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Temuco
RESUMEN
El plan del Señor
para extender las Buenas Nuevas
Las personas eran su manera de ganar al mundo para Dios. El primer objetivo en el
plan del Señor Jesús fue el de llamar a personas para estar a su lado, dieron testimonio de
su vida y continuaron su obra luego de que regresara al Padre. Jesús no tenía apuros en los
resultados. El resultado fue que estos hombres, que lo dejaron todo para seguir a Jesús en
aquellos primeros días de ministerio fueron los líderes de su iglesia que debía llevar las
Buenas Nuevas a todo el mundo.
Algunos fueron Juan, Andrés quien trajo a Pedro, más tarde Felipe quien encontró
a Natanael, luego Mateo entre otros.
Según los conceptos del mundo, eran hombres sin educación y sin conocimientos
(Hechos 4:13), pero estaban dispuestos a dejarse enseñar. Sin embargo, el Señor Jesús vio
que estos hombres sencillos podían convertirse en líderes en su reino. Aunque a menudo
cometieron errores de apreciación, y aunque eran lentos para entender las cosas de Dios,
eran personas honestas y prontas a reconocer su necesidad.
La manera que el Señor fue capacitar y dedicar su tiempo a un grupo pequeño, así
habría una mayor posibilidad de impartir una enseñanza efectiva. Dedico la mayor parte del
resto de su tiempo, les consagro todo su empeño. Necesitaban entender la verdad y ser
apartados para Dios.
Les enseño, las alimento cuando tenían hambre, sano a los enfermos, y de entre
ellas expulsó demonios, hablo palabras de gracia a sus niños, en ciertas oportunidades
dedicó el día entero a la atención de sus necesidades, aun cuando significara que no tuviese
tiempo ni para comer (Marcos 6:31). De todas las maneras posibles, Jesús demostró un
interés real y profundo por las multitudes.
TOCÓ LOS SENTIMIETOS DE LAS MULTITUDES
Quisieron hacerlo rey por la fuerza (Juan 6:15). En cierta oportunidad, los seguidores
de Juan el Bautista llegaron a decir que “todos se acercaban para ver a Jesús” (Juan 3:26).
El relato de los evangelios muestra sin lugar a dudas que el Señor Jesús tenía un inmenso
número de seguidores, aunque a menudo éstos no ponían su confianza en él.
Había muchos entre la multitud, que creían en Cristo en el sentido de que les
alegraba ver sus grandes obras, pero pocos de ellos parecieron haber entendido el
significado de las Buenas Nuevas.
SU GRAN PLAN
El Señor Jesús no estaba tratando de captar el interés de las masas sino de introducir
un reino. Esto significaba que necesitaba hombres que pudieran conducir a las multitudes,
ya que había malos líderes que los llevaban al pecado, a buscar a falsos dioses. Antes que el
mundo pudiera recibir una ayuda duradera, era necesario formar hombres que pudieran
liderar a las multitudes en las cosas de Dios.
Seguramente, si es que el plan del Señor Jesús tiene algún sentido, enseña que la
función primera de un pastor u obrero cristiano, como asimismo la primera intención de
aquel que cuenta a otro las Buenas Nuevas, es asegurarse de comenzar el trabajo de tal
manera que pueda afianzarse y hacerse de él algo que tenga un efecto duradero y
multiplicador entre las personas.
ES TIEMPO DE ACCIÓN
Lo único que el Señor Jesús les pidió a sus discípulos fue que lo siguieran. Les enseño
a través de su propia Persona viviente, mientras caminaban juntos. Sus discípulos se
destacaban porque estaban con él y compartían su enseñanza.
CONOCERLO, ERA ESTAR CON ÉL
En virtud de esta comunión, a los discípulos les fue dado “conocer los misterios del
reino de Dios (Lucas8:10). Aún más claro esta cuando Cristo le responde a uno de sus
discípulos El que me ha visto a mí, ha visto al Padre.
EL PLAN EN ACCIÓN
No tuvo tiempo para si. Aun en el tiempo que apartaba para su oración. Jesús no
quería que fuese de otra manera. Pero el Señor. La única manera en que un padre puede
criar adecuadamente una familia, es estando con ella.
Nada es más claro y sin embargo más olvidado, que la necesidad del seguimiento a
través del discipulado.
El plan del Señor para la iglesia es que un creyente sea incorporado a la comunión
con todos los demás. La iglesia debía ser el medio para implementar el discipulado en todos
aquellos que habían seguido a Cristo.
NUESTRO PROBLEMA
No es de sorprenderse que casi la mitad de aquellos que dicen haber venido al Señor
y se unen a la iglesia se parten luego y se enfríen en su vida cristiana. Si los cultos del
domingo y las clases para nuevos creyentes son todo lo que las iglesias tienen para ayudar
a los nuevos creyentes a convertirse en maduros discípulos de Cristo, están negando su
mismo propósito. El Señor Jesús el Hijo de Dios, comprendió que era necesario estar
prácticamente todo el tiempo con su pequeño grupo escogido de apóstoles durante tres
años.
Cualquiera que sea el plan que implemente una iglesia, debe estar fundamentado
en la atención personal y en la enseñanza de los nuevos creyentes que se integran.
Esto significa que es necesario implementar un plan para asignarle a cada nuevo
creyente un amigo creyente maduro. Para que lo acompañe, estudien la Biblia, oren,
responda las preguntas, dudas, para hacer que la verdad sea clara y juntos deben tratar de
ayudar a otros.
Necesitaban serle fieles. Los llamaron sus discípulos, porque eran alumnos del
Señor. Su primer llamado era a poner su fe en Cristo y obedecer a su Palabra.
EL CAMINO DE LA CRUZ
Descubrieron que ser un discípulo de Cristo significaba mucho más que aceptar
gozoso que él era Aquel que había venido en cumplimiento de la promesa de Dios.
Significaba la rendición total de la vida del Señor, completa obediencia a él. Debían
apartarse totalmente del pecad. Debían dejar su antigua manera de pensar, sus antiguos
hábitos y los placeres del mundo.
Ahora, un amor perfecto era la única regla de vida, obedeciendo a Cristo, negarse a
sí mismo y aun a morir por otros.
Una persona no podía seguir al Señor Jesús si no cortaba sus ataduras con el mundo.
Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede
ser mi discípulo (Lucas 14:33)
OBEDECER ES APRENDER
El Señor Jesús demostró que la forma de obediencia más elevada es la que se origina
en el amor. Si me amáis guardad mis mandamientos (Juan 14:15)
EL SEÑOR JESÚS LES ENSEÑO COMO OBEDECER
Obedeció totalmente la voluntad de Dios. Una y otra vez el Señor Jesús lo destacó
(Juan 4:34; 5:30; 6:38; 15:10; 17:4)
La cruz no fue sino el paso final en el propósito que el Señor Jesús tenía, de hacer la
voluntad de Dios. De esta manera, quedo marcado para siempre que obedecer a Dios no
podía ser un camino recorrido a medias; siempre debía ser hasta la muerte misma.
El Señor aceptó la cruz aun antes de venir a la tierra. Cada paso que dio en la tierra,
fue una clara aceptación del propósito eterno de Dios para su vida.
Cada día que somos negligentes con respecto a nuestra obligación, es un día
perdido para la causa de Cristo. Debemos obedecer su palabra. Nuestra misión es cumplir
sus órdenes.
Necesitamos que aquellos que quieren ser miembros de la iglesia entiendan con
toda claridad que deben ser verdaderos discípulos de Cristo.
Estaba apartado para Dios y se dio a sí mismo a Dios, por amor de sus discípulos,
para beneficio de ellos. De esta manera sus discípulos pudieron llegar a saber, a través de
su vida, como ellos debían darse de la misma manera al ministerio para el cual él había
venido al mundo. Cuando hablamos de que los creyentes se den a sí mismos a Dios a fin de
ser apartados para su servicio, necesitamos estar pensando más en la necesidad de anunciar
las Buenas Nuevas.
LA COMPROBACION DEL SERVICIO
Debían amarse unos a otros como él los había amado (Juan 13:34-35) debían ser
conocidos como sus discípulos (Juan 15:9-10), todos sus mandamientos debían ser
guardados por amor (Juan 15:12-17). La medida era la clase de amor que se vio en el
Calvario.
El Señor Jesús aclaro muy bien que su vida se daba a los demás únicamente a través
del E.S.
Es el único que puede capacitar a una persona para continuar la obra salvífica de
extender las Buenas Nuevas (Juan 4:11-19). A través del E.S Dios llevó a cabo, utilizando
hombres, su plan eterno para salvar a los hombres y a las mujeres. El era su Consolador,
Maestro y Guía.
Este Consolador, el E.S, se ocuparía de ellos. Estaría a su lado. Los guiaría a toda
verdad (Juan 16:13). Les hablaría de las cosas que habían de venir (Juan 16:13)
El E.S ocuparía el lugar del Señor Jesús, cuya ausencia ellos pronto notorian. Otro
Consolador exactamente igual al Señor Jesús habría de llenarlos con la presencia misma de
su Señor.
Debemos tener su vida en nosotros a través del E.S, si hemos de hacer su obra y
obedecer a su enseñanza. Debemos morir a nosotros mismo a fin de vivir en Cristo. Al
entregarnos nosotros mismo de esta manera, debemos darnos en servicio y en amor por
nuestro Señor.
El Señor Jesús quiso asegurarse que sus discípulos aprenderán de su manera de vivir
con Dios y con los hombres. Se esforzó grandemente por hacer comprensibles a sus
seguidores los secretos de su poder espiritual.
LA PRACTICA DE LA ORACION
A menudo permitió que sus discípulos lo vieran hablando con el Padre. Ellos no
entendían, pero finalmente, se dieron cuenta de la importancia de la oración. Le pidieron al
Señor que les enseñara a hacer lo que él hacía
El Señor Jesús estuvo dispue a hacer lo que fuera necesario para que sus discípulos
incorporaran esta enseñanza .
Una y otra vez les señalo su importancia. Necesitaban aprender a practicarla
regularmente. De otro modo, sus vidas serían de muy poca utilidad para Dios.
EL USO DE LA BIBLIA
Quería que ellos las conocieran y las utilizaran en sus propias vidas. Observaron que
el Señor Jesús podría recordar pasajes, memorizar.
La palabra escrita en las Escrituras y la Palabra hablaba por Cristo, eran una. Nunca
se oponían.
El Señor Jesús les enseño todo por su propio ejemplo. Permanentemente les estaba
enseñando a ganar almas.
Casi todo lo que el Señor Jesús hizo tenía que ver con la obra de anunciar las Buenas
Nuevas. Les explico las verdades espirituales y les enseño como tratar con los hombres.
Tenían un Maestro que ponía en práctica con ellos las cosas que él esperaba que
aprendiesen. Les enseño a través de su propio ejemplo, como anunciar las Buena Nuevas.
En primer lugar, él se aseguró que los discípulos tuvieran una experiencia viva con
Dios. Luego les enseño como él trabajaba. Por último, les dijo que debían trabajar de a
misma manera.
El Señor les dijo a sus discípulos como debían vivir. Debían confiar en que Dios
proveería para sus necesidades.
SEGUIR SU CAMINO
Cuando entraban a una ciudad, su primera tarea era encontrar a un hombre capaz
de continuar la obra. El Señor había hecho esto con sus propios discípulos. El esperaba que
ellos hicieran lo mismo. De ello dependía la totalidad de su plan para anunciar las Buenas
Nuevas. Aquellos lugares que no permitieran a los discípulos trabajar de esta manera se
acarreaban el juicio de Dios sobre sí.
EL CAMINO ES DURO
El Señor advirtió a los discípulos en cuanto a la manera en que podían esperar ser
tratados por los hombres. Sabía que algunos no aceptarían el testimonio de ellos. Por causa
de Jesús, todos los odiarían ( Mt 10:22-23). Dios nunca los dejaría desamparados.
Termino haciéndoles entender que el trabajo que ellos hacían, se realizaba como si
el mismo lo estuviese haciendo. Los discípulos debían presentarse como los mensajeros
directos de Cristo. Esta era la clase de vinculo cercano existente entre el Señor y sus
discípulos.
DE DOS EN DOS
Este plan tenía por objeto permitirles ayudarse mutuamente en el camino. Sin duda
afrontarían dificultades. Ellos podrían animarse entre si
Destaca nuevamente una cosa importante una cosa importante. Todos debían
practicar el plan del Señor para anunciar las Buenas Nuevas.
Les presento su plan con total claridad. Les asigno tareas especiales en la obra de
extender las Buenas Nuevas. Por lo menos cuatro veces les dijo que debían salir y hacer la
obra de él.
Sobre un monte en Galilea, el Señor Jesús impartió su gran mandato de servicio. Fue
la presentación explicita de su plan para ganar a hombres y mujeres en todo el mundo (Mt
28:18-20)
Dios mismo envió a Jesús para hacer conos las Buenas Nuevas. El Señor dio su vida
para hacer posible que los hombres reciban las Buenas Nuevas. Él envía sus discípulos para
hacer que el mundo conozca estas Buenas Nuevas. Ahora seguimos nosotros.
EL PLAN EN ACCION EN LA ACTUALIDAD
Necesitamos darles a los hombres tareas reales para realizar: y esperar de ellos que
las cumplan. El maestro debe ser quien les enseñe como hacer el trabajo. Los líderes de la
iglesia deben tomar en serio la tarea de extender las Buenas Nuevas. Únicamente así, los
demás creyentes comenzaran a trabajar para Dios.
Al regreso de cada viaje, los reunida todos nuevamente. Se contaba lo que hacían.
De esta manera compartían las bendiciones del ministerio. Su tiempo estaba dedicado a
ellos. Todo lo que decía, sus preguntas, ejemplos, advertencias y enseñanzas, creaban las
condiciones para transmitir las lecciones que ellos necesitaban aprender.
Sus discípulos, mientras tanto, los siguió guiando hacia el propósito que había
establecido para ellos. No pretendió que hicieran nada que estuviese más allá de su poder
para hacer: pero si esperaba que pusiesen de ellos lo mejor. Esperaba que mejorasen día a
día a medida que crecían en conocimiento y en gracia. Esto era parte de su plan de
enseñanza. Esta era la razón por la cual les dio trabajo a los discípulos y los observo mientras
trabajaban. Lo planeo todo, a fin de hacer aflorar lo mejor de ellos.
MANTENER EL OBJETIVO
Nuestro gran objetivo es extender las Buenas Nuevas a todo el mundo. Necesitamos
recordar esto siempre. Nada debe arruinar nuestro propósito. Muchos quieren servir al
Señor. A veces son enviados sin capacitación y sin dirección. El trabajo de una persona en
esas condiciones puede resultar de un modo tal que él no crece, y que su potencial utilidad
no aflora. Debido a que no se le sigue de cerca, no puede convertirse en buen líder. Es inútil
para el servicio a Dios. Esto puede suceder estando a las puertas mismas de la victoria. Al
principio parecía un obrero buen y prometedor. Al final, su debilidad obstruyo el camino de
la excelencia.
EL PLAN DEBE LLEVARSE A CABO
Cristo dio a su iglesia la orden de ir a todas las naciones y hacer discípulos de ellas
(MT 28:19). En otras palabras, los discípulos debían salir al mundo y ganar a otros para que
sean lo que ellos mismo eran: discípulos de Cristo.
Cristo es el salvador del mundo. La meta de nuestra vida y testimonio debe ser llevar
a cabo su gran propósito. Lo que necesitamos hacer de aquellos a quienes hemos guiado a
Cristo es personas que guíen a otras a él y que luego enseñen a esos nuevos creyentes a que
ellos también, a su vez, ganen a otras a él y que luego enseñen a esos nuevos creyentes a
que ellos también, a su vez, ganen a otros. En otras palabras, queremos líderes que
capaciten a otros que a su vez conviertan líderes.
Este es el problema que enfrentamos hoy. Los hombres están utilizando formas
externas, acontecimientos planificados, grupos de personas e ideas humanas brillantes,
para extender las Buenas Nuevas.
Nos hemos distancia del verdadero evangelio, de la verdadera tarea que Cristo nos
dejó, ya sea por las estrategias que hemos usados, por la mala enseñanza que se ha dado.