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Procedente del mundo grecorromano, bizantino y persa, el bestiario fantástico

se apodera del mundo cristiano románico no sin resistencias y críticas por


pensadores de la época.

Pero el románico sacraliza esta estética pagana convirtiendo a los animales -tanto reales como
imaginarios- en portadores de virtudes o perversiones, por lo que su aparición en capiteles,
canecillos, metopas, tímpanos, etc., es reinventada y usada con sentido de enseñanza y
advertencia.

Es innegable que el bestiario fantástico es uno de los


motivos escultóricos que más interés genera entre
nosotros y el que mayor efecto de intimidación
provocaría en el hombre medieval.

Estas peculiares e imaginativas bestias se generaban


por combinación de partes de animales diferentes,
creando estampas, en ocasiones, atroces. Estos
animales podían ser representados solos o en lucha
entre sí o con hombres indefensos, con el objetivo de
conmover y motivar al creyente en su esfuerzo por
evitar las tentaciones y renegar del pecado.

Aunque cualquier símbolo tiene dualidad de


significados, incluso completamente opuestos, el
románico usó ciertos animales con predilección para
manifestar el bien y otros como formas d

el mal y del diablo.


Bestiario real de signo positivo

Aves. Entre los animales genuinamente positivos y


benignos se encuentran las aves en general, y
especialmente las palomas (VER IMAGEN LATERAL
de un capitel interior de la ermita - cementerio de
Rebollo, en Segovia) sobre todo por su directa
similitud con la naturaleza del alma humana, ya que
las aves pueden volar y ascender.

De esta manera, la paloma y el pájaro simbolizan el


anhelo del espíritu por alejarse de lo terrenal, de lo
proteico, en busca de valores más altos, del cielo en
definitiva.

En
ocasiones
se les
representa
picando
sus patas
para poder
despegar
de la tierra
y volar
hacia las alturas (VER IMAGEN LATERAL de un
capitel del Monasterio de Leyre - Navarra).

Cigüeña. Un ave especialmente representada


como ejemplo del bien es la cigüeña, por su
carácter de ave de buen agüero, además de ser
monógama y comer serpientes (se le representa a
menudo con una serpiente en su pico).

Águila. El águila, por su fuerza y nobleza, suele representar valores positivos, inclusive al
propio Cristo. En ocasiones se representa capturando
con sus garras o pico a un conejo o a una liebre. Esta
escena representaría el poder de Dios sobre el
hombre.

León. De nuevo representa nobleza y fuerza. Es


frecuente encontrar leones, águilas y grifos en las
enjutas de las portadas, y también muy
frecuentemente en las mochetas de la puerta (VER
IMAGEN LATERAL de la mocheta de la portada de
San Miguel de Estella).

En estos casos, los animales citados representan a


los guardianes del templo. Estos animales no impiden
el paso al recinto pero advierten que el umbral que se
está apunto de traspasar separa el recinto sagrado del templo y el profano del exterior y debe
ser el propio hombre quien debe preguntarse si se encuentra en condiciones de dar ese paso.

Una variedad muy interesante de la representación de animales guardianes del templo es la de


los leones andrófagos, cuya más genuina representación se encuentra en la puerta navarra de
Artaiz (VER IMAGEN SUPERIOR). En este caso, además, se simboliza con ello la muerte
iniciática que supone el paso de toda puerta sagrada.

Bestiario real de signo negativo

En la nómina de los animales frecuentemente relacionados con el mal solemos encontrar


al mono, frecuentemente con cuerdas y atados, como caricatura grotesca del hombre,
la serpiente, símbolo por antonomasia del pecado y del demonio, la liebre y
el conejo asociados con la lujuria por su fertilidad, el jabalí y el cerdo por ser lujuriosos, sucios
y perezosos, la cabra, el macho cabrío, etc.
Bestiario Fantástico
Dentro del bestiario fantástico existen animales empleados con carácter positivo, como:

Grifos (formados por cabeza y alas de águila con cuerpo de león) que dada su combinación de
partes de animales nobles se sitúan, como se ha indicado, como guardianes en las entradas
(puertas y ventanas) de las iglesias.

Sin embargo, la nómina de animales fantásticos maléficos es mucho más amplia.


Dragones. Son los más genuinos enemigos de Dios y el hombre.
Son símbolos demoniacos.

Su representación en el románico se alejan bastante de las formas


que las leyendas nórdicas de siglos posteriores han hecho llegar
hasta nuestros días.

El dragón románico, aunque conceptualmente es un tipo de


serpiente alada, se muestra en el arte románico más bien como
una especie de ave bípoda con cabeza perruna de grandes ojos y
cuencas profundas, con orejas puntiagudas y alargadas fauces
amenazantes. Su cola es de serpiente y en ocasiones en lugar de
patas de ave muestra pezuñas.

En otras ocasiones el dragón sustituye su cuerpo de ave por el más genuino de serpiente
alada.

Anfisbena. Es de aspecto similar al dragón, pero la anfisbena tiene dos cabezas. Es decir, su
cola es rematada por una pequeña cabeza de serpiente. (VER IMAGEN INFERIOR, de una
anfisbena luchando con un león, tallada en un capitel de la iglesia de Valgañón en La Rioja)

Suele representarse en lucha con animales o atrapando a hombres. Para ello usa
simultáneamente sus dos mortales bocas. Como en el caso de la serpiente y el dragón, es un
animal maléfico, demoniaco.
Arpía. Es otro de los animales maléficos por antonomasia, compuesto de cuerpo de rapaz,
busto femenino -aunque en ocasiones también masculino- y con frecuencia, cola de serpiente.
(VER IMAGEN INFERIOR de las hermosas arpías representadas en un capitel del claustro bajo
del Monasterio de Santo Domingo de Silos, Burgos).
Sirena. Formada porcuerpo femenino -aunque también
aparecen con rostro masculino- y cola o dos colas de
pez simétricas y repletas de escamas. En este último
caso las colas están abiertas y sujetas por sus propias
manos (VER IMAGEN LATERAL de un capitel de la
iglesia de Pineda de la Sierra). Tanto la arpía como la
sirena representan básicamente la seducción y
atrapamiento por los placeres carnales.

Basiliscos. Curioso animal formado por una cabeza


monstruosa con cresta de gallo unida a cuerpo con dos
patas y cola de serpiente. Matan con la mirada y el
aliento. Los basiliscos son los encargados de
transportar las almas de los condenados al
infierno. Simbolizan la muerte y al propio diablo.
Centauros. Tienen cabeza y tronco humanos
(masculinos) y el resto de caballo o equino. En algunos
casos el cuerpo es de asno (llamado, entonces,
onocentauro).

Simbolizan la brutalidad de las pasiones y la lujuria.


Con frecuencia se les representa con arco y flecha
(sagitarios) disparando a sirenas. (VER IMAGEN
LATERAL de sagitario de Pineda de la Sierra).

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