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I.

INTRODUCCIÓN Y METODOLOGÍA

1. EL OBJETO DE LA SOCIOLOGÍA DEL TRABAJO


por GEORGES FRIEDMANN

Al comenzar este Tratado, es legítimo preguntar antes que nada lo que debe
entendersepor el término "trabajo". La búsqueda de esta definición tendrá,
además, la ventaja de introducir sin desviaciones al lector en el mundo de reali-
dades que la sociología del trabajo se esfuerza por explicar.

A. ¿Qué es el .trabajo?

Si todo lo que se refiere al trabajo requiere un estudio tan atento, es porque


merece ser considerado como un rasgo específico de la especie humana. El
hombre es un animal social, zoon politikon que, todavía hoy, a través de la
variedad de complejos ecológicos, a través de las diversidades de ritmo en la mar-
cha del progreso' técnico, de evolución en la estructura y el nivel económico de
las sociedades, se ocupa esencialmente del trabajo. El trabajo es un c9mAn
denominador y un,_ condición de toda vida humana en sociedad.> Los ejem-
pról—eTásTcbs de trabajo animal, con frecuencia citado's, los de algunos insectos
(hormigas, termitas, abejas) o mamíferos (castores) han sido atribuidos por
la psicología zoológica a comportamientos instintivos, en un medio de estímu-
los determinados. Desde que hay adaptación a una situación imprevista y, por
ejemplo, fabricación de utensilios nos acercamos, como lo demostraron las céle-
bres experiencias de Kohler (1928) con monos superiores en Tenerife, a las
condiciones y exigencias intelectuales del trabajo humano.
¿Cuál es la característica de esos comportamientos esencialmente humanos?
Puede buscarse, en primer lugar, en la utilidad. Ésta es la perspectiva que adop-
tarón la mayoría de los economistas iberales, Colson por ejemplo (1924) cuando
declara: "el trabajo es el empleo que el hombre hace de sus fuerzas físicas y
morales para la producción de riquezas o de servicios'.. Para el economista así
orientado;la actividad de trabajo se distingue esencialmente por sus fines, su
utilidad, por el valor de los productos que crea. Observemos de paso que Henri
Beroson por su parte, fue llevado, por sus meditaciones sobre la acción humana,
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a escribir en L'évolution créatricel que "el trabajo humano consiste en crear la


utilidad". Lo útil debe tomarse en cuenta, pues, en la teleología del trabajo,
¿pero los comportamientos animales instintivos asimilados a fenómenos del tra-
bajo no crean acaso también, dentro de las colectividades donde se integran,
una "utilidad"? ¿Y no es necesario buscar en otra parte los caracteres originales
del trabajo humano?
Éste consiste, antes que nada, observan otros economistas, en fabricar, pero
también en organizar en un marco social la lucha contra la_ naturaleza (Bartoli,
1957, pp. 46-8). Es en la relación dinámica del hombre y la naturaleza donde

1 773 edición, P.U.F., Paris, 1948, p. 297.


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los pensadores han buscado, desde hace tiempo, la definición del trabajo. Ya bajo: "El proceso desemboca y se extingue en el producto. Su producto es un
Francis Bacon (De Augrnentis, II, 2, 497) definía el Arte (en el sentido de valor de uso, una materia dispuesta por la naturaleza y adaptada a las necesida-
"Artes y Oficios") como "el hombre añadiéndose a la naturaleza", Ars hornó des humanas mediante un cambio de forma." 3
addítus Naturae, fórmula cuyas prolongaciones encontramos en Descartes (Dis- Si el trabajo supone una finalidad, no puede ser considerado sin embargo
curso del Método, 61 Parte, Prefacio a los Principios de filosofía) y hasta en como un fin en sí, como observa Max Scheler (1899) que lo calificaba de "indi-
los Enciclopedistas del siglo xvni .(Friedmann, 1952). Pero nadie ha analizado ferente" y "ciego". No hay finalidad universal en el trabajo que pueda afir-
con más vigor que Marx la relación del hombre con la naturaleza en la acti- marse en abstracto y es perder el tiempo pretender filosofar sobre el. trabajo
vidad del trabajo. ¿j trabajo es esencialmente, a través de la técnica, la trans- separándolo de los grupos sociales, étnicos, de los contextos culturales donde
Mucho más dentro de esos grupos, conviene individualizar con fre-
formación que hace el hombre de la naturaleza que, a su vez, reacciona sobre se efectúa.4
el hombre modificándolo) "El trabajo —escribe Marx en El Capital— 'es en cuencia, relativizar los enfoques y los juicios.
primer término un proceso entre la naturaleza- y el hombre, proceso en que éste
¿Es necesario recordar aquí algunas de las numerosas sociedades donde algunas
realiza, regula y controla mediante su propia acción, su intercambio de materias
formas de trabajo (las tareas manuales de acción sobre la naturaleza)
abandonadas no hanconsi-
a las clases sido
con la naturaleza. Pone en acción las fuerzas naturales que forman su corporei-
dad, los brazos y las piernas, la cabeza y la mano, para de ese modo asimilarse, nunca estimadas como valores sino, por el contrario, oca clásica, por ejemplo, o aun
bajo una forma útil para su propia vida, las materias que la naturaleza le brinda. deradas como inferiores: las ciudades griegas de la ép
en estructuras muy diferentes, el feudalismo medieval en Occidente? ¿Habrá que
Y a la par que de ese modo actúa sobre la naturaleza exterior de él y la trans- recordar otras donde hay poca afición por los trabajos productivos de tipo tradicio-
forma, transforma su propia naturaleza, desarrollando las disciplinas que dormi- nal? A la inversa, hay sociedades como la URSS contemporánea, donde toda la
tan en él..." 2 Vemos así cómo empieza a dibujarse, poco a poéo, una defini- del arte, de los medios dirigidos
presión del medio, de los periódicos, de la literatura, valor en si del
ción parcial del trabajo, relacionada con el horno faber..que formulamos de esta de difusión en masa tiende a hacer que el individuo reconozca el partes durante
y repetida por todas
manera: "el conjunto de acciones que el homiSitelérce, con un fin práctico, con trabajo manual. La palabra de orden inscrita «
la ayuda de su cerebro, de sus manos, de instrumentos o de máquinas, sobre la, el primer periodo de los planes quinquenales ("el trabajo es una cuestión de honor,
materia, acciones que, a su vez, reaccionan sobre el hombre, lo modifican". ) de valentía y de heroísmo") era una manifestación típica de ese esfuerzo de valori-
Observemos de paso que en esa interacción entre el hombre y su medio zación que todavía hoy se realiza en la Unión Soviética por otros medios y, sobre
(más o menos natural) a través de la técnica parece residir, a fin de cuentas, el todo, a través de la reforma de la enseñanza. Según las disposiciones adoptadas por
el Soviet Supremo en febrero de 1959, los futuros estudiantes son sometidos a la
elemento motor que explica la evolución o la revolución de las estructuras obligación de participar por periodos en la producción, durante varios años. Entre
sociales. Sólo ella puede aportar una respuesta válida para el oscuro problema las razones complejas que han suscitado esas medidas, la de luchar contra la repug-
(oscuro, aun en sistemas tan bien pensados como el de Durkheim) de la diná- nancia hacia los trabajos manuales, muy extendida entre los jóvenes soviéticos, no es
mica social. la menor (Friedmann, 1958). Así, el ciudadano o la ciudadana que no se dedicara
Definición "parcial" del trabajo, decíamos. En efecto, los fenómenos del a una actividad profesional (lo que, en el caso de los adultos masculinos es práctica-
trabajo en las sociedades contemporáneas no son todos, ni con mucho, asimila- mente imposible, salvo entre los viejos) sería mal visto por la sociedad y sancionado
bles a los comportamientos del horno faber. Las actividades del hombre no son con la privación de ciertas ventajas. Hasta las mujeres que, gracias al alto sueldo del
necesariamente rurales o industriales. No consisten exclusivamente en activida- marido, no tendrían necesidad de trabajar, buscan un empleo. Hasta se ha hablado,
des de "transformación". Las actividades clásicamente llamadas terciarias, se- no sin razón, a propósito de ese estado de es íritu, de una especie de "psicosis del
gún la terminología de Colin Clark, reformulada por Jean , Fourastié, compren- trabajo" difundida en la Unión Soviética.
Aun sin una presión semejante, en sociedades como la de la Francia actual se
den trabajos que escapan, al menos a primera vista, a la definición que hemos
observan actitudes muy diversas en relación con el trabajo. En algunos individuos,
propuesto. En el siglo xx, el hombre en el trabajo no es siempre y hasta lo es la actividad profesional desbordando la vida familiar y el tiempo libre, cubre con
cada vez menos, en el sentido clásico del término, un homo faber.
Por otra parte, las definiciones baconiana, marxista y, en general, todas las
1, p. 133.
definiciones del trabajo que ponen el acento sobre la transformación de la natu- 3 El Capital, ed. cit., t. realizada por la UNESCO y el Consejo Inter-
,
La encuesta internacional (1956-1958)
raleza por el hombre implican una finalidad esencial. La transformación de la 4
nacional de Ciencias Sociales sobre los factores socio-culturales que afectan a la productividad
naturaleza se orienta hacia un fin: su dominio por el hombre, su "amo y posee- a pesar de las dificultades inherentes a una investigación comparada demasiado limitada, ha
revelado sin embargo la incidencia de variables socio-culturales en el nivel de productividad
dor" (Descartes), la asimilación de su materia (transformada en objetos y en trabajadores. El perfil diferencial de la combinación de los tres factores (producción,
productos) a necesidades humanas. Es lo que dice Marx casi textualmente, a de los
productividad, motivación productivista) revela al parecer, en cada sistema socio-cultural, una
propósito del proceso de transformación de los objetos en productos por el tra- discriminante válida. Según las primeras indicaciones presentadas por- el informe sintético,
la actitud hacia el trabajo en una economía dada depende de la coincidencia o la separación
2 El Capital, México, Fondo de Cultura Económica, 1959, t. I, p. 130. de las curvas de evolución de esos tres factores.
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sus ocupaciones o sus preocupaciones todo el horizonte de la vida. Para éstos, el tra- serlo muy bien en sus realidades, manifiestan una especie de "fanatismo del
bajo se convierte realmente en un fin en sí. Para otros, por el contrarió, y son nume- trabajo" que presenta sólo sus aspectos positivos. La subjetividad vivida en las
rosos, el trabajo ocupa, de diversas maneras, una categoría de medio en relación con actividades de trabajo va desde los estados de insatisfacción, de tristeza y hasta
otros fines, con otras actividades (o no-actividades) hasta convertirse, en los asala- de depresión, de neurosis, hasta los estados de realización de sí mismo, de satis-
riados con conciencia de ser "explotados", en una carga impuesta, una penosa ma- acción, de expansión del ánimo y, en los casos extremos (y raros) de alegría.
nera de ganarse el sustento y nada más. Esta. gama de estados afectivos correspondientes a las actividades de trabajo
ofrece matices infinitamente numerosos que se manifiestan de manera variada,
Repitamos, pues, sin poder llevar ahora más adelante el análisis, que con- según los contextos sociales y culturales.
viene desconfiar de las definiciones metafísicas o muy generales del trabajo, Recordemos que el trabajo, si se efectúa en determinadas condiciones a las
desligadas de la historia, de la sociología y la etnografía, sin referencia a la que nos referiremos más- .adelante y cuya diversidad responde a la suya propia,
variedad de sus formas concretas de acuerdo con las sociedades, las culturas, puede tener efectos positivos en la personalidad. En particular, todo trabajo
las civilizaciones, sin consideración suficiente de la manera enque el trabajo es que corresponde a una opción libremente consentida, a determinadas aptitudes,
vivido y experimentado por quienes lo realizan.5 es un factor de equilibrio psicológico, de estructuración de la personalidad, de
satisfacción durable, de "felicidad". Las observaciones de Freud (1929) a este
< B. Trabajoy accióri) - respecto, son profundas. El trabajo es un fenómeno decisivo en el ascenso del,
hombre por encima de la animalidad: lo ha sido, desde el punto de vista
¿No conviene, al contrario de lo que hacen la mayoría de los filósofos del "tra- del hombre social, en el despertar y la dinámica de las civilizaciones; lo es cada
bajo", abstenerse de designar por ese nombre a todos los tipos de acción y dis- día, desde el punto de vista del individuo, para el grado de realización . de
tinguir cuidadosamente al trabajo de la actividad humana en general? Desde cada uno y el balance de su destino particular.
el punto de vista de la subjetividad característica del acto del trabajo,pensa-
mos que el elemento resentido de cierta imposición es específico y diferencia
C. Explotación y enajenación')
las actividades de trabajo de las que le son exteriores, como lo han subrayado
Wallon (1930, p. II), Meyerson (1951, p. 78),, Hearnshaw (1954 a, p. 8 y
aero, si se trata de un balance, hay que considerar la otra cara del trabajo, com-:
1954 b, p. 132). En este sentido el trabajo, en la medida en que implica una
pleja y que puede implicar todas las formas de explotación y "de enajenación"
obligación, se distingue en muchos casos de la acción, que es libertad. El tra- humanas.No es posible enumerarlas.(Todo trabajo mal escogido, inadaptado
bajo puede ser acción cuando se nutre de una disciplina libremente consentida, al individuo, entraña para éste efectos nocivos) Todo trabajo experimentado
como lo es a veces el del artista que realiza una obra de gran aliento, sin ser como algo ajeno por quien lo realiza es, en el sentido propio del término, un
presionado por la necesidad. Pero estos casos son raros, de acuerdo con los Todas las labores apreciadas en el curso de encuestas y I›N
testimonios de los creadores mismos. Basta observar, según la perspectiva que trabajo "enajena,clio".6
observaciones carpo despersonalizadas, aquellas en las que no participa el sujeto,
adoptamos ahora, que Balzac, acosado por sus acreedores mientras escribía que no desea entregar) ninguna de esas
La comedia humana y el gran burgués Proust, entregado a la' difícil Busca del que no le permiten manifestar (o a'
aptitudes y capacidades profundas que constituyen su potencial profesional,
tiempo perdido eran ambos, cada cual a su manera, "trabajadores".
las que tiende a evadir, una vez terminada la jornada, corno una servidumbre,
Añadamos que el trabajo no es acción sino cuando expresa las tendencias a las que no dedica ningún interés profesional, para cuya realización sólo ha
profundas de una personalidad y la ayuda a realizarse. La composición de una sido necesario con frecuencia un adiestramiento rápido (y no un aprendizaje),
sinfonía, la investigación inventiva de un técnico, la actividad verdaderamente
todas esas tareas son tareas enajenadas.
entusiasta de una colectividad obrera orientada hacia un fin constructivo al Como lo veremos, el trabajo debe producirse, para evitar su enajenación, en
que se adhiere plenamente son acciones, aunque este último ejemplo supone condiciones favorables desde el punto de vista técnico y fisiológico, así como
tareas que, por su estructura interna, su periodicidad, su coordinación, implican psicológico. Pero todavía corre el peligro de enajenarse, y de la manera más
, necesariamente elementos de imposición exterior. penosa, si las condiciones económicas y sociales en las cuales se realiza implican
Un enfoque relativista del trabajo, sociológico y antropológico, es condi- para el trabajador la conciencia de una explotación. Es importante para tra-
cionado además por la ajni2j.ialencia de éste o, más bien, por su olivalencia. bajador sentir que su trabajo está equitativamente remunerado, en proporción
Algunos autores, al exaltar el trabajo en general y con frecuencia al no cono- con su calificación, con su esfuerzo y con la retribución otorgada, dentro de la
colectividad de la que forma parte, a otras categorías de trabajadores. Designa-
5 Por ejemplo: "El trabajo mos aquí un campo de estudio que la sociología del _trabajo comienza a cultivas
es la verdad del idealismo y del materialismo, es el hombre
en el principio de la materia y es la conciencia que surge del vacío' hacia la plenitud de la
alegría" (J. Vuillemin, L'Étre et le travail, París, P.U.F., 1949, pp. 16-7). De donde sale el contenido que tiene para nosotros, aquí, el concepto de enajenación.
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la industria, la atención de los investiga-
y en el que podrá cosechar muchos frutos: el de las actitudes hacia el trabajo, erin a ) que atraen cada vez más, en
en relación con la estructura ide la sociedad global, la de la empresa, su dispo- dores2.yEl
de los especialistas.
segundo punto de vista desde el cual puede considerarse la actividad
sitivo técnico, el modo de remuneración, etc... La experiencia contemporánea de Pablo es el del ,fiiótozo. El obrero Pablo tiene cierta constitución física, un
de sociedades pertenecientes unas al régimen del capitalismo liberal y otras
cuerpo con caracteres determinadas en cuanto a- la longitud de sus miem-
a diversas formas de socialismo de Estado.y de economía dirigida, demuestra bros, a los sistemas muscular, respiratorio, nervioso, etc... Hay relaciones múl-
que unas y otras han comprendido y comprenden todavía formas de trabajo tiples entre el puesto de trabajo, su medio material -(luz, colores, humedad,
enajenado y un sentimiento de "explotación". Éste, cualquiera que sea la estruc- ventilación, ruido), por una parte, y la constitución física de Pablo, por otra
tura de la sociedad global, supone en el trabajador actitudes -de insatisfacción, parte, relaciones' que pueden suponer también una mayor o menor adaptación,
es decir, de tensión que puede llegar a la rebelión abierta.I.Bajo todas estas pero en el sentido inverso al del puesto dé trabajo con el hombre: aquí se trata
formas, el trabajo enajenado puede suponer la degradación y la alteración cde la del grado de adaptación del hombre al puesto de trabajo y a su medio físico.
personalidad. Éstos son hechos muchas veces comprobados en el estudio de En qué medida el cuerpo de Pablo, que trabaja desde hace meses en ese torno,
la vida profesional y recogidos en las observaciones de los psiquiatras del tra- ¿• él? ¿Cuáles son las reacciones de su organismo frente a una
bajo (Fraser, 1947; Sivadon, 1952; Tredgold, 1953; Gillon y Planques, 1955; se ha adaptado a
actividad que, por ejemplo, ocupa en el año un promedio de cuarenta horas a
Veil, 1957).
la semana? El trabajo, visto desde este ángulo, exige pues (entre otras) todas las inves-
fatiga:
Puntos de vista sobre el' trabajo) tigaciones dedicadas a los fenómenos clasificados con el térthino de
su_trabajo
_
fenómenos complejos, puesto que las reacciones físicas_ dedTe Pobló
sus condiciones...de
Con er fin de comprender mejor cómo las actividades del trabajo pueden con- pueden depender —y con frecuendi muy claramente— - tre este_y ' Ja fábrica,
duCir a efectos tan diferentes, conviene estudiarlo desde perspectivas muy diver- yAel „medio de transpoi:te_en—
ad'é chas observaciones —,Te' su
sas e indicar los puntos de vista dominantes a partir de los cuales pueden ser Lambiere puecfe- n' depender, como se desprende -de mu- .297r
observadas. De esta manera, veremos dibujarse mejor su naturaleza compleja. _jraffi735:155Fra515,17econdiciones deterniiii-adás--
alelitirerrafitanikia7Siná las -clive-rTaTc-05I-Effial-de-scre--Tas cuales _es -n-liembro
Aunque se trate de un solo fenómeno, lo percibimos con una serie de atributos rárrerarint-s-STATo—Con ne:OICho de otra manera, la "fatiga" es, en
s Zéli-T
distintos. Dicho de otra manera, y en términos menos ambiciosos, vamos a . irem7fiEr6flaiel6C--Err
examinar el trabajo como auxiliados por una cámara, desde ángulos sucesivos anlifilrelreti-ristairctáry.eri tánmedida, un fenómeno social.
y diferentes: pero se tratará, en cada caso, del mismo fenómeno humano global.7 ‘e,,;3. Pero Pablo no sólo tiene una constitución física, también tiene una
1\,cOnstitucib
,r,,,?I mod, El trabajo, hemos dicho antes, es una actividad específica
Tomemos el caso de un tra122j2, industrill y de un obrero, Pablo, tornero
en un taller de construcción mecánica de los suburbi- de París. Su trabajo de la especie humana, inherente (e inseparable) de toda vida social n elhumana.
proceso
puede ser enfocado desde distintos ángulos de los cuales sólo -contemplamos Allí donde el progreso técnico suprime toda intervención e humana e
aquí los principales. Desde cada uno de ellos, el trabajo aparece como una de producción, convendría que las diversas lenguas dejaran de usar la palabra
realidad diferente. Sólo la síntesis de estos diversos enfoques pertpitiría tener "trabajo", para designar operaciones deshumanizadas y creen
correspondiente a
una visión completa del fenómeno del trabajo, cuyos diversos ángulos nos reve- un vócablo nuevo.
lan aspectos distintos, pero estrechamente interdependientes. El trabajo debe ser considerado todavía desde el ángulo psicológico, puesto
1. Un primer aspecto del trabajo es técnico. Por mucho tiempo no se le que todo comportamiento humano implica, en diversos niveles, actividades psí-
ha considerado sino de esta manera y todavía 'es considerado así en algunos 4uicas. Se trata, también en este caso, del trabajo como 11.1 todo, visto desde
medios y por parte de algunos especialistas.. El trabajo depende entonces, única- determinada perspectiva.
mente, de la competencia del ingeniero, del- experto en producción (production En el caso de Pablo, el tornero, es posible preguntarse cuáles son sus reac-
,expert). Llegamos así al concepto. técnico de "puesto de -trabajo". este com- dones mentales ante su tarea cotidiana ¿Cuáles son sus aptitudes (en.el sen-
prende la máquina de Pablo, la fuerza motriz que la alimenta, la disposición ica) para realizarlo, cuáles son sus
tido en ue
q utiliza el término la psicotécn
de los aparatos, en sí y en relación con las máquinas vecinas; el sistema de ah- motivaciones de trabajo , cuáles son los grados de conciencia o de satisfacción
mentación, las intervenciones exigidas del operador, etc... Observemos que el profesionales que experimenta? El trabajo así concebido pone en juego todos
puesto de trabajo se adapta más o menos al operador (o al vigilante) de la má- los problemas de actitud que se han convertido recientemente en campo de in-
quina. Supone pues, en su noción, los problemas de adaptación fisiológica y
psicológica (designados en los Estados Unidos por el término "hurnan engine- vestigación científica.
Las interacciones entre la actividad de trabajo y la personalidad son, ya lo
bemos'dicho, múltiples y se manifiestan aquí cada paso: por ejemplo, las
7 La serie de puntos de vista que indicamos aquí no es exhaustiva. Podrían mencionarse aptitudes condicionan (o deberían condicionar) la selección que Pablo ha he-
otros, y seguirán apareciendo a medida que progresan las ciencias humanas.
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22 INTRODUCCIÓN Y METODOLOGÍA OBJETO DE LA SOCIOLOGÍA DEL TRABAJO 23

Mente según las circunstancias, pero de manera siempre sensible, de las condi- algunos países crea una especie de círculo vicioso. Porque hay que mejorar la
ciones económicas que acabamos de evocar y de otras del mismo orden.1° productividad para aumentar la cantidad de bienes producidos y los salarios.
Pero, para aumentar la productividad, hace falta que el trabajador, obrero o
empleado, en todos los niveles, tenga deseos de trabajar mejor, de mejorar la
E. Trabajo y necesidades> calidad y la cantidad de su trabajo; hace falta que otorgue a la empresa un
mínimo de su potencial técnico, de su participación moral: lo que supone recí-
Aquí aparece el trabajo bajo un nuevo aspecto: el trabajo como productor de procamente, para él, un mínimo de salario, de satisfacción, de sentimiento de
valores de uso y, en consecuencia (dentro del marco social) de mercancías;" bienestar. La evolución en la URSS de la política de remuneración del trabajo
dicho de otra manera, el trabajo en sus relaciones con categorías tales como el tanto en la agricultura como en la industria, prueba que es imposible limitarse,
valor, el cambio, el mercado, el dinero, el consumo, la necesidad, todos estrecha- más allá de cierto tiempo, a estimulantes psicológicos, sociales (la "emulación
mente ligados en la realidad. socialista", por ejemplo) no acompañados, para la masa de productores, por
Así, la necesidad, a la que acabamos de referirnos, puede ser considerada ciertas ventajas materiales. La falta de éstas se resiente aún más vivamente
como una categoría económica, pero también como una noción con diversas por el "desnivel" señalado entre el progreso de las necesidades y el de los medios
variantes psicológicas y sociales. En realidad, en las sociedades industriales, para satisfacerlas. La presión constante _k las necesidades incita a las organiza-
bajó la presión de la publicidad, del ejemplo, de iMirájesyde—todaflaslormas r 'arp—eITCY6n—es
ciones sindicales, en los ÉstacTós-10—nICros y en otTsp2.rtes,a—Toa1
creiii2171575-a-ina. masa (gran prensa, revistas, cine, radio, televi- de aume—ntos de salario'sesEctraTaéla estabirdadceTWErdé corii-
sión) se afirman tendencias al consumo que habría que estudiar de cerca antes FafFente -7.15771Egósoriginados
{ póre1137575TeEiTco
- y a superarr lasrormas
de desigriarlas con el mismo término que las necesidades' fundamentales. Recor- drero7rtrthunfsta
eremuneraa
demos a este fin el fenómeno del consumo ostentoso (conspicuous' cónsul/1p- 51, Iresión la que,
ciónjaThe1Fr :fi r7WInlrl
sometida r'767il
círctioolueiels
tion) descrito por Thorstein Veblen en los Estados Unidos desde los comienzos hablado, mantiene en países industrialmente menos evolucionados el estímulo
del siglo Lx: y que, desde entonces, no ha dejado de extenderse, ganando en . del trabajo por piezas con el fin de individualizar la remuneración y arrancar al
intensidad y en profundidad. Bajo el efecto de esas diversas causas, puede trabajador un rendimiento elevado.
decirse que las tendencias al consumo se desarrollan, en amplias capas ae—Ta El avance de las necesidades en relación con el poder de compra tiene, ade-
, riápidáfiTifitéIe
fB-BráCióirTnI s económicos jiailfiffáéé`fasTÉsie más, un efecto cuyas manifestaciones se multiplican y que podría tener , una
énárer7ableilo en investigaciones realizadas en coleTRE. Tndustria-
—i7- •m ortancia considerable en las .sociedades industrializadas en el curso de los
les evolucionadas,'2 se manifiesta también en países que están en los inicios de roximos decenios. Desde el comienzo de las revoluciones industriales, la dura-
su industrialización y en los que, en general, el nivel de consumo es poco ele- ción c e a semana de trabajo tiende a disminuir. Los progresos recientes de la
vado. En Yugoslavia, por ejemplo, el desarrollo de las necesidades (sobre el mecanización y la automatización han acelerado el ritmo de este proceso y han
cual han tenido una gran influencia los modelos importados por las películas y provocado, en algunos países técnicamente avanzados y en algunas ramas, reduc-
los turistas extranjeros) es más rápido que el aumento del poder de compra ciones bastante sensibles. Pero como esta reducción se roduce en un medio
de la población. A través de estructuras y contextos sociales, económicos y cul- con necesidades cada vez rn7715Tia as renova as el "tiem o libre" así
turales, cuyas diferencias no hace falta subrayar, se observan hechos análogos aFITIT o p or e tra a ador se dedica, en numerosos casos (que parecen n'Ir
en la URSS, en Polonia, así, como en colectividades de obreros franceses, britá- plicarse a otros traba os remunera os a ue no tienen que_ vernecesariamente
....,____,....
nicos, alemanes, menos satisfechos de su bienestar que durante otros periodos con su oficio pnncipál.
en los cuales su poder de compra era, sin embargo, menor.
Este desnivel de los ilieffiós económicos en relación con la evolución de las Puede tratarse de trabajos nocturnos, de contabilidad, de jardinería, de servicios
necesidadesfiTh c Cincidencias importantessoliFe—Tai-i-EfiVIE-lei detraValó--En domésticos, etc... En los Estados Unidos, donde el fenómeno es muy evidente, el
número de obreros y empleados que practican la "doble ocupación" parece haber
aumentado considerablemente desskril. Se citan algunas fábricas en las cuales
- 10 Ahora se ve claramente que las condiciones de trabajo, vistas desde cada uno de los
ángulos que hemos adoptado sucesivamente (técnico, fisiológico, psicológico, social, econó- cerca de la mitad del personal élérce un "segundoempleo y donde suele oírse: "Si se
mico) influyen, a través del rendimiento, en la productividad del trabajador. De ahí, para quiere tener. una casa, una familia, hijos, un automóvil y un aparato de televisión
el sociólogo, la complejidad particular de esta noción sometida a variantes, a tipos de realidad hace falta, o bien que la mujer también trabaje o que el hombre trabaje doble".13
muy diferentes.
11 La mercancía puede ser considerada, en sus relaciones con el trabajador, como un 13 No conocemos ninguna investigación sociológica (1959) directamente dedicada a este
valor de uso producido para otros. fenómeno. Cf. "Le double emploi", Tribune de Geneve, 3 de julio de 1957. Un interesante
12 Attítudes des ouvriers de la sidérurgie a l'égard des changements techniques. Informe estudio de Harvey Swados, reproducido por Larrabee (1958), demuestra que la mayoría de los
presentado por J. Dofny, C. Durand, J. D. Reynaud, A. Touraine, Institut des Sciences Socia- habitantes de Akron (Ohio) , donde el trabajo en las fábricas de caucho no pasa de las 32
les de l'Université de Paris, 1957, pp. 237-8. horas semanales, toman un segundo empleo.
24 INTRODUCCIÓN Y METODOLOGÍA OBJETO DE LA SOCIOLOGÍA DEL TRABAJO 25

Esta tendencia tiene que acentuarse, en nuestro contexto' económico y social, vz_los fiestan, en su comportamiento perturbado, la desaparición de una actividad im-
p.~.1a automatización. En los Estados Unidos pernlite queliaya disponi: portante para la estructuración de su personalidad y su equilibrio psíquico. Si,
biés, Para pequeños trabajos de mantenimiento, de reparación, artesanos, individuos entre los casos de invalidez, se incluyen las afecciones al sistema nervioso, pueden
capaces de realizar cualquier oficio —all around men — que, de 1945 a 1950, resul- advertirse —recíprocamente— los beneficios de la terapéutica por el trabajo
taban carísimos y apenas se encontraban aún en las grandes poblaciones. En Francia, (occupational therapy) para la curación de ciertos estados neuróticos (Sivadon,
el travail noir (trabajo negro), cuyas causas son un poco diferentes, ha adquirido 1952, a, b, e; Tizard y O'Connor, 1952). Las actividades de trabajo reanudadas
suficiente amplitud, como para suscitar por parte de las asociaciones artesanales una por el desempleado, el enfermo, el retirado suponen, con frecuencia, efectos
campaña de anuncios durante el invierno de 1957-58. He aquí un conjunto de
hechos que debería ser objeto de reflexión para lis sindicatos de asalariados, por positivos de este orden.
una parte, y para los teóricos de los ocios culturales, por otra.
En los Estados Unidos y otros países de industria evolucionada, los trabajadores C. del gris feo ce
"negros" aceptan con frecuencia salarios inferiores a las tasas fijadas por los conve-
nios colectivos. En economías que son todavía de escasez, como en Yugoslavia, Polo-
nia, Hungría, etc... los trabajadores "negros" V, más generalizadamente, la doble . Para ciertos autores, no es el trabajo realizado aisladamente, el trabajo en sí
ocupación) están muy extendidos. Atraidos por "la iniciativa privada", es decir, por (como para Freud), el ue &cree sobre el individuo consecuencias benéficas, es
pequeños talleres artesanales, más o menos legales, logran cobrar más caro por sus el gru o de trabajo,. ja colectividad 'constituida or la a i rier37§Tésraélde-
,
servicios que en la fábrica del Estado. rmasiado grande) joi511213:. Ésta es la posicion e on ayo y sus discí-
pulos. Reconocen que el hombre, animal social y esencialmente ocupado por
Cualesquiera que sean la estructura de la sociedad en cuestión, su nivel -\ el trabajo, no puede expresarse ni desarrollarse sino en la colectividad donde
de eficacia y de rendimiento, la doble ocupáción se e3splis~lmente por ( ejercéd:su actividad profesional. No es, pues, ni en la familia, ni en el Estado
1.
el dese entre el oder de CoTi----
1 m la • resión de n c de variables, lejano e impersonal), ni en los grupds espirituales (Iglesia, logia
relativas al colextossillirá. . masónica) donde puede realizarse el individuo. Si existe una "buena" sociedad,
, es en la ,colectividad de trabajo donde hay que buscarla. El jefe, de empresa,

F. 11-17:11112.129ir aktí2
1 fábrica, administración con o explotación rural debe estar dotado, pues, de aptitudes
el fin de que los miembros de su personal tengan
\ sociales (social skílls),
fines a los cuales dedicarse, reglas a las cuales adherirse y gocen del necesario
En el curso de las páginas anteriores, tratamos de plantear los fenómenos del sentimiento de seguridad. El director (manager) sería así, derercipcplyL Ia o
trabajo desde distintos puntos de vista y de circunscribirlos como tales. Sería isurclislaelilersonaje Clave de las sociedades industriales."
útil ahora tratar de definirlos en relación con las actividades que no son de tra- En otra parte ne - ii, , pp. 1 -323) hicimos la crítica de las
bajo. Es aquí donde, en una obra más, amplia, podría situarse una fenomeno- concepciones de Mayo que derivan, de analogías postuladas entre el pequeño
logía sistemática de las actividades realizadas en el tiempo libre del trabajo: grupo de trabajo y la sociedad global, debiendo organizarse ésta (gracias a una
obligaciones familiares, sociales, religiosas, paraprofesionales (como, par ejem- racional dirección política) siguiendo el modelo de aquélla. Las encuestas re-
plo, tomar cursos nocturnos para lograr una promoción); todas tienen, con el cientes sobre las actividades de trabajo y no trabajo hacen insostenible la posi-
trabajo, el carácter común de la obligación (aunque se trate,. según los casos, de ción optimista, el pensamiento mezclado de deseo (wishful thinking), que ve
obligaciones de naturaleza variada) pero difieren de éste por la falta de remu- en la colectividad de trabajo el ideal de la organización social y, para el indi-
neración. Las tareas domésticas o los trabajos diversos en el hogar no desintere- viduo, el lugar predestinado para su realización. Es clániueaej. conjunto
tzados, no pueden asimilarse, sin embargo, al trabajo profesional. Más achlante de las actividades de no traba .° se encuentra ahora, ara un número crecien-
(cap. xvi) se hará un estudio de las actividades fuera del 'trabajo que permiten te de in • ividuos eieppitenss_o_g_aLsQue_ a • es industriales evoluciona as, e
comprender mejor, por contraste, la esencia de los fenómenós del trabajo. 'Ea-E–de ~od de su existenci de se illércén- a
Otra manera de captar las actividades de trabajo en su realidad compleja ten encíasa la felicidad. Por otra parte, si las colectividades de trabajo Iara n
sería analizar, con ese fin, las reacciones de los individuos que, por diversas taréscómo las sueña Mayo, depuradas por astutas .técnicas, como el "counsel-
razones, se ven privados de ellas. Hay toda una serie de circunstancias en las ing","de todos sus conflictos, de toda oposición individual, de toda divergencia
cuales un individuo _ue_de encontr éTrálajo: citZa151,--áfife-s–qiie
na a, la invalidez física (accidente, enferme ata d - ko.14 15 Mayo, 1933, 1947 a y b: Roethlisberger, 1941. Los temas de Mayo son recogidos
s interesante comprobar que, en diversas situaciones, m-TicYojéios mani- y matizados por Homans (1950), W. F. Whyte (1951). Se encontrará, sobre este tema, un
análisis y una bibliografía detallada en Kerr y Fisher, 1957.
14 Cf. `'`tournées de la sapté mentale", París, 27-28 de noviembre de 1955, informe del lo Cf. la exposición de W. J. Dickson en The New Industrial Relations, Cornell Univer-
grupo de trabajo para la higiene industrial presentado por Claude Veil, L'Hygiene mentale, sity, 1948 y nuestra crítica de esta "terapéutica de las tensiones industriales" (Friedman,
1, 1956, pp. 61 ss. 1951, p. 142-147 y Apéndice III).
OBJETO DE LA SOCIOLOGIA DEL TRABAJO 27
26 INTRODUCCIÓN Y METODOLOGIA

de la adhesión en relación con el sindicato y la empresa, la sociedad global sería


privada de preciosas fuerzas de mejoramiento y de progresa— íT Trapkirtbert211..
A fin de cuentas si, como lo han enseñado grandes pensadores, la más alta aspi-
H. Trabajo y oblí ación ración de la humanidad es el paso de la servidumbre a la dignidad y de la necesi-
dad a la libertad, el trabajo, rasgo esencial y. motor de la especie humana, opone
Es forzoso insistir, por último, en el elemento de obligación que caracteriza a hoy a esta aspiración dobles y graves dificultades. Por otra parte, una dificultad
la actividad de trabajo y al que los psicólogos ingleses han dedicado vigorosos intrínseca al trabajo, la de su humanización a través del reconocimiento de las
análisis (Hearnshaw, 1954, a y b). Lásktli_záffin es de orinen interno o externo; condiciones técnicas, fisiológicas, económicas y sociales que permiten, gracias
interno, puede proceder de una vocación al servicio de la sociedad, Ide un ideal a una adaptación recíproca del puesto de trabajo y del trabajador, un máximo
-o de una necesidi—d—cl creacióridrtística o de investigación inventiva en las de interés y de satisfacción. Por otra parte, una dificultad extrínseca: ¿cómo ase-
ciencias, las técnicas—. Si recogemos nuestra evocación anterior de Balzac y de gurar, gracias a la reducción de la duración del trabajo, la expresión y el des-
Proust, el primero, constreñido por una obligación a la vez espiritual y material arrollo de la personalidad durante el tiempo libre? Para. que éste no resulte
resultaría, a título doble, un trabajador. N afectado por todas las formas de trabajo negro,- de "doble empleo", acuciado
Porque la obligación de origen.externo puede ser la fuerza física, Q la._persua- por nueva servidumbre, por medios de difusión en masa, a menudo obsesivos
sión moral o la obligación económica. No faltan los ejemplos de trabajos forza- y degradantes, la publicidad y la propaganda, modelación totalitaria de los
dos, comoarites-1 s re las galeras y hoy las penitenciarías, los "campos de tra-
-- espíritus, consumo forzado, es necesario que el trabajador forme parte de un
bajo" metódicamente organizados. En cuanto a los trabajos realizados bajo el medio que, lejos de ahogarlo, suscite en él la necesidad de elegir, la necesidad
efecto de una persuasión moral, apreciamos el ejemplo lleno de humor que da de cultura, depensamiento libre. Vista desde esta perspectiva, la reducción de la
C. B. Frisby," el comportamiento del ciudadano británico que, saboreando su duración del trabajo no crea la libertad, la supone.
pipa en un cómodo sillón de jardín, es obligado por su mujer a levantarse para
cortar el césped. No obstante, esto lo clasificaríamos en la categoría de 12s °bija
aciDBes falla:gres fuera del trálli.2 más que entre los trabajos propiamente Sociolouía del trablaciones de tralaío
dichos. Veremos también un ejemplo de "persuasión moral" (o mejor de obliga-
ción social) en la conducta de algunas mujeres soviéticas chyoS maridos reciben Nos hemos esforzado por explicar la noción de trabajo, por definir, hasta donde
altos sueldos y que toman un empleo retribuido, no por necesidad económica sea posible, las actividades que designa. Ha llegado el momento de decir lo que
sino bajo la presión de los valores y los tabús inherentes a la sociedad global. ., entendemos por "sociología del trabajo".
En cuanto a la necesidad económica, es la forma más frecuente de obligación No se trata de hacer aquí, ni siquiera en resumen, la historia de sus orí-
,
que aTeeEITEITEEnJos del trabajo. EsTafCResT.aá.d—se7ex_Lrlé§ 5 á Ilibletivamen- genes. Era normal que el pensamiento científico, al evolucionar progresiva-
mente de lo abstracto y lo general hacia lo concreto y particular, se orientara
fe,Iája—er-iiidivrflo„por "irecélrda" que, como hemos visto, se distribuyen
en uhaláliMiiy extensa de exigencias fundamentales (de alimentos, de ves- hacia la observación metódica de las sociedades humanas consideradas como
tido y de abrigo en su forma elemental) hasta las exigencias siempre nuevas y un campo hasta entonces inexplorado de los fenómenos naturales. La socio-
logía, científica, nacida en Europa y los Estados Unidos a fines del siglo xix, ha
más refinadas.
Observemos que el elemento de imposición, de obligación, de disciplina, dedicado primero su interés a los hechos sociales de carácter religioso, jurídico,
inherente a las,actividades de trabajo se experimenta de manera muy diversa. Aun económico, moral. Advertimos esas preocupaciones al recorrer, por ejemplo,
cuando ese sentimiento es consciente, puede coexistir con estados de satisfacción. los índices del Année Sociologique animado por Durkheim y sus primeros co-
Varias encuestas, algunas de las cuales como .las de la Universidad de Michigan, laboradores.
dirigidas o inspiradas por Daniel Katz y Robert L. Kahn's se han hecho. clásicas, No obstante el incesante progreso de las técnicas de producción, el enorme
han demostrado la complejidad de dimensiones de lo moral en la empresa. Pero crecimiento, en número y en volumen, de las empresas, el lugar cada vez mayor
la satisfacción en el trabajo, experimentada a pesar de las inevitables obligaciones de la industria en la actividad social, el fortalecimiento de las aspiraciones sin-
que éste implica no puede mantenerse, a la larga, sin cierta adaptación del indi- dicales y, paralelamente, de los conflictos entre empleados y patronos, Ja im-
viduo a sus tareas y un grado mínimo de entrega de la personalidad. portancia adquirida, después del taylorismo, por los sistemas "de organiza-
ción científica del trabajo" (scientific management) han desviado la atención
17 Le Travail Hurnain, 1954, XVII, núms 1-2, p. 1. de los sociólogos hacia los diversos grupos que los hombres forman entre ellos
18 Katz y Kahn, 1953. Las encuestas francesas sobre la satisfacciónen el trabajo son poco cuando se dedican a las actividades de trabajo.,
numerosas. Citemos la de M. Crozier y P. Guetta, Une organisation administrativa 'au travail,
Institut des Sciences sociales du Travail, 1956 (ronéo) . Se trataba de una encuesta sobre el Pero esta atención ha sido motivada muy diversamente según las circuns-
perSonal de una compañía de seguros. tancias políticas y la coyuntura económica, los temperamentos, los intereses
28 INTRODUCCIÓN Y METODOLOGÍA

en acción. Los trabajos han sido de calidad muy desigual. Han surgido muchas
OBJETO DE LA SOCIOLOGÍA DEL TRABAJO 29
confusiones. Hemos visto desarrollarse investigaciones objetivas dedicadas a
problemas muy definidos, sostenidas por el estimulante único del conocimiento Se imponen tres obse :v.acionewstreszect2: En primer observemos
y, en el otro polo, (llenándose el intervalo por todos los casos intermedios),
que séinrajEcéeróri :luí ro • uestaa lex resión de "sociolo la industrial"
otras encuestas rápidas, superficiales, y determinadas por sus necesidades inme- o poco e indebiLinente utilizada párlúgmle1,,...2tulsoco
diatas, que encargan los jefes de empresa preocupados por obtener un "clima" rlárcbleuiVidaTesTélraba'o no industriales. Ciertamente, esta extensión
sereno y una productividad mayor. Algunos autores norteamericanos han des-
E117-76EorMé in u ustria se explica en parte por los progresos de la mecaniza-
tacado el aspecto "directivo" (managerial) (Sheppard, 1949) de la sociología
ción y la automatización en muchos campos a los cuales no habían tenido
industrial en algunas de sus tendencias que no son privilegio dé los Estados acceso hasta entonces. Hay trabajos "industriales", en este sentido, en el co-
Unidos : existen en Francia y en toda Europa expertos que, disimulando sus mercio, las oficinas y también en la agricultura, que Henry Ford definía ya,
maniobras más o menos eficaces bajo el velo de las "relaciones humanas", no
hacia 1925 21 como la industria productora de alimentos. No obstante, parece-
tienen nada que envidiar a sus homólogos de Detroit o de Chicago.
ría mucho más claro y justo hablar de sociología de la industria, sociología
En conjunto se han designado con la expresiónL.de "sociología industrial", de la agricultura, sociología del comercio, sociología de las administraciones, etc.
investigaciones y manifestaciones muy diferentes por su valor y su objeto (algunas La evolución técnica transforma cada vez más las ramas de actividad como los
se acercan a la psicología social). El término, antes de ser siquiera definido, transportes aéreos; marítimos, ferroviarios, por carretera, en empresas indus-
ha adquirido derecho de permanencia y bajo su égida algunas grandes revistas, triales y no hay inconveniente en clasificar su estudio como sociología de la
corno el American Journal of Sociology, han publicado con este tema sus pri-
industria.
meros números especiales.19 Han aparecido con este título varios manuales La segunda observación se refiere a la legitimidad de una sociología de
útiles como los de Miller y Form (1951), Schneider (1957), pero sufren de la a i inimstracion. Existe to a una rama • e mes igacion
ambigüedades fundamentales." En Francia, la mayoría de las investigaciones mstracion y grandes revistas que, por su título, hablan de una "ciencia de la
y enseñanzas dedicadas a la sociología y aun a la sociología social del trabajo administración", administrative scíence. ¿En qué medida resulta fundado ha-
ostentan todavía con frecuencia este título. Dada la gran juventud de las cien- blar de una "sociología de la administración"? ¿Es la administración una forma
cias sociales aplicadas a los grupos y actividades de trabajo, nuestro esfuerzo original de actividades de trabajo o es, más bien, una categoría que se
por precisar las denominaciones no puede llegar sino a resultados provisionales.. aplica a todas las actividades de trabajo, una cierta manera de prepararlas, de
se trata sólo de sentar un jalón que la investigación, con sus progresos modifi- efectuarlas, de asegurar sus resultados, su fecundidad? Es así como autores
cará y superará. muy diferentes por su edad, su formación, su medio, desde Henri Fayol hasta
Lia sociología del tr~the....seuolderádzennelLensión milárpjja, Herbert Simon, parecen comprender lo que constituye su aspecto esencial:
como el estudio en sus diversos as ectos de todas las colectividades humanas "Administrar —dice Fayol (1916, p. 5)— es prever, organizar, ordenar, coordinar
elle se constituyen con el trabajo. Vamo a ver las p y controlar"; en cuanto a Simon (1948, p. 1), completando la definición habi-
cipales de las investigaciones, lás"--arrecciones según las .cuales, atraídas por Tos tual ("la administración es el arte de lograr que se hagan las cosas", getting
problemas y las necesidades, se han agiupado hasta ahora. thíngs done), subraya que implica procesos de decisión así como los_procesos
Toda colectividad de trabajo con ciertos rasgos mínimos de estabilidad de acción. Una bu-eila -Dr rdiáción- adininistTatWádéb-e- ase urar,estre-
(que trataremos a propósito de los conceptos . de estructura y de organización) k-bh-ai-nértre las tareas, una correcta toma de decisiones una acción eficien-
puede ser objeto de estudio para la sociología del trabajo: una empresa indus- 972-a-7 ) --
ectwida e traba 'o tiene un as ecto administrativo tareas a mi-
trial lo mismo que un- trasatlántico o una lancha de pesca, una gran explota- nistra was, asta la mas • equeña como un -e _ - con ercio o un taller de
ción de agricultura intensiva o la finca del pequeño agricultor donde trabajan ktesáno. ecíprocamente, as mas grandes unidades administrativas, o lemas,
algunos empleados con la familia del agricultor, una gran tienda de departa- sumamente ramificadas como las organizaciones internacionales de hoy, la
mentos o un pequeño comercio que sólo emplea a algunos vendedores, un taller UNESCO por ejemplo, no son puramente administrativas. Esta administra-
de artesano y la oficina de una delegación de policía, el equipo de un avión ción es en realidad complementaria, en el seno de una vasta colectividad de
que se reconstituye a intervalos regulares en una línea aérea o el personal de trabajo, de todos los grupos humanos, a través del mundo, dedicados a la edu-
una automotriz de los Ferrocarriles Nacionales. cación, a la ciencia, a la cultura y suscitados, patrocinados o financiados por
ella. Disociadas de estos grupos, las oficinas de la UNESCO carecerían de ob-
19 Enero de 1949. Es interesante observar que la misma revista presentó, en marzo de
jeto, funcionarían en el vacío. Igualmente, una gran Dirección. de Ministerio,
1952, un segundo número con el título de "sociología del trabajo", The Sociology of Work. por ejemplo la Dirección General de la Enseñanza Técnica en Francia tiene
2° Cf. la reseña del libro de Schneider por J. D. Raynaud, Sociologie du baya, Año 2, como complemento orgánico el conjunto de establecimientos que, desde los
N9 I, enero-marzo de 1960, pp. 94-5. centros de aprendizaje hasta las grandes escuelas de ingenieros, imparten, en
21 Cf. My Life and Work, Nueva York, (traducción francesa: Ma vie et mon oeuvre
París, Payot, 1928, pp. 245-50).
OBJETO DE LA SOCIOLOGIA DEL TRABAJO. 31
30 INTRODUCCIÓN Y METODOLOGIA

diversos niveles, la formación profesional.k\jo hay,acs sociolo la de la admi- Másque de una perspectiva, sería mejor hablar de un "ángulo" de visión,
nistra.ción strictu sensu, 19 mismo que puede haber una spciólógae la iildllstria que podría llamarse el ángulo estructural. Nos parece difícil, en efecto, y sin
o del comercio. Porque la administración REFE-1"ToTalártes.
. Sin embargo, la duda imposible discernir en la sociología del trabajo campos bien delimitados,
ex-tensión y la complicación crecientes de los servicios "terciarios", en la civi- campos separados por fronteras claras. Todos los aspectos y los más diversos
lización técnica del siglo xx, han hecho surgir conjuntos de oficinas que mere- de las actividades de trabajo están ligados entre sí, en realidad, por comple-
cen .un estudio particular (Crozier, 1956), pero, al realizar este estudio, no jos que, cuando se les observa cotidianamente, vivos, parecen prácticamente
habrá que olvidar nunca que, donde hay trabajo hay también (más o menos inseparables y hacen ardua la tarea de los investigadores en busca de varia-
integrada o aparente, más o menos desarrollada y eficaz) una administración. bles independientes. Es así como un estudio completo de las vicisitudes del
rendimiento de un trabajador en un taller pone en juego, como se ha visto,
1-_.)je lo anterior se desprende una tercera observación relativa a la expre-
sión de las "relaciones industriales ha significado poco a poco, todos los factores técnicos, fisiológicos, psicológicos, sociales, económicos que
condicionan su trabajo, .actuando sobre éste al mismo tiempo que reaccionan
en el uso corriente,---el cóLnurriode_sdaciones entre patrónos y empleados, así
como las asociaciones formadas por unos y otros, los medios de negociación, unos sobre otros. Si vamos a hablar ahora, pues, de sociología de las organiza-
de arbitraje y de lucha que emplean en sus relaciones y conflictos. Esta deno- ciones, de sociología de las relaciones humanas, recordemos que no se trata
minación resulta tan criticable corno la de %sociología—industrial". Así como de "dominios", de "campos" ni mucho menos de "sectores".
es abusivo hablar de "sociología industrial" para designar, en realidad, toda ¿Es posible al menos, tratándose de colectividades de trabajo, concebir
la sociología del trabajo, resulta una fuente de confusión utilizar la expresión, con un sentido útil sectores situados en diversas "profundidades" de la vida
social? A pesar del interés que encierra esta noción (Gurvitch, 1957, pp, ss.)
"relaciones. industriales" para cubrir todas las relaciones entre patronos y em-
pleados en todas las ramas de las actividades económicas y administrativas. no lo creemos. Es cierto que esos "ángulos" introducen, a su vez, una imagen;
Toda colectividad de trabajo, del más modesto comercio a la empresa gigan- pero ésta nos parece, por el momento, más aceptable porque no supone un
tesca, del personal de un submarino al de una finca, etc. implica relaciones de corte vertical ni horizontal (como los dominios y los sectores). Conserva una
realidadglobal, considerada con diversos medios de enfoque y métodos de
trabajo en la industria, en el comercio, en la agricultura, en la administración
(con las reservas antes mencionadas) y, dentro de estas categorías, en cada una captación. Implica sólo una visión a la que se concede un privilegio sobre otras
de sus ramas, por ejemplo, la siderurgia, el carbón, la industria textil, etc... Lo porque, hasta ahora, se considera como más cómoda, más eficaz. No olvida-
mismo, la noción de relaciones de traba*o se distin uiría claramente de la remos que la organización de una empresa o sus relaciones humanas compren-
den toda la empresa abordada con ciertas preocupaciones teóricas y prácticas, con
de .relaciones . humanas e midas como las "interrelaciones de orden )sicoló-
có arEcrun .22 ° ayuda de ciertos conceptos escogidos. Además de los enfoques aquí mencio-
El plan de este Tratado indica cuáles son las cuestiones principales que nados hay, sin duda, otros que serán impuestos por los progresos de la in-
a nuestro juicio corresponden a la sociología del trabajo. Por supuesto, estamos vestigación.
lejos de considerar esta obra didáctica como científicamente exhaustiva. En par-
ticular, hemos podido referirnos muy poco a la relatividad de las actividades K. Sociología de las organizaciones y las colectividades de trabajo
colectivas de trabajo según las diferencias culturales, étnicas, ecológicas. demo-
gráficas. La sociología de las órganizaciones corresponde, pues, a uno de los enfoques
Entre los temas tratados, figuran naturalmente: todos los problemas de privilegiados de las colectividades de trabajo. Merece una mención especial.
mano de obra, de migración, de inmigración, de distribución del trabajo en por la cantidad y, con frecuencia, por la calidad de los trabajos que ha susci-
la colectividad según las razas, los sexos, la edad, etc..., la naturaleza y la dis- tado en los últimos veinticinco años sobre todo después de 1945. En esa forma
tribución de las categorías profesionales en su relación con la evolución del una muy abundante bibliografía ha sido dedicada al examen comparado de
progreso técnico; el absentismo, la rotación del personal (turnover), el desem- las diversas estructuras de la . empresa "vertical", "horizontal", centralizada,
pleo, el retiro; las relaciones de trabajo definidas más arriba y que comprenden, descentralizada, democrática, autoritaria, con concepciones •de dirección cole-
entre otras, todos los campos cubiertos por la Oficina Internacional del Tra- giada, polivalente (administración múltiple: multiple management). Se: han
bajo (Ginebra); los diversos grupas formales e informales, interiores o secantes destacada, justamente os laz~ocrpc2ruapall entre comunicación
e información en el seno de la -41 -esa y •or....ct ntre
a la colectividad global de trabajo y particularmente a la empresa industrial.
cionamiento de la or anizació elacione.s humanas. Además,
estas pueden ser consideradas en la perspectiva estructural de la colectividad
de trabajo, a la que nos referimos ahora. numerosas discusiones han tenido lugar en torno a la definición comparada
de los conceptos de estructura y de organización. No se trata de abordar el
problema a fondo sino sólo de examinarlo rápidamente en la perspectiva de
:"-'2 Les 'Relations huinaines au cours du travail, Informe de R. Clémens y A. Massart,
Agence Européenne de productivité, junio de 1955, p. 12. un Tratado de Sociología del Trabajo.
33
OBJETO DE LA SOCIOLOGÍA DEL TRABAJO

32 INTRODUCCIÓN Y METODOLOGÍA su dedicación responsable a esas actividades funcionales, bien definidas


b)
Una organización se caracteriza, ciertamentej_por una red de funciones, y delimitadas en un conjunto;
ue ortanto, cierta divisibJeLtrabajo. c) un fin hacia el cual todos laboran;
sistema estable y coordinado de relaciones entre las funciones, es
Supone tam sien un in, laciatierida sus miembros, asociados en- un d) un
Conjunto de tareas así definidas y divididas. En este sentido, unlEgán,,.izión decir, una estructura.
es "un sistema de actividades o fuerzas • ersonales conscientemente coordinadas'
(Barnar , 1938, p. 72). La red de funciones que constituyen la organización A esta noción de estructura organizativa llegan la mayoría de los soció-
24
subsiste cuando los que las ocupan se van y son sustituidos por otros. Una logos y psicólogos del trabajo que han reflexionado sobre estos problemas.
gran sociedad industrial, un banco, provisto o no de múltiples sucursales, una Es verdad que, contemplada así, una estructura está lejos de ser inmutable:
"corporación", un conjunto de tiendas de departamentos son organizaciones. el "sistema de relaciones coordinadas" evoluciona lentamente con el curso de
Pero también hay organizaciones cuyo fin no es económico: el ejército, por las cosas, la Ford Corporation o la Société Générale no son las mismas en 1960
Sin embargo, en el momento t en que M. Durand, trasladado,
ejemplo, considerado en escala nacional o en sus unidades constituidas : la Igle- que en 1920.25
e la Agencia X de la Société Générale, su sucesor asume la
sia, consideradá en su universalidad o en sus divisiones territoriales jerarquizadas, deja la Dirección d
son organizaciones." Observemos pues, en primer lugar, a este respecto, que la totalidad de las tareas coordinadas, de sus relaciones profesionales, de sus
sociología de las organizaciones desborda, por su extensión, a la sociología del responsabilidades. Es legítimo hablar de una estructura de la organización así
definida, reconociendo que ésta es susceptible de una evolución. Las organi-
trabajo.
En uno de los trabajos más claros dedicados a un tema muy complejo, zaciones, en el sentido en que las hemos definido, permiten construir modelos
R. S. Weiss (1956, p. 2) observa que toda organización implica 'un elemento estadísticos, susceptibles de prestarse al análisis estructural. Estos son aspectos
metodológicos de la investigación, abordados en otra parte. ¿Es posible, sobre
de obligación: presiones ejercidas sobre sus miembros para instarlos a unirse, a
obrar de concierto hacia un fin común. Lo mismo que la psicología social (Co; la base de nuestras observaciones y con los "enfoques" que hemos escogido,
establecer una distinción absoluta entre estructura y organización, n, distinción
1953, p. 26) destaca la nocividad de lá "imposición superflua" en la ejecución lización,
fundada en categorías temporales? Por supuesto que 112ska_
tal como
del trabajo industrial moderno, así como la sociología de las organizaciones tiempómásque la estructura : como
subraya el valor de la organización más "democrática", es decir, de la que la entendemos, hace intervenir al -rnaLcratás
ejerce un mínimo de obligación sobre sus miembros. bros están sometidos a una incesante rotación turnover) las 12L
sus azos con las actividades funcionales de la organización el fin mismo de
Aquí se plantean problemas tales como la mutua compatibilidad de los e- a estructura, por el
u con exto estor_
intereses individuales que animan a los miembros de una organización, la na- es a, son conce ri« os en ro
contrario, es mas estable puesto que se define por un sistema de relaciones en.
turaleza de las fuerzas que los impulsan a mantenerse dentro de ella, las satis-
funciones. No obstante, no podemos, desde el punto de vista de la sociología
facciones que, a fin de cuentas, reciben: punto en que surge la moral de las
del trabajo, seguir a Raymond Firth, para quien la noción de estructura social
colectividades y se entremezclan, en sus preocupaciones, la sociología de las or-
ganizaciones y la de las relaciones humanas. La moral debe ser concebida, (a la inversa de la de organización social) es extratemporal."
¿Nos permiten estas definiciones y estas explicaciones considerar toda co-
pues, también en sus relaciones con la organización de la colectividad de tra=.
lectividad de trabajo como una organización? No lo parece. Sólo aquellas cuyos
bajo. H. A. Simon (1948, p. 122) lo advierte cuando define la organización
miembros tienen responsabilidades específicas y tareas previamente coordinadas
como "un sistema de equilibrio, que recibe contribuciones en forma de dinero
merecen esta denominación. Una colectividad cu os miembros no tienen fun-
y de esfuerzo y que ofrece ventajas a cambio de esas contribuciones". Entre fijadas or antici, ado no es \.
las ventajas sitúa (pp. 115-17) toda una serie de estimulantes, materiales y ciones sistemáticathente relacionadas actividades -
Uña organización. A esta conclusión llega; por su a o, T. Caplow. Segun él fi
no materiales que van 'del salario o sueldo al status y prestigio que cada cual ap ow, , p. 128 y 132) "la organización es una identidad colectiva para ••
obtiene de la organización misma y de la posición persónale que ocupa, sin- de sus
uno o varios grupos organizados acompañada de un sistema de posicioneS.
olvidar (aunque no actúe predominantemente) el estímulo de la promoción.
¿Cómo se relacionan, desde nuestro punto de vista, los conceptos de orga- (1956), F. Mann (1957), Argyris (1957),
C . Barnard (1938), Simon (1948), Weiss
24
nización y de estructura? Según R. S. Weiss (1956, p. 3) - prjárari.jwIn Caplow (1955 y 1961).
Observemos aquí que los economistas, preocupados por dar una definición dinámica
elLgárussálallsláng2122tró caracteres princiyáles: 25 de los caracteres estructurales.
de la estructura en su disciplina, insisten en la relativa estabilidad noviembre de 1954, p. 923) •
He aquí la que propone André Marchal (Révue économique,
a) una red de incliyiluossrejercerifunciones, "elementos de un conjunto económico que, en el curso de un periodo determinado, aparecen
lomo relativamente estables en relación con otros". Cf. el análisis de la noción de estructura
I, pp. 393-95.
económicapor jean Lhomme, apud G. Gurvitch, Traité de Sociologie,
23 W. H. Whyte jr. (1956) estudia y compara a los miembros de organizaciones muy Cf. Firth (1951, p. 40) y los comentarios de Lévi-Strauss (1957, pp. 314-315).
2.6
variadas: empresas industriales o comerciales, laboratorios, hospitales, ejército, "corporaciones"
de toda especie.
35
OBJETO DE LA SOCIOLOGIA DEL TRABAJO
34 INTRODUCCIÓN Y METODOLOGIA

miembros y de un programa de acontecimientos prescritos de antemano". En Hay que formular igualmente la distinción ya clásica, propuesta por Sherif y
Desempeña.
cuanto al grupo organizado, es -"el grupo social persistente, cuyos miembros Ca (1947), entre grupos de participación y grupos de referencia.
pueden ser identificados inequívocamente". A falta de las dos características un papel indudable en la actitud de muchos individuos respecto de la orga-
antes subrayadas, objeta Caplow, muchas colectividades no pueden ser consi- nización de la cual son miembros. Poniendo en juego categorías socio-profesio-
nales exteriores, subraya lo que la organización, considerada en relación con la
deradas como organiz-aciones. Así, diremos, una tienda de productos alimen-
ticios donde los vendedores, en distintos momentos, venden cualquiera de las actitud psicológica de sus miembros, puede tener de plástica y de relativa.
mercancías, de las frutas a los embutidos, arreglan los estantes, limpian y man-
tienen el local, no es una organización. En la_perszestiilaueac12211mósi un
L. Sociolo • la de las relaciones humanas y las actividades de trabajo
• sindicato no es una organización sino undrsóciacion obrera; un partido político,
considerado globalmente y no sólo en sus "órganos" de dirección, no es una Las observaciones anteriores nos han hecho abordar ya la sociología de las
organización sino una asociación sometida a una rápida rotación de sus miem- relaciones humanas con el ,enfoque que le es particular: enfoque privilegiado,
bros y desprovista (ya que los congresos no pueden ser considerados como ya lo hemos visto, de las realidades globalmente constituidas por el conjunto
k tales) de ún "programa de acontecimientos prescritos de antemano". de las- actividades de trabajo. Una inmensa bibliografía, donde se mezclan lo
Por último, recordemos aquí que la organización, considerada en sus re- bueno y lo malo, se ha producido en los últimos treinta años acerca de un
laciones con las colectividades de trabajo, tiene aspectos psicológic-os. Una grupo confuso de problemas designados con esta etiqueta; lo mismo que,
de sus funciones esenciales es, en efecto, "colocar a sus miembros en el medio en las empresas, pueden encontrarse bajo este nombre investigaciones honestas,,
psicológico que adaptará sus decisiones a sus fines y les brindará la información
hechas por verdaderos especialistas así como manipulaciones de personal inten-
que necesitan para tornar esas decisiones" (Sirrion, 1948, p. 79). En otros
tadas, con más o menos éxito, por verdaderos charlatanes. El estudio de las
términos,
.--............ la .organización es considerada . orno el medio sicolM - né
,....

cesan° par tomar decisiones concretas, adecuadas relaciones humanas, desembarazado de su carga de preocupaciones normativas,
a un fin comun. La conveniencia práctica de estasTlécila-s-liffilvtdiáTériTaTa de preocupaciones utilitarias, de intereses más o menos reconocidos, puede ser
-érfiri77.1717E, ciertamente, un criterio importante para diferenciar, de acuer- considerado- desde un punto de vista científico como la investigación de las
do con su valor funcional, las organizaciones en gran escala. En el estado .ac- interrelaciones de orden psicológico y social que se producen en el curso de
tual de las investigaciones, desgraciadamente sabemos muy poco acerca de esto.- uña- actividad (más particularmente de una actividad de trabajo) realizada en
El concepto de organización como sistema en equilibrio de contribuciones común.
exigidas y ventajas ofrecidas nos hace desembocar ya en problemas de relacio- , La soci2.1211. de las relaciones humanas se impone cuando se contempla
ema e ac ivi
nes humanas. La interrelación de todos los aspectos de la sociología del trabajo la orlErEcion desde J17iiird dia .
aparece, también aquí, con claridad. Es evidente que una organización funciona persona es conscientemente coordinadas' , .1.1....ozárlizapusde ser definida,
sis
más o menos bien según la apreciación, por sus diferentes miembros, de las, en esta perspectiva, como un sistema soclAu.sse distingue a su vez en un
ar. Más adelante veremos
ventajas que distribuye y es justo que los sociólogos, en sus investigaciones, la tema de status
consideren bajo ese ángulo. La buena marcha de una. organización depende de ambos (capítulo vi). Pero desde ahora es posible precisar que el status de un
las relaciones humanas, es 1717, de las interrelaciones psicológicas y sociales miembro de una colectividad de trabajo implica "una interacción de sentimien-
s74,712T s en é-sTi-FIZI'Thros en el curso de sus actividades y tareas definidas, es tos e - intereses en una relación &.5 dependencia mutua" (Roethlisberger y Dick-
decir de las relaciones que existen entre ellos. El funcionamiento de una arpa son, 1939, p. 365) mientras que su papel pone en juego convicciones, opiniones,
nizaciku oraacciones recíprocas. juicios que acompañan a sus actitudes.
No hay sistema de relaciones —es decir, estr u ctura organizativa— Tierna. 'u De aquí se pasa fácilmente a la noción de moral, en relación con la cual
pueda, en la realidad cotidiana, ser afectado por coeficientes psicológicos. Un . el absentismo, la rotación de personal, la productividad son criterios cómodos,
organograma de empresa no se suspende en un vacío social y humano, no pero no necesariamente significativos, como lo han demostrado los célebres
goza de una especie de pureza abstracta. Las actitudes de los miembros _de una estudios del Suditiy. Research Center de Michigan y, particularmente, los de
organización en relación con esta son i E i - f actor importante aliecóndiciona Robert Kahn y Daniel Katz. Según este última (Katz, 1949, pp. 145-71), ,ni
ItiruncionZ7-i17.PariTolirpiér- idli-Ta-crarq71eT7Cer intervenir no -Sólo la satisfacción intrínseca del puesto de trabajo, ni la del salario y las posibili-
la percepción de las categorías socio-profesionales que están incluidas, sino tam- dades -de promoción, ni siquiera la identificación con la empresa tienen una
bién las de otras categorías, que son exteriores a ellas: por ejemplo, en una relaciónpositiva, en un trabajador, con su productividad. Sólo posee ese carác-
compañía de seguros, los comerciantes, los funcionarios, las clases dirigentes.27 ter el orgullo de pertenecer a la colectividad de trabajo. Pero cualquiera que
sea el valor ,intrínseco de estas investigaciones, no se apuntan aquí sino a título
27 Michel Crozier y Pierre Guetta, Une organisation adrninistrative au travail, I.S.S.T..
de ejemplo y para señalar que esos problemas de satisfacción e insatisfacción, de
diciembre de 1956, p. 148.
36 INTRODUCCIÓN Y METODOLOGÍA MÉTODO EN LA SOCIOLOGÍA DEL TRABAJO 37

actitudes, de percepción de las necesidades en relación con el nivel • d vida y Hoy resulta una trivialidád recordar que entre el campo o el objeto de una
los salarios, de reacciones a los cambios en el proceso técnico de produCCión disciplina científica y su método o métodos de enfoque existe una relación defi-
o en la estructura de la organización pueden ser estudiados bajo el ángulo nida. Sin duda algunos principios, relativos al determinismo y la objetividad
de las relaciones humanas y útilmente clasificados bajo esa rúbrica. Tampoco y, especialmente, a la clasificación y la medida, tienen un alcance científico
aquí debe olvidar el sociólogo la relatividad de las actitudes y situaciones universal. El Arthacastra y el Platón de Las leyes se servían ya de reglas de ese
tipo para hacer el inventario de las funciones y los grupos sociales, entre los
de trabajo en relación con las sociedades globales, con los sistemas económicos
cuales se encuentran los que suponen un trabajo. Pero las reglas generales en-
y las normas culturales : relatividad que no convertimos en una necesidad abs-
cuentran campos de aplicación donde se muestran a veces ineficaces y donde,
tracta sino en una posibilidad que siempre es necesario contemplar concretamen-
en otras ocasiones, deben ser desviadas, modificadas o renovadas. Los hechos
te, en cada caso particular, sin la añadidura de ningún principio dogmático, de sometidos a la investigación suponen inevitablemente singularidades que no pue-
ninguna "primacía" universal y a priori. den ser descartadas bajo el pretexto de que los métodos en uso en otras partes
se aplican mal o no se aplican en absoluto en el caso dado. Son estas singulari-
dades las que obligan con frecuencia al investigador a descubrir métodos nuevos,
si es necesario.
II. EL MÉTODO EN LA SOCIOLOGÍA DEL TRABAJO ¿Los hechos que dependen del trabajo implican tales singularidades? ¿Son
por sí mismos un objeto de investigación que requiere su propio método? Vere-
por FIERRE NAVILLE mos que este problema no implica una respuesta unívoca. Según el nivel de los
hechos de que se trate, se desprenden reglas más o menos específicas. Pero,
antes de referirnos a esto, no hay que disimular que la cuestión da por resuelto
A. ¿Hay un método especial arada s2512212ditrairi2f un problema más general, que se refiere a la validez de las reglas científicas en
las ciencias sociales.
A primera vista, un capítulo de metodología especial no parece imponerse para No parece necesario insistir aquí en el hecho de que los conjuntos sociales y,
iniciar un Tratado de Sociología del Trabajo. ¿No es ésta un simple departa- especialmente, los conjuntos de trabajo no pueden ser manejados como cual-
mento de la sociología general? ¿Requiere su objeto el empleo de métodos de quier otro conjunto. La sociología no se encuentra, a este respecto, en una pos-
investigación particulares? ¿Las técnicas y métodos ya utilizados en otros campos tura diferente de la psicología y, en general, de las ciencias que hoy se designan,
de la sociología no son acaso igualmente eficaces cuando se aplican a los múl- como "ciencias del comportamiento". Estas ciencias se dirigen al hombre, aisla-
tiples campos del trabajo? do (artificialmente) o en grupo, en sociedad. Pero así como el individuo no
Por otra parte, no es tan fácil, como suele creerse, aislar los fenómenos puede ser separado de una gama de agrupaciones, los grupos o as personas }
del trabajo de los otros aspectos numerosos de la vida social a los que deter- irói51Te-deriiraEsaeriearcrmárrnwfin—iiis-tarierilal • ue alimentan
minan, al menos parcialmente, o cuyos efectos sufren. Por último, conviene rderefiréviven ni ceden ser sustraidos, e ninguna manera, a as unciones
saber lo que se entiende aquí por metodología. ¿Deben entrar aquí las técnicas qué eá izan. n cuanto a medio mstrumeiTfáchay que reCiiiaár que juega
p—aiSerdégasmisor, tan necesariamente entre grupos e individuos como entre
universalmente válidas en cualquier campo? ¿No hay que admitir sino los mé-
éstos y las condiciones que conviene llamar naturales. La búsqueda de los con-
todos reconocidos como propiamente científicos?
dicionamientos y los determinismos que rigen las sociedades, apresadas en esta
Se concibe que la multiplicación y la variedad de los intentos hechos en
trama, se adapta a los métodos más variados y es posible emplearlos casi todos,
nuestra época, los ensayos y las discusiones, la revisión constante de los resul-
según la naturaleza de las investigaciones. Se establece sin embargo, según los
tados obtenidos, la falta de criterios aceptados por todos, inciten a la prudencia
objetos, una jerarquía de esos métodos. Las matemáticas intervienen en el nivel
cuando se trata de responder a las cuestiones anteriores. Sería ya de por sí bas-
superior casi solas, sin que eso signifique que otros procedimientos de alcance
tante difícil hacer el inventario completo de los métodos y técnicas efecti-
más limitado sean ineficaces en niveles más elementales.
vamente empleados para conocer y elucidar los fenómenos más o menos
El hecho de que los hombres constituyan el centro de preocupación de la
dependientes del trabajo. Sería mucho más arriesgado intentar una exposición
sistemática de una metodología todavía visiblemente mal definida. Por eso sociología y su objeto mismo, no modifica en nada las exigencias científicas
consideramos útil plantear aquí problemas de método con los que tropieza de las investigaciones que a ellos se refieren. Las, ciencias físicas, en el sentido
la investigación en sociología del trabajo, sin ocultar hasta qué grado de incerti- más amplio, son creó las también por el hombre para su uso propio, como las
dumbre nos vemos reducidos con frecuencia. Será, sin duda, uno de los mejores matemáticas. Si la naturaleza ha producido al hombre a su imagen, no debería
medios para destacar la novedad que implica la reunión, en el presente Tratado, sorprendernos _que reglas del mismo tipo puedan explicar el comportamiento
de cuestiones consideradas casi siempre como independientes entre sí. de una y otro, que se considerará alternativamente como fin y como medio.

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