Professional Documents
Culture Documents
TESIS
DOCTOR EN HISTORIA
Presenta
Director
Dr. Manuel Ceballos Ramírez
Lectores:
Dra. Valentina Torres-Septién Torres
Dra. María Luisa Aspe Armella
México, D. F 2007
Contenido
Siglas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Proemio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
década de 1870.
2
1.4.1 Educación pública media superior en México.
de Coahuila.
3
Ignacio Velasco, Tomás Mas, Armando Brissack y Pedro Spina (hasta
1890).
2.3.2 Alumnos.
época.
4
3.2 Doce años de crecimiento.
en el currículo.
5
tiempo libre.
(1902-1914) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 255
6
4.6 Otro espacio para los muertitos.
Madero.
Epílogo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 355
Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 367
Fuentes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 374
I. Tablas
1. Gobernadores de Coahuila.
7
2. Obispos y Administradores Apostólicos de Linares-Monterrey
y Saltillo.
II. Testimonios
8
Siglas
Jesús
9
Amabpac Asociación Mexicana de Archivos y Bibliotecas Privados
Investigación Superior
EM Enciclopedia de México
IM Instituto Mora
10
UAC Universidad Autónoma de Coahuila
UT University of Texas
c. Circa
E Expediente
Ed. Editor
Edts. Editores
C Caja
Coadj. Coadjutor
Col. Colección
Coord. Coordinador
Doc. Documento
Esc. Escolar
F Folio
Gr. Grupo
Gral. General
11
Hno. Hermano
HH. Hermanos
Ilma. Ilustrísima
L Libro
Mons. Monseñor
Mr. Mister
Ms. Manuscrito
OM Obispos Monterrey
P. ó p. Página
P. Padre
Pbro. Presbítero
PP. Padres
pp. Páginas
Rev. Reverendo
S Serie
Secc. Sección
T Tomo
12
Proemio
A lo largo de estos años de investigación, algunos me han preguntado por qué la elección
de un colegio, de una institución de educación media superior, para ser trabajado como tesis
doctoral en la disciplina histórica. Y como segunda pregunta, por qué un colegio de Saltillo
He de confesar que las respuestas a estas preguntas no han sido muy lógicas. Debe haber
algunos elementos psicológicos muy recónditos de los que la conciencia no tiene pleno
registro, pero que están allí presentes y que ahora afloran del profundo interior. ¿Cuáles
pueden ser estos elementos? Tal vez el haber vivido por años muy cerca y luego frente a un
escuchar en casa -por padres, tíos y familiares- el nombre del Colegio de San Juan
Nepomuceno, de Saltillo. O el haber haber conocido en la tierna juventud las que fueron
13
instalaciones de San Juan, por ese tiempo oficinas federales y hoy Museo de las Aves de
México.
que ver el diálogo sostenido hace ya muchos años con dos exalumnos de ese Colegio: don
Jesús Sada Muguerza y don Alfonso Farías Hernández. Del primero escuché versos latinos
clásicos, recitados por él en voz y cadencia propias; y del segundo, en un diálogo más
frecuente que con el primero, supe acerca de sus autores griegos y latinos preferidos y de
Un factor más que puede haber influido en la selección del tema es el tiempo dedicado a la
investigación de los colegios regiomontanos Juárez, Justo Sierra y Pedro Noriega, creación
del educador Macario Pérez, lo que formó parte de la biografía de este ilustre maestro
Máximo de San Pedro y San Pablo, de Clementina Díaz y de Ovando; El Antiguo Colegio
14
De historias de colegios jesuitas, mucho me ayudaron los libros Los colegios de jesuitas y
Para tener referentes exteriores de corte anglosajón, fue fundamental la lectura de dos
Roberts; y The making of an american school. The credentials market and the Central High
School of Philadelphia, 1838-1939, de David F. Labaree. Igualmente, fue muy útil contar
Mílada Bazant, textos que abordan explícitamente la educación de los jesuitas mexicanos
en sus colegios de Puebla, Saltillo y México. Y, a nivel regional, el libro que sin duda más
fue el del maestro Israel Cavazos Garza, el que se titula El Colegio Civil de Nuevo León.
Habría que mencionar, igualmente, que el haber colaborado en los años 2001-2002 con
15
Revolución, amplió mi horizonte sobre el periodo y me ejercitó en lo que se refiere al
en el tema del Colegio de San Juan Nepomuceno de Saltillo, al igual que la consulta hecha
Por último, otro factor que conviene aquí consignar es que, como resultado de los cursos
como fruto del avance cotejado de los temas de investigación que cada quien realizaba, se
mayoritariamente regionales, permitió el trabajo en equipo con los propios compañeros del
eventos comunes sin duda enriqueció al equipo, contándose siempre con el apoyo
16
Volante promocional del
Colegio de San Juan, publicado
por la Tipográfica del Gobierno
en el de Coahuila verano de
1878. IED.
17
Introducción
Para la elaboración de este trabajo han sido básicos los libros: La educación como
Elementos para una teoría del sistema de enseñanza, de Pierre Bourdieu y Jean-Claude
analiza y discierne el fenómeno de esta formación jesuítica mexicana de finales del siglo
18
XIX y principios del XX. 1 Estas obras casi no se vuelven a citar a lo largo del trabajo y,
con todo, son como la estructura del edificio conceptual y responden a tres grandes
cuestionamientos:
1) El primero tiene que ver con si formaron estos jesuitas de Saltillo con una clara
conciencia de integrar cuadros dirigentes católicos que, luego, a su vez, influyeran en los
respectivos círculos económicos, sociales y políticos del tiempo en que les tocó vivir y en
dirigente que hubiera devenido en la creación de un clero autóctono, de no ser por factores
negativos tanto internos como externos. Por su parte, Roderic Ai Camp está convencido de
que los jesuitas, al menos los del periodo colonial en la América Hispana, formaban con
esta finalidad de influir en los cuadros dirigentes de la sociedad. Escribe el citado autor
norteamericano:
1
De José María Kobayashi se toma aquí el concepto de minoría dirigente, que él aplica a la
nobleza azteca del Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco.
Pierre Bourdieu y Jean-Claude Passeron postulan que los diversos sistemas educativos son, a su vez,
sistemas de dominación. De acuerdo a esta teoría, habría que atender al grado de compromiso o
ideologización que los educandos del Colegio San Juan de Saltillo respiraron y asimilaron, y ver si
esta educación contribuyó en la formación de los citados escolares; o si, por el contrario, fue
obstáculo para la posterior transformación de los esquemas económicos, sociales y políticos que les
tocó vivir.
Finalmente, de Henri-Irenée Marrou habría que tomar prestada su visión de las humanidades
clásicas, que estudia la educación de los cuadros dirigentes de las sociedades griega y romana, de
acuerdo a una paideia que incluye lo físico, lo intelectual, lo volitivo y lo afectivo.
19
De hecho, las órdenes religiosas de la Iglesia católica, en especial los jesuitas, contemplaban antes
la meta de educar dirigentes que realizaran actividades en todos los ámbitos de la sociedad, incluida
Averiguar si los jesuitas de Saltillo y de los demás colegios de la red tenían estas mismas
ideas, debe ser, entre otras, una de las cuestiones a investigar. Esto se va a poder encontrar,
que tienen que ver, sobre todo, con la formación del carácter y la impronta que se desea
fijar en el alumnado.
Habrá que considerar en este análisis, la diferencia entre la educación novohispana jesuita,
ésta gratuita en virtud del Regio Patronato, y la que imparten estos jesuitas de finales del
siglo XIX, los que, ya sin el subsidio de la corona, deben definir si van a dedicarse a la
educativos. Uno se pregunta si los jesuitas de Saltillo, y los de los otros colegios de la red
2
Roderic Ai Camp, Cruce de espadas. Política y religión en México (México, Siglo Veintiuno
Editores, 1998), p. 314.
20
planteamientos y estilos; si habrían los exalumnos de San Juan creado las mismas
enseñanza, el que contiene no pocos paradigmas pero que, a su vez, sigue siendo
3) Por último, dónde quedan las humanidades, frente al incontenible avance de las ciencias.
y principios del XX. Si los jesuitas mexicanos apostaron a este modelo humanista clásico,
primero, y luego al de las ciencias y los idiomas, cuáles fueron sus frutos. Por otra parte,
interesa saber qué tan profundos fueron estos estudios y si podían competir con los de
instituciones alternas, como serían las creadas por los protestantes en Europa, Estados
Anticipando algo de lo que explicaré en el cuerpo del trabajo, no hay duda de que en esta
educación media superior de los jesuitas en México existen no pocos elementos que
confirman a estos educadores dentro de la línea clásica, que mucho tiene del humanismo
grecolatino, bautizado luego por la Iglesia de Roma y propuesto como digno de estudiarse
incluso por quienes habrían de ser sus pastores y guías espirituales; es decir, el clero secular
21
lo que sucedió en esta experiencia educativa jesuita de Saltillo. Kobayashi desmenuza -y
igualmente, con el de Vasco de Quiroga y los humanistas novohispanos del siglo XVI. 3
[...] La educación -aquí nos referimos ya a la de tipo escolar- es un acto eminentemente humano
llevado a término de hombre a hombre, por medio del cual una comunidad sociocultural se propone
hacer valer en generaciones venideras todas aquellas adquisiciones que ella estima útiles y valiosas
4
para la vida humana.
Por tanto, existe similitud entre el proyecto educativo del siglo XVI en la Nueva España y
este proyecto educativo jesuita de finales del siglo XIX en México: la de formar a una
3
José María Kobayashi, La educación como conquista: empresa franciscana en México (Primera
reimpresión, Centro de Estudios Históricos, México, El Colegio de México, 1997), pp. 116-120 y
137.
4
Kobayashi, p. 152.
5
Kobayashi, pp. 158 y 175-185.
22
estructuras católicas, sobre todo frente al neo-embate protestante y la amenza de la
modernidad descreida. 5
aquellos conventos de las primeras órdenes mendicantes, y, siglos después, con las de los
jesuitas y sus colegios del siglo XIX, si bien con la obvia diferencia de que la educación
impartida por los primeros eran gratuita, y ésta habrá de ser ya de paga, toda vez que la
Iglesia, bajo las Leyes de Reforma, perdió el patrocinio exclusivo del Estado y la religión
Y esta semejanza se aproxima aún más a la educación de los jesuitas en la Nueva España-
México, toda vez que los frailes franciscanos dividían la educación para principales (de
sangre real) y plebeyos, en tanto los religiosos de Loyola lo hacían a través de la educación
Los franciscanos entendieron con Tlatelolco que la clave del éxito para toda institución
6
Kobayashi, pp. 188-189.
23
Puede atenderse a una última coincidencia entre los colegios de Tlatelolco y de Saltillo, a
Apoyado en las fuentes consultadas, Kobayashi transcribe un amplio listado de los libros de
Tlatelolco y concluye que se trataba de una magnífica biblioteca, lo que igualmente sucede
desarrollo del país, el tamaño de la ciudad y los recursos económicos con que se contaba
Estableceré ahora una relación entre lo escrito por Pierre Bourdieu y Jean-Claude Passeron
Saltillo durante los 36 años de vida del Colegio de San Juan. Para Bourdieu-Passeron, hay
una clara asociación entre la reproducción cultural y la reproducción social. Toda acción de
violencia simbólica que logra imponerse supone una delegación de autoridad. Esta acción
pedagógica, por tanto, debe reconocerse como legítima, “tanto por quienes la ejercen como
dominados. 9
generador de prácticas. Esto se afecta en las acciones de una clase determinada, en su grado
8
Kobayashi, p. 274 et seq.
24
no se logra la inculcación, se produce la exclusión. Una conversión radical o metanoia, sólo
Ahora bien, habrá que integrar o interrelacionar todo lo anterior con nuestro tema del
comunicación y las desigualdades del éxito escolar provienen de la clase social; las
prácticas escolares reproducen estos esquemas de dominación; deben buscarse otras formas
capital cultural. 12
9 Pierre Bourdieu y Jean-Claude Passeron, La reproducción. Elementos para una teoría del
sistema de enseñanza (Tercera edición, Col. Fontamara 176, México, Ed. Fontamara, 1998), pp. 41,
51, 65, 69 et passim
Ver también el artículo: “La cultura como un concepto histórico”, de Niklas Luhmann, en
Historia y Grafía (Año 4, Núm. 8, UIA, 1997), pp. 21, 26 y 32. Allí señala Luhmann que la
cultura “duplica todo lo que es”; resulta ser “la memoria de los sistemas sociales y, sobre todo, del
sistema social llamado sociedad”; y “es una perspectiva para la observación de la observación”.
25
Existen algunos puntos en lo que se puede discrepar de los citados sociólogos,
particularmente en su apreciación sobre los colegios jesuitas europeos del siglo XIX. Pero
es indudable que el método de los autores de La reproducción [...] es aplicable a este caso
de estudio. Para ello, obviamente, habrá que analizar detenidamente las prácticas aplicadas
y su efecto, sobre todo a la vista de las acciones de los exalumnos, además de que habría
que probar que la educación de estos jesuitas de Saltillo fue estrictamente elitista, en igual o
mayor grado que la educación media superior impartida por el Estado en su carácter de
Hay que ir ahora a la obra de Marrou y buscar puntos de relación con el tema en cuestión.
En la introducción a su citada obra, el autor destaca que la misma estructura de los clásicos
griegos y romanos fue seguida, de alguna manera por “[...] los fundadores de las academias
13
protestantes y de los colegios de la Compañía de Jesús”. La definición de Marrou sobre
La educación es la técnica colectiva mediante la cual una sociedad inicia a su generación joven en
los valores y en las técnicas que caracterizan la vida de su civilización. La educación, por lo tanto,
13
Henri-Irenée Marrou, Historia de la educación en la antigüedad (Tr. de Yago Borja de Quiroga,
Segunda edición en español, México, Fondo de Cultura Económica, 1998), pp. 9-13.
14
Marrou, ibid.
26
Marrou hace un recorrido histórico por la educación griega y romana. Homero está al
centro de la educación inicial, en la que se trata de pasar del guerrero al caballero. Platón es
La Academia tiene por función hacer el tránsito de la doxa (opinión) a la epistéme (ciencia).
mencionado y como se verá más adelante, ésta sigue en mucho el modelo clásico antiguo,
que luego el Renacimiento retoma. No es una moda, pues, sino una convicción fundada, un
Habrá que regresar ahora a las consideraciones iniciales. El presente trabajo mezcla la
investigación recabada en fuentes directas que proceden de los propios archivos y sus
documentos, a la vez que la seleccionada en fuentes indirectas aportadas por quienes han
escrito y comentado sobre el tema, el que forma parte de la historia de la Iglesia en México,
15
Marrou, pp. 109-121, 121-138, 141-158, 158-202, 203-260 y 261-313, passim.
27
Algunos de los más insistentes cuestionamientos que surgieron al inicio del trabajo tenían
que ver con la posibilidad de encontrar materiales suficientes acerca del tema y sobre las
razones de los jesuitas mexicanos para establecerse en Saltillo. Cómo era su sistema
formativo ya en el siglo XIX, qué clase de instalaciones tenían, quiénes eran sus
formadores y a qué tipo de alumnos atendían, y la relación que guardaban los jesuitas de
San Juan Nepomuceno con las autoridades civiles y eclesiásticas de la época. Estas eran
Otras preguntas, no menos inquietantes, tenían que ver con si el Colegio de San Juan fue
prácticas se realizaban durante la jornada; qué diferencias había entre escolares jesuitas y
alumnos internos, semi-internos y externos; cómo participaban los jesuitas dentro de la hoy
Finalmente, qué tanto fue el daño ocasionado al Colegio por la Revolución Mexicana; a
dónde se fueron después de estos sucesos los jesuitas mexicanos y los extranjeros adscritos
a la Provincia Mexicana; si hubo por parte de la Compañía de Jesús algún intento por
reabrir San Juan; y qué sucedió a los alumnos del Colegio que hubieron de interrumpir sus
los planteles jesuitas que brindó educación media superior de ese nivel y con ese sello en el
28
México de finales del siglo XIX. Igualmente, que se trataba de una de las instituciones
constantes que luego vamos a ver reflejadas en otras instituciones educativas confesionales
y laicas de su época.
El trabajo se hizo de manera lenta y gradual. Desde el inicio de los cursos del Doctorado en
acopio y lectura de las fuentes, siendo propiamente la escritura de la tesis misma durante
años. Quizás lo más difícil haya consisitido en cómo aprovechar mejor la enorme
tema y versa sobre la educación de la época, en tanto que los tres restantes responden a la
humanística y religiosa.
Habría que dejar muy claro que lo que se ha pretendido hacer es recobrar mucho de lo ya
escrito pero de difícil acceso, por encontrarse en archivos civiles y eclesiásticos, o en textos
inéditos, o en ediciones agotadas o limitadas. Muy poco de esto, por otra parte, está en la
red electrónica. Pero es responsabilidad de nosotros mismos que esté, como alguna vez lo
29
Aclaro, igualmente, que he tratado de redactar de la manera más clara y sencilla, de tal
forma que quien acceda al texto pueda darse una idea de cómo educaban los jesuitas de la
época y de qué manera estos religiosos dieron aliento y vida al Colegio de Saltillo, que
Advertirá igualmente el lector que en la narración, al cierre del Colegio, no hay un corte
absoluto, sino que en el epílogo se informa acerca de los más importantes sucesos que
acontecieron después a sus protagonistas, a la vez que la forma en que se percibió dicha
Uno de los retos más constantes a lo largo de la realización de este trabajo ha sido, sin
la problematización de los mismos pues, con Michel de Certeau, se considera que “la
historia es una mirada frágil pero indiscreta a las prácticas de su propia sociedad”. 17
tratado de llegar a lo que Pierre Vilar denomina la historia total y que no es otro enfoque
sino el de entender la historia como “modo de pensar”; como esfuerzo “por hacer
17
Alfonso Mendiola, “Michel de Certeau: la búsqueda de la diferencia”, en Historia y Grafía
(Año 1, Núm. 1, UIA, 1994), p. 30.
30
humana que “necesita comprobar su aplicación en el espacio y en el tiempo”; y como el
proceso mismo de sustituir una historia “peor pensada” por una historia “mejor
pensada”. 18
Vilar da la clave de su método, cuando cita al filósofo Baruch Spinoza y establece como
reglas del espíritu histórico las siguientes: 1) “No olvidar, no deformar nada y no aceptar
fenómenos sociales y después políticos”; y 3) “[...] Evitar ser superficial en los análisis, o
concretas”. 19
31
Establecido este marco teórico, ya se puede entrar en materia.
32