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Dipesh Chakrabarty
Historiador de origen indio, nacido en Calcuta, trabajó varios años en
Australia. Fue profesor en la Universidad de Chicago, y se desempeña
ahora como profesor de antropología y de estudios asiáticos, en la Uni-
versidad de Berkeley, California. Uno de los discípulos preferidos de Raja-
hit Guha, fue y sigue siendo parte del Grupo de Estudios Subalternos de
Sur Asia. El artículo aquí traducido, y publicado en 1992, fue punto de
partida para su libro más reciente, Provincializing Europe. Postcolonial
Thought and Historical Difference (2000). Su libro anterior es hoy un clási-
co en los estudios subalternos de Asia del sur: Rethinking working-class
history: Bengal, 1890-1940 (1989).
capital”. El prefijo pre aquí significa una relación que es a la vez cronológica
y teórica. La aparición del burgués o de la sociedad capitalista, razona
Marx en el Grundrisse y otros textos, da origen por primera vez a una histo-
ria que puede ser aprehendida a través de una categoría filosófica univer-
sal, “capital”. Por primera vez, la historia deviene teóricamente cognocible.
Todas las historias pasadas existen ahora para ser conocidas (teóricamen-
te) desde la posición aventajada de esta categoría, en términos de diferen-
cia con respecto a ésta. Las cosas revelan su esencia categórica sólo cuan-
do ellas alcanzan su más completo desarrollo, o en los términos en los que
Marx puso ese famoso aforismo del Grundrisse: “la anatomía humana con-
tiene la clave de la anatomía del mono”. 5 La categoría “capital”, tal como ya 5
Karl Marx, Grundrisse:
Foundations of the Critique of
lo he tratado en otro texto, contiene en sí misma el aspecto legal del pen-
Political Economy, Harmonds-
samiento iluminista.6 No es sorprendente que Marx dijera en ese primer worth, 1973.
capítulo tan hegeliano de El Capital, que el secreto de “capital”, la categoría, 6
Dipesh Chakrabarty, Rethin-
king Working-Class History:
“no puede ser descifrado antes que la noción de la igualdad humana haya
Bengal; 1890-1940, Princeton,
adquirido la estabilidad de un prejuicio popular”. Para continuar con pala- 1987, cap. 7.
bras de Marx:
II
Liberar a los nativos del fértil suelo de Bengala está más allá de un
poder de orden político... Su religión, sus instituciones, sus cos-
tumbres, su disposición mental los forman para una pasiva obe-
diencia. Entregarles propiedades solamente los ataría a nuestros
intereses con lazos más fuertes y los convertiría en nuestros súb-
ditos; o como la nación británica prefiere llamarlos, aún más escla-
vos nuestros. (1-CXl-CXlI)
A la memoria del
Imperio Británico en la India
quien nos invistió con el vasallaje
pero nos negó la ciudadanía;
para la cual sin embargo
cada uno profirió el desafío
“civis Britanicus sum”
porque
esto era bueno y, viviendo
dentro de nosotros
era hecho, formado y avivado
12
Nirad Chaudhuri, The Auto- por el mismo régimen británico. 12
biography of an Unknown
lndian, Nueva York, 1989, pági-
na de la dedicatoria. En versiones nacionalistas de esta narrativa, como Partha Chatterjee
ha mostrado, eran los campesinos y los trabajadores, las clases sometidas,
quienes eran adictos a cargar con la cruz de la “insuficiencia” dado que, de
acuerdo con esta versión, ellos necesitaban ser educados para salir de su
ignorancia y su mentalidad pueblerina o, según se prefiera, su falsa con-
13
Partha Chatterjee, Nationa- ciencia.13 Todavía hoy la palabra anglo-india descentralización (communa-
list Thought and the Colonial
World: A Derivated Discourse?,
lism) hace referencia a aquéllos que, según se dice, fracasan en el intento
Londres, 1986. de colocarse a la altura de los ideales “seculares” de la ciudadanía.
Este régimen inglés colocado en las prácticas, instituciones, y en el dis-
curso del individualismo burgués en el suelo de la India es innegable. Tem-
Por los ecos de Milton y del radicalismo del siglo diecisiete inglés, ésta
es sin duda una pieza del pastiche colonial. Michael Madhusudan Dutt, el
joven bengalí autor de este poema, con el tiempo, comprendió la imposi-
bilidad de ser “europeo” y regresó a la literatura bengalí para ser uno de
nuestros más finos poetas. No obstante, más tarde, los nacionalistas indios
abandonaron ellos mismos el tan bajo deseo de ser “europeos”. Sin embar-
go, el pensamiento nacionalista tenía como premisas la supuesta universa-
lidad del proyecto de convertirse en individuos, la suposición de que los
derechos individuales y la “igualdad” abstracta eran universales de modo
III
IV
Lo que presento acá son, por así decirlo, los bosquejos de un capítulo
en la historia de la domesticidad burguesa en la Bengala colonial. El mate-
rial —tomado de los principales textos escritos en bengalí entre 1850 y
1920 para enseñar a las mujeres, que los victorianos presentaban como
“ciencia doméstica”— se refiere a la bhadralok o “la gente respetable” para
el hindú bengalí de clase media. El régimen inglés instituyó dentro de la
vida india la tricotómica división ideada sobre la cual se apoyan las moder-
nas estructuras políticas, es decir el estado, la sociedad civil y la familia
(burguesa). Por lo tanto, no fue sorprendente que las ideas relativas a la
domesticidad, privacidad e individualidad burguesas hubieran llegado a la
India a través del régimen inglés. Sin embargo, lo que quiero aclarar aquí, a
través del ejemplo de la bhadralock, son algunas operaciones culturales
por las cuales los “indios” desafiaron y modificaron las ideas recibidas, de
manera que pusieron en cuestión los dos principios fundamentales que
subrayan la idea de “modernidad” —la familia nuclear basada en un matri-
monio de compañeros y la construcción del tiempo, secular e histórica.
Como Meredith Borthwick, Ghulam Murshid y otros estudiosos lo han
mostrado la idea europea de “civilización” del siglo dieciocho culminó tem-
pranamente en el siglo diecinueve en India con una abierta crítica impe-
rialista a la vida doméstica indio/hindú, sobre la que se sostenía que era
inferior a lo que fueron los ideales medio-victorianos de domesticidad
También:
VI
Richard Rorty,“Habermas
38
por Richard Rorty en un intercambio con Jürgen Habermas. Rorty critica la
and Lyotard on Postmoder- reciente convicción de Habermas de que “la historia de la filosofía moder-
nity”, en Richard J. Bernstein
(Ed), Habermas and Modernity,
na es una parte importante de la historia de los esfuerzos de las socieda-
Cambridge, 1986, p. 169. des democráticas por confiar en sí mismas”. 38 La afirmación de Rorty sigue