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APELLIDOS Y NOMBRES: LABRA PUQUIO,

YODITSA YISEL ROSARIO


SECCION: CUARTO B
CUI: 20143848
CURSO: DERECHO INTERNACIONAL

COMERCIO O
TRAFICO DE
ANIMALES,
VEGETALES Y
ESPECIES
PROTEGIDAS
PRESENTACION

Nuestro país constituye una de las zonas geográficas con


mayor diversidad biológica del planeta. Su rica diversidad,
reflejada en elevados índices de especies de plantas y
animales, sus numerosos hábitat y sus diversos paisajes, no se
encuentran fuera de peligro. Por el contrario, durante los
últimos 20 años las condiciones ambientales y urbanas se han
visto seriamente amenazadas por modelos de desarrollo que
no han considerado la variable ambiental. Una de las causas,
por cierto no la más importante, es el comercio ilegal de vida
silvestre. No por casualidad Centroamérica ha sido vista como
una zona exportadora o re exportadora de vida silvestre con
relevantes dimensiones globales. El hecho de que
posiblemente este no sea el principal problema que amenaza a
las especies de flora y de fauna, no implica que desconocer sus
alcances y sobre todo sus posibilidades de crecimiento. Ya que
una gran fuente de posibles pérdidas de nuestra flora y fauna
(animales, vegetales y otras especies) es el tráfico o comercio
de tales, por lo que con este trabajo se pretende dar un poco
más de conocimiento acerca del grave peligro que se corre
como país con una rica biodiversidad.
DEFINICIONES

BIODIVERSIDAD

El concepto de biodiversidad es un término muy amplio que incluye a las especies y sus
distintas poblaciones, así como a los ecosistemas y sus componentes físicos. Existe una
abrumadora evidencia que demuestra que esa diversidad biológica se está perdiendo
por las acciones humanas que modifican los ecosistemas, y nuestro país no escapa a
esa tendencia.

DEFINICION DE PROTECCION DE ANIMALES, VEGETALES Y ESPECIES

La PROTECCION es un conjunto de tareas que tienen por finalidad preservar esta


biodiversidad, permitiendo los usos humanos de una manera sustentable. Esto
significa aprovechar los recursos naturales dentro de los ritmos de los ecosistemas en
reproducir esos recursos, o dentro de sus capacidades para amortiguar los impactos
negativos. Así mismo evitar que se dé mal uso a los recursos de los cuales gozamos,
por lo cual existen especies en nuestro país declarados como especies en protección.

DEFINICION DE COMERCIO

El comercio es una actividad económica del sector terciario que se basa en el


intercambio y transporte de bienes y servicios entre diversas personas o naciones. El
término también es referido al conjunto de comerciantes de un país o una zona, o al
establecimiento o lugar donde se compra y vende productos.

El comercio se desarrolla en un ámbito de ferias, muestras y mercados, cuya actividad


tiende a exhibir el producto terminado y a favorecer su difusión y venta, lo que
conocemos como comercialización.

Ésta actividad es tan antigua como la humanidad, surgió cuando algunas personas
producían más de lo que necesitaban; sin embargo, carecían de otros productos
básicos. Acudían a mercados locales, y allí comenzaron a intercambiar sus sobrantes
con otras personas; es decir, a practicar el trueque

DEFINICION DEL COMERCIO (TRAFICO) DE ANIMALES, VEGETALES Y ESPECIES EN


PROTECCION

Se entiende esta como la venta o comercialización de especies protegidas y declaradas


muchas veces como especies en peligro de extinción, todo con un fin lucrativo y sin
respeto hacia la normado y legislado respecto a esta práctica.

HISTORIA DE LA PROTECCION DE ANIMALES, VEGETALES Y ESPECIES.

Durante la mayor parte de su historia, la especie humana ha vivido de la caza y la


recolección de alimentos silvestres. Los escasos pueblos que todavía hoy tienen una
asociación total con la naturaleza sin apenas influencias externas, demuestran que la
relación cazador-presa es absolutamente benigna. Es evidente que las personas
adquieren y pasan por tradición una cantidad notable de conocimientos acerca de las
plantas y animales de quienes dependen.
Muchos avances en medicina moderna, por ejemplo, han venido de la observación de
una gran variedad de culturas tribales en los usos terapéuticos de muchas plantas
salvajes. De cualquier forma, es sabido que en los tiempos prehistóricos los humanos
modificaron su ambiente natural. Muchas áreas de prado por todas partes del mundo,
han surgido a causa del fuego que se utilizaba en la ayuda a la caza, o simplemente
para adaptar la vegetación a sus necesidades.
En los primeros tiempos la caza y recolección silvestre contribuyeron al exterminio de
algunas especies vegetales y animales, aunque parecen haber sido más una excepción
que una práctica habitual. En general, en su época más temprana, la humanidad vivió
en un equilibrio estable con el ambiente natural, por ninguna otra razón más que la
propia necesidad; si hubieran causado daños serios no habrían podido sobrevivir.
La agricultura se ha practicado solo durante los últimos 10.000 - 12.000 años, y la
civilización urbana desde los últimos 6.000. Con la vida urbana llegó la presión sobre el
ambiente natural y las tierras agrícolas. En zonas asiáticas con agricultura occidental
existen evidencias muy extendidas de erosión de la tierra en tiempos antiguos. A la
destrucción de la vegetación y el manto cobertor, siguieron los desiertos tras el
levantamiento de las primeras civilizaciones en muchas áreas del Medio Este y África
del Norte.

La conservación en las antiguas civilizaciones

Realmente, la práctica de la conservación se desarrolló en las civilizaciones más


tempranas. La religión ha tenido parte de protagonismo. Tabúes religiosos permitieron
que determinadas especies animales y vegetales fueran protegidas. Asimismo, las
sanciones religiosas previnieron la destrucción de muchos bosques y montañas
sagradas. La Biblia está llena de referencias al uso de la tierra, y formas de gobierno de
los recursos que tenían funciones de conservación.
El uso de fertilizante orgánico para mantener la fertilidad de la tierra, se halla entre la
práctica de muchos pueblos primitivos, y ha tenido una larga historia en la agricultura
occidental. Civilizaciones tales como los Inca o los Phoenicians desarrollaron
sofisticadas técnicas de sostenimiento de tierras en laderas, y de prevención de la
erosión, haciendo más eficaz el uso del agua para riego. Las primeras civilizaciones
también mostraron evidencias de creación de reservas o parques para proteger la
fauna o áreas naturales.
La acumulación de la experiencia humana llevó a un incremento legítimo en la práctica
de los usos de la tierra. Evidencias que se hallan recogidos en escritos de la agricultura
romana y, más tarde, sobre las técnicas de riego de campos y jardines desarrollados
durante la cultura musulmana.
La visión de la naturaleza salvaje en los tiempos preindustriales

Los paisajes agrícolas preindustriales de Europa Occidental, Japón y China, reflejan una
gran habilidad en la conservación de recursos naturales. El regadío de tierras en el
valle del Nilo, o las fecundas producciones en tierras volcánicas del sudeste asiático a
lo largo de cientos de años, demuestran esa capacidad.
De todas formas, en los tiempos preindustriales la preocupación por la naturaleza
salvaje no estaba extendida, principalmente porque se observaba ésta como vasta e
inagotable. Esta visión era errónea porque los 500 millones de personas que habitaban
el mundo e 1600, no disponían de las fuentes de energía y maquinaria para efectuar
un gran cambio medioambiental.

Las malas prácticas sobre el ambiente natural durante los periodos de colonización

Comenzando con el viaje del descubrimiento en el siglo XV, se extendió la influencia de


la cultura europea por el mundo. Los europeos del siglo XVII se equiparon con nuevas y
poderosas tecnologías, y una creciente habilidad para modificar grandes áreas de la
tierra y dominar otros pueblos menos agresivos.
Durante esos periodos las actitudes de los exploradores y colonos se orientaron al
inmediato engrandecimiento personal, la productividad de las tierras colonizadas, y
una preocupación por extender las expectativas de sus propias vidas. La erosión de las
tierras y la destrucción de la vegetación natural y la fauna, acompañaron a la
colonización europea de las Américas, Australia y África. No obstante, durante los
primeros periodos se promovían ideas y prácticas sobre la conservación. La
conservación del bosque, por ejemplo, se desarrolló a principios del siglo XVII en
Inglaterra y Francia, en parte a causa de la desaparición de bosques naturales, como
resultado de la demanda creciente de madera para uso como combustible industrial.

Las dramáticas consecuencias medioambientales por las actividades agrícolas y


cinegéticas del siglo XIX

Tan temprano como en el siglo XVIII, en América del Norte un hombre como Tomás
Jefferson ya tenía importantes ideas y preocupación por el desarrollo de la fauna. El
siglo XIX, de cualquier modo, dio testimonio de inusuales y severas depredaciones
medioambientales.
En Australia, por ejemplo, se permitió el aumento desmedido de las poblaciones de
ganado, más allá de lo que el forraje natural para su alimentación podía apoyar.
Aunque millones de animales murieron durante periodos de sequía, el proceso de
sobrecarga de los límites de la tierra se llevó a tal grado, que todavía en la actualidad
no se ha recobrado. En África del Sur fueron cazados muchos animales hasta la
extinción, y los mamíferos más grandes quedaron reducidos a muy pocos, poniendo en
peligro su supervivencia.
Pero en América del Norte el cambio era más dramático. Las grandes manadas de
animales que habitaban las llanuras y praderas, tales como bisontes, alces, antílopes y
ciervos, desaparecieron o fueron reducidos a unos pocos a manos de los cazadores.
Igualmente, se exterminaron muchas aves y grandes rapaces, y otros animales como
variedades de oso pardo, puma y lobo llegaron a quedar extintos.
Los fuegos amenazaron hermosos bosques en Nueva Inglaterra y las proximidades de
los Estados de los grandes lagos y el Sur. Muchos prados quedaron asolados, y en áreas
de California la vegetación nativa fue eliminada en la mayoría de especies y
reemplazada por otras de origen europeo y asiático. Plantas nativas y especies
animales quedaron erradicadas y ocupadas su hábitat por invasores exóticos.
En contraste, grandes áreas de Europa y Asia quedaron mucho menos marcadas, como
resultado de haber persistido la orientación hacia la conservación y utilización
prudente de las tierras
Se podía predecir que los movimientos modernos de conservación tendrían sus
principios, no en las tierras del Viejo Mundo, sino en las áreas del Nuevo Mundo,
donde dentro de la memoria de una sola generación existía un extremo cambio en el
paisaje y la abundancia de la fauna. La reacción a la destrucción de los recursos
naturales en esos lugares precipitó la formación y crecimiento del movimiento de
conservación.

Obras y personajes que despertaron el interés por la conservación

Tan temprano como en 1882, George Catlin, un autor y artista estadounidense, fue el
primero en proponer la idea de parques nacionales rodeados de áreas mayores, en
que los indios y la naturaleza salvaje podían guardarse conjuntamente.
En la misma época, el botánico Guillermo Bartram y el ornitólogo John James Audubon
despertaban un interés en la fauna y su conservación. Un poco más tarde, los
escritores Ralph Waldo Emerson y Enrique David Thoreau, presentaron potentes
argumentos acerca de la importancia de la supervivencia continuada de la naturaleza
salvaje, para el bienestar psicológico de la humanidad.
Thoreau llegó a ser uno de los primeros defensores de la conservación del desierto. El
primer libro sobre conservación "hombre y naturaleza", por George Perkins, apareció
en 1860. En los mismos periodos el autor y naturalista John Muir establecido en
California fue también uno de los principales valedores de la preservación del desierto.
En 1872, el Congreso de Estados Unidos proclamó el parque nacional de Yellowstone,
región de Wyoming, estableciendo también en los primeros momentos un importante
papel al gobierno en la protección y administración de esas áreas.

Los movimientos "conservacionistas" y "preservacionistas"

En 1891 se proclamaron las primeras reservas de bosques en Estados Unidos,


precursores del sistema de bosques nacionales, en el área alrededor del parque
nacional de Yellowstone.
El movimiento de conservación que se produjo a nivel nacional le debe mucho al
Presidente Theodore Roosevelt y sus consejeros inmediatos. Gifford Pinchot fue el
primero en utilizar el término "conservación", tan común en el contexto presente.
Pinchot llegó a ser el jefe del programa de bosques nacionales, y junto con Roosevelt
defendieron la conservación pero con una utilidad adecuada "uso sabio".
Pinchot y Roosevelt entraron en conflicto con representantes de otra escuela de
pensamiento llamados preservacionistas, y representados por John Muir, acerca de la
construccion de un dique en el Cañon del Río Tuolumne en el Parque Nacional de
Yosemite, con objeto de proveer suministro de agua a San Francisco.
La filosofía de Roosevelt y Pinchot prevalecieron y se construyó el dique, pero las ideas
de Jhon Muir pervivieron con el prestigioso Sierra Club, de quien fue fundador.

El papel de los gobiernos en la conservación

La historia reciente de la conservación ha estado marcada por una gran expansión de


los papeles de los gobiernos en la protección del ambiente, y por un crecimiento del
interés público en el apoyo a esos procesos. Parques Nacionales, especializaciones en
la preservación de la naturaleza salvaje, provisión de espacios de recreo al aire libre,
así como una atención especial a las reservas y al uso de los múltiples recursos salvajes
de la Tierra, han crecido rápidamente.
En Estados Unidos la conservación de la fauna llegó a ser una causa de interés
nacional, llevando al establecimiento de un ambicioso sistema de refugios para los
animales, y de restauración gradual de las especies más salvajes, que alcanzó en
algunos casos a exceder su abundancia primitiva. De todas formas, en tierras privadas
y otras de dominio público, o bajo jurisdicción del gobierno pero que no estaban
consideradas como reservas, parques o refugios, continuó produciéndose un deterioro
continuo. En 1930 se reconocieron los desastres producidos en muchas tierras de
dominio público, donde el exterminio de fauna salvaje era un hecho incontestable. El
Gobierno de Estados Unidos decidió entonces la intervención federal para establecer
planes de conservación en tierras públicas, además de un control sobre las privadas
para el desarrollo de actividades apropiadas y respetuosas con el entorno.
Las ideas sobre la conservación se extendieron rápidamente, sobre todo en países que
habían experimentado un súbito cambio medioambiental; alrededor de 1920 ya
existían parques nacionales en todos los continentes. En 1924 la Unión Soviética
estableció el primero del que sería su sistema extensivo de reservas naturales
(Zapovedniki). La conservación de las zonas de bosque que tuvo sus orígenes en
Europa y amplia práctica en Estados Unidos, llegó igualmente a ser muy aceptado por
todas partes del mundo.
La base científica para el uso de tierras salvajes con fines de sostener producciones de
forraje para el ganado, se estableció en los bosques nacionales de Estados Unidos en
1913, y pronto se extendió a otros países. Aldo Leopold en Estados Unidos, en 1913,
escribió un libro que tuvo gran énfasis sobre la conservación y la vida animal salvaje
con propósitos recreativos, tales como la caza y pesca deportiva. Leopold realizó
estudios sobre ecología animal mucho antes que lo hiciera Charles Sutherland Elton en
Inglaterra; de hecho, el establecimiento en Europa de reservas de fauna y leyes
proteccionistas precedió al trabajo de Elton.
Después de la Segunda Guerra Mundial el campo de la conservación se extendió a
nuevos problemas planteados.

Aproximación internacional a los problemas medioambientales

En 1970 los problemas medioambientales habían llegado a ser de orden internacional;


se contaminaron seriamente los océanos y ningún país por si solo podría controlar la
situación. Los pesticidas y otras materias tóxicas se extendieron por el aire y las
corrientes de agua, causando daños irreversibles en las regiones más recónditas.
Las necesidades de una proximidad internacional a los problemas de la conservación,
descubrió que muchas naciones no estaban preparadas para cubrir la situación. La
orientación sobre conservación apuntó a recomendaciones sobre control y uso de
materiales radiactivos, metales pesados y pesticidas tóxicos. Paralelamente, se
necesitaba dar fuerza internacional a las recomendaciones sobre descargas de
petróleo en el mar. La necesidad de regular la explotación de los recursos marinos se
reconocía ampliamente, pero esa regulación se consideraba ineficaz si no se
autorizaba una autoridad internacional.
En reconocimiento a todos estos problemas se tuvieron muchas conferencias
internacionales, nuevos tratados y convenciones, y frecuentemente se declaraba la
necesidad de regular sobre el ambiente a un nivel intergubernamental. La
Organización Mundial de la Salud y la Organización Meteorológica Mundial, iniciaron
un programa global para supervisar el nivel de polución. La Organización educativa,
Científica y Cultural de Naciones Unidas (UNESCO), lanzó un programa científico
dirigido hacia los problemas del "Hombre y Biosfera", y se tuvo en Stockholm, en junio
de 1972, una Conferencia Internacional sobre problemas medioambientales. En la
siguiente conferencia de Naciones Unidas, la Asamblea General estableció un
programa para el ambiente (UNEP) con objeto de actuar en base a las
recomendaciones de la reunión de Stockholm. El UNEP inspeccionó muchos aspectos
del medio ambiente mundial y recursos naturales, y posteriormente publicó sus
estudios en numerosos informes.
En 1980, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y Recursos
Naturales, con el apoyo consolidado del UNEP, publicó una estrategia de conservación
a nivel mundial. Este documento que presentó un plan de actuación mundial para el
uso racional de los recursos, sirvió de base para muchos proyectos de conservación
nacionales. Pero muchos críticos temieron que hasta que las naciones del mundo no
recelaran de delegar su autoridad en las organizaciones internacionales, así como
apoyarlas financieramente, poco progreso podría esperarse en la solución de los
problemas globales. En tanto no existieran condiciones para unas relaciones
internacionales adecuadas en este ámbito, las distintas naciones intentaban actuar con
sus medios y dentro de sus propios límites territoriales.

COMERCIO (TRÁFICO) DE ESPECIES PROTEGIDAS

Historia del tráfico

La costumbre de mantener animales silvestres como mascotas viene desde el tiempo


de la colonización de Brasil. Cuando los portugueses incorporaron la práctica de los
indios nativos, que mantenían monos y aves tropicales como sus animales de
estimación, además de utilizar las plumas coloridas de las aves brasileñas para servir
de adorno para sombreros y vestimentas.
Durante los treinta primeros años tras el descubrimiento del nuevo mundo, las
grandes embarcaciones portuguesas que dejaban Brasil solían llevar en sus bodegas
aproximadamente tres mil pieles de Jaguar (Panthera onca) y 600 papagayos
(Amazona sp.). Esas “mercaderías”, al ser desembarcadas en Europa, estarían de
inmediato adornando vestidos y palacios en el viejo mundo. Usar sombreros
ornamentados con plumas coloridas de aves tropicales era considerado de muy buen
gusto, y casi siempre era un lujo reservado solamente a las clases más adineradas.
Aquella mirada extranjera de codicia se perpetúa hasta hoy, pero despierta más que
una mera curiosidad, ella traduce la certidumbre de que en el nuevo mundo se
encuentra la mayor reserva de biodiversidad del planeta, y que en ella están
contenidas muchas respuestas que todavía no han llegado al conocimiento humano.
Según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente - PNUMA
(Perfil del PNUMA-1992), aproximadamente cien especies desaparecen todos los días
de todo el planeta, y el comercio ilegal de animales silvestres surge como una de las
principales causas de esa tragedia.
En menos de 500 años, países como Brasil ha perdido aproximadamente un 94% de su
cobertura de selva, uno de los principales ecosistemas del País. Son cada vez más
constantes las incursiones en las selvas tropicales en búsqueda de animales para
fomentar el tráfico nacional e internacional, y mantener animales silvestres en
cautiverio, no solamente los ricos, que exhiben sus colecciones particulares de
animales silvestres como trofeos para su vanagloria, sino también los miserables, que
se adentran en las selvas en búsqueda de esos animales que, vendidos, ayudarán a
disminuir su hambre, así como los científicos extranjeros que buscan en la fauna y flora
una posibilidad de que sus laboratorios tengan alta rentabilidad con la fabricación de
nuevos medicamentos.

Los números del tráfico

El tráfico de la flora y la fauna se ha convertido en uno de los “negocios” más lucrativos


y figura en el mundo en tercer lugar tras el tráfico de drogas y armas. El de fauna
mueve alrededor de 10000 millones de dólares anuales y la flora está superando los
7000 millones, a estas cifras habría que sumarle el tráfico clandestino. Más de 26
billones de monedas anuales de beneficio; unas 700 especies a punto de extinguirse;
230.000 primates, 1,13 millones de aves vivas, casi 4 millones de reptiles vivos, 350
millones de peces tropicales, 1,1 millones de plantas..., comerciados en un solo año;
estas cifras son solamente el botón de muestra de la estadística demoledora que
resulta del comercio internacional de especies protegidas, una de las causas más
importantes de pérdida de biodiversidad en el mundo. Mientras los traficantes
prosiguen su actividad, un acuerdo internacional, el Convenio de Washington o CITES,
intenta frenar el tráfico mortal de especies de fauna y flora mundiales.

En un estudio realizado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y TRAFFIC,


organización dependiente de la anterior que se encarga del seguimiento del comercio
internacional de especies, se pone de manifiesto la importancia de la Unión Europea
(UE) en el contexto de este comercio. Datos del período 1988-1991 indican que la UE
es el primer importador mundial de pieles de reptil, importando casi 4 millones de
pieles; el segundo gran importador de primates, después de Estados Unidos, con
46.000 ejemplares; el primer importador mundial de loros, cacatúas y similares,
contabilizando casi 1 millón de ejemplares (el 39% del comercio mundial); el primer
importador de boas y pitones vivas; el segundo mayor importador mundial de félidos
vivos y el primer importador y exportador de especies de plantas.

Hay un primer dato que sería suficiente para justificar cualquier esfuerzo de
cooperación internacional dirigido a luchar contra el tráfico de animales y plantas:
unas 700 especies se encuentran en la actualidad en peligro de extinción como
consecuencia directa de la captura en sus medios naturales y la posterior
comercialización. Pero además, unas 2.300 especies animales y 24.000 plantas están
amenazadas por esta misma razón. Así, el tráfico con especies de fauna y flora se
convierte en una de las causas más importantes de pérdida de biodiversidad en el
planeta. Efectivamente, según datos del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF),
cada año pueden comprarse y venderse en todo el mundo muchos animales vivos que
son apartados de sus hábitats naturales para terminar sus vidas cautivos de un medio
que les es hostil.

Estas contundentes cifras no hacen sino traducirse finalmente en dinero, en miles de


millones de monedas de beneficios para las personas que se lucran de la tragedia de
miles de seres vivos distintos. En efecto, al analizar las principales razones por las que
se sigue manteniendo un negocio que está produciendo tanto daño a las poblaciones
silvestres de multitud de especies, nos encontramos con que este tráfico produce
pingües dividendos a unas cuantas personas que, además, han observado que se trata
de una actividad ilegal poco arriesgada y no tan perseguida como lo puede estar el
narcotráfico o el tráfico de armas, pero que es equiparable a éstos en rentabilidad.
Impunidad y rentabilidad representan un claro aliciente para muchos traficantes, lo
que está provocando que el problema aumente a pesar de los cada vez mayores
controles internacionales. En más de una ocasión se ha observado que los canales de
distribución y las personas implicadas en asuntos de tráfico de especies son los
mismos, probándose así que se trata de un complejo y grave problema de especiales
consecuencias para la naturaleza.

Algunas especies y productos derivados de la naturaleza se encuentran entre los más


cotizados económicamente. La singularidad o rareza zoológica y botánica es
directamente proporcional a su cotización en el mercado y así, cuanta más rara es una
especie, más valiosa es y, como un círculo vicioso, más se la persigue, disminuyendo
hasta límites mínimos o incluso extinguiéndose. Las dagas orientales vendidas en
Yemen cuyas empuñaduras están realizadas con cuerno de rinoceronte africano
pueden alcanzar un valor de 1,5 millones de monedas; el polvo de cuerno de
rinoceronte asiático, vendido como supuesto afrodisíaco, ha llegado a valer unos 2,6
millones de monedas por kilo; un abrigo de pantera nebulosa puede costar hasta 10
millones de monedas en Japón. Cada año se consumen en el mundo entre 600 y 900
toneladas de marfil, que se obtienen de unos 150000 colmillos de elefantes adultos. La
cotización internacional de los venenos es altísima: un gramo de veneno de Jararaca
vale US$ 433,70, y el de la Cascabel (Crotalus durissus terrificus), US$ 301,40. El
tamarino león dorado (Leontopithecus rosalia) se vende en el mercado interno por US$
250.00, y en Europa es fácilmente comercializado por US$ 20,000.00. El Milro
(Gnorimopsar chopi) se encuentra en el mercado libre del sur de Brasil por US$ 40.00,
y en los Estados Unidos por US$ 2.500,00.
Recientemente se encontró en sapos del Amazonas una sustancia 27 veces más
potente que la morfina, algo que puede cambiar todas las formas de tratamiento con
anestésicos en el mundo, eso puede significar la extinción de esa especie tal vez en un
futuro próximo.

Pero las implicaciones de este tráfico traspasan las fronteras económicas y se hacen
políticas y sociales, toda vez que, una vez más, son los países en vías de desarrollo los
grandes perdedores sacrifican su naturaleza y son los que menos beneficios
económicos reciben. Efectivamente, las diferencias entre los dos hemisferios del
planeta también se hacen notar en este campo y, así, mientras que los países en
desarrollo son los grandes abastecedores de especies de fauna y flora silvestres, los
países desarrollados son los grandes consumidores. Estados Unidos, Japón y la Unión
Europea son los principales puntos de importación, mientras que países de
Sudamérica, África y el Sureste asiático proporcionan la mayoría de especies para el
comercio internacional. Argentina, Brasil, Indonesia, Tanzania y Uruguay son los
principales países de donde proceden la mayor parte de Psitaciformes (loros,
guacamayos, cacatúas) con los que se comercia. Sólo Estados Unidos importa unos
300.000 loros al año con destino a las tiendas de animales de compañía. Igualmente,
Indonesia y Argentina son los principales proveedores de pieles de reptil, siendo
Estados Unidos, Japón, España y Francia los primeros importadores.

Pero el tráfico de especies significa algo más que esta mirada de datos. Expertos del
WWF estiman que de todos los animales vivos que recorren el mundo de contrabando,
entre el 60 y 80 por ciento mueren durante la captura, transporte y comercialización
posterior. Esta es la razón por la que el tráfico con especies vivas significa una
esquilmación notable para muchas poblaciones animales, cuya disminución provoca
efectos directos sobre otras especies, al desestabilizar la cadena alimentaria y causa la
multiplicación de plagas de insectos, al terminar con sus predadores. En Asia, por
ejemplo, la sobreexplotación de las ranas toro, que se alimentan de mosquitos
portadores de malaria, ha provocado la expansión de la enfermedad. Pero además, la
explotación no controlada de especies de fauna y flora tiene también efectos negativos
sobre la economía de los países en vías de desarrollo, cuyas poblaciones locales
pueden depender de la venta de productos derivados de animales y plantas para
sobrevivir.

Algunas cifras del mercado negro de especies:

Primates: Más de 50 millones de primates son capturados actualmente y utilizados en


laboratorios de investigación (los menos) o como animales de compañía.

Reptiles: 10 millones de pieles de reptil se destinan a la confección de bolsos zapatos u


otros productos de lujo. Parte de los reptiles van a parar a los terrarios como exóticos
animales de compañía.

Aves: 5 millones de aves son capturadas con destino a los salones de las casas de
países desarrollados, restaurantes de lujo y coleccionistas privados.

Felinos: Unos 15 millones de pieles de mamíferos engrosan cada año lujosas peleterías
de EEUU, Europa y Japón.

Ranas: Cerca de 250 millones de ranas (sobre todo, ranas toro) son capturadas en sus
hábitats naturales con destino a restaurantes.

Peces: Entre 350 y 600 millones de peces son capturados para abastecer acuarios y
peceras de todo el mundo.

Cactus: 8 millones de cactus son recogidos clandestinamente su destino son las casas
de los países occidentales.

Orquídeas: Casi 9 millones de orquídeas y flores de bosques tropicales son


recolectados con destino a países occidentales.

Coral: Más de 2 toneladas de coral se convierten anualmente en ornamentos y objetos


decorativos.
Tipos de tráfico (Comercio)

En la zona Neártica, el tráfico de la fauna silvestre posee características peculiares con


relación a las especies traficadas y al destino que tienen al llegar a los mercados
internacionales. Esas modalidades pueden dividirse en tres objetivos diferentes:
animales para coleccionadores particulares y zoológicos; animales para fines científicos
y animales para comercialización internacional en tiendas de mascotas.

 Animales para colecciones particulares y zoológicos.- Es tal vez el más cruel de


los tipos de tráfico de la vida salvaje, dado que tiene como prioridad las
especies más amenazadas de extinción. Mientras más raro sea el animal, más
grande es su valor de mercado. Los principales coleccionadores particulares de
la fauna silvestre se encuentran en Europa, en los países como Holanda,
Bélgica, Austria, Suiza, Francia, Alemania, Italia, Reino Unido y España; en Asia,
en los países como Singapur, Hong Kong, Japón y Filipinas; y en Norte América,
Estados Unidos y Canadá.

 Animales para fines científicos.- En este grupo se encuentran las especies que
suministran la química base para la investigación y producción de
medicamentos. Es un grupo que, debido a la intensa incursión de
investigadores ilegales en búsqueda de nuevas especies, aumenta cada día.

 Animales para tiendas de mascotas.-Es la modalidad que más incentiva el


tráfico de animales silvestres. Debido a la gran demanda, muchas especies de la
fauna neártica están incluidas en esa categoría. Los precios practicados
dependen de la especie y de la cantidad encargada.

Rutas de comercio (Tráfico) de especies.

Son muchas las rutas y métodos de transporte utilizados para canalizar todo este
volumen de comercio de especies. Por tierra, mar y aire, llegan singulares
"mercancías" a los países de destino utilizando casi siempre los mismos intermediarios.
Hasta 1989, año en el que se prohibió el comercio de marfil a nivel internacional, la
mayoría del marfil procedente de diversos países africanos pasaba por Burundi con
destino a los Emiratos Arabes Unidos, uno de los centros más importantes del mundo
en comercio ilegal de especies y productos derivados. Taiwan ofrece una ruta de paso
para los colmillos de elefante de contrabando y para los cuernos de rinoceronte de
África, así como para loros y pieles de reptil procedente de Iberoamérica. Bolivia,
Guayana francesa y Paraguay actúan de intermediarios en el movimiento ilegal de las
aves exóticas con destino a Estados Unidos. Por último, hay que destacar el importante
papel de España en este contexto que, debido a su estratégica situación geográfica, se
utiliza como punto de paso de multitud de especies y productos derivados para su
posterior reexportación a otros países europeos.
Las 10 especies más amenazadas

Algunas de las especies podrían desaparecer en las primeras décadas del siglo XXI a
pesar de que su uso comercial está totalmente prohibido:

 Tigre de Siberia: cazado por su piel, quedan unos 200 ejemplares


 Nutria gigante: capturada por su piel. Ha desaparecido en Uruguay u
quedan pocos centenares en Argentina
 Cocodrilo del Nilo: Capturado por su piel
 Águila imperial ibérica: quedan unas 150 parejas en libertad
 Tortuga marina: perseguida por coleccionistas y en la carta de algunos
restaurantes
 Gorila de montaña: destinado a zoológicos, coleccionistas e institutos
de antropología. Quedan unos 600 ejemplares en las montañas
húmedas del continente africano
 Guacamayo escarlata. Importados en grandes cantidades por los EEUU
 Rinoceronte negro africano: quedan unos 2000 ejemplares. En los años
70 quedaban 65000 ejemplares
 Panda gigante: En zoológicos y como piel. Quedan unos 1000
ejemplares en todo el mundo.
 Lobo marsupial: podría haber desaparecido ya. El último ejemplar fue
avistado en la década de los 80.

EL TRAFICO (COMERCIO) DE ESPECIES PROTEGIDOS EN EL PERU

Se trata de una de las 5 actividades del crimen organizado que recauda más dinero en
el mundo. El tráfico ilegal de animales silvestres no solo tiene un impacto en la
biodiversidad, sino que también involucra la evasión de impuestos y aspectos de salud
pública.

En el Perú, por su variada geografía y la gran diversidad de especies que alberga,


controlar el tráfico de fauna silvestre es todo un reto para las autoridades. Sin
embargo, un estudio Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) determinó
que el 80% del comercio ilegal de especies se da en los mercados.

Jessica Gálvez Durand, directora de Gestión Sostenible del Patrimonio de Fauna


Silvestre del Serfor, refirió que los mercados de Lima, Tumbes, Loreto y Ucayali son los
principales puntos de venta, donde se comercializa fauna silvestre para distintos usos,
ya sea como mascotas, como subproductos para brujería y medicina folclórica, como
ornamentos o para el consumo directo de su carne.
En el Perú, 15 regiones son puntos de extracción de especies para este delito: Piura,
Tumbes, Lambayeque, Cajamarca, Amazonas, Loreto y San Martín, Ica (Paracas),
Ucayali (Pucallpa), Huánuco (Tingo María), Junín (La Merced), Ayacucho, Arequipa,
Puno y Tacna.

A esto se suma que más del 80% del tráfico visible se concentra en los mercados de
Lima, Tumbes, Loreto y Ucayali.

Las especies más afectadas

De acuerdo al Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR), en aves, las


especies más traficadas son:

 Los pihuicho de ala amarilla


 Botón de oro y una diversa variedad de loros y guacamayos.

En anfibios figura:

 la rana del Tititcaca y otras especies usadas para jugos y extractos.

En reptiles son:

 Las boas
 Las iguanas
 Los lagartos
 Las tortugas como taricaya y motelo.

Y en mamíferos son:

 El mono ardilla
 El mono titi
 El mono machín negro principalmente.

Las rutas del tráfico en el Perú

Las autoridades han identificado tres rutas:

 En la zona nororiental tiene como eje principal la ciudad de Iquitos y como


nexo Yurimaguas, desde donde se tiene acceso al eje vial que va hacia la costa
peruana.
 La segunda ruta es por el centro: en Pucallpa llegan animales de Loreto y
Ucayali a través de la vía fluvial, para luego acceder a las carreteras que
conectan con la costa.
 Y por el sur, Puerto Maldonado concentra la fauna silvestre amazónica y
permite entrelazarse con Cusco y la costa peruana a través de la Carretera
Interoceánica Sur.
Las principales rutas de tráfico ilegal se concentran en Lima y el norte del país, y los
destinos son Holanda, Bélgica, Austria, Suiza, Francia, Alemania, Italia, Reino Unido y
España; así como Singapur, Hong Kong, Japón, Filipinas, Estados Unidos y Canadá.

Esfuerzos dirigidos a la conservación de las especies

Se han efectuado algunos esfuerzos privados y gubernamentales dirigidos a salvar


especies en vía de extinción. Una propuesta inmediata es la protección de especies a
través de la legislación. Además, son importantes los esfuerzos que se realizan a través
de los convenios internacionales, de las publicaciones de `listas rojas' o catálogos de
las especies amenazadas, de diferentes proyectos como ARTEMIS (creación de un
banco de semillas para plantas en peligro), ZEPAS (Zonas de Especial Protección para
las Aves); así como los acuerdos que se obtienen en los diferentes congresos y
cumbres, tanto a nivel internacional como nacional.

Los esfuerzos dirigidos a la conservación de especies también incluyen la repoblación


de la naturaleza con animales en edad de procrear, bien para restablecer su número
(como en el caso del halcón peregrino) o para aumentar la población natural (como en
el caso de la grulla cantora). Gracias a la reproducción en cautividad, por ejemplo, el
número de ejemplares de cóndor de California se ha elevado de 27 en 1987 a unos 52
en 1992. Otro proyecto implica la determinación de los hábitats críticos que se deben
conservar para las especies amenazadas. Su protección puede llevarse a cabo
mediante el establecimiento de reservas, aunque su valor está limitado por el efecto
isla. Las objeciones planteadas por algunos grupos con intereses particulares hacen
que la conservación de zonas para las especies amenazadas sea también difícil.

Los esfuerzos internacionales se concretan en el Convenio sobre Comercio


Internacional de Especies Amenazadas de la Flora y Fauna Salvaje, ratificado por 51
países. Su propósito es reducir la explotación de éstas mediante la regulación y
restricción de su comercio. Sin embargo, en algunos países la eficacia de estas leyes
depende de la aplicación y apoyo que reciben de la población y de los tribunales.
Debido a que su aplicación no es totalmente estricta, a la negligencia de algunos
segmentos de la sociedad que consienten el comercio con especies amenazadas, y a
que las actividades de cazadores furtivos y traficantes sin escrúpulos facilitan este
comercio, el futuro de muchas especies, a pesar de su protección legal, es incierto.

LEGISLACION EXTERNA

El tráfico de especies protegidas no deja de ser algo conocido a pesar de moverse en


mercados ocultos. Afortunadamente se dan una serie de cambios en el pensamiento
de la sociedad que arrojan esperanza a la actual situación. Esta serie de cambios no
son más que los diferentes motivos que han llevado a las autoridades a crear un marco
legal por el cual la fauna y flora silvestre quedan protegidos ante este tipo de mercado.
De un tiempo a esta parte se ha ido dando una concienciación social mediante la cual
se reconoce el creciente valor de la flora y la fauna silvestre, constituyendo éstas
elementos irremplazables. Se fortalece este reconocimiento mediante el tan famoso
concepto de “desarrollo sostenible”, ya que se afirma el deber de conservarlas y
administrarlas para que las generaciones futuras puedan gozar de ellas. Este deber
está dirigido a los Estados, que asumen la responsabilidad de proteger la flora y la
fauna silvestres.

ORGANISMOS INTERNACIONALES

Todos estos cambios e ideas han calado de tal manera en la sociedad que, como
hemos indicado anteriormente, que dieron lugar al marco legal actual de protección
de la vida silvestre. Este marco legal queda representado por tres actos
principalmente:

 Conferencia de las Naciones Unidas sobre el medio ambiente humano.


(Estocolmo, 1972).

 Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna


y Flora Silvestres. CITES. (Washington, 1973).

 Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales


Silvestres. CMS. (Bonn, 1980).

1.- Conferencia de las Naciones Unidas sobre el medio ambiente humano.


(Estocolmo, 1972).

La Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Humano (también conocida


como Conferencia de Estocolmo) fue una conferencia internacional convocada por
la Organización de Naciones Unidas celebrada en Estocolmo, Suecia entre el 5 y el 16
de junio de 1972. Fue la primera gran conferencia de la ONU sobre
cuestiones ambientales internacionales, y marcó un punto de inflexión en el desarrollo
de la política internacional del medio ambiente

La conferencia fue abierta y dirigida por el primer ministro sueco, Olof


Palme y secretario general Kurt Waldheim para discutir el estado del medio ambiente
mundial. Con la asistencia de los representantes de 113 países, 19 organismos
intergubernamentales, y más de 400 organizaciones intergubernamentales y no
gubernamentales, es ampliamente reconocido como el comienzo de la conciencia
moderna política y pública de los problemas ambientales globales.

En la reunión se acordó una Declaración que contiene 26 principios sobre el medio


ambiente y el desarrollo, un plan de acción con 109 recomendaciones, y una
resolución.
Declaración de Estocolmo de la Conferencia de las Naciones Unidas Sobre el Medio
Humano, reunida en Estocolmo del 5 al 16 de junio de 1972 y, atenta a la necesidad de
un criterio y unos principios comunes que ofrezcan a los pueblos del mundo
inspiración y guía para preservar y mejorar el medio humano.

PROCLAMA QUE:

1. El hombre es a la vez obra y artífice del medio que lo rodea, el cual le da el


sustento material y le brinda la oportunidad de desarrollarse intelectual, moral,
social y espiritualmente. En la larga y tortuosa evolución de la raza humana en
este planeta se ha llegado a una etapa en que, gracias a la rápida aceleración
de la ciencia y la tecnología, el hombre ha adquirido el poder de transformar,
de innumerables maneras y en una escala sin precedentes, cuando lo rodea.
Los dos aspectos del medio humano, el natural y el artificial, son esenciales
para el bienestar del hombre y para el goce de los derechos humanos
fundamentales, incluso el derecho a la vida misma.

2. La protección y mejoramiento del medio humano es una cuestión fundamental


que afecta al bienestar de los pueblos y al desarrollo económico del mundo
entero, un deseo urgente de los pueblos de todo el mundo y un deber de todos
los gobiernos.

3. El hombre debe hacer constantemente recapitulación de su experiencia y


continuar descubriendo, inventando, creando y progresando. Hoy en día, la
capacidad del hombre de transformar lo que lo rodea, utilizada con
discernimiento, puede llevar a todos los pueblos los beneficios del desarrollo y
ofrecerles la oportunidad de ennoblecer su existencia. Aplicado errónea o
imprudentemente, el mismo poder puede causar daños incalculables al ser
humano y a su medio. A nuestro alrededor vemos multiplicarse las pruebas de
daño causado por el hombre en muchas regiones de la tierra: niveles peligrosos
de contaminación del agua, el aire, la tierra y los seres vivos, grandes trastornos
del equilibrio ecológico de la biosfera; destrucción y agotamiento de recursos
insustituibles y graves deficiencias, nocivas para la salud física, mental y social
del hombre, en el medio por él creado, especialmente en aquel en que vive y
trabaja.

4. En los países en desarrollo, la mayoría de los problemas ambientales están


motivados por el subdesarrollo. Millones de personas siguen viviendo muy por
debajo de los niveles mínimos necesarios para una existencia humana
decorosa, privadas de alimentación y vestido, de vivienda y educación, de
sanidad e higiene adecuadas. Por ello, los países en desarrollo deben dirigir sus
esfuerzos hacia el desarrollo, teniendo presentes sus prioridades y la necesidad
de salvaguardar y mejorar el medio. Con el mismo fin, los países
industrializados deben esforzarse por reducir la distancia que los separa de los
países en desarrollo. En los países industrializados, los problemas ambientales
están generalmente relacionados con la industrialización y el desarrollo
tecnológico.

5. El crecimiento natural de la población plantea continuamente problemas


relativos a la preservación del medio, y se deben adoptar normas y medidas
apropiadas, según proceda, para hacer frente a esos problemas. De cuanto
existe en el mundo, los seres humanos son lo más valioso. Ellos son quienes
promueven el progreso social, crean riqueza social, desarrollan la ciencia y la
tecnología y, con su duro trabajo, transforman continuamente el medio
humano. Con el progreso social y los adelantos de la producción, la ciencia y la
tecnología, la capacidad del hombre para mejorar el medio se acrece cada día
que pasa.

6. Hemos llegado a un momento de la historia en que debemos orientar nuestros


actos en todo el mundo atendiendo con mayor cuidado a las consecuencias que
puedan tener para el medio. Por ignorancia o indiferencia podemos causar
daños inmensos e irreparables al medio terráqueo del que dependen nuestra
vida y nuestro bienestar. Por el contrario, con un conocimiento más profundo y
una acción más prudente, podemos conseguir para nosotros y para nuestra
posteridad unas condiciones de vida mejores en un medio más en consonancia
con las necesidades y aspiraciones del hombre. Las perspectivas de elevar la
calidad del medio y de crear una vida satisfactoria son grandes. Lo que se
necesita es entusiasmo, pero a la vez, serenidad de ánimo; trabajo afanoso,
pero sistemático. Para llegar a la plenitud de su libertad dentro de la
naturaleza, el hombre debe aplicar sus conocimientos a forjar, en armonía con
ella, un medio mejor. La defensa y el mejoramiento del medio humano para las
generaciones presentes y futuras se ha convertido en meta imperiosa de la
humanidad, que ha de perseguirse al mismo tiempo que las metas
fundamentales ya establecidas de la paz y el desarrollo económico y social en
todo el mundo, y de conformidad con ellas.

7. Para llegar a esa meta será menester que ciudadanos y comunidades, empresas
e instituciones, en todos los planos, acepten las responsabilidades que les
incumben y que todos ellos participen equitativamente en la labor común.
Hombres de toda condición y organizaciones de diferente índole plasmarán,
con la aportación de sus propios valores y la suma de sus actividades, el medio
ambiente del futuro. Corresponderá a las administraciones locales y nacionales,
dentro de sus respectivas jurisdicciones, la mayor parte de la carga en cuanto al
establecimiento de normas y la aplicación de medidas en gran escala sobre el
medio. También se requiere la cooperación internacional con objeto de allegar
recursos que ayuden a los países en desarrollo a cumplir su cometido en esta
esfera. Hay un número cada vez mayor de problemas relativos al medio que,
por ser de alcance regional o mundial o por repercutir en el ámbito
internacional común, requerirán una amplia colaboración entre las naciones y
la adopción de medidas por las organizaciones internacionales en interés de
todos. La conferencia encarece a los gobiernos y a los pueblos que aúnen sus
esfuerzos para preservar y mejorar el medio humano en beneficio del hombre y
de su posteridad.

DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS Expresa la convicción común de que:

Principio I. El hombre tiene el derecho fundamental a la libertad, la igualdad y el


disfrute de condiciones de vida adecuadas en un medio de calidad tal que le permita
llevar una vida digna y gozar de bienestar y, tiene la solemne obligación de proteger y
mejorar el medio para las generaciones presentes y futuras. A este respecto, las
políticas que promueven o perpetúan el apartheid, la segregación racial, la
discriminación, la opresión colonial y otras formas de opresión y de dominación
extranjera quedan condenadas y deben eliminarse.

Principio 2. Los recursos naturales de la tierra, incluidos el aire, el agua, la tierra, la


flora y la fauna y especialmente muestras representativas de los ecosistemas
naturales, deben preservarse en beneficio de las generaciones presentes y futuras
mediante cuidadosa planificación u ordenación, según convenga.

Principio 3. Debe mantenerse y, siempre que sea posible, restaurarse o mejorarse la


capacidad de la tierra para producir recursos vitales renovables.

Principio 4. El hombre tiene la responsabilidad especial de preservar y administrar


juiciosamente el patrimonio de la flora y fauna silvestres y su hábitat, que se
encuentran actualmente en grave peligro por una combinación de factores adversos.
En consecuencia, al planificar el desarrollo económico debe atribuirse importancia a la
conservación de la naturaleza, incluidas la flora y fauna silvestres.

Principio 5. Los recursos no renovables de la tierra deben emplearse de forma que se


evite el peligro de su futuro agotamiento y se asegure que toda la humanidad
comparte los beneficios de tal empleo.

Principio 6. Debe ponerse fin a la descarga de sustancias tóxicas o de otras materias y


a la liberación de calor, en cantidades o concentraciones tales que el medio no pueda
neutralizarlas, para que no se causen daños graves o irreparables a los ecosistemas.
Debe apoyarse la justa lucha de los pueblos de todos los países contra la
contaminación.
Principio 7. Los estados deberán tomar todas las medidas posibles para impedir la
contaminación de los mares por sustancias que puedan poner en peligro la salud del
hombre, dañar los recursos vivos y la vida marina, menoscabar las posibilidades del
esparcimiento o entorpecer otras utilizaciones legítimas del mar.

Principio 8. El desarrollo económico y social es indispensable para asegurar al hombre


un ambiente de vida y trabajo favorable y crear en la tierra las condiciones necesarias
para mejorar la calidad de la vida.

Principio 9. Las deficiencias del medio originadas por las condiciones del subdesarrollo
y los desastres naturales plantean graves problemas y, la mejor manera de subsanarlas
es el desarrollo acelerado mediante la transferencia de cantidades considerables de
asistencia financiera y tecnológica que complemente los esfuerzos internos de los
países en desarrollo y la ayuda oportuna que pueda requerirse.

Principio 10. Para los países en desarrollo, la estabilidad de precios y la obtención de


ingresos adecuados de los productos básicos y las materias primas son elementos
esenciales para la ordenación del medio, ya que han de tenerse en cuenta tanto los
factores económicos como los procesos ecológicos.

Principio 11. Las políticas ambientales de todos los estados deberían estar
encaminadas a aumentar el potencial de crecimiento actual ó futuro de los países en
desarrollo y no deberían menoscabar ese potencial ni obstaculizar el logro de mejores
condiciones de vida para todos y, los estados y las organizaciones internacionales
deberían tomar las disposiciones pertinentes con miras a llegar al acuerdo para hacer
frente a las consecuencias económicas que pudieran resultar, en los planos nacional e
internacional, de la aplicación de medidas ambientales.

Principio 12. Deberían destinarse recursos a la conservación y mejoramiento del


medio, teniendo en cuenta las circunstancias y las necesidades especiales de los países
en desarrollo y cualesquiera gastos que pueda originar a estos países la inclusión de
medidas para la conservación del medio en sus planes de desarrollo, así como la
necesidad de prestarles, cuando lo soliciten, más asistencia financiera internacional
con ese fin.

Principio 13. A fin de lograr una más racional ordenación de los recursos y mejorar así
las condiciones ambientales, los estados deberían adoptar un enfoque integrado y
coordinado de la planificación de su desarrollo de modo que quede asegurada la
compatibilidad del desarrollo con la necesidad de proteger y mejorar el medio humano
en beneficio de su población.

Principio 14. La planificación racional constituye un instrumento indispensable para


conciliar las diferencias que puedan surgir entre las exigencias del desarrollo y la
necesidad de proteger y mejorar el medio.
Principio 15. Debe aplicarse la planificación a los asentamientos humanos y a la
urbanización con miras a evitar repercusiones perjudiciales sobre el medio y a obtener
los máximos beneficios sociales económicos y ambientales para todos. A este respecto
deben abandonarse los proyectos destinados a la dominación colonialista y racista.

Principio 16. En las regiones en que exista el riesgo de que la tasa de crecimiento
demográfico o las concentraciones excesivas de población perjudiquen al medio o al
desarrollo, o en que la baja densidad de población pueda impedir el mejoramiento del
medio humano y obstaculizar el desarrollo, deberían aplicarse políticas demográficas
que respetasen los derechos humanos fundamentales y contasen con la aprobación de
los gobiernos interesados.

Principio 17. Debe confiarse a las instituciones nacionales competentes la tarea de


planificar, administrar o controlar la utilización de los recursos ambientales de los
estados con miras a mejorar la calidad del medio.

Principio 18. Como parte de su contribución al desarrollo económico y social se deben


utilizar la ciencia y la tecnología para descubrir, evitar y combatir los riesgos que
amenazan al medio, para solucionar los problemas ambientales y para el bien común
de la humanidad.

Principio 19. Es indispensable una labor de educación en cuestiones ambientales,


dirigida tanto a las generaciones jóvenes como a los adultos y que preste la debida
atención al sector de población menos privilegiado, para ensanchar las bases de una
opinión pública bien informada y de una conducta de los individuos, de las empresas y
de las colectividades inspirada en el sentido de su responsabilidad en cuanto a la
protección y mejoramiento del medio en toda su dimensión humana. Es también
esencial que los medios de comunicación de masas eviten contribuir al deterioro del
medio humano y difundan, por el contrario, información de carácter educativo sobre la
necesidad de protegerlo y mejorarlo, a fin de que el hombre pueda desarrollarse en
todos los aspectos.

Principio 20. Se deben fomentar en todos los países, especialmente en los países en
desarrollo, la investigación y el desenvolvimiento científicos referentes a los problemas
ambientales, tanto nacionales como multinacionales. A este respecto, el libre
intercambio de información científica actualizada y de experiencia sobre la
transferencia debe ser objeto de apoyo y asistencia, a fin de facilitar la solución de los
problemas ambientales; las tecnologías ambientales deben ponerse a disposición de
los países en desarrollo en condiciones que favorezcan su amplia difusión sin que
constituyan una carga económica excesiva para esos países.

Principio 21. De conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y con los principios
del derecho internacional, los estados tienen el derecho soberano de explotar sus
propios recursos en aplicación de su propia política ambiental y la obligación de
asegurar que las actividades que se lleven a cabo dentro de su jurisdicción o bajo su
control no perjudiquen al medio de otros estados o de zonas situadas fuera de toda
jurisdicción nacional.

Principio 22. Los estados deben cooperar para continuar desarrollando el derecho
internacional en lo que se refiere a la responsabilidad y a la indemnización a las
víctimas de la contaminación y otros daños ambientales que las actividades realizadas
dentro de la jurisdicción o bajo el control de tales estados causen a zonas situadas
fuera de su jurisdicción.

Principio 23. Sin perjuicio de los criterios que puedan acordarse por la comunidad
internacional y de las normas que deberán ser definidas a nivel nacional, en todos los
casos será indispensable considerar los sistemas de valores prevalecientes en cada país
y la aplicabilidad de unas normas que, si bien son válidas para los países más
avanzados, pueden ser inadecuados y de alto costo social para los países en desarrollo.

Principio 24. Todos los países, grandes o pequeños, deben ocuparse, con espíritu de
cooperación y de pie de igualdad, en las cuestiones internacionales relativas a la
protección y mejoramiento del medio. Es indispensable cooperar, mediante acuerdos
multilaterales o bilaterales o por otros medios apropiados, para controlar, evitar,
reducir y eliminar eficazmente los efectos perjudiciales que las actividades que se
realicen en cualquier esfera puedan tener para el medio, teniendo en cuenta
debidamente la soberanía y los intereses de todos los estados.

Principio 25. Los estados se asegurarán de que las organizaciones internacionales


realicen una labor coordinada, eficaz y dinámica en la conservación y mejoramiento
del medio.

Principio 26. Es preciso librar al hombre y a su medio de los efectos de las armas
nucleares y de todos los demás medios de destrucción en masa. Los estados deben
esforzarse por llegar pronto a un acuerdo, en los órganos internacionales pertinentes,
sobre la eliminación y destrucción completa de tales armas.

2.- Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y


Flora Silvestres. CITES. (Washington, 1973).

La CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de


Fauna y Flora Silvestres) es un acuerdo internacional concertado entre los gobiernos.
Tiene por finalidad velar por que el comercio internacional de especímenes de
animales y plantas silvestres no constituye una amenaza para su supervivencia.

La CITES se redactó como resultado de una resolución aprobada en una reunión de los
miembros de la UICN (Unión Mundial para la Naturaleza), celebrada en 1963. El texto
de la Convención fue finalmente acordado en una reunión de representantes de 80
países celebrado en Washington DC., Estados Unidos de América, el 3 de marzo de
1973, y entró en vigor el 1 de julio de 1975. El texto original de la Convención fue
depositado en poder del Gobierno Depositario
en chino, español, francés, inglés y ruso, cada versión siendo igualmente auténtica.

La CITES es un acuerdo internacional al que los Estados y organizaciones de integración


económica regional se adhieren voluntariamente. Los Estados que se han adherido a la
Convención se conocen como Partes. Aunque la CITES es jurídicamente vinculante para
las Partes -en otras palabras, tienen que aplicar la Convención- no por ello suplanta a
las legislaciones nacionales. Bien al contrario, ofrece un marco que ha de ser respetado
por cada una de las Partes, las cuales han de promulgar su propia legislación nacional
para garantizar que la CITES se aplica a escala nacional.

Durante años la CITES ha sido uno de los acuerdos ambientales que ha contado con el
mayor número de miembros, que se eleva ahora a 183 Partes.

¿Cómo funciona la CITES?

La CITES somete el comercio internacional de especímenes de determinadas especies a


ciertos controles. Toda importación, exportación, reexportación o introducción
procedente del mar de especies amparadas por la Convención debe autorizarse
mediante un sistema de concesión de licencias.

Cada Parte en la Convención debe designar una o más Autoridades Administrativas


que se encargan de administrar el sistema de concesión de licencias y una o más
Autoridades Científicas para prestar asesoramiento acerca de los efectos del comercio
sobre la situación de las especies.

Las especies amparadas por la CITES están incluidas en tres Apéndices, según el grado
de protección que necesiten. (Para mayor información sobre el número y el tipo de
especies amparadas por la Convención pulse aquí.)

Apéndices I y II

En el Apéndice I se incluyen todas las especies en peligro de extinción. El comercio en


especímenes de esas especies se autoriza solamente bajo circunstancias
excepcionales.

En el Apéndice II se incluyen especies que no se encuentran necesariamente en peligro


de extinción, pero cuyo comercio debe controlarse a fin de evitar una utilización
incompatible con su supervivencia.

La Conferencia de las Partes (CoP), que es el órgano supremo de adopción de


decisiones de la Convención y está integrada por todos sus Partes, ha aprobado la
Resolución Conf. 9.24, en la que se enuncian una serie de criterios biológicos y
comerciales para ayudar a determinar si una especie debería incluirse en el Apéndice I
o II. En cada reunión ordinaria de la CoP, las Partes presentan propuestas basadas en
esos criterios para enmendar estos dos Apéndices. Estas propuestas de enmienda se
examinan y se someten a votación. Asimismo, la Convención prevé lo necesario para
adoptar enmiendas mediante el procedimiento de votación por correspondencia entre
reuniones ordinarias de la CoP, pese a que apenas se recurre a este procedimiento.

Apéndice III

En este Apéndice se incluyen especies que están protegidas al menos en un país, el


cual ha solicitado la asistencia de otras Partes en la CITES para controlar su comercio.
Los cambios en el Apéndice III se efectúan de forma diferente que los cambios a los
Apéndices I y II, ya que cada Parte tiene derecho a adoptar enmiendas unilaterales al
mismo.

Sólo podrá importarse o exportarse (o reexportarse) un espécimen de una especie


incluida en los Apéndices de la CITES si se ha obtenido el documento apropiado y se ha
presentado al despacho de aduanas en un puerto de entrada o salida. Aunque los
requisitos pueden variar de un país a otro y es aconsejable consultar las legislaciones
nacionales que pueden ser más estrictas, a continuación se exponen las condiciones
básicas que se aplican a los Apéndices I y II.

Especímenes de especies incluidas en el Apéndice I

1. Se requiere un permiso de importación expedido por la Autoridad


Administrativa del Estado de importación. Este permiso sólo se expedirá si el
espécimen no será utilizado con fines primordialmente comerciales y si la
importación no será perjudicial para la supervivencia de la especie. En el caso
de especímenes vivos de animales o plantas, la Autoridad Científica debe haber
verificado que quien se propone recibirlo podrá albergarlo y cuidarlo
adecuadamente.

2. Se requiere un permiso de exportación o un certificado de reexportación


expedido por la Autoridad Administrativa del Estado de exportación o
reexportación.

Sólo podrá expedirse un permiso de exportación si el espécimen fue legalmente


obtenido; el comercio no será perjudicial para la supervivencia de la especie; y se ha
expedido previamente un permiso de importación.

Sólo podrá expedirse un certificado de reexportación si el espécimen fue importado


con arreglo a lo dispuesto en la Convención y, en el caso de especímenes vivos de
animales o plantas, si un permiso de importación ha sido previamente expedido.
En el caso de especímenes vivos de animales o plantas, deben ser acondicionados y
transportados de manera que se reduzca al mínimo el riesgo de heridas, deterioro en
su salud o maltrato.

Especímenes de especies incluidas en el Apéndice II

1. Se requiere un permiso de exportación o un certificado de reexportación


expedido por la Autoridad Administrativa del Estado de exportación o
reexportación. Sólo podrá expedirse un permiso de exportación si el espécimen
fue legalmente obtenido y si la exportación no será perjudicial para la
supervivencia de la especie. Sólo podrá expedirse un certificado de
reexportación si el espécimen fue importado con arreglo a lo dispuesto en la
Convención.

2. En el caso de especímenes vivos de animales o plantas, deben ser


acondicionados y transportados de manera que se reduzca al mínimo el riesgo
de heridas, deterioro en su salud o maltrato.

3. No se requiere un permiso de importación, excepto si así se especifica en la


legislación nacional.

En el caso de especímenes introducidos procedentes del mar, la Autoridad


Administrativa del Estado de introducción debe expedir un certificado para las
especies incluidas en los Apéndices I o II. Para mayor información, véase el texto de la
Convención, Artículo III, párrafo 5 y Artículo IV, párrafo 6.

Especímenes de especies incluidas en el Apéndice III

1. En el caso de comercio con un Estado que haya incluido una especie en el


Apéndice III, se requiere un permiso de exportación expedido por la Autoridad
Administrativa de dicho Estado. Sólo se expedirá el permiso si el espécimen se
obtuvo legalmente y, en el caso de especímenes vivos de animales o plantas, si
se acondicionan y transportan de manera que se reduzca al mínimo el riesgo de
heridas, deterioro en su salud o maltrato.

2. En el caso de exportación de cualquier otro Estado, se requiere un certificado


de origen expedido por la Autoridad Administrativa.

3. En el caso de reexportación, se requiere un certificado de reexportación


expedido por el Estado de reexportación.

En su Artículo VII, la Convención autoriza a las Partes a hacer ciertas exenciones a los
principios generales precitados, concretamente en los casos siguientes:

 Para especímenes en tránsito o transbordo


 Para especímenes adquiridos antes de la fecha en que se les aplicasen las
disposiciones de la Convención.

 Para especímenes que son artículos personales o bienes del hogar.

 Para animales criados en cautividad.

 Para plantas reproducidas artificialmente.

 Para especímenes destinados a la investigación científica

 Para animales o plantas que forman parte de colecciones o exhibiciones


itinerantes, como los circos

En estos casos se aplican reglas especiales y, en general, se requiere un permiso o


certificado. Toda persona que tenga la intención de importar o exportar/reexportar
especímenes de una especie incluida en la CITES debe ponerse en contacto con las
Autoridades Administrativas nacionales CITES de los países de importación y
exportación/reexportación para recabar información sobre las reglas que se aplican.

Cuando un espécimen de una especie incluida en los Apéndices de la CITES se


transfiere entre un país Parte en la CITES y un país que no es Parte, el Estado Parte
puede aceptar documentación equivalente a los permisos y certificados precitados.

Países miembros

Cuando el gobierno de un Estado o una organización de integración económica


regional decide comprometerse a acatar las disposiciones de la CITES, puede
"adherirse" a la Convención notificando oficialmente el hecho por escrito al Gobierno
Depositario, a saber, el Gobierno de Suiza. Una vez que el Gobierno Depositario ha
recibido la precitada declaración, por conducto diplomático, la Convención entra en
vigor para el Estado concernido 90 días después.

Un Estado o una organización de integración económica regional para el o la que la


Convención ha entrado en vigor se denomina Parte en la CITES. Actualmente hay 183
Partes.

Un Estado o una organización de integración económica regional que es Parte en la


CITES puede retirarse de la Convención en cualquier momento mediante un proceso
de denuncia. Esto ha sucedido solamente una vez en la historia de la Convención,
cuando los Emiratos Árabes Unidos se adhirieron a la Convención el 21 de noviembre
de 1974 y se retiraron de ella el 27 de enero de 1988. No obstante, los Emiratos Árabes
Unidos se convirtieron nuevamente en miembro en la CITES el 9 de mayo de 1990.

El proceso de formular una declaración de comprometerse a acatar las disposiciones


de la CITES se denomina "ratificación", "aceptación", "aprobación" o "adhesión". La
ratificación, la aceptación y la aprobación son medidas jurídicas equivalentes, pero se
aplican únicamente a aquellos Estados que firmaron la Convención cuando fue
presentada a la firma, entre el 3 de marzo de 1973 (cuando fue concluida) y el 31 de
diciembre de 1974. (La aceptación y la aprobación son medidas tomadas por ciertos
Estados a escala nacional, cuando el derecho constitucional no exige que un tratado
sea "ratificado"). Todos los Estados que habían firmado la Convención la han ratificado,
aceptado o aprobado. El término "adhesión" se utiliza en relación con los Estados
y organizaciones de integración económica regional que no firmaron la Convención.

Cabe señalar que el número de Partes en la CITES puede fluctuar debido a los cambios
geopolíticos como la unificación de dos Partes (por ejemplo, la unificación de la
República Federal de Alemania y la República Democrática de Alemania el 3 de octubre
de 1990) o la división de un Estados en dos o más Estados independientes (por
ejemplo, la división de Checoslovaquia en la República Checa y Eslovaquia el 1 de
enero de 1993).

3.- Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales


Silvestres. CMS. (Bonn, 1980).

La Convención sobre la conservación de las especies migratorias de animales


silvestres (también conocido como "Convenio de Bonn") persigue conservar
las especies marinas y terrestres y de aves migratorias en todo su ámbito de
aplicación. Es un tratado intergubernamental, concluido bajo la égida del Programa de
las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, que se ocupa de la conservación de la
vida silvestre y de los hábitats a una escala global. Desde que la convención entró en
vigor, la lista de países miembros ha crecido de forma constante hasta incluir a 100
signatarios de África, América Central y Sudamérica, Asia, Europa y Oceanía. La
Convención fue firmada en 1979 en Bonn (de ahí su nombre) y entró en vigor en 1983.

Las especies migratorias amenazadas de extinción están recogidas en el Apéndice I de


la Convención. Los países signatarios de la Convención de Bonn se esforzarán en la
protección estricta de estos animales, conservando y restaurando los lugares en donde
viven, mitigando los obstáculos a la migración y controlando los demás factores que
puedan ponerlas en peligro. Además del establecimiento de las obligaciones para cada
uno de estos estados firmantes, la Convención de Bonn promueve las acciones
concertadas a lo largo de los ámbitos estatales de muchas de estas especies.

4.- Otros convenios internacionales

 Convención para la Protección de la Flora, de la Fauna y de las bellezas


escénicas
 Protocolo de Kyoto de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático
 Acuerdo de Galápagos
 Convenio OIT Nro. 169 sobre Pueblos Indigenas y Tribales en Paises
Independientes
 Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático
 Convenio sobre la Diversidad Biológica
 Convención relativa a los humedales de importancia Internacional como hábitat
de aves acuáticas
 Convenio internacional para prevenir la contaminación por los bosques

LEGISLACION INTERNA

SERFOR y el Ministerio de Agricultura y Riego

En el Perú el organismo encargado de regular las acciones respecto a este tema es el


Ministerio de Agricultura y Riego (MINAGRI) a través del SERFOR.

El SERFOR del Ministerio de Agricultura y Riego es la Autoridad Nacional Forestal y de


Fauna Silvestre del Perú y el ente rector del Sistema Nacional de Gestión Forestal y de
Fauna Silvestre (SINAFOR). Fue creado con la Ley Forestal y de Fauna Silvestre (Ley N°
29763) e inició funciones el 26 de julio de 2014

Una de las funciones del SERFOR como organismo técnico especializado adscrito al
Ministerio de Agricultura y Riego (MINAGRI) y en su rol de Autoridad Nacional Forestal
y de Fauna Silvestre es implementar la Estrategia Nacional para Reducir el Tráfico Ilegal
de Fauna Silvestre al 2027 en el Perú, período 2017 – 2027 y su Plan de Acción 2017 –
2022 junto a otras instituciones y organismos públicos y privados.

Desde el SERFOR se ejecuta una serie de actividades y tareas que buscan reducir
progresivamente el tráfico ilegal de fauna silvestre en todo el país.

Esta actividad ilegal es considerada como el tercer tipo de negocio ilícito más
importante del mundo, antecedida por el tráfico de drogas y de armas; y a su vez es
una grave amenaza de nuestra biodiversidad, ya que afecta severamente la salud de
los ecosistemas.

Adicionalmente, es una amenaza para la salud pública, debido a que los animales
silvestres pueden transmitir enfermedades (zoonosis), tanto a los humanos como a los
animales domésticos a través de 17 agentes (virus, bacterias) identificados.

Misión del SERFOR

Promover la gestión sostenible y participativa de los recursos forestales y de fauna


silvestre, y el aprovechamiento de sus servicios ecosistémicos, brindando servicios de
calidad que contribuyan al bienestar de los ciudadanos y ciudadanas.
Visión del SERFOR

Ser un organismo público con altos estándares de calidad en el servicio que presta a
los ciudadanos y ciudadanas, para el manejo y aprovechamiento sostenible del
patrimonio forestal y de fauna silvestre y de sus servicios ecosistémicos.

Lo que busca el SERFOR

Busca incentivar el diálogo permanente y la participación activa de comunidades


indígenas, sector privado, gobiernos regionales y locales e instituciones públicas para
alcanzar una gestión forestal eficiente y sostenible, que los hará más productivos y, sin
duda, impactarán favorablemente en la economía nacional y la vida de las personas.

¿Cómo trabaja el SERFOR?

 Existe un equipo de especialistas en diversos temas vinculados a la gestión


forestal y de fauna silvestre.

 Trabaja en alianza con otros sectores del Estado para cumplir con compromisos
y metas nacionales e internacionales

 Cuenta con Administraciones Técnicas Forestales y de Fauna Silvestre (ATFFS)


en 15 regiones del país.

 Brinda apoyo técnico a gobiernos regionales que tienen transferidas funciones


en materia forestal y de fauna silvestre (Tumbes, La Libertad, Amazonas,
Loreto, San Martin, Ucayali, Madre de Dios, Huánuco y Ayacucho)

 Contribuye al cumplimiento de compromisos internacionales como la iniciativa


20 X 20 para recuperar suelos degradados, el Acuerdo con Noruega para
reducir la deforestación, la CITES, entre otros.

 Usa la tecnología para mejorar nuestros procedimientos y ponemos al servicio


de los ciudadanos la Ventanilla Única de Comercio Exterior (VUCE Forestal).

 El SERFOR, como parte de sus funciones, elabora la lista de especies


amenazadas del Perú, en coordinación con otros sectores responsables de la
gestión de la biodiversidad. Para ello, se toma en cuenta cada uno de los
factores de amenaza y se priorizan a las especies de acuerdo al nivel de
conservación de sus poblaciones silvestres. La legislación nacional ha adoptado
tres categorías de amenaza: En Peligro crítico, En peligro y Vulnerable, así como
dos categorías preventivas: casi amenazada y sin datos suficientes. Estas listas
son elaboradas con la activa participación de la comunidad científica que pone
a disposición del país sus amplios conocimientos e información asociada de los
taxones evaluados
Base legal peruana

 Ley N° 29763, Ley Forestal y de Fauna Silvestre

En ese sentido, la Ley N° 29763, Ley Forestal y de Fauna Silvestre, determina


que comprar y vender fauna silvestre de origen ilegal es un delito, el cual puede
ser sancionado con la cárcel y con el pago de multas que son superiores a S/. 40
500.

 Reglamento para la gestión de fauna silvestre

 Decreto Supremo N° 004-2014-MINAGRI

 Ley N° 30407-2016. Ley de Protección y Bienestar Animal

Sanciones

Código penal peruano

Capitulo II.- Delitos contra los recursos naturales. Artículos 308-A, 308-B, 308-C, 308-D
309, 310, 310-A, 310-B, 310-C, 311, 312, 313.

Artículo 36 inciso 13. Inhabilitación

La inhabilitación produce, según disponga la sentencia:

13. Incapacidad definitiva o temporal para la tenencia de animales”.

Artículo 206-a Abandono y actos de crueldad contra animales domésticos y silvestres:


El que comete actos de crueldad contra un animal doméstico o un animal silvestre, o
los abandona, es reprimido con pena privativa de libertad no mayor de tres años, con
cien a ciento ochenta días-multa y con inhabilitación de conformidad con el numeral
13 del artículo 36. Si como consecuencia de estos actos de crueldad o del abandono el
animal doméstico o silvestre muere, la pena es privativa de libertad no menor de tres
ni mayor de cinco años, con ciento cincuenta a trescientos sesenta días-multa y con
inhabilitación de conformidad con el numeral 13 del artículo 36”.

JURISPRUDENCIA

CORTE SUPERIOR DEL CALLAO CONDENA A ESPAÑOLES POR TRÁFICO DE ANIMALES –


“GALLITO DE LAS ROCAS”

•Pagarán S/. 5,000.00 nuevos soles de reparación civil a favor del Estado.

El Cuarto Juzgado de Investigación Preparatoria de Procesos Inmediatos de Flagrancia


Delictiva del Callao, a cargo del magistrado Williams Abel Zavala Mata, sentenció a los
españoles ALBERTO SIERRA OLIVAN y RAMON GARCIA MOLINA, por el delito contra los
recursos naturales - tráfico ilegal de especies de flora y fauna silvestre, ya
que pretendían transportar 10 especies vivas en peligro de extinción oriundos
del este país, "gallitos de las rocas", en jaulas artesanales dentro de las maletas de
equipaje.

Tal cual se establece en el requerimiento fiscal, los imputados fueron detenidos en el


counter Nro. 26 del aeropuerto internacional "Jorge Chávez" para la inspección de sus
maletas cuyo destino era España, pero al efectuarse la revisión de sus equipajes por
parte de los oficiales de la intendencia de gestión y control aduanero - SUNAT, se les
encontró que transportaban especies vivas de aves: "gallitos de las rocas",
comunicándose inmediatamente a los representantes de la administración técnica
forestal y de fauna silvestre de Lima y de la Dirección contra la tala ilegal y protección
de los recursos naturales PNP, los cuales corroboraron la tenencia ilegal y tampoco el
permiso y/o certificado válido de esta especie oriunda del Perú que se encuentra en
peligro de extinción, configurándose de acuerdo al artículo 308 del Código Penal
Peruano vigente como delito contra los recursos naturales - tráfico ilegal de especies
de flora y fauna silvestre.

Los procesados españoles al acogerse al procedimiento de terminación anticipada


fueron sentenciados por el Juzgado a 2 años y 6 meses suspendida por un año,
además se les impuso 180 días multa y se establecieron como reglas de conducta,
pagar S/. 5,000.00 nuevos soles de reparación civil a favor del Estado de manera
solidaria. También se determinó el impedimento de salida del país por el término que
durará la pena impuesta.

La audiencia concluyó en un tiempo de 50 minutos, siendo este el primer caso sobre


delitos ambientales que se ha tramitado bajo los lineamientos del Decreto Legislativo
Nro. 1194

Callao, 21 de Abril de 2016


BIBLIOGRAFIA

 Página oficial de la Convención sobre el comercio internacional sobre especies


amenazadas de fauna y flora: https://cites.org/esp/disc/parties/index.php
 Texto de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el medio ambiente
humano. (Estocolmo, 1972).
 Página oficial de la Convención sobre la Conservación de las Especies
Migratorias de Animales Silvestres: http://www.cms.int/es
 Página oficial del SERFOR: http://www.serfor.gob.pe/cuidando-el-
bosque/lucha-contra-el-trafico-ilegal-de-fauna-silvestre
 Código penal peruano
 Poder Judicial del Perú:
https://www.pj.gob.pe/wps/wcm/connect/corte+superior+callao+pj/s_csj_call
ao_nuevo/as_inicio/as_imagen_prensa/as_noticias/csjcl_n_corte_callao_cond
ena_espanoles_trafico_animales_gallito_rocas_21042016

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