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ANTECEDENTES HISTORICOS

CREENCIAS MAGICO-ReligióSAS
La práctica de la religión se evidencia desde hace miles de años, mucho antes que
se inventara la escritura. En todo el mundo, desde la época prehistórica, la creencia
de la existencia de una realidad o ser superior ha servido para definir y crear culturas.
La religión ha adoptado un sinfín de formas y constantemente surgen nuevas
manifestaciones.
A pesar de los cambios culturales y sociales Venezuela se considera un país con
muchas manifestaciones religiosas y éstas son muy variadas. En muchos casos, hay
regiones del país que veneran a una virgen o un santo en especial y se realizan ferias,
celebran misas, procesiones y hay fiestas con música, cantos y flores, entre otras
actividades para celebrar el día de quien consideran su patrono o patrona. Así
tenemos a los habitantes del Estado Zulia, quienes en el mes de noviembre celebran
la “Feria de la Chinita”, los del Estado Nueva Esparta muestran igual honor y fervor a
su patrona “La Virgen del Valle” durante el mes de septiembre. Y en el mes de enero
en el Estado Lara celebran las fiestas de la “Virgen de la Divina Pastora”.
Existe una absoluta libertad religiosa y de cultos. Además de las religiones
tradicionales el Cristianismo, el Islam, el Judaísmo, también hay cultos locales. En
estas páginas de Venezuelatuya, presentaremos los aspectos relacionados con la
vida religiosa del país, y en particular con las vírgenes de diferentes localidades, por
ser una manifestación de la fe católica en Venezuela, la cual agrupa más del 90% de
la población. Aquí les presentamos algunas de las Fiestas Religiosas que se celebran
en Venezuela.
Una de las mas importantes, es la Semana Santa o Semana Mayor, que es celebrada
con fervor cristiano en todo el país. Además de las celebraiones religiosas a las que
acuden los feligreses, en esos días una de las tradiciones más antiguas y hermosas,
es la de los Palmeros de Chacao, que tiene mas de 200 años de tradición y va de
generaciones en generaciones.
Igualmente la Navidad es el período más rico en festividades religiosas populares,
con actividades en las cuales el pueblo muestra su devoción al Niño Jesús, puedes
ver más detalles en esta página dedicada a la Navidad en Venezuela.
Nuestra Patrona y otras devociones

Patrona de Venezuela
La Virgen de Nuestra Señora de Coromoto es la patrona de Venezuela. Es venerada
en todo el país y especialmente en la ciudad de Guanare, donde apareció hace
aproximadamente 350 años.

Virgen de Betania
Visita al importante santuario ubicado entre Cúa y San Casimiro (Edo. Miranda) donde
miles de peregrinos de todas partes del mundo van a orar en el lugar donde ha
aparecido la Virgen de Betaniaen diferentes oportunidades.

Madre María de San José


Maracay, capital del estado Aragua, fundada en 1.697 y llamada con orgullo la ciudad
Jardín es donde se encuentra ubicada La Capilla de las Hermanas Agustinas
Recoletas en la cual reposa el cuerpo de la Madre María de San José, una religiosa
nacida en Choroní que dedicó su vida al sacrificio, la caridad y el amor a Dios.

Santo Cristo de la Grita


En el Estado Táchira, se encuentra la Basílica menor de La Grita. Una de las
características más importantes que tiene es que alberga al Santo Cristo de La Grita,
el patrono de los Andes Venezolanos.
Virgen del Valle
Es una de las principales y más celebradas advocaciones en Venezuela y es
considerada la patrona del oriente del país, siendo venerada con especial devoción
en la iglesia de la Virgen del Valle, en Margarita.
Virgen de la Chiquinquirá
Conocida como "la Chinita", los zulianos la honran y la veneran como su patrona. Con
diversas celebraciones en el mes de noviembre.

La Divina Pastora
El comienzo de la veneración por la Divina Pastora se remonta al año de 1736, Los
larenses la consideran su patrona y le rinden homenaje con especial cariño y
devoción.
Podríamos hacer referencia de muchísimas mas, y te invitamos a compartir con
nosotros las imágenes de la virgen de tu preferencia, así como lo hicieron algunos de
nuestros lectores, en la sección de sube tu foto, un poco mas abajo...
Iglesias en Venezuela

Guanare, Edo. Portuguesa


Venezuela cuenta con una gran cantidad de iglesias. Algunas son realmente joyas
arquitectónicas, que se remontan a tiempos de la colonia y otras se han seguido
construyendo con estilos más modernos en nuestra época. Para mas detalles de
arquitectura, ubicación, y otros elementos que existen en estas iglesias te invitamos
a indagar algunas de las que están en venezuelatuya.

Ritos y creencias en Venezuela

No son pocos los que prenden velas al Negro Primero, Negro Felipe, Guaicaipuro,
María Lionza, etc.
Afortunadamente, en Venezuela la brujería se toma como algo folklórico, sin que
tengan lugar diabólicos ritos mágicos, ni sacrificios de animales, como sucede en
muchos otros países del mundo.
Sin embargo, a pesar de que el venezolano no toma muy en serio los poderes de la
magia, pareciera que “por si acaso”, creyera en ciertas cosas de las “ciencias ocultas”.
No son pocos los que prenden velas al Negro Primero, Negro Felipe, Guaicaipuro,
María Lionza, etc., para que les concedan favores. Algunas solteronas visitan a los
hechiceros para que les muestre en el “humo del tabaco” a su prometido.
Se dice de algunos políticos, entre ellos el expresidente Cipriano Castro y el
exdictador Juan Vicente Gómez, tenían mucha confianza en los ritos de María Lionza.
También el General Marcos Pérez Jiménez se apasionó por esta “Diosa”, e hizo
colocar una estatua de ella en la autopista del Este de Caracas.
En nuestra democracia la brujería ha estado ligada de alguna manera con la política,
en efecto, el gran líder y ex-presidente Don Rómulo Betancourt afirmaba con cierto
aire de seguridad que su pipa estaba ensalmada por un brujo, y muchos creían que
esa era la clave de su éxito.
En cierta ocasión un ilustre ex-presidente declaró por televisión que llevaba en su
bolsillo una “pepa de zamuro”, que es considerada como un “talismán” de grandes
virtudes.
El uso de los talismanes y amuletos se remonta a la más lejana antigüedad, en todo
el mundo grandes hombres, políticos, artistas, militares, deportistas, etc., han portado
y portan símbolos de la buena suerte, dando gran estima al poder de la sugestión
positiva, por lo cual han podido realizar sus propósitos. Todo esto puede ser un efecto
psicológico, magia o brujería o como se le llame, pero lo cierto es que “aquello” que
hace generar o funcionar el “poder psicocósmico” es el acto de “CREER”. La
sugestión es la fuerza que supera nuestra razón y convierte en realidad nuestras
creencias buenas o malas; de ahí deriva la famosa frase que está de moda que dice,
en relación a las brujas: de que vuelan, vuelan...
Si tienes la convicción de que algo te trae “buena suerte”, eso atraerás, ya que todo
se atrae con el pensamiento predominante, por esta razón el mejor talismán es la
mente positiva.

Los Documentos del Nuevo Testamento, su fecha y atestación


1. ¿Qué son los Documentos del Nuevo Testamento?
El Nuevo Testamento, tal como lo conocemos,
consiste de veintisiete escritos griegos breves,
comúnmente llamados “libros”, de los cuales los
cinco primeros tienen características históricas y,
por lo tanto son los que conciernen mayormente
al análisis en que estamos empeñados. A cuatro
de ellos llamamos Evangelios, porque cada uno
relata el Evangelio: las Buenas Nuevas que Dios
revela en Jesucristo para la redención de la
humanidad. Aunque los cuatro relatan dichos y
hechos de Cristo, apenas pueden ser
considerados como biografías en el sentido
corriente de la palabra, porque tratan casi
exclusivamente con los dos o tres años finales de su vida, y dedican un espacio, que
parecería desproporcionado, a la semana que precedió inmediatamente a su muerte.
No pretenden ser Vidas de Cristo. Presentan, más bien, las Buenas Nuevas
concernientes a Él desde varios puntos de vista y originalmente para públicos
distintos.
El quinto escrito histórico, o sea el llamado Hechos de los Apóstoles, es, en realidad,
una continuación del Tercer Evangelio y escrito por la misma mano, o sea Lucas, el
médico y compañero del apóstol Pablo. Este quinto libro proporciona el relato del
surgimiento del cristianismo después de acaecida la resurrección y ascensión del
Señor, y de su expansión occidental desde Palestina hacia Roma, dentro de los treinta
años siguientes a la crucifixión.
De los documentos restantes, veintiuna son cartas. Trece ostentan el nombre de
Pablo; nueve están dirigidas a iglesias: las epístolas a los Romanos, 1ª y 2ª Corintios,
Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses y 1ª y 2ª Tesalonicenses, y cuatro a
personas determinadas: Filemón, 1ª y 2ª Timoteo y Tito.
Otra, la epístola a los Hebreos, es anónima, aunque desde tiempos muy remotos se
vio unida a la correspondencia paulina y frecuentemente se la adjudica al gran
apóstol. Es probable que haya sido trazada alrededor del año 70 de nuestra era, y
dirigida a una comunidad judeocristiana situada en Italia. De las cartas restantes una
lleva el nombre de Santiago, probablemente el hermano del Señor Jesús; otra de
Judas, quien se titula hermano de Santiago; otras dos llevan el nombre de Pedro, y
existen otras tres que son anónimas pero que, debido a las afinidades evidentes que
guardan con el Cuarto Evangelio, desde época muy remota han sido reconocidas
también como las epístolas de Juan. El libro restante es el del Apocalipsis o
Revelación (obsérvese que se debe llamar Revelación, en singular, y no
Revelaciones, en plural). Este documento pertenece al género literario denominado
apocalíptico que, aunque suena un tanto raro a nuestros oídos, era bien conocido en
los círculos judíos y cristianos de aquellos tiempos. El título procede del griego
apokaluptein que quiere decir “quitar el velo, o descorrer”. El ejemplo más antiguo que
existe de este tipo de literatura es el libro de Daniel. Aun el libro de Revelación es
presentado por medio de siete cartas que lo respaldan, dirigidas a siete iglesias de la
provincia de Asia. El autor, de nombre Juan, se encontraba en aquel entonces exilado
en la isla de Patmos, en el mar Egeo, e informa una serie de visiones en que vio
retratados simbólicamente los principios morales y espirituales que operan en la
historia, que se manifiestan hasta el fin de los tiempos y alcanzan su pleno desarrolló
en la víspera del toque final de la historia delante del Juicio Final.
De estos veintisiete libros, tenemos interés primordial en el presente estudio, en los
cinco primeros, fraguados en forma histórica, aunque los demás son también
importantes para nosotros, especialmente las epístolas de Pablo, siempre y cuando
contengan alusiones históricas o arrojen luz sobre los libros históricos.
2. ¿Cuáles son las fechas de estos documentos?
Generalmente se concede que la crucifixión de Cristo tuvo lugar alrededor del año 30
de nuestra era. Según Lucas 3:1, la actividad de Juan el Bautista data del año quince
del imperio de Tiberio César, y precede inmediatamente el comienzo del ministerio
público del Señor. Ahora bien: Tiberio inauguró su período como emperador en agosto
del año 14 de nuestra era y, de acuerdo al método de computación corriente en Siria,
y que sin duda Lucas adoptó, el decimoquinto año comenzó en septiembre u octubre
del año 27(1) . El Cuarto Evangelio menciona tres Pascuas más después de esa época
(Juan 2:13; 6:4 y 11:55 y sig.), de modo que la tercera Pascua desde esa fecha sería
la del año 30 D.C., la cual es probable, basado sobre otro terreno, que viera la
crucifixión de Jesús. Sabemos de otras fuentes también, como veremos más
adelante, que Pilato era el gobernador romano de Judea; Herodes Antipas el tetrarca
de Galilea, y Caifás el Sumo Sacerdote judío.
Cuando llegamos al año cien de la era cristiana, constatamos que el Nuevo
Testamento ya estaba terminado o, por lo menos, terminado de hecho, puesto que la
mayor parte de los documentos que lo componen existían ya desde unos veinte a
cuarenta años atrás. La mayor parte de los eruditos ingleses modernos datan las
fechas de los cuatro evangelios de acuerdo a la siguiente cronología: a Mateo lo
colocan entre los años 85 al 90; a Marcos cerca del 65; a Lucas entre los 80 al 85, y
a Juan por los años 90 al 100 (véase como ejemplos a B. H. Streeter en The Four
Gospels (1924) y al doctor V. Taylor en The Gospels (1930). Pero el profesor Adolfo
Harnack(2), junto con otros doctos, aduce buenas razones para datar más
tempranamente la fecha de composición de los tres primeros evangelios: a Marcos y
Lucas entre los años 60 al 65, y a Mateo cercano al año 70. Un argumento muy
poderoso aduce que si estos documentos hubiesen sido escritos posteriormente a la
caída de Jerusalén del año 70, reflejarían más vívidamente tal acontecimiento en sus
páginas. El profesor C. C. Torrey, de la Universidad de Yale, va tan lejos que sostiene
que ninguno de los cuatro evangelios contiene nada que exija una fecha de
composición posterior al año 50 y que haya sido compuesto fuera del suelo palestino
(Our Translated Gospels, 1936, p. x.).
Si pudiera demostrarse fecha tan temprana, tendríamos un argumento impresionante
para la historicidad de documentos escritos tan inmediatamente a los hechos que
registran. Pero aún con fechas más tardías, la situación es alentadora para el
historiador, porque los tres primeros evangelios fueron escritos cuando vivían todavía
muchas personas que recordaban las cosas que Jesús dijo e hizo, y algunas vivirían
todavía cuando se trazaron las páginas del Cuarto Evangelio. Si se pudiera
determinar que los evangelistas usaron fuentes informativas que pertenecieron a una
época anterior, la situación se tornaría más alentadora aún. Más adelante volveremos
a este respecto más detalladamente.
La fecha de composición del libro de Hechos, o Actos, depende de la que se asigne
al Tercer Evangelio, porque los dos son partes de una misma obra histórica, y parece
que la segunda fue escrita casi en seguida después de la primera. Existen evidencias
muy bien apuntaladas que datan la terminación de los dos documentos a fines de los
dos años que Pablo pasó detenido en Roma, vale decir, los años 60 al 62 (Hechos
28:30. Conviene consultar mi comentario sobre Hechos, 1951, pp. 10 y sig.)
Las datas de las epístolas paulinas pueden fijarse por medio de evidencias internas y
por medio de evidencias externas. Ya pasó el día cuando se negaba in toto la
autenticidad de estas cartas. Hay criticistas que rechazan todavía a Efesios; menos
aún no aceptan a 2ª Tesalonicenses; algunos más no se muestran dispuestos a recibir
que las epístolas pastorales (1ª y 2ª Timoteo y Tito) surgieron de la pluma de Pablo
en la forma que las tenemos actualmente (véase “La Autenticidad y Genuinidad de
las Epístolas Pastorales” por E. K. Simpson en The Evangelical Quarterly del año
1940, vol. XXI y pp. 289 y sig.). Yo las acepto a todas como paulinas; pero las ocho
restantes cartas paulinas servirían para nuestro propósito, y es de ellas que
extractamos los argumentos principales que aparecen en nuestro último capítulo que
titulamos La Importancia de la Evidencia del Apóstol Pablo”.
De las trece cartas que llevan el nombre de Pablo, diez pertenecen al período anterior
a su prisión romana. Yo las dataría en el orden siguiente: a Gálatas en el año 48(3); a
la 1ª y 2ª Tesalonicenses en el 50; a Filipenses en el 54(4); a 1ª y 2ª Corintios entre el
54 y el 56; a Romanos en el 57, y a Colosenses, Filemón y Efesios alrededor del 60.
Las Epístolas Pastorales contienen rastros de estilo y dejos de ambiente histórico que
las sitúan en una época posterior de los demás escritos paulinos, detalles que tienen
poca monta para quienes creen en un segundo encarcelamiento de Pablo en Roma
alrededor del año 64 y que terminó con su ejecución, (ver a Eusebio, Historia
Eclesiástica, ii, 22 y 25). Las epístolas pastorales pueden ser fechadas cerca de los
años 63 al 64, y es indudable que el cambio experimentado en las iglesias paulinas
que ellas dejan entrever, se debió a la oportunidad que el primer encarcelamiento del
apóstol en Roma ofreció a los opositores que él tenía en esas congregaciones.
De cualquier manera que sea, lo cierto es que el tiempo corrido entre los eventos
evangélicos y la mayoría de los libros del Nuevo Testamento, fue relativamente breve,
desde el punto de vista de la investigación histórica, por supuesto. Porque uno de los
puntos más importantes que se investigan cuando se trata de considerar la veracidad
de documentos históricos antiguos, es: ¿Qué tiempo transcurrió entre los sucesos
que relatan y el momento en que fueron confeccionados los documentos?
3. ¿Qué evidencias existen para demostrar que su composición es antiquísima?
Más o menos a mediados del siglo XIX, una escuela muy
influyente en el pensamiento humano afirmó que varios de los
libros más importantes del Nuevo Testamento, incluso los
Evangelios y Hechos de los apóstoles, no existieron antes del
tercer decenio del siglo segundo5. Tal conclusión no era el
resultado de evidencias históricas sino de presunciones
filosóficas. Ya en aquel entonces se tenía a mano suficiente
evidencia histórica como para refutar la carencia de bases de
tales teorías, tal como lo demostraron Lightfoot, Tischendorf.
Tregelles y otros más; pero el monto de evidencias que poseemos en nuestros días
es tanto mayor y concluyente, al punto que no es posible negar, razonablemente, la
mayor parte de la documentación del Nuevo Testamento, a pesar de lo que puedan
ser las suposiciones filosóficas.
La evidencia existente de los escritos del Nuevo Testamento es tanto mayor que la
que existe de muchos autores clásicos, la autenticidad de quienes nadie sueña en
poner en tela de juicio. Si el Nuevo Testamento fuera una colección de escritos
seculares, su autenticidad sería aceptada generalmente sin sombras de dudas de
ninguna especie. Es un hecho curioso que muy a menudo los historiadores se
muestran más dispuestos a confiar en la veracidad del Nuevo Testamento que
muchos teólogos6. Personas hay que, por una razón u otra, consideran ipso jacto
como sospechoso todo “libro sagrado”, y exigen más evidencias corroborativas de tal
obra que para cualquier otro trabajo secular o pagano. Desde el punto de vista del
historiador es preciso emplear la misma clase de pruebas para los dos tipos de
literatura. Nosotros no contendemos con quienes piden mayor número de evidencias
para el Nuevo Testamento que para otra clase de obras: primero, porque las
pretensiones generales que ofrece a la humanidad el Nuevo Testamento son tan
absolutas, y el carácter y obras de su figura central tan sin paralelo, que buscamos
estar lo más seguros que poseemos de su veracidad y, en segundo lugar, porque en
cuanto a hechos, existen más evidencias para el Nuevo Testamento que para los
demás escritos antiguos de fechas equiparadas.
En la actualidad existen unos 4.000 manuscritos griegos del Nuevo Testamento,
parciales o totales. Los mejores y más importantes se remontan a una época cercana
al año 350 de nuestra era, siendo los dos más importantes el Códice del Vaticano,
que constituye el tesoro más preciado que conserva la Biblioteca Vaticana de Roma,
y el bien conocido Códice Sinaítico que el gobierno británico adquirió del gobierno
soviético en la suma de libras 100.000 el día de Navidad de 1933, y que ahora
representa el mayor valor que contiene el Museo Británico de Londres. Los otros dos
documentos importantes que se conservan en Inglaterra son: el Códice Alejandrino,
escrito en el siglo quinto, que también se guarda en el Museo Británico, y el Códice
Beza, escrito en el siglo quinto o sexto, custodiado por la Biblioteca de la Universidad
de Cambridge, y que contiene los Evangelios y Hechos de los Apóstoles en griego y
en latín.
Si comparamos la atestación documentaría del Nuevo Testamento con la del material
textual de otras obras históricas de la antigüedad, apreciaremos la riqueza del
primero. Existen varios manuscritos de la obra Guerra de las Gallas escrita por Cayo
Julio César entre los años 58 al 50 antes de nuestra era; pero solamente nueve o diez
son buenos. El más antiguo es de 900 años más tarde que la época en que vivió el
autor. Existen 35 libros solamente de los 142 de la Historia Romana que escribió Tito
Livio (59 A. C. al 17 D. C), y los conocemos a través de no menos veinte manuscritos
de cierta importancia. Uno de ellos, que contiene fragmentos de los Libros iii al vi, no
va más allá del siglo cuarto de nuestra era. De los catorce libros de las Historias de
Tácito (54-120 D.C.), existen cuatro y medio solamente; de los dieciséis libros de sus
Anales poseemos diez completos y dos en parte. El texto de estos restos de sus
grandes obras históricas, depende completamente de dos documentos: uno del siglo
nono y el otro del undécimo. Los manuscritos existentes de sus obras menores
(Diálogos de los Oradores, Agrícola y Germania), se hallan entroncados a un códice
del siglo décimo. La Historia de Tucídides (460 al 400 A.C.) la conocemos a través de
ocho manuscritos. El más antiguo nos viene desde las cercanías del año 900 de
nuestra era, y de unos pocos fragmentos de papiros llegados desde principios de la
era cristiana. Igual cosa sucede con la Historia de Herodoto (480 al 425 A.C.). Sin
embargo, ningún clasicista estaría dispuesto a escuchar una teoría que argumentara
la necesidad de colocar en tela de juicio la autenticidad de Herodoto o de Tucídides
por el hecho de que los manuscritos más antiguos que poseemos, se distancian a
más de 1300 años de los documentos originales.
¡Cuán distinta es la situación del Nuevo Testamento a este respecto! En adición a los
dos excelentes manuscritos que nos vienen desde el siglo cuarto, que son los más
antiguos que poseemos de otros miles que deben haber existido, podemos agregar
un gran número de fragmentos de copias de papiros de libros del Nuevo Testamento,
datados entre 100 y 200 años antes. El papiro bíblico conocido por el nombre Chester
Beatty, cuya existencia se hizo pública en 1931, consiste de porciones de once
códices de papiros, tres de los cuales contienen la mayor parte de los escritos del
Nuevo Testamento. Dos de estos tres conservan respectivamente (a) los cuatro
Evangelios y Hechos, y (b) las nueve epístolas eclesiásticas de Pablo y Hebreos, y
pertenecen a la primera mitad del siglo tercero. El tercero, que contiene Revelación,
pertenece a la segunda mitad del mismo siglo.
Un descubrimiento más reciente consiste de varios fragmentos de papiros que los
expertos papirólogos sitúan no más allá del año 150 de nuestra era, publicados en
Fragments of an Unknown Gospel and other Early Christian Papyri (Fragmentes de
un Evangelio Desconocido y de otros Papiros Cristianos muy Remotos), por H. I. Bell
y T. C. Skeat en 1935. Estos fragmentos contienen lo que algunos eruditos piensan
que son porciones de un quinto Evangelio que guarda mucha afinidad con los cuatro
canónicos; pero es mucho más probable que The Times Literary Supptement del 25
de abril de 1935 exprese lo correcto cuando dice que “esos fragmentos fueron escritos
por alguien que tuvo ante sí los cuatro Evangelios y los conocía a fondo, y no
pretenden constituir un Evangelio independiente sino que son paráfrasis de las
narraciones y otros materiales de los Evangelios destinados a ser usados para
proporcionar explicaciones e instrucción, o sea un manual para enseñar al pueblo los
relatos evangélicos”. Más antiguo es todavía un fragmento de un códice de papiro
que contiene a Juan 18:31-33, 37 y sig., y que se halla actualmente en la Biblioteca
John Rylands, de Manchester, Inglaterra, y al que Deissmann y otros datan en la
época del reinado de Adriano (117-137 D.C.), lo que revelaría que el último de los
Evangelios, escrito en Efeso alrededor de los años 90 al 100 D.C., según la tradición,
ya circulaba en Egipto unos cuarenta años después de su composición, si, como se
cree, este papiro es originario de Egipto, donde fue adquirido en 1917. El Dr. H.
Guppy, el bibliotecario de John Rylands, dice que “fue escrito a principios del siglo
segundo, cuando la tinta de los autógrafos originales apenas se habían secado. Este
documento debe ser considerado el más antiguo de los fragmentos que poseemos, y
situado a unos cincuenta años del Nuevo Testamento”
Otro tipo de atestaciones las constituyen las alusiones y citas que varios autores
antiguos entresacan del Nuevo Testamento. Los escritores conocidos como los
Padres Apostólicos, florecieron principalmente entre los años 90 al 160 de nuestra
era, y en sus obras se encuentran evidencias que revelan que conocían la mayor
parte de los libros del Nuevo Testamento. En tres obras, que con toda probabilidad
datan de alrededor del año 100 D.C.: la Epístola de Bernabé, escrita en Egipto algún
tiempo después del año 70 D.C.; el Didaché, o sea la Doctrina de los Doce Apóstoles,
escrita en alguna parte de Siria o Palestina hacia los años 80 al 100 D.C., y la carta
que Clemente, obispo de Roma, escribió a la iglesia de Corinto alrededor del año 96
D.C., encontramos un número suficiente de citas tomadas de los Evangelios
Sinópticos, Hechos, Romanos, 1ª Corintios, Efesios, Tito, Hebreos, 1ª Pedro y,
posiblemente, citas de otros libros del Nuevo Testamento. En las cartas que escribió
Ignacio, obispo de Antioquía, a medida que iba en camino al martirio en Roma en el
año 115 D.C., aparecen también numerosas citas de Mateo, Juan, Romanos, 1ª y 2ª
Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, 1ª y 2ª Timoteo, Tito, y posibles alusiones a
Marcos, Lucas, Hechos, Colosenses, 2ª Tesalonicenses, Filemón, Hebreos y 1ª
Pedro. Policarpo, su contemporáneo más joven que Ignacio, en la carta que escribió
a los Filipenses cita de los Evangelios Sinópticos, Filipenses, 2ª Tesalonicenses, 1ª y
2ª Timoteo, Hebreos, 1ª Pedro y 1ª Juan. Y así podríamos seguir reuniendo una gran
cantidad de evidencias extraídas de los escritores del siglo segundo, que ponen “de
manifiesto, la familiaridad y el reconocimiento que sentían hacia la autoridad de los
escritos del Nuevo Testamento. En lo que respecta a los Padres Apostólicos, la
evidencia que hemos ofrecido se halla coleccionada y avalorada en una obra que se
titula The New Testament in the Apostolic Fathers, y que registra las investigaciones
realizadas por una comisión de la Sociedad de Teología Histórica de Oxford, en el
año-1905.
Los trabajos efectuados por la Crítica Textual están ligados al estudio de este tipo dé
atestación de documentos y de citas de autores posteriores 8. La Crítica Textual es
una rama muy interesante y fascinadora. Tiene por objeto determinar, lo más
exactamente que sea posible, qué evidencias se tienen a mano y cuáles son las
palabras originales de los documentos en cuestión. La experiencia pone de manifiesto
que resulta muy difícil copiar un pasaje de cierta extensión considerable, sin efectuar
uno o dos errores, por lo menos, y cuando se trata de documentos, como los escritos
del Nuevo Testamento, que han sido copiados y re-copiados millares de veces, de
modo que aumenta enormemente la posibilidad de descubrir errores de copistas,
quedamos sorprendidos ante el número relativamente pequeño de los que existen.
Afortunadamente, si bien el gran número de manuscritos aumenta el número de
errores cometidos por los copistas, también aumentan los medios, en proporción, para
corregirlos, de modo que el margen de duda que queda como saldo del proceso que
recaba el fraseo original con exactitud, no es tan abultado como podría imaginarse.
En realidad de verdad es excesivamente pequeño. Las variantes de lecturas que
pueden ocurrir entre los criticistas textuales del Nuevo Testamento, no afectan para
nada el hecho histórico o la fe y práctica cristiana.
Para resumir lo que dejamos dicho, citamos el veredicto pronunciado en 1940 por Sir
Frederic Kenyon, erudito cuya autoridad referente a manuscritos antiguos se
encuentra en primera línea. Dice Kenyon:
8 Otra clase de testigos muy importantes del texto del Nuevo Testamento, está
constituida por las versiones antiguas de otros idiomas, siendo las de mayor edad la
Antigua Siríaca y la Antigua Latina, que pueden ser fechadas por los alrededores de
la mitad del siglo segundo. Los leccionarios cristianos primitivos también suministran
ayuda de mucho valor.
El intervalo que media entre las fechas de composición originaría y las evidencias
más antiguas que poseemos, queda reducido a un tiempo tan pequeño que en verdad
se torna insignificante. Ya han sido removidos los últimos baluartes como para que
quede duda alguna de que poseemos las Escrituras en la forma substancial en que
fueron escritas.
Se puede decir que ya está consolidada finalmente la autenticidad y la integridad
general de los libros del Nuevo Testamento (The Bible and The Bible and Archeology,
pp. 228 y sig.)9.
Caciques Venezolanos - Biografías Resumidas

Resumen Biográfico de los Caciques de Venezuela. Guerreros


de Venezuela. Indios Venezolanos. Caciques más Importantes
de Venezuela. Jefes Indígenas durante la conquista española en
Venezuela. Resistencia Indígena en Venezuela.
Biografia del Cacique Arichuna

Resumen Biografia del Cacique Arichuna. Este guerrero perteneció a la


tribu de Los Jiraharas, ubicando su radio de acción, en la región de lo que
hoy se conoce como Lara y parte de Yaracuy.
Se forma bajo las órdenes del Cacique Queipa y cuando este muere, es
seleccionado para comandar la tribu con el rango de cacique, lucha contra los
españoles colonizadores y contra otras tribus enemigas dirigidas por el Cacique
Guaratarí.
El Cacique Arichuna acepta la paz y se dedica al comercio de especias con los
españoles, su amigo Juan Fernández, hombre de buenos sentimientos, es acusado
por el tribunal inquisidor y condenado a muerte. Arichuna no está conforme con la
sentencia y busca interceder por el.
El Gobernador Juan de Leiva no quiso meterse en el asunto, entonces el Indio
Arichuna decide a finales del año de 1556, atacar la prisión en Valencia, logra la
libertad de Juan Fernández y lo lleva a su tribu.
Un tiempo después, Juan Fernández obtiene el perdón, pero nunca quiso abandonar
la tribu en agradecimiento al Cacique Arichuna.
Biografia del Cacique Baruta

Resumen Biografia del Cacique Baruta. El Cacique Baruta fue


Mariche (nombre de una tribu de Venezuela que vivieron en lo que hoy
es la zona de Filas de Mariche), es hijo del Gran Cacique Guaicaipuro y
de Urquia. Su nombre proviene del nombre dado por los mariches al
jabillo.
El Cacique Baruta, en el Siglo XVI forma parte de la coalición dirigida por su padre el
Cacique Guaicaipuro y posteriormente por el Cacique Tamanaco, contra los
colonizadores españoles.
Al morir su padre, Baruta recibe de su madre el penacho con plumas rojas que había
usado el Cacique Guaicaipuro como símbolo de linaje y mando. El Cacique Baruta no
solo atacaba al enemigo, también establecía pactos y alianzas con otras tribus
rebeldes, y obtenía grandes victorias.
El fundador de Caracas, Diego de Losada, otorga en encomienda a Alonso Andrea
de Ledesma, al Cacique Baruta, su tribu y sus tierras, hay dos versiones sobre lo que
paso; una de ellas, es que Baruta y dos mil indios de su tribu presentaron batalla y
perdieron, y la otra, es que Baruta decidió aceptar pacíficamente la presencia de los
españoles, estos respetaron su autoridad y sus tradiciones, además cooperaron con
Baruta, enseñándoles nuevas técnicas de ganadería y de cultivos.
Al morir el Cacique Baruta, es enterrado con su rito. El 19 de agosto de 1620, el
Gobernador Francisco de La Hoz Berríos, funda Baruta en honor al Cacique con el
nombre de San Francisco de Paula de Baruta.
Los textos hacen referencia al nombre Baruta, en la consagración de la Iglesia de la
Villa de Nuestra Señora del Rosario de Baruta el 14 de julio de 1655.
Biografia del Cacique Catia
Resumen Biografia del Cacique Catia. El cacique era un gran
estratega, fue Piache con grandes conocimientos en las artes
curativas, le gustaba enseñar a los jóvenes guerreros y entre ellos
estaba el inmortal Cacique Tiuna. El Cacique Catia ejercía su mando
desde la fila que ocupaban Los Mariches, siguiendo toda la serranía que circunda a
Caracas hasta el litoral.
El Indio Catia, se ganó la amistad de numerosos caciques y jefes de tribus, siendo
sus aliados los Caciques Guaicaipuro, Guaicamacuto, Naiguatá, Chacao, Baruta y
Prepocunate, logrando con ellos significativas victorias.Derrotó a las tropas de Garci
González en el Valle de Los Guayabos. Cuando muere el Cacique Guaicaipuro, quiso
recomenzar sus proyectos para enfrentar a los españoles conquistadores, se reúne
con sus caciques amigos, pero estos cansados de combatir, pierden la Batalla de
Maracapana y desmoralizados por la muerte del Cacique Guaicaipuro, ninguno de
ellos quiso volver a los enfrentamientos.
El Cacique Catia muere en Los Teques en 1568, luchando contra las tropas de Diego
de Losada.
Biografia del Cacique Chacao

Resumen Biografia del Cacique Chacao. El Cacique Chacao de raza


caribe, era un indio venezolano de mediados del Siglo XVI, llamado el
Hércules Americano, gobernó en la región caraqueña que hoy lleva su
nombre. El nombre Chacao deriva de Chacau, que significa arena, los
Tamanacos decían Ciaccau y los Caribes Saccao.
El Indio Chacao era de gran tamaño, tenía audacia y una capacidad muy especial
para preparar ataques tipo comando, era muy respetado por los conquistadores
españoles que le temían y respetaban por su condición de valiente e implacable. Su
cacicazgo lo ejerció con sentido democrático y no tiene ninguna injusticia contra su
gente.
Su territorio lo defendió con pasión, se alió con el Cacique Guaicaipuro y participó en
la coalición de jefes que durante varios años mantuvieron el control del Valle de los
Caracas y la región montañosa de los Indios Teques.
En el año de 1567, el Indio Chacao se enfrenta a un oficial de Diego de Losada, a
Juan de Gámez, este lo envía a prisión. Luego Diego de Losada, decide dialogar con
Chacao y el Indio recobra su libertad. En 1568 renueva su alianza con el Cacique
Guaicaipuro y con sus hombres acude al sitio de Maracapana.
Conocido por ayudar a los débiles, especialmente a los niños y mujeres, se entera
que el Capitán Catado había secuestrado a dos pequeños indios y los tenía
esclavizados, juró rescatarlos, y devolverlos sanos y salvos a su familia.
El Cacique Chacao fue a rescatar a los niños, entró con gran destreza al campamento
español y los liberó, pero fue herido de muerte, desplomándose sobre la tierra. Su
muerte causó un profundo dolor en su pueblo.
Biografia del Cacique Guaicaipuro

Resumen Biografia de Guaicaipuro. Es conocido actualmente como


Guaicaipuro, pero en documentos de la época se le encuentra con el
nombre de Guacaipuro II. Es uno de los Caciques más famosos e
ilustres de Venezuela.
El Cacique Guaicaipuro nació en Caracas en el año de 1530. Fue un Cacique
Guerrero de la confianza del Cacique Catuche, asume el cacicazgo cuando tenía 20
años.
El área que actualmente ocupa la Ciudad de Los Teques, fue poblada por varios
grupos indígenas, los cuales contaban cada uno con su propio cacique. La tribu de
Guaicaipuro, era una de las más grandes, uno de sus hijos, Baruta, se convirtió en
Cacique y dominaba el área del actual municipio.
Hacia el año de 1560, los españoles descubren el oro en el área de Los Teques y
comienzan a poblar el sitio para extraerlo, el Cacique Guaicaipuro ve sus tierras
invadidas y junto a otros caciques aliados, como Terepaima, atacan a los españoles
y los obligan a abandonar el lugar.
En 1561, el gobernador de la provincia de Venezuela, Pablo del Collado envió a Juan
Rodríguez Suárez para pacificar el área, y vence al Cacique de los Teques en las
Batallas de San Pedro y La Quebrada, creyendo que había repelido a Guaicaipuro de
la zona, deja algunos mineros y tres de sus hijos. Una vez que los soldados españoles
se marchan del lugar, Guaicaipuro toma de nuevo las minas y liquida a todos los
trabajadores, como a los tres hijos de Rodríguez Suárez.
Rodríguez Suárez que estaba en camino a la ciudad de Valencia, con el propósito de
reunirse con los españoles leales al rey, fue muerto por Guaicaipuro y el Cacique
Terepaima durante su trayecto a Valencia.
En enero de 1562, Guaicaipuro y Terepaima enfrentan y matan al Capitán Luis de
Narváez. Guaicaipuro convoca una alianza estratégica de todos los caciques de la
región, aceptando los Caciques de Aramaipuro, Baruta, Chacao, Chicuramay,
Guaicamacuto, Naiguatá, Paramaconi y Terepaima.
Durante años la alianza fue triunfadora, pero en el año 1568 pierde la Batalla en
Maracapana, esta batalla fue liderada por Guaicaipuro, comandada por Tiuna y la
participación de todas las tribus aliadas. Derrotados por el ejército español
comandado por Diego de Losada, la coalición se disuelve y los jefes regresan a sus
tierras.
Guaicaipuro se refugia en Suruapo y ataca a Diego de Losada, esté ordena al Alcalde
Francisco Infante que ataque a Guaicaipuro en el propio lugar de Suruapo. Francisco
Infante consigue indios pacificados y fieles a España que conocían como llegar a la
vivienda del cacique. Guaicaipuro toma su espada y mata a los que lo atacaron, se
resguarda en su choza, pero los españoles le prenden fuego y le piden que se rinda,
el cacique no acepta y prefiere morir atrapado por las llamas.
El 8 de diciembre de 2001, los restos simbólicos del Cacique Guaicaipuro (sus restos
nunca fueron encontrados) fueron trasladados al Panteón Nacional.
Biografia del Cacique Guaicamacuto

Resumen Biografia del Cacique Guaicamacuto. Perteneció a la


tribu de Los Caribes, se caracterizó por ser astuto, calculador y
negociador con sus homólogos y jefes indígenas.
El Cacique Guaicamacuto, comandaba la costa litoral desde La
Guaira hasta el Oriente. En el año de 1555 entra en la historia al recibir al mestizo
Francisco Fajardo en forma pacífica. Para el año de 1558, Guaicamacuto se une con
el Indio Paisana y dirigen la rebelión contra los conquistadores españoles.
Impulsó la unión conocida como La Alianza de Uvero, incluyendo los Caciques
Terepaima, Catia y Paramacay. Unido con Terepaima y Guaicaipuro en el sitio de Las
Lagunas, atacan al capitán Rodríguez Suárez y lo matan.
En el año de 1568, se une al Cacique Guaicaipuro en la Batalla de Maracapana, luego
de perder la batalla, decide pactar con Diego de Losada y este le permite vivir en paz
con su pueblo, hasta que muere de edad avanzada.
Biografia del Cacique Naiguatá

Resumen Biografia del Cacique Naiguatá. Era un cacique de la


familia Caribe, aguerrido, fuerte, romántico y tenía un gran amor por
las gaviotas. Ejerció sus dominios a lo largo de la zona costera desde
el Río Anare, pasando por Chichiriviche, hasta la región costeña hoy
conocida como Puerto La Cruz.
Los españoles colonizadores comandados por el capitán Rodríguez Suárez, llegaron
a las tierras del Cacique Naiguatá, este los recibió con grandes demostraciones de
hospitalidad, ofreciéndoles maíz, yuca y pescado. Teniéndolos como huéspedes, un
soldado disparó su arcabuz contra una gaviota y la mató, hecho que enfadó al Indio
Naiguatá, exigiendo la ejecución del agresor, pero el capitán Rodríguez Suárez se
niega. Naiguatá, toma por asalto el campamento de los soldados y somete a
sentencia al soldado, cuando le iba a dar muerte al soldado, una bandada de gaviotas
hizo acto de presencia, el Cacique Naiguatá interpretó esto, como el perdón de las
gaviotas hacia el agresor y lo libera.
Naiguatá vivió por muchos años y conoció muchos de los cambios culturales que
impuso la colonización.
Biografia del Cacique Sorocaima

Resumen Biografia del Cacique Sorocaima. El nombre del


Cacique Sorocaima significa, Pájaro de vistoso plumaje. Era un
hombre rígido, severo y reservado, según las versiones de los
historiadores, era de la tribu de los Teques.
Fue hombre de confianza y lugartenientes del Gran Cacique Guaicaipuro, se forma
bajo los cánones de la escuela espartana, la misma en la cual se formó Guaicaipuro.
Al morir el Cacique Guaicaipuro queda como jefe guerrero bajo el mando del Cacique
Conopaima.
En el año de 1570, bajo el mando del Cacique Conopaima y el Cacique Terepaima,
participa en los ataques contra la recién fundada Santiago de León de Caracas.
En 1572, Garci González de Silva apresa al Cacique Sorocaima, el Cacique
Conopaima seguía peleando y resistiendo, ante estos hechos y queriendo terminar la
batalla, González de Silva decide utilizar a Sorocaima como carnada y dice en voz
alta, el jefe Indio Sorocaima perderá su mano derecha, pero si se rinden no y se les
perdonará la vida al resto. Es allí cuando el Jefe Sorocaima, le dice a los guerreros;
Ataquen con fuerza mis valientes que los españoles no tienen mucha gente.
Luego y sin vacilar, estira el brazo para que le corten la mano derecha, lo cual fue
llevado a cabo por los oficiales de Garci González. Sorocaima valiente y demostrando
la grandeza de su raza, toma con su mano izquierda la derecha, la levanta y la ondeó
en señal de triunfo. Garci González ordena su libertad, pero cuando Sorocaima da la
espalda al enemigo, uno de los soldados le disparó a traición, quitándole la vida.
Biografia del Cacique Tamanaco
Resumen Biografia del Cacique Tamanaco. Dos años después de
la muerte del Gran Cacique Guaicaipuro, surge el Cacique
Tamanaco, cacique de los Indios Mariches y de Los Quiriquires. Su
misión fue propiciar la alianza entre las diferentes Tribus Caribes.
El Cacique Tamanaco, lideró durante gran parte del Siglo XVI la resistencia contra la
conquista española, especialmente en la zona central del país.
La recién fundada Ciudad de Santiago de León de Caracas en 1567, era
constantemente atacada por las tribus locales. El 5 de diciembre de 1570, Diego de
Mazariegos toma cargo como gobernador de la provincia de Venezuela y da prioridad
a la pacificación de los territorios.
Para el año de 1573, el Cacique Tamanaco y sus aliados se vuelven problemáticos
para los conquistadores, y tienen que venir refuerzos de España y otras islas
españolas en el Caribe para controlarlos. Luego el capitán Pedro Alonso Galeas y el
teniente Francisco Calderón se unen con el fin de atrapar a Tamanaco y sus hombres,
entran en tratos con el Cacique Tapiaracay, enemigo de Tamanaco y del pacificado
Cacique Aricabuto, quien le ofrece ayuda a cambio de que le entregue a este último,
el trato no se consolida. Tamanaco conoce que lo quieren atrapar y prepara una
fuerza de 300 guerreros más la ayuda de las tribus Arbaco y Teques. Se enfrentan
pero el combate no tuvo vencedor.
Tamanaco decide atacar Caracas y persigue a los soldados españoles liderados por
el capitán Hernando de la Cerda hasta el Río Guaire, combatieron, pero los indios no
advirtieron la llegada de una caballería española, y el Cacique Tamanaco y sus
hombres son atrapados y hechos prisioneros.
Tamanaco es sentenciado a la horca, pero Garci González, a cargo de la ciudad de
Caracas, no estuvo de acuerdo con la sentencia y discutiendo con el capitán
Mendoza, le proponen a Tamanaco, la horca o luchar contra el perro entrenado de
Mendoza que irónicamente se llamaba "Amigo". Tamanaco acepta, es desatado y
colocado en la Plaza Mayor (hoy Plaza Bolívar), sueltan al perro, pero la lucha era
desigual y Tamanaco muere por las mordeduras.
Biografia del Cacique Tiuna

Resumen Biografia del Cacique Tiuna. Nació en la tribu de Los


Caracas, bajo la tutela del Cacique Catia se formó en su infancia,
se caracterizó por su gran valentía. El poder lo ejerció en el Valle de
Los Guayabos, conocido actualmente como Catia La Mar. Sus dominios se
extendieron a través de las montañas, limitando con los Valles del Tuy, Filas de
Mariche y parte del Valle de Caracas. Tuvo muchos hombres de confianza y uno de
ellos fue el Cacique Aramaipuro, conocido como Ponzoña de Abeja. Logro éxitos en
Villa del Collado, actualmente Caraballeda, también en Cayapa derrotando al cruel
Rodríguez Carpio. En el año de 1568, se produce la Batalla de Maracapana, el
Cacique Tiuna se una a la coalición de Tribus Caribes liderada por el Cacique
Guaicaipuro, Tiuna comanda la ofensiva contra los conquistadores españoles, pero
son derrotados por el ejército conquistador, la coalición de Tribus Caribes se disuelve
y los jefes de cada una se regresan a sus tierras, sólo Tiuna y sus hombres quedaron
en el campo de batalla.
La muerte del Cacique Tiuna es una de las más conocidas y épicas. Peleando en la
Batalla de Maracapana con media espada clavada en él, gritando y desafiando a
Diego de Losada, un oficial arremete contra Tiuna, este esquiva el golpe y le atraviesa
la pierna tumbándolo del caballo, Tiuna enfrenta a otros tres españoles, pudo con dos
de ellos, pero al atacar al tercero, una flecha disparada por uno de los indígenas que
formaba parte de los españoles, le atravesó la espalda.

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