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Soacha, mayo 15 de 2018.

Doctor
JOHN VLADIMIR MARTÍN RAMOS
Jefe Oficina Asesora Jurídica
UNIDAD ADMINISTRATIVA PARA LA REPARACIÓN INTEGRAL A LAS VÍCTIMAS
Bogotá, D.C.

Referencia: Recurso de reposición y en subsidio de apelación respecto de la resolución


No. 2017-128680 del 13 de octubre de 2017, proferido por la Dirección Técnica de
Registro y Gestión de la Información de la UARIV.

LUIS HUMBERTO GUTIÉRREZ TAMAYO, mayor de edad, identificado con cédula de ciudadanía número
16.355.128, actuando en mi condición de víctima directa por los delitos de lesiones personales y tortura,
mediante el presente escrito me permito presentar recurso de reposición y en subsidio de apelación
respecto del acto administrativo resolución número 2017-128680 del 13 de octubre de 2017, proferido por
la Dirección Técnica de Registro y Gestión de la Información de la UARIV, con fundamento en las
siguientes,

CONSIDERACIONES:

En el año 2006 me encontraba asentado en el Municipio de Bugalagrande, Valle del Cauca, y fui víctima
de uno de los grupos armados al margen de la ley presentes en la zona. Estas personas me detuvieron y
me golpearon incesantemente, luego me propinaron una herida con machete.

La UARIV reconoce en la resolución recurrida que en el Municipio de Bugalagrande, zona de ocurrencia


de los hechos victimizantes denunciados, existieron múltiples enfrentamientos entre organizaciones
armadas al margen de la ley y agentes del Estado, lo que hace probable que personas hayan resultado
afectadas.

Anota la UARIV que no aporté prueba si quiera sumaria de las lesiones padecidas en contexto de tiempo,
modo y lugar, lo cual no es del todo cierto, pues en la declaración rendida por estos hechos fui claro en
narrar los antecedentes y hechos acontecidos, de donde se colige claramente que se trataba de un grupo
armado al margen de la ley con fines políticos.

La UARIV no realiza una valoración precisa de la prueba documental aportada denominada declaración,
como se puede observar en el acto administrativo atacado, en donde no existe una valoración integral de
este aporte probatorio, por lo que el dicho no ha sido desvirtuado.
En atención a la inversión de la carga de la prueba, es al Estado a través de la UARIV, a quien corresponde
desvirtuar mi dicho, y no solo se puede limitar a afirmar que no existen suficientes elementos probatorios
que permitan establecer la veracidad de lo declarado. La carga de la prueba significa que el Estado debe
demostrar probatoriamente que la versión no es cierta y ante la duda, la decisión debe resolverse a favor
de la víctima con la inclusión. La UARIV no tiene elementos probatorios certeros que desvirtúen la
declaración, solo conjeturas que no está en la posibilidad de demostrar. El grupo encargado de la
investigación por parte de la UARIV, no da a conocer las pruebas concretas con las cuales puede
desacreditar mi dicho o establecer que los hechos victimizantes no fueron cometidos por un grupo armado.

FUNDAMENTOS DE DERECHO

Principio de buena fe aplicado en el caso particular de víctimas del conflicto:

El funcionario encargado de valorar los contenidos de la declaración de las víctimas del conflicto, tiene el
deber legal de tener en cuenta la presunción de buena fe, por lo que le compete demostrar que lo relatado
o las pruebas allegadas faltan a la verdad. En el campo del derecho probatorio este fenómeno jurídico es
conocido como la inversión de la carga de la prueba.

“Al respecto, en sentencia C-253A de 2012 (M.P. Gabriel Mendoza) al analizar la ley 1448 de 2011
(ley de víctimas) señaló:

“La ley parte del reconocimiento de la dignidad de todas las personas que han sufrido las
consecuencias del conflicto armado interno y, en función de ello, consagra los principios de buena
fe, igualdad de todas las víctimas y enfoque diferencial.

Así, el principio de buena fe está encaminado a liberar a las víctimas de la carga de probar su
condición. En la medida en que se dará especial peso a la declaración de la víctima, y se presumirá
que lo que ésta aduce es verdad, de forma que en caso de duda será el Estado quien tendrá la
obligación de demostrar lo contrario. En consecuencia, bastará a la víctima probar de manera
sumaria el daño sufrido ante la autoridad administrativa, para que esta proceda a relevarla de la
carga de la prueba.”1

Es precisamente la especial connotación de la víctima del conflicto, como persona en estado de debilidad
manifiesta, la que le otorga esta prerrogativa, máxime cuando los victimarios son grupos armados
violentos, dispuestos a cometer delitos de cualquier índole, incluyendo los de lesa humanidad.

“(…) con base en la presunción de buena fe (artículo 832 C.N.) que esta Corte ha establecido que
para determinar si una persona es o no desplazada basta una prueba siquiera sumaria que pruebe

1
Sentencia SU-636/15.

2
Las actuaciones de los particulares y de las autoridades públicas deberán ceñirse a los postulados de la buena
fe, la cual se presumirá en todas las gestiones que aquellos adelanten ante éstas.
tal condición, especialmente si tal desplazamiento se presenta dentro de una situación de temor
generalizado ocasionado por la violencia existente en la región de la cual la víctima alega ser
desplazada. (…)3.”

La Honorable Corte Constitucional a través de la sentencia T-327 de 2001, para el caso de las víctimas
del conflicto ha sido categórica al afirmar la necesidad y obligatoriedad de iniciar la valoración por el camino
de la presunción de la buena fe del declarante, veamos:

“(…) es a quien desea contradecir la afirmación a quien corresponde probar la no ocurrencia del
hecho. El no conocimiento de la ocurrencia del hecho por autoridad gubernamental alguna
no es prueba de su no ocurrencia. Es apenas prueba de la inmanejable dimensión del
problema que hace que en muchas ocasiones las entidades gubernamentales sean
desconocedoras del mismo. En muchas ocasiones las causas del desplazamiento son
silenciosas y casi imperceptibles para la persona que no está siendo víctima de este delito. Frente
a este tipo de situaciones es inminente la necesidad de la presunción de buena fe si se le pretende
dar protección al desplazado.” (El resalte en negrilla es nuestro).

Principio de favorabilidad aplicado en el caso particular de víctimas del conflicto:

En atención al principio de favorabilidad, de surgir dudas en la declaración o relato del peticionario, ésta
debe resolverse a favor de la víctima, ante la imposibilidad del Estado de probar el supuesto contrario. En
este sentido la Corte Constitucional en sentencia T-112 de 2015, ordenó la inscripción inmediata en el
Registro Único de Víctimas, en dos casos, al encontrar que la UARIV impidió que el solicitante expusiera
las razones por las cuales se consideraba víctima del conflicto armado interno y al haber dejado de aplicar
el principio de favorabilidad por duda en el relato.

Valoración integral de las pruebas, duda razonable y principio de investigación integral:

En relación a las víctimas del conflicto y su declaración para el reconocimiento en el Registro Único de
Víctimas, la prueba intenta establecer la verdad acerca del relato y demás pruebas sumarias allegas con
el mismo, contrastadas con las que oficiosamente deba y pueda realizar el Estado. Específicamente
correlaciona los hechos en tiempo, modo y lugar, a fin de establecer si los insucesos efectivamente se
produjeron y se dieron por causa directa o indirecta del conflicto interno con grupos armados con fines
políticos o ideológicos al margen de la ley.

De ahí que el conjunto probatorio deba ser observado tanto desde una perspectiva favorable como
desfavorable, atendiendo al principio de la sana crítica, carga de la prueba en cabeza del Estado y a que
toda duda razonable debe ser solucionada con la inclusión en el RUV.

3
Sentencia T-076/13.
No es a la víctima del conflicto a quien corresponde probar la veracidad del relato dado en declaración
formal, sino al Estado. El hecho de que la UARIV no encuentre elementos probatorios que corroboren el
dicho del declarante, no le da el derecho a concluir que la versión carece de veracidad. Por el contrario, es
el Estado quien debe aportar elementos probatorios plenos que desvirtúen el dicho y las pruebas aportadas
sumariamente por la víctima y ante la ausencia de éstos, no queda otro camino que dar credibilidad a la
víctima y proceder al correspondiente registro en aplicación al principio de favorabilidad.

PETICION

Mediante el presente recurso de reposición y en subsidio de apelación respecto del acto administrativo
resolución No. 2017-128680 del 13 de octubre de 2017, solicito a sus señorías muy respetuosamente sea
valorada integralmente mi declaración, de la que se puede colegir la ocurrencia de los hechos victimizantes
soportados (tortura y lesiones personales), cuya conclusión sea aceptarme en el registro único de víctimas
como persona torturada y lesionada por grupo armado al margen de la ley con fines políticos.

ANEXOS:

 Copia de mi cédula de ciudadanía.


 Copia del acto administrativo objeto de los recursos.

NOTIFICACIONES:
Autorizo a la UARIV para que se me allegue cualquier comunicación a la dirección anotada la cual es de
mi plena confianza, pues dicha decisión es autónoma y voluntaria, sin perjuicio del deber de protección de
datos que El Estado tiene para con las Víctimas del Conflicto.

De la misma forma autorizo al señor CARLOS ALBERTO VARELA CALDERON, identificado con cédula
de ciudadanía número 19.300.058, para que radique ante la UARIV el presente documento.

CARRERA 7 No. 14-11, oficina 203, SOACHA. Email: aldonet71@gmail.com

Cordialmente,

LUIS HUMBERTO GUTIÉRREZ TAMAYO


C.C. No. 16355128
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