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CONVERSATIO MORUM

UN PROCESO DINÁMICO EN LA REGLA DE S. BENITO Y


EN LA ESPIRITUALIDAD BENEDICTINA

INTRODUCCIÓN

Habiendo aceptado el simpático convite para hablar sobre CONVERSATIO


MORUM, comienzo por agradecer a la Junta Directiva de la SEDEM, en
particular a Sor María Pilarosb, esta oportunidad de profundizar un asunto que
es para nosotros uno de los valores primordiales de la vida monástica, un
verdadero cimiento de la vida benedictina. Lo hago tan sencillamente, que
tengo el peligro de no estar totalmente a la altura del tema que se me ha
propuesto, siendo tal vez más didáctica que oradora, intentando compartir un
trabajo personal, mucho más que hacer una conferencia.

Cuando hace veinte años llegué al Monasterio de Sta. Escolástica para


entrar en el Postulantado, encontré en la puerta del Noviciado una pequeña
inscripción que decía: «AQUÍ SE CRECE» Qué cosa! Llegué allí ya tan crecida y
aún me dicen que tengo que crecer más y más...! Al final, reconozco con
sorpresa que crecer en Dios es volverme abierta para que Cristo crezca en mí,
en mi más total libertad! La frase continúa en la puerta de la sala del Noviciado,
mas a mi entender, bien podría colocarse en la puerta de cualquier Monasterio
o de cualquier celda de cualquier parte del mundo, donde se viva vida
monástica.
A medida que el tiempo fue pasando, y que me fue dado recorrer los
capítulos de la RB, uno a uno, fue comprendiendo que en la vida monástica es
absolutamente necesario «VOLVER» continuamente a «Aquél de Quien por la
desobediencia me apartara» (cf. RB Pról.2), y que este esfuerzo me sería
exigido durante toda mi vida, ya que todos los días tengo más tendencia para
apartarme que para aproximarme del Dios que me creó, me recrea y me ama.
Este «VOLVER» sin cesar, no es más que el voto de CONVERSATIO
MORUM que me propongo compartir hoy con vosotros.
La mayor parte de los aquí presentes, hicieron voto de conversión de
costumbres, o de vida común. CONVERSIO MORUM, era la expresión que se
encontraba en todas las ediciones corrientes de la Regla de S. Benito. Hoy, la
mayoría de los peritos de la RB prefieren la expresión CONVERSATIO MORUM.
Vamos a ver cómo y por qué.

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FUNDAMENTO BÍBLICO DE LA CONVERSATIO BENEDICTINA

El fundamento bíblico de la CONVERSATIO, es la Historia del Pueblo de


Dios, tal como nos es transmitida en el Antiguo Testamento y en los
Evangelios, que S. Benito muestra haberla conocido muy bien. Es la Historia de
la humanidad, continuamente llamada a la vida de comunión con Dios y con
todos los hombres por El criados y amados. Ahora bien, la respuesta del
hombre a este llamamiento de Dios, exige una conversión original, y después,
durante toda la vida, una actitud penitente que le alcance una contínua
conversión.
En la Sagrada Escritura26, la noción de conversión es compleja y
dinámica, y siendo un proceso, tiende a convertirse en un estado vital, en
permanente movimiento de separación y retorno; por la conversión, el hombre
reconstruye su unión con Dios, destruída por el pecado.
Algunas expresiones bíblicas significan claramente la actitud de aquel
que deliberadamente se orienta para Dios: «Buscar a Yahvé» (Am 5,4; Os
10,12), «buscar Su rostro» (Os 5,15; Sl 24,6; 27,8), «humillarse delante de
Yahvé» (1Rs 21,29; 2Rs 22,19), «afirmar en El el corazón» (1Sam 7,3); pero el
verbo más empleado, el clásico hebreo “sûb”, que quiere decir «volverse» (cf.
Jer 3.19; 31,18), traduce la idea de mudar de camino, de volver para atrás, que
en la Biblia, en contexto religioso, significa apartarse del que es malo y volverse
para Dios.
En el Antiguo Testamento el tema de la Conversión desenvuélvese a
través de la Alianza, siempre en tensión con la hipótesis de ruptura por parte de
los hombres, ya por pecados colectivos, ya por pecados individuales, que
comprometen toda la comunidad. Aparecen entonces las liturgias penitenciales
rituales2, cuyo objetivo es el de implorar el perdón divino: se ayuna (Jz 20,26;
1Rs 21,8ss), rásganse las vestiduras y la persona se viste de saco (1Rs
20,31ss; 2Rs 6,30; 19,1ss; Is 22,12) y se echa sobre la ceniza (Is 58,5; cf.
2Sam 12,16).
A los Profetas interesa sobre todo que el pueblo se aparte del mal (Am.
5,4), de la idolatría (Os 14,2), de la injusticia social (Miq 6,8), que haga por
nacer del conocimiento de la bondad de Dios (Os 6,1), hasta la creación de un
corazón nuevo (Jer 2,23; 3,11; 31,18; Ez 18,31; 36,26). Dios tiene siempre la
iniciativa y la eficacia; «conviérteme y me convertiré» (Jer 31,18).
De Amós a Ezequiel, pasando por Oseas, Isaías, Miqueas, Sofonías, y
especialmente en Jeremías, la doctrina de la conversión se fue profundizando
constantemente, paralelamente a la comprensión del pecado. Ya al fin del
exilio, el «Mensaje de la consolación» del tercer Isaias, confirma la conversión
efectiva del pueblo de Israel, o, por lo menos, de su RESTO.
En esta perspectiva, se abren los horizontes para el Profeta, que divisa
entonces una ampliación inaudita de las promesas de Salvación. Después de
Israel, otras naciones se convertirán: abandonando sus ídolos, volverán todas
para el Dios vivo y verdadero (Is 45,14ss; cf. Jer 16,19ss). El libro de Jonás
será una predicación profética dirigida a paganos, a fin de que también éstos
“se conviertan y vivan”. La noción de penitencia evolucionó considerablemente,
y el pueblo se apartó mucho del puro ritualismo que predominaba en el antiguo
Israel.
26
Cf. J. R. Scheifler, in Enciclopédia Luso-Brasileira de Cultura, Edição Século XXI – ver Bibliografía.
2
Cf.Jgi & PG, in Vocabulario de Teología Bíblica – Ver Bibliografía.
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Después del exilio, la conversión nacional en Israel, fue fruto de la
predicación de los Profetas, y de la grande experiencia de prueba al haber
tenido que vivir en tierra extranjera. Es el tiempo en que las liturgias de
expiación adquieren su importancia, tan grande es la obsesión del pecado. La
llamada de Ezquiel fue oída, los Salmos de los enfermos y de los perseguidos
son auténticas confesiones de pecado, y aparece el poeta Job, revelando un
sentido muy profundo de la impureza radical del hombre (Job 9,30ss; 14,4).
Pero la expresión más perfecta de estos sentimientos es el «MISERERE» (Sl 50),
en que la doctrina profética de la conversión se hace oración, en un contexto
de diálogo con Dios (cf. v. 6), de confesión de las culpas (v. 5ss), de petición de
purificación interior (v. 3ss. 9), de llamada a la Gracia, única capaz de
transformar el corazón (v. 12ss), de orientación hacia una vida fervorosa (v. 15-
19).
En el Nuevo Testamento, la conversión es predicada por Juan Bautista,
que anuncia la proximidad del Reino, y ésta se hace urgente con Jesucristo,
que afirma con Su presencia: «El Reino de Dios está próximo; convertíos y
creed en la Buena Noticia» (Mc 1,15. Mat 4,17). Pero Jesús no se contenta con
anunciar la proximidad del Reino; El própio inaugura el Reino, y si El vino, fue
para «llamar a los pecadores a la conversión» (Lc 5,32). Jesús se presenta
como el «signo de Jonás» en medio de una generación «mala y perversa»,
menos vuelta para Dios que la misma ciudad de Nínive (Lc 11,29-32).
Sin alusión a ritos penitenciales y desconfiando de signos visibles, Jesús
exige un corte radical con el mundo y con la falsa religiosidad (Mc 10,21; Lc
18,9). El prefiere la conversión interior, que hace volver a ser como niños (Mt
18,3), y que «busca el Reino de Dios y su justicia». En parábolas muy
expresivas, Jesús explica a sus discípulos cómo la conversión implica una
voluntad de cambio moral, pero que es sobretodo una humilde llamada, un acto
de profunda confianza en Dios: «Dios mío, ten piedad de mí, pecador» (Lc
18,13) En este sentido, el Evangelio de S. Lucas es particularmente rico en
Parábolas, como la de la oveja perdida, la del dracma perdido, la del hijo
pródigo (Lc 15). Este evangelista se complace en narrar pormenorizadamente
algunas conversiones, como la de la pecadora arrepentida (Lc 7,36-50), y la de
Zaqueo (Lc 19,5-9).
En el contexto neo-testamentario, la conversión es tema del KERIGMA
universal (Lc 24, 27): para los Judios, supone conversión moral – METANOIA
(Act 2,38) – en el sentido de la penitencia, para poder «volver» (epistréphein)
para Jesucristo (Act 3,19); para los paganos, la conversión a Cristo supone el
«volverse» de los ídolos (Act 14,15; 1Tes 1,9). Sólo así se consigue la
«criatura nueva» de que habla S. Pablo.
Por fin, los mensajes a las siete Iglesias con que se abre el libro del
Apocalipsis, son claros convites al arrepentimiento, que suponen
correspondientes desvíos del fervor inicial (Apoc 2,5. 16,21ss; 3,1. 19).
Así, la conversión es una Gracia que despierta la conciencia de pecado,
llevando, por la humildad, al encuentro personal con Dios, al encuentro con
Jesucristo Resucitado, al cual no se llega sino por la «vía cristiana», el estilo de
la comunidad cristiana, mantenido durante toda la vida (Act 11,23), el que
suscitará la fe en la Buena Nueva, y la venida del Reino (Mc 9,23; 10,27; etc...).

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CONVERSATIO EN LA REGLA DE S. BENITO

En este capítulo, apoyaré la casi totalidad de mis afirmaciones en un


trabajo elaborado por un monje benedictino americano, D. Ambrose Wathen,
para muchos con certeza conocido, pues es un perito en esta materia.
Por extraño que parezca, la palabra CONVERSATIO fue sustituída en el
texto de la Regla, desde los primeros copistas discípulos de S. Benito, de tal
modo les interrogaba esta expresión del autor de la RB. Fue con el
descubrimiento del manuscrito Sangalese 914, creo que en los comienzos del
siglo XX (?), que se devolvió al texto la palabra original, que S. Benito habría
preferido a cualquier otra.

Hoy la palabra CONVERSATIO aparece 10 veces en la Regla de S. Benito: 3

Pról. 49 RB 58,1
RB 1,3 RB 58,17
RB 1,12 RB 63,1
RB 21,1 RB 73,1
RB 22,2 RB 73,2

RB PRÓL. 49

«Processu vero conversationis et fidei, dilatato corde, inenarrabili


dilectionis dulcedine curritur via mandatorum Dei».
«Mas, al progresar en la vida monástica y en la fe, ensanchado el
corazón por la dulzura de un amor inefable, vuela el alma por el camino de los
mandamientos de Dios».

Es la primera vez que la palabra CONVERSATIO es usada en la RB, en un


contexto sobrecargado de palabras e ideas que van a ser clave de lectura para
toda la Regla. El Monasterio es una «Escuela del Servicio del Señor»4, y este
servicio del Señor es un largo proceso de enmienda de vicios y de práctica de
la caridad a través de la disciplina de la vida monástica. Es un camino, un
proceso que exige perseverancia hasta la muerte. Aquí, la idea de proceso, de
duración, de continidad es tan fuerte, que aparece como una línea contínua en
el pensamiento del autor:
47: processerit; 48: viam salutis, initio; 49: processu, dilatato, curritur via;
50: usque ad nortem, perseverantes.
Tal como en el último capítulo de la RB, la CONVERSATIO tiene que ver
mucho con un inicio (RB 73,1 initium) y con un fin, o perfección (RB 73,2 ad
perfectionem). Por su insistencia, se vuelve muy clara la intención del autor:
CONVERSATIO es un camino de vida, una disciplina, que tiene como meta la
enmienda de los vicios y el crecimiento en el amor. En su origen, es una
participación en la Pasión de Cristo, que hace al monje capaz de hacerse
participante del Reino. De este modo la meta es la vida con Cristo y en Cristo
por toda la eternidad. Los medios, son la estabilidad, la obediencia (RB 58,17)

3
Cf. D. Ambrose Wathen, «Conversatio and Stability in the Rule of Benedict», Monastic Studies, 1975, 11.
4
RB Pról. 45
Conversatio morum – Loyola 2001 pág.4

y la disciplina en la Escuela del Servicio del Señor, que aquí aparece como un
processu conversationis.
En RB Pról 49, CONVERSATIO y FIDES son sinónimos. Ambos son un
proceso, esto es, algo dinámico. Claro que la CONVERSATIO es la expresión
exterior de la Fe interior, pero interior y exterior son inseparables.
Encontramos esta misma idea en el versículo 21 del Prólogo da RB:
succintis ergo fide vel observantia bonorum actuum. Algunas veces, San Benito
llama fe a la vida interior, escogiendo para explicitar la vida exterior, las
palabras CONVERSATIO, OBSERVANTIA, DISCIPLINA. Siendo un elemento del
proceso, CONVERSATIO se refiere así, generalmente, a su manifestación exterior.
Sin embargo, una vez que estos dos aspectos son inseparables, CONVERSATIO
se puede usar para expresar la unidad interior-exterior.

RB 1,3 – «LAS CLASES DE MONJES»


«Deinde secundum genus est anachoretarum: id est, eremitarum, horum
qui non conversationis fervore novicio, sed monasterii probatione diuturna...»
«El segundo género es el de los anacoretas, o, dicho de otro modo, el de
los ermitaños. Son aquellos que no por un fervor de novato en la vida
monástica, sino tras larga prueba en el monasterio,...»

Está aquí bien presente la idea de duración. El primer fervor de la


conversión contrasta nítidamente con la larga prueba (diuturna = un día y otro)
i.e., durante un largo período de tiempo. Hay un grande contraste entre el
combate solitario y la lucha en las filas fraternas: la CONVERSATIO de los
cenobitas es la experiencia común de la lucha contra el demonio.

RB 1,12 - «LAS CLASES DE MONJES»


«De quorum omnium horum miserrima conversatione melius est silere
quam loqui»
«Será mucho mejor callarnos y no hablar de la miserable vida que llevan
todos éstos».

En este mismo Capítulo primero, pero más adelante, hablando sobre los
monjes giróvagos, siempre errantes y nunca estables, dados a la gula y
servidores de su propia voluntad, S. Benito llama a este género de
comportamiento MISERRIMA CONVERSATIO. Salta a la vista en este texto el
significado de STABILITAS y CONVERSATIO. En los monjes giróvagos, la falta de
estabilidad es, sin duda, una parte de su misérrima CONVERSATIO. S. Benito
revela aquí claramente, que un elemento fundamental de la CONVERSATIO, es la
estabilidad, estando ésta estrechamente relacionada con el lugar, con la
cuestión del monje de permanecer hasta la muerte en el monasterio de su
Profesión.
En este texto, otro elemento bien visible de la CONVERSATIO, es el modo
como se responde a la voluntad propia. Servirla es MISERRIMA CONVERSATIO,
mientras que negarla, renunciar a ella, abandonarla, es la raíz de la Obediencia
(RB 5,7; 12). En vista de ésto, podemos concluir que SANCTA CONVERSATIO,
incluye Obediencia.
Así, la estabilidad y la obediencia aparecen desde el principio en la RB
como elementos esenciales de la CONVERSATIO para el cenobita benedictino.

Conversatio morum – Loyola 2001 pág.5



Y todavía es de notar que el ayuno, o por lo menos la abstinencia, hace
parte del concepto de CONVERSATIO en la RB.
El uso del concepto de SERVICIO, también es interesante. Los giróvagos
sirven a su voluntad propia y su vientre. Esta es su CONVERSATIO. Pero lo que
es aconsejable a los cenobitas, es que sirvan a Cristo, sirviéndose unos a los
otros. En este contexto, queda bien recordar la opinión de D. Adalbert de
Vogué, cuando dice, como veremos más adelante, que SERVIRE DEO en la
Regla del Maestro, es equivalente a CONVERSATIO en la Regla de San Benito.

RB 21,1 - «LOS DECANOS DEL MONASTERIO»


«Si maior fuerit congregatio, eligantur de ipsis fratres boni testimonii et
sanctae conversationis et constituantur decani,...»
«Si la comunidad es numerosa, se elegirán de entre sus miembros
hermanos de buena reputación y vida santa, y sean constituidos como
decanos,...»

Hermanos de buena reputación y santa CONVERSATIO, son escogidos de


acuerdo con los méritos de su vida y la sabiduría de su doctrina. Las ideas
paralelas existentes en este texto, son interesantes y muy importantes. Se
encuentra la misma conexión entre CONVERSATIO y VITAE MERITUM, en el Cap. 63
(v.1) de la RB. Hay una relación muy fuerte entre CONVERSATIO y
comportamiento moral, que aquí se identifican: ambos son susceptibles de ser
externamente evaluados. Por consiguiente, CONVERSATIO no es mera buena
intención, es un comportamiento exterior, que puede ser visto y evaluado.
Estos hombres de santa CONVERSATIO son solícitos para con los otros, i.e.,
tienen responsabilidades en la comunidad, sin duda de acuerdo con las
órdenes del Abad, en la obediencia. Es así que los elementos de la
CONVERSATIO en este texto, se refieren a la comunidad, a la obediencia y a la
humildad (cf. RB 21,5).

RB 58,1 - «LA ADMISIÓN DE LOS HERMANOS»


«Noviter veniens quis ad conversationem, non ei facilis tribuatur
ingressus...»
«Cuando alguien llega por primera vez para abrazar la vida monástica,
no debe ser admitido fácilmente.»

En este capítulo, San Benito prescribe que el novicio sea examinado, de


manera que se vea si de verdad busca a Dios - «si revera Deum quaerit» (RB
58,7). Esto podría considerarse una disposición exterior, pero en realidad, la
Regla pide que se examinen tres aspectos específicos: en el Opus Dei, en la
Obediencia y en los Oprobios, porque de esta manera es como se va a Dios.
Es evidente la idea de proceso, de un camino a recorrer, que es, o puede ser
pesado y difícil (cf. RB Pról 45-50), pero San Benito espera que no (cf. RB Pról
46).
Nítidamente, la CONVERSATIO que el nuevo monje viene a buscar, es el
própio tejido de la vida monástica: él viene a vivir un modo de vida, un patrón
definido de comportamiento monástico, en gran parte lleno por el Opus Dei. En
el caso de encontrar lo que quiere y busca, entonces el novicio promete
estabilidad en esta manera de vivir, i.e. fidelidad en este género de vida (RB
58,9).

Conversatio morum – Loyola 2001 pág.6



RB 63,1 - «LA PRECEDENCIA EN EL ORDEN DE LA COMUNIDAD»
«Ordines suos in monasterio ita conservent, ut conversationis tempus,
ut vitae meritum discernit utque abbas constituerit».
«Dentro del monasterio conserve cada cual su puesto con arreglo a la
fecha de su entrada en la vida monástica o según lo determine el mérito de su
vida por decisión del abad».

En este texto, la palabra TEMPUS subraya la cuestión de la duración. Es


digno de notar el paralelo evidente entre VITAE MERITUM y CONVERSATIO.

RB 73,1-2 - «NO QUEDA PRESCRITA EN ESTA REGLA TODA LA PRÁCTICA DE


LA PERFECCIÓN»
«Regulam autem hanc descripsimus, ut hanc observantes in monasteriis
aliquatenus vel honestatem morum aut initium conversationis nos
demonstremus habere. Ceterum ad perfectionem conversationis qui festinat,
sunt doctrinae sanctorum Patrum quarum observatio perducat hominem ad
celsitudinem perfectionis».
«Hemos esbozado esta regla para que, observándola en los
monasterios, demos pruebas, al menos, de alguna honestidad de costumbres o
de un principio de vida monástica. Mas el que tenga prisa por llegar a una
perfección de vida, tiene a su disposición las enseñanzas de los Santos
Padres, que, si se ponen en práctica, llevan al hombre hasta la perfección».

La noción de proceso es muy fuerte en este capítulo (1: initium; 2:


perfectionem). Los extremos se tocan: en su primer uso en la RB (pról 49) y en
su último uso (RB 73,1-2), la dimensión de proceso es especificada y
remarcada a través de la repetición. S. Benito quiere tener la certeza de que el
aspecto dinámico de la CONVERSATIO no queda olvidado. Y lo que define el
proceso es la vivencia de la Regla. La perfección de la vida monástica, se
alcanza a través de la observancia de las enseãnzas de los Santos Padres.
Así, la idea de tradición es relativa a la OBSERVATIO y a la CONVERSATIO. Esta
tradición se encuentra sin duda ninguna en el Antiguo y en el Nuevo
Testamentos, en los Padres de la Iglesia y en los Padres del Monaquismo,
especialmente en S. Basilio.

Después de estas anotaciones sobre algunos pasajes escogidos de la


RB, en que S. Benito usa decididamente la palabra CONVERSATIO, creo que
podemos concluir que:
 En la RB, CONVERSATIO es un proceso, y un proceso dinámico.
 Se refiere sobre todo al comportamiento exterior, aunque se entienda que
debe ser interiorizado. S. Benito, a veces, llama fe al aspecto interior,
mientras que al exterior, le llama CONVERSATIO, DISCIPLINA, OBSERVATIO.
Otras veces, une ambos aspectos interior y exterior.
 La CONVERSATIO es, sin duda, lo que atrae al monje al Monasterio. Es lo que
él quiere hacer, i.e., configurar su vida con esta manera de vivir.
 La CONVERSATIO puede ser evaluada, aunque no infaliblemente.

Conversatio morum – Loyola 2001 pág.7



CONVERSATIO EN ALGUNAS FUENTES ESCOGIDAS DE LA RB

El Estudio de D. Ambrose Wathen en el que me estoy apoyando, recorre


algunas obras anteriores a S. Benito, que, con certeza, el autor de la RB
conoció a fondo, una vez que sus expresiones encuentran en ellas su fuente,
su origen. Estas fuentes son los documentos Latinos Pacomianos, tanto la
Regla de S. Pacomio, como el Liber Orsiesii, la Regla de S. Cesário de Arles y
la Regla del Maestro = RM.
En la Regla de S. Pacomio5, el verbo CONVERSARI es usado una vez en
la introducción a los PRAECEPTA ET INSTITUTA, para expresar lo que se hace en la
Casa de Dios: se vive de acuerdo con la tradición de los Apóstoles y de los
Profetas. CONVERSARI, se comprende como una experiencia comunitaria, y
aparece relacionado con el concepto de aguantar firme. La palabra
CONVERSATIO es usada tres veces: es uno de los requisitos para vivir como los
santos deben vivir; significa el santo camino de la vida, o la manera de vivir de
un monje, transmitida por los más ancianos; es la manifestación exterior de la
Fe interior. En el párrafo 14 (PRAECEPTA AC LEGES), S. Pacomio usa la misma
expresión que S. Benito retoma en el Prólogo de la RB6: «PROBATAE FRATRES
CONVERSATIONIS ET FIDEI». En su contexto, así como en la RB, CONVERSATIONIS y
FIDEI, se pueden comprender como palabras sinónimas, o como dos aspectos
de la misma cosa.
El Liber Orsiesii usa también las palabras CONVERSATIO, CONVERSARI y
CONVERSIO – CONVERTERE. En él se dice que los santos vivieron como el Señor
prescribió y como los Padres enseñaron. La manera de vivir del monje es
determinada por lo que el Señor enseña en el Evangelio, tal como es
transmitida por la tradición monástica. Esta misma idea, como norma de la
CONVERSATIO del monje, se encuentra en la RB:
➔ En el Prólogo (49) de la RB, el proceso del camino monástico (PROCESSU
VERO CONVERSATIONIS ET FIDEI), está determinado por los mandamientos
de Dios y por la doctrina de Cristo el Maestro.
➔ En el Cap. 73 (2-6), la perfección del camino de vida monástica (AD
PERFECTIONEM CONVERSATIONIS), se consigue a través de la doctrina de
los Santos Padres, i.e., del Nuevo y del Antiguo Testamento, de los
Padres Católicos, Conferencias e Instituciones de la Tradición
Monástica, de las Reglas de S. Basilio.

Es también probable que el autor de la RB haya conocido la Regula ad


Monachos 7 de S. Cesário de Arles 8. El uso de la palabra CONVERSATIO en
esta Regla, nos indica claramente el uso y significado del término, más o
menos en la misma época en que la RB fue escrita.
De hecho, en el texto de la Regula ad Monachos, CONVERSATIO es un
largo proceso; es una vida de mucho trabajo y lucha para adquirir virtudes y
destruir vicios. Lo importante para el monje, es la capacidad de resistencia, la
continuidad, la perseverancia, y lo que caracteriza el verdadero monje, es su
comportamiento monástico del día a día, su CONVERSATIO. En el conjunto de la
5
D. Amand Boon, Pachomiana Latina, Règle et Epîtres de S. Pachôme, Epître de S. Theodore et «Liber» de S.
Orsiessius. Texte Latin de S. Jerôme, Louvain, 1932 – cit. por D. Ambrose Wathen, op. Cit.
6
RB Pról 49
7
PL, 67, 1099 – 1104 – cit. Por D. Ambrose Wathen, op. Cit.
8
A. de Vogué.«La Règle de Césaire d’Arles pour les moines: un résumé de as Règle pour les moniales», Revue
d’Ascétique et Mystique, 47 – 1971, págs. 369-406- cit. Por D. Ambrose Wathen, op.cit.
Conversatio morum – Loyola 2001 pág.8

Regla, Cesario parece dar énfasis al combate própio de la vida monástica, a la
lucha contra los vicios y pecados, y a la adquisición de virtudes.
En el Cap. XIX de la Regula, Cesario dice que Dios y los ángeles se
rejubilan con la SANCTA CONVERSATIONE del monje. Este es el modo de actuar
de los MILITES CHRISTI, que combaten el demonio, que tomaron sobre sí la Cruz
para seguir a Cristo. Cesario especifica también los elementos de esta lucha:
humildad, caridad, vigilancia en la Opus Dei, paciencia, silencio, docilidad,
compunción. Tales acciones, son la SANCTA CONVERSATIO, que alegra a Dios y a
los Angeles. Aguantando firme, el monje deberá perseverar en este camino de
vida, en el Monasterio donde entró.
Otra fuente indudable de la RB es la Regla del Maestro (RM) 9. La RM
nunca usa la palabra CONVERSATIO, pero en contrapartida, utiliza cuatro veces
la palabra CONVERSIO. Si comparamos el versículo 3 del primer capítulo de la
RM con el versículo 3 del primer capítulo de la RB, vemos de inmediato que S.
Benito usó la misma idea, habiendo mudado deliberadamente la palabra
CONVERSIONIS para CONVERSATIONIS. Las otras tres utilizaciones, no tienen
ningún paralelo en la RB.

CONVERSATIO SEGÚN ALGUNOS COMENTADORES DE LA RB

El concepto de CONVERSATIO MORUM en la RB, ha sido objeto de reflexión


para muchos comentadores de la Regla, a veces, hasta ha sido asunto de agrio
debate. No todos están de acuerdo en lo que se refiere al significado de este
voto.
En el pasado siglo XX, algunos autores publicaron estudios en los que
afirmaban sus posiciones. En resumen, he aquí las opiniones de algunos
comentadores de la RB:
Para D. Delatte10, CONVERSATIO simplemente significa «Vida Religiosa».
Así, por su voto de CONVERSATIO MORUM, el monje se obliga a sí mismo a
procurar la perfección según la RB.
Cuthbert Butler, en su estudio sobre la vida benedictina11, acepta la
palabra CONVERSATIO como auténtica en la lectura de la Regla, significando
simplemente «Vida Monástica»; y la expresión CONVERSATIO MORUM, todavía
difícil de traducir, podría significar “conducta de vida personal”.
John Chapman12, trata la cuestión de la CONVERSATIO MORUM muy
pormenorizadamente, concluyendo que CONVERSATIO significa «monasticity of
behaviour», i.e., «monasticidad en el comportamiento». Para él, la mejor
paráfrasis para la RB 58,17, debería ser «que el prometa vivir como un monje
debe vivir».

9
A. de Vogué, «La Règle du Maitre» I-II, Sources Chrètiennes, 105-106, Paris 1964 – cit. Por D. Ambrose
Wathen, op. cit.
10
The Rule of St. Benedict, “A commentary”, translated by D. Justin Mc Cann – New York 1921, from the
original of 1913 – cit. Por D. Ambrose Wathen, op. cit.
11
Benedictine Monachism: Studies in Benedictine Life and Rule, Cambridge 1924; New York 1961 – cit. Por
D. Ambrose Wathen, op. cit.
12
St. Benedict and the Sixth Century, London, 1929 – cit. Por D. Ambrose Wathen, op. cit
Conversatio morum – Loyola 2001 pág.9

Justin Mc Cann, aborda la cuestión de la CONVERSATIO en dos obras
distintas. En su Historia sobre S. Benito13, afirma que la conversión de
costumbres es un voto muy general. En las notas de su traducción de la
Regla14, demuestra que CONVERSATIO tiene dos significados, ambos usados en
la RB. En un primer sentido es activo, y designa «volverse monje». En un
segundo sentido, se refiere a la vida monástica en cuanto disciplina
establecida, «self-discipline», observancia regular. Hay una continuidad entre
estos dos significados, una vez que «volverse monje» evoluciona para «ser
monje», siendo toda la vida del monje una prolongación de la conversión
original.
La RB usa CONVERSATIO en el primer sentido en:
RB 1,3; 22,2; 58,1; 58,17; 63,1
Y en el segundo sentido en:
RB Pról 49; 1,12; 21,1; 73,1; 73,2.
Basilius Steidle, en su comentario a la Regla de S. Benito15, dice que
CONVERSATIO MORUM es equivalente a:
➔ una vida de búsqueda monástica de la virtud
➔ una manera moral de vivir en un Monasterio.
Para él, MORES significa la vida del monje, en su esfuerzo por crecer en
la virtud, siendo las palabras VITA, MORES, CONVERSATIO, realmente sinónimas.
Philibert Schmitz, en su artículo sobre CONVERSATIO (CONVERSIO)
16
MORUM, en el excelente Diccionario de Espiritualidad , presenta una posición
bastante reaccionaria y contradictoria. Por un lado, admite que la palabra
usada por el autor de la RB, es CONVERSATIO; por otro lado, reivindica que su
significado es el mismo de CONVERSIO. A D. Schmitz le parece que la erudición
complicó mucho lo que en su origen, es una simple verdad. La RB pide que el
novicio se comprometa a corregirse todos los días de sus faltas, vistiéndose de
virtudes, para tender a la perfección en el Monasterio. Para justificar su
posición, D. Schmitz apela a Juan Casiano, en cuyos escritos la VITA ACTUALIS
ACTIVA, es lo mismo que CONVERSATIO en la RB.
Philip Hickey, al final de los años 60, presentó una posición
provocadora17, en la mejor de las hipótesis, escatológica. En el contexto de la
Teología de la Comunidad, afirma que la palabra CONVERSATIO expresa el
conocimiento convicto de comunidad, siendo su fundamento bíblico la frase de
S. Pablo a los Filipenses: «nuestra ciudadanía es el cielo» (Fil 3,20). Siendo
esta ciudadanía celeste el último estadio de la vida monástica, vivirla es, desde
ahora, vivir la CONVERSATIO final del cielo.
Hoppenbrowers, filólogo perito en latín monástico, apoya su estudio
sobre el concepto de CONVERSATIO18, en el «THESAURUS LINGUAE LATINAE»
(tomo 4, 1906-1909). En su opinión, CONVERSATIO tiene un significado especial:
- estar ocupado con = disciplina; ocupación, acción; presencia, modo de actuar.

13
«St. Benedict: The Story of the Man and his Work» - Garden City, New York, 1958 – cit. Por D. Ambrose
Wathen, op.cit.
14
«Rule of St. Benedict» - Westminster MD, 1952 – cit. Por D. Ambrose Wathen, op. cit
15
«A commentary» - Canon City CO, 1967. Ver también «De Conversatione Morum Suorum», Studia
Anselmiana, 44, Roma 1959, pgs. 136-144 – cit. Por D. Ambrose Wathen, op. cit.
16
«Conversatio morum», Dictionnaire de Spiritualité, II, 1953, pgs. 2206-2212 – cit. Por D. Ambrose Wathen,
op. cit.
17
«The Teology of Community in the Rule of St. Benedict», American Benedictine Review, 20, 1969, pgs.
431-471, cit. por D. Ambrosen Wathen, op. cit.
18
«Conversatio: une étude sémasiologique», Graecitas et Latinitas Christianorum Primaeva, Supplementa I –
Nimègue, 1964, pgs. 45-95 – cit. por D. Ambrose Wathen, op.cit
Conversatio morum – Loyola 2001 pág.10

Pero también tiene un significado general: - habitar, residir; actividad, vida =
VITA, periodo de vida; refiérese a todos los acontecimientos y actividades de un
determinado lugar, sea profano, cristiano o monástico. Todavía puede querer
decir manera de vivir, siendo este, su significado más importante.
En este sentido, la palabra CONVERSATIO se refiere generalmente a la
vida humana, pero puede también referirse a la vida de los animales. Se refiere
a la sociedad. Dice respecto a la conducta de vida: a los autores cristianos les
gustaba combinar CONVERSATIO con un sinónimo, por ejemplo: VITA, MORES,
ACTUS, OPERATIO. Muchas veces se refiere a la manera de vivir de un grupo
religioso, y aparece muchas veces en paralelo con disciplina. Es usado como
significado de una vida austera y penitente, aunque sin relación con vida de
perfección. Significa la vida en cualquier estado. Puede significar la manera de
vivir de los CONVERSI / CONVERSAE, i.e., de monjes y vírgenes. Puede
corresponder a ASKESIS, observancia (RB 22,2). Significa vida en el estado de
CONVERSUS / CONVERSA, i.e., vida de monje o virgen (este uso se encuentra
frecuentemente en los cánones de los Concilios del siglo VI).
Pero Hoppenbrowers comenta el uso de la palabra CONVERSATIO en la
RB 58,17, identificándose con la opinión de Steidle, que considera
CONVERSATIO MORUM, un genitivo de inerencia, i.e., un genitivo explicativo, que
no hace más que repetir con otras palabras, lo que ya fue dicho en la primera
parte de la frase. Por consiguiente, S. Benito pide que aquel que va a ser
recibido, haga voto de 1- estabilidad 2- de tener una conducta moral 3- de
obediencia.
Siendo un excelente estudio, no parece hacer justicia a la riqueza del
concepto de CONVERSATIO. «Conducta moral» es demasiado pobre; da la
impresión el autor de que la cuestión de las MORES es suficiente para definir
CONVERSATIO. Y lo que el monje promete, de hecho, va mucho más allá del
comportamiento moral.
L. Th. A. Lorié, hizo un estudio sobre las dos traducciones latinas de la
«VITA ANTONII», una hecha por Evagrius, otra hecha por un autor anónimo del
siglo IV19. En estas traducciones, las palabras griegas usadas para la manera
de vivir ascética, fueron traducidas para el latín: PROPOSITUM, INSTITUTUM,
CONVERSATIO. Así, CONVERSATIO significa: - vida o comportamiento en su
aspecto moral, y como traducción de POLITEIA, es una especie de término
técnico en el Latín cristiano primitivo; significa también convivencia social,
significado éste de origen postclásico. Una vez que CONVERSATIO traduce
POLITEIA en su aspecto moral, no es sorprendente que esta palabra pudiese
también ser usada para traducir ASKESIS, en el sentido de expresar la manera
ascética de vivir.
Muchas veces VITA y CONVERSATIO son palabras mutuamente
comparadas. VITA expresa el fenómeno biológico, o el curso de la historia;
CONVERSATIO ve la vida en su aspecto moral, i.e., de conducta humana,
mirando también su original significado post-clásico de confraternidad o
convivencia social. En la perspectiva de la vida cristiana CONVERSATIO contiene,
sin duda, un elemento ascético, y esta dimensión no puede ser ignorada ni
evitada.

19
«Spiritual Terminology in the Latin Translations of the VITA ANTONII with reference to fourth and fifth Century
Monastic Literatura» - Nijmegen, 1955 cit. por D. Ambrose Wathen, op. cit.
Conversatio morum – Loyola 2001 pág.11

Adalbert de Vogué es, sin duda, uno de los comentadores más
influyentes de la RB, que nos despierta para algunos aspectos fundamentales
del uso de la palabra CONVERSATIO en la RB20.
En el Prólogo (49) de la RB - «PROCESSU VERO CONVERSATIONIS ET FIDEI» -
CONVERSATIO, es un proceso. Para D. de Vogué, San Benito se refiere en este
texto a la plataforma intermediaria entre el INITIUM CONVERSATIONIS (RB 73,1) y
la PERFECTIONEM CONVERSATIONIS (RB 73,2). Esta expresión, según D. de
Vogué, se encuentra igualmente en la Regla de S. Pacomio (Leg. 14), pues la
fe está intrínsecamente relacionada con la CONVERSATIO. Casiano también
habla de un INITIUM CONVERSATIONIS AC FIDEI en su III Conferencia (vers. 15).
D. de Vogué hace notar que la CONVERSATIO puede ser MISERRIMA (RB
1,12) y SANCTA (RB 21,1). El comenta nuevamente que tiene un principio y una
perfección (RB 73,1-2) y es capaz de un progreso (RB Pról 49). San Benito
condena continuamente las cosas supérfluas, por eso RB 22,2 - «Según el
criterio de su abad, recibirán todo lo necesario para la cama en consonancia
con su género de vida», es una llamada de atención a la simplicidad monástica.
En su comentario, trata detalladamente de la CONVERSATIO MORUM21.
Parece haber en él un cierto consenso a favor de la interpretación -«conducta
moral». MORUM es considerado un genitivo de inerencia, explicativo,
potenciando la CONVERSATIO. El monje promete guardar la CONVERSATIO que lo
atrajo al Monasterio (RB 58,1), i.e., la vida monástica definida por la estabilidad
y por la obediencia.
Comparando el uso de CONVERSATIO en la RB y en la RM, D. de Vogué
constata que la RM no utiliza este término, sino que usa varias veces las
palabras: CONVERSIO, CONVERSUS, CONVERTERE (Caps. 87 a 90). En la Regla del
Maestro (90,1), el nuevo candidato viene del mundo (de saeculo) para servir a
Dios en el Monasterio (ad servitium Dei in monasterium), y dice que quiere ser
convertido (se velle converti). Así, SER CONVERTIDO significa abrazar la vida
religiosa, tal como es vivida en este Monasterio, lo que es igual a SERVICIO DE
DIOS.
«Aquel que se presenta a la CONVERSATIO» (RB 58,1), corresponde en la
RM a «desea ser convertido». Ambos significan un requisito para entrar en el
Monasterio. En la RM, CONVERTI significa siempre, abrazar la vida religiosa, y
por dos veces, esto es especificado con la indicación IN MONASTERIO. Por
consiguiente se trata de una forma de vida monástica concreta, como es vivida
en el Monasterio y como es definida por la Regla.
D. de Vogué compara también las fórmulas de la Profesión de la RB y de
la RM. En la RM22, el Abad pregunta: «Qué quieres?»; y el nuevo monje
responde: «Deseo servir a Dios a través de la disciplina de la Regla que me fue
leída en vuestro Monasterio». Es muy interesante encontrar aquí una triple
dimensión de la promesa, en todo equivalente a la que S. Benito pide a sus
monjes:
1 – ESTABILIDAD = en este Monasterio
2 – OBEDIENCIA = a través de la disciplina de la Regla
3 – CONVERSATIO MORUM = deseo de servir a Dios

20
A. de Vogué et Jean Neufville, «La Règle de St. Benoit», I-IV, Sources Chrètiennes, 181-186, Paris, 1971-72 – cit.
por D. Ambrose Wathen, op. cit.
21
Sec. IX. IV párrafo II-VI, 1324 – op. cit.
22
RM 89,7
Conversatio morum – Loyola 2001 pág.12

Para D. de Vogué la CONVERSATIO de la RB es equivalente al SERVIRE
DEO de la RM.
Tal como Steidle, D. de Vogué es de la opinión que la RB no pretende
definir tres votos distintos; S. Benito va más lejos, definiendo, sí, tres aspectos
inseparables de una única promesa. Realmente, la vida monástica es SEVICIO
DE DIOS (CONVERSATIO MORUM), determinada y definida por la Obediencia a la
Regla y al Abad, a lo largo de toda la vida, en el mismo Monasterio. Siendo así,
se vuelve claro que en el compromiso benedictino, hay una sola promesa y no
tres votos distintos. Esta interpretación de radical unidad se fundamenta en los
versículos 15 y 16 del Cap 58: «según la ley de la Regla (Obediencia), el monje
no podrá dejar el Monasterio (Estabilidad)». Obediencia y Estabilidad son
inseparables: la Obediencia hace al monje estable y la Estabilidad es una
forma de Obediencia.
Un punto interesante, que D. de Vogué subraya, es que según la RB,
el novicio promete primero Estabilidad (RB 58,9); sólo al fin de la tercera lectura
de la Regla, un año después, promete Obediencia (RB 58,14); y sólo después
de ésto, celebra la ceremonia de la profesión. Las dos promesas anteriormente
hechas, constan en el documento, en la carta de Profesión, pero en este día se
acrecienta la tercera: la promesa de CONVERSATIO MORUM. Es éste el nuevo
aspecto que el novicio acrecienta al hacer la Profesión. D. de Vogué no explica
ésto. Según el parecer de D. Ambrose Wathen, tal vez ésto signifique que por
su Profesión, el novicio se confirme en la CONVERSATIO MORUM que vino
buscando (RB 58,1), la cual fue experimentada en la Estabilidad (RB 58,9) y en
la Obediencia (RB 58,14), ahora declarada en el sentido de toda su vida, en el
proceso de su vida.

Todas estas opiniones nos llevan a concluir que:

 Para muchos comentadores de la RB, la palabra CONVERSATIO es


equivalente o relativa a CONVERSIO.
 Esta noción incluye esencialmente las nociones de pobreza y
castidad.
 Por la promesa de CONVERSATIO, el monje queda obligado a buscar la
perfección, de acuerdo con la RB – es su deber arrancar los vicios e
implantar virtudes.
 CONVERSATIO significa conducta de vida monástica, o compor-
tamiento, y para los Benedictinos, ésto es determinado por la RB.
 La palabra se refiere a la ciudadanía del monje, en la confraternidad
de los creyentes.

Conversatio morum – Loyola 2001 pág.13



ESPIRITUALIDAD DINÁMICA DE LA CONVERSATIO EN LA RB

CONVERSATIO, estilo de vida, género de vida monástica, cultura


monástica, o lo que prefiramos acentuar, conforme el punto de vista de cada
uno de nosotros, tiene por finalidad la transformación de toda nuestra persona
en Cristo, nuestra Transfiguración. Me decía una vez el Sr. D. Luis Aranha,
Abad del Monasterio de Singeverga, que por la CONVERSATIO, se muda el ethos
mundano en ethos monástico, en orden a nuestra Transfiguración en Cristo.
Esta transformación tiene su raíz en el Bautismo, primera y fundamental
transformación, que por el Espíritu Santo nos introduce en la Vida Divina y en
la Vida de la Iglesia. Transformación total, sí, que no siendo repentina, asume
el carácter de proceso a lo largo de toda la vida del monje. Según San Benito,
es un camino a recorrer, “corriendo”23.
Es un trabajo personal y comunitario a realizar por cada uno de
nosotros, en diálogo con el Espíritu Santo. La Regla de San Benito, dándonos
los instrumentos básicos del arte espiritual, es para nosotros como un guía de
viaje, el “modo benedictino” de poner en práctica el Evangelio: única fuente de
Vida, que nunca se agota.
En este “modo benedictino”, son fundamentales para seguir a Cristo a
través del Evangelio:
 la escucha de la Palabra de Dios
 la liturgia
 la Lectio divina
 la vida común
 el trabajo
 la acogida
 la separación del mundo = la clausura del Monasterio.
Según San Benito, la práctica de estos medios particulares exige una
actitud de humildad, de obediencia, de renuncia a sí mismo, de combate
espiritual, de silencio, de pureza de corazón, de caridad, que el autor de la RB
va explicitando a lo largo del texto, de maneras diferentes. Su pensamiento no
se expresa en línea recta, sino en espirales, a la manera del Evangelio de S.
Juan, haciéndonos contínuamente «volver a Aquél de quien por la
desobediencia nos apartamos»24
Hoy, nuestra manera de vivir el «processu conversationis et fidei»25,
tiene que dejar trasparentar una profunda experiencia de Dios. El mundo actual
vive experimentando todo: «haga Vd. Mismo!», es uno de los slogans más
eficaces de la publicidad mundial.(Por eso tienen tanto éxito los Ejercicios de S.
Ignacio, que dan vida espiritual a Loyola, y a tantas otras casas de Ejercicios
de la Compañía de Jesús!) Es importantísimo experimentar a Dios, para que
podamos volver definitivamente a Cristo, dejando Babel, adhiriendo a
Pentecostés. Porque este «processu» será obra del Espíritu Santo!... con
nuestra colaboración, evidentemente!
Pienso que por esto el P. Enzo Bianchi, Fundador y Prior de la
comunidad de Bose, habla de la vida monástica como siendo en sí misma «un
CARISMA, fruto del Espíritu Santo, creación del Espíritu Santo en la Historia de

23
RB. Pról. 22
24
RB. Pról. 2.
25
RB. Pról. 49.
Conversatio morum – Loyola 2001 pág.14

los hombres, vida pneumática, en cuanto Don de Dios a la Iglesia peregrinante
en dirección al Reino»26.
Antes de seguir, tengamos bien claro, que la vida monástica es
simplemente una forma de realización de la vida cristiana, posible para todos
los cristianos que en el Bautismo recibieron, de una manera única y definitiva,
la Unción del Espíritu Santo.
Pero aquel que busca verdaderamente a Dios («revera Deum quaerit»
[RB 58,7]), sólo puede hacerlo si el Espíritu Santo lo conduce al desierto de la
conversión. S. Gregorio Magno dice de S. Benito, que «deseoso de agradar
solamente a Dios... se retiró con sabiduría ignorante y sabiamente inculto»27, lo
que él podía hacer, por ser un hombre «Bendecido por la Gracia y por el
nombre»28.
Sólo el Espíritu Santo puede conducirnos al desierto, indicándonos el
camino del Reino. No es por casualidad que en la tradición Basiliana la vida
monástica se ve y se defiende como «ALIANZA CON EL ESPÍRITU SANTO», en la
cual el monje debe permanecer fiel hasta la muerte, una vez que el Espíritu
Santo es testigo y mediador de la comunidad espiritual29.
Los monjes, en el desierto del Espíritu, hablan con toda la humanidad en
otro lenguaje, viviendo de otro modo la común condición de pecadores
llamados a la Salvación. Es el Espíritu quien los hace hablar así, en un
lenguaje diferente, es cierto, pero siempre en la comunión de la Buena Nueva,
del único Evangelio de Jesucristo.
Tal como Jesús conoció en el desierto la lucha contra las tentaciones,
también el monje se coloca cara a cara con el demonio, que lo obligará a una
lucha espiritual reñida, cuyo fruto será la pureza de corazón que le permitirá ver
a Dios (cf. Mt 5,8). En este combate, sin embargo, el verdadero protagonista es
el Espíritu Santo, en cuanto Espíritu de santidad, único capaz de crear un
«CORAZÓN PURO». (cf. Sl 51, 12-13)
Podemos recordar aquí aquel Apoftegma de los Padres del desierto:
«Qué es lo que hacéis en el desierto? – Caernos y levantarnos, caernos y
levantarnos, volver a caer y volver a levantarnos!»30. Sabemos de qué se trata
por experiencia propia, pero también sabemos que ésto sólo es posible gracias
a la presencia del Espíritu Santo, que el monje experimenta en sus fuerzas
renovadas por la esperanza de la victoria.
No es casualidad que S. Benito en su Regla, indique en el camino a
recorrer por el monje, 12 escalones de la humildad, esenciales para la
purificación de los vicios, conseguida sólo, «gracias al Espíritu Santo» (RB
7,70). Y si acontece un fallo, sólo el Espíritu Santo podrá purificar el corazón
del monje, y restaurar su plena comunión con Dios.
Al lado del combate espiritual, e incluso dentro de él, está la Oración,
inspirada, adaptada, dominada por la Palabra de Dios. En la opinión de Enzo
Bianchi, y según otros muchos autores monásticos, una vida monástica
auténtica tiene que incluir una LECTIO DIVINA seria, individual, que no sea
simplemente un método, sino que más bien signifique un dinamismo del

26
Cf. Bianchi, Enzo, «L’Esprit Saint dans la vie monastique» - op. cit. in bibliografia.
27
Cf.S.Gregório Magno, «Diálogos» II Livro, Ed. Ora et Labora (1993).
28
Ibidem
29
Cf. «Dans la tradition basilienne», coll. “Spiritualité Orientale” 58, Bellefontaine, 1994, p. 196 – citado por Enzo
Bianchi, op. cit.
30
Cit. de Enzo Bianchi, in op. cit.
Conversatio morum – Loyola 2001 pág.15

Espíritu en el corazón del monje, un dinamismo de ESCUCHA – MEDITACIÓN –
ORACIÓN. Claro que todavía está la Oración común, la Liturgia de las Horas y la
Oración particular, pero la LECTIO DIVINA especialmente, modelando la vida del
monje, es una auténtica «ESCUELA DEL ESPÍRITU SANTO», que tiene mucho que
ver con la «Escuela del Servicio del Señor» de que habla el Prólogo de la
Regla de S. Benito.
Así, la vida del monje debería ser una EPICLESE constante, una
invocación incesante del Espíritu Santo, a fin de que descienda sobre sí mismo,
sobre la Iglesia, sobre la humanidad, sobre el mundo, sobre todo el cosmos,
purificando y santificando todo. Desde el nacimiento del monaquismo con Sto.
Antón, padre de los monjes, se piensa que lo esencial de la vida monástica, es
la acogida al Espíritu Santo, hasta el punto de ser «pneumatophoros», esto es,
«portador del Espíritu Santo». Pero la adquisición del Espíritu Santo, aunque
pedida por un corazón puro, significa acoger la Gracia a un precio muy alto,
sólo posible a través de la CONVERSIO contínua, la lucha espiritual, en fin la
CONVERSATIO que S. Benito prescribe.
La humildad, la libertad, el Amor recíproco, serán en el monje los frutos
visibles de la acción del Espíritu Santo. Una inmensa compasión habitará su
corazón humano, volviéndolo capaz de comprender la misericordia divina, de
experimentar el Amor gratuito, pudiendo incluso llegar a decir al Señor: «Pierde
una oveja, yo própio, pero vete a salvar las otras todas!»31

CUESTIONES DE FUTURO – NUEVOS DESAFÍOS

«Duc in altum!» = «Sigamos adelante con esperanza! Delante de la


Iglesia se abre un nuevo milenio, como un vasto océano donde aventurarse,
con la ayuda de Cristo» - así escribe el Papa Juan Pablo II en el inicio de la
conclusión de la Carta Apostólica NOVO MILLENNIO INEUNTE.
Con su voto de CONVERSATIO MORUM, los monjes asumen delante de la
iglesia la responsabilidad de vivir según el Evangelio de Jesucristo, en una
contínua conversión. Es un voto de esperanza, de gran confianza, que para
algunos de nosotros, representa una palanca frágil, que apoyada en Cristo,
puede elevar el mundo.
El mundo de hoy perdió el sentido de lo sagrado, y con él el sentido de
pecado. El mundo de hoy está perdiendo el sentido de la vida, lo cual es
evidentemente, dramático.
El siglo XX fue dominado por una «cultura de muerte», que la Iglesia, a
través del Papa, no se ha cansado de denunciar: aborto, eutanasia,
indiferencia, nihilismo y relativismo ético. Pero al mismo tiempo, asistimos a
una, cada vez más intensa, búsqueda de Dios y del más profundo sentido de la
vida. Creo que los jóvenes de hoy buscan la novedad del Evangelio, y cuando
no lo encuentran se embarcan en el encanto de las espiritualidades orientales,
o en experiencias frustrantes como la de la droga o de la venta de sí mismo. Es

31
Cosmas de l’Etoile, «Kandiotis», Athènes, 1963, pg. 247 – cit. de Enzo Bianchi, in op. cit
Conversatio morum – Loyola 2001 pág.16

nuestro deber proponerles con nuestro testimonio de vida de CONVERSATIO, la
tal «Civilización del Amor» de que continuamente habla el Papa Juan Pablo II.
Es del Papa Pablo VI la célebre frase: «El hombre moderno oye más
fácilmente los testigos que los maestros, y cuando oye a los maestros, es
porque son testigos»32.
Por eso estamos llamados a dar testimonio, un testimonio vigoroso de
Cristo en nuestro tiempo. Como los mártires del siglo XX y de todos los siglos,
somos llamados a la santidad, a la humanidad verdadera, a la plenitud de la
vida cristiana, aceptando en primer lugar nuestra propia cruz, procurando todos
los días dar testimonio de nuestra vida de intimidad con el Señor. Esto es lo
que hoy el mundo espera de nosotros.
Hoy y mañana, es misión de cualquier cristiano, y por eso también de los
monjes, transformar un mundo en contínua mudanza, de acuerdo con el
designio de Amor de Dios. Hemos de tener en cuenta que el inicio del nuevo
milénio está ya marcado por la globalización y por los rápidos avances en los
campos de la cibernética y de la biotecnología, lo que va a influenciar
directamente nuestro modo de pensar y nuestro comportamiento. Estamos
llamados a acompañar los cambios culturales de estos tiempos, testimoniando
delante del mundo actual, que la Iglesia es sacramento de comunión y de
reconciliación permanente de Dios con su Pueblo. Los monjes de hoy tienen,
pues, una misión bien clara y definida, que pasa por la seriedad de la
CONVERSATIO que profesan.
Decía el Papa Juan Pablo II a los laicos, en la Plaza de S. Pedro, en
Noviembre de 2000, al final del jubileo: «Si fuérais lo que debéis ser, esto es, si
viviérais el Cristianismo integralmente, dejariais al mundo deslumbrado»!33 No
servirá esta advertencia también para nosotros monjes?
Es mi convicción personal que la vida monástica actual, tiene que
apostar por una seria formación de base, para dar a los novicios, y por una
formación permanente muy seria para dar a los monjes profesos. Como vimos,
S. Benito sugiere en su Regla un «initium conversationis, processus
conversationis, perfectio conversationis» - comienzo, progreso, perfección de la
vida monástica: vocabulario que sugiere que la CONVERSATIO MORUM
permanece para el monje un trabajo, un ejercicio a practicar durante toda su
vida, que lo aproximará siempre, aunque paso a paso, de su grande ideal: el
Amor total, Perfecto, que excluye todo el temor. Este programa de vida, al
que nos exponemos al profesar bajo una Regla y un Abad - «sub Regula vel
Abate» - exige un acompañamiento enteramente abierto al desarrollo dinámico
de la vocación. Es la propia Iglesia la que nos lo pide, es bueno recordar, en
documentos como la Perfectae Caritatis o Mutuae Relationes.
En buena parte, el futuro de la vida monástica dependerá mucho de la
buena formación inicial, y de una buena formación permanente de los monjes y
de las monjas.
Claro que el grande responsable será siempre el Espíritu Santo, que nos
enseñará la perfecta CONVERSATIO.

32
Evangelii Nuntiandi nº 41
33
João Paulo II – Homilia de 26 de Novembro de 2000 – nº 5.
Conversatio morum – Loyola 2001 pág.17

CONCLUSIÓN

SUSCIPE ME DOMINE
SECUNDUM ELOQUIM TUUM ET VIVAM
ET NON CONFUNDAS ME
AB EXPECTATIONEM MEAM.
Sl. 118, 116

Confirmando nuestra Profesión Monástica, hecha por carta escrita y


colocada encima del Altar, todos cantamos este versículo del Salmo 118, que
actualiza, por así decir, el deseo madurado de entrega radical al Señor, al
mismo tiempo que nos proyecta a un futuro desconocido, pero bien cimentado
en la Fe, en la Palabra de Dios, en la Sagrada Escritura.
Sí, el monje canta este versículo con la esperanza de quien sabe que en
Cristo, Vivirá! Como tan bien nos lo dice Sor Mercé Cerezo, en su libro: «POR
AMOR A CRISTO»34: «Vivirá intentando desvivirse... vivirá el drama de su pecado
y la alegría inmensa de saberse y sentirse perdonado siempre...vivirá días
luminosos, mañanas soleadas y horas obscuras... si, el Señor sostendrá
siempre el deseo y la debilidad del monje, y éste vivirá!»
Este versículo tan simple (Sl.118,116), escogido por tan sabio
conocimiento de la Biblia, sintetiza de hecho lo que la profesión monástica
significa y realiza.
En el día de su Profesión, el monje promete Obediencia fiel a la vida
monástica, en este monasterio y en esta comunidad. O, de otro modo, promete
obediente fidelidad a las tradiciones monásticas en esta comunidad concreta,
hasta la muerte. Y por qué?
Sencillamente, porque es así como el monje comparte la Pasión de
Cristo en un contexto social comunitario, y es así como compartirá un día Su
Resurrección. Por eso el monje no hace tres votos separados, sino que
promete una total entrega a Cristo Señor en la vida monástica. Y todo esto se
articula y se vuelve manifiesto en su Estabilidad, CONVERSATIO y Obediencia.
Aspectos distintos, pero inseparables.

La totalidad de la vida de un monje es dinámica; es un proceso


unificado, de transformación del ETHOS monástico, en camino del ETHOS
glorioso, que se mueve de los pecados pasados para las virtudes presentes y
la gloria futura. Por eso tiene que incluir la erradicación de los vicios y pecados,
lo que representa una lucha constante. En toda esta moción en dirección a la
perfección de vida en Cristo, el monje tiene que continuar fiel a su manera de
vivir, porque su obediencia al llamamiento de Dios es duradera y tiene que ser
correspondida perseverante e incesantemente, día tras día. Sólo así será
llevado a la Gloria del Reino.
Por su profesión monástica de Estabilidad, CONVERSATIO MORUM y
Obediencia, el monje dice pública y solemnemente SÍ, i.e., AMEN a la Sma.
Trinidad, que por el Espíritu Santo lo transformará en imagen – icono de
Jesucristo, que a su vez lo introducirá en la Gloria, en la presencia del Padre.
Que María, Estrella de la Nueva Evangelización, nos ayude a escuchar,
a recibir y a anunciar a su Hijo Jesucristo, AYER, HOY Y SIEMPRE!

34
Cerezo Réllan, Mercé, osb, «POR AMOR A CRISTO», Ed. Regina, Barcelona, 1995.
Conversatio morum – Loyola 2001 pág.18

BIBLIOGRAFIA

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BIANCHI, Enzo, «Quelles Structures de Maturation pour la Vie
Monastique?», Collectânea Cisterciensia, 51, 1989.
BIANCHI, Enzo, «Le Monachisme au Seuil de L’an 2000», Collectânea
Cisterciensia, 61, 1999.
BIANCHI, Enzo, «L’Esprit Saint dans la vie monastique», Collectânea
Cisterciensia, 62, 2000.
MIQUELosb, Pierre, Abbé de Ligugé, «Le Combat Spirituel», Collectânea
Cisterciensia, 50, 1988.

Conversatio morum – Loyola 2001 pág.19



CUESTIONES

➔ Habrá realmente diferencia entre CONVERSIO y CONVERSATIO?

➔ El concepto de CONVERSATIO incluye la pobreza y la castidad en su


definición? Y la obediencia? Siendo así, por qué la RB especifica la
obediencia y no la pobreza y la castidad como votos, como hacen la
mayoría de las congregaciones religiosas?

➔ En su concepto de CONVERSATIO MORUM, le parece que la RB


presenta una teología espiritual que puede fácilmente degenerar en
perfeccionismo y moralismo?

➔ Cómo hablar de CONVERSATIO MORUM a los jóvenes de hoy,


habituados a una permisividad sin límites?

CONVERSATIO MORUM

UN PROCESO DINÁMICO EN LA REGLA DE S. BENITO Y EN LA


ESPIRITUALIDAD BENEDICTINA

1. INTRODUCCIÓN

2. FUNDAMENTO BÍBLICO DE LA CONVERSATIO BENEDICTINA

3. CONVERSATIO EN LA REGLA DE S. BENITO

4. CONVERSATIO EN ALGUNAS FUENTES ESCOGIDAS DE LA RB

5. CONVERSATIO SEGÚN ALGUNOS COMENTADORES DE LA RB

6. ESPIRITUALIDAD DINÁMICA DE LA CONVERSATIO EN LA RB

7. CUESTIONES DE FUTURO – NUEVOS DESAFÍOS

8. CONCLUSIÓN

9. BIBLIOGRAFIA

Roriz, Agosto de 2001


Ir.Maria Reis Catarinoosb

Conversatio morum – Loyola 2001 pág.20

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