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A excepción del período de Amarna, en el que el faraón Akenatón decretó como único Dios a
Atón, los egipcios fueron politeístas, lo que quiere decir que adoraban a distintos dioses a los que
veneraban con diversos propósitos. Sin embargo, a lo largo de la basta historia de esta civilización
antigua, distintos dioses estuvieron a la cabeza como los más importantes, siendo siempre el faraón
el representante de la deidad del cielo en la tierra, por lo que era visto por el pueblo como un ser de
luz especial y no solo como un gobernante.
La relación de los egipcios con sus dioses era muy estrecha, en ellos encontraban la explicación a los
sucesos naturales, a los giros que sus propias vidas daban, a diversos aspectos relacionados con el
alma y la naturaleza humana y a muchas de las cosas que ocurrían a su alrededor, por ello los
veneraban en santuarios y templos no oficiales, ya que en los oficiales solo podían entrar los
sacerdotes, les rezaban pidiendo que intercedieran por ellos y realizaban diversos tipos de rituales
para acercarse a sus deidades.
Aunque hoy solo conozcamos algunos nombres, diversos arqueólogos y egiptólogos coinciden en que
mientras duró esta civilización se veneraron a más de 1.400 figuras, al menos esa es la información
que se ha podido recavar a través de los textos antiguos. Durante los más de 3.000 años que duró
esta civilización, distintas deidades estuvieron a la cabeza, en base a eso hoy podemos destacar un
listado con los principales dioses egipcios.
Ra, el dios del sol
Es el dios del sol y una de las deidades más conocidas en nuestros tiempos, aunque antes del 2.400
AC solo fuera una deidad solar menor. Sin embargo, a partir de la dinastía V fue convertido en una
dios mayor y en el principal protector de los faraones.
Representado como un hombre con cabeza de halcón, era el responsable de dar la vida a todo
debido a su vinculación con el sol, razón por la que el dios Amón, uno de los más importantes de la
mitología egipcia, acabaría fusionándose con Ra para convertirse en el gran Amón-Ra.
Amón, el dios de la ciudad de Tebas
Además de ser el dios de la ciudad de Tebas, "el
oculto", significado de su nombre, fue adorado
durante mucho tiempo como el creador supremo
y la deidad más importante de los egipcios, sin
embrago como hemos explicado anteriormente
acabaría siendo absorbido por Ra y convertido en
Amon-Ra.
Durante un período inicial fue conocido como el
dios de los vientos, por eso muchas
embarcaciones llevaban su nombre en el timón
para encontrar protección durante sus viajes.