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Esta escala refleja el comportamiento que los niños con deficiencia auditiva demuestran
ante el sonido en situaciones cotidianas, evalúa el comportamiento vocálico, la alerta al
sonido y derivación de su significado de estos, para luego planificar la terapia auditiva.
Esta escala consta de 10 ítems, que se administra en forma de entrevista a los padres
o tutores, los cuales deben responder de la forma más completa posible con ejemplos.
Se requiere que los padres asignen porcentajes relacionados con lo que el niño es
capaz de responder en una situación específica.
Para realizar la prueba el fonoaudiólogo se sienta a nivel del niño se pone las manos a
nivel de la boca para que el niño no pueda leer los labios y dice los sonidos en un tono
normal de voz
Tipos de respuesta
Detección: que el niño levante la mano o suelte un juguete cuando oiga alguno de los
sonidos
Discriminación que el niño repita el sonido para saber si el sonido que escucho es el
mismo que el del estimulo
Preparación y condicionamiento
Muchas veces los niños con grandes deficiencias auditivas, que recién han sido
implantados, no han detectado los sonidos del habla por lo que es necesario llamar su
atención hacia el sonido enseñarle su importancia y significado. Además es necesario
lograr una respuesta condicionada, con el fin de saber con exactitud que sonidos el niño
esta detectando a que distancia y con qué intensidad.
Prueba de alerta al nombre
Presentación del nombre al paciente, para ver si hay respuesta. Se utiliza el nombre del
niño porque se espera que en un futuro pueda responder cuando lo llamen, que se
acostumbre a la percepción de su nombre.
Está hecha para ser usada en niños pequeños con pérdidas auditivas profundas, con
vocabularios y habilidades lingüísticas limitadas. Por lo que se utiliza un vocabulario que
se ajuste a las habilidades cognitivas y lingüísticas de los niños pequeños, así como
también a sus intereses.