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membership?lang=es

CINCO FIBRAS DE EVIDENCIA


Señalaré cinco fibras en el Nuevo Testamento que evidencian la
membresía eclesiástica. Cada una revela algo en el Nuevo Testamento
que pudiera ser minimizado o negado si no hubiera una membresía
definida en la iglesia local.

1) LA IGLESIA DEBE DISCIPLINAR A SUS MIEMBROS


La membresía eclesiástica está implícita en la manera en que se supone
que la iglesia disciplina a sus miembros. Medite en la implicación de
Mateo 18:15-17 donde la “iglesia” (ekklesia) parece ser la corte suprema
de apelación en asuntos de autoridad eclesiástica en lo relativo a la
membresía.
Y si tu hermano peca, ve y repréndelo a solas; si te escucha, has ganado a tu
hermano. 16 Pero si no te escucha, lleva contigo a uno o a dos más, para que
toda palabra sea confirmada por boca de dos o tres testigos. 17 Y si rehúsa
escucharlos, dilo a la iglesia; y si también rehúsa escuchar a la iglesia, sea
para ti como el gentil y el recaudador de impuesto.
Si no hay membresía de la iglesia, ¿cómo puede definir al grupo que
asumirá este asunto sensible y difícil de exhortar a la persona que no se
ha arrepentido y finalmente establecer un juicio acerca de su posición
en la comunidad? Es difícil creer que cualquiera que reclame ser
cristiano pueda ser parte de esa congregación. Ciertamente “la iglesia”
debe ser un grupo definible para lidiar con problemas tan difíciles.
Ustedes saben de quien se habla cuando se lleva “a la iglesia”.

2) EXISTE LA EXPULSIÓN
La membresía eclesiástica está implícita en el simple hecho de que
existe la expulsión [o excomunión]. Pablo lo implica en 1ra a los
Corintios 5:12-13, donde lidia con la necesidad de sacar a alguien de la
iglesia. Dice: “Pues ¿por qué he de juzgar yo a los de afuera? ¿No
juzgáis vosotros a los que están dentro de la iglesia? 13 Pero Dios juzga
a los que están fuera. Expulsad de entre vosotros al malvado”.
Hay dos implicaciones aquí: una es que hay unos que están “dentro de
la iglesia” y otros que están “afuera”. Es posible definir a los que
pertenecen a la iglesia. La otra implicación es que esa persona puede
ser sacada de entre los que están “dentro de la iglesia”. Tal remoción
formal no sería posible si no hubiera tal cosa como una membresía
claramente establecida, ¿quién es parte responsable de este cuerpo, y
quién no?

3) SE REQUIERE QUE LOS CRISTIANOS SE SOMETAN A SUS


LÍDERES
La membresía eclesiástica está implícita en el requerimiento bíblico a
los cristianos para que se sometan a un grupo de líderes de la iglesia,
ancianos, o pastores. El argumento es que sin membresía, ¿a quién se
refiere el Nuevo Testamento como que se debe someter a un grupo
específico de líderes? Cualquier tipo de acuerdo, o pacto, o consenso
(membresía) tiene que preceder a la sumisión de una persona a un
grupo de líderes.

Medite en la forma en que el Nuevo Testamento habla acerca de la


relación de la iglesia con sus líderes.

Obedeced a vuestros pastores y sujetaos a ellos, porque ellos velan por


vuestras almas, como quienes han de dar cuenta. Permitidles que lo hagan con
alegría y no quejándose, porque eso no sería provechoso para vosotros”
(Hebreos 13:17).
Pero os rogamos hermanos, que reconozcáis a los que con diligencia trabajan
entre vosotros, y os dirigen en el Señor y os instruyen, 13 y que los tengáis en
muy alta estima con amor, por causa de su trabajo. Vivid en paz los unos con
los otros” (1ra a los Tesalonicenses 5:12-13).

Los ancianos que gobiernan bien sean considerados dignos de doble honor,
principalmente los que trabajan en la predicación y en la enseñanza” (1ra a
Timoteo 5:17)
¿Cómo funcionarán este liderazgo y sumisión si no hay membresía
definiendo quién ha hecho el compromiso de ser guiado y quiénes han
sido escogidos como líderes? Si minimizamos la importancia de la
membresía, es difícil ver cómo pudiéramos interpretar de manera seria
y práctica estos mandamientos a someternos y guiar.

4) SE REQUIERE DE LOS PASTORES QUE CUIDEN SU REBAÑO


La membresía eclesiástica está implícita en la forma en que el Nuevo
Testamento requiere de los ancianos a que cuiden del rebaño a su
cargo. Por supuesto los ancianos pueden extender su amor a cualquiera
y a todos, y debieran, dentro de los límites de su habilidad. Pero la
cuestión es si la Biblia ordena a los ancianos que tengan una
responsabilidad especial y cuidado por cierto grupo, un grupo de
miembros. Considere Hechos 20:28 donde Pablo dice a los ancianos
que cuiden sus rebaños.

Tened cuidado de vosotros y de toda la grey, en medio de la cual el Espíritu


Santo os ha hecho obispos para pastorear la iglesia de Dios, la cual El compró
con su propia sangre.
Este versículo no dice que los ancianos no pueden visitar a los
incrédulos o a aquellos que aun no son miembros. Pero si deja en claro
que su responsabilidad fundamental es con una grey particular ¿Cómo
conocerán cuál es su grey? ¿De quiénes somos responsables, como
pastores y ancianos? ¿De quiénes daremos cuenta ante Dios?

La manera en que Pedro habla a los ancianos en 1ra de Pedro 5 es aun


más clara en este aspecto. Versículos 2-3: “[…] pastoread el rebaño de
Dios entre vosotros, velando por él, no por obligación,
sino voluntariamente, como quiere Dios; no por la avaricia del dinero,
sino con sincero deseo; 3 tampoco como teniendo señorío sobre los que
os han sido confiados [tov kleron], sino demostrando ser ejemplos del
rebaño”.
“[…] los que os han sido confiados” (su porción, su lote) implica que los
ancianos sabían de quiénes eran responsables. Esta es solo otra forma
de hablar acerca de la membresía. Si una persona no quiere ser
responsable ante un grupo de ancianos, o ser el centro especial de
atención del cuidado de ancianos, resistirá la idea de la membresía. Y
resistirá la forma señalada por Dios para que vivan y sean apoyados en
su fe.

5) LA METÁFORA DEL CUERPO


La membresía eclesiástica está implícita en la metáfora del cuerpo en
1ra a los Corintios 12:12-31. El significado original de la
palabra miembro es miembro de un cuerpo, como mano y pie, y ojo y
oído. Esa es la ilustración tras la palabra miembro en el texto. Verso 12:
“Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero
todos los miembros del cuerpo, aunque son muchos, constituyen un
solo cuerpo, así también es Cristo”.
Así que la pregunta que esta ilustración provoca para la iglesia local
que Pablo está describiendo en 1ra a los Corintios 12 es: ¿Quién
pretende ser tratado como mano, o pie, u ojo, u oído de este cuerpo?
Hay una relación orgánica y unida implícita en la imagen del cuerpo.
Hay algo innatural en un cristiano que se adjunta a sí mismo al cuerpo
de creyentes y no es miembro del cuerpo.

LA EXPECTATIVA DE TODOS LOS CREYENTES


Así que por estas cinco razones y más creemos que la membresía en el
Nuevo Testamento es una expectativa de todos los creyentes. Cada uno
de nosotros debe ser miembro de un cuerpo local de creyentes.

 Debemos tomar responsabilidad de disciplinar a aquellos del cuerpo que no se


arrepienten del pecado público que trae oprobio al nombre de Cristo.
 Debemos declararnos parte del cuerpo de modo que si somos rebeldes,
caigamos bajo esa exclusión.
 Debemos tomar nuestra posición bajo el liderazgo y autoridad de un grupo
particular de ancianos.
 Debemos declararnos parte de un grupo que espera ser supervisado y cuidado
por un grupo particular de ancianos.
 Y debemos encontrar nuestro lugar en ese todo orgánico como partes de un
cuerpo (miembros), de un cuerpo local de Cristo.
Ese es el plan de Dios para nosotros y para esta iglesia. Eso que lo que
queremos decir por membresía. Todos estos aspectos de la membresía
están enraizados en la verdad de que la iglesia local es una expresión de
la iglesia universal. Parte de lo cual implica que la pertenencia al
cuerpo de Cristo es la pertenencia a un cuerpo.

UN REGALO DE LA GRACIA DE DIOS COMPRADO POR SANGRE


Termino instándoles a orar y a meditar en esto por su propia vida. El
Nuevo Testamento no conoce a cristianos que no sean miembros
responsables de una iglesia local en el sentido que hemos visto. Los
cristianos al estilo “llanero solitario” son una contradicción, porque
volverse cristiano significa ser unido al cuerpo de Cristo, y la unión con
Cristo se expresa a sí misma en una unión con un cuerpo local de
creyentes. Nos parece que en el Nuevo Testamento, ser excluido de la
iglesia local, era estar excluido de Cristo. Es por esta razón que es tan
importante el tema de la membresía.

¿Es usted un miembro responsable de la iglesia local? No solo


preguntamos si su nombre está en algún lugar. Preguntamos si usted
está comprometido a la disciplina y a ser disciplinado según los
estándares bíblicos ¿Ha declarado usted públicamente su voluntad a
ser pastoreado y a ser guiado por los líderes de una iglesia local? ¿Se ve
a sí y a sus dones como parte de un cuerpo militante? ¿Muestra, con su
firme compromiso al cuerpo de Cristo, que usted está firmemente
comprometido con Cristo?

La membresía eclesiástica es un regalo de la gracia de Dios comprado


por sangre. La mayoría de nosotros nos percatamos de que es un medio
de la misericordia de Dios hacia nosotros a fin de sostener nuestra
vida, para fortalecer nuestra fe, para preservar nuestro gozo. Les insto
a no amputarse a sí mismos de esta bendición.

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