You are on page 1of 3

De Saussure señala que hubo tres fases en la ciencia lingüística antes de reconocer cuál era su verdadero y único

objeto. El factor común de la “gramática”, de la filología y de la gramática comparada es que ninguna de ellas se
ocupaba de la lengua en si misma: la gramática era una disciplina normativa, que apuntaba a formular reglas
para diferenciar las formas correctas de las que no lo eran, la filología estudia también la historia de la literatura
y se fija demasiado en la lengua escrita, olvidando la lengua viva, la gramática comparativa a pesar de que
inauguro un campo de investigación rico tampoco constituyo una verdadera ciencia lingüística.

El lingüista suizo indica que esto se debe a que la gramática comparada nunca se preguntó qué significaban las
relaciones establecidas, fue sólo comparativa, no histórica y por ello no elaboró conclusiones. Este método
entraña concepciones erróneas que no se corresponden a las verdaderas condiciones del lenguaje, ya que se
concibe a la lengua como un organismo que se desarrolla a sí mismo.

En 1870, la lingüística propiamente dicha nació del estudio de las lenguas romances y de las lenguas germánicas.
En esta instancia, todos los resultados de las comparaciones eran situados en una perspectiva historia
permitiendo demostrar que la lengua era el producto de la colectividad de los grupos lingüísticos. Sin embargo,
aun así siguen los problemas en la concepción del estudio de la lengua.

De Saussure expresa que el objeto de la lingüística consiste en todas las manifestaciones, todas las formas de
expresión del lenguaje humano, pertenecientes a todos los períodos y zonas. También se deberá tener en cuenta
los textos escritos, que permiten conocer idiomas pasados.

Para llevar a cabo esta tarea la lingüística debe hacer la descripción y la historia de todas las lenguas posibles,
identificar las fuerzas que intervienen universalmente en todas las lenguas y deducir las leyes generales de los
fenómenos particulares, delimitarse y definirse por sí misma.

La necesidad de definir un objeto de estudio es particular en lingüística, ya que, en esta disciplina el objeto no
es un objeto de estudio concreto sino que es el punto de vista (el enfoque del análisis) quien delimita el objeto.
Además el fenómeno lingüístico siempre presenta dos caras que se corresponden:

Lenguaje
Órganos de audición Órganos de articulación bucal
Sonido Idea
Grupal/social Individual
Establecido/fijo Evolución
Teniendo en cuenta estos rasgos, el lenguaje no es un objeto de estudio adecuado. Es multiforme y heterogéneo,
depende de diferentes campos desde donde se lo puede estudiar, es a la vez individual y social, no se puede
identificar su unidad y por ello no se puede estudiar. Por el contrario, la lengua es un todo en sí que puede ser
clasificado. Esta noción es un producto social de la facultad del lenguaje + conjunto de convenciones necesarias
adoptadas por el cuerpo social para el ejercicio de esta facultad.

Lengua Habla
Esencial Accesorio
Social Individual
Mental Fisiológica-Física
Homogénea Heterogénea
Pasiva Activa

Diacronía y sincronía:

El análisis diacrónico describe la evolución de una lengua a lo largo del tiempo. Se lleva a cabo mediante la
comparación de varios estados de lengua (datos obtenidos de manera sincrónica) que permiten reconocer un
cambio en la lengua. Este enfoque se relaciona al carácter mutable de la lengua y registra las transformaciones
que se producen en ella en una perspectiva temporal, en una línea del tiempo.

El estudio sincrónico analizar un estado particular de esa lengua en una determinada época o periodo temporal,
en el cual todo el sistema de la lengua se encuentra contenido. Este enfoque deviene del carácter inmutable de
la lengua, por ello en ese determinado recorte el sistema se resiste a los cambios. Mediante el método sincrónico
se describen todos los niveles de la lengua: un estado del sistema fonológico, del sistema morfológico, del
sistema sintáctico, del sistema semántico.

Unidades de análisis: Trozo de sonoridad que es, con exclusión de que precede y de lo que sigue en la cadena
hablada, el significante de cierto concepto.

Delimitación: Hay que situarse en el habla y representarlo en medio de dos cadenas paralelas: la de los
conceptos y la de las ideas. Una delimitación correcta consiste en que las divisiones en la cadena acústica
coincidan con las de la cadena de conceptos. Para verificar si se obtuvo una unidad es necesario que al comparar
frases en que se encuentra la misma unidad, pueda separarse del resto del contexto comprobando que el
sentido autoriza esa delimitación.

Carla vino ayer – ¿Quién se tomó todo el vino? Me quemé toda la cara – Le salió cara

Valor lingüístico.

El valor es la capacidad que tiene cada signo de diferenciarse de otro. El valor lingüístico se define por lo
negativo, cada elemento es lo que es porque no es lo que otros elementos en el sistema son. Este valor se
establece mediante la arbitrariedad por lo que es una unidad relativa, establecida por la colectividad (no el
individuo). La lengua no implica ideas o sonidos que preexistan al sistema lingüístico, solo diferencias
conceptuales y fónicas nacidas de ese sistema.

Concebir la lengua como un sistema de valores implica que los elementos que la componen no poseen una
identidad en sí mismos sino que obtienen valor a partir de las relaciones que se establecen con otros elementos
del sistema, lo relevante de los elementos son sus diferencias con los otros, dado que ellas permiten delimitarlos.

El valor lingüístico puede estar en el aspecto del significado o del aspecto del significante.

El valor lingüístico en su aspecto conceptual (SIGNIFICADO)

El valor es un elemento de la significación pero no es lo mismo que ésta, la cual se da dentro del signo donde el
concepto es la contrapartida de la imagen acústica; asimismo ese mismo signo es también la contrapartida de
los demás signos de la lengua constituyendo su valor. En el sistema de la lengua los términos son solidarios y el
valor de uno no resulta más que de la presencia simultánea de los otros. El valor lingüístico está constituido por
un lado, por una cosa desemejante susceptible de ser cambiada por otra cosa cuyo valor se está por determinar
(idea) y por otro lado, el valor está constituido por cosas similares, comparables con aquellas cuyo valor está en
cuestión (palabra).

[ [ Des [ [ territori ]N al ]A iza ]V ]V ción ]N

“Des-territorialización” opone a “territorialización”, también se opone al plural “des-territorializaciones”.

La raíz “territorio” se opone a los afijos “des”, “al”, “iza” y “ción”. Éstos se oponen en tanto que son un prefijo y
sufijos.

En las relaciones y las diferencias entre los términos de una lengua se encuentran valores que emanan del
sistema. Estos valores no están definidos positivamente por su contenido, por lo que significan en sí mismos,
sino negativamente por las relaciones que establecen con los demás términos del sistema. Su característica
definitoria es ser lo que los otros no son.

El valor lingüístico en su aspecto material (SIGNIFICANTE)

Cuando se pronuncia una palabra, lo importante son las diferencias fónicas que esta unidad presenta respecto
de otras. Esto es así porque estas diferencias distinguen una palabra de las demás y porque son ellas las que
aportan significación de esa palabra.

Los fonemas son entidades opositivas, relativas y negativas. No se confunden entre sí.

El significante lingüístico está constituido por las diferencias que separan su imagen acústica de las demás:

/k/ /a/ /m/ /a/ nasal, bilabial y sonora

/k/ /a/ /ɾ/ /a/ vibrante simple, alveolar y sonora/vocal central abierta

/k/ /a/ /r/ /o̞ / vocal posterior media

Relaciones sintagmáticas y paradigmáticas

Saussure dice que las relaciones y las diferencias entre los signos se desarrollan en dos esferas diferentes y
corresponden a dos formas de nuestra actividad mental:

En las relaciones sintagmáticas los signos se organizan en una cadena, esta manera de relacionarse está basada
en el principio de linealidad, lo que impide pronunciar dos elementos al mismo tiempo. Las relaciones
sintagmáticas se definen por ser al menos dos o más unidades consecutivas, que se alinean unos detrás de otros
y que se vinculan por encadenamiento y por contextualización. Los términos adquieren su valor al oponerse al
que les precede o les sigue, o a los dos. Esta es un tipo de relación en presencia, se apoya en dos o más términos
presentes en una construcción. En la siguiente cadena: La joven releyó afligida las noticias. Se pueden establecer
la relación de concordancia entre el sustantivo, el artículo y el adjetivo (*la joven afligido, *el joven afligidas) así
como entre el sujeto y el núcleo verbal del predicado (*la joven releyeron). Asimismo a nivel morfológico, la
palabra compleja “releyó” supone una relación entre la raíz “leer” y el prefijo “re” que otorga un significado
iterativo de “volver a”.

Las relaciones paradigmáticas no se forman mediante un encadenamiento de elementos, sino que las palabras
que tienen algo en común se asocian en la memoria del hablante. Su asiento está en el cerebro; forman parte
del reservorio que constituye la lengua en cada individuo. Este tipo de relación une términos en ausencia en una
construcción mnemónica virtual.

Releyó Repaso Relección

Relectura Revisión Recoger

Releer

You might also like