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Fisiología del tomate

La planta de tomate no necesita ninguna necesidad de fotoperiodo en cuanto a su


capacidad para formar flores, sin embargo, sí que determina su crecimiento
vegetativo.
El incremento del crecimiento vegetativo se ve favorecido por el incremento de la
luminosidad como por la temperatura. El crecimiento óptimo lo consigue con
temperaturas diurnas de 23 ºC y nocturnas de 17 ºC.
Algunos estudios parecen demostrar que la fecha de recolección estaba
inversamente relacionada con la iluminación recibida en la fase de semillero, y que
el peso de los frutos está muy relacionado con la cantidad de iluminación recibida
durante la producción.
Existen una gran cantidad de sustancias que permiten controlar multitud de
características del desarrollo de la planta de tomate. Algunas de estas sustancias
nos permitirán controlar aspectos tan fundamentales como son mejorar la
uniformidad de la plantación, estimular la producción de raíces, retrasar o
adelantar el trasplante, obtener precocidad en la producción, aumentar los
números de flores o influir sobre el cuajado de los frutos.
Un ejemplo que se utiliza es la aplicación de auxinas, sustancia que estimula el
desarrollo del ovario del fruto y que origina un desarrollo pantenocárpico del fruto.
La aplicación de temperaturas bajas en el sistema aéreo retrasa la abertura de las
primeras flores. Además, en relación con las temperaturas, el número de flores por
inflorescencia aumenta con temperaturas entre 12-15 ºC permaneciendo
invariable desde los 15 ºC hasta que se alcancen temperaturas de 30 ºC.
La temperatura, la luz y la humedad, juegan un papel determinante para que se
produzca una correcta formación de polen que pueda polinizar la mayor cantidad
de flores.
La aplicación de fitorreguladores para la obtención de mejores resultados en el
cuajado, se utilizan técnicas de agitación mecánica y de vibradores que buscan
un mayor desprendimiento de polen con sus sacudidas. Otra técnica que se está
imponiendo es la utilización de colmenas de abejorros.

En dos medios físico-químicos las plantan van a crecer y desarrollar, por una parte
la aérea (hojas, tallos, flores y frutos) en la atmósfera y por la otra la subterránea
(raíces) en el suelo. Tanto la parte aérea como la subterránea de la planta,
mantienen una relación vital, desde el punto de vista nutricional; en el follaje y
tallos se elaboran sustancias orgánicas indispensables para el crecimiento de toda
la planta; por el sistema radicular se absorbe agua y nutrientes minerales del suelo
o sustrato.
El fruto es una baya, que presenta de 2 a 12 lóculos, dicha baya suele ser
globosa o piriforme. En la epidermis de los frutos se desarrollan pelos y glándulas
que al llegar al estado de madurez desaparecen. En su interior presenta
numerosas semillas, aplanadas, de tamaño pequeño, que se encuentran
embebidas en una masa gelatinosa que se forma del tejido parenquimatoso que
rellena las cavidades del fruto ya maduro. La planta de tomate es una especie
diploide con 24 cromosomas en sus células somáticas.

Durante la madurez del fruto se producen cambios fisiológicos y bioquímicos que


conducen a la adquisición del color, textura, aroma y sabor requeridos para su
consumo. El fruto de tomate se caracteriza por ser climatérico, al iniciar la
maduración aumenta la respiración y la producción de etileno, lo que conlleva al
ablandamiento de la pared celular y al incremento de azúcares en el fruto. El
mantenimiento de estas características durante el mayor tiempo posible amplía las
posibilidades de comercialización especialmente cuando se destina al mercado
para consumo en fresco. Dentro de la especie, Solanum lycopersicum L., se han
encontrado algunos mutantes naturales que alteran la madurez del fruto. Entre
estos mutantes se encontraron el gen rin (ripening inhibitor) y el gen nor (non-
ripening), localizados en los cromosomas 5 y 10, respectivamente, son descriptos
como genes recesivos que alteran la producción de etileno durante la
senescencia. Estos mutantes, en homocigosis o heterocigosis, confieren mayor
firmeza y una mayor vida pos cosecha al fruto.

Las flores son hermafroditas, actinomorfas y péndulas, de 1 a 2 cm de largo y


color amarillo brillante. El cáliz suele estar formado por 5 a 10 segmentos, que
pueden ser desde lineales hasta lanceolados y persistentes. El tamaño del cáliz
va aumentando a medida que se va desarrollando el fruto. La corola es amarilla,
rotada, con el tubo corto, se halla dividida en 5 ó más lóbulos, con gran cantidad
de pelos glandulares. Existen 5 ó más estambres que se encuentran adheridos al
tubo de la corola, provistos de filamentos cortos y anteras conniventes, de
disidentes por hendiduras longitudinales. La unión de 5 ó 6 carpelos conforma un
pistilo único. El ovario es bilocular (pueden existir hasta 10 lóculos en algunas
variedades cultivadas). Las flores se disponen en cimas axilares pancifloras, cada
una de las cuales lleva normalmente de 5 a 6 flores y a veces pueden llegar has
30. Normalmente, el eje principal se ramifica por debajo de la primera flor formada
dando lugar a una inflorescencia compuesta. La flor está unida al ramo por un
pedicelo que contiene una zona de abscisión y con posterioridad, una ver maduro
el fruto, la recolección del mismo se puede realizar por la zona de abscisión o por
la inserción del fruto al pedicelo.

El desarrollo de las flores (diferenciación floral), constituye la etapa previa a la


fructificación. Esta diferenciación se ve influenciada por las condiciones
ambientales de iluminación, temperatura, nutrición de la planta y la posible
competencia por los nutrientes con otros órganos de la planta. Dentro de una
misma inflorescencia, se pueden observar los diferentes estadios de desarrollo del
ramo floral, yemas florales cerradas, flores abiertas, frutos pequeños y medianos.

Raíces

Las raíces primarias de la planta del tomate crecen hacia abajo, mientras que las
secundarias lo hacen de forma más horizontal. Su función, además de
proporcionar anclaje, es la de absorber el agua y los nutrientes del suelo. En
climas templados, las raíces de la planta siguen alimentándola a lo largo de las
estaciones en las que no hay crecimiento. Las plantas de tomate enanas deben
estar separadas una distancia de 1 pie (30,5 cm) para que sus raíces crezcan
adecuadamente. Las de tamaño normal necesitan de 2 a 3 pies (60 a 90 cm) de
separación.

Tallos y hojas

Tanto los tallos como las hojas de la planta del tomate crecen hacia la luz del sol.
Los tallos tienen una textura leñosa y son relativamente débiles, por lo que
requerirán tutores para poder sostener la fruta sin problemas. Crecen hasta
alcanzar de 3 a 10 pies (90 cm a 3 m) de altura, con hojas de entre 4 a 10
pulgadas (10 a 25 cm) de largo, cada una de ellas compuesta por entre cinco y
nueve hojuelas.

Fruto

Como miembro de la familia de las solanáceas, el tomate produce unos frutos de


un característico color rojo intenso. Sin embargo, las variedades modernas
exhiben toda una gama de colores: desde el amarillo al morado, pasando por el
rosa y el naranja. En los tomates Heirloom (variedades cuyas semillas se han
conservado y han ido pasando de generación en generación) se aprecian distintas
tonalidades, además del rojo. Como ocurre con otras frutas, los tomates se
desarrollan a partir del ovario de la flor; van madurando estando expuestas
continuamente a la luz y en todas ellas hay semillas.

Semillas

Las semillas del tomate pertenecen al grupo de semillas de las solanáceas. Cada
semilla posee células endospérmicas, que rodean al embrión, y una capa exterior
llamada testa. Cuando se siembran, esa capa se rompe y el embrión, tras recibir
los nutrientes necesarios, se convertirá en un nuevo plantón.
Morfología

Planta

Perenne de porte arbustivo que se cultiva como anual. Puede desarrollarse de


forma rastrera, semirrecta o erecta. Existen variedades de crecimiento limitado
(determinadas) y otras de crecimiento ilimitado (indeterminadas).

Sistema radicular

Raíz principal (corta y débil), raíces secundarias (numerosas y potentes) y raíces


adventicias. Seccionando transversalmente la raíz principal y de fuera hacia dentro
se encuentran: epidermis, donde se ubican los pelos absorbentes especializados
en tomar agua y nutrientes, córtex y cilindro central, donde se sitúa el xilema
(conjunto de vasos especializados en el transporte de los nutrientes).

Tallo principal

Eje con un grosor que oscila entre 2-4 cm en su base, sobre el que se van
desarrollando hojas, tallos secundarios (ramificación simpoidal) e inflorescencias.
Su estructura, de fuera hacia dentro, consta de: epidermis, de la que parten hacia
el exterior los pelos glandulares, corteza o córtex, cuyas células más externas son
fotosintéticas y las más internas son colenquimáticas, cilindro vascular y tejido
medular. En la parte distal se encuentra el meristemo apical, donde se inician los
nuevos primor dios foliares y florales.

Hoja

Compuesta e imparipinnada, con foliolos peciolados, lobulados y con borde


dentado, en número de 7 a 9 y recubiertos de pelos glandulares. Las hojas se
disponen de forma alternativa sobre el tallo. El mesó filo o tejido parenquimatoso
está recubierto por una epidermis superior e inferior, ambas sin cloroplastos. La
epidermis inferior presenta un alto número de estomas. Dentro del parénquima, la
zona superior o zona en empalizada, es rica en cloroplastos. Los haces vasculares
son prominentes, sobre todo en el envés, y constan de un nervio principal.

Flor

Es perfecta, regular e hipógina y consta de 5 o más sépalos, de igual número de


pétalos de color amarillo y dispuesto de forma helicoidal a intervalos de 135º, de
igual número de estambres soldados que se alternan con los pétalos y forman un
cono estaminal que envuelve al gineceo, y de un ovario bi o plurilocular.

Las flores se agrupan en inflorescencias de tipo racimoso (dicasio), generalmente


en número de 3 a 10 en variedades comerciales de tomate calibre M y G; es
frecuente que el eje principal de la inflorescencia se ramifique por debajo de la
primera flor formada dando lugar a una inflorescencia compuesta, de forma que se
han descrito algunas con más de 300 flores.

La primera flor se forma en la yema apical y las demás se disponen lateralmente


por debajo de la primera, alrededor del eje principal. La flor se une al eje floral por
medio de un pedicelo articulado que contiene la zona de abscisión, que se
distingue por un engrosamiento con un pequeño surco originado por una
reducción del espesor del córtex. Las inflorescencias se desarrollan cada 2-3
hojas en las axilas.

Fruto

Baya bi o plurilocular que puede alcanzar un peso que oscila entre unos pocos
miligramos y 600 gramos. Está constituido por el peri carpo, el tejido placentario y
las semillas. El fruto puede recolectarse separándolo por la zona de abscisión del
pedicelo, como ocurre en las variedades industriales, en las que es indeseable la
presencia de parte del pecíolo, o bien puede separase por la zona pedicular de
unión al fruto. Una planta tiene varias inflorescencias (6-8 en condiciones
normales) normalmente formando de cuatro a diez flores cada inflorescencia. Las
flores del tomate son relativamente pequeñas y constan de un cinco pétalos, la
corola y cáliz. El cono del estaminal representa una fusión de cinco anteras
alrededor del ovario, el estilo y el estigma. el polen se suelta en el interior de la
antera, asegurando así un alto nivel de auto-polinización. Para que la polinización
sea exitosa es esencial algún movimiento de polen. Bien puede hacerse por las
corrientes aéreas o ser polinizado por los insectos. Si la temperatura durante la
floración es demasiado baja o al contrario demasiado alta, el polen no puede
germinar y no se polinizan las flores que se caen o producen la formación de
pequeños tomates hinchados sin semilla. Las temperaturas también pueden
causar malformaciones de fruta, que es el resultado de separación incompleta de
células durante las fases tempranas de floración y desarrollo de fruta. Desde el
punto de vista botánico, la fruta se clasifica como una baya

El crecimiento:

El crecimiento de plantas del tomate puede ser entre determinado e


indeterminado. El brote primario de una planta del tomate joven produce de 5 a 10
hojas, también produce racimos de flor denominados 'mano'.

En plantas de crecimiento indeterminados, encontramos diferentes cultivares, la


planta continúa creciendo de forma ascendente y los racimos de la flor se
desarrollan al lado del tallo principal. En invernaderos, los tallos se permiten crecer
hasta tener alturas de entre 3 y 6 metros de altura. . Aunque las plantas
indeterminadas parecen tener un solo tallo principal, en invernaderos no es el
caso. El crecimiento de los brotes primarios termina con la formación de la primera
flor. El crecimiento ascendente continúa porque la última hoja se desarrolló antes
del surgimiento del racimo de flor (crece a ocupar una posición sobre el racimo)
produciendo un brote lateral. Este brote lateral produce tres hojas más, antes de
terminar en un racimo floral.
TAXONOMÍA DEL TOMATE
Familia: Solanaceae.

Especie: Lycopersicon esculentum Mill.

Planta: perenne de porte arbustivo que se cultiva como anual. Puede desarrollarse de
forma rastrera, semirrecta o erecta. Existen variedades de crecimiento limitado
(determinadas) y otras de crecimiento ilimitado (indeterminadas).

Sistema radicular: raíz principal (corta y débil), raíces secundarias (numerosas y potentes)
y raíces adventicias. Seccionando transversalmente la raíz principal y de fuera hacia
dentro encontramos: epidermis, donde se ubican los pelos absorbentes especializados en
tomar agua y nutrientes, córtex y cilindro central, donde se sitúa el xilema (conjunto de
vasos especializados en el transporte de los nutrientes).

Tallo principal: eje con un grosor que oscila entre 2-4 cm en su base, sobre el que se van
desarrollando hojas, tallos secundarios (ramificación simpoidal) e inflorescencias. Su
estructura, de fuera hacia dentro, consta de: epidermis, de la que parten hacia el exterior
los pelos glandulares, corteza o córtex, cuyas células más externas son fotosintéticas y
las más internas son colenquimáticas, cilindro vascular y tejido medular. En la parte distal
se encuentra el meristemo apical, donde se inician los nuevos primor dios foliares y
florales.

ORIGEN

El origen del género Lycopersicon se localiza en la región andina que se extiende desde
el sur de Colombia al norte de Chile, pero parece que fue en México donde se domesticó,
quizá porque crecería como mala hierba entre los huertos. Durante el siglo XVI se
consumían en México tomates de distintas formas y tamaños e incluso rojos y amarillos,
pero por entonces ya habían sido traídos a España y servían como alimento en España e
Italia. En otros países europeos solo se utilizaban en farmacia y así se mantuvieron en
Alemania hasta comienzos del siglo XIX. Los españoles y portugueses difundieron el
tomate a Oriente Medio y África, y de allí a otros países asiáticos, y de Europa también se
difundió a Estados Unidos y Canadá.
Enfermedades

- Ceniza u Oidio

- Podredumbre gris Botritis

- Podredumbre blanca

- Mildiu

- Alternariosis del tomate

- Fusarium

- Verticilium

- Damping-off

- Bacterias

- Virus

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