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Capítulo 33

Hermenéutica / 2
Reglas básicas de interpretación - Internas
“La tarea de explicar la Biblia por sí misma es la obra que deberían realizar todos… [nuestros ministros
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que están] completamente conscientes de los tiempos en que vivimos”.

En su introducción a El conflicto de los siglos, escrita por ella personalmente, Elena de White
registró de qué manera le habían sido reveladas “las escenas de la lucha secular entre el bien y el
mal”: “En una y otra ocasión se me permitió contemplar las peripecias de la gran lucha secular entre
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Cristo… y Satanás”.

Cómo los profetas contemplan la historia

¿Cómo “contempló” ella esas poderosas escenas? Ella continuó: “Al revelarme el Espíritu de
Dios las grandes verdades de su Palabra, y las escenas del pasado y de lo por venir, se me mandó
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que diese a conocer a otros lo que se me había mostrado”.

¿Cuántos detalles vio ella? Las evidencias indican que ella vio las grandes “escenas”, pero que
no siempre “vio” los detalles que involucraban fechas y tal vez incluso sitios geográficos. Lo mismo fue
cierto para Isaías cuando luchaba en busca de palabras para describir el trono de Dios (Isa. 6) y para
Daniel cuando trataba de describir las pavorosas visiones de bestias y cuernos, etc. Elena de White vio
la perspectiva en su totalidad, los conceptos básicos, el alcance total de las fuerzas del bien y el mal
desplegándose en la historia humana. Su tarea era “llenar” esta perspectiva total mediante la
investigación en la historia bíblica y en las fuentes comunes de la información histórica.

Así como Dios no le dio a Daniel las palabras para describir las bestias de Daniel 7, de la
misma manera no le dio a Elena de White las fechas y eventos históricos para completar la historia del
gran conflicto. De la misma
manera como Lucas investigó en las mejores fuentes para completar su Vida de Cristo (Luc. 1:1-4),
también la Sra. White hizo lo que todos los profetas han hecho cuando tienen un mensaje que debe
ser comunicado en palabras
humanas y entendido por hombres y mujeres orientados históricamente. Por lo tanto, nosotros
acudimos a Lucas, no necesariamente por la exactitud histórica de todas sus declaraciones, sino por
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su contribución a la perspectiva total, el mensaje acerca del ministerio de Jesús.

Posibles discrepancias

¿Habrá casos de posibles errores? Probablemente. Henry Alford, el autor altamente respetado
del New Testament for English Readers (El Nuevo Testamento para los lectores de habla inglesa),
escribió: “Dos hombres
pueden ser igualmente guiados por el Espíritu Santo para registrar los eventos de la vida de nuestro
Señor para nuestra edificación, aunque uno pueda creer y registrar que la visita a los gadarenos
ocurrió antes del llamado a Mateo, mientras que el otro la coloca después de ese evento; aunque uno
al narrarla hable de dos endemoniados, y el otro, sólo de uno…

“Y estas observaciones deben entenderse no sólo respecto a la disposición de la historia


evangélica. Hay ciertos puntos menores de exactitud o inexactitud, sobre los cuales la investigación
humana es adecuada para informar a los hombres, y sobre los cuales, por falta de esa investigación, a
menudo se sigue la práctica de hablar en forma vaga e inexacta. Tales son, a veces, las distancias de
un lugar a otro recibidas convencionalmente; tales son los relatos comunes de fenómenos ocurridos en
la historia natural, etc. Ahora bien, en asuntos de esta clase los evangelistas y los apóstoles no
fueron informados de manera sobrenatural, sino que se los dejó, al igual que a otros, a la dirección de
sus facultades naturales… El tesoro es nuestro, en toda su riqueza; pero es nuestro como sólo puede
ser nuestro: en las imperfecciones del lenguaje humano, en las limitaciones del pensamiento humano,
en la
variedad de incidentes primero para el carácter individual y luego para la transcripción múltiple y el
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transcurso de las edades”.

En otras palabras, la fase humana del sistema de comunicación divino-humana estará acosada
por discrepancias ocasionales, simplemente a causa de la finitud humana. El elocuente sermón de
Esteban (Hech. 7) contiene una referencia incidental al número (75) de integrantes de la familia de
Jacob que fueron a Egipto a vivir con José. Sin embargo, la referencia de Génesis (46:27) declara que
70 miembros de la familia de Jacob fueron a Egipto.
¿Qué conclusión sacaremos de esta diferencia? Si creemos que Génesis es la única fuente histórica
que tenían los judíos en el siglo primero para esta información, entonces simplemente entendemos
que el Espíritu Santo (el espíritu de profecía) guió a Esteban al presentar el cuadro general, pero que
no intervino en los detalles. Los profetas no llegan a ser necesariamente “autoridades” en datos
históricos. El valor de su inspiración yace en sus mensajes, no en algunos de los detalles que son
incidentales para la perspectiva total.

La declaración de W. C. White de 1911

Al dirigirse al Concilio de la Asociación General de 1911, W. C. White hizo una “declaración con
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respecto a la última edición en inglés de El conflicto de los siglos”. Si esta declaración de 1911
hubiese sido estudiada más plenamente y publicada en forma más extensa, podría haber impedido
muchos malos entendidos a lo largo de los años respecto a cómo trabajan los profetas con materiales
históricos.

Esta declaración no sólo explica los cambios en la edición de 1911 de El conflicto de los siglos,
sino que también revela la manera de pensar de Elena de White en cuanto a cómo ella y otros profetas
hicieron su trabajo.

W. C. White dijo: “Mi madre nunca pretendió ser una autoridad en historia. Las cosas que ella
ha escrito son descripciones instantáneas y otras presentaciones que le fueron dadas con respecto a
los hechos de estos hombres y a la influencia de estas acciones sobre la obra de Dios para la
salvación de los hombres, con referencia al pasado, al presente y a la historia futura en su relación con
esta obra. En la redacción de estas visiones ella ha hecho uso de buenas y claras declaraciones
históricas para hacer comprensible al lector las cosas que estaba tratando de presentar. Cuando yo
era apenas un muchacho, la oí que le leía a mi padre la Historia de la reforma de D’Aubigné… Leyó
también otras historias de la Reforma. Esto la ayudó a localizar y describir muchos de los
acontecimientos
y movimientos que le fueron presentados en la visión. En cierta forma esto es parecido a la manera en
que el estudio de la Biblia le ayuda a localizar y describir las muchas presentaciones figuradas que le
son dadas del desarrollo del gran conflicto entre la verdad y el error en nuestros días.

No pretensión de inspiración verbal

“Mi madre nunca ha pretendido inspiración verbal, y no encuentro que mi padre, o los pastores
Bates, Andrews, Smith, o Waggoner, hayan hecho esa declaración. Si hubo inspiración verbal al
escribir sus manuscritos, ¿por qué debía ella añadir o adaptar? Es un hecho que mi madre a menudo
toma uno de sus manuscritos, y lo revisa cuidadosamente, haciendo adiciones y desarrollando aun
más algún pensamiento… “

El contacto que tuvo mi madre con el pueblo de Europa trajo a su mente veintenas de cosas
que había visto y le habían sido presentadas en visión durante los años anteriores, algunas de
las cuales le fueron mostradas dos o tres veces, y otras escenas, mayor cantidad de veces. El que ella
pudiera ver lugares históricos y su contacto con las personas refrescó su memoria con respecto a
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estas cosas, y por lo tanto deseó añadir mucho material al libro [El conflicto de los siglos]”.

Unos pocos meses más tarde, W. C. White escribió a S. N. Haskell, un valiente pionero que en
aquel entonces se inclinaba peligrosamente hacia el punto de vista de la inspiración verbal: “Respecto
a los escritos de mi
madre, ella nunca ha querido que nuestros hermanos los consideren como autoridad sobre fechas o
detalles de historia. Cuando se escribió ‘El Gran Conflicto’, ella a menudo daba una descripción parcial
de alguna escena que le era presentada, y cuando la Hna. Davis hacía una pregunta respecto al
tiempo y lugar, mi madre se refería a lo que ya estaba escrito en los libros de [Uriah] Smith y en
historias seculares. Cuando ‘El Conflicto’ fue escrito, mi madre nunca pensó que los lectores lo
considerarían como una autoridad sobre fechas históricas y lo usarían para definir
controversias, y ella no siente ahora que debe usárselo en esa forma…

La cronología “Me parece que hay peligro de colocar demasiado énfasis en la cronología. Si
hubiera sido esencial para la salvación de los hombres que... [los seres humanos] tuviesen una
comprensión clara y armoniosa de la cronología del mundo, el Señor no habría permitido los
desacuerdos y discrepancias que encontramos en los escritos de los historiadores bíblicos, y me
parece que en estos últimos días no debe haber tanta controversia respecto a fechas… Creo, Hno.
Haskell, que hay peligro que perjudiquemos la obra de mi madre al sostener para la misma más que lo
que ella sostiene, más que lo que mi padre jamás ha sostenido, más que lo que jamás sostuvieron el
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pastor [J. N.] Andrews, [J. H.] Waggoner, o [Uriah] Smith”.

Ese mismo día, W. C. White escribió una carta virtualmente idéntica a W. W. Eastman, director
de publicaciones en la Southern Publishing Association. Pero al concluir la carta, él agregó: “Con
respecto a los escritos
de mi madre, tengo una evidencia abrumadora y una gran convicción de que son descripciones y una
delineación de lo que Dios le ha revelado en visión; y donde ella ha seguido la descripción de los
historiadores o la exposición de escritores adventistas, creo que Dios le ha dado discernimiento para
usar lo que es correcto y lo que está en armonía con la verdad referente a todos los asuntos
esenciales para la salvación. Si se encontrara mediante un estudio fiel, que ella siguió algunas
exposiciones de la profecía que en algunos detalles de fechas no podemos armonizar con
nuestra comprensión de la historia secular, esto no disminuiría mi confianza en sus escritos como un
todo, más de lo que mi confianza en la Biblia resultaría disminuida por el hecho de que no pueda
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armonizar muchas de las declaraciones referentes a cronología”.

En resumen, para los que creen en la inspiración verbal los escritos de Elena de White,
desafortunadamente, han llegado a ser una autoridad sobre fechas y lugares históricos. Para los
inspiracionistas del pensamiento, eso sería un uso injustificado de la obra de un profeta. Los
inspiracionistas del pensamiento se concentran en la perspectiva más amplia, el mensaje; las posibles
discrepancias en los detalles históricos se consideran como algo
incidental al mensaje, y de menor importancia.

Reglas básicas de interpretación

Todos desean ser entendidos. A menudo surgen malos entendidos cuando una declaración ha
sido sacada de su contexto. Por lo tanto, todo aquel que ha sido mal interpretado apela a un
procedimiento justo y pide que se considere el contexto. El contexto incluye tanto indicios internos
como externos que establecerán la verdad acerca de cualquier declaración bajo consideración.

Internamente, por lo general obtenemos un cuadro claro de “qué” quiso decir un autor al leer las
palabras, oraciones, párrafos, hasta capítulos, que rodean una declaración incomprensible.
Externamente, formulamos preguntas adicionales que pueden ayudarnos a entender, tales
como “¿cuándo?”, “¿dónde?”, “¿por qué?”, y quizás “¿cómo?” El “tiempo”, el “lugar” y las
“circunstancias” se aplican al contexto externo, como pronto veremos.

Evidencia interna:

• Regla Uno: Reconocer que la Biblia y los escritos de Elena de White fueron el producto de la
inspiración del pensamiento, no de la inspiración verbal, como se describió en el capítulo previo.

• Regla Dos: Reconocer que algunas definiciones de palabras pueden cambiar a medida que
pasa el tiempo. Por ejemplo, centenares de palabras de la versión King James (Rey Jacobo) (1611) de
la Biblia han cambiado de significado o han adquirido significados nuevos que ya no transmiten el
significado que los traductores de la King James querían transmitir. [Algo semejante podría decirse de
las antiguas versiones españolas de Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera.] Los lectores
despreocupados seguramente entenderían mal ciertos textos bíblicos si no estuvieran conscientes de
estos serios cambios en el significado de las palabras.

Definiciones de cambios de palabras ya han ocurrido en los escritos de Elena de White. ¿Cuán
a menudo se han confundido los lectores con esta expresión: “Tratar con las mentes juveniles es la
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obra más hermosa [en el original en inglés, nicest] emprendida alguna vez por hombres y mujeres”?
Cuando la Sra. White usó esta palabra más adelante en otro marco, vio el problema y explicó más
detalladamente: “Esta obra es la más hermosa ydifícil [en el original en inglés, the nicest, the most
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difficult] que haya sido confiada a los seres humanos”. ¿Qué estaba pasando? En el siglo XIX, la
palabra nice (bueno(a) y amable) se usaba a menudo, como lo indica el diccionario,
para significar “ser exigente en requerimientos o normas, o que demanda gran o excesiva precisión y
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discreción”.

Otra palabra que ha asumido una definición que no era la principal en el siglo XIX es la palabra
inglesa “intercourse”. Durante centenares de años “intercourse” significó “relación entre las personas”,
o “intercambio de pensamientos y sentimientos”… En la actualidad se la usa más frecuentemente con
referencia al contacto sexual, un uso que nunca tuvo en las centenares de ocasiones en las que Elena
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de White empleó esta palabra.

• Regla Tres: Comprender el uso de la hipérbole. La hipérbole es el uso de la exageración


obvia para establecer una proposición. Juan usó la hipérbole cuando dijo que si se escribieran todas
las cosas que hizo Jesús, “ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir” (Juan
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21:25). La hipérbole es un recurso literario que se usa a lo largo de toda la Biblia.

Elena de White usó por lo menos cinco veces la relación de 1 en 20, y al menos veintiún veces
la relación 1 en 100. Ella no dijo 1 en 13 ó 1 en 99, etc. Ella podría haber usado la hipérbole cuando
escribió: “Es una solemne
declaración la que hago a la iglesia, de que ni uno de cada veinte de aquellos cuyos nombres están
registrados en los libros de la iglesia se halla preparado para terminar su historia terrenal, y que estaría
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tan ciertamente sin Dios y sin esperanza en el mundo como el pecador común”.

• Regla Cuatro: Comprender el significado de la frase en la cual se usa una determinada


palabra. En 1862 Elena de White escribió que Satanás obra por medio de la frenología, la psicología y
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el mesmerismo. ¿Pero significa esto que toda la psicología es mala? Obviamente no, porque en
1897 ella señaló que “los verdaderos principios de la psicología se encuentran en las Santas
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Escrituras”. En manera similar, podríamos indicar que la televisión puede ser un medio a través del
cual trabaja Satanás, pero el uso que Satanás hace de la televisión no la convierte en maligna. La
psicología, el estudio de la mente humana y cómo ésta madura, es un estudio apropiado para
los cristianos, si las presuposiciones son bíblicas y no humanísticas.

• Regla Cinco: Reconocer la posibilidad de expresiones imprecisas. En 1861 Elena de White


escribió un pensamiento que parece incongruente con declaraciones posteriores sobre el mismo tema:
“Se le da mucha importancia a la frenología y el mesmerismo. Son buenos en su lugar [correcto], pero
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Satanás se apropia de ellos como sus agentes más poderosos para engañar y destruir a las almas”.
En un artículo de 1884 en la revista
Signs, ella escribió: “Las ciencias que tratan de la mente humana están en un sitial muy exaltado. Son
buenas en su lugar, pero Satanás se apropia de ellas como sus agentes poderosos para engañar y
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destruir a las almas”.

Obviamente, en esta declaración de 1884 tenemos una corrección editorial en el pensamiento


que Elena de White deseaba comunicar respecto a “las ciencias que tratan de la mente humana”.
Posiblemente la declaración
de 1861 referente a la frenología y el mesmerismo fue un error de un impresor. Más probablemente,
fue una declaración general, corregida más tarde, que reflejaba los términos usados comúnmente en la
psicología a
mediados del siglo XIX. Muchos libros que trataban acerca de la salud física y mental incluían
capítulos dedicados a la frenología, la psicología y el mesmerismo, o anunciaban otras obras que se
concentraban en esas modalidades.

• Regla Seis. Examinar cuidadosamente el contexto inmediato (esto es, el mismo párrafo o
página) para aclarar una expresión que, a primera vista, parece problemática. Por ejemplo, algunas
personas se sienten confundidas con una exhortación de Elena de White de que “nunca debe
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enseñarse a los que aceptan al Salvador… a decir o sentir que están salvados”.

Esta prevención tenía el propósito de advertir contra la doctrina errónea de “una vez salvo,
siempre salvo”, que era, y es, usual entre la mayoría de los cristianos evangélicos.

Pero esta advertencia fue dada dentro del contexto más amplio de la explicación de la actitud
autosuficiente de Pedro que lo condujo a negar trágicamente a su Señor en aquel jueves de noche.
Ella escribió: “Nunca podemos con seguridad poner la confianza en el yo, ni tampoco, estando, como
nos hallamos, fuera del cielo, hemos de sentir que nos encontramos seguros contra la tentación.
[Entonces viene la declaración ya citada que con frecuencia se entiende mal.] Eso es engañoso. Debe
enseñarse a todos a acariciar la esperanza y la fe; pero aun cuando nos entregamos a Cristo y
sabemos que él nos acepta, no estamos fuera del alcance de la tentación… Nuestra única seguridad
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está en desconfiar constantemente de nosotros mismos y confiar en Cristo”.

Otro ejemplo de la importancia del contexto se encuentra en la aseveración de Elena de White


de que “los siervos de Dios en la actualidad no podrían obrar mediante milagros, porque se realizarán
obras espurias de
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sanamiento, con la pretensión de ser divinas”. Esta declaración parece discrepar con la posición
adventista de que “todos” los dones espirituales dados a la iglesia cristiana (1 Cor. 12 y Efe. 4)
continuarán hasta el fin del tiempo. Además, esta declaración parece contradecir los propios
comentarios de Elena de White de que en los últimos días “se realizarán milagros, los enfermos
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sanarán y signos y prodigios seguirán a los creyentes”. ¿Cómo entendemos todo esto?

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Esta aparente contradicción se presenta cuando uno no lee cuidadosamente toda la página.
Elena de White destacó dos ideas: Primero, habló específicamente respecto a las condiciones
presentes en aquel entonces. Al referirse a “actos milagrosos de curación”, ella dijo que “no podemos
ahora trabajar en esa manera” (la cursiva es nuestra). Además, “los siervos de Dios en la actualidad no
podrían obrar mediante milagros” (la cursiva es nuestra).

En segundo lugar, ella estaba exponiendo la instrucción del Señor para el tiempo presente: La
“obra de la curación física, combinada con la enseñanza de la palabra”, se haría mejor al establecer
“sanatorios” donde “los obreros… efectuasen obra médico-misionera genuina… Esta es la provisión
que ha hecho el Señor por medio de la cual ha de hacerse obra médico misionera evangélica para
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muchas almas”. En otras palabras, en el tiempo presente, caracterizado por muchos casos de
milagros falsos de curación, la obra de Dios de curación puede hacerse mejor dentro de los sanatorios
por medio de programas de enseñanza inteligente respecto a la causa y la curación de la enfermedad.

Otra declaración “citada erróneamente” asegura que es un “pecado reírse”. Para esto se usa la
cita, “Cristo a menudo lloraba, pero nunca se supo que riera… Imitad al Modelo divino, infalible”. Por lo
que conocemos en cuanto a Jesús en la Biblia, esa declaración resulta extraña. Después de todo, ¿a
qué puede deberse que los niños lo rodearan con tanto entusiasmo? Entonces notamos la elipsis.
Falta algo.

Revisamos el pasaje y el contexto. Aquí Elena de White aconseja a una miembro de iglesia
que “no ha visto la necesidad de educarse para ser cuidadosa en palabras y acciones… Mi hermana,
usted habla demasiado…su lengua ha hecho mucho daño… Su lengua ha encendido un fuego y usted
ha disfrutado con la conflagración… Usted juguetea y bromea y participa en hilaridad y risas… Cristo
es nuestro ejemplo… Cristo a menudo lloraba,
pero nunca se supo que riera. Yo no digo que sea un pecado reírse en alguna ocasión, pero no
podemos errar el camino si imitamos al Modelo divino, infalible… Mientras contemplamos el mundo
atrapado en la oscuridad
y trabado por Satanás, ¿cómo podemos ocuparnos en veleidades, hilaridad, palabras descuidadas,
precipitadas, hablando a la ventura, riendo, chanceando y bromeando?… La alegría cristiana no está
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condenada por las Escrituras, pero sí se censura la conversación imprudente”.

Notamos aquí que el contexto le da un nuevo matiz a la declaración erróneamente citada.


“Reírse” en este contexto significaba una conversación y conducta inapropiada, imprudente; chanzas y
bromas que habían
“mostrado una falta de sabiduría al usar la verdad de una manera como para levantar oposición,
despertar una actitud combativa, y hacer la guerra en vez de poseer un espíritu pacífico y una actitud
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verdaderamente humilde”. Elena de White no estaba condenando la risa apropiada, como lo indicó
claramente, sino que puso su consejo en una perspectiva equilibrada.

• Regla Siete: Reconocer que el significado de una palabra puede cambiar cuando se la usa en
un contexto nuevo. La expresión “puerta cerrada” tenía varios significados para los adventistas ex
milleritas. Para Elena de
White significaba algo diferente. Jaime White y José Bates redefinieron su uso del término entre los
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años 1844 y 1852.

Otras palabras que usaba Elena de White pueden parecer obsoletas actualmente, como ser
“oficina”, que más a menudo se refería a las oficinas administrativas de la casa publicadora, pero a
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veces a la sede de la Asociación General.

• Regla Ocho: Reconocer que en toda comunicación se encuentra el desafío de la se-mántica.


Las palabras tienen significados diferentes para personas diferentes, debido a diferencias personales
tales como la educación,
la edad, las experiencias espirituales, la ubicación geográfica y el género o sexo. Elena de White habló
de este problema: “Hay muchos que interpretan lo que yo escribo a la luz de sus opiniones
preconcebidas… El resultado
seguro será una división en cuanto a la comprensión del mensaje y diversas opiniones. Cómo escribir
de tal manera que sea entendido por aquellos a quienes me dirijo en asuntos importantes, es un
problema que no puedo resolver”.
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Para un escritor, la tarea de evitar los malos entendidos es más difícil que la de meramente tratar
de ser comprendido, porque el escritor debe estar conscientemente al tanto de los problemas
semánticos.

Referencias

1
Exaltad a Jesús, p. 109.

2
El conflicto de los siglos, p. 13.

3
Ibíd.

4
Para un estudio de las diversas diferencias que existen entre la historia de Lucas del ministerio de Cristo y las
de Mateo y Marcos, ver George Rice, Luke, a Plagiarist? (Mountain View, CA: Pacific Press Publishing
Association, 1983). 5. Henry Alford, The New Testament for English Readers (Lon-dres:Rivingtons, 1863, t. 1),
pp. 23-27.

5
Henry Alford, The New Testament for English Readers (Londres: Rivingtons, 1863, t. 1), pp. 23-27.

6
Esta extensa declaración se encuentra como el Apéndice A de Mensajes selectos, t. 3, pp. 494-503. La
declaración fue
aprobada por Elena de White como que presentaba “el asunto correctamente y bien”.—Carta a F. M. Wilcox, 25
de julio, 1911, citada en Wilcox, The Testimony of Jesus, p. 115.

7
Mensajes selectos, t. 3, pp. 498-500.

8
Jerry Allen Moon, W. C. White and Ellen G. White, The Relationship Between the Prophet and Her Son (Berrien
Springs, MI: Andrews University Press, 1993), pp. 431-432. Al fin de esta carta Elena de White escribió con su
propia letra, “Apruebo las observaciones hechas en esta carta”.

9
Mensajes selectos, t. 3, pp. 513-514. En una carta de 1915 dirigida a F. M. Wilcox, director de la revista de la
iglesia, W. C. White aclaró el asunto relativo a que su madre fuese una historiadora o una teóloga: “La Hna.
White, como una maestra de la verdad sagrada, no ha sido guiada a un tratamiento técnico de cuestiones
teológicas, pero se le han dado perspectivas del amor de Dios y el plan de salvación, y del deber del hombre
hacia Dios y hacia sus semejantes, las que al ser presentadas a la gente despiertan la conciencia y graban en el
oyente las verdades salvadoras de la Palabra de Dios. Ella dice, ‘Los testimonios escritos no son para dar nueva
luz, sino para impresionar vívidamente en el corazón las verdades inspiradas que ya han sido reveladas’. “En el
sentido técnico de la palabra, la Hna. White no es una historiadora. Ella no ha sido una estudiante sistemática de
historia y cronología, y nunca tuvo la intención de que sus obras debieran usarse para definir controversias sobre
fechas históricas. Pero como alguien que se relaciona con la historia, alguien ‘en cuya obra se exhibe en
miniatura el carácter y el espíritu de una época’ [Ensayos de Macauley], ella es una historiadora cuyas obras
enseñan lecciones valiosas del pasado para el presente y el futuro”.—Jerry Allen Moon, opus. cit., p. 434.

10
Consejos para los maestros, p. 73 (la cursiva se ha añadido).

11
La educación, p. 283.
12
Webster’s Ninth New Collegiate Dictionary (Springfield, MA: Merriam-Webster Inc., Publishers, 1983).

13
“Los discípulos oraron con intenso fervor pidiendo capacidad para encontrarse con los hombres, y en su trato
[original en inglés, intercourse] diario hablar palabras que pudieran guiar a los pecadores a Cristo”.—Los hechos
de los apóstoles, p. 30. “Por el trato [original en inglés, intercourse] social se formalizan relaciones y amistades
que acaban en una unidad de corazón y en una atmósfera de amor agradables a la vista del cielo”.—Mensajes
para los jóvenes, p. 403. En el tiempo de la Sra. White la palabra “intercourse” significaba “trato social”, “relación
entre las personas”; en la actualidad su significado principal es “relación o contacto
sexual”. En español no existe este problema semántico con esta palabra.

14
Compare Exodo 9:6 con Isaías 19. El uso frecuente de la palabra “todo” es a menudo un ejemplo de la
hipérbole hebrea.

15
Servicio cristiano, p. 52 (1893).

16
Review and Herald, 18 de febrero, 1862.

17
My Life Today, p. 176.

18
Testimonies, t. 1, p. 296.

19
Signs of the Times, 6 de noviembre, 1884.

20
Palabras de vida del gran Maestro, p. 119.

21
Id., pp. 119-120. Ver también Mensajes selectos, t. 1, p. 368.

22
Medical Ministry, p. 14.

23
El conflicto de los siglos, p. 670; ver también Primeros escritos, p. 278; Joyas de los testimonios, t. 3, p. 345.

24
Medical Ministry, p. 14.

25
Ibíd.

26
Manuscrito 11, 1868, citado en MR, t. 18, pp. 368-370.

27
Ibíd.

28
Ver pp. 554-566 para un estudio de la cuestión de la “puerta cerrada”.

29
Ver tomo 3 del Comprehensive Index to the Writings of Ellen G. White, pp. 3185-3188, para “Glossary of
Obsolete and Little Used Words and Terms with Altered Meanings”.

30
Mensajes selectos, t. 3, p. 87.

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