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Curso l Física I

Autor l Lorenzo Iparraguirre

CAPÍTULO 12:
Elementos de mecánica
aplicados a fluidos
Los fluidos son los líquidos y los gases, y aunque su movimiento, como el de todo lo ma-
terial, cae dentro de la incumbencia de las Leyes de la Mecánica, en la práctica muestra
aspectos extremadamente sorprendentes para el que está habituado a tratar con el movi-
miento de partículas y cuerpos sólidos.
Por esto es que para el estudio de los fluidos se ha desarrollado un capítulo especial de la
Mecánica, denominado Mecánica de los Fluidos.
Dado que la Mecánica de los Fluidos en general necesita recurrir a un aparato matemáti-
co del que no podríamos disponer aquí, nuestra pretensión es solamente completar un po-
co una visión general del comportamiento de la materia, asomándonos a algunas perspec-
tivas nuevas, y revisando algunos fenómenos simples que pueden entenderse fácilmente
con los elementos de mecánica que ya hemos visto.
Dentro de esas limitaciones veremos entonces esencialmente dos grandes temas:
En primera instancia algo de Hidrostática, que es una aplicación de los criterios de equi-
librio de fuerzas a fluidos en reposo, y luego algunos conceptos de Hidrodinámica, sobre
todo para redondear nociones sobre rozamiento en presencia de fluidos, y definir concep-
tos generales sobre flujo, que es precisamente el comportamiento que da lugar al nombre
fluidos.

12.1.- Hidrostática

Presión hidrostática y Principio de PASCAL


Ya hemos comentado sobre las características básicas de los esfuerzos que se desarrollan en
un fluido estático, descriptos esencialmente por el llamado Principio de PASCAL (enunciado
por Blaise PASCAL -1623-1662).
Ahora bien, este principio es un enunciado anterior a las leyes de la dinámica, que puede
haber sido considerado un Principio mientras no existían leyes de las que se podía deducir,
sobre todo teniendo en cuenta que resume conocimientos antiquísimos sobre el comporta-
miento de los fluidos.

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Pero desde el punto de vista del hilo de conceptos que hemos seguido en este libro, debemos
pensar que las leyes de la dinámica deben ser suficientes para explicar el comportamiento de
los fluidos, sin necesidad del aludido principio, el cual también debe surgir como consecuen-
cia de ellas.
De manera que comenzaremos ocupándonos de mostrar cómo surge el enunciado de PASCAL
de las leyes que ya tenemos, es decir, para los fluidos estáticos, de los conceptos de equilibrio
de fuerzas.

Una parte del principio de PASCAL enuncia que la presión actúa siempre perpendicularmente a
cualquier superficie que esté en contacto con el fluido, independientemente de su orientación.
Actuar perpendicularmente significa que el fluido aplica, sobre cualquier superficie, fuerzas
que no pueden tener componente tangencial.

En la segunda parte de este capítulo mostraremos que un fluido sí puede aplicar fuerzas tan-
genciales, pero sólo cuando está fluyendo. De manera que ahora consideraremos eso suficiente
para enunciar que cuando un fluido alcanza su estado estático, necesariamente han desapare-
cido todas las fuerzas tangenciales.

Una vez aceptado esto, ahora podremos ver fácilmente, aplicando nociones de equilibrio de
fuerzas, que la imposibilidad de la existencia de tensiones tangenciales garantiza que la pre-
sión se manifieste con igual valor independientemente de la orientación de la superficie sobre
la que actúa.

Consideremos para demostrar esta afirmación un elemento de volumen pequeño dentro de un


fluido en reposo. Este elemento es prismático y está delimitado por las superficies S, S1, y S2,
todas perpendiculares al plano de esta hoja (en la figura 12.1 se ve un triángulo, y la tercer
dimensión que completa el prisma es perpendicular a la hoja). Las superficies S1 y S2 son las
proyecciones de S sobre planos perpendiculares respectivamente a los ejes x e y. La figura
12.1 muestra estas superficies vistas desde el eje perpendicu,lar a la hoja, junto con las fuerzas
cuyo equilibrio vamos a plantear, ejercidas sobre ellas por el fluido exterior. Para que sea líci-
to ignorar la acción de la gravedad, consideremos que el plano de la hoja es horizontal.
y
F2
S2 Fig. 15.1 : S, S1, y S2 delimitan una
F1 x porción de fluido estático. El fluido
Fx 
  exterior ejerce la fuerza F sobre S,
 
S1 F1 sobre S1, y F2 sobre S2. Fx y Fy
Fy 
F S son las componentes de F .

La condición de que estas fuerzas sean perpendiculares a las respectivas superficies se traduce
 
en que (como muestra la figura), F1 está alineada con el eje x , F2 está alineada con el eje y, y

el ángulo que forma F con el eje x ,  , es el mismo que forma S con el eje y.
Esto significa, por un lado, que Fx = F cos , Fy = F sen , S1 = S cos , y S2 = S sen, y por
otro, que el equilibrio se verifica cuando (en valor absoluto) F1 = Fx , y F2 = Fy.
Y si ahora planteamos el cociente de cada fuerza sobre su respectiva superficie, tendremos la
presión ejercida sobre cada una, y claro está, es el mismo valor para todas:

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F1 F cos  F
p1    p
S1 S cos  S
F2 F sen F
p2    p
S2 S sen S
De este modo se ha mostrado cómo, para fluidos en equilibrio, la afirmación de que la presión
debe actuar con igual valor independientemente de la orientación de la superficie se puede
deducir de la afirmación de que actúa siempre perpendicularmente.
Por otra parte es interesante analizar el equilibrio para un elemento de volumen cilíndrico de
gran longitud L, ubicado a lo largo del eje horizontal x (Fig. 12.2):

S1 x
S2
L
Fig. 12.2 : se representa un tubo de fluido, con dos tapas iguales, S1 y S2 , y
una longitud horizontal L tan grande como se quiera.

Supongamos que en el extremo izquierdo existe una presión p , y nos preguntamos si en el


extremo derecho, situado a una gran distancia L, necesariamente la presión tendrá el mismo
valor.
Podemos imaginar que el volumen considerado está limitado por paredes reales (está dentro
de un caño de longitud L), o ideales (sólo es una porción seleccionada de un fluido que ocupa
una gran región) - el resultado será el mismo: al estar imposibilitada la existencia de fuerzas
tangenciales en ninguna pared, no puede haber fuerzas con componente x a través de las su-
perficies laterales, y entonces necesariamente la fuerza horizontal en la tapa izquierda deberá
ser equilibrada por una fuerza de exactamente igual valor en la tapa derecha, por distante que
esté. Y esto es lo mismo que decir que las presiones deben ser iguales en ambos extremos, ya
que este volumen, por construcción tiene las dos tapas iguales.
De manera que entonces vemos que en un fluido estático la presión se transmite de cada punto
del fluido a todos los puntos vecinos, y de éstos a los otros, etc., llegando con igual valor a
todos los puntos del fluido del mismo nivel horizontal, por lejanos que estén.
Nótese que lo fundamental para esta afirmación es la ausencia de fuerzas tangenciales. Con un
fluido que no estuviese perfectamente estático, por ejemplo un fluido viajando por un largo
conducto, como veremos oportunamente, la fuerza de rozamiento tangencial a lo largo de las
paredes haría que llegue con una presión cada vez menor a los lugares más distantes.
Por otra parte la acción de la gravedad, que hasta aquí hemos ignorado, es responsable de otra
característica fundamental de la presión hidrostática: la variación con la profundidad, como
veremos a continuación.

Teorema Fundamental de la Hidrostática.


Imaginemos un líquido en reposo, y en su interior una porción prismática rectangular separa-
da del resto por superficies ideales, como se ilustra en la figura 12.3.

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p1
ysup. libre
S1

Slateral
y1 h = y1 y2
P

S2
y2 p2
y=0
Fig. 12.3 : Cualquier porción del líquido puede ser definida como un sistema cuyo
equilibrio se analiza. En este caso se considera un trozo prismático. Las alturas y se
indican con respecto a un nivel elegido arbitrariamente. A la derecha se ilustran las
fuerzas actuantes sobre el cuerpo: en su centro se ha dibujado P , aplicada por el
campo gravitatorio, y sobre su superficie actúa la presión del fluido exterior.
Sobre este prisma actúan las fuerzas debidas a la presión del líquido exterior ejercidas sobre
los distintos lugares de toda la superficie, y además actúa el campo gravitatorio empujando al
prisma líquido con la fuerza peso hacia abajo.
Es claro que este prisma, por ser parte del mismo fluido que está en reposo, debe ser conside-
rado como un cuerpo sobre el cual todas las acciones exteriores se hallan en perfecto equili-
brio.
Entre estas acciones exteriores tenemos, por un lado, las fuerzas horizontales que aplica la
presión sobre las superficies laterales, que es fácil ver que se equilibran naturalmente entre sí.
Y por otro lado tenemos las fuerzas que actúan en sentido vertical, mostradas en la figura
12.4, que también deben estar equilibrándose.
F1
S1

P Fig. 11.4 : Diagrama de fuerzas verticales


S2 actuantes sobre una porción de fluido 
también válido en general para un cuerpo
F2 cualquiera sumergido en el fluido.

F1 vale p1 S1 porque resulta de la acción de p1 sobre S1 , F2 vale p2 S2 porque resulta de p2


actuando sobre S2 , y es claro que ambas no deben equilibrarse, ya que F2 debe superar a F1 ,
en la medida necesaria para equilibrar el peso del prisma de líquido: P = p2 S2  p1 S1.
Como en valor S2 = S1 = S , llamando Pe al peso específico, podemos escribir: P =
Pe×Volumen = Pe S h , y entonces queda:
Pe S h = p2 S  p1 S
Y si con y indicamos altura con respecto a algún nivel (horizontal) arbitrario elegido como
referencia, entonces h = y1  y2 , tenemos finalmente:

p2 – p1 = Pe ( y1  y2 ) (12.1)

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expresión que se conoce como Teorema Fundamental de la Hidrostática.

NOTA: INTERPRETANDO DETALLES DEL TEOREMA


a) La forma como la presión aumenta con la profundidad: p2 = p1 + Pe h , da
cuenta, por unidad de superficie, de un hecho muy natural: la fuerza que el
prisma líquido considerado ejerce a través de S2 sobre el líquido que queda de-
bajo de él es igual a la suma de la fuerza que el líquido encima del prisma
ejerce sobre él a través de S1 , más el peso del prisma:

F1 fuerza ejercida sobre el prisma
por el líquido encima de él
F2 F1  Pe  Volumen
 peso del prisma líquido
S S

P

b) La expresión (12.1), que fue deducida para dos puntos de la misma vertical,
es válida en realidad para dos puntos cualesquiera en el seno de un fluido
homogéneo, dado que, según ya hemos mostrado, la presión hidrostática es la
misma en dos puntos cualesquiera de igual profundidad, por muy distantes
que estén. En la figura siguiente se muestra un ejemplo de cómo se puede escri-
bir la presión en un punto a partir de la presión en otro, cuando se puede
hallar un camino formado solamente por tramos horizontales y verticales, to-
talmente contenido en el mismo fluido.

A y 1 son puntosde la misma vertical , A más alto :


pA = p1  Pe (yA  y1 )

3 Pero p1 = p2 e y1 = y2,por ser 1 y 2 puntos del mismo


B nivel.
Entonces: pA = p2  Pe (yA  y2 )

A Pero, por ser 2 y 3 puntos de la misma vertical,


p2 = p3 + Pe ( y3  y2 )
1 2 Entonces, sustituyendo esto en la expresión para pA:
pA = p3 + Pe (y3  y2 )  Pe (yA  y2 )
= p3 + Pe (y3  yA )
y finalmente allí sustituimos p3 por pB, e y3 por yB:

pA = pB + Pe ( yB  yA )

Ahora tenemos derecho a decir que el Teorema Fundamental de la Hidrostá-


tica se puede plantear para dos puntos cualesquiera A y B en el seno de un
líquido homogéneo estático, tales que se pueda llegar de uno a otro por algún
camino que no salga de ese fluido en ningún punto.
c) Para nada importa si hablamos de un líquido o de un gas. Todo lo dicho se
aplica a ambos, vale para fluidos en general. La única diferencia notable en-
tre líquidos y gases es que como en general el peso específico de los gases es mu-
cho menor (alrededor de 1000 veces menor) que el de los líquidos, resulta que
la diferencia de presión en determinado desnivel dentro de un gas puede ser
despreciable comparada con la diferencia de presión en igual desnivel dentro

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de un líquido. Por ello en muchos problemas prácticos se toma como constante


la presión del gas en todos los puntos, aunque tengan diferente altura.
d) Este teorema completa la idea del Principio de PASCAL: los fluidos transmiten
la presión en todas direcciones, y en ausencia de gravedad la presión llegaría
a ser la misma en todos los puntos. Pero como la gravedad existe, todas las co-
sas pesan y la presión sólo toma el mismo valor en todos los puntos de cada
plano horizontal, variando con la profundidad como hemos visto.

Aplicaciones directas del Teorema Fundamental de la hidrostática

1. Manómetros en U - Unidades prácticas de presión


Se denomina manómetro al instrumento capaz de medir la presión de un fluido. Hay muchos
tipos de ellos, pero el que ahora nos interesa es el tipo U, que consiste esencialmente en un
tubo delgado y transparente de forma parecida precisamente a una U con cierta cantidad de
líquido en su interior. Existen dos variantes principales de este manómetro: abierto o cerrado,
según se ilustra seguidamente (figura 12.5):
pa
pa pa
p1

p p

manómetro manómetro
abierto cerrado

Fig. 12.5 : ilustración del empleo de un manómetro abierto y de uno cerrado para la
medición de la presión p en el interior del balón.

La idea esencial (en cualquiera de las dos variantes) es que el líquido tiende a ubicarse con el
mismo nivel en las dos ramas de la U, pero se desnivela según sea la diferencia de presión en
ellas. El líquido casi exclusivamente usado es el mercurio debido sobre todo a su gran peso
específico.
En nuestros dos dibujos, en la rama izquierda se aplica la presión a medir, y en la rama dere-
cha está, o bien la presión atmosférica en el modelo abierto, o bien la presión del gas que que-
da encerrado en la rama cerrada (esta presión es variable y se la puede calcular).
Para calcular la presión a partir de estos instrumentos debemos medir el desnivel entre los
niveles del líquido en ambas ramas, y razonar según el siguiente esquema (figura 12.6).

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pA
A
p
yA h = yA  yB

yB

Fig. 12.6 : Lecturas en un manómetro en U. Con y se indican


alturas con respecto a un nivel arbitrario

Consideremos A y B, puntos de cada una de las superficies libres que pueden ser conectados
por una línea totalmente situada dentro del líquido, y a los cuales se puede por lo tanto aplicar:
pB  pA = Pe (liq) ( yA  yB )

Ahora bien, por encima de B hay un gas. Su peso específico es despreciable y por lo tanto la
presión allí no varía con la altura por encima de B: es la misma presión p del recipiente, la que
queremos medir. Por otra parte, por encima de A hay una presión que por ahora llamaremos
pA (y que en el caso del manómetro abierto es simplemente la presión atmosférica pa ), de
manera que la diferencia pB  pA = p  pA resulta determinada simplemente en función del
desnivel h = (yA  yB ) entre las ramas:
p  pA = Pe(liq) h

NOTA: UNA AYUDA PARA LOS RAZONAMIENTOS


Resulta muy práctico a veces razonar trazando una línea
horizontal por la superficie “libre” más baja del líquido, es A
decir, en este caso por B ; esta línea determina el punto B’ p
en la otra rama que, por tener el mismo nivel y estar conec-
tado con B sin interrupción por el mismo líquido, tiene la
B B’
misma presión:
pB = pB’
Por otra parte, la presión en B’, directamente debajo de A,
con una profundidad igual al desnivel h, se calcula su-
mando a la presión en A, lo que corresponde a la profundi-
dad h en el líquido en cuestión:
pB’ = pB = pA + Pe h
(líq)

Las expresiones e ideas presentadas hasta aquí valen tanto para el manómetro abierto como
para el cerrado; la diferencia entre ambos sólo aparecerá cuando tratemos de expresar el valor
de la presión pA , lo cual es más complicado para el manómetro cerrado, y no nos ocuparemos
de él en detalle. No obstante debe estar claro que el manómetro cerrado es ventajoso para me-
dir presiones grandes, y que la dificultad para expresar la presión en la rama cerrado puede
obviarse en la práctica, ya que el manómetro se puede graduar empíricamente.
Veamos ahora específicamente, más detalles del manómetro abierto:

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pa
pa

p
h p  pa = Pe (líq) h

Fig. 12.7: El manómetro abierto toma la atmósfera como referencia.

Se llama presión relativa a la atmósfera, (a veces también se la llama presión manométrica) a


esta diferencia p  pa = pr ; y así resulta:
pr = Pe h (12.2)
La llamada presión absoluta, p , queda determinada por:
p = pa + pr = pa + Pe h (12.3)
Como la presión indicada por estos manómetros resulta proporcional al desnivel h, resulta que
puede ser práctico tomar como unidad de presión el cm o el mm de desnivel de líquido; éstas
no serán unidades S.I., claro está, pero son de uso muy cómodo y difundido.
Así es que tenemos las importantes unidades:
mmHg : presión que desnivela 1 mm al mercurio en un manómetro abierto; (esta unidad
también se denomina torr , en memoria de Evangelista TORRICELLI (1608-1647), físico
discípulo de GALILEO)
o lo que es igual:
x mmHg = presión (relativa a la que haya en la superficie) a x mm de profundidad en Hg .
cmHg : presión que desnivela 1 cm al mercurio en un manómetro abierto; o que hay a 1 cm
de profundidad en mercurio; etc.

Siendo la densidad del mercurio 13,604 kg/dm³, resulta:


1 mmHg = 1 torr  13604 (kg/m³)  9,8 (N/kg)  103 m
 133,32  103(N/m3)  103 m = 133,3 N/m2
 133,3 Pa

1 cmHg  1333 Pa
El mercurio es el líquido más típicamente usado, pero, claro está, podríamos usar como uni-
dad de presión el mm o el cm de agua, o de cualquier líquido, definiéndolos según la misma
idea.

Un líquido como el agua, de mucha menor densidad que el mercurio, se desnivela mucho más
por la misma diferencia de presión, y permite por ello lecturas mucho más sensibles. Además
permite hacer fáciles estimaciones con números más redondos:
1 mm agua = 1000 (kg/m³) × 9,8 (N/kg) × 10-³ m
 9,8 Pa  10 Pa

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1 cm agua  100 Pa = 1 hectopascal

Ejemplo desarrollado
Considere un recipiente que contiene aire conectado al manómetro en U que se muestra. El líquido del
manómetro es mercurio, y la presión atmosférica vale 740
patm = 740 mmHg
mmHg.
a) Calcule en mmHg la presión relativa en los puntos indicados pint A A’
A, A’, B, B’, C, y C’. B B’ 8 cm
b) Calcule la presión absoluta y la relativa del gas en el depósi- 10 cm
C C’
to, expresadas en mmHg y en Pa. 12 cm
Desarrollo
a) Por lo que se ha comentado sobre el pequeño peso específico de los gases, podemos considerar
que:
o La presión en A’ y en B’, es la misma de la atmósfera.
o La presión en A, en B, y en C, es la misma del gas en el interior del depósito, la cual, en valor
relativo, está dada por la diferencia de nivel entre B’ y C: 100 mmHg.
o La presión en C’ es la misma que en C, por estar al mismo nivel dentro del mismo líquido.
De manera que la presión relativa en A’ y B’ es cero, y en A, B, C, y C’, es 100 mmHg.
b) Para el gas en el depósito: pr = 100 mmHg = 13332 Pa, y pabs = 840 mmHg  111888 Pa. Si quisié-
ramos expresar con el número adecuado de cifras significativas, diríamos pr  133 hPa, y pabs  112
kPa.

Barómetro de mercurio
Si pensamos en un manómetro en U cerrado, en cuyo extremo cerrado se haya hecho el vacío1,
tendremos un instrumento que mide la presión absoluta:

pa p1  0 (vacío)

p
h p  p1  p
 Pe (líq) h

Fig. 12.8 : Si p1  o , el desnivel h es indicador de la presión absoluta en el otro extremo.


Si el extremo izquierdo está abierto a la atmósfera, el aparato medirá la presión atmosférica
(figura 12.9). Este instrumento se denomina barómetro; su forma más típica es la mostrada
esquemáticamente a la derecha de la misma figura.

1 No se puede pretender tener un vacío absoluto sobre un líquido: inevitablemente sobre el líquido deberá estar, al menos,
su propio vapor -y puede haber otros gases. Pero si el líquido es mercurio y todo anduvo bien, es decir que sólo hay vapor
de mercurio, resultará que la presión de éste, a temperatura ambiente, es una pequeña fracción de mm que no alcanza a
alterar la lectura.

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p1  0 (vacío)
h indica la presión
h atmosférica en cmHg
(o mmHg) directamen-
pa te sobre la escala.
h pa  Pe (líq) h
En la práctica resulta,
según el lugar y el
pa estado del tiempo,
h  76 cm ± 4 ó 5 cm

Fig 12.9: a) un manómetro cerrado aplicado a la medición de la presión atmosféri-


ca se denomina barómetro. b) Forma típica del barómetro de mercurio.

Se define la presión atmosférica normal con un valor de 760 mmHg , valor que se considera
como el promedio anual a nivel del mar, y con este valor se define una unidad de presión
llamada atmósfera, que se abrevia atm (y que es muy práctica, aunque no es del SI, claramen-
te):
1 atm = 760 mmHg
 760  103 m  13604 (kg/m³)  9,8 (N/kg)
 101325 Pa
 1013, 25 hPa

NOTA:PRÁCTICA
Es interesante, entre otras cosas porque ilustra acerca de la idea de cómo actúa
la presión atmosférica, describir la forma práctica de lograr el vacío en el ex-
tremo del tubo: simplemente se llena de mercurio un tubo (cerrado en un ex-
tremo) de más de 80 cm de largo, se lo tapa, se lo invierte, se introduce el ex-
tremo tapado dentro del recipiente con mercurio, y se lo destapa, como se mues-
tra en la figura 12.10. Si como se dijo el largo del tubo es de alrededor de 80
cm o más, la presión atmosférica no podrá sostener tanto mercurio, y éste “ca-
erá”, dejando un vacío en la porción superior del tubo hasta que se llegue al
equilibrio.

el mercurio
se
quita cae dejando
se se invierte columna de
se tapa el un vacío en
llena e introdu- mercurio que
tapón la parte
total- cuidando produce en A
ce en el
mente de que no L>80cm superior
mercurio una presión
queden igual a pa
del reci-
burbujas pa
piente
de aire
A

Fig. 12.10: forma práctica de construir un barómetro de mercurio.

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2. Principio de Arquímedes
Una consecuencia directa de las condiciones de equilibrio en el seno de un fluido estático es el
enunciado de este conocido “Principio”:

Un cuerpo sumergido (parcial o totalmente) en el seno de un fluido en


reposo recibe un empuje de abajo hacia arriba igual al peso del fluido
desalojado por la parte sumergida del cuerpo.

Es muy claro cómo esto se desprende de lo que ya hemos dicho:


La presión del fluido siempre es mayor en la parte de abajo de un cuerpo sumergido que en
la de arriba  la fuerza resultante sobre el cuerpo siempre será hacia arriba, y de valor tal que
si el volumen que ocupa el cuerpo estuviera lleno del mismo fluido, éste estaría en equilibrio
(su peso igualaría a la resultante de la acción de las presiones).


  
E resultante de la accion
E  de la presion sobre toda  Pefluido  Vsumergido
la superficie del cuerpo 
 

Y como la fuerza aplicada por el fluido exterior sobre cualquier superficie no depende de lo
que hay dentro de ésta, entonces resulta el enunciado tradicional.
A partir de estos enunciados queda claro que el problema del equilibrio de un cuerpo sumer-
gido en un líquido (o un gas: vale para cualquier fluido1) se reduce al análisis de sólo dos fuer-
zas: el peso del cuerpo, y el empuje hidrostático. Y se halla que pueden ocurrir esencialmente
tres cosas distintas, las que se suelen denominar casos de flotabilidad.

Casos de flotabilidad
1er Caso: Pe cuerpo < Pe fluido
Ilustraremos los enunciados con un cuerpo de madera de Vcuerpo  0,5 dm³ y Pecuerpo  6
N/dm3, sumergido en agua, es decir, Pefluido 10 N/dm3 .
En este caso, multiplicando ambos miembros por Vcuerpo , y recordando que si nos referimos a
un cuerpo totalmente sumergido tendremos que Vcuerpo = Vfluido desalojado , entonces queda:
Pecuerpo Vcuerpo = 3 N = P < Pefluido Vfluido desalojado = 5 N = E

Es decir que el empuje supera al peso. El cuerpo no permanecerá sumergido por sí mismo sino
 
que deberá estar sujeto, y si se lo libera ascenderá impulsado por la resultante entre E y P has-
ta quedar finalmente en equilibrio, flotando, sobresaliendo del líquido de manera de recibir
un empuje E’ igual a su peso.

1 El empuje es proporcional al Pe del fluido, y por ello suele ser poco perceptible en los gases. Claro que en enormes volú-
menes de gas como los que se movilizan en la atmósfera, los efectos del empuje debido al menor peso específico del aire
más caliente, son muy notables: brisas, vientos, huracanes, etc. El empuje también es notable en volúmenes mucho meno-
res que éstos pero aún así grandes, tales como los de los globos aerostáticos.

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3N
3N
5N 3N
2N
(a) (b)
Fig. 12.11. a) E > P, el cuerpo está sumergido porque se lo mantiene sujeto con un cable,
cuya tensión vale: F = E  P = 2N . b) si se suelta el cable, como E > P, entonces el
cuerpo asciende hasta el estado final de equilibrio: E' = P = 3N. En esta condición sólo
tiene sumergida una parte de su volumen, Vs = E’/Pefluido = 0,3 dm3.

2do Caso: Pecuerpo = Pelíquido  E = P


El cuerpo queda en equilibrio indiferente, a dos aguas. No flota ni se hunde.

Fig. 12.12 : cuerpo de igual densidad que el fluido flotando a dos aguas.
3er Caso: Pecuerpo > Pelíquido  E < P
Ejemplificamos con un cuerpo de igual volumen que el anterior, Vcuerpo= 0,5 dm³, pero de
aluminio: Pecuerpo  26,5 N/dm³, que se sumerge en agua.
En este caso el fluido no puede sostener al cuerpo, el cual se hunde hasta que se apoya en al-
go.

5N
Fig. 11.13: cuerpo más denso que el fluido:
el equilibrio sólo puede ocurrir con la
intervención de la fuerza de módulo PE,
8N 13N
aplicada en este caso por el fondo.

El peso del cuerpo es P = 0,5dm³×26,5N/dm³  13 N; el empuje es el mismo que en el ejerci-


cio anterior, 5 N, pues sigue siendo el peso de los 5 dm3 de agua desalojada, y la fuerza que
aplica el cuerpo al fondo es la diferencia 13  5  8 N .
La fuerza de 8 N, con la que el fondo sostiene al cuerpo, igual por acción y reacción a la que
el cuerpo aplica al fondo, resulta menor que el peso del mismo y a veces mucho menor, casi
nula. Debido a esto es que se tiene la sensación de que los cuerpos “pesan menos” dentro del
agua.

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Lo que en realidad sucede es que el campo gravitatorio aplica al cuerpo sumergido la misma
fuerza peso, P, que si estuviese fuera del líquido, pero hay que aplicar menos fuerza para sos-
tenerlo: F = P E , por lo cual el acto de pesarlo, entendido como sostenerlo y medir la fuerza
necesaria, nos dará un valor F < P, y nos tentará a decir que “pesa menos”. Pero sólo es el
peso aparente1 el que disminuye dentro del líquido.

3. El Principio de los vasos comunicantes


Nos hallamos aquí nuevamente ante un enunciado denominado Principio que no es formal-
mente tal cosa, pero que ha heredado esa denominación y que no es importante quitársela:
Si varios recipientes con un mismo líquido están abiertos, de modo que actúa la
misma presión pa sobre la superficie del líquido en todos ellos, y están comunica-
dos de manera que se puede pasar de uno de ellos a cualquier otro sin salir del
líquido, entonces el estado de equilibrio sólo es posible con todas las superficies
libres en el mismo plano horizontal.
El lector seguramente puede obtener este enunciado directamente del Teorema Fundamental
de la Hidrostática.

Fig. 12.14: Ilustración del llamado “Principio de los vasos comunicantes”. Si sobre todas las superficies
libres actúa la misma presión pa, y cualquier punto de una de ellas puede ser unido con cualquier punto
de otra por una línea que no sale del líquido, entonces deben estar al mismo nivel. El tubo que comunica
el recipiente de más a la derecha con el resto se denomina “tubo sifón”.

Ejemplo desarrollado 1
Un bloque de cierta madera “pesa 90 N en el aire”. Una pesa de plomo tiene un “peso” de 130 N
cuando está sumergida en agua. Cuando se atan juntos y se los sumerge en agua “pesan” 100 N.
¿Cuál es la densidad de la madera? Explique cómo se interpreta en este enunciado la palabra peso
escrita entre comillas. ¿Qué relación guarda con “ peso = mg ” ?
Desarrollo.
Este enunciado sólo se entiende si interpretamos que “peso” es lo que podríamos llamar peso aparen-
te, que sería la fuerza que debería hacer un “agente exterior” para sostener al cuerpo correspondiente
en cada caso, es decir lo que indicaría un dinamómetro del cual colgase suspendido cada cuerpo en
cada caso. Este “peso”, o peso aparente, sería entonces la diferencia entre la atracción gravitatoria y el

1 Esto sólo tiene el valor de una propuesta de vocabulario a usar. Si alguien desea decir que los cuerpos pesan menos
dentro del agua está en todo su derecho, pero no le está llamando peso a la fuerza gravitatoria ; lo que debe tener bien en
claro es que la fuerza que aplica el campo gravitatorio sobre el cuerpo no cambia en lo más mínimo porque éste esté
dentro del agua, y que lo que disminuye es la fuerza que el cuerpo aplica sobre el fondo (o sobre lo que sea que lo sostie-
ne ). Pensar que la fuerza gravitatoria sobre un cuerpo pudiera cambiar por estar éste sumergido, es decir rodeado de agua,
obligaría también a pensar que cambia cuando el cuerpo es guardado en una caja o en algún otro recipiente adecuado.

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Curso l Física I
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empuje hidrostático. Aunque no es imprescindible hacer un dibujo para aclarar esto, consideramos que
siempre se entiende mejor un problema de éstos con una figura esquemática de por medio, motivo por
el cual a continuación resumimos el enunciado con los correspondientes esquemas.

90 N 130 N 100 N

En el caso del bloque de madera, podemos despreciar el empuje hidrostático del aire, por la pequeña
densidad de éste. Así que si m1 y V1 son la masa y el volumen del bloque de roble, y m2 y V2 los co-
rrespondientes al cuerpo de plomo, podremos reescribir los datos de la siguiente manera:
m1 g  90 N
m2 g - Peagua × V2 = 130 N
m1 g + m2 g - Peagua × (V1 + V2) = 100 N
En el último renglón podemos reemplazar m1 g por 90 N, y m2 g - Peagua × V2 por 130 N, de esta ma-
nera queda:
90 N + 130 N - Peagua × V1 = 100 N ,
Así que: Peagua × V1 = g agua × V1 = 120 N
Haciendo el cociente de el primer renglón sobre éste último, finalmente queda:
m1 g 90  D =  1 = 0,75
 1
V1  agua g 120  agua
El problema está terminado. No obstante en este tipo de problemas es fácil revisar lo que se ha en-
contrado para ver si es correcto, de manera que procederemos a mostrar una forma posible de revisar
este problema.
La masa del bloque de madera se puede averiguar a partir del primer dato: m1 = 90/9,8  9,2 kg. Si su
densidad es 0,75, entonces su volumen deberá ser 9,2/0,75  12,27 dm3, y el empuje que recibirá al
estar sumergida será de 12,27 kg, o en newtons, 120,2 N.
Por otro lado el cuerpo de plomo, sumergido, recibe un empuje que es 130 N menor que su peso. Así
que con ambos cuerpos unidos sumergidos podremos decir que entre el peso y el empuje del cuerpo
de plomo el resultado es 130 N hacia abajo; si a esto le agregamos los 90 N que pesa la madera, y le
restamos los 120 N de empuje que ella recibe, tenemos la fuerza resultante total, de 100 N hacia aba-
jo, indicada por el dinamómetro correspondiente.

Ejemplo desarrollado 2
El bloque A de la figura está suspendido de un dinamómetro D y se encuentra sumergido en un líquido
(C), contenido en un recipiente (B). La masa del recipiente es 505 g y la del líquido 402 g. La balanza
(E) en la cual está apoyado el recipiente señala 1,137 kg. El dinamómetro marca 2,150 kg. El volumen
del bloque A es 295 cm3.

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Curso l Física I
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a) Explique por qué el equilibrio de las fuerzas que actúan sobre el


sistema B + C, puede plantearse con la expresión: D
PESOB + PESOC +empuje = 1,137×9,8N/kg
(dibuje las fuerzas involucradas actuando sobre B+C)
2,15 kg
b) Calcule el empuje de esta expresión, y a partir de él la densidad
del líquido C.
C
c) Dibuje el diagrama de cuerpo libre del bloque A, mostrando las B A
fuerzas actuantes sobre él.
d) ¿Qué indicará cada instrumento si se saca el bloque A fuera del
kg 001,1370
líquido? Justifique.
e) Dado que tanto en el enunciado de este problema, como en el
punto d), la balanza indica la fuerza que el recipiente B ejerce sobre ella, y dado que en ambos casos
esa fuerza se compone de el peso de B, más la fuerza vertical que el líquido C aplica contra el fondo
de B,
entonces:
 ¿por qué es distinto el valor que indica la balanza en los dos casos?
 ¿qué tiene de distinto el líquido que está en contacto con el fondo de B en cada caso? ¿por qué?
Desarrollo
a) Denominemos (para simplificar tomemos todas las fuerzas en kgf, sobreentendiendo que 1 kgf = 9,8
N):
PA : peso del cuerpo A.
PB = 0,505 kgf : peso del recipiente
PC = 0,402 kgf : peso del líquido C
FD = 2,150 kgf : fuerza que indica el dinamómetro
FB = 1,137 kgf : fuerza con que la balanza sostiene al sistema, indicada en el visor.
E : empuje hidrostático del líquido sobre el cuerpo A.
En la siguiente figura se muestran las fuerzas esquemáticamente (no se puede indicar bien dónde está
aplicada cada una, de manera que sólo se intentan representar los sentidos).

FD

PA
PC

PB
FB

Las fuerzas exteriores sobre el sistema deben estar en equilibrio (el empuje hidrostático sobre el cuer-
po A es una fuerza interior, y por ello no figura explícitamente aquí):

383
Curso l Física I
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FB + FD - PA - PB - PC = 0 .
En esta expresión PA - E = FD  podemos reemplazar PA - FD = E , y queda:
FB = E + PB + PC
b) Partimos de la expresión:
E = FB - PB - PC = 1,137 - 0,505 - 0,402 = 0,230 kgf
Como el empuje es el peso de un volumen de líquido igual al del cuerpo, 295 cm 3, entonces el peso
específico del líquido y su densidad serán, respectivamente 0,23/0,295 = 0,78 kgf/dm 3, y 0,78 kg/dm3.
c) En el esquema siguiente se muestran estas fuerzas con sus valores. El peso del cuerpo A se obtie-
ne sumando E + FD , como se desprende claramente de la condición de equilibrio aplicada al esque-
ma.
FD (2,15 kgf)

E (0,23 kgf)

PA (2,38 kgf)
d) Eel dinamómetro indicará el peso del bloque, 2,38 kgf. La balanza indicará PA+ PC = 0,402 + 0,505
= 0,907 kgf.
e) Cuando el cuerpo A está sumergido, el empuje que éste recibe del líquido, por acción y reacción
también es aplicado por él sobre el líquido hacia abajo, y detectado por la balanza, que por ello indica
0,907 + 0,230 = 1,137 kgf. Ahora bien, ¿cómo se explica esta fuerza distinta si se considera que sobre
el fondo del recipiente siempre actúa el mismo líquido?
Pues una manera de justificarlo es diciendo que cuando el cuerpo A está sumergido, el nivel del líquido
es mayor, y con ello la presión sobre el fondo es también mayor. El volumen sube exactamente tanto
como si hubiésemos agregado 0,230 kgf de líquido, ya que ese valor, el del empuje, es el peso del
líquido desalojado.

12.2.- Movimiento de fluidos

Consideraciones generales
Cuando intentamos hablar del movimiento de un fluido, encontramos que debemos hablar del
movimiento de cada punto del mismo, dado que los distintos puntos se mueven de distinta
forma, casi independientemente, unos de otros. Pero dado que sabemos que el fluido está
compuesto de partículas (moléculas) con movimientos caóticos independientes, éste es un
momento conveniente para discutir un poco el problema de decir a qué le vamos a llamar la
velocidad de un punto del fluido.
No tendría sentido considerar que un punto sea algo más pequeño que una molécula, y tampo-
co llamar velocidad de un punto a la velocidad de una molécula, porque sabemos, a partir de

384
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la Teoría Cinética de los Gases, que cada una se mueve caóticamente con grandes velocida-
des, aún con el fluido en reposo.
El problema se resuelve desde dos puntos de vista, que en cierta forma son complementarios:
el punto de vista macroscópico, y el microscópico.

Descripciones macroscópica y microscópica


Desde el punto de vista macroscópico se considera el modelo continuo de la materia. En este
modelo se hace abstracción de la estructura microscópica de la misma. Se la trata como si
fuese divisible hasta el infinito, y cuando se habla de un punto, se alude a un punto estricta-
mente geométrico.
Este punto es una idealización que no se pretende que refleje lo que realmente sucede en el
nivel microscópico, pero sí que se mueva según las leyes que se establecen macroscópicamen-
te, como haremos en este capítulo.
Luego se hace intervenir el punto de vista microscópico, apoyado en algún modelo corpuscu-
lar de la materia, para explicar o justificar la razón de ser de algunas leyes del ámbito ma-
croscópico.

Por ejemplo la Ecuación General de los Gases Ideales: p V = n R T, establece fenomenológi-


camente una relación entre las variables macroscópicas p, V, y T, que describen un fluido ma-
croscópico, que podría ser continuo, y divisible hasta el infinito, o no, sin que ello influya so-
bre lo que describen estas variables. Esta ecuación permite resolver cuestiones de termodiná-
mica, sin necesidad de hacer intervenir consideración alguna sobre la estructura microscópica.
Pero es necesario que cuando se haga intervenir algún modelo de
la estructura microscópica del gas se obtenga algo que sea co- EL MODELO CORPUSCULAR
herente con lo que se tiene macroscópicamente. Por ejemplo en Para los gases ideales el modelo
corpuscular es el modelo cinéti-
el caso del gas ideal, con la Teoría Cinética de los Gases se ob-
co molecular presentado en la
tiene la misma ley, siempre que interpretemos la variable T de Teoría Cinética de los Gases,
determinada manera. Eso nos permite explicar la razón de ser de para los líquidos tendríamos un
la ley (la cual no tendría ninguna justificación teórica en el mar- modelo parecido, pero que con-
co macroscópico), y ganar en comprensión sobre el significado templa las interacciones entre
microscópico de la temperatura, lo cual nos sirve para extender moléculas, debido a que en este
la teoría a la explicación de otros fenómenos. caso se mantienen próximas, y
para los sólidos tenemos todas
De manera que ahora tenemos el problema de definir a qué se le las teorías que describen las
puede llamar punto desde el punto de vista microscópico (te- diversas posibilidades de unión
niendo en cuenta el modelo corpuscular de los fluidos), de ma- de los átomos entre sí.
nera que sea coherente con la teoría macroscópica que estamos
desarrollando.

El punto en el modelo corpuscular de la materia.


Teniendo en cuenta el modelo cinético molecular, definimos un punto de un fluido como una
región del fluido tal que:
o Es tan pequeña que puede ser considerada un punto en comparación con cualquier par-
te macroscópica que se considere del sistema.
o Es suficientemente grande como para contener un número N muy grande de molécu-
las. Este número tiene que ser tan grande que en cualquier promedio que se haga de

385
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cualquier variable sobre las N moléculas, no se deben poder detectar las variaciones
debidas a las moléculas individuales que continuamente están saliendo y entrando de
la región.

De esta manera, el punto del fluido será una pequeñísima región con un enorme número de
moléculas que se mantienen viajando juntas durante cierto tiempo, aunque continuamente las
que están cerca del borde están intercambiándose con las del exterior. Luego de suficiente
tiempo, es probable que todas las moléculas originales ya se hayan ido del punto, lo cual no
tiene ninguna importancia.

Velocidad de flujo.
Cada una de la N moléculas en un punto P tiene un movimiento caótico, con una velocidad

v i , cuyo módulo depende de la temperatura de la manera similar a la que ya hemos visto en la

Teoría Cinética de los Gases, y definimos el vector velocidad del punto, v P , o velocidad de
flujo, como el vector velocidad media del conjunto:
 1 
v P   vi (12.4)
N
NOTA:
Si todas las moléculas tienen la misma masa m, multiplicando ambos miem-
bros de (12.4) por Nm, que es la masa total de las moléculas del punto, tene-
mos:
  
mtotal vP   m vi   pi = vector cantidad de movimiento total

Esto nos dice que v P es lo mismo que la velocidad del centro de masa de todas
las moléculas en la región que hemos llamado punto (recordar que
 
p total  mtotalvCM ).

Regímenes de flujo
Básicamente hay dos regímenes de flujo, denominados flujo laminar y flujo turbulento, y en
este capítulo sólo desarrollaremos algunos aspectos simples del flujo laminar.
En el régimen laminar cada punto sigue una línea denominada línea de flujo, la cual es estable
en el tiempo. Por cada punto del sistema pasa una única línea de flujo, la cual permanece fija
durante intervalos considerables de tiempo. El vector velocidad (de flujo) en cada punto es
tangente a la línea de flujo que pasa por él.
En el régimen turbulento, como su nombre lo indica, el vector velocidad en cada punto varía
desordenamente, y el punto no puede describir una línea continua. Las líneas de flujo se en-
tremezclan en torbellinos que varían continuamente sin permanecer en el tiempo.

Fig. 12.15: Líneas de flujo correspondientes a un cilindro o una esfera fijos en me-
dio de una corriente de fluido. A la izquierda flujo laminar, y a la derecha turbulento.

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Número de Reynolds
Para que el flujo sea laminar es necesario que la velocidad sea suficientemente baja, los con-
ductos delgados y la viscosidad grande (la viscosidad es el rozamiento fluido que definiremos
más adelante). La turbulencia tiende a producirse cuando la inercia del movimiento predomina
sobre el rozamiento (y viceversa) y el criterio en general para decidir si el flujo es de un tipo o
de otro depende de un coeficiente denominado Número de Reynolds, NR:
vd
NR = (12.5)

Donde:
 es la densidad del fluido
v la velocidad de flujo
 el coeficiente de viscosidad, que definiremos más adelante
d es alguna distancia transversal característica del proceso (en una cañería, por ejem-
plo, es el diámetro, y en el ala de un avión, el grosor)
Se verifica fácilmente (haciendo uso de las unidades de : Pa·s) que NR es un número adi-
mensional, y el régimen de flujo se decide de la siguiente manera:
o NR < 2000 Flujo Laminar
o 2000 < NR < 3000 Flujo Inestable (puede ser laminar, y pasar espontáneamente a tur-
bulento)
o NR > 3000 Flujo Turbulento

Además este número, que debe su nombre a Osborne REYNOLDS (1842-1912), sirve en gene-
ral para poder comparar situaciones que involucren movimientos de fluidos aparentemente
muy distintas.
Por ejemplo pensemos en el problema de diseñar un nuevo avión que deberá volar a centena-
res de kilómetros por hora. Las pruebas inicialmente se hacen sobre una maqueta en tamaño
reducido del avión, dentro del túnel de viento. ¿Qué criterios deben utilizarse para decidir si
algo que ocurra con la maqueta también debería ocurrirle al avión? Si la maqueta es 30 veces
más pequeña que el avión, ¿debe sometérsela a ensayos con mayor, o menor velocidad del aire
que la que encontrará el avión? ¿Concretamente con qué velocidad del aire deben hacerse los
ensayos? El número de Reynolds es uno de los elementos claves a tener en cuenta para res-
ponder estos interrogantes: la velocidad correcta para los ensayos es aquella para la cual resul-
te el mismo número de Reynolds.

EL MUNDO DE LAS COSAS VISCOSAS


Las situaciones con bajos números de Reynolds son notables: están dominadas
por la viscosidad, y por ello la inercia de los cuerpos no se manifiesta ya que
todos los móviles se detienen en cuanto se deja de empujarlos, los flujos son to-
dos laminares pues los torbellinos no llegan a establecerse ya que disipan su
energía inmediatamente.

387
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Movimiento estacionario de fluidos


Imaginemos un tanque de agua del cual sale un caño en cuyo extremo hay una canilla abierta
de manera que el agua fluye mientras el caño de alimentación repone el agua del tanque, man-
teniendo constante el nivel (los tanques tienen para ello un mecanismo que no hemos dibuja-
do). En la figura se ilustra la situación, y se muestran además varias secciones transversales
que servirán para sostener algunas discusiones en algunos ejemplos.
S2

S1
S3 Llave de paso abierta

S4 S5 S6 S7
Fig. 15.16
Si se cumple el requisito de que se mantenga constante el nivel en el tanque, entonces estare-
mos en la situación muy importante de régimen estacionario, de la cual nos ocuparemos aho-
ra en más detalle.

Decimos que un proceso ocurre con régimen estacionario cuando hay flujos
de determinadas sustancias a ritmo constante, sin que varíe ninguno de los
parámetros que definen el estado del sistema.

Caudal
Llamaremos caudal, o flujo, Q, en una sección de un conducto de un fluido, a la cantidad del
fluido que atraviesa dicha sección por unidad de tiempo.
Su pongamos que en el caso de la figura 12.16 el caudal es de 0,2 litros/segundo. Esto signifi-
ca que si imaginamos cualquier superficie S que seccione (idealmente) al conducto en cual-
quier lugar (incluso puede ser que lo haga oblicuamente, o que S sea curva, con tal de que
seccione completamente al conducto), entonces S será atravesada por 0,2 litros en cada segun-
do. En la figura se indican varias secciones S para las cuales valdría lo dicho.
Según la conveniencia práctica podemos definir el caudal volumétrico, o el caudal másico:
volumen a traves de S
QV  (12.6)
t
masa a traves de S
Qm  (12.7)
t
Las unidades de QV son m³/s, L/s, cm³/s, etc., mientras que las de Qm son kg/s , g/s , etc.

Para nuestro ejemplo:


Qv = 0,2 L/s = 2104 m³/s = 200 cm3/s = 12 L/min, etc.
Qm = 200 g/s = 0,2 kg/s = 12 kg/min
Está claro que la relación entre ambos debe ser la misma que entre masa y volumen:
Qm = densidad × Qv (12.8)
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Conservación de la masa y ecuación de continuidad


Una forma de indicar la conservación de la masa es a través de la llamada "Ecuación de con-
tinuidad", que presentamos a continuación con ayuda de un esquema simbólico.
Si con el rayado representamos toda la mate-
S
ria, S es una superficie que delimita nuestro m(S)
sistema, y m(S) es toda la masa en nuestro materia
sistema, es decir, en el interior de S,
entonces:
m(S) puede variar sólo a condición de que lo
que aumenta o disminuye debe ser, a cada
flujo positivo fujo negativo
instante, exactamente igual al total de lo que
ingresa menos lo que egresa fluyendo a través de S:
 m(S)
Qm(total a través de S)  (12.9)
t
Expresión en la cual el flujo de masa o caudal másico, se debe tomar en este caso particular
con signo positivo si el flujo es hacia el interior y viceversa (en general suele usarse la con-
vención opuesta a ésta, pero aquí eso no nos interesa).
Esta ecuación implica que la ley de conservación de la masa no se enuncia necesariamente
diciendo que m no varía, sino también indicando que su variación debe relacionarse adecua-
damente con el flujo a través de las superficies fronteras del sistema.
El caso de régimen estacionario
Si aplicamos la ecuación de continuidad a dos secciones Sa y Sb cualesquiera, la definición
de régimen estacionario significa que m = 0 en cualquier intervalo de tiempo que se consi-
dere, y por ello:
Qm(b)  Qm(a) = m = 0 ,
t
o lo que es lo mismo,
Qm(b) = Qm(a)
Esto significa que en régimen estacionario Qm tiene el mismo valor en todas las secciones, y
eso es consecuencia de un principio fundamental: la conservación de la masa.
Si hay cambios de densidad en el fluido a medida que avanza por el conducto (como puede
ocurrir con los gases si hay distinta presión y/o temperatura en los distintos lugares) ambos
caudales serán conceptos diferentes: en general tendremos Qm igual en todas las secciones
(por estar en estado estacionario), en contraste con QV que será mayor donde la densidad sea
menor y viceversa.
Con los líquidos, aproximadamente incompresibles, la densidad se mantiene aproximada-
mente constante, y se puede razonar equivalentemente con Qm o QV.

Sección transversal y velocidad


Hay una relación simple entre el caudal, la velocidad del fluido, y la sección transversal. En la
figura 12.17 se muestra un trozo de conducto, en el cual elegimos esta vez con especial cuida-
do que la sección sea exactamente transversal, es decir perpendicular al eje del mismo (la
denominamos S para indicar eso).

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Curso l Física I
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v
S

Fig. 12.17: Se muestra un trozo de conducto. Viajando con velocidad v, todo el


fluido que está dentro del trozo dibujado de longitud L, tardará t = L/v en pasar
por S.

Haciendo inicialmente la simplificación de que el flujo se realiza con una velocidad de módu-
lo v, uniforme en toda la sección transversal, tenemos que L = v t es la distancia recorrida
por cualquier porción de agua en el lapso t, y dado que el volumen de un cilindro de base S
y longitud L es S  L, entonces S v t es el volumen de agua que pasa por S en t. Divi-
diendo por t tenemos el caudal volumétrico:
Q = S v (12.10)

Esta expresión de gran valor práctico nos dice que el mismo caudal se puede conseguir en
conductos de distinta sección, a condición de que la velocidad sea mayor en las partes más
estrechas y viceversa.
Para el caso en que la velocidad no tiene el mismo valor en todos los puntos de la sección
transversal, entonces, como se muestra en la siguiente nota, la expresión (12.10) debe utilizar-
se con la velocidad media vm del fluido en la sección.

VELOCIDAD MEDIA EN LA SECCIÓN TRANSVERSAL


Si tenemos una velocidad diferente en cada punto de la sección transversal,
podemos subdividir ésta en N superficies iguales de extensión Si = S / N cada
una, suficientemente pequeñas como para considerar que cada una de ellas la

velocidad es un vector v i cuyo módulo tiene un valor constante.
vi Si
S vj
Sj

En condiciones de flujo laminar en un conducto rectilíneo todos los vectores



v i serán paralelos al eje del conducto, y cada uno definirá una línea de flujo
(que a la vez será un delgado tubo de flujo) para el cual valdrá Qi = Si vi =
(S/N) vi.
La suma de todos los caudales correspondientes a cada tubito será el caudal
total:
S 1
Q= Nv i  S
N
 vi
Dado que todas la superficies Si son iguales, podemos decir que (1/N)vi es el
módulo de la velocidad media en la sección, vm , y entonces podemos escribir:

Q = S vm (12.10’)

Ejemplo desarrollado con reflexiones acerca del caudal:

390
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Autor l Lorenzo Iparraguirre

Considere el tanque con la cañería de la figura 12.16, en régimen estacionario. Suponga que del caño
sale suficiente agua como para llenar por minuto exactamente 2 baldes de 15 L c/u. Suponga que todo
el caño tiene 2,5 cm de diámetro.
a) Considere las secciones mostradas, y discuta dónde son mayores y dónde menores el caudal y la
velocidad, realizando los cálculos necesarios.
b) Discuta qué cambia si se cierra parcialmente la canilla.

Desarrollo
a) Comencemos calculando el caudal a través de la sección de salida S6: Q6 = 2 15L/1min = 30 L/min
= 0,5 L/s. Vamos a hablar siempre de caudal volumétrico.
¿Podemos conocer el valor del caudal en las demás secciones? Sí, debe valer exactamente lo mismo
en cualquiera de ellas, pues de lo contrario se estaría acumulando o perdiendo agua en alguna parte, y
hemos dicho que estamos en régimen estacionario.
Vayamos más al detalle. Miremos un trozo cualquiera de cañería, como el que queda entre S4, una
sección rigurosamente plana y transversal, y S5 , una sección oblicua y curva cualquiera:
v
S4
S5

¿Qué debería ocurrir si fuese Q4 > Q5 , por ejemplo Q4 = 0,6 L/s, y Q5 = 0,5 L/s?
Pues que eso significaría que a la zona entre S4 y S5 entran 0,6 litros de agua en cada segundo, y sólo
salen 0,5; o sea que debería aumentar constantemente la cantidad de agua que contiene. Eso es im-
posible en este caso porque las paredes son rígidas y el líquido es incompresible. Si en cambio estu-
viésemos hablando de flujo de un gas, compresible, la situación sería posible, pero no estaríamos en
régimen estacionario, ya que estaría variando, por ejemplo, la presión en esa región que cada vez
contendría más gas.
De manera que en régimen estacionario todo lo que entra atravesando S4 en un lapso dado cualquie-
ra, debe salir por S5 en el mismo lapso. Y como el razonamiento vale para cualquier trozo de cañería,
queda claro que en régimen estacionario el caudal es el mismo en cualquiera de las secciones posi-
bles en cada instante dado, independientemente de que sean planas o curvas, exactamente transver-
sales u oblicuas.
Notar que es válido escribir Q = S4 v4, pero no Q = S5 v5, ya que S5 no es una sección transversal.
¿Qué podemos decir de la velocidad?
En cada sección la velocidad media vale v = Q / S. Dado que el caudal es el mismo en todas las sec-
ciones, la velocidad media de flujo resulta inversamente proporcional a la sección transversal. Es decir
que tiene un valor en el caño de ingreso (Q/S 1), otro valor parecido en todas las secciones del caño de
salida (Q/S4), y un valor muy pequeño en el cuerpo del tanque (Q/S 3).
Por ejemplo si el diámetro (interior) del caño es de 2,5 cm, y el del tanque 60 cm, aplicando S =  R2
obtendríamos v4 = v5 = v 6 = 1,02 m/s, y v3 = 0,0018 m/s = 1,8 mm/s. Prácticamente no se advierte que
el agua se mueva dentro del tanque. En S2 y S7 la velocidad y la sección del chorro van variando mien-
tras el agua cae.
b) Supongamos que se cierra parcialmente la canilla, disminuyendo Q6 y Q7 que pasan a tener nuevos
valores Q’6 = Q’7 = 0,3 L/s.

391
Curso l Física I
Autor l Lorenzo Iparraguirre

Como la cañería es rígida y el agua incompresible, en S 3 S4 y S5 el caudal deberá ser en todo instante
igual a Q6 , por las mismas razones que analizamos antes. Pero entre S 1 y S3 el tanque tiene un espa-
cio variable para el agua, y además es abierto. ¿Qué pasará entonces?
Cada segundo entrarán en la región entre S 1 y S3 , 0,2 litros más de los que salen  el nivel de agua
comenzará a aumentar  no se mantiene constante la variable "altura del nivel del agua en el depósi-
to", lo cual significa que ya no estamos en régimen estacionario.
Pero como éste es un sistema diseñado para buscar automáticamente el régimen estacionario (merced
al sistema regulador del tanque), tenemos que el flotante subirá y paulatinamente limitará el pasaje en
S1 hasta que finalmente Q’1 = 0,3 L/s.
Se habrá alcanzado entonces un nuevo estado estacionario.

Cuando se altera algo en un sistema, por ejemplo en este caso el


grado de apertura de la canilla, eso afecta a todo el sistema:
no sólo a lo que está después, sino también a lo que está antes.
El régimen estacionario anterior a la modificación se alterará,
dejará de ser estacionario por un cierto intervalo de tiempo, y
luego, si se dan las condiciones, se llegará a un nuevo régimen
estacionario con otros valores de todas las variables.

Viscosidad
La viscosidad es la propiedad de los fluidos que expresa el grado de dificultad para fluir.
Llamamos fuerza viscosa a esa fuerza tangencial que se opone al deslizamiento:
 ya sea de un fluido dentro de un conducto
 ya sea de un cuerpo sólido dentro de un fluido
 ya sea de porciones (capas) de un fluido respecto de porciones adyacentes
 ya sea en situaciones que resultan de combinar estas anteriores, como por ejemplo, la
fricción fluida entre dos superficies sólidas que deslizan con interposición de un lubri-
cante1.
Aplicando el Principio de Acción y Reacción a estos ejemplos, también puede decirse que la
viscosidad es la fuerza tangencial por medio de la cual un fluido en movimiento tiende a:
 arrastrar al conducto
 arrastrar a cuerpos interpuestos en su camino
 arrastrar a porciones adyacentes del mismo fluido
 etc.
Son distintas formas de decir lo mismo. Sólo debe estar claro que de todas las fuerzas que
intervienen en estos ejemplos, la viscosidad es la parte tangencial.

1 Un aceite "pesado" es ejemplo de líquido muy viscoso, y también es un ejemplo del cuidado que hay que tener con las
palabras: el aceite "pesado", no es pesado, es viscoso; pero en el lenguaje común se suele emplear el concepto de "pesa-
dez" para designar la dificultad de los movimientos, lo cual es un efecto de la viscosidad. También se suele utilizar en la vida
diaria, "densidad", para esto mismo. No obstante, en la física, el empleo del vocablo "densidad" es para otra cosa muy dis-
tinta, como ya hemos visto. Por ahora digamos solamente: el agua fluye con más facilidad que el aceite a través de un
orificio determinado, porque es menos viscosa; pero si ponemos agua y aceite en un mismo frasco, el agua irá al fondo,
porque es más densa. La densidad, recordemos, mide la concentración de la masa.

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Curso l Física I
Autor l Lorenzo Iparraguirre

La viscosidad es siempre responsable de la disipación de la energía cuando hay movimiento


de cuerpos en el seno de fluidos.

Coeficiente de viscosidad
Para un líquido que fluye en un conducto en régimen laminar (que es el único caso que vere-
mos), podemos imaginar capas de fluido deslizando unas sobre otras de manera continua y
permanente. En general deberemos imaginar cada capa con velocidad levemente diferente que
la adyacente, y que la capa más rápida aplica una fuerza hacia adelante a la más lenta a través
de la superficie (ideal) de separación, y viceversa. Estas fuerzas son acción y reacción, y am-
bas desaparecerían si una porción no fuese más rápida que la otra. Como es razonable espe-
rar, estas tensiones evidentemente tangenciales, denominadas tensiones viscosas, son propor-
cionales a la diferencia de velocidad entre capas próximas del fluido (o entre el fluido y la
pared sobre la cual fluye).
y y
D D’ C C’
y4 v4
y3 v3
y2 v2 E E’
y1 v1
x x
A B
Fig. 12.18: (izquierda) El fluido puede ser imaginado subdividido en capas que viajan con distinta ve-
locidad cada una, aplicándose mutuamente fuerzas de arrastre, tangenciales, llamadas fuerzas visco-
sas. Estas fuerzas, divididas por el área de contacto entre las capas, definen las tensiones viscosas.
(derecha) Un rectángulo ABCD se deforma continuamente, y en cierto t, se transforma en ABC’D’. Pa-
ra cualquier punto E, la deformación es EE’, proporcional a yE . El cociente EE’/yE es independiente del
punto, y dividido por t da una cantidad proporcional a la tensión viscosa.
Nótese además que el área de ABCD es igual a la de ABC’D’; esto (multiplicando por la dimensión per-
pendicular al dibujo) equivale a la afirmación de que la deformación tangencial no altera el volumen, y
tiene que ver con la propiedad característica de los líquidos, de fluir conservando el volumen.

La figura 12.18 ilustra cómo se imagina la subdivisión en capas planas de distinta velocidad
cerca de la pared de un conducto en condiciones de régimen laminar, y también muestra los
elementos necesarios para expresar el flujo como ejemplo de deformación tangencial. Para
plantear una situación más simple se ha considerado un líquido que fluye en dirección x sobre
el fondo plano de un conducto. En la dirección perpendicular a la hoja (que sería el eje z), el
conducto y el fluido se extienden indefinidamente. De manera que la velocidad sólo puede
variar en la dirección y que es perpendicular a la pared del conducto.

La figura 12.19 muestra las fuerzas aplicadas sobre una cualquiera de las capas, por las capas
vecinas. Dado que en un sistema estacionario todas las velocidades son constantes, todas las
fuerzas actuantes sobre cualquier porción de fluido están en equilibrio, y esto nos dice que las
fuerzas entre las distintas capas son todas iguales: la fuerza que la capa 4 aplica a la 3 tendien-
do a arrastrarla, es igual a la que aplica la 2 sobre la uno, e igual a la que ésta le aplica a la
pared, etc.

393
Curso l Física I
Autor l Lorenzo Iparraguirre

v4 v4
v3 v3
v2 v2
v1 v1
pared pared
Fig. 12.19: (Izquierda) Las flechas huecas son las fuerzas sobre la capa 3, ejercidas, hacia ade-
lante por la capa 4, más rápida, y hacia atrás por la capa 2, más lenta. Pegadas a ellas, las fle-
chas negras son las respectivas reacciones sobre esas capas 4 y 2. (Derecha) Lo mismo entre la
capa 1+2+3 y la pared. Todas las flechas blancas deben indicar siempre equilibrio ya que todas
las velocidades son constantes en el tiempo, por lo cual todas las fuerzas son de igual módulo.

Teniendo en cuenta que capas más alejadas tienen proporcionalmente más diferencia de velo-
cidad entre sí, es decir proporcionalmente más desplazamiento relativo por unidad de tiempo,
la tensión tangencial (viscosa) deben ser proporcional, no a la diferencia de velocidad entre las
capas, sino a dicha diferencia de velocidad dividida por la distancia (transversal) entre capas,
cantidad que denominaremos “gradiente transversal de velocidad de flujo”:
v x
tensión viscosa proporcional a
y

Para cada fluido (y para cada temperatura) se define el coeficiente de viscosidad,  , como la
constante de proporcionalidad planteada en esta expresión, es decir, como el cociente entre la
tensión viscosa y el gradiente transversal de la velocidad de flujo.

 (12.11)
 vx
y

Donde v = F/S es la tensión tangencial, o tensión viscosa, es decir la fuerza de arrastre por
unidad de superficie (S es la superficie de deslizamiento, no debe confundirse con sección
transversal).

La unidad de viscosidad del SI, como se desprende de la definición (12.11) es Pa·s = N·s/m2.

De la definición podemos despejar la fuerza de arrastre, o fuerza viscosa:


v
Fv = S v =  S x (12.12)
y

NOTA PRÁCTICA
La viscosidad de los líquidos disminuye con la temperatura, mientras que la de
los gases aumenta levemente con ella. La explicación para ambas característi-
cas de la viscosidad debe buscarse en el modelo corpuscular de cada uno.
La viscosidad de los líquidos en general varía tanto con la temperatura que en
las aplicaciones prácticas suele ser necesario buscar datos referidos a la tempe-
ratura particular para la cual se trata cada cuestión.
Para aplicaciones prácticas puede utilizarse la expresión:
b
  a exp  
T

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Con los valores:


Agua: a = 8,15·10-7 Pa ; b = 2089 ºK
-6
Alcohol: a = 2,11·10 Pa ; b = 1859 ºK
Puede verificarse que a temperatura ambiente, tanto para el alcohol como pa-
ra el agua, se obtiene  del orden de 10 -3
Pa ·s.

Aplicación a un conducto cilíndrico


Veamos estas ideas aplicadas a un conducto cilíndrico, con flujo laminar y estacionario en su
interior.
Podemos tomar S como la superficie interior del conducto, cada capa sería una cáscara cilín-
drica de radio r y espesor r, y la dirección perpendicular a las capas sería la dirección radial.
Así tendríamos que la velocidad de cada capa dependería de r (sería una función v(r)) y el
gradiente transversal de velocidad de flujo, v/r, podría tomarse como el valor absoluto de la
derivada de v respecto de r.

v
v0
p1 v p2

v(r) v

Fig. 12.20 : (Izquierda) Ilustración de la subdivisión en capas de distinta velocidad adaptada a


un conducto cilíndrico. (Derecha) Se indican las fuerzas distribuidas por unidad de área en la sec-
ción izquierda (p1), en la sección derecha (p2), en la superficie lateral (v).

Consideremos una porción cilíndrica cualquiera de fluido dentro del conducto en un instante
dado, como se muestra a la derecha en la figura 12.20. Aunque esta porción es un cilindro sólo
durante un instante, ya que luego se deforma porque las capas cercanas al eje van más rápido
que las del borde, del hecho de que ninguna velocidad varía en el tiempo (el flujo es estacio-
nario), deducimos que la fuerza resultante sobre toda la porción debe ser nula.
Es decir que las fuerzas hacia delante deben equilibrarse con las que actúan hacia atrás (dado
que hablamos de un conducto horizontal, no es necesario considerar el peso, que ya sabemos
que es equilibrado por la acción vertical de la presión sobre la superficie lateral).
Ahora bien, para las fuerzas horizontales, tenemos:
o En la sección izquierda, S1, actúa una fuerza hacia la derecha, de módulo F1 = p1 S1,
o En sección la derecha, S2, actúa una fuerza hacia la izquierda, de módulo F2 = p2 S2,
o Y en la superficie lateral SL, actúan las fuerzas de rozamiento, que son las viscosas, de
módulo Fv = v SL.
Esto vale tanto para un cilindro cuyo radio es todo el radio del conducto, R, y para el cual la
fuerza lateral resulta aplicada por la pared del conducto sobre la última capa de fluido en con-
tacto con ella, como para cualquier cilindro de fluido que se considere dentro de éste, en cuyo
caso la fuerza lateral resulta ser la acción viscosa de la capa de fluido inmediatamente exterior
al cilindro de fluido considerardo.
Ahora bien la superficie lateral, para un cilindro de radio r y longitud L vale SL = 2  r L, y por
lo tanto Fv = 2  r L v = 2  r L v/r, de manera que, teniendo en cuenta que S1 = S2 = 
r2, la condición de equilibrio de fuerzas queda:

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p1  r2 = p2  r2 + 2  r L  v/r 
Es decir:
v
(p1  p2) r = 2 L  (12.13)
r
Podemos despejar de aquí:
v (p1  p 2 )
= r (12.14)
r 2L
Vemos que v/r es una función lineal de r, lo cual significa que v(r) es una función de segun-
do grado. Por otra parte, dado que v(r) alcanza su máximo valor v0 en el centro (r = 0), su ex-
presión debe ser v(r) = v0  A r2, siendo A una constante positiva que habrá que determinar
con la condición de que v debe anularse en el borde (r = R).
Efectivamente, escribiendo en la expresión anterior v(R) = 0, se obtiene A = v0 / R2, y con
ello:
v0 2  r2 
v(r) = v0  r = v0 1  2  (12.15)
R2  R 
De donde (derivando) se obtiene:
dv 2 r v0
=
dr R2
Y por lo tanto la expresión (12.13) queda:
4 L  v0
(p1  p2) = (12.16)
R2

Esto nos dice algunas cosas importantes para flujo laminar en un conducto horizontal:
o Para mantener el flujo estacionario es necesaria una diferencia de presión, p= p1 –
p2, proporcional a la longitud del conducto que se considere.
o El flujo es desde la presión mayor a la menor.
o La velocidad en el centro (y por tanto también la velocidad media de flujo, como ve-
remos) es proporcional a la diferencia de presión aplicada, e inversamente proporcio-
nal a la viscosidad, como corresponde a la idea de viscosidad como rozamiento.
o Al aumentar el diámetro del conducto, tenemos que la misma diferencia de presión
produce mayor velocidad de flujo, de manera que al multiplicar la velocidad por la
sección transversal se obtiene que el caudal aumenta con una potencia de R mayor que
si fuera proporcional a la sección.

Vemos que la presión del fluido disminuye proporcionalmente con la distancia


en el sentido del movimiento a lo largo de la cañería según: p 2 = p1 4Lv0 /R2 .
De manera que dada una presión p1 en un extremo de una cañería horizontal
de gran longitud L, la presión en el otro extremo sólo podrá ser igual si v=0 , es
decir si estamos en el caso estático, tal como ya lo hemos discutido; pero si hay

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flujo, la presión deberá ser menor en el extremo hacia el cual se dirige el flui-
do.

Ahora bien, en general interesa más obtener expresiones en las que figure el caudal, y no la
velocidad. El problema para determinar el caudal es que la velocidad varía con r. Si adopta-
mos la subdivisión del flujo en capas de radio r y espesor r, tenemos que cada una de ellas,
con una sección transversal Sr = 2  r r, viajando con v(r), aporta un caudal Q = 2  r v(r)
r.
Así resulta que Q = Q =  2  r v(r) r, y sustituyendo la expresión para v(r), queda una
integral a resolver:
R  r2 
Q =  2  r v0 1  2  dr

0
 R 
= ½  v0 R2 = ½ S v0 (12.17)
Si aplicamos (12.10’), obtenemos algo bastante esperable:
vm = ½ v0 (12.18)
Decimos que es esperable porque v es cero en el borde, y crece hasta v0 en el centro; se es-
pera que vm esté entre ambos valores, y (12.18) lo confirma.

Finalmente sustituyendo (12.17) en (12.16), y despejando Q, tenemos la expresión de POI-


SEUILLE, de gran aplicación práctica:

 p R 4
Q= (12.19)
8L

Ejemplo desarrollado 1
Considere una manguera cilíndrica rectilínea horizontal de 20 metros de longitud y 2 cm de diámetro
interior, uno de cuyos extremos está abierto a la atmósfera, mientras que por el otro se inyecta un flujo
continuo de agua con cierta presión (para el agua tomaremos   10-3 Pa·s).
a) Calcular la presión con que es necesario inyectar el agua, para que a la salida se puedan llenar 3
baldes de 10 litros en cada minuto.
b) Calcular la velocidad media, y la velocidad máxima (en el centro de la sección) del agua en la man-
guera en estas condiciones.
c) Calcular por cuánto se multiplicaría la velocidad media de flujo, y por cuánto el caudal, si mante-
niendo la presión y se duplicara el diámetro de la manguera.
Desarrollo
a) El caudal (volumétrico) del enunciado vale Q = 30 L/min = 0,50 L/s = 0,5·10-3 m3/s. Con esto y los
demás datos podemos calcular la diferencia de presión:
8 Q L  8  0,50  103 (m3 / s)  20m  103 Pa·s
p = =  2546 Pa
 R4   0,014 m4

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Dado que en el extremo final de la manguera está la presión atmosférica, el valor que hemos obtenido
representa la presión relativa.
b) La sección transversal de la manguera vale S =  0,012 = 3,14·10-4 m2 = 3,14 cm2; de manera que
vm = Q / S = 1,59 m/s, y v0 = 3,18 m/s.
c) Duplicar el diámetro es duplicar el radio, y según (12.16) v0 es proporcional a R2, de manera que se
multiplicaría por 4 (y lo mismo vm). En cambio Q, proporcional a R4, se multiplicaría por 16.

Ejemplo desarrollado 2
Se desea reemplazar un caño de 5 cm de diámetro y 50 m de largo, por dos caños que se colocarían
paralelos, en el mismo lugar (con igual longitud), y de los cuales se pretende que aplicándoles la mis-
ma diferencia de presión, conduzcan el mismo caudal (entre los dos) que el caño original.
Para ello estos nuevos caños deberían tener, cada uno:
a) 2,50 cm de diámetro
b) la mitad de la sección transversal del caño original, para lo cual su diámetro debería ser: . . .
c) otro valor del diámetro - explique, calcule.
Elija la opción correcta, y justifique realizando los cálculos que correspondan.

Desarrollo
Si se pretende que aplicando determinada diferencia de presión circule determinado caudal, lo que
debe aplicarse es la fórmula de Poiseuille (suponiendo la aproximación de que el régimen es laminar).
No hay ninguna razón para proponer que se conserve el área transversal total; mucho menos para que
la suma de los diámetros mantenga el valor inicial del diámetro.
Es decir queremos que dos conductos iguales de longitud L y diámetro interior D’ transporten el mismo
caudal en total (2Q’ = Q) que uno solo de la misma longitud L, y diámetro interior D, cuando se los
somete a la misma diferencia de presión:
 p R  4  p R 4
2 
8L 8L
Simplificando obtenemos la condición 2 R’4 = R4, es decir:
R’ = (1 4 2 ) R = 0,84 R
Si comparamos con lo que hubiera sido la primera opción, R’ = ½ R = 0,5 R, vemos que ese diámetro
hubiera sido muy insuficiente, y aún el propuesto por la segunda, S’ = ½ S (R’ = 0,71 R), lo hubiera
sido, ya que vemos que los caños necesarios para repartir en dos el mismo caudal, totalizan una sec-
ción transversal mayor que la del caño original.

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