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Segunda lectura: Romano s 8,14-1 7

La Santísima Trinidad Hermanos: H Los que se dejan guiar por el Espíritu de


(Domingo después de Pentecostés)
Dios, ésos son hijos de Dios. 15 Pues bien, vosotros no habéis
LECTIO recibido un Espíritu que os haga esclavos, de nuevo bajo el
Primera lectura: Deuteronomio 4,32-34.39ss temor, sino que habéis recibido un Espíritu que os hace hijos
Moisés habló al pueblo y le dijo: ,2 Pregunta, si no, a los adoptivos y nos permite clamar: «Abba», es decir, «Padre».
tiempos pasados que te han precedido desde el día en que 16 Ese mismo Espíritu se une al nuestro para dar testimonio
Dios creó al hombre en la tierra: ¿Se ha visto jamás algo tan de que somos hijos de Dios. “Y si somos hijos, también somos
grande o se ha oído cosa semejante desde un extremo a otro herederos: herederos de Dios y coherederos con Cristo,
del cielo? 1} ¿Qué pueblo ha oído la voz de Dios en medio del toda vez que, si ahora padecemos con él, seremos también
fuego, como la has oído tú, y ha quedado con vida? 34 ¿Ha glorificados con él. *•• El capítulo 8 de la carta a los Romanos
habido un dios que haya ido a buscarse un pueblo en medio ha sido comparado al Te Deum de la historia de la salvación, y
de otro con tantas pruebas, milagros y prodigios en combate, los w. 14-1 7 han sido considerados como la cúspide de todo
con mano fuerte y brazo poderoso, con portentosas hazañas, el capítulo. Dios, dador de vida, une a él vitalmente, por
como hizo por vosotros el Señor, vuestro Dios, en Egipto ante medio del Espíritu, a todo creyente haciéndole hijo suyo. Para
vuestros propios ojos? 39 Reconoce, pues, hoy y convéncete Pablo, esta novedad cristiana de la filiación-comunión con
de que el Señor es Dios allá arriba en los cielos y aquí abajo Dios será plena sólo cuando, en la era escatológica, todo
en la tierra y de que no hay otro. 40 Guarda sus leyes y bautizado, por obra del Espíritu Santo, se identifique
mandamientos que yo te prescribo hoy para que seas feliz tú perfectamente con la figura de Cristo resucitado. En efecto, el
y tus hijos después de ti y prolongues tus días en la tierra que espíritu de la Ley antigua era un espíritu de esclavitud,
el Señor, tu Dios, te da para siempre. mientras que el espíritu de Cristo es el espíritu de la libertad y
**• El pueblo elegido, para mantenerse en los momentos de la adopción, porque el Espíritu habita en el corazón de los
difíciles, apela continuamente a la historia de su pasado (= fe creyentes. Y el fruto más hermoso del Espíritu es la filiación
histórica), que se convierte en un «lugar teológico». En divina, que empieza en los fieles con el bautismo y alcanza su
efecto, si Dios ha sido siempre fiel en el pasado, lo será madurez completa en el camino de fe que conduce a la tierra
también en el futuro. Por eso, el deuteronomista invita al prometida.
pueblo, sobre la base de la experiencia pasada, a compararse Entonces no sólo Cristo, sino todos los creyentes en
con otros pueblos: ningún otro pueblo de la tierra ha tenido él gozarán de esta plenitud. Ahora bien, el signo más
una experiencia de Dios como Israel. Para confirmar lo que manifiesto de esta prerrogativa cristiana es el hecho de
dice, recuerda dos episodios prodigiosos: la teofanía de Dios que, ya desde ahora, pueden dirigirse los fieles a Dios
en el Horeb y la liberación de la esclavitud de Egipto. El autor con el bello nombre de «AM>a-Padre», una expresión
sagrado no describe estas teofanías de manera detallada, se aramea familiar que significa «papá» y que ningún
contenta con traerlas a la memoria (cf. Ex 19,1-19; 20,18-21; judío se atrevía nunca a pronunciar. Sólo el Espíritu
Dt5). ha podido inspirar a los cristianos una expresión tan
El Señor, siempre cercano a su pueblo y fuente de audaz, que manifiesta la seguridad y la alegría de todos
vida, se ha mostrado fiel y capaz de mantener sus promesas los que son movidos por el Espíritu de Jesús.
en todas las circunstancias. De ahí que el pueblo elegido deba En todo caso, es el Espíritu quien hace a los creyentes
tener confianza en el Señor y ser fiel a la alianza prometida. conscientes de esta magnífica realidad, pero sobre todo es su
Sólo así tendrá asegurada su propia existencia también para causa. Ser hijos de Dios significa poseer ya una
el futuro, viviendo en libertad y en paz y sintiéndose elegido prenda de la vida eterna, significa ser «herederos» de los
por Dios. En caso contrario, Dios se alejará y entonces el bienes de la vida de Dios y «coherederos» con Cristo,
pueblo experimentará la muerte (vv. 39ss). primogénito de los resucitados. No obstante, para obtener
A la luz de esta experiencia histórica, los justos y los todo esto se exige una condición: participar en los
guías de Israel tuvieron confianza, incluso en los momentos sufrimientos de Cristo y completar lo que falta a su pasión.
más críticos de su historia, en que no perderían el ánimo ni
abandonarían la observancia de la Ley. Esto es evidente
durante el exilio de Babilonia y en tiempos de los Macabeos, Evangelio: Mateo 28,16-20
cuando tuvieron la fuerza necesaria para proclamar: «Dios 16 Los once discípulos fueron a Galilea, al monte donde
grande y único, tu juicio es justo», aunque al mismo tiempo Jesús les había citado. “Al verlo, lo adoraron; ellos, que
tuvieron que confesar: «Señor, perdona las culpas de nuestros habían dudado. 18 Jesús se acercó y se dirigió a ellos con
padres, porque tú eres benigno y rico en misericordia». estas
palabras:
-Dios me ha dado autoridad plena sobre cielo y tierra.
19 Poneos, pues, en camino, haced discípulos a todos los
pueblos y bautizadlos para consagrarlos al Padre, al Hijo y al
Espíritu Santo, 20 enseñándoles a poner por obra todo lo que propiamente semejantes a los de la Trinidad. Son humano-
os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los divinos: humanos, porque son expresados por nuestra
días hasta el final de este mundo. persona, pero también divinos, porque son más y mejor obra
*• El final del evangelio de Mateo, expresado en términos del Espíritu Santo, que pone en acción las tres virtudes
teológicos personales, es el epílogo no sólo de las apariciones teologales. De suerte que se debe decir que el bautizado está
postpascuales, sino de todo su evangelio. El Jesús que se estructurado «trinitariamente», hasta el punto de que es
aparece a los discípulos en el monte es el «Señor» de la imposible expresar con palabras la intimidad que la fe-
Iglesia, objeto de adoración y de plegaria por parte de los esperanza-caridad crean en nosotros con el Padre Hijo-
suyos, aunque no siempre con una fe plena (v. 17). Ahora Espíritu Santo. Alguien que entiende de esto ha dicho que la
bien, Jesús es asimismo el juez escatológico: está sentado ya Trinidad es más presente a nosotros que nuestro yo a
desde ahora a la diestra del Padre para evangelizar a todas las nosotros mismos.
gentes (cf. 24,14). En esta misión implica a sus discípulos, que
deberán proseguir su obra. Esta obra consiste en «hacer
ORATIO
discípulos» a todos los pueblos, bautizándolos y
A mí, que he sido bautizado en el nombre del Padre,
enseñándoles todas las cosas mandadas por Jesús, o sea,
del Hijo y del Espíritu Santo, que tantas veces al día me
evangelizándolos (w. 18-20).
hago la señal de la cruz, cómo me gustaría nombrar con
La fórmula trinitaria del bautismo representa una
la devoción y con el afecto del corazón a estas santas
sorpresa en Mateo, pero le confiere al final de este evangelio
Personas y no hacer como los jugadores cuando entran
un aspecto solemne y una síntesis teológica. El Dios de Jesús
en el campo.
es único por su naturaleza, pero trino por las Personas. Al
La señal de la cruz es un sacramental que, por así decirlo,
proclamar este misterio, el creyente
debe consagrar todo lo que hacemos, todo lo que pensamos,
adora la unidad de Dios y la Trinidad de las Personas.
todo lo que decimos al Padre-Hijo-Espíritu Santo. Jesús me
En esto consiste la salvación: en creer en este admirable
asegura: «Si alguien me ama, también mi Padre le amará, y
misterio y en ser bautizado en el nombre del Dios uno y
vendremos a él y estableceremos nuestra morada en él».
trino. Profesar esta fe en la Trinidad significa aceptar el
Cómo quisiera tratar con más respeto-garbo-delicadeza a
amo r del Padre, vivir por medio de la gracia del Hijo y
estos huéspedes míos, con todas las atenciones que
abrirse al don del Espíritu.
reservamos a los huéspedes de consideración. Pablo me
Para acabar, las últimas palabras de Jesús constituyen una
recuerda: «Si alguien falta el respeto al templo de Dios, que
magna promesa: «Y sabed que yo estoy con vosotros todos los
sois vosotros, Dios le apartará», y me exhorta de este modo:
días hasta el final de este mundo» (v. 20).
«Honrad y tratad con elegancia al Dios que lleváis en vuestro
A buen seguro, este mundo tendrá un final que coincidirá con
cuerpo». Cómo quisiera comprender que una cosa es vestir,
la parusía, pero todos los días que los cristianos viven
adornar, alimentar el
esperando están colmados ya de una presencia: la Shekhinah
cuerpo con mentalidad «mundana», y otra cosa
divina mora allí donde dos o más se reúnen en el nombre de
completamente distinta es hacerlo con mentalidad «de fe»:
Jesús (cf. 18,20), como presencia discreta y silenciosa que
ésta me hace superar el envoltorio donde el templo del
acompaña a cada momento de la vida de los creyentes.
Espíritu está siempre radiante, ya sea bello o feo, esté sano o
enfermo, sea viejo o joven, rico o pobre.

MEDITATIO CONTEMPLATIO
Si la escuela de la catequesis estuviera orientada bíblica y Oh Dios mío, Trinidad a quien adoro, ayúdame a
teológicamente, el misterio de la Trinidad, con olvidarme de mí por completo para establecerme en ti,
todas sus explicaciones y aplicaciones adaptadas-a-la vida, inmóvil y apacible como si ya mi alma estuviera en la
debería ocupar un puesto fundamental. Por consiguiente, eternidad; que nada pueda turbar mi paz ni hacerme salir de
sería menester enseñar que la Trinidad, mediante la fe- ti, oh mi inmutable, sino que cada minuto me lleve más lejos
esperanza-caridad, arraiga propiamente en la memoria- en la profundidad de tu misterio. Pacifica
intelecto-voluntad, porque la fe infusa es mi alma, haz en ella tu cielo, tu morada amada y el lugar de tu
«verdaderamente» una participación en el conocimiento que reposo; que yo no te deje en ella nunca a solas;
Dios-Padre tiene de sí mismo (= el Hijo), y la caridad infusa es que yo esté allí enteramente, completamente despierta
«verdaderamente» una participación en el amo r del Padre y en mi fe, toda adoración, completamente entregada a tu
del Hijo (= el Espíritu Santo). Por eso debe explicarse que el acción creadora.
bautizado, con la fe, conoce a Dios «como» Dios se conoce a Oh mi Cristo amado, crucificado por amor, yo quisiera ser una
sí mismo y, con la caridad, ama a Dios «como» Dios se ama a esposa para tu corazón; quisiera cubrirte
sí mismo: y ese conocimiento-amor reproducen y son de gloria, quisiera amarte hasta morir. Pero siento mí
impotencia y te pido que me revistas de ti mismo, que Por lo que se refiere a nuestros deberes con nuestros Huéspedes,
identifiques mi alma con todos los movimientos de tu diremos que han de ser tratados como trataríamos a
alma, que me sumerjas, que me invadas, que me sustituyas, a n huésped de gran consideración: cuando llega un huésped
limpiamos la casa; eliminamos todo aquello que pueda ofender
fin de que mi vida no sea más que una irradiación de tu vida.
la consideración que le debemos; la adornamos con flores,
Ven a mí como Adorador, como Reparador y como Salvador.
alfombras; le acompañamos, le rodeamos de mil atenciones y
Oh Verbo eterno, Palabra de mi Dios, quiero pasar mi sorpresas; le ofrecemos regalos... N o se trata más que de aplicar
vida escuchándote, quiero convertirme totalmente en esta estrategia. Antes que nada hay que llevar cuidad o con la
deseo de saber para aprender todo de ti; y después, a limpieza «exterior» del cuerpo: yo diría casi que el modo de
través de todas las noches, de todos los vacíos, de todas vestir-tratar-hablar debe estar marcad o por un cierto señorío
las impotencias, quiero fijarte siempre y permanecer elegancia. Así, la madre debe tratar con el máximo respeto
bajo tu gran luz; oh mi Astro amado, fascíname para -mejor aún, con veneración - el cuerpo de su hijo, debe vestirlo
que ya no pueda salir de tu resplandor. bien, antes que nada porque es templo del Espíritu. Una nueva
mentalidad debe inspirar-orientar todas las relaciones sociales
Oh Fuego que consume, Espíritu de amor, ven a mí a
del bautizado. Como es obvio, también la práctica de las catorce
fin de que se produzca en mi alma como una encarnación del
obras de misericordia adquiere una nueva luz que -digámoslo
Verbo; que yo le sea una humanidad añadida en la que él también - las «sacramentaliza». En segundo lugar - y esto es aún
renueve todo su misterio. Y tú, Padre, inclínate sobre tu más importante-, debemos purificar nuestra alma de todo lo que
pobre y pequeña criatura, cúbrela con tu sombra, no veas en pueda disgustar a la Trinidad que inhabita, como el ejercicio del
ella más que al Bien amado en el que has puesto todas tus egoísmo en su triple forma del tener-gozar-poder, que, a su vez,
complacencias. se ramifican en los siete vicios capitales. Tenemos asimismo el
Oh mis «Tres», mi Todo, mi Beatitud, Soledad infinita, deber de acompañar a nuestros tres Huéspedes con el silencio
Inmensidad en que me pierdo, yo me entrego a ti recogimiento: abandonar al huésped es falta de educación...
(A. Dagnino, La vita cristiana o ¡I mistero pasquale del Cristo
como una presa, entiérrate en mí para que yo me entierre en
místico, Cinisello B. 71988, pp. 153-156).
ti, esperando ir a contemplar en tu luz el abismo de tu
grandeza (Isabel de la Trinidad, «Oración a la Santísima
Trinidad», en A. Hamman, Compendio de la
oración cristiana, Edicep, Valencia 1990, p. 204).

ACTIO
Repite y medita hoy el gesto de la señal de la cruz:
«En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo».

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL


Sin embargo, lo que debe interesarnos sobre todo, en el misterio de
la innabitación de la Trinidad en el alma de los justos,
son los deberes y las exigencias prácticas y aplicadas a la vid a
del misterio trinitario. Las exigencias se reducen a estas tres
palabras clave: orden, purificación, recogimiento. La inhabitación es
el misterio del recogimiento y de la purificación. Para
comprender el motivo, basta con pensar en el llamado «principio de
los contrarios», que se expresa en estos términos: dos
realidades contrarias no pueden coexistir, al mismo tiempo, en
el mismo sujeto. La acción del Espíritu que inhabita es íntima,
silenciosa, delicada: no es fuego que devora, no es un terremoto
destructor, ni viento impetuoso, sino -para decirlo con la Biblia—
un ligerísimo e imperceptible soplo. De ahí que, para advertirlo,
se exige que el alma se ponga en afinidad psicológica con él: a
fin de que, para decirlo con palabras de Pablo, las realidades
espirituales se «adapten» a las realidades espirituales. Por esta
razón, todos los grandes maestros de la vid a cristiana no cesan
de recomendar eírecogimiento-silencio-custodia del corazón. La
experiencia de Agustín es clásica a este respecto. Dice: «Envié
fuera de mí a mis sentidos para buscarte, Dios mío, pero no te
encontraron: yo te buscaba fuera de mí, mientras que tú estabas
dentro... Mal te buscaba, Dios mío...». Teresa de Ávil a y Juan de
la Cruz han hecho las mismas observaciones.

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