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Rito de entrada
Monición ambiental
No se hace canto de entrada.
El Presidente, revestido con capa pluvial roja, se postra rostro en tierra o si se juzga mejor, se
arrodilla, y todos oran en silencio durante algún espacio de tiempo. Después el Presidente se dirige a
la sede, donde con las manos juntas, dice una de las siguientes oraciones:
Oración
No se dice: Oremos
Recuerda, Señor,
que tu ternura y tu misericordia son eternas:
santifica a tus hijos
y protégelos siempre,
pues Jesucristo, tu Hijo,
en favor nuestro
instituyó por medio de su sangre
el misterio pascual.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén
O bien:
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por medio de su pasión ha destruido la muerte
que, como consecuencia del antiguo pecado,
a todos los hombres alcanza.
Concédenos hacernos semejantes a él.
De este modo, los que hemos llevado grabada,
por exigencia de la naturaleza humana
la imagen de Adán, el hombre terreno,
llevaremos grabada en adelante,
por la acción santificadora de tu gracia,
la imagen de Jesucristo, el hombre celestial.
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
R. Amén
Liturgia de la Palabra
PRIMERA LECTURA
¡Y con todo eran nuestras dolencias las que él llevaba y nuestros dolores los
que soportaba! Nosotros le tuvimos por azotado, herido de Dios y
humillado. El ha sido herido por nuestras rebeldías, molido por nuestras
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culpas. El soportó el castigo que nos trae la paz, y con sus cardenales
hemos sido curados.
Todos nosotros como ovejas erramos, cada uno marchó por su camino, y
Yahveh descargó sobre él la culpa de todos nosotros. Fue oprimido, y él se
humilló y no abrió la boca. Como un cordero al degüello era llevado, y
como oveja que ante los que la trasquilan está muda, tampoco él abrió la
boca.
Por eso le daré su parte entre los grandes y con poderosos repartirá
despojos, ya que indefenso se entregó a la muerte y con los rebeldes fue
contado, cuando él llevó el pecado de muchos, e intercedió por los rebeldes.
Palabra de Dios
SEGUNDA LECTURA
Hermanos:
Teniendo, pues, tal Sumo Sacerdote que penetró los cielos - Jesús, el Hijo
de Dios - mantengamos firmes la fe que profesamos. Pues no tenemos un
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Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino
probado en todo igual que nosotros, excepto en el pecado.
Canto (3º o 4º canto del siervo de Yahvéh, o El mismo Dios que dijo)
Monición al Evangelio
La proclamación del Evangelio es de LA PASION SEGÚN SAN JUAN. En ella nos presenta a Jesús
glorioso como Rey, puesto que en su Kenosis, Juan ve su ascensión.
EVANGELIO
C. En aquel tiempo, pasó Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente
Cedrón, donde había un huerto, en el que entraron él y sus discípulos.
Pero también Judas, el que le entregaba, conocía el sitio, porque Jesús se
había reunido allí muchas veces con sus discípulos. Judas, pues, llega
allí con la cohorte y los guardias enviados por los sumos sacerdotes y
fariseos, con linternas, antorchas y armas. Jesús, que sabía todo lo que le
iba a suceder, se adelanta y les pregunta:
« ¿A quién buscáis?»
C. Le contestaron:
S. «A Jesús el Nazareno.»
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C. Díceles Jesús:
« Yo soy.»
C. Judas, el que le entregaba, estaba también con ellos. Cuando les dijo:
«Yo soy», retrocedieron y cayeron en tierra. Les preguntó de nuevo:
« ¿A quién buscáis?»
C. Le contestaron:
S. «A Jesús el Nazareno».
C. Respondió Jesús:
C. Así se cumpliría lo que había dicho: «De los que me has dado, no he
perdido a ninguno.»
Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió al siervo
del Sumo Sacerdote, y le cortó la oreja derecha. El siervo se llamaba
Malco. Jesús dijo a Pedro:
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salió el otro discípulo, el conocido del Sumo Sacerdote, habló a la
portera e hizo pasar a Pedro. La muchacha portera dice a Pedro:
C. Dice él:
S. «No lo soy.»
C. Los siervos y los guardias tenían unas brasas encendidas porque hacía
frío, y se calentaban. También Pedro estaba con ellos calentándose.
C. Apenas dijo esto, uno de los guardias que allí estaba, dio una bofetada a
Jesús, diciendo:
C. Jesús le respondió:
C. El lo negó diciendo:
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S. «No lo soy.»
C. Uno de los siervos del Sumo Sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro
había cortado la oreja, le dice:
C. Ellos le respondieron:
C. Pilato replicó:
C. Así se cumpliría lo que había dicho Jesús cuando indicó de qué muerte
iba a morir.
C. Respondió Jesús:
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« ¿Dices eso por tu cuenta, o es que otros te lo han dicho de mí?»
C. Pilato respondió:
C. Respondió Jesús:
C. Respondió Jesús:
« Sí, como dices, soy Rey. Yo para esto he nacido y para esto he
venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la
verdad, escucha mi voz.»
C. Le dice Pilato:
S. « ¿Qué es la verdad?»
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C. Barrabás era un salteador.
C. Y le daban bofetadas.
S. «Mirad, os lo traigo fuera para que sepáis que no encuentro ningún delito
en él.»
S. « ¡Crucifícalo, crucifícalo!»
S. «Nosotros tenemos una Ley y según esa Ley debe morir, porque se tiene
por Hijo de Dios.»
C. Cuando oyó Pilato estas palabras, se atemorizó aún más. Volvió a entrar
en el pretorio y dijo a Jesús:
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S. « ¿De dónde eres tú?»
Dícele Pilato:
C. Respondió Jesús:
S. «Si sueltas a ése, no eres amigo del César; todo el que se hace rey se
enfrenta al César.»
C. Ellos gritaron:
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S. «No tenemos más rey que el César.»
S. «No escribas: "El Rey de los judíos", sino: "Este ha dicho: Yo soy Rey
de los judíos".»
C. Pilato respondió:
C. Para que se cumpliera la Escritura: «Se han repartido mis vestidos, han
echado a suertes mi túnica.» Y esto es lo que hicieron los soldados.
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C. Luego dice al discípulo:
Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, para que
se cumpliera la Escritura, dice:
« Tengo sed.»
C. Había allí una vasija llena de vinagre. Sujetaron a una rama de hisopo
una esponja empapada en vinagre y se la acercaron a la boca. Cuando
tomó Jesús el vinagre, dijo:
C. Los judíos, como era el día de la Preparación, para que no quedasen los
cuerpos en la cruz el sábado - porque aquel sábado era muy solemne -
rogaron a Pilato que les quebraran las piernas y los retiraran. Fueron,
pues, los soldados y quebraron las piernas del primero y del otro
crucificado con él. Pero al llegar a Jesús, como lo vieron ya muerto, no
le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el
costado con una lanza y al instante salió sangre y agua. El que lo vio lo
atestigua y su testimonio es válido, y él sabe que dice la verdad, para
que también vosotros creáis. Y todo esto sucedió para que se cumpliera
la Escritura: «No se le quebrará hueso alguno.» Y también otra Escritura
dice: «Mirarán al que traspasaron.»
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cuerpo. Fue también Nicodemo - aquel que anteriormente había ido a
verle de noche - con una mezcla de mirra y áloe de unas cien libras.
Ecos de la Palabra
Se deja un momento para que se puedan dar ecos de la Palabra de Dios.
Oración universal
Solemnes peticiones que interpretan la mente y los sentimientos de Jesús, quien murió
por todos los hombres sin excepción alguna, por eso en esta oración tiene presentes a
todos con todas las necesidades humanas.
Hoy es el día del redentor del mundo, cuando desde la Cruz comenzó a convocar
todas las cosas para realizar el nuevo hombre en el cielo y la nueva tierra. Que
nuestra oración sea como la del corazón de Cristo: universal y ferviente.
La liturgia de la palabra se concluye con la oración universal, que se hace de este modo: el diácono,
o en su ausencia, el responsable, desde el ambón, dice la invitación que expresa la intención.
Después todos oran en silencio durante un espacio de tiempo, y seguidamente el Presidente, desde la
sede, con las manos extendidas, dice la oración.
Oremos, hermanos,
por la Iglesia santa de Dios,
para que el Señor le dé la paz,
la mantenga en la unidad,
la proteja en toda la tierra,
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y a todos nos conceda
una vida confiada y serena,
para gloria de Dios, Padre todopoderoso.
Oración en silencio. Prosigue el Presidente:
R/. Amén.
R/. Amén.
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III. Por todos los ministros y por los fieles
R/. Amén.
R/. Amén.
R/. Amén.
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Dios todopoderoso y eterno,
que confiaste tus promesas a Abraham y a su descendencia,
escucha con piedad las súplicas de tu Iglesia,
para que el pueblo de la primera alianza
llegue a conseguir en plenitud la redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R/. Amén.
R/. Amén.
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Dios todopoderoso y eterno,
que creaste a todos los hombres
para que te busquen
y, cuando te encuentren, descansen en ti,
concédeles que, en medio de sus dificultades,
los signos de tu amor
y el testimonio de los creyentes
les lleven al gozo de reconocerte como Dios
y Padre de todos los hombres.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R/. Amén.
R/. Amén.
R/. Amén.
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Acabada la oración universal, tiene lugar la solemne adoración de la Santa Cruz. El Presidente o el
responsable, si fuera el que preside, se dirige a la puerta de la sala donde toma la Cruz y entra con
ella acompañado por dos hermanos con los ciriales, uno a cada lado. En la puerta de la sala, en el
centro de la misma y entre la sede y el ambón presenta la Cruz a la comunidad cantando lo siguiente:
Beso de la Cruz
Seguidamente, la Cruz de la Comunidad se puede colocar en el suelo apoyando la parte superior en
la sede, o encima de ésta apoyada la parte superior en el respaldo, o también la puede sujetar el
Presidente sentado en la sede. Delante de la misma se pone un cojín para el momento de arrodillarse.
Luego el Presidente y los hermanos de la comunidad se acercan y arrodillándose ante la Cruz la
besan, de tal manera que cada hermano camine hacia la cruz sin necesidad de hacer paradas, se
arrodille, bese la cruz y regrese a su lugar y así toda la asamblea.
Durante la adoración la asamblea, sentada canta algún canto apropiado, como el “Himno a la Cruz
gloriosa” u otro.
La adoración se hace uno a uno, sin hileras. Al final de la adoración, la cruz queda en la sala y se
continúa con el Padre nuestro.
Padre Nuestro
Luego, para despedir a la asamblea, el Presidente, con las manos extendidas sobre ella, dice la
siguiente oración:
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con la esperanza de su santa resurrección;
venga sobre él tu perdón,
concédele tu consuelo,
acrecienta su fe,
y consolida en él la redención eterna.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R/. Amén.
Esto se omite si el que preside es el responsable, y se pasa directamente a la proclamación del
ayuno.
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SIGNOS NECESARIOS:
Alba, cíngulo, estola y capa roja
Cubre atril rojo
Ambón
cruz sola
alfombra
almohadilla roja para colocar la cruz
purificador
Biblia
02 candelabros con velas
Ritual
Cantos Sugeridos:
Himno a la Cruz Gloriosa
Eli Lama Sabactani
Hijas de Jerusalén
Himno a la Kénosis
Extiendo mis manos
No hay en el parecer
Oh Jesús amor mío
Señor, Ayúdame a no dudar de ti
Sola a Solo
Te verán los Reyes
Mucho me han perseguido
Improperios
Dichoso el hombre
He aquí mi siervo
María Madre de la Iglesia
Lagarero
De profundis
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