Los hospitales constituyen un elemento fundamental en el tratamiento de los enfermos
mentales, en la Nueva España los primeros de ellos obedecían los criterios de caridad cristiana, como atención de enfermos locos y pobres. Cuatro órdenes religiosas se encargaron de regir estos hospitales, estos fueron los Hipolitos, los Bietlemitas, la Congragación Mariana y los Juaninos, estos últimos aun cuidan enfermos en nuestra era. El Hospital de San Hipólito; se intenta investigar cual es el tratamiento que se le daba a los enfermos mentales dentro del recinto, se les incorporó a las actividades como limpieza, cocimiento de alimentos y recolección, junto con otras actividades como pedir limosna, esto iba complementado con un trato dulce y amable a diferencia de lo que se sabía que ocurría en otros hospitales de la misma índole. Este tipo de hospitales después pasaron a manos de los ayuntamientos de las comunidades, no obstante, los religiosos aun intentaban ejercer su poder. A Maximiliano, antiguo gobernador se le pidió que diera ayuda pues las condiciones higienicas eran malas y la ropa de las personas era reprobable. El hospital del Divino Salvador; este en especial era para las mujeres psicóticas, era regido por órdenes religiosas, pero años más tarde pasó a manos del ayuntamiento, pero después nuevamente las hermanas de la caridad se ocuparon de las mujeres, se dice que al final del siglo albergaban a más de 400 mujeres pero que parecía más un reclusorio medieval. Los Juaninos y los hospitales de San Juan de Dios; en 1595 llegaron con el fin de expandir la orden a las tierras recién conquistadas, se les entregó un hospital y ellos con el tiempo llenaron de hospitales el territorio mexicano, en los cuales siempre hubo algunas celdas. Durante el siglo XIX en Europa el tratamiento ofrecido a los enfermos mentales consistía en 2 fases, una aguda en donde se les hospitalizaba en los nosocomios generales de la ciudad proporcionándoles atención medica por un periodo máximo de 2 meses y una fase crónica que se daba cuando la condición de su ingreso no mejoraba, existía la necesidad de transferirlos a los asilos u hospicios para una estancia prolongada. En México se recibía a los enfermos mentales en el Hospital de San Andrés y una vez diagnosticados iban a los manicomios, allí tendrían estancias de 14 días hasta 10 años. La organización no era hospitalaria si no de tipo auxiliar y no se podían tener muchos pacientes. El modelo francés de atención psiquiátrica a finales del siglo se trataba más de un trato mas moral a los pacientes maniacos, la locura no era la perdida de la razón si no un trastorno de espirito, tras esto se les devolvió a las personas afectadas su calidad de ser humano y paso de suprimir el régimen carcelario de los manicomios. La buena nueva organización que se creó favoreció a los pacientes psiquiátricos ya que al realizar diversas actividades se controlaban el número de recaídas que tenían, como resultado de estos avances se configura la ley y se le pueden dar medicamentos a los pacientes y se les devolvió el derecho de buscar una cura. Los edificios cambiaron su estructura para una mejor estancia. En 1836 se establece en México la Academia Nacional de Medicina, patrocinadora de publicación periódicas misma que se ocupó para informar de los avances en la medicina de esa época. En 1859 se establecen los derechos y obligaciones de los enfermos mentales. El tratamiento médico; se caracterizó por la lucha de encontrar en el cerebro la causa de los padecimientos mentales, diversas corrientes intentaron dar respuesta a estas incognitas. Se comenzaron a hacer estudios histopatológicos y en las revistas médicas de la época se analizaron todas las teorías anteriormente mencionadas, así mismo, se estudió los remedios medicamentosos que pudieran ayudar a sus dolencias, la mayoría consistía en calmantes y antiespasmódicos, opio entre otros y se revisan con detalle los casos de hipnotismo. Se crea en México la primera catedra de psiquiatría y se reconoce como ciencia médica. Esta catedra se crea en definitiva en 1897 a cargo del Dr. Peon contreras, director del hospital de san Hipólito. Aparecen clases de perfeccionamiento que se trataban de enfermedades mentales. En México existía un cuerpo médico preocupado por la salud mental de las personas comparable el nivel al de Europa. El manicomio general de la Castañeda; dentro del proyecto de la modernización del país llevado a cabo en aquel entonces por el presidente Profirió Díaz, recomendó la construcción de este manicomio para poder ingresar a más personas y que tuviera toda la normatividad en orden con salubridad adecuada entre otras necesidades básicas para los enfermos. En conclusión, México en el siglo XIX experimento grandiosos avances en la medicina psiquiátrica, hubo un cambio radical en la consideración que se tenía a los pacientes, los cuales dejaron de ser tratados como animales, dándoles sus derechos humanos, la psiquiatría se consideró como una ciencia lo cual evito mucho sufrimiento a enfermos mentales y a sus familiares.