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Santiago Tenesaca VI ciclo Mecatrónica

UNIVERSIDAD POLITÉCNICA SALESIANA

CARRERA DE INGENIERÍA MECATRÓNICA


ENSAYO SOBRE LA ALTERIDAD EN LA ÉTICA

Cuenca, 2 de junio del 2017

“Alteridad (del latín alter: el "otro" de entre dos términos, considerado desde la posición del
"uno", es decir, del yo) es el principio filosófico de "alternar" o cambiar la propia perspectiva por
la del "otro", considerando y teniendo en cuenta el punto de vista. La alteridad hay que entenderla
a partir de una división entre un “yo” y un “otro”, o entre un “nosotros” y un “ellos”. El “otro”
tiene costumbres, tradiciones y representaciones diferentes a las del “yo”: por eso forma parte de
“ellos” y no de “nosotros” [1].

“La alteridad implica ponerse en el lugar de ese “otro”, alternando la perspectiva propia con la
ajena. Esto quiere decir que la alteridad representa una voluntad de entendimiento que fomenta el
dialogo y propicia las relaciones pacíficas. La alteridad también puede entenderse a un nivel más
amplio. El encuentro entre dos países o dos pueblos implica poner diferentes formas de vida frente a
frente. Si hay voluntad de alteridad, la integración podrá ser armónica, ya que cada pueblo respetará
las creencias del otro. Ese diálogo, por otra parte, enriquecerá a ambos. En cambio, si no hay
alteridad, el pueblo más fuerte dominará al otro e impondrá sus creencias. Uno de los problemas
fundamentales que surgen ante la presencia de la alteridad es que según el “yo” se imagina o
concibiera a esas gentes, antes radicalmente desconocidas, así habría luego que comportarse con
ellas; hasta el grado que al “otro” se le puede negar su propia realidad subjetiva, cultural,
idiomática, etc [2].

“La ética de la alteridad está llamada a instalar expresiones y comportamientos que dicen: "¡sí,
esto es de mi incumbencia!" y a erradicar del lenguaje y en las acciones, manifestaciones como:
"¡yo, me mantengo al margen!". Para la ética de la alteridad el obrar bien tiene un significado
muy preciso: permitir la vida de "el otro". El bien moral es el "si -al-otro", entendiendo como
práctica de la justicia y la equidad en favor de la vida del otro, especialmente el más débil y
oprimido. Desde la ética cristiana "no hagas a los demàs lo que no quieras para tì"” [3].

En conclusión, la ética de la alteridad es ponerse en la perspectiva de la otra persona, es sentir lo


que la otra persona ve y siente ante una situación. Es muy difícil lograr la alteridad en un momento
dado, pues las visiones particulares de dos personas, por ejemplo, son difíciles de asimilar por uno
de los participantes. Hay que tener mucha amplitud mental, para lograr ver y sentir lo que siente y
ve la otra persona y si enfocamos la alteridad con la ética podemos aseverar que sería comprender
desde nuestra visión y sentimientos las reglas morales y de conducta que una persona o sociedad
han creado a lo largo del tiempo para su propio bienestar. Se puede decir que a medida que
comprendamos desde nuestra perspectiva las reglas sociales de otros podemos salvar diferencias
que puedan causar daños y mal entendidos a la hora de comunicarnos y hacernos comprender.”

BIBLIOGRAFÍA:
[1] Julián Pérez Porto y María Merino_2012/2014. “Definición de alteridad” Disponible en:
http://definicion.de/alteridad/
[2] Gómez-Muller, A. (1997). Alteridad y ética desde el descubrimiento de América (Vol. 22).
Ediciones Akal.
[3] Talavera, B. A. Q. (2011). Aproximación al cnocepto de “alteridad” en Lévinas: propedéutica de
una nueva ética como filosofía primera. Investigaciones fenomenológicas, (3), 393-405.

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