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662 Algazel El justo medio de la creencia 663

te. Los dos extremos, que del justo medio se apartan, son en
EL JUSTO M E D IO DE L A C R EEN CIA toda materia reprobables. ¿Cómo, en efecto, podrá caminar
por el recto sendero que a la verdad conduce, aquel que se
Exo r d io
satisfaga con la ciega sumisión a los textos revelados y rehúya
el empleo de los métodos de investigación y del razonamien
1.147 Loado sea Dios, que ha escogido de entre sus me to? ¿Ignora, por ventura, que la ley revelada no tiene más
jores siervos a quienes profesan la doctrina de la verdad y de fundamento que la palabra del Profeta, y que la veracidad
la tradición ortodoxa; los ha distinguido de las otras sectas de éste no puede ser conocida sino por las pruebas apodic-
por su sola bondad y predilección; los ha ilustrado con la luz ticas de la razón? Ni ¿com o atinara tampoco en el recto ca
de su gracia descubriéndoles el sentido de las verdades de la mino de la verdad aquel que al dictamen escueto de la razón
religión; ha inspirado a sus lenguas argumentos capaces de se atenga y se limite, sin dejarse alumbrar por la luz de la
refutar los extravíos de la herejía; ha purificado sus almas revelación? Porque, vengamos a cuentas: ¿Cómo buscar re
de tentaciones satánicas; ha limpiado sus espíritus de suges fugio en la razón contra la ignorancia, si adolece de ceguera
tiones impías y ha iluminado sus corazones con la cumbre de y de limitación? ¿Ignórase, acaso, que la capacidad del enten
la certeza, a fin de que, por ella guiados rectamente, penetra dimiento humano es bien exigua y que su esfera de acción
sen los misterios de la doctrina que Dios reveló a los hombres es estrecha y reducida? ¡Ah, y com o fracasa cuando busca
por la lengua de su profeta y elegido, Mahoma, señor de to la certeza infalible y cómo tropieza a cada paso en las fa
dos los otros enviados de Dios; aprendiesen el método de ar laces huellas del error, todo el que no conciba estas diver
monizar las exigencias de la revelación con los dictados de gencias mediante la armonía entre la revelación y la razón!
la razón; se diesen perfecta cuenta de que no existe contra Porque el entendimiento humano es com o la vista sana, exen
dicción alguna entre la ley religiosa, que se funda en la tra ta de defectos y dolencias, y el Alcora.: es como el sol que
dición divina, y la verdad, que es objeto de la razón natural, derrama por doquiera los rayos de su luz. Y por eso, al que
y advirtiesen también que esos teólogos verbalistas que se busca el camino recto de la verdad prescindiendo de uno de
creen obligados simplemente a la ciega y rutinaria sumisión estos dos luminares, has de encontrarlo siempre formando
al criterio de autoridad humana y al sentido literal de los tex parte de la turba de ignorantes, pues si rehúye el empleo de
tos revelados,^ si así piensan, es únicamente por la debilidad la razón y se satisface con la sola luz del Alcorán, es como
de su entendimiento y los cortos alcances de su vista inte aquel que se pone frente al sol, pero con los ojos cerrados,
rior, mientras que, por el contrario, esos filósofos peripaté que en nada se diferencia de los ciegos; y pues la razón, junta
ticos y esotros fanáticos teologos motáziles, que se sumergen con la revelación, es luz sobre luz, el que con el ojo tuerto
en los más profundos análisis racionales a fin de batir en dirige su mirada a una de esas dos luces exclusivamente, que
brecha las mas terminantes verdades de la revelación, si así da sumido en las tinieblas del extravío.
obran, es únicamente por la perversidad de sus corazones.
1.149 Y ahora, oh lector que con tan vivas ansias anhe
Aquéllos pecan por negligencia y defecto, como éstos pecan
las instruirte en los dogmas fundamentales de la fe ortodoxa
por abuso y exceso. Ambos, por lo tanto, están muy lejos
y que importunadamente demandas decisivas pruebas raciona
de lo que reclaman la discreción y la cautela.
les que te los demuestren, yo te aseguro que se te ha de ha
1.148 Antes bien, la norma que por fuerza hay que se cer evidente que la gracia divina para lograr la armonía entre
guir en el estudio de la teología dogmática es precisamente la la revelación y la ciencia es patrimonio exclusivo de una sola
del justo medio en que el recto camino de la verdad consis- escuela teológica, que es esta escuela ortodoxa. Da, pues,
gracias a Dios, que te permite seguir las huellas de los or
1147 A s í n P a l a c i o s , o.c. Prólogo, p.1-18; C r u z H e r n á n d e z , Historia de la
filosofía española, Filosofía hispano-musulmana I p.165-170- Id La filosofía todoxos, entrar por la ruta de sus normas y criterios y for
arabe p. 120-123. ' mar en las filas de su escuela, pues quizá de este modo lo
1147 A s í n P a l a c i o s ,
o .c ., p.23 nota; p.24 nt 1
gres resucitar, el día del juicio, dentro también del grupo de
J } f S RVZ H ek n ández, La filosofía árabe p.129; Id ., Filos, hisp.-musulm
p.166-167. que ellos formen. Pidamos a Dios que limpie nuestras a lm as
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terio de la lengua de éste nos ha sido comunicada. Cuatro son,
de las turbias máculas del error y que las ilumine con la luz por consiguiente, las partes cardinales del libro.
de la verdad; que haga enmudecer nuestras lenguas, si es que
han de proferir palabras de falsedad, y que les haga emitir 1.153 Parte 1.a: Examen del ser de Dios.— En ella de
palabras de verdad y de sabiduría. ¡El es generoso en la efu mostraremos la existencia de Dios, su eternidad a parte ante
sión de sus gracias y amplísimo en su piedad! y a parte post, que Dios no es átomo, ni cuerpo, ni accidente,
que carece de límite que lo circunscriba y de relaciones espa
ciales que lo localicen, que es visible lo mismo que es cog
In t r o d u c c ió n
noscible, y que es único. Son, pues, diez las proposiciones que
trataremos de demostrar en esta parte.
1.150 Comencemos, pues, el tratado, explicando el títu 1.154 Parte 2.a: Sobre los atributos de Dios.— En ella
lo del libro y dando su división en prolegómenos, artículos demostraremos que Dios es viviente, sabio, poderoso, volen
y capítulos.
te, oyente, vidente y locuente y que posee los respectivos
Por lo que toca al nombre del libro, es El uso discreto de atributos, a saber: vida, ciencia, poder, voluntad, oído, vista
la razón y de la revelación en la teología dogmática. y palabra. Mencionaremos también las propiedades y efectos
Por lo que atañe a su organización, comprende el libro de estos atributos, lo que todos ellos tienen de común y lo
cuatro aclaraciones, que vienen a ser algo así com o explana que distingue a unos de otros. Demostraremos asimismo que
ciones previas o prolegómenos, y cuatro partes cardinales, que todos ellos son sobreañadidos a la esencia de Dios, eternos,
son los asuntos u objetos propios del libro. subsistentes en dicha esencia y que ninguno de ellos es tem
1-151 La aclaración primera se propone demostrar que poral o innovado.
esta ciencia es importante para la religión. La segunda demues 1.155 Parte 3.a: Sobre las operaciones de Dios.— En ella
tra que no es importante para todos los musulmanes, sino tan intentaremos probar siete proposiciones, a saber: que Dios no
sólo para una categoría determinada de ellos. La tercera de está obligado a imponer a los hombres deber alguno, ni a
muestra queincumbe su estudio a la comunidad en general, crearlos, ni a premiarlos si cumplen sus deberes, ni a hacer lo
pero no a cada uno de los fieles en particular. La cuarta ana que les sea más conveniente; que no es imposible ni absurdo
liza los métodos demostrativos que empleo en este libro. el que Dios imponga obligaciones que no pueden ser cum
1.152 En cuanto a sus objetos cardinales, son cuatro, plidas; que Dios no está obligado a castigar los pecados; no
y todos ellos en su conjunto sereducen al estudio de Dios, es imposible ni necesaria para Dios la misión de los profetas,
pues si aquí hemos de estudiar el mundo, no lo considera sino tan sólo posible o contingente. En la introducción a esta
remos en cuanto que es mundo, es decir, cuerpo, cielo y tie parte se explica también el significado de los términos nece
rra, sino en cuanto que es obra de Dios; y si hemos de estu sario, bueno y malo.
diar al Profeta, no lo haremos en cuanto que es hombre, no 1.156 Parte 4.a: Sobre los enviados de Dios.— Trátase
ble, sabio y virtuoso, sino en cuanto que es enviado de Dios; aquí de la revelación divina comunicada a los hombres por
y si hemos de estudiar sus palabras, no lo haremos en cuanto medio de Mahoma y relativa a la resurrección, al cielo y al
que son simplemente palabras, elocuciones o expresiones, sino infierno, a la intercesión profètica, al castigo de la tumba,
en cuanto que por su medio se nos comunican las enseñan a la balanza de las acciones humanas y a la prueba del puente.
zas de Dios. No hay, pues, aquí estudio alguno que no trate Consta de cuatro capítulos: 1.°, demostración de la verdad
de Dios, ni objeto investigado, distinto de Dios. de la misión profètica de Mahoma; 2.°, explicación de los
Los límites a que se extiende esta ciencia redúcense todos dogmas de la vida futura que por su lengua han sido reve
ellos al examen del ser de Dios, de sus atributos, de sus opera lados; 3.*, sobre el imanato o suprema autoridad y sus con
ciones, de su Enviado y de la revelación divina que por minis diciones; 4.°, explicación del criterio canónico para la exco
1150 A s ín Pal aci os, o.c., p .2 7 n t .l.
munión de las sectas innovadoras (ed. A s í n P a l a c i o s , p.23-30),
1152 A s ín Pal aci o s, o.c., p .2 8 n t .l.
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por el adversario. Dirémosle, pues: ¿Cuál de las dos premisas
Pa r t e p r im e r a quieres discutir? Si responde: «Sólo discuto esa afirmación
tuya de que ‘ todo ser que comienza, tiene una causa de su
Examen del ser de Dios comienzo’, porque ¿por dónde sabes que eso es verdad?», le
respondemos diciendo: Esta tesis es forzoso admitirla, porque
Pr o p o s ic ió n p r im e r a : Dios existe
es de evidencia primaria y necesaria para el entendimiento,
1.157 Demostración.— T odo ser que comienza tiene una de m odo que quien vacila o duda en admitirla, vacila sólo
causa de su comienzo; pero el mundo es un ser que comien porque quizá no descubre bien lo que queremos expresar con
za, luego tiene una causa de su comienzo. Entendemos por el término «ser que comienza» y con el término «causa»; una
mundo todo ser distinto de Dios. Entendemos por todo ser vez que haya comprendido bien el significado de esos dos tér
distinto de Dios los cuerpos todos y sus accidentes. minos, necesariamente asentirá su entendimiento a la verdad
La explicación analítica de este argumento es la siguien de la tesis, o sea, que «todo ser que comienza tiene causa». En
te: Ante todo, es indudable la existencia real de seres. Des tendemos, en efecto, por «ser que comienza» aquel que no
pués de esto, sabemos también que todo ser real o bien ocupa existía, que era nada, y que después ha venido a la existen
un lugar en el espacio o bien no lo ocupa; si lo ocupa y ca cia. Ahora bien, su existencia, antes de existir de hecho, o
rece en sí mismo de toda composición, lo llamamos sustancia era imposible o era posible. Es falso que fuese imposible,
simple o átomo, y si existe en él composición con otro ser, lo puesto que lo imposible no existe de hecho jamás; luego si
llamamos cuerpo; si no ocupa lugar y reclama para existir su existencia era simplemente posible, con ello queremos de
un cuerpo en que subsista, lo llamamos accidente, y si no tie cir tan sólo esto, a saber, que podía existir y podía no existir,
ne tal necesidad, llamárnoslo Dios. y que, si de hecho no existía, es porque su existencia no es
necesaria a su esencia, ya que, si lo fuese, sería un ser ne
1.158 En cuanto a la existencia real de los cuerpos y de cesario, y no contingente o meramente posible. Necesita, por
sus accidentes, consta por evidencia de los sentidos. Y en este
tanto, para existir de hecho, de otro ser que dé preferencia
punto no hay que hacer caso de quien discuta la existencia
a su existencia sobre su no existencia, a fin de convertir su
de los accidentes, aunque te grite mucho y se empeñe en exi
nada en ser. Luego, si su inexistencia continuase sin cesar,
girte que la pruebes, puesto que sus mismas disputas, discu
en tanto que no hubiese otro ser que diera preferencia a su
siones, reclamaciones y gritos, si realmente no existen (como existencia sobre su inexistencia, resultará que mientras este
él pretende), ¿a qué vamos a ocuparnos en responderlas y otro ser no exista, tampoco existirá aquél de hecho. Ahora
atenderlas? Y si, por el contrario, existen realmente, es indu
bien, nosotros no entendemos por «causa» más que el ser
dable que son algo distinto del cuerpo del que disputa, pues
que da preferencia a la existencia de un ser sobre su inexis
to que este cuerpo existía ya antes, sin que existiera aún su
tencia.
discusión. Conoces ya, por consiguiente, que la existencia del
cuerpo y del accidente se percibe por evidencia de los sen 1.161 En suma: el ser que no existe, el ser cuya nada
tidos. es permanente, no pasará jamás del no-ser al ser, mientras no
1.159 En cuanto al ser que no es cuerpo, ni átomo o sus tenga realidad positiva una cierta cosa capaz de dar preferen
tancia simple que ocupe lugar, ni accidente, ya no se percibe cia en él a la existencia sobre la inexistencia. Una vez que la
su existencia por los sentidos. Ahora bien, nosotros pretende idea explicada mediante estas palabras es concebida por el en
mos que existe y pretendemos también que el mundo existe tendimiento, ya éste no puede menos de asentir a su verdad.
por él y por su poder. Mas esto que pretendemos no se per Y en esto y no más consiste la demostración de la tesis dicha,
cibe ya por los sentidos, sino mediante prueba de razón, que demostración que, en realidad, se reduce a una simple expli
es la demostración antes aducida. cación de los dos términos que la integran: «ser que comien
za» y. «causa», a fin de fundar sobre tal explicación la prue
1.160 Volvamos, pues, ahora a ella para comprobarla. ba... (p.59-61).
Consta de dos premisas, que es posible sean negadas ambas
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de los primeros musulmanes, es decir, que no hay más crea
P a rte segu n da dor e innovador sino Dios. Es la segunda el atribuir la crea
ción y la innovación de los actos al poder de seres que no
D e los atributos divinos tienen conciencia de los movimientos que ellos mismos crean.
En efecto, si sobre los movimientos que proceden de los hom
Pr o p o s ic ió n p r im e r a : Dios tiene poder bres y de los otros animales se pregunta a éstos cuál es su
número exacto, cuáles sus elementos integrantes, cuáles sus
Acción de la creatura y de Dios fines, se ve que no tienen nada de eso la menor noticia. Es
más: el niño, apenas se le saca de la cuna, busca el pecho de
1.162 ... Corolario 2 .°— Alguien dirá quizá: «Puesto que su madre y mama. La gata, así que nace, busca asimismo las
pretendéis que el poder divino tiene por objeto la universa tetas de la madre, aunque tiene todavía cerrados los ojos. La
lidad de los seres posibles, ¿qué diréis acerca de los actos de araña teje sus telas de maravillosas figuras, cuya redondez,
los animales, y en general de las criaturas vivientes? ¿Serán simetría de lados y armonía de conjunto deja atónito al geó
también o no serán objeto del divino poder? Porque si decís metra, aunque sabemos de cierto que la araña está muy lejos
que no son posibles para Dios, contradiréis vuestra tesis de de conocer eso que los geómetras son incapaces de penetrar.
que el poder divino se extiende a todos los seres en general; Las abejas construyen. las celdillas de sus colmenas de figura
y si, en cambio, decís que son posibles para Dios, tendréis exagonal, y no de figura cuadrada, ni circular, ni heptagonal,
por fuerza que admitir la existencia de un acto que es efecto, ni otra cualquier figura, cabalmente porque la figura exagonal
a la vez, de dos agentes, lo cual es absurdo; y, por otra parte, se distingue de todas las demás por una propiedad, exclusiva
negar que el hombre y los demás animales sean agentes do suya, como lo demuestran apodícticamente las razones geo
tados de poder es negar la evidencia, además de ser incom métricas que siguen:
patible con la idea de responsabilidad moral que los precep
tos de la religión suponen, pues repugna exigir responsabili 1.165 1) La figura circular es la más amplia y compren
dad por actos que no puede el sujeto realizar, com o también siva de todas las figuras, por estar exenta de ángulos que
repugna que Dios le diga al hombre: «Es preciso que realices rompan la rectilineidad del contorno; 2) las figuras circula
tú lo que es objeto de mi poder y que yo reivindico como res, si se agrupan tangentes entre sí, dejan indudablemente
privativo efecto de mi actividad y para lo cual tú eres in entre ellas intersticios o espacios vacíos; 3) la figura exago
capaz». nal es la que, teniendo el menor número de lados, más se
aproxima a la circular en cuanto a amplitud o comprensión de
1.163 Para resolver el problema, diremos que en este
espacio; 4) todas las demás figuras que, com o la heptagonal,
punto están divididas las opiniones de los hombres. Los fata
octogonal y pentagonal se aproximan también a la circular
listas, en efecto, niegan a la criatura todo poder respecto de
sus actos, de tal modo que tienen por fuerza que negar tam bajo este respecto, dejan intersticios o espacios vacíos entre
ellas cuando se las agrupa en un conjunto y jamás forman un
bién toda diferencia entre el movimiento libre y el movimien
todo perfectamente ensamblado, sin solución de continuidad;
to involuntario, y suprimir, por ende, toda responsabilidad en
5) las figuras cuadradas, si bien es cierto que pueden, a dife
el cumplimiento de los preceptos religiosos. Los motáziles,
rencia de estas últimas, agruparse entre sí por contigüidad
en cambio, niegan a la omnipotencia divina todo influjo en
los actos de los animales, de los ángeles, de los genios, de los perfecta, sin embargo, distan muchísimo más que todas de la
amplitud y anchura de las figuras circulares, porque sus án
demonios y de los hombres, porque pretenden que Dios ca
rece de poder para dar la existencia o para quitársela a todos gulos distan del centro mucho más también.
aquellos actos que proceden de dichos agentes por vía de 1.166 Esto supuesto, las abejas necesitan que sus celdi
creación o producción. llas tengan una figura que se aproxime a la circular, a fin de
1.164 Dos enormes atrocidades iníiérense de esta opi que holgadamente den cabida a sus cuerpos, que también
nión. Es la primera que con ella se niega la unánime doctrina son de figura aproximadamente circular o redonda; por otra
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parte, a causa del poco lugar de que disponen en total para lanzarse a ciegas en un terrible abismo; la verdad, por lo tan
alojarse en la colmena y a causa del gran número de indivi to, consiste en afirmar que los dos poderes, divino y creado,
duos que integran el enjambre, necesitan también no des concurren a la producción de un solo y el mismo efecto; o
perdiciar espacio alguno de los intersticios vacíos que pudie sea, que el acto se atribuye como objeto al poder de dos agen
ran quedar entre las celdillas individuales contiguas y que por tes. No resta, pues, más que una dificultad: lo inverosímil
su pequeñez no sirvieran para alojarles. Ahora bien, entre o difícil que es de concebir la coincidencia o concurso simul
todas las figuras geométricas, que son infinitas en número, no táneo de los dos poderes para producir un mismo efecto, pues
hay ninguna que, aproximándose a la circular, tenga esta pro si los dos poderes son diferentes entre sí e influyen en el
piedad (es decir, la perfecta contigüidad o ensamblaje mutuo, efecto también de manera diferente, ya no es absurdo, como
sin dejar espacios vacíos entre sus unidades contiguas) más demostraremos luego, el concurso simultáneo de ambos para
que la figura exagonal, y por eso ha impuesto Dios com o una producir la misma cosa.
ley al instinto de las abejas la elección de la figura exagonal
en el arte de construir sus colmenas. 1.168 Objeción 2.a— Pero alguien dirá quizá: « ¿ Y qué
Porque, vengamos a cuentas: ¿Es que conocen acaso las razones son las que os llevan a afirmar que el acto sea efecto
abejas estas sutiles propiedades geométricas de sus celdillas, de dos agentes?»
que escapan a la penetración de la mayoría de los hombres Respuesta.— A ello nos mueve una razón apodíctica, que
inteligentes, o es, por el contrario, que se ven forzadas a acep es decisiva, a saber: que el movimiento libre y el temblor
tar aquello que les es más conveniente por imposición del convulsivo son cosas bien distintas, aunque se suponga que
Creador, único Ser a quien la omnipotencia compete, el cual, el temblor sea querido y hasta deseado por el sujeto; ahora
sirviéndose ordinariamente de sus criaturas com o medios, es bien, no hay entre ambos movimientos otra distinción que
quien a las abejas dicta sus decretos, que ellas realizan sin co la que nace del poder. Después de esto, tenemos también la
nocerlos y sin poder para impedirlos? Y cuenta que en las razón decisiva de que todo ser contingente o posible depen
habilidades artísticas de los demás animales obsérvanse tam de de la omnipotencia divina, y todo ser que comienza a exis
bién otras maravillas de ese mismo género, tantas y tales que tir en el tiempo es contingente; pero el acto del hombre es
si de ellas trajese yo aquí a colación ahora una pequeña parte algo que comienza a existir; luego es contingente, y, por lo
tan sólo, ¡henchidos quedarían de seguro los corazones de los tanto, si no dependiera de la omnipotencia divina, com o ob
hombres de la majestad de Dios y de su grandeza! ¡Ah, y jeto suyo, sería imposible que existiese. Porque nosotros de
cuán desgraciados son los hombres que andan extraviados del cimos: el movimiento libre, en cuanto que es movimiento, es
recto sendero que a Dios conduce y que, ilusionados con su algo que comienza a existir, es algo contingente, y en esto
propio poder, tan limitado, y con sus facultades, tan débiles, es semejante al movimiento convulsivo de terror; luego es
creen, sin embargo, que son copartícipes de Dios en el acto absurdo suponer que uno de estos dos movimientos dependa
creador, en el hecho de producir y de innovar tales maravi de la omnipotencia divina y que, a la vez, esta omnipotencia
llas y prodigios! ¡Atrás, atrás! ¡Las criaturas son seres bien divina sea incapaz de influir en el otro, siendo semejante al
viles y despreciables! ¡Sólo a Dios, omnipotente señor de primero.
cielos y tierra, es a quien compete la realeza y el imperio! 1.169 Más aún, se seguiría de ello este nuevo absurdo:
1.167 Tales son las horribles consecuencias que forzosa que si Dios quisiera dejar en reposo la mano del hombre cuan
mente fluyen de la opinión de los motáziles. Y ahora dirige do éste quisiese moverla, tendría que ocurrir una de dos co
tus miradas a los teólogos ortodoxos y observa cóm o, ayuda sas: o que existiesen a la vez el movimiento y el reposo o que
dos por la gracia de Dios, han atinado con el recto camino y ambos dejasen de existir; lo cual equivale, o bien a la con
han acertado a deslizarse entre los extremos viciosos, hasta ciliación simultánea de dos cosas contradictorias (movimien
dar con el justo medio en lo que se debe creer. Porque, como to y reposo) en el mismo sujeto, o bien a la privación simul
ellos dicen, de un lado la doctrina de los fatalistas es absur tánea de ambos, y esta última hipótesis, a más de contradicto
da y vana; de otro lado, afirmar que las criaturas crean es
1168-1170 A sín P apacios , o .c „ p.149 nt.l; p.159 nt.l,
672 Algazel
El justo medio de la creencia 673
ria, implicarla la inutilidad de los dos poderes (el divino y el
y que ese acto es el que exigió o decidió la existencia, del
humano), pues poder es aquello en cuya virtud se realiza lo
mundo. Estos son los motáziles.
podido, supuesta la voluntad del agente y la aptitud del su
3.a Otros dicen que el mundo comenzó a existir en el
jeto para recibir la influencia activa de éste.
tiempo por causa de un acto volitivo divino, temporal, pero
1.170 Y si el adversario cree que el influjo del poder que subsiste en la esencia divina. Estos son los que afirman
divino predominaría, por ser más fuerte, sobre el humano, que Dios es sujeto de realidades temporales.
está en un error, pues el hecho de que un movimiento depen 4.a Otros dicen que el mundo comenzó a existir en el
da de un poder no hace superflua su dependencia de otro momento decidido por la voluntad eterna de Dios, pero sin
poder, siempre que el resultado útil o producto de ambos po que su acto volitivo comience a existir en el tiempo y sin que
deres sea la creación o innovación; en efecto, la mayor fuerza se altere en nada la eternidad del atributo divino.
o energía que posee el poder divino estriba en su aptitud 1.172 Examina ahora estas cuatro sentencias, comparán
o capacidad para poder otras cosas, además de aquel movi
dolas entre sí, y verás que ninguna está libre de dificultades
miento; pero esta capacidad para hacer otras cosas no impli
insolubles, salvo la doctrina ortodoxa (que es la última), cu
ca predominio o absorbente influjo respecto del movimiento
yas dificultades pronto se resuelven.
de que se trata, ya que el efecto útil, que este movimiento
Por lo que toca a los filósofos, ellos afirman la eternidad
ha de obtener del influjo de cada uno de los dos poderes, es
del mundo, la cual es absurda, puesto que el efecto repugna
sencillamente el convertirse de inexistente en existente, en
que sea eterno, ya que ser efecto significa que no era y que
creado, en innovado, y la creación o innovación es un acto
después fue; luego si existió desde toda la eternidad junto
siempre igual, en el que no cabe que exista fuerza mayor ni
con Dios, ¿cóm o pudo ser efecto? Es más, de ahí se segui
menor para su realización, ni cabe tampoco, por lo tanto, que
ría que las revoluciones de las esferas celestes serían infinitas,
haya predominio de influjo activo en uno de los dos agentes lo cual es absurdo por muchas razones, según se dijo ante
respecto del otro. En consecuencia, la prueba concluyente de riormente. Además, los filósofos, tras de precipitarse ciega
la necesidad de afirmar los dos poderes, el divino y el hu mente en estas dificultades, no se libran del obstáculo que
mano, es la que nos ha llevado cabalmente a afirmar tam ofrece la raíz del problema, que es ésa: ¿Por qué la volun
bién que el acto es efecto de los dos agentes (p .144-151). tad divina se decidió por la creación en un momento deter
1.171 Respuesta.— Esa pregunta versa sobre un punto minado y no antes ni después, si todos los momentos dicen
ininteligible para los secuaces de todas las escuelas teológicas, relación idéntica respecto de la voluntad? Porque, aun supo
que por eso se extravían. Sólo la ortodoxa y tradicional acer niendo que los filósofos eludieran esta dificultad de la de
tó con la verdadera solución. Cuatro son, en efecto, las es cisión de la voluntad divina respecto del momento preciso
cuelas teológicas sobre este problema: para la creación, nunca podrían eludir la que ofrece la de
1.a Unos dicen que el mundo existe por causa de la esen cisión de la voluntad respecto a las cualidades del mundo, ya
cia de Dios, la cual esencia no tiene atributo alguno sobre que éste posee una determinada magnitud y posición, y la
añadido; y como la esencia es eterna, el mundo lo es tam inteligencia concibe posibles otras distintas y contrarias, y la
bién, pues su relación respecto de la esencia es com o la del esencia eterna de Dios no guarda relación determinada con
efecto respecto de su causa y la de la luz respecto del sol una de estas posibles cualidades del mundo con exclusión de
y la de la sombra respecto del objeto que la proyecta. Estos las demás... (p .168-170).
son los filósofos peripatéticos.
2.a Otros dicen que el mundo comenzó a existir en el
1172 Sa n t o T o má s , II Contra Gentes c.23.
tiempo (pero en el momento determinado en que comenzó a
existir, y no en otro anterior o posterior) por causa de un
acto de voluntad divina, temporal, que comenzó a existir res
pecto de Djos, pero el cual acto no subsiste en sujeto alguno,
Los filósofos medievales 1 22
674 Algazel El justo medio de la creencia 675
mismo tiempo que el corte del cuello; y por tanto, de la hi
Pa r t e c u ar t a pótesis de no cortar no se sigue, necesariamente, la nega
ción de la muerte, y ésta es la solución verdadera de esta
C a p í t u l o s e g u n d o .— Demostración de la necesidad de la fe
cuestión. En cambio, los que creen que el cortar es la causa,
en los dogmas que la revelación consigna y cuya posibilidad
fundados en que ven el cuerpo sano y ausencia de toda señal
la razón demuestra
exterior de muerte (antes del cortar), ésos creen que, suprimi
1.173 ... Explicada ya esta idea fundamental, volvamos do el cortar, y supuesto que no existe allí otra causa, es for
al asesinato y la muerte. El asesinato significa el acto de cor zoso negar el efecto, ya que se niega la existencia de todas
tar el cuello. Redúcese, pues, a varios accidentes, a saber: las causas. Esta creencia es fundada y verdadera, siempre que
movimientos de la mano del asesino y de la espada, y a otros sea verdadera también la doctrina de la causalidad, y supues
accidentes, a saber: alteraciones en las partes del cuello del to, además, que no haya más causas que aquellas cuya au
asesinado. Con estos accidentes va unido simultáneamente otro sencia es conocida.
accidente, que es la muerte. 1.175 Por donde se ve que esta cuestión exige discu
Ahora bien, si entre el cortar el cuello y la muerte no hu sión más prolija de lo que pueden sospechar la mayoría de
biese relación alguna de dependencia, no se seguiría de la ne los que en ella se engolfan. Así, pues, conviene buscar su
gación del cortar la negación de la muerte, puesto que ambos solución únicamente por el método que he mencionado, y que
fenómenos serían sólo creados simultáneamente, según el cur estriba en afirmar la omnipotencia universal de Dios y en ne
so habitual de la naturaleza, y sin enlace mutuo entre sí; y gar la causalidad física. Sobre estos fundamentos queda esta
claro es que fenómenos de tal condición son iguales a aque blecido que el asesinado debe decirse que ha muerto con oca
llos otros que alguna vez coinciden simultáneos, pero sin que sión del asesinato, ya que esa palabra, «ocasión», significa el
su simultaneidad sea habitual. momento en el cual Dios ha creado su muerte; y esto, lo
Mas si el fenómeno de cortar fuese causa y generador del mismo cuando el fenómeno simultáneo de la muerte ha sido
fenómeno de la muerte y no hubiera otra causa además, en el corte del cuello, como cuando lo es otro fenómeno cual
tonces seguiríase ya de la negación del cortar la de la muerte. quiera, v.gr., el eclipse de luna, la caída de la lluvia, o sin
Pero es el caso que nadie discute que la muerte tenga mu que ninguno de estos fenómenos acaezca simultáneamente con
chas concausas, como son las enfermedades y algunas ocultas, la muerte. Y es que, a juicio nuestro, todos esos fenómenos
distintas del cortar el cuello. Esto, según la doctrina de los son meramente simultáneos y no enlazados entre sí por in
que admiten la existencia de causas. Luego no se puede se flujo mutuo de causalidad eficiente. Lo único que hay es que
guir, necesariamente, de la negación del cortar la de la muer ese enlace de mera simultaneidad, que existe entre ellos, se
te en absoluto, mientras no se suponga además la negación repite ordinaria y habitualmente entre algunos, mientras que
de las otras causas. entre algunos otros no se repite ya su simultáneo enlace ha
1.174 Y ahora volvamos a nuestro propósito, y digamos bitualmente. Es claro que la muerte es un fenómeno físico
que aquellos de los ortodoxos que creemos que Dios es el que tiene su explicación natural en el hecho de que todo or
único y exclusivo agente creador de todos los efectos, sin in ganismo viviente posee una determinada capacidad o ener
gía vital, en cuya virtud, si se le abandona a sí mismo, se
termedio de generación física, y que ninguna criatura puede
ser causa de otra criatura, nosotros decimos que la muerte es guirá viviendo hasta un determinado momento de tiempo;
un fenómeno producido por creación exclusiva de Dios, al ahora, si accidentalmente ese organismo se corrompe o des
truye antes de tal plazo, su muerte entonces será una precoz
1173-1176 A s í n P a la c io s , o .c ., p.335 nt.l; Santo T om ás, III Contra Gen anticipación, respecto de la mayor duración a que la natura
tes c.69; H. A. W o l f s o n , Nicolaus Autrecourt and Ghazali’s argument againsl
causality: Speculum 44 (1969) 234-238; R. E. A b u Shanab, Ghazali, Berkeley leza de aquel organismo tenía derecho. En estos casos, la
and Hume on causation: Agora (Potsdara, N. Y.) 2 (1972) 16-23; Hum e, A ocasión de la muerte es el momento en que la vida hubiera
Treatise of Human Nature, 1.1, parte 3.a, s.6-14 (C. Fern án dez, L o s filósofos
modernos, n.688-738); M. C ru z H ern á n d ez, Hist. de la pilos, esp. I p.162-165; terminado espontáneamente, por agotamiento de su energía
Id., La filosofía árabe p.117-120, natural.
676 Algazel La destrucción de los filósofos 677
1.176 Es como si se dice, por ejemplo, que la pared du dos cosas son tan perfectamente distintas que la una no es la
rará cien años, atendida la solidez de su construcción, pero que, otra; la presencia de la una no arguye la de la otra, ni la
esto no obstante, puede ser destruida ahora mismo por medio desaparición de una exige la de la otra; tampoco la esencia
de la piqueta. La ocasión será, en este ejemplo, el término na de una es, por necesidad, esencia de otra, ni la aniquilación
tural de la duración que a la pared corresponde por su solidez de una es aniquilación de otra.
y fortaleza propia. Por consiguiente, si se la derriba a golpes,
1.179 Así, por ejemplo, el apagarse la sed y el beber, la
ya no cabrá decir que se ha derruido con ocasión de llegarle
saciedad y la comida, la combustión y el contacto del fue
su plazo, es decir, por sí misma; en cambio, si sus partes se
go, la luz y la salida del sol, la muerte y la degollación,
han ido desmoronando y cayendo, sin intervenir fenómeno
la curación y la toma del medicamento, la diarrea y la toma
alguno extrínseco a su naturaleza, ya entonces se podrá decir
del purgante y, en general, todas las cosas que aparecen visi
que se ha derrumbado con casión de llegarle su plazo (p.332-
blemente enlazadas en medicina, astronomía, artes y oficios,
335).
es cierto que su enlace ha sido de antemano establecido por
la omnipotencia divina, al crearlas a manera de dos cosas que
L A D E STRU CCIO N D E LO S F IL O SO FO S van paralelas; no porque vayan unidas necesariamente, por su
naturaleza, sin ser susceptibles de separación; antes por el
Cu e s t ió n X V II contrario, pudo Dios, en sus decretos, decidir crear la hartura
sin el comer, y la muerte sin la ruptura de la nuca, o la con
Falsedad de la doctrina peripatética sobre la imposibilidad tinuidad de la vida, a pesar de la ruptura, y así en los demás
de la derogación de las leyes naturales casos.
1.180 Esto es lo que los filósofos niegan sea posible, ca
1.177 Tal es la opinión de los filósofos en cuanto a los
lificándolo de absurdo. Su discusión sería excesivamente pro
milagros. Nosotros nada negamos de lo que han dicho, ni tam
longada si la extendiéramos a todos los casos expuestos. Nos
poco que esas tres facultades o virtudes sean privativas de
ceñiremos, pues, a uno solo de los ejemplos citados, prescin
los profetas. Lo único que negamos es esa restricción final
diendo de los demás, a fin de no alargar el razonamiento.
que hacen, al decir que es imposible la transmutación del
Este ejemplo será la combustión del algodón, puesto en
bastón en serpiente, la resurrección de los muertos y otros
contacto con el fuego. Nosotros tenemos por cierto que pue
milagros semejantes.
de ocurrir este contacto, sin que se siga la combustión, así
Por esto nos vemos obligados a tratar extensamente so
como creemos posible que suceda lo contrario, es decir, la
bre estos milagros, ya para demostrar su real existencia, ya
conversión del algodón en cenizas quemadas sin haber existi
con otro fin además, es a saber, para defender el fundamento'
do dicho contacto con el fluego. Ellos— los filósofos— recha
en que los muslimes se apoyan al atribuir a Dios la omnipo
zan tal posibilidad.
tencia absoluta. Penetremos, pues, en lo más hondo de este
Varios son los argumentos en que tratan de apoyarse.
problema.
1.181 I. Consiste en decir que «la causa de la combus
1.178 El enlace entre lo que habitualmente se cree ser
tión es el fuego únicamente, y que es causa por necesidad de su
causa v lo que se toma com o efecto no es un enlace absolu
esencia, forzosamente, ya que no le es posible perder lo que es
tamente necesario, a nuestro juicio; antes al contrario, estas
su naturaleza, una vez puesto en contacto con algo combus
1177-1198 M a t i d F a k h r y . Islamic Occaüonalhm and its Critiaue by Averroes tible».
and Aquinas (London 1958) p.56-82: R. A. A b u Sh a n a b , Ghazali, Berkeley Esto es lo que yo niego, diciendo que la causa de la com
and Hume on causation: Agora (Pntsdam. N. Y.) 2 (1972) 16-23; H. A. W o l f -
s o n . Nicolaus of Autrecourt and Ghazali’s argument against causality: Speculum
bustión del algodón, de su descomposición y transformación
44 (1969) 234-238. en pavesas y ceniza es el Altísimo, ya por medio de los án
1Í77 F a k h r y , o .c .. p.50.60; A s í n P a l a c i o s , o .c ., p.329 nt.2; Sa n t o T o m á s ,.
III Contra Gentes c.69.
geles, ya inmediatamente, y que el fuego es un cuerpo sin
1178 F a k h r y , o .c ., p.60. eficiencia alguna.

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