Professional Documents
Culture Documents
El diseño geométrico es la parte más importante del proyecto de una carretera, estableciendo
en base a los condicionantes o factores existentes la configuración geométrica definitiva del
conjunto tridimensional que supone, para satisfacer al máximo los objetivos fundamentales, es
decir, la funcionalidad, la seguridad, la comodidad, la integración ambiental en su entorno, la
armonía o estética, la economía y la elasticidad de la solución final
Para ello, hay que llevar a cabo un proceso de diseño iterativo, donde se va conformando la
geometría de la carretera a través de un modelo tridimensional que continuamente se evalúa,
según todos los condicionantes y objetivos del diseño, para proceder a modificaciones en el
mismo, buscando la optimización de la realidad física y funcional final.
Objetivos
Con el diseño geométrico hay que intentar lograr todos los objetivos del mismo, que son: la
funcionalidad, la seguridad, la comodidad, la integración ambiental, la armonía o estética, la
economía y la elasticidad de la solución final. Pero no todos ellos están en correspondencia,
sino que algunos de ellos son contrapuestos. Por tanto, en la evaluación del diseño geométrico
habrá que llevar a cabo un balance conjunto entre los diferentes objetivos que tengan un
efecto contrario.
Por ejemplo, una solución del diseño geométrico que suponga menores pendientes
longitudinales supondrá una mejor funcionalidad, al facilitar la evolución de los vehículos, con
un menor coste de funcionamiento de los mismos, pero lo más normal, ante orografías que no
sean llanas, será que haya un mayor coste de ejecución al haber mayores movimientos de
tierras y una menor integración ambiental al aparecer mayores taludes y ocupaciones de
terrenos.
La funcionalidad vendrá determinada por el tipo de vía a proyectar y sus características, así
como por el volumen y propiedades del tráfico que se estime pueda recorrerla cuando esté en
servicio, permitiendo una adecuada movilidad por el territorio a los usuarios y mercancías a
través de una suficiente velocidad de recorrido del conjunto de la circulación. Esto supone
realizar previamente un estudio de estimación de la demanda de tráfico y, en paralelo al
diseño, un estudio de capacidad y nivel de servicio del tráfico para asegurar que durante el
periodo de vida de la carretera (normalmente 20 años) se pueda ofrecer una adecuada calidad
de la circulación.
La seguridad vial ha de ser la premisa básica en cualquier diseño viario, inspirando todas las
fases del mismo, hasta las mínimas facetas, reflejada principalmente en la simplicidad y
uniformidad de los diseños, para que sean fácilmente perceptibles por los conductores y así
puedan adaptar gradualmente su comportamiento a lo largo de la carretera. La seguridad no
se logra limitándose a cumplir las normas de diseño geométrico porque estas tienen en cuenta
e incorporan, de forma explícita o implícita, el resto de los objetivos, especialmente el
económico. Hay que llevar a cabo una estimación de los efectos operacionales de la geometría
que estemos planteando para analizar la evolución previsible de los vehículos y el
comportamiento de los conductores; esto supone el análisis basado en la seguridad sustantiva.
La armonía o estética de la obra resultante tiene dos posibles puntos de vista: el exterior o
estático, relacionado con la adaptación paisajística ya mencionada, y el interior o dinámico,
vinculado con la comodidad visual del conductor ante las perspectivas cambiantes que se
agolpan en sus pupilas y pueden llegar a provocar fatiga o distracción, motivo de peligrosidad.
Hay que obtener un diseño geométrico conjunto que ofrezca al conductor un recorrido fácil y
agradable, exento de sorpresas y desorientaciones. Lo ideal es lograr una carretera auto
explicativa, es decir, que su percepción sea simple para el conductor e intérprete de forma
rápida y clara cómo ha de adaptarse a él.
La congestión que ocurre hoy en día en la intersección de las avenidas Arequipa con Aramburú
y Santa Cruz tiene varias causas, pero las principales son el mal diseño geométrico de la
intersección y un semáforo inadecuado.
Con respecto al diseño geométrico, el primer problema, evidente, es que la Avenida Aramburú
llega a la intersección con tres carriles. Los tres carriles están señalizados para permitir cruzar
hacia Santa Cruz. Sin embargo la Avenida Santa Cruz solo tiene un carril que recibe a los tres
carriles que vienen de Aramburú. Esto genera un cuello de botella que entorpece el flujo
vehicular tanto en Aramburú como en la Avenida Arequipa.
Los tres carriles de Aramburú están señalizados para seguir de frente, pero Santa cruz solo
tiene un carril que los recibe.
Otro problema es el giro a la izquierda de Arequipa hacia Aramburú. Los vehículos que realizan
ese giro no tienen un carril exclusivo que les dé albergue mientras esperan hacer la maniobra.
Por lo tanto inician el giro y esperan en el medio de la intersección, resguardados por el
separador central de la Avenida Arequipa.
Cuando los vehículos intentan hacer el giro a la izquierda, teniendo luz verde, obstruyen el
paso de la ciclovía central de la Av. Arequipa.
Pero, en ese espacio transita la ciclovía, la cual tiene luz verde en el mismo momento que los
conductores invaden el espacio al hacer el giro a la izquierda. Esto causa conflictos entre
conductores y ciclistas, y la percepción es que los conductores son los que están en falta ya
que invaden e impiden el tránsito por la ciclovía. Pero en realidad, lo conductores no tienen
una mejor alternativa, pues si se detienen en un sitio en donde no invadan la ciclovía estarían
bloqueando el tránsito de los vehículos que transitan por la avenida Arequipa hacia Miraflores.
Es más, esto ya ocurre cuando más de 8 vehículos que quieren girar a la izquierda se acumulan
en la intersección.
Cuando un vehículo que gira a la izquierda se detiene antes del cruce de zebra, obstruye el
tránsito vehicular de la Av. Arequipa hacia Miraflores.
Otra complicación es que se hayan prohibido tres de los cuatro giros a la izquierda que pueden
hacerse en esta intersección, lo cual es absurdo ya que con un semáforo y una intersección
bien diseñados, los giros a la izquierda pueden hacerse de una manera segura y eficiente.
Hoy en día solo está permitido girar a la izquierda desde la Arequipa hacia Aramburú. Los otros
tres giros están prohibidos:
El giro a la izquierda
mostrado en verde es el
único que está permitido
hoy en la intersección.
Los otros tres, mostrados
en rojo, están
prohibidos.
Con respecto a la programación del semáforo: Este semáforo, al igual que la mayoría (por no
decir todos) los semáforos de lima, tiene un diseño de fases totalmente ineficiente. En un
semáforo, una fase es un patrón de flujo que el semáforo permite durante un periodo de
tiempo determinado. Este semáforo tiene tres fases, y cada una de las tres fases dura siempre
lo mismo, es decir, tiene tiempos fijos, pre-determinados.
Las 3 fases del semáforo actual en el cruce de las avenidas Arequipa, Aramburú y Santa Cruz.
La primera fase es cuando la Avenida Arequipa tiene luz verde en ambos sentidos y Aramburu
y Santa Cruz tienen ambas luz roja. Esta fase dura 60 segundos. Durante esta fase los
conductores que quieren girar a la izquierda de Arequipa hacia Aramburu pueden hacerlo si el
flujo en el sentido contrario se los permite. De lo contrario deben esperar dentro de la
intersección, invadiendo la ciclovia y entrando en conflicto con el flujo de ciclistas.
En la segunda fase Aramburu y Santa Cruz se mantienen con luz roja, Arequipa en el sentido
hacia Miraflores se mantiene en luz verde, pero se le pone luz roja a Arequipa en el sentido
hacia Lima. Esto se hace para que los vehículos que están esperando hacer el giro a la
izquierda de Arequipa a Aramburu puedan completar el giro. Esta fase dura 15 segundos. Sin
embargo los conductores deben de adivinar que los vehículos en Arequipa hacia Lima tienen
luz roja y que ya pueden completar su giro sin problemas pues no hay una indicación en el
semáforo que les de esa información.
La tercera fase pone luz roja en Arequipa en ambos sentidos y le da luz verde a Aramburu y a
Santa Cruz al mismo tiempo. Esta fase dura 45 segundos.
Visto de manera gráfica, el flujograma de este semáforo es algo asi: (un flujograma cíclico
circular simple).
El óvalo Naranjal actualmente atraviesa una crisis en su funcionamiento, sobre todo en las
horas punta de las mañanas (entre las 6:30 am. hasta las 9 am.) y de las noches (entre las 6
pm. hasta las 9 pm.), y es que en estas horas es donde el tráfico se intensifica en gran
dimensión. Estos intervalos de tiempo representan el congestionamiento vehicular en ambos
sentidos de la avenida Panamericana Norte, es decir, en las mañanas se genera tráfico en la vía
con sentido de Norte a Sur y por las noches en el sentido inverso; esto se debe a que, según lo
consultado a los conductores y pasajeros, gran cantidad de pobladores de los distritos del
Cono Norte (Puente Piedra, Los Olivos, Comas, Carabayllo, etc.) trabajan en lugares pasados al
óvalo, ya sea el Centro de Lima o las zonas empresariales (San Isidro, Miraflores, San Borja,
etc.) o inclusive en el propio Los Olivos. Mientras que en las horas mencionadas de la noche,
los pobladores regresan a sus hogares de su lugar de trabajo. En el resto de horas el día, el
óvalo trabaja con normalidad, ya que en esos momentos el flujo vehicular se reduce hasta un
50%. Sin embargo, este no es el único problema que presenta el óvalo, sino que también los
que se mencionan a continuación:
Calzada mal señalizada: Casi todo el óvalo en general presenta una pésima señalización.
Empezando por las aproximaciones, no tienen definidos la cantidad de carriles en la vía, esto
genera confusión en el conductor, pues puede pensar que el ingreso al óvalo es con cuatro
carriles, cuando inicialmente se había diseñado un ingreso con tres carriles. La calzada de
circulación del óvalo también presenta el mismo problema, no se tiene claro cuántos carriles
se posee, incluso cuando estos se intersectan con los ramales, no se tiene ningún tipo de
señalización en la forma en la que estos se juntarán. Se tiene entendido que en el óvalo se
quiso dar una berma lateral a lo largo de todo el perímetro para ser utilizado como
estacionamiento frente a cualquier problema o accidente vehicular que pueda ocurrir, sin
embargo, esto solo se ve reflejado por tramos que inclusive tienen doble ancho y que para
cualquiera genera confusión, normalmente los conductores no respetan este espacio y son
usados para traspasar vehículos sobre todo en las horas punta para poder llegar más rápido al
otro lado
Pistas en mal estado: Por último, el problema, aparentemente, menos importante genera
dificultad a los vehículos en el intento de atravesar el óvalo. Normalmente se producen grietas
en la calzada, probablemente por la cantidad de vehículos pesados que pasan sobre ella, que
luego se convertirán en huecos que se irán volviendo más grandes si es que no se repara. Esto
ocasiona que los vehículos traten de evitarlos para no dañar su vehículo o porque simplemente
no desean sentir movimientos bruscos, y al hacerlo cambian de carril aumentando el flujo en
dicha vía. Prácticamente el carril que tiene la falla en el pavimento queda eliminado para ser
transitado por unos metros, hasta que los vehículos puedan atravesarlo por los costados. Este
es un problema que se da con frecuencia, lamentablemente las autoridades tardan en
repararlo, y cuando lo hacen, lo reparan de forma precaria dado que después de unos meses la
falla se volverá a dar.