La contaminación del agua de río por medio del cromo en efluentes de una industria curtiembre local.
JUSTIFICACIÓN
El Cr3+ es utilizado en la industria textil, curtiembres y otros procesos industriales
(como recubrimientos de cromo). Por otro lado, se puede encontrar al Cr6+ en los efluentes de la industria metalúrgica, acabados con metales, industria de materiales refractarios y en la producción y aplicación de pigmentos.
La toxicidad y las propiedades químicas del cromo en agua están influenciadas
por los estados de oxidación que presenta. En medio acuoso existen principalmente dos estados de oxidación estables; la presencia y la proporción de ambas formas depende de reacciones redox, precipitación/disolución y de la adsorción/desorción. Todas las especies de cromo son tóxicas, pero no con la misma intensidad. Se sabe que el Cr3+ es 300 veces menos tóxico que el Cr6+, sin embargo, el ion trivalente es capaz de causar más daño a la membrana eritrocitaria. Según la EPA, el Cr6+ está en la lista de los 129 contaminantes más críticos. Este es considerado carcinogénico y mutagénico, además, puede causar daño al riñón, pulmones y laceraciones en la piel. Si esta especie se encuentra en altas concentraciones en el ambiente puede causar irritación y daños en la nariz, garganta y pulmones (tracto respiratorio). Los síntomas pueden involucrar estornudos, secreción nasal, tos, sensación de picazón y ardor. Además, el contacto con la piel puede causar dermatitis, alergias, necrosis y corrosión dérmica.
La industria curtiembre ha generado un gran impacto ambiental tanto en el agua
como en el suelo y la atmósfera. Estos efluentes industriales contienen una mezcla compleja de contaminantes orgánicos e inorgánicos y alta demanda química de oxígeno (DQO). Ácidos, álcalis, sales de cromo, taninos, solventes, sulfuros, tintes, entre otros, son algunos de los compuestos que se usan en el proceso y no son totalmente aprovechados dejando gran cantidad de estos como desecho. El proceso de curtido con sales de cromo tan solo aprovecha del 50 al 70% de cromo, por esta razón, los efluentes generados llegan a tener hasta 7000 mg/L, valor muy por encima del límite de descarga establecido en la normativa mundial.