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LA CONDICIÓN SOCIAL Y LA EDUCACIÓN DE LAS MUJERES EN LA NUEVA


ESPAÑA (SIGLOS XVI, XVII Y XVIII)

Andrea Guadalupe Pérez Juárez

“La vida religiosa, fue una alternativa para

aquellas mujeres que no deseaban contraer

nupcias. Que tenían una profunda vocación

religiosa o que apreciaban la relativa

independencia que los claustros les ofrecían”

Asunción Lavrin, “La mujer en la sociedad colonial hispanoamericana”.

El papel relevante de la mujer en la sociedad de todos los tiempos ha sido uno de los temas
más abordados;, actualmente, la perspectiva de género los los abordatoca con una línea
histórica que los conduce a ver sólo la presunta “marginación” que sufrían las mujeres por
no tener oportunidades similaresigualitarias a las de los hombres. E; es por ello, que este
artículo pretende explorar en la historia de esas mujeres, pero no ellas, no desde el punto de
vista de la en términos de desigualdad, sino con el fin de brindar en dar una visión general de
cómo las mujeres desarrollaron su vida durante 300 años en instituciones como los colegios
y conventos femeninos, que fueron creados, precisamente, para darles un lugar en la sociedad
de la Nueva España de los siglos XVI al XVIII, según su estrato social y racial, y ofrecerles
con el fin de dar una educación que les ayudara sobrevivir en un entorno donde el hombre
dominaba en todas las esferas sociales y económicas.

Los colegios y conventos, en el lapso analizado, se convirtieron en los espacios educativos


doónde las mujeres podían ejercer una función social relevante acorde a los estándares de la
época, pues la diferencia de clases en dicho periodo eran muy marcada y en dichas se
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convertían en instituciones formativas dónde cada clase social ejercía una influencia sobre
los roles que las mujeres representarían fuera o dentro de ellasos.

Es así que algunas instituciones estaban destinadas a la enseñanza de niñas de la alta sociedad
novohispana, otras, en niñas indígenas, y otras, más bien, se enfocaban en educar aa
españolas, criollas y mestizas de clase baja.

Durante la época colonial, en México, en el año de 1527, en México se fundaron, bajo la


dirección de la Orden Franciscana, una serie de colegios para niñas indígenas en poblaciones
como Texcoco, Huejotzingo y Tlaxcala, cercanas a la Ciudad de México. Su objetivo era
para enseñarles la fe católica y asegurar que desarrollaran su vida dentro de dichos espacios.
A fin ellade y para cerciorarse de su funcionamiento, Hernán Cortés y el oObispo Fray Juan
de Zumárraga empezaron a buscar mujeres para enseñarles y evangelizarlas, solicitando
apoyo a Carlos V, quien, a su vez, deja el asunto en manos de su esposa, d Doña Isabel de
Portugal, qu. Ella, a su vez, sien se encarga de enviar a grupos de misioneras, con recursos
económicos de la Corona, quienes desempeñan el papel de maestras. A, es a partir de su
llegada en 1531, estas mujeres ayudaron también a fundar otros colegios en el territorio.

Pero, ¿qué aprendían las niñas indígenas en esos colegios?, Aprendían llo necesario para
regir su casa y ser buenas esposas:, como cocinar, coser, bordar e hilar en algodón, ixtle y
lana, escribir y leer (en algunos casos en castellano), también, entre otras cosas, aprendían,
la doctrina cristiana., entre otras cosas; Een estos colegios, no se hacían distinción de clase,
ya que aplicaba su ingreso era posible tanto para las hijas de nobles como para las de los
“maceguales”, o gente común. Posteriormente, se fueron fundando más colegios, acorde con
las necesidades de las mujeres que ingresaban.

Para la época, eEducar a la mujer para la época, no solo era un medio para trasmitir valores
e ideas, sino un modo de asegurarles una vida digna; , por ello, la sociedad se abocó a
continuar con el proyecto iniciado por el oObispo Zumárraga, fundando instituciones donde
las mujeresellas encontraran refugio y soporte, tales como recogimientos, beaterios,
conventos o colegios que, pese a sus diferencias jurídicas, compartíanieron algunas
características sobre cómo educarlas dentro de la religión cristiana y les, enseñabanr diversas
actividades que les permitieran sobrevivir., Mujeres eespañolas, indígenas, mestizas,
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mulatas y pertenecientes a las castas; ricas, pobres, huérfanas o desamparadas, e incluso


viudas o divorciadas: cada institución estaba destinada a formar a la mujer según su situación
de vida..

Un ejemplo de ello fueron los recogimientos, quelos como señala Perla Silva Martínez en su
tesis Una opción de vida para las mujeres. El beaterio de Santa Rosa de Viterbo. Pobreza, esplendor
y migración, 1728-1870 (2012), cuales tienen su origen en la España del siglo XVI y se crearon
para contrarrestar problemas sociales que enfrentaban las mujeres, tales como como:
delincuencia, mendicidad, prostitución, viudez, pobreza y situaciones como viudez o
divorcio. En ellos, las mujeres llevaban una vida de penitencia, arrepentimiento, oración y
clausura sin profesar votos religiosos, realizaban las labores de bordar, coser, planchar y
lavar la ropa para su manutención, o bien, dependían de los donativos de caridad para
subsistir. S, se aceptaban también a españolas, criollas, indias y mulatas, a las que se les
asignaban habitaciones y labores según su procedencia social. Además, su creación tenía dos
finalidades; la primera era “proteger” a aquellas que ingresaban voluntariamente para recibir
educación y, la segunda era una especie de “centro de readaptación”, llamados “de
penitencia”, donde se enviaba a las mujeres que habían cometido un delito, a fin de purgar
una condena para restaurar la moral y espiritualidad mediante el ejercicio de una vida similar
a la de lass monjas, pero sin jurar votos.

Por otro lado, los beaterios eran espacios donde habitaban mujeres y hombres de clase alta,
que, por voluntad propia,, llevaban una vida similar a las de las comunidades religiosas, pero
sin profesar los votos, en cuanto a su búsqueda por alcanzar la perfección espiritual y obtener
prestigio social. Para sobrevivir dependían de las donaciones de terrenos o recursos
económicos de personas adineradas o de las aportaciones que ellos mismos hacían al ingresar.
TAdemás, también sirvieron para dar educación a niñas huérfanas y jovencitas abandonadas
por sus esposos, o a y viudas con un estrato social y económico alto. Estas últimas , las cuales
tuvieron gran aceptación en la sociedad virreinal, pues eranlas consideradasban como
“prodigios” por estar entre lo sacro y lo profano, ya que pues muchas de ellas
afirmabandecían poder hablar con los santos, los ángeles o el niño Jesús, motivo por el cual,
se les brindaba apoyo para su manutención, tanto en dinero como en o especie para su
manutención.
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Los colegios para niñas mestizas enfocaban su educación ena formar buenos matrimonios,
y, con ello, conseguir buenos maridos, que las trataran bien y tuvieran un oficio digno para
mantenerlas (carpinteros, herreros, sederos, tejedores, carreteros, tintoreros, zapateros,
sastres, etc.); además,, se impartían nociones básicas de lectura, escritura y matemáticas, así
como lecciones deel canto, la música, y aprender la costura, el bordado y el tejido. Estos
cursos (sustituir la palabra cursos por conocimientos) les permitían desarrollar habilidades
que , con lo que lasles permitían hacían hábiles para ejercer otras alguna actividades, por
ejemplo, desempeñarse como maestras de otras escuelas o para ingresar a los conventos en
donde podían desarrollar su existencia. Años después, se admitieron también a criollas
huérfanas o pensionadas por los vVirreyes, pertenecientes a familias de clase alta, que eran
educadas hasta que se casaban con jóvenes de su estatus social;, algunas de ellas pagaban
una cuota por la educación que recibían, la cual ayudaba al mantenimiento de estos colegios.

En los colegios llamados escuelas amigas, las mujeres podían ejercer como maestras siempre
y cuando cumplieran con una serie de requisitos indispensables para la profesión:, tales
como: ser españolas con pureza de sangre, presentaran fe de bautismo, comprobaran ser hijas
legítimas y presentaran una carta de algún párroco en la que se aprobaran sus conocimientos
de doctrina cristiana y buena conducta. Eran evaluadas en sus conocimientos, y si no
contaban con un certificado de aprobación, no se les permitía enseñar. Estas escuelas fueron
gratuitas para las niñas pobres y se les pedían cuotas a las que podían pagarlas con el fin de
cubrir los sueldos de las maestras.

A pesar de contar con instituciones dedicadas a la educación de la mujer y con el crecimiento


de la población criolla y mestiza, el grupo español se enfrentó a la necesidad de crear
instancias en las que pudieran resguardarse la castidad y pureza de sus hijas. L, es ahí donde
los conventos femeninos surgen entonces a partir de la necesidad de albergar y educar a
españolas y criollas que por vocación, orfandad o pobreza no habían contraído matrimonio.

Uno de los primeros conventos erigidos en la Ciudad de México, en el año de 1540, fue el
Convento de la Madre de Dios, de la Orden y Regla de la Inmaculada Concepción, que más
tarde contó con la protección y aprobación de la Corona Española. Esto dio paso a que otras
órdenes religiosas como la: Dominica, la Franciscana (Clarisas), y la Orden de la de la
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Enseñanza de la Compañía de María (que fundo el Colegio de la Enseñanza), la Agustina, la


Brígida y la Jerónima, emprendieran nuevas fundaciones que, en su mayoría, se abocarían a
admitir y educar a las mujeres en la Nueva España.

LPor otro lado, las mujeres indígenas tuvieron la posibilidad de ingresar a un convento, solo
en la primera mitad del siglo XVIII, cuando el vVirrey, d Don Baltasar de Zúñiga, decidió
fundar una institución para las hijas de la nobleza india bajo el nombre de “Corpus Christi”.
Aunque normalmente lAquí las niñas ingresaban entre los 6 y los 8 años, se registran algunos
casos en que la edad era menor; , y slau enseñanza que recibían consistía era principalmente
en aprender la doctrina cristiana a través de la memorización dr el catecismo. S, se les instruía
para que leyeran y escribieran en español y latín, y aprendiera, aritmética básica, música
coral e instrumental; también y se les adiestraba en las “labores mujeriles”, ya sea para
contraer matrimonio o profesar como monjas. L, la enseñanza era gratuita, sin embargo, los
padres debían cubrir las necesidades de vestido, alimentación y proporcionar los elementos
necesarios para su educación, tales como libros, papel, telas, hilos, encajes, agujas, entre
otros.

Así, lAsí la educación se convirtió en la base del desarrollo de las mujeres españolas, criollas,
mestizas e indígenas, que eran guiadas por sus padres a los claustros y colegios. Dicha
educación también era, además de ser un medio para aquellas que adquirían estos
conocimientos en las escuelas amigas, beaterios o recogimientos, pues les permitía tener un
modo de subsistir al ejercer diversos oficios por ejemplo el de maestra de primera letras de
música, el de costureras, tejedoras, cocineras, vendedoras e incluso impresoras; así mismo
les permitió ues encontraban en los conventos otro modo de subsistir que les permitía,
también,y ayudar participar en a la formaformación de r otras conciencias y transmitir lo
aprendido como maestras.

El cuanto al proceso que una mujer tenía que pasar para ingresar a un convento, este
comenzaba con el ,cumplimient debía cumplior con diversos requisitos comoeterminados
requisitos el ser hija legitima, manifestar voluntad y vocación para ingresar al claustro, gozar
de buena salud y contar con 2000 a 4000 pesos para pagar la dote que se destinaria para
generar recursos que pagaran su manutención, , los cualáles dependían, en la mayoría de los
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casos, los padres realizaban de la aprobación unade la solicitud que los padres hacían al
aArzobispo de México u Obispo de las diversas Ordenes Novohispanas y a la madre
superiora del convento en cuestión,. Así, een caso de ser , si era autorizado el ingreso de la
alumna, eésta quedaría al cuidado de una profesa o religiosa, quien por lo regular se hacía
cargo de entre dos y dos a cuatro niñas, y que sería la responsable de su formación religiosa,
moral, académica y social.

A las mujeres que ingresaban al convento se les ordenaba vivir en clausura, practicar los
votos de pobreza, castidad y obediencia, pero la flexibilidad o rigidez de su vida dependía de
los conocimientos con los que contara la futura profesa, pues de ellos le
permitiríandependerían, por ejemploejercer, diversaslas labores y cargos que ejercía en el
claustro: por ejemplo tornera, contadora, cronista, enfermera, y maestra de novicias; así
mismo, el mayor o menor rigor, la austeridad y privilegios que se les concedían e incluso si
se admitían o no niñas para educarlas, dependían de las llamadas Reglas, que eran una serie
de normas que cada Orden teníia para guiar su existencia.

Dentro de los conventos se clasificaban los estilos de vida de las religiosas en urbanistas y
recolectas; las primeras por lo general pertenecían a familias adineradas, las cuaáles pagaban
la dote en plata equivalente a dos oó cuatro mil pesos mexicanos, y contaban con servidumbre
y una celda exclusiva para su alojamiento al interior del claustro. S, su educación comenzaba
a temprana edad y, la cual era de una calidad intelectual superior a la de los otros conventos.
L, aquí las religiosas podían acoger a educandas ricas o pobres, amparadas por un benefactor,
para prepararlas para fungir el rol social de buena esposa y madre; las segundas; llevaban
vida común, que consistía en una existencia de severa austeridad. N, no contaban con bienes
y para sostenerse, en ocasiones, debían recurrir a la caridad de la sociedad, tampocono
contaban con servidumbre y realizaban las labores cotidianas del claustro; el número de
profesas se limitaba dependiendo de la Orden, por los escasos recursos con que contaban para
sostenerse. En estos recintos la educación funcionaba como un requisito indispensable para
el ingreso, pues se pedía contar con diversos conocimientos para las labores cotidianas, pero
no se admitían niñas en calidad de educandas por la rigurosa vida de las religiosas, y por
considerar que educarles las distraía del resto de sus obligaciones.
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Es importante destacar, que al ingresar en los claustros de vida común, la educación era
indispensable en el proceso para ser admitidas como novicias y prepararse para su futura vida
como monjas. L, las niñas deberían aprender en sus hogares la humildad y la disciplina bajo
los preceptos de la educación cristiana, para que al llegar al claustro se mostraran dispuestas
a recibir la educación bajo la guía de la aAbadesa o mMadre sSuperiora y su director
espiritual, que en la mayoría de los casos, era unn sacerdotes, así como acatar la austeridad
que caracterizaba a las monjas recoletas. T, toda su formación se encomendaba a la maestra
de novicias, quien le mostraría las costumbres, las ceremonias y las obligaciones que regirían
su existencia según las Reglas de la Orden, puesto que a ellas se les encargaba, además, de
su preparación, asegurarse de la sinceridad y fortaleza que la novicia tenía para asumir su
destino dentro del claustro.

LAsimismo, los procesos de elección para la admisión en los conventos de monjas descalzas,
resumen los esfuerzos de la sociedad novohispana por ver en la educación un medio parade
salvaguardar la vida de sus mujeres y, para la iglesia como institución, significó un modo de
vida en el que se desarrollarían en la enseñanza cristiana, al constituir prácticas transmisibles
de generación en generación, pues para las mujeres representaba para ellas, la posibilidad de
desenvolverse en una comunidad, de asegurar su sobrevivencia auún sin recursos y no vivir
en el desamparo que significaba la soltería, la orfandad e incluso la viudez.

El rol jugado por las mujeres en la sociedad novohispana, fue determinado por la educación
que recibían, , la cual, a su vez, se convirtió en la base sobre la cual desarrollarían su vida. L,
los colegios y conventos se convirtieron en la única opción para poder desarrollarse social,
religiosa y económicamente;, sus actividades cotidianas en eal interior de estas instituciones
pues las colocaban como protectoras de los valores básicos en la formación de otras mujeres,
y las hacia en el cuanto a para hacerlas aptas para recrear los ideales de la sociedad al la
vida familiar a través de la concretarción de al concretar un buen matrimonio, o bien, como
religiosas y maestras, encargadas de replicar todos los conocimientos teológicos y
domésticos como su contribución más preciada a la sociedad.

EAdemás, es importante señalar que lasu educación de las mujeres en dichos espacios no se
limita a alimentar su intelectualidad, sino a forjar una profesión y una vida, porque los
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cConventos llegaron a constituir una réplica en miniatura de la sociedad en la que


interactuaban, ya que en su interior tambiénal interior existían también clases sociales, las
cuaáles determinaban el tipo de oportunidades que cada mujer una tendría, pero que a todas
por igual les aseguraba tener un destino y un sentido aen su existencia.

En definitiva, el papel de la mujer constituyó un pilar importante en la conformación de


valores, costumbres y creencias que determinaron la actuación de una sociedad en vía de
desarroll,o en eal interior de los claustros, como proveedoras de conocimientos
generacionales a otras mujeres, y hacia eal exterior de los mismos, fortaleciendo el su papel
de las mujeres como el eje que dictaría las conductas en el núcleo familiar y religioso, en un
mundo cambiante y regido en su mayoría por los hombres.

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