trágica
Fernando Echeverría Rey....................................................................... 45
Grecia ante el imperio persa: Locrios, Tesalios y Focidios
en las Termópilas
Adolfo J. Domínguez Monedero............................................................ 59
Eubea e imperialismo ateniense: un acercamiento a aspectos religiosos
Manuel Arjona Pérez.............................................................................. 73
Las ciudades griegas entre el imperio persa y el imperio ateniense
D. Plácido............................................................................................... 85
Comer como un rey: percepción e ideología del lujo gastronómico entre
Grecia y Persia
Fernando Notario Pacheco...................................................................... 93
El mundo desde Persepolis. El papel de Persia en el conocimiento
geográfico griego
F. Javier Gómez Espelosín...................................................................... 107
El valor de la propaganda en la construcción del enemigo: Atenas y las
guerras médicas
Mª Cruz Cardete del Olmo..................................................................... 119
Anotaciones sobre las campañas de Timoleón en Sicilia
Víctor Sánchez........................................................................................ 131
Justificaciones religiosas del imperialismo ateniense en la época de la
pentecontecia
Miriam Valdés Guía................................................................................ 141
Atenas, entre el Krátos y la Arkhé. El lenguaje de la hegemonía y el
agotamiento de la democracia
Julián Gallego......................................................................................... 155
Arché y democracia a la luz de Tucídides
Laura Sancho Rocher . ........................................................................... 167
El primer Koivòv Tῶν Άӽαιῶv ante el poder macedonio
Ignacio Pascual Valderrama.................................................................... 179
El día después de Queronea: la liga de Corinto y el imperio macedonio
sobre Grecia
Borja Antela-Bernárdez.......................................................................... 187
Trabajar para el enemigo. Los diez mil de Jenofonte a la luz de la
investigación reciente
Daniel Gómez Castro.............................................................................. 197
Los griegos y la religión del imperio persa aqueménida: el dios Mithra
Israel Campos Méndez.......................................................................... 207
Ideas e imágenes de Esparta entre los griegos de época clásica
César Fornis............................................................................................ 217
Revuelta interna y Roma. El final del reino de Siracusa
María Morán........................................................................................... 229
Πῆμα κακὸς γείτων. Un mal vecino es una desgracia (c.a.es.Op.346). La
confederación helenística y la imagen de los beocios en el mundo romano
José Pascual............................................................................................ 239
Xerxes redivivus: Mitrídates, rey de Oriente frente a Grecia
Luis Ballesteros Pastor .......................................................................... 253
Los segundos del imperio
Juan Manuel Cortés Copete.................................................................... 263
Santuarios de Arcadia y dominio romano
Vasilis Tsiolis.......................................................................................... 273
Los griegos y el imperialismo romano
Arminda Lozano..................................................................................... 291
Rasgos ideológicos helenísticos en la política ibérica de los Barca
Eduardo Ferrer Albelda........................................................................... 305
Graecia magistra vitae. El recurso a la historia griega en los discursos de
Cicerón
Ana Rodríguez Mayorgas....................................................................... 317
Los embajadores en las Historias de Polibio: entre la crónica y la búsqueda
de apoyos
Cristina Rosillo López............................................................................ 329
La organización adrianea de los certámenes panhelénicos
Rocío Gordillo Hervás............................................................................ 335
Revisión del mapa de Judea y la Decápolis (ss. I a.C.- II d.C.)
Pedro Giménez de Aragón Sierra........................................................... 345
Aqueménidas en la antigüedad tardía: las guerras médicas en las fuentes
literarias del siglo iv
Francisco Javier Guzmán Armario......................................................... 361
La mirada de Constantinopla. La desaparición del imperio romano
occidental
Santiago Castellanos............................................................................... 371
A través de Ovidio: el viaje del río Aqueloo a occidente
Fátima Díez Platas.................................................................................. 377
“Facinerosi et perditi”: miradas humanistas sobre la antigua Grecia y sus
lamentables (y locuaces) habitantes
Juan R. Ballesteros.................................................................................. 393
Grecia ante Egipto en la historiografía española de los siglos xviii y xix
Mirella Romero Recio ........................................................................... 403
Grecia desde el imperio (americano): la obra de Victor Davis Hanson
Francisco Javier González García y Pedro López Barja de Quiroga...... 415
Algunas reflexiones acerca del tratamiento cinematográfico de las Guerras
Médicas
Óscar Lapeña Marchena ........................................................................ 427
El día después de Queronea: la liga de Corinto y
el imperio macedonio sobre Grecia*
Borja Antela-Bernárdez
* Investigación realizada con el apoyo del Proyecto PB-HUM2007-64250/HIST del Ministerio de Edu-
cación y Ciencia. Asimismo, quisiera dedicar el presente trabajo a mis buenos amigos Eduardo Ferrer, Elena
Muñiz y Fernando Lozano.
. Lyc. Leocr. 40-42. Sobre la batalla de Queronea, vid. Hammond, N.G.L., “The two battles of Chaero-
nea” Klio 31 (1938), 186-218; Ma, J., “Chaironeia 338: Topographies of Commemoration” JHS 128 (2008),
72-91. En cuanto a sus consecuencias históricas, Hammond, N.G.L., “The Victory of Macedon at Chaeronea”,
Studies in Greek History, Oxford, 1973, 534-558. Adcock, F. E., The Greek and Macedonian Art of War, Ber-
keley (1975), 27 y 77 considera a Filipo el único artífice, con su estrategia, de la victoria macedonia, frente al
papel preponderante y decisivo atribuido por las fuentes a Alejandro (Plut. Alex. 9. 2; Hamilton, J. R., Plutarch:
Alexander. A Commentary, Londres, 1999, 23). Para una revisión de la óptica historiográfica sobre ella, vid.
Antela-Bernárdez, B. “La frontera historiográfica”, I Seminari Internacional sobre la Recerca en Humanitats:
Espai, Temps i Perspectiva de la Interpretació, Barcelona 2008 [en prensa].
. Antela-Bernárdez, B., “Panhelenismo y Hegemonía: Conceptos políticos en tiempos de Filipo y Alejan-
dro” DHA 33 (2007), 69-81.
. Si seguimos el testimonio de Just. IX, 4.1-3
188 Borja Antela-Bernárdez
“Después de dejar en orden los asuntos de Grecia, Filipo ordena que sean convocadas a Corin-
to embajadas de todos los países, para consolidar el estado de la situación presente. Allí estipu-
ló las condiciones de paz para toda Grecia, según los méritos de cada uno de los estados, y de
entre todos eligió el consejo de todos ellos, una especie de senado único. Solamente los lacede-
monios rechazaron al rey y sus leyes, considerando servidumbre, y no paz, la que no resultara
del acuerdo de los estados mismos, sino que fuera propuesta por el vencedor. Después se fijan
las tropas auxiliares de cada uno de los estados, sea que tuviera que prestarse ayuda al rey con
tal ejército, si alguien lo atacaba, sea que tuviese que hacerse una guerra bajo su mando. Y no
había ninguna duda de que con estos preparativos se apuntaba al imperio persa” .
. Ryder, T. T. B., Koiné Eirene: General Peace and Local Independence in Ancient Greece, Oxford Univ.
Press, Londres, 1965; Jehne, M., Koine eirene: Untersuchungen zu den Befriedungs- und Stabilisierungsbemü-
hungen in der griechischen Poliswelt des 4.Jahrhunderts V.Chr., Stuttgart, 1994.
. Sobre la configuración de la Liga de Corinto sigue siendo imprescindible la obra de Hammond, N. G.
L., Griffith, G. T., A History of Macedon, Oxford, 1972, esp. 604-623, así como Errington, R. M., A History of
Macedonia, Berkeley, 1990, 84-90.
. D.S. XVI, 91.4-94.
. Antela-Bernárdez, B., “I.G. II2 329: Another view” ZPE 160 (2007), 177-178, con referencia a las prin-
cipales hipótesis sobre el funcionamiento de la Liga durante el gobierno de Alejandro, e indefectiblemente, tam-
bién por extensión del propio Filipo.
. Estos meritos, probablemente, se refieren a su posicionamiento estratégico a favor o en contra de Filipo
antes del establecimiento de la paz común, es decir, los gobiernos meritorios serían los aliados de Filipo.
. Just. IX, 5. 1-5.
10. D.S. XVI, 87. 3.
11. No es este el lugar para tratar las diferencias entre la relación de Filipo con Atenas y Tebas respectiva-
mente. Para un estudio de las mismas, vid. Antela-Bernárdez, B., Alexandre e Atenas. Historia de Grecia 338-
323 a. C., Santiago de Compostela, 2005, 35-42.
El día después de Queronea: la liga de Corinto y el imperio macedonio sobre Grecia 189
Atenas12 (tanto por razones pragmáticas, como era la dependencia de la flota ateniense,
como por motivaciones ideológicas, como el papel de Atenas como defensora de la liber-
tad de los griegos de Asia menor y heroína de las Guerras Médicas).
Tras este importante momento previo13, la formalización de la alianza de paz común
que da lugar a la Liga Helénica tuvo lugar en Corinto. Una inscripción conservada de for-
ma fragmentaria nos ha transmitido el juramento institucional de la Liga14. El texto parece
claramente explícito sobre el aspecto más destacado de la naturaleza de la Liga Heléni-
ca, como no puede ser otro que el de la defensa mutua y la alianza militar. Pese a que las
fuentes relacionan en todo momento la creación de la Liga con la voluntad de Filipo de
invadir Persia, lo cierto es que los parámetros estipulados en la inscripción establecen una
regulación de carácter general, que es clara heredera de la tradición sobre Koiné Eirené
de todo el s. IV15. Las bases son claras: el mantenimiento de la autonomía y la situación
interna de los aliados en el momento del pacto, el acuerdo de no agresión y la amenaza de
iniciar la guerra contra aquel o aquellos que violen este acuerdo. No obstante, no parece
claro que esta amenaza no afecte también a los propios miembros de la Liga, en caso de
que en algún momento violasen dichas regulaciones.
Por otra parte, la inscripción menciona dos elementos más que son dignos de comen-
tario: el primero de ellos es la formula con la que se refiere al acuerdo, puesto que la fór-
mula prohibía romper el acuerdo con Filipo, lo que sin duda confirma que la Liga estaba
estructurada por una serie de tratados bilaterales entre cada uno de los miembros y el rey
macedonio16, pero en ningún momento parece posible un pacto entre dos miembros. Es
decir, que la alianza de cada gobierno participante es directa y exclusivamente con Filipo,
y no con el resto de los miembros de la Liga. Evidentemente, esta condición debía evitar
a Filipo, en la medida de lo posible, el riesgo de una coalición de los miembros contra
su propia dirección de la confederación. En segundo lugar, la mención del Sinedrión no
puede pasarse por alto, puesto que responde a una característica básica de la alianza17. El
Sinedrión, ya mencionado en el texto de Justino antes citado, aparece como órgano de
representación de los miembros, compuesto en función del peso de cada miembro en la
12. Aesch. III. 131 establece que la verdadera razón por la que Filipo no había atacado Atenas tras Que-
ronea se debía al hecho de que las víctimas del sacrificio no le habían sido favorables. Con todo, Jaeger, W.,
Demóstenes. La agonía de Grecia, México, 1945, 231 resume sintéticamente la posible opinión de Filipo con
respecto a Atenas, al afirmar que “naturalmente, [Filipo] no podría tener ningunas ganas de manchar su victoria
empleando la fuerza contra el mantenedor de las gloriosas tradiciones de la Hélade”.
13. Las medidas tomadas por Filipo en Tebas (Just. IX, 4.6-9) y la instauración de guarniciones macedo-
nias en otras ciudades, como la propia Corinto, no hubieran sido posibles, o cuando menos legales, una vez es-
tablecida la regulación de la Paz Común descritas por la alianza de la Liga de Corinto.
14. Tod, N. M., A Selection of Greek Historical Inscriptions, vol. II, Oxford, 1948, 229; Rhodes, P. J., Os-
borne, R. (eds.), Greek Historical Inscriptions, Oxford, 2003, 372-379 con bibliografía.
15. Momigliano, A.,“La KOINH EIPHNH dal 386 al 338 a. C.”, Terzo Contributo alla storia degli studi
classici, Roma, 1966, esp. 398; Perlman, S., “Greek Diplomatic tradition and the Corinthian League of Philip of
Macedon” Historia 34 (1985), 155; Moritani, K., “KOINÉ EIRENE: Control, Peace and Autonomia in Fourth-
Century Greece”, Yuge, T., Doi, M. (eds.), Forms of Control and Subordination in Antiquity, Leiden, 1988, 573.
En cuanto a la Guerra Panhelénica contra Persia, las fuentes (D.S. XVI 89; Plut. Phoc. 16.5) parecen indicar
que la decisión debió tomarse en un momento posterior al de la fundación de la Liga: Rhodes, P. J., Osborne,
R. (eds.), op. cit., 377.
16. Antela-Bernárdez, B., “I.G. II2 329…”, 78.
17. [Dem.] XVII, 15.
190 Borja Antela-Bernárdez
alianza. No obstante, no sabemos cuantos representantes tenía cada gobierno, y por tanto,
desconocemos qué diferencia real existía dentro de la Liga entre el número de represen-
tantes, por poner un ejemplo, de los atenienses (ciudad grande y con amplia capacidad de
contribución militar, aunque opuesta a Filipo) o los corintios (también opuestos al mace-
donio) y los de Platea, Orcómenos o Tespia, ciudades favorables a Filipo aunque de me-
nor capacidad económica y militar.
De cualquier modo, la instauración de la Liga resulta evidentemente, como había su-
cedido con las alianzas similares anteriores, una herramienta del dominio macedonio para
regular su autoridad sobre los griegos y legitimar su capacidad de represión de conflictos.
Tras la instauración de la Liga, Filipo señaló a los aliados y al resto de Grecia su
proyecto de guerra contra Persia. Los elementos propagandísticos de esta iniciativa
son múltiples18, destacando la naturaleza explícitamente vengativa del conflicto y la
relación del mismo con las arengas isocráticas19, por poner dos destacados ejemplos.
Asimismo, este proyecto permite a Filipo solicitar a los miembros de la Liga el primer
contingente de tropas20.
Tras la muerte de Filipo, Alejandro consigue renovar tanto su posición como coman-
dante en jefe (strategos autokrator) de la Liga como los tratados bilaterales que confor-
man la base de la misma21. Por la información contenida en el discurso “Sobre el tratado
con Alejandro”, de Ps. Demóstenes, sabemos que los parámetros básicos de la Liga en
tiempos de Alejandro debieron ser los mismos que en la época anterior, a saber, el respeto
de la autonomía y la libertad de los griegos (probablemente efectiva sólo para los aliados),
la defensa de la situación interna de cada miembro en el momento de fundación de la liga,
y la prohibición de fomentar cualquier tipo de cambio constitucional entre los aliados a
partir del momento de la formalización de los juramentos.
Por lo tanto, a la vista de los datos comentados hasta el momento, podemos hablar
de la Liga de Corinto como una alianza con una finalidad doble, siendo al mismo tiempo
una alianza militar y un acuerdo de carácter conservador con respecto a la organización y
gobierno interno de los miembros. En el apartado político, lo cierto es que poco se puede
decir con seguridad, pero sí que resulta interesante mencionar el papel de los “Defensores
de paz”22, que parecen haber sido magistrados del Sinedrión encargados de mantener la
paz entre los aliados y, en general, asegurar el cumplimiento de las cláusulas del tratado23.
18. He centrado algunos de mis esfuerzos anteriores en estudiarlos en otros lugares: Antela-Bernárdez,
B., Alexandre… cit., 128-165; Id., “Alejandro Magno o la demostración de la divinidad” Faventia 29 (2009),
89-103. Asimismo, resulta imprescindible mencionar los trabajos de Flower, M., “Alexander the Great and
Panhellenism”, Baynham, E., Bosworth, A. B., Alexander the Great in fact and fiction Oxford, 2000, 96-135
y Faraguna, M., “Alexander and the Greeks”, Roisman, J. (ed.), Brill’s Companion to Alexander the Great,
Leiden, 2003, 99-130.
19. Vid. Perlman, S. “Isocrates’ «Philippus» - a Reinterpretation” Historia 6 (1957), 306-317 ; Id.,
“Isokrates’ Advice on Philip’s Attitude towards Barbarians (V. 154)”, Historia 16 (1967), 338-343; Id.,
“Isocrates’ «Philippus» and Panhelenism” Historia 18 (1969), 370-374 ; Id., “Panhellenism, the Polis and Im-
perialism” Historia 25 (1976), 1-30; Antela-Bernárdez, B., Alexandre…cit., 131-140.
20. Just. IX, 5.4-8. A su vez, los contingentes de auxiliares (?) griegos vuelven a ser mencionados en IX,
6.1, durante la boda de Cleopatra en la que tendrá lugar el asesinato de Filipo.
21. Antela-Bernárdez, B., “I.G. II2 329…cit., 77.
22. Ps.Dem. XVII, 10.4 y 7s; 16; Curt. III, 1.20. Asimismo, Tod, M. N., op. cit., vol 2, 177.
23. Hammond, N.G.L. & Griffith, G. T., op. cit., 639-645.
El día después de Queronea: la liga de Corinto y el imperio macedonio sobre Grecia 191
Sin duda, un cargo similar a éste debía ser el ocupado por Antípatro, a quien Alejandro
habría dejado al cargo de los asuntos de Grecia antes de su partida. Sin embargo, podemos
documentar otros nombres, como el de Coragus o Proteas hijo de Andrónico, ocupando
funciones de defensa de la paz24.
Sin embargo, resulta más interesante resolver la cuestión del acuerdo militar. Sabe-
mos que tanto Filipo como Alejandro pretendían emplear la Liga como una herramienta
de control de las posibles hostilidades griegas desde un punto de vista interno, y que al
mismo tiempo en ambos casos tenemos noticia de la petición de tropas para llevar a cabo
la lucha panhelénica contra Persia. Algunos autores, en este sentido, han visto en la Liga
de Corinto una ruptura con respecto a la tradición panhelénica anterior y a la construc-
ción de la Paz Común25, que durante el s. IV había estado siempre basculando alrededor
de los parámetros establecidos por la Paz del Rey (386)26. De este modo, Filipo emplea
el mismo sistema teórico en el que se basaba la Koiné Eirene propuesta por el acuerdo de
386, aunque con el sustancioso cambio de garante de la paz, que hasta el momento había
sido siempre el rey persa y que a partir de ahora pasará a ocupar el rey de Macedonia, en
virtud de las estipulaciones fundacionales de la Liga.
En este sentido, la guerra contra Persia funcionará como eje vertebrador de la alianza
helénica. No obstante, no podemos equivocarnos al pensar que la configuración original
de la Liga, además de estar conformada por un pacto defensivo, se componía directamen-
te de un pacto ofensivo, puesto que en el momento del fin oficial de la campaña contra
Persia y el licenciamiento del ejército aliado, la Liga parece haber seguido en funciona-
miento, sin cambios aparentes. Por lo tanto, la guerra de venganza y la lucha contra Persia
no conforman un elemento inherente a la Liga, ya que ésta se basa, ante todo, como he-
mos podido apreciar en los documentos, en el mantenimiento de la Paz. Por ello, la con-
quista de Persia es un objetivo circunstancial para asegurar el mantenimiento de la Paz en
Grecia, pero no puede ser considerado el fin último de la Alianza Helénica, a la luz de los
datos conservados.
Mediante la lucha contra el Persa, los reyes macedonios debieron pretender, entre
otros fines, alejar la guerra del territorio griego, paso previo indispensable para su paci-
ficación. Las enormes oportunidades derivadas de la conquista de Asia resolverían mu-
chos de los problemas que habían dado lugar en el pasado a las luchas internas de los
griegos27. Y asimismo, la excusa de la defensa de la Hélade y la libertad ponía en manos
de Filipo y Alejandro un entramado institucional, presidido por ellos mismos y por el
Sinedrión, mediante el cual poder ejercer el control efectivo de los griegos, e incluso la
justificación para sofocar cualquier represión militar con motivo de posibles revueltas
contra el dominio macedonio. Teniendo en cuenta que la guerra contra Persia alejaría al
24. Arr. Anab. II, 2.4; Heisserer, A. J., “Alexander’s Letter to the Chians” Historia 22 (1973), 196-197.
25. Rhodes, P. J., Osborne, R. (eds.), op. cit., 378 defienden que las anteriores alianzas de Paz Común no
estaban provistas, como en este caso, de mecanismos efectivos, como el Sinedrión y del hegemón, con el que
asegurar el cumplimiento de los pactos de no agresión, por lo que la Liga de Corinto resulta, en su género, in-
novadora.
26. Xen. Hell. V, 1. 31. Vid. Perlman, S., “Greek Diplomatic tradition and teh Corinthian League of Philip
of Macedon” Historia 34 (1985), 153-174.
27. Hall, E. “Asia Unmanned: Images of Victory in Classical Athens”, Rich, J., Shipley, G. (eds.), War and
Society in the Greek World, Londres, 1993, 110.
192 Borja Antela-Bernárdez
43. Plut. Alex. 16.13-14. Sobre este episodio, vid. Parke, H. W., Greek Mercenary Soldiers, Oxford, 1970,
180; McCoy, W.J., “Memnon of Rhodes at the Granicus”AJPh 110 (1989), 413-433; Hammond, N.G.L., “Vivid
Tenses in Arrian” Historia 46 (1997), 427-429.
44. Arr. Anab. III, 6.1
45. Arr. Anab. III, 11.7; 16.2; Curt. V, 8.3; 12.4.
46. Finalmente, éstos mercenarios no fueron ni ejecutados ni condenados, sino que Alejandro les obligó a
enrolarse en su propio ejército. Seguramente el cambio de las circunstancias desde Gránico explica esta actitud
más moderada. Vid. Bosworth, A. B., Alejandro…cit., 105.
47. Arr. Anab. III, 24.4
48. A excepción de aquellos de origen sinopense, pues Sinope era aliada de Persia, y por tanto, no viola-
ba la Paz Helénica, y de los mercenarios griegos que estuviesen al servicio persa antes de la fundación de los
acuerdos de Paz, que quedaban absueltos.
49. La bibliografía sobre esta cuestión es abundante, y viene a sumarse a la dedicada al estudio del joven
rey macedonio, de por sí inabarcable: Badian, E., “Agis III” Hermes, 95 (1967), 170-192; Cawkwell, G. L.,
“The Crowning of Demosthenes” CQ 19 (1969), 163-180; Ste Croix, G. E. M. “Appendix XXX: The Revolt of
Agis III”, Id., The Origins of the Peloponnesian War, Londres, 1972, 376-378; McQueen, E. I., “Some notes on
the Anti-Macedonian Movement in the Peloponnese in 331 B. C.” Historia 27 (1978), 40-64; Borza, E., “The
End of Agis Revolt”, Thomas, C. G. (ed.), Makedonika, Claremont (1995), 201-210.
50. Aesch. III, 165.
El día después de Queronea: la liga de Corinto y el imperio macedonio sobre Grecia 195
51. D.S. XVII, 62. 1 establece que la rebelión tuvo como causa el miedo al enorme poder adquirido por
Alejandro en su victoria contra Darío, muy probablemente en Isos. A su vez, D. S. XVII, 48.1 atestigua el reclu-
tamiento por parte de Agis III de de 8000 mercenarios griegos que habían estado al servicio del Gran Rey hasta
la derrota de Isos, siendo supervivientes de esta batalla, y por ello, quizás también más deseosos de combatir
contra el poder macedonio
52. D.S. XVII, 73.5; Curt. VI, 17.20
53. McQueen, I. E., op. cit. 52-53.
Títulos publicados en la A través del tiempo, por influencia de los diferentes poderes que se desarrollaron a su alrededor, Gre-
Colección SPAL MONOGRAFÍAS cia se fue transformando, configurándose así una imagen de Grecia como salvadora de la civilización
frente al bárbaro imperio persa, insignia de la democracia, símbolo de la cultura y del renacer de las
SPAL MONOGRAFÍAS
I. La Traviesa: Ritual funerario y jerarquización social
en una comunidad de la Edad del Bronce de Sierra
artes, y portadora del pensamiento científico a través del logos. XV
Morena Occidental. SPAL
Leonardo García Sanjuán, ed. Frente a concepciones muy arraigadas en el ideario contemporáneo, en Grecia convergen numerosas
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realidades. Desde el arcaísmo, comenzando con la hegemonía cretense y su influjo sobre la cultura XV
II. Ex Oriente Lux: Las Religiones Orientales Antiguas
micénica, hasta el contacto fructífero con los sucesivos reinos faraónicos, el influjo de los territorios
Grecia Ante Los Imperios
en la Península Ibérica.
Eduardo Ferrer Albelda, ed. externos se percibe en todos los ámbitos de la cultura griega. De este modo, ante el dominio mace-
III. Arqueología fin de siglo. La Arqueología española de donio, primero, y el romano, después, Grecia asume una posición subordinada, pero aporta al mismo
la segunda mitad del Siglo XIX.
María Belén Deamos y José Beltrán Fortes, eds.
tiempo su bagaje cultural, que se ve acrecentado por la propia reflexión griega sobre el fenómeno
imperial.
V Reunión de historiadores
(coordinadores)
V. Patrimonio Arqueológico Urbano: Propuesta del territorio heleno. Queda así evidenciada cómo Grecia se formó a partir de las relaciones habidas
metodológica del estado de conservación y riesgo. con distintos imperios. Desde la más remota antigüedad hasta la visión contemporánea del mundo
Aplicación en el Conjunto Histórico de Sevilla. heleno, este libro pretende aportar, desde diferentes perspectivas metodológicas, una visión novedosa
Daniel González Acuña.
de la Grecia clásica.
VI. Arqueología en Laelia (Cerro de la Cabeza,
Olivares, Sevilla)
Antonio Caballos Rufino, José Luis Escacena
Carrasco y Francisca Chaves Tristán.
VII. Entre Dios y los Hombres: El sacerdocio en la
Antigüedad.
José Luis Escacena Carrasco y Eduardo Ferrer
Albelda, eds.
VIII. Testimonios Arqueológicos de la Antigua Osuna.
V Reunión de historiadores
Los pebeteros en forma de cabeza femenina.
Mª Cruz Marín Ceballos y Frédérique Horn, eds.