Departamento de Ciencias e Ingeniería de Materiales Carrera de: Licenciatura en Ingeniería Mecánica Grupo: 1IM131 (B) Asignatura de: Ciencia de los Materiales I (7897) Profesor: Plinio Hines Instructor: Rodrigo Caballero
Asignación N°3 Cristalografía
Realizado por: Ríos, Ameth 4-785-1102
La Cristalografía es la rama de la ciencia que estudia los cristales. Hoy
sabemos que los cristales contienen átomos, moléculas y/o iones que forman unidades de repetición, llamadas celdillas elementales, que como ladrillos apilados en tres dimensiones, forman el edificio cristalino. Dentro de las celdillas elementales los átomos también se pueden repetir a sí mismos mediante operaciones de simetría. Estos patrones de repetición provocan que los cristales muestren diferentes tipos de hábitos externos que desde hace miles de años han llamado la atención por sus colores y belleza externa.
Con las herramientas que se han desarrollado durante el siglo XX alrededor de
esta ciencia, la Cristalografía es capaz de averiguar la estructura intima de la materia de la que están formados los cristales, sea ésta viva o inanimada. Conocer la estructura interna de la materia significa averiguar las posiciones de todos sus átomos y determinar los modos en que están unidos, pues en muchos casos forman agrupaciones atómicas que conocemos con el nombre de moléculas. La estructura atómica y molecular de la materia genera conocimiento que es utilizado por químicos, físicos, biólogos y muchos otros investigadores. Este conocimiento nos permite no sólo comprender las propiedades de la materia, sino también modificarlas para nuestro beneficio.
El descubrimiento de los rayos X por
Wilhelm Conrad Röntgen (1845-1923) a finales del siglo XIX revolucionó el antiguo campo de la Cristalografía, que hasta entonces había estudiado la morfología de los minerales.
Aunque el hallazgo de esa nueva "luz" proporcionó a Röntgen una gran
popularidad inmediata, rápidamente se desvaneció. Debieron de pasar bastantes años hasta que la utilidad de su increíble "luz" fuera reconocida como de interés médico, e incluso le reportara el máximo galardón del primer Premio Nobel en 1901.
Gracias también a aquel descubrimiento la Cristalografía empezó a convertirse
en una de las disciplinas más importantes para muchas ramas de la ciencia, y en especial para la Mineralogía, Física, Química, Biología y Biomedicina. Así se reconoció recientemente por la ONU, declarando 2014 Año internacional de la Cristalografía, y celebrando el centenario del nacimiento de la Cristalografía moderna. Si el descubrimiento de Röntgen fue importante para el desarrollo de Cristalografía, el experimento realizado en 1912 por Max von Laue (1879- 1960) fue totalmente decisivo. Laue, convencido por su amigo Paul Peter Ewald (1888-1985), decidió demostrar la naturaleza ondulatoria de los rayos X e indirectamente descubrió también el fenómeno de la difracción de rayos X por los cristales. Con ello mostró que los rayos X son ondas electromagnéticas con una longitud de onda de alrededor de 10-10 metros y que la estructura interna de los cristales es regular, como si dispusiera de pequeñas rendijas formadas por las separaciones entre los átomos de ese orden de magnitud. En efecto, tras iluminar un cristal de sulfato de cobre con rayos X se pudo comprobar que la placa fotográfica se impresionaba no sólo en su centro, como consecuencia del paso del haz incidente de rayos X, sino también en determinadas zonas alejadas del centro de la misma. Este fenómeno se interpretó como consecuencia del efecto denominado difracción, por la cual, los haces de rayos X interfieren entre sí al pasar por las rendijas que dejan los átomos en el interior de los cristales, llegando a desviarse del haz central.
Gracias al conocimiento que nos proporciona la Cristalografía, hoy somos
capaces de producir materiales con propiedades prediseñadas, desde catalizadores para una reacción química de interés industrial, hasta pasta de dientes, placas de vitrocerámica, materiales de gran dureza para uso quirúrgico, o determinados componentes de los aviones, por poner algunos ejemplos: Material electrónico (memorias, chip, pantallas sensibles…) Materiales livianos resistentes. Digitalización de señales. Prótesis óseas. Incluso mejora en alimentos por ejemplo el chocolate. La Cristalografía nos proporcionó los secretos del ADN, el llamado código genético. El diseño de fármacos está basado en el conocimiento de las estructuras. Hoy podemos aumentar la resistencia de las plantas frente al deterioro medioambiental. Somos capaces de comprender, modificar o inhibir, enzimas implicados en procesos fundamentales de la vida e importantes para mecanismos de señalización que ocurren en el interior de nuestras células, como el cáncer. Gracias al conocimiento de la estructura del ribosoma, la mayor fábrica de proteínas de nuestras células, podemos entender el funcionamiento de los antibióticos y modificar su estructura para mejorar su eficacia. De la estructura de enzimas, producidos por ciertos virus, hemos aprendido cómo combatir bacterias con alta resistencia a antibióticos, y ya somos capaces de desentrañar las sutiles maquinarias de defensa que han desarrollado estos gérmenes, con lo que no es un sueño pensar que podremos combatirlos con herramientas alternativas a los antibióticos.