Professional Documents
Culture Documents
¿Cómo fue que surgió la vida en la Tierra? ¿Cuándo aparecieron los primeros
seres vivos en nuestro planeta? Aunque no sabemos a ciencia cierta cuál es la
respuesta a estas preguntas, todo indica que hace unos 3.5 mil millones de años
la biosfera estaba formada por una enorme variedad de microorganismos.
Desafortunadamente, no se han encontrado rocas sedimentarias más antiguas,
lo que nos impide reconstruir en detalle las condiciones ambientales que tenia la
Tierra cuando apareció la vida. Es decir, no conocemos cuál es era la
composición de la atmósfera terrestre, la temperatura de la superficie de nuestro
planeta, o la extensión de los mares primitivos. A pesar de tales incertidumbres,
una serie de evidencias que van desde la observación y estudio de las nubes de
material interestelar en donde se están formando estrellas y planetas, hasta la
simulación experimental de las condiciones de la Tierra primitiva, sugieren que la
vida surgió en nuestro planeta como resultado de la evolución de sistemas de
compuestos orgánicos que se acumularon en la superficie de nuestro planeta
como resultado de síntesis abióticas y de choques con cometas y meteoritos.
Esta idea, que hoy es conocida como la hipótesis heterótrofa del origen de la
vida, fue propuesta en 1924 por un joven bioquímico ruso, Alexander I. Oparin, y
lentamente fue ganando impulso hasta transformarse en la mejor explicación
sobre la aparición de la vida en la Tierra.
Oparin publicó en 1936 una versión ampliada de su teoría, pero no fue sino hasta
1952 cuando Stanley L. Miller, un joven estudiante que había comenzado sus
estudios de doctorado en la Universidad de Chicago, escuchó a Urey hablar de
sus modelos de la Tierra primitiva, y al cabo de unas cuantas semanas se le
acercó y le pidió que lo asesorara para llevar a cabo una simulación de los
procesos químicos que habían llevado a la síntesis de compuestos orgánicos
necesarios, según las ideas de Oparin, para la aparición de la vida. Para lograr su
objetivo, Miller diseñó un aparato en donde buscó simular las condiciones de
Tierra primitiva, con una mezcla de gases que incluía metano, amoniaco,
hidrógeno y vapor de agua, a la que sometió a la acción de descargas eléctricas.
Al cabo de una semana, Miller pudo observar cómo se formaban aminoácidos,
hidroácidos, urea y otras moléculas de interés bioquímico.
haber sido precedido por mundos mas sencillos, es decir, que el RNA mismo sea
el producto de la evolución de biosferas basadas en mundos de pre- RNA que
dependían de moléculas catalíticas formadas por compuestos que podían
almacenar información genética pero que no eran ni DNA ni RNA. Aunque no
sabemos si esta posibilidad es correcta, el poder plantearla es un ejercicio
intelectual extraordinario que puede tener consecuencias científicas (y prácticas)
de enorme importancia. Y, por supuesto, este tipo de ejercicios son precisamente
uno de los factores que vuelven tan atractivo el aproximarse a problemas
centrales de la ciencia como el del origen de la vida.