Professional Documents
Culture Documents
Infancia
A lo largo de mi infancia fui feliz: buenos amigos, una familia bastante bien
avenida y un chaval que disfrutaba yendo al colegio.
Quizá el primer momento relevante fue el cambio de un colegio a otro para realizar
el bachillerato, pasando de un lugar donde conocía a todo el mundo hacía muchos
años a otro completamente nuevo.
Bachillerato
Además, en el nuevo colegio(Maristas, cristiano) empezaron a fallarme las notas y
empecé a tener la sensación de que los profesores no eran justos conmigo.
Universidad
El cambio a la universidad supuso mi primera confrontación con el mundo y mi
primera relación con las mujeres más allá de la amistad. En algún momento durante
el primer año tomé la determinación de dejar de huir de ellas y empezar a
relacionarme. Supuso un golpe duro darme cuenta de que no era yo delante de ellas,
el miedo que me invadía a hacer o decir algo mal.
A cambio, los profesores volvieron a ser justos y las notas volvieron a funcionar
correctamente.
Eventualmente, conocía mi primera novia.
Mirando atrás, fue una relación pésima. Ella era un chica muy pijita y yo era, como
he dicho, el típico chaval que pasa del mundo. Ella pensaba en estar mona para el
mundo, yo en jugar a rol con los amigos. Mala combinación. Nunca nos entendimos
demasiado y la relación terminó con una frase bastante dura en mi cabeza: " ha sido
bonito conocerte pero no quiero volver a verte en mi vida".
La gente de Almácera
De alguna forma que no recuerdo, conocí a Carmen y a través de ella a todo un grupo
de personas profundas y reflexivas. Las primeras en mi vida con las que me sentía
de igual a igual en un sentido intelectual.
Se formó un grupo bastante estable que se juntaba cada Domingo a hablar sobre la
semana.
Me sentía comprendido probablemente por primera vez en mi vida. Podía hablar de
cualquier tema sin miedo a sentir que la otra persona no estaba comprendiendo el
verdadero significado de lo que decía.
El grupo se fue ampliando y en algún momento empezó a generarse un pequeño subgrupo
que terminó por convertirse en mi primer grupo de música, donde yo tocaba el bajo
electrico.
A través del grupo me di cuenta que otros tenían más miedo que yo a exponerse, a
relacionarse...Nunca llegamos a dar un concierto porque algunos miembros no se
sentían capaces ni de hacerlo ni de decir abiertamente lo que sentían.
Erika
En algún momento conocí a Erika, a través de una chica que había conocido en una
web tipo Tinder(sexyono).
Fue una mala relación también. Ahora veo que ella era muy egoísta(se lo decía mucha
gente en su momento pero yo no lo veía). Con ella me sentía que tenía pareja pero
no un apoyo emocional. Cuando necesitaba de su ayuda, ella siempre tenía algo que
hacer.
Recuerdo una vez que tuve un pequeño accidente con el coche yendo a su casa y me
dijo que la avisara al llegar. Mientras, se fue a una fiesta.
A cambio, con ella aprendí a dejar de avergonzarme de mi cuerpo. Ella era
estudiante de bellas artes y supo transmitirme la belleza de un cuerpo desnudo.
Al final lo dejé con ella y me sentí culpable. Muy culpable:
Alimenta mi boca con esos labios pasionales,
que al mirar atrás iniciraré la huida.
Alimenta mi alma con mil caricias escondidas,
pero no olvides que pronto deberás olvidarme.
-----------------------
Exploté, sin más. Tomé la determinación de que nunca más me harían sentir así y
creí que mi problema era mi escasa capacidad para relacionarme con las chicas. Y en
parte lo era, porque afectaba a todo lo demás.
Decidí huir, marcharme de Erasmus. Y se lo comuniqué a Lorena. Fue repentino, un
mes después de decidirlo ya estaba en Dinamarca.
Pero antes de irme apareció Sex Code y empecé a aplicar con Lorena todo lo que
aprendía. Y funcionaba. De pronto, ella tenía muchísimo más interés en mí que
nunca.
Me leí la mitad antes de irme de Erasmus.
Erasmus
Y la otra mitad los dos primeros días de Erasmus.
Durante los 7 meses en Dinamarca, fui un capullo(dicho por mucha gente). Decía
cosas en las que no creía, hacía cosas en las que no creía. Me comportaba como NO
era. Para mí, eso se llamó "efecto crisálida". En Dinamarca conocí a Zoi, una chica
griega con la que compartí muy buenos momentos.
Pero sobre todo, en Dinamarca cambié, cambié mucho.
Cambié tanto que a mi vuelta ningún amigo me aceptaba.
La vuelta
Yo era la persona más pesimista del mundo antes de Dinamarca. Después de Dinamarca
defendía aquello de que "nada es imposible, solo muy improbable" y empecé a hacer
todas las cosas que me habían dado miedo hasta entonces: tatuajes, piercings,
fiestas, quedar con desconocidos, escalada...
Pero esa sensación de comerme el mundo no encajaba con mis antiguos amigos. ¡Me
acercaba a chicas en los pubs y discotecas! Una auténtica aberración para ellos.
Pensaba que las molestaba(como yo lo pensaba también y sigo pensandolo a veces).
Me separé de ellos y busqué nuevos amigos.
Y conocí a Irene.
Irene
Tenía diecinueve años y la vida en los labios.
Las palabras volvian a convertirse en banales gritos ahogados contra este mundo,
como molestos escalones que no permiten alcanzar el paraiso.
El silencio deambulaba entre dos cuerpos sin más interrupción que algun que otro
suspiro, que en la noche, sonaba aterrador.
Supongo que fue la primera vez que la vi de verdad, que la conocí a conciencia,
desenmascarando de una vez esas malditas palabras que hablaban de odio y querian
decir miedo.
Supongo que no soy yo quién para quejarme y gritarle al oido que no debio
engañarme. Al menos ella no se mentia a si misma, sino solo a los demas. Yo, por
contra, allí estaba intentando escapar de un pasado, o peor, de un futuro, que
nunca fui capaz de controlar.
Su exnovio la maltrataba. Igual es fuerte empezar por ahí, pero nada encajaba hasta
que supe eso.
Estuvimos juntos, sin estarlo, casi 3 años. Nos fuimos forjando el uno al otro.
Yo seguía sintiéndome un farsante y ella seguía teniendo miedo a los hombres.
Nos apoyamos mutuamente en nuestro crecimiento.
Tuvimos muchas discusiones por celos, por inseguridades y por miedo a perdernos. Y
siento que aún hoy, después de muchos años, varias parejas en uno y otro lado, no
nos hemos perdido todavía, a pesar de que hablamos de uvas a peras.
El grupo de seducción
Me uní a un foro de seducción y, aunque en principio me asustaba un poco lo que
podía encontrar, pensé que merecía la pena intentarlo.
El primer día conocí a Dodger y a Javi. Y en poco tiempo mi círulo de amigos, y
digo amigos porque en eso se convirtieron, se amplió muchísimo.
El grupo de seducción me permitió conocer a muchas grandes personas que hoy siguen
en mi vida: Sergio, Carlos, Dodger y a algunas otras que han ido
desapareciendo(Bunsen, Adrián, Manu, Min, Jose, Javi, Eddye, Freddie...) pero que
han dejado su granito.
Además, me llevo a cometer un montón de "locuras" que no hubiera hecho sin ellos:
puenting, escalada, espeleología, viajes...y socialmente, fueron un cohete que me
ha llevado a la Luna decenas de veces.
Aunque aún sigo sintiendo muchas limitaciones sociales, a veces me paro y pienso en
las que tenía antes y cómo enfrentarme una y otra vez a mis grandes miedos, ha
hecho que el rango inferior de lo que me provoca miedo haya crecido mucho.
Alba
En algún momento conocí a una chica extraña, tímida y osada a partes iguales.
Compartí con ella poco más de 20 días a lo largo de todo un año, pero cada uno de
ellos era especial. Con Alba aprendí que se pueden compartir momentos especiales
sin implicar absolutamente ninguna atadura.
Con ella, me sentía fluir, siempre a su rebufo, como un niño pequeño al que sus
padres llevan de montaña rusa en montaña rusa sin exigirle más responsabilidades
que disfrutar del momento.
Se terminó un día sin más. Sencillamente, nunca más nos llamamos.
Uno o dos años después nos reencontramos y no quedaba magia. Disfrutamos toda una
tarde rememorando el pasado.
"Eres contraste, insoportable y adictiva,
como un veneno placentero
que acaba por quitar la vida."
Bunsen
Gracias al grupo de seducción conocí a Bunsen, un buen amigo a lo largo de varios
años.
Con él aprendí a disfrutar hacer el ridículo delante de desconocidos. Compartimos
grandes noches y profundas reflexiones, aunque siempre sentí que tenía demasiada
prisa. Construía la casa por el tejado: era capaz de sentarse en una cena de una
despedida de soltera y hacer que nadie lo quisiera fuera. Cada noche que salíamos
juntos acabábamos conociendo a medio local y casi siempre comiedno algún dulce,
tarta o algo del estilo de algún cumpleaños o celebración.
PERO, no era capaz de hablar con sus compañeros de trabajo.
Pasé momentos espectaculares con Bunsen y lo quiero como a un hermano, pero me
sirvió para saber cuál nunca iba a ser mi camino. Yo prefiero ir paso a paso,
asentando cada aprendizaje y aplicándolo a mi día a día.
Nos fuimos a vivir juntos. Y un día desapareció. Me tocó hacerme cargo de todas las
facturas pendientes. Y perdí a mi mejor amigo.
Al año nos enteramos que volvía a estar en León con su familia y que le habían
diagnosticado un trastorno de esquizofrenia.
Lo he vuelto a ver dos veces y siento una gran perdida al pensar en él.
Zientia y Arloon
El grupo de seducción catapultó mi vida laboral. Hasta este momento, había
trabajado en varias empresitas sin pena ni gloria. Cobrando miserias y sin
disfrutar de mi trabajo la mayor parte del tiempo.
Con dos pequeñas excepciones.
La primera fueron las temporadas que trabajé como monitor de Tiempo Libre,
conociendo a Borja, quién supuso un apoyo incondicional en la parte más física de
mis relaciones con el mundo. Cada día venía y me abrazaba, me tocaba constantemente
y me repetía una y otra vez que cuando lo viera extraño se lo dijera. Así me enseñó
que tocar a los demás es más natural que no tocarlos en absoluto.
La segunda, en una empresa que trataba fatal a los trabajadores conocí a Alberto,
un amigo que aún hoy conservo.
Alberto es pura oxitocina, como él mismo se definiría en algún momento. Le conté la
historia de Borja y la exageró. Cada mañana me obligaba a dos cosas: un abrazo
repleto de oxitocina y 3 admiraciones: nos poníamos junto a la ventana y
esperábamos a que ocurrieran 3 hechos insignificantes que llamaran nuestra
atención: alguien que vestía muy bien, o que iba corriendo a las 7 de la
mañana...Alberto daba luz a los oscuros días de Premium.
Y entonces se juntaron 3 cosas: el despido de Alberto, el grupo de seducción y mis
ganas de comerme el mundo.
Me decidí a cambiar de trabajo. En una semana eché currículums, hice 2 entrevistas
y me dijeron que me dirían algo. En las entrevistas "seduje" a los entrevistadores:
nunca había estado tan cómodo en una entrevista de trabajo.
Me llamó la que menos me interesaba y le dije que sí. Luego me llamó Diego, el jefe
de la segunda empresa y también me dijo que sí.
Llamé a los primeros y le expliqué la situación de tal manera que me hicieron dos
ofertas mejores.
Acabé en Zientia(más tarde Arloon), una start-up diminuta, mi familia durante dos
años.
Allí aprendí muchísimo a nivel profesional y a nivel personal. Conocí a Diego,
Óscar, Abraham...pero sobretodo a Iván, un buen amigo con quien quedo cuando
necesito un chute de "fuerza".
Allí empecé a hacer deporte de nuevo, llegando a entender cuán importante iba a ser
para mi vida y para mi estado de ánimo.
Elena y Belén
En algún momento en paralelo a Zientia conocí a Elena y, por ironías de la vida,
poco después a Belén. Durante casi un año llevamos una especie de relación a 3
extraña que acabó por desequilibrarse.
Belén desapareció y apareció varias veces en nuestras vidas, siempre
desequilibrando un poco la relación, pero sin llegar a romperla.
Con Elena he compartido un montón de cosas, pero me he llegado a sentir su profesor
o su tutor. La relación llegó a un punto que dejó de estar equilibrada y empecé a
sentir que me robaba más energía que alegrías me aportaba. Durante bastante tiempo
se dilató en el tiempo, porque al ser una relación tan abierta donde ella conocía
otras personas y yo hacía lo mismo, me permitía seguir con mi vida a pesar del peso
extra. Además, de alguna forma me compensaba seguir con ella, me gustaba verla y
compartir tiempo juntos.
Siento que es injusto no decir mucho más de Elena, porque ella me ha aportado a lo
largo del tiempo un colchón de aceptación. Ha domado mi carácter explosivo y me ha
guiado sin saberlo por mi camino actual de gestión de emociones.
"
Ya logro imaginar la cadente sinfonía
del vaivén de tus gemidos: silenciosos, desmedidos.
Jugamos a ser perfectos,
dos gotas de agua imperfectas en una llovizna de verano.
Prudentes e insensatos jugamos a mojarnos
en la caída directa hacia el frío del asfalto.
Soñabas despierta,
y reías a manos llenas,
susurrando palabras inocuas
a aquellas compañeras
que dejaron de ser eternas.
Y en un pestañeo incauto,
en una hora que se hizo segundo,
mi tsunami de incoherencias
acabó por engullirte.
Y a cambio te di la nada,
aunque tu la llamaste enseñanza,
consejo, guía. Tú cogiste
mis errores y los volviste camino,
convirtiendo en sabio al loco,
en maestro implacable
al más pérfido de los alumnos.
Ari
En un curso que hice relacionado con la seducción, conocí a Ari.
Ari es una mujer complicada, que supuso el principio del fin de mi relación con
Elena.
Desde el minuto 1 ella quería una relación de pareja y desde el minuto 0 yo le
había dicho que eso no era posible conmigo. Pero algo hizo que ignorara todo eso y
acabaramos compartiendo momentos muy íntimos.
No sabría explicar cómo pero me generó tantísima adicción que acabé cediendo a la
presión y aceptandola como pareja, rompiendo mi relación con Elena.
En ese momento me agobié, me sentí atrapado. Obligado a una forma de hacer las
cosas que no encajaba conmigo.
Por ese entonces, ya me costaba entender el beneficio de una relación tradicional.
El caso es que en apenas una semana la relación demostró que no podía funcionar.
Ella quería amor eterno y yo no valgo para promesas que no se si puedo cumplir.
Me agobié tanto que la dejé.
Y ella me echó de casa.
"
En honor a la verdad, no estoy seguro de si leerás esto y probablemente no sea la
mejor forma de empezar, pero demasiadas veces me gusta nadar a contracorriente.
Asumo que soy marinero de agua dulce que, por error o por orgullo, terminará
ahogándose en el mar. Lo cierto es que confiaba en tener amarrados mis miedos a
puerto seguro, a cubierto de tempestades y castigos de algún dios justiciero.
Supongo que me equivocaba, porque al final he terminado empapándome con más dudas
de las que soy capaz de achicar.
Juro que pretendía volver a arriar mis velas para permitir que el viento chico te
acercara a mi, pero cuando me sintiera capaz de resistir a tus envites. Quizá fue
mi regalo (uno muy preciado para mi) distanciarme sin rencores y sin iras, aún con
la sensación de no haber sido tratado de manera justa, roto el parlamento y
expulsado del navío en pleno mar abierto.
Mas hoy vuelvo, ya ves de que forma más pirata, porque necesito decirte que acepto
varias formas de paz, pero no son compatibles entre sí.
He aquí mi misiva, lanzada como botella al mar, por no saber muy bien si alcanzará
su destino
"
Eugenio
Cuándo y cómo apareció Eugenio en mi vida depende a quién le preguntes. Para mí, en
una charla del grupo de seducción. Me pareció un capullo, con todas las letras. Iba
con Carlos, quién también me pareció un capullo.
Pero la seguna vez que coincidimos, encajamos como encajan las piezas de un reloj
suizo. Algo casi mágico.
Él tenía TODO lo que yo quería: valentía, seguridad, humor desenfrenado....y yo
tenía todo lo que él necesitaba: reflexión, gestión de emociones, empatía...
Algo hizo click, muy fuerte.
"
Me gustas rebelde, absurdo, irritante,
misterioso, lascivo y juguetón.
Me gusta cuando callas y sonríes,
y en tu cara se dibuja la eterna malicia
de un diablillo del infierno.
Y me gustas profundo,
y radicalmente soñador.
Cuando afirmas que todos son raros
y que tu debieras ser ejemplo.
Ejemplo tú, que construyes
castillos en el aire,
e historias de dragones
asesinados por princesas.
A mi me gustas así,
como un puñal de irrealidad
clavado en mis entrañas.
Y quiero ser protagonista
de historias imposibles,
de tus cuentos sin sentido
donde nunca ganan los buenos.
"
La salsa
Y gracias a Eugenio, volví a bailar. Y no solo en una pista de baile.
Eugenio era la primera persona capaz de sacarme de mi zona de comfort en años. ¡Qué
facilidad!!!
Pero volví a bailar salsa, me apunté a la universidad con él, con los Nachos y con
Adrián.
Y cuánto bien me hizo la salsa.
El grupo de seducción se había empezado a disgregar y yo necesitaba hobbies nuevos.
La salsa me ha permitido conocer a mucha gente, me ha cambiado mi concepción de los
acercamientos físicos y me ha dado herramientas sociales que nunca hubiera esperado
de un baile.
En salsa, he llegado a ser la persona quiero ser. Al menos, por momentos.
Y lo hice.
Y me perdí.
Esto me permitió hablar con Sara desde la sinceridad absoluta, terminando con
nuestro tonteo de forma radical. También me dio valor para volver a poner sobre la
mesa mi relación con Elena, dejándolo con ella de una forma tranquila y sosegada.
Tuve una gran discusión con Eugenio, porque se interpuso en mi vida laboral.
Pasé una auténtica semana de mierda.
Pero sirvió de impulso para alzar de nuevo el vuelo.
Hicimos(Carlos y yo) un curso de seducción que nos puso las pilas para volver a
divertirnos conociendo gente.
Y llegó un breve período de tiempo en que nos volvimos a comer el mundo.
Conocí a varias chicas con las que sentía interés, pero terminé dejando de quedar
con todas ellas menos con Sara.
Actualmente, no acabo de saber qué tengo con Sara pero me gusta: me siento de igua
a igual con ella. Creo que una relación de pareja sería algo precipitado para mí y
podría acabar como con Ari, pero se irá viendo.
En el trabajo, últimamente no me acabo de sentir a gusto: creo que se me valora
poco porque últimametne hay poco trabajo en mi parte y muchos ratos estoy ocioso.
Sin embargo, a nivel social me siento un poco vacío. Tengo más amigas que amigos y
no acabo de encontrar la persona con quien salir a divertirme una noche de
fiesta(Carlos ha desaparecido un poco desde que tiene novia).
Me siento un poco encerrado y me apetece recuperar la sensación de poder hablar con
cualquiera.
Sigo sintiendo que mi autoconcepto no encaja con la realidad. Me siento muy
diferente a como me pienso.
Somos tres: padre, madre e hijo. Hace un año, entró a formar parte de la familia un
perro. Quizá hace un año yo mismo me hubiera reído de ese comentario, pero siento
que Chester(mi perro) ha contribuido positivamente a la unión de la familia.
Mis padres fueron buenos padres, atentos, cuidadosos pero sin miedo a plantearme
algunos retos. Aunque quizá no los suficientes.
Mi padre es un hombre al que le gusta cuidar a los demás(incluso a desconocidos),
inteligente, culto y sobretodo, que se ha hecho a sí mismo. Desde los 10 años ha
estado trabajando en una u otra cosa: recolector, pastor, dependiente, pintor,
montador de ferias, celador, conductor de ambulancia...Le encanta leer y aprender
pero en ocasiones se vuelve demasiado cabezón y no escucha. Creo que nos parecemos
bastante y a veces me da miedo repetir algunos de sus comportamientos.
Se ha esforzado muchísimo por la familia: viajes al extranjero, horarios
imposibles, dobles trabajos...y nunca se ha quejado por ello.
Creo que de alguna manera inconsciente, mi yo más pequeño nunca le ha perdonado que
desapareciera tanto de casa.
No me llevo mal con él, pero muchas veces no sabemos de qué hablar. Parece como si
existiera una barrera que a ambos nos cuesta romper. En mi caso, no hablando. En el
suyo, haciendo comentarios que muchas veces no tienen sentido e ignorando las
respuestas que le doy. Creo que en ambos casos es una especie(extraña) de nervios.
Mi madre es puro amor. Y no lo digo solo yo, sino cada chica o amigo que ha pasado
por casa.
Es una persona cercana(aunque no muy cariñosa) con la que se puede hablar de
cualquier cosa. Siempre dispuesta a escuchar y aprender. Siento que con ella
conecto más que con mi padre, aunque no tanto como me gustaría. En los últimos años
nuestra relación se ha ido estrechando cada vez más.
A efectos prácticos, veo a mis padres casi a diario. Tenemos una relación que yo
clasificaría como formal pero agradable y positiva.
-Dificultades actuales.
-Vida laboral.
-Enfermedades propias y de personas significativas.
Creo que está respondido arriba. No he tenido enfermedades serias desde que tenía
un año y tampoco personas muy cercanas a mí.