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NOMBRE: CARVAJAL SOFIA

CURSO: 2DO “A”

FECHA: 19-04-2018

SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO

SOCIEDAD DEL CONCIMIENTO MUNDIAL

Cualquier término que usemos, en el fondo, es un atajo que nos permite hacer referencia

a un fenómeno -actual o futuro-, sin tener que describirlo cada vez; pero el término escogido no

define, de por sí, un contenido. El contenido emerge de los usos en un contexto social dado, que a

su vez influyen en las percepciones y expectativas ya que cada término lleva consigo un pasado y

un sentido (o sentidos), con su respectivo bagaje ideológico. Era de esperarse, entonces, que

cualquier término que se quiera emplear para designar la sociedad en la que vivimos, o a la cual

aspiramos, sea objeto de una disputa de sentidos, tras la que se enfrentan diferentes proyectos de

sociedad.

En el marco de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información -CMSI-, hay dos

términos que han ¬ocupado el escenario: sociedad de la información y sociedad del conocimiento,

con sus respectivas variantes. Pero, si bien el marco impuso el uso del primero, desde un inicio

provocó disconformidad y ningún término ha logrado un consenso.

La UNESCO, en particular, ha adoptado el término “sociedad del conocimiento”, o su

variante “sociedades del saber”, dentro de sus políticas institucionales. Ha desarrollado una

reflexión en torno al tema, que busca incorporar una concepción más integral, no en relación

únicamente con la dimensión económica. Por ejemplo, Abdul Waheed Khan (subdirector general

de la UNESCO para la Comunicación y la Información).


La sociedad de la Información es la piedra angular de las sociedades del conocimiento. El

concepto de “sociedad de la información”, a mi parecer, está relacionado con la idea de la

“innovación tecnológica”, mientras que el concepto de “sociedades del conocimiento” incluye una

dimensión de transformación social, cultural, económica, política e institucional, así como una

perspectiva más pluralista y desarrolladora. El concepto de “sociedades del conocimiento” es

preferible al de la “sociedad de la información” ya que expresa mejor la complejidad y el dinamismo

de los cambios que se están dando el conocimiento en cuestión no sólo es importante para el

crecimiento económico sino también para empoderar y desarrollar todos los sectores de la

sociedad. (Burch Sally, 2017)

La UNESCO alienta igualmente el multilingüismo y el respeto a la diversidad cultural en el

ciberespacio. La Organización promueve la producción de contenidos locales en distintas lenguas

y contribuye a los debates internacionales sobre la gobernanza de Internet a través de su

participación en el Foro para la Gobernanza de Internet (FGI) y la Cumbre Mundial sobre la

Sociedad de la Información (CMSI).

Los cambios generados por el rápido desarrollo de las TIC no solo han abierto perspectivas

maravillosas para la humanidad, sino que han planteado, además, desafíos éticos sin precedentes.

La posibilidad de expresarse libremente a nivel mundial ha generado uno de los mayores dilemas

respecto a estos desafíos del siglo XXI, ya que junto a los beneficios de un mundo conectado

digitalmente está también la amenaza del uso indebido y los excesos, de los prejuicios explícitos y

de la falta de respeto mutuo y la radicalización. En este sentido, la UNESCO ha organizado una

conferencia internacional sobre “Los jóvenes e Internet” con el propósito de aportar herramientas

eficaces contra el uso de Internet para alimentar el extremismo violento. (UNESCO, 2017)
El futuro de la enseñanza supe- rio, se centra también en la educación y la formación y examina, en

especial, el papel fundamental desem- peñado en las sociedades del conocimiento por las instituciones

de enseñanza superior, que se ven enfrentadas a un cambio radical sin precedentes en los esquemas

clásicos de producción, difusión y apli- cación de los conocimientos. Si bien es verdad que la oferta educativa

se diversifica a medida que el cono- cimientos progresa, la “masificación” de la enseñanza superior supone

nuevas cargas para los presupuestos de los Estados. Un número cada vez mayor de centros docentes recurre a

otras modalidades de financiación, sobre todo de procedencia privada. Por eso, se ha creado una trama

compleja de instituciones públicas o privadas en la que ya no se da un modelo único de universidad. Si no

se hace nada a este respecto, los países que carecen de tradición universitaria corren el riesgo de verse

afectados de lleno por este fenómeno, que conduce a la aparición de auténticos mercados de la enseñanza

superior. Para garantizar la calidad y pertinencia de los sistemas de enseñanza superior emergentes será

necesario mejorar la cooperación internacional.

El desarrollo de las sociedades del conoci- miento puede contribuir considerablemente a la reali-

zación de los Objetivos de Desarrollo para el Milenio, que las Naciones Unidas se han fijado con motivo de

la Cumbre del Milenio celebrada el año 2000 en Nueva York. Si bien las nuevas tecnologías impulsan los

cambios sociales, sólo podrán convertirse en una promesa de desarrollo para todos mediante una

alianza de la libertad de expresión, el conocimiento, los principios democráticos y el ideal de justicia, que

son los cimientos de la Constitución de la UNESCO. Poniendo la voluntad necesaria, las sociedades del

conocimiento podrían hacer que esta promesa se convirtiera en realidad.

Hoy en día, solamente el 11% de la población mundial tiene acceso a Internet. El 90% de las personas

“conec- tadas” viven en los países industrializados: 30% en América del Norte, 30% en Europa y 30% en Asia

y el Pacífico. Estas estadísticas sitúan de entrada, en su verdadero contexto, la repercusión de la revolución

de las nuevas tecnologías en el mundo. En efecto, se suele hablar de sociedad mundial de la información y

de “red extendida por todo el mundo” (world wide web), pero en realidad sólo un 10% de las conexiones

con Internet del planeta provienen del 82% de la población mundial. Esta “brecha digital” es ante
todo un problema de acceso a las infraestructuras. A este respecto, conviene recordar que 2.000 millones

de seres humanos no disponen de corriente eléctrica, que por el momento es la condición básica del acceso

masivo a las nuevas tecnologías. Además, se da también un problema de solvencia económica muy

agudo porque el costo de las telecomunicaciones sigue siendo muy elevado en los países del Sur con

respecto a los del Norte, tanto en términos de valor absoluto como de poder adquisitivo. Los ordenadores

también son onerosos y el suministro de servicios Internet representa una inversión sumamente elevada

en las ciudades y está muy poco extendido por las zonas rurales. Además, la familiarización con los instru-

mentos informáticos exige un tiempo considerable a los que tienen que ocuparse ante todo de ganar lo

necesario para comer cada día. Estos problemas de conexión –así como las cuestiones concomitantes de

economía de las redes que suscitan– son de la incumbencia de la Unión Internacional de Telecomu-

nicaciones (UIT), que es la organización del sistema de las Naciones Unidas dedicada a las infraestructuras de la

sociedad de la información. (UNESCO, HACIA LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO, 2015)


Bibliografía
Burch Sally. (12 de 05 de 2017). Sociedad del conocimiento y informatico. Obtenido de
https://analfatecnicos.net/archivos/76.SociedadDeLaInformacionYConocimiento-SallyBurch.pdf

UNESCO. (2015). HACIA LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO. Obtenido de


http://unesdoc.unesco.org/images/0014/001419/141908s.pdf

UNESCO. (22 de 08 de 2017). UNESCO. Obtenido de Organizacion de las Naciones Unidad para la educacion
de Ciencia y CulturA: https://es.unesco.org/node/251182

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