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  • Sociología Del Delito Amateur, Kessler Resumen.

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    Agus Perelstein
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    El sociólogo argentino Gabriel Kessler aborda en esta obra la idea de cómo las transformaciones en el mundo laboral, en particular, la precarización e inestabilidad que éstas presentan actualmente para los jóvenes de comunidades populares, han impactado en las dinámicas delictivas, haciendo de estas menos una “carrera” o “profesión”, sino más bien generando un continuo entre las ocupaciones legales y las ilegales, caracterizadas ambas por su carácter esporádico y espontáneo.La sociología del delito amateur de Kessler El autor pone en relación elementos como la identidad de los sujetos en conflicto con la ley, las prácticas ilegales y delictivas y la relación con dinámicas estructurales de precarización laboral que han atravesado al mundo y América Latina en las últimas décadas. De esta forma, se desafían nociones de sentido común; como aquellas que asumen que los sujetos incursos en actividades ilegales son delincuentes a tiempo completo, gobernados completamente por una identidad que sirve de origen y explicación de sus prácticas, nociones identitarias asociadas a los jóvenes de comunidades populares: “pibes chorros” en el contexto argentino, “malandros” en el nuestro. Estos planteamientos, que tienden a emparentarse con “soluciones” represivas y de profilaxis social, parten de la idea, tautológica, de que aquellos que actúan como delincuentes lo hacen porque son delincuentes y no pueden, una vez convertidos en delincuentes, dejar serlo. Sin embargo, Sociología del delito amateur de Kessler, permite trascender o debatir estas nociones tan comunes, pues nos muestra cómo se produce un tránsito fluido entre actividades legales e ilegales, en un contexto laboral caracterizado por la precarización, los bajos ingresos, la alta rotación, la poca cobertura social, y la marginación territorial. En diálogo con las tradiciones sociológica y criminológica, Kessler logra, a través de una serie de entrevistas a profundidad con jóvenes inmersos en delitos contra la propiedad, pero también a jueces, educadores, padres y otros jóvenes que conforman su contexto de acción, rescatar con gran detalle la experiencia de la inmersión en este tipo de prácticas, a la vez que reconstruye los contextos microsociales y estructurales que los hacen posibles. De esta manera, el autor analiza cómo los jóvenes actúan según una “lógica de provisión”, que sustituye a la lógica del trabajo, en la cual el origen de los recursos que se obtienen deja de ser central: los actores salen “a la calle” a conseguir recursos de alguna manera u otra. Esta lógica, sin embargo, no impide que los actores diferencien entre “las dos platas”, la “buena” -que se gana de ocupaciones legales- y la “mala” -fruto de robos o de acciones ilegales y más propensa a despilfarrarse-. Asimismo, a partir de un análisis detallado de las experiencias en que los jóvenes se acercan a los robos y otras actividades delictivas, sus primeras experiencias y sus sensaciones en estas situaciones, se aborda con mucha riqueza las lógicas de acción implícitas, como el “ventajeo”. Lógicas donde las interacciones se definen por la imposición sobre el otro, o la construcción de los roles de víctima y victimario durante el robo, desde una perspectiva cercana a Goffman y otras perspectivas interaccionistas, pero que no desestiman los marcos de precariedad e incertidumbre que fuerzan estos presentismos. Es a partir de esta reconstrucción de la lógica de los actores que Kessler se permite, sin embargo, no quedarse entrampado en una mirada puramente microsocial, sino que pone a dialogar la riqueza de su análisis cualitativo con consideraciones sobre los cambios estructurales que los impactan. Es así como logra entender en el delito algo más que una sombra oscura o un espacio en negativo y traza, a partir de algunas de sus dinámicas, pistas sobre reconfiguraciones sociales más amplias. En particular, se analizan los cambios de las trayectorias laborales que atravesaron la vida de los jóvenes desde l

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    El sociólogo argentino Gabriel Kessler aborda en esta obra la idea de cómo las transformaciones en el mundo laboral, en particular, la precarización e inestabilidad que éstas presentan actualmente para los jóvenes de comunidades populares, han impactado en las dinámicas delictivas, haciendo de estas menos una “carrera” o “profesión”, sino más bien generando un continuo entre las ocupaciones legales y las ilegales, caracterizadas ambas por su carácter esporádico y espontáneo.La sociología del delito amateur de Kessler El autor pone en relación elementos como la identidad de los sujetos en conflicto con la ley, las prácticas ilegales y delictivas y la relación con dinámicas estructurales de precarización laboral que han atravesado al mundo y América Latina en las últimas décadas. De esta forma, se desafían nociones de sentido común; como aquellas que asumen que los sujetos incursos en actividades ilegales son delincuentes a tiempo completo, gobernados completamente por una identidad que sirve de origen y explicación de sus prácticas, nociones identitarias asociadas a los jóvenes de comunidades populares: “pibes chorros” en el contexto argentino, “malandros” en el nuestro. Estos planteamientos, que tienden a emparentarse con “soluciones” represivas y de profilaxis social, parten de la idea, tautológica, de que aquellos que actúan como delincuentes lo hacen porque son delincuentes y no pueden, una vez convertidos en delincuentes, dejar serlo. Sin embargo, Sociología del delito amateur de Kessler, permite trascender o debatir estas nociones tan comunes, pues nos muestra cómo se produce un tránsito fluido entre actividades legales e ilegales, en un contexto laboral caracterizado por la precarización, los bajos ingresos, la alta rotación, la poca cobertura social, y la marginación territorial. En diálogo con las tradiciones sociológica y criminológica, Kessler logra, a través de una serie de entrevistas a profundidad con jóvenes inmersos en delitos contra la propiedad, pero también a jueces, educadores, padres y otros jóvenes que conforman su contexto de acción, rescatar con gran detalle la experiencia de la inmersión en este tipo de prácticas, a la vez que reconstruye los contextos microsociales y estructurales que los hacen posibles. De esta manera, el autor analiza cómo los jóvenes actúan según una “lógica de provisión”, que sustituye a la lógica del trabajo, en la cual el origen de los recursos que se obtienen deja de ser central: los actores salen “a la calle” a conseguir recursos de alguna manera u otra. Esta lógica, sin embargo, no impide que los actores diferencien entre “las dos platas”, la “buena” -que se gana de ocupaciones legales- y la “mala” -fruto de robos o de acciones ilegales y más propensa a despilfarrarse-. Asimismo, a partir de un análisis detallado de las experiencias en que los jóvenes se acercan a los robos y otras actividades delictivas, sus primeras experiencias y sus sensaciones en estas situaciones, se aborda con mucha riqueza las lógicas de acción implícitas, como el “ventajeo”. Lógicas donde las interacciones se definen por la imposición sobre el otro, o la construcción de los roles de víctima y victimario durante el robo, desde una perspectiva cercana a Goffman y otras perspectivas interaccionistas, pero que no desestiman los marcos de precariedad e incertidumbre que fuerzan estos presentismos. Es a partir de esta reconstrucción de la lógica de los actores que Kessler se permite, sin embargo, no quedarse entrampado en una mirada puramente microsocial, sino que pone a dialogar la riqueza de su análisis cualitativo con consideraciones sobre los cambios estructurales que los impactan. Es así como logra entender en el delito algo más que una sombra oscura o un espacio en negativo y traza, a partir de algunas de sus dinámicas, pistas sobre reconfiguraciones sociales más amplias. En particular, se analizan los cambios de las trayectorias laborales que atravesaron la vida de los jóvenes desde l

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    La sociología del delito amateur.

    Nuevo actor social --} el delito amateur

    Sociología empírica atravesada por nociones y conceptos.

    Trabaja sobre las consecuencias sociales en la década del 90´ ---} empobrecimiento nuevo (no solo
    se vincula al ingreso sino al desempleo y condiciones de precariedad.) Fractura social.

    Relación variante entre delito y trabajo, esto acarrea la precarización del ámbito (donde se vive) y
    la necesidad sufrida.

    El delito amateur es en el que se desconoce la proyección temporal. Este tipo de delito se


    contrapone a las carreras delictivas, al delito como profesión. Es una forma de supervivencia.

    Jóvenes del área metropolitana. Población 90 por ciento joven, masculina, soltera, en gran medida
    sin antecedentes previos, con nivel educativo bajo pero con alto porcentaje de concurrencia a la
    escuela entre los menores.

    Kessler: TRADICIÓN CRÍTICA --} la sociología tiene que servir para intervenir públicamente.

    El delito amateur denota una crisis en las instituciones. La característica del mercado laboral
    argentina yace en la inestabilidad laboral.

    La inestabilidad laboral se naturaliza a medida que el trabajo estable se desdibuja de la experiencia


    transmitida por sus padres y por otros adultos del entorno, es decir, no solo los jóvenes
    experimentan la inestabilidad, sino que ya sintieron también sus padres. Esto provoca que no se
    produzca el establecimiento de una identidad basada en la honestidad y dignidad donada por el
    trabajo.

    La alternancia entre trabajo y delito tiene muchas combinaciones. El trabajo perdura como forma
    legítima de ascenso social, junto con la educación.

    Se produce el pasaje de la lógica del trabajador a la lógica de la provisión: mientras la lógica del
    trabajador proviene del origen del dinero (como fruto de trabajo honesto); en la del proveedor
    (subcultura de la delincuencia) esta se encuentra en su utilización para satisfacer necesidades,
    sean estas básicas o no. (Me proveo de algo fuera del barrio para poder subsistir)

    Es decir, se da un DESACOPLE entre legitimidad y legalidad. Se diferencia el modo de la obtención


    del dinero y se habla de DOS PLATAS: la que se gana fácilmente en los robos y se gasta rápido en
    salidas, bebida, etc y la que se gana con el esfuerzo del trabajo y se utiliza para ayudar a la familia,
    comprar ropa, alimentos.

    Relación con términos empleados de Durkheim, ANOMIA, ya que la falta o debilidad en la


    presencia de las normas de la sociedad, influyen en el actuar de ciertos individuos.

    Los jóvenes están ubicados en el margen, no en la exclusión.


    Subcultura juvenil --} parte tiene como rasgo el bardo (vinculado con el grupo), pertenencia a los
    barrios populares. Romper las reglas desde una lógica colectiva.

    Pérdida de la eficacia simbólica de la ley, se ve un rechazo a la ley por su inutilidad, incluso se


    obvia al Estado como responsable en alguna medida por su situación.

    La lógica de la provisión se va tornando natural, por ende se tiende a relacionar la falla de la ley.

    Marco de la adolescencia, donde no se piensa y se juega el todo en un instante, sin contemplar los
    riesgos.

    No hay nada a largo plazo, y se observa la LOGICA DEL VENTAJEO, que implica obtener lo que se
    desea del otro apelando a cualquier medio como no tomar en cuenta las consecuencias de las
    acciones. Es una lógica que privilegia los fines, a los que no subordina ningún medio ni ninguna ley.

    En Argentina, no poseen reglas predeterminadas y características específicas los grupos


    delincuentes.

    PROVEEDORES y BARDEROS.

    Proveedores son aquellos que deciden individualmente realizar un delito para proveerse de
    recursos, ligados a la lógica de la provisión.

    Barderos siguen la misma lógica, dentro de un grupo, el delito se caracteriza como una actividad
    grupal “bardo” – disrupción de las reglas de convivencia comunitaria, de tipo delictivo o no -

    Los primeros violan normas generales, los segundos irrumpen un marco más general, no solo las
    normas legales. El bardo se caracteriza por la diversión asociada al delito juvenil.

    Los barderos cometen delitos sin mucha planificación y el delito no es lo central en el grupo
    (puede haber personas que delinquen y otras que no) No es un criterio de separación, aunque en
    algunos casos sí de distanciamiento. La droga si lo es, ya que tiende a modificar las relaciones con
    las personas, y la sociabilidad (COCAINA)

    Los proveedores tienen más planificación y para concretarla se recurre al grupo.

    La profesionalización se produce cuando se comienzan a tomar más en cuenta la relación COSTO –


    BENEFICIO. El delito implica responsabilidad (sobre todo cuando hay armas en juego)

    Enseñanzas sobre el riesgo y una primera fase es cuando se encuentra un equilibrio entre el riesgo
    y el beneficio que se obtendrá (a quién robar y a quién no) Se tiene recaudos en el uso de armas.

    La lógica de la provisión se va dejando de lado en pos de la obtención de ingresos por medio del
    delito.

    IRRACIONALIDAD MOTIVADA --} hay que controlar la irracionalidad en el momento del delito
    porque es un riesgo. Los códigos son importantes porque dan seguridad.

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