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Grupo: 109
Sin embargo, la presencia de la familia, también implica un dilema moral. Las mujeres ya
acostumbradas al acto violento que lo vuelven natural y hacen de este parte de su
cotidianidad, que viven un miedo recurrente que les impide dejar ese rol. El rol del hombre
impositivo que se evidencia en los hermanos, generando en el otro, la necesidad de
sobresalir utilizando la misma forma violenta, de ser obedecido y respetado a costa de la
dignidad de la otra persona
¿Está de acuerdo con la postura asumida por la protagonista? Sí, no, ¿Por qué?
Estamos de acuerdo con la postura frente a su hijo, ya que se resiste a que él herede el
patrón de conducta violenta. No estoy de acuerdo con el patrón de miedo recurrente en
el que vive, debe tomar decisiones y alejarse de la persona que la maltrata y la utiliza a
manera de objeto. Se conoce que por cuestiones patológicas, económicas, influencias
familiares o de la sociedad en la que ha crecido esta separación no es fácil de lograr, sin
embargo, pienso que debe buscar una ayuda profesional para poder salir de ese círculo
vicioso de maltrato y dominancia.
En segundo lugar, es indispensable tener en cuenta la actitud frente a la familia, no pide
ayuda, puesto que sabe que no obtendrá la misma de ellos. Se resiste a cambiar de
actitud y someterse, pero no se aleja, permanece sumida en el maltrato. Por miedo a la
soledad, por dependencia emocional, cabe notar el comportamiento bipolar del hombre.
Unas veces cariñoso, otras veces opresor. Un patrón común entre aquellos hombres
violentos que abusan de su familia. Puesto que culpan a la mujer por su acto violento.
Muchas veces las mujeres tienden a ser más flexibles en dar oportunidades a sus parejas
con el objeto de conservar un hogar, de lograr conseguir que su compañero de vida
recapacite y se concientice en respetar y vivir en armonía junto a su hogar, pero como
esta mujer hay muchas mujeres que llegan al límite de no notar cambios positivos de sus
parejas y son valientes en tomar la decisión de liberarse de ese entorno violento de
represión psicológica y física.
Este tipo de violencia en exceso puede ser la respuesta retrograda del género masculino
ante el empoderamiento del género femenino, cada vez es menos común que una mujer
permanezca en este tipo de relaciones tóxicas y que se sienta en incapacidad de educar
a sus hijos sin la autoridad y la figura paterna. Sin embargo, en algunas circunstancias la
relación de la mujer frente al entorno religioso y social aún se evidencia en desventaja.
Cabe resaltar que en la mayoría de las religiones se ha enseñado que la mujer debe estar
sujeta a su marido, pero esto no puede ser interpretado como que la mujer esta para ser
herida y pisoteada por este. Por otro lado, está la excesiva propaganda a la narcovida,
donde la mujer no es más que un objeto comercializable, socialmente deseable, un
producto para satisfacer el dinero. En este tipo de espacios se promueve una mujer
dependiente del género masculino y sujeta a sus deseos y caprichos.
Avanzar en libertad indica tal vez volver a comenzar a partir de las experiencias vividas
y aprendidas. Las otras tinas de color negro pueden indicar las personas perdidas en la
lucha, muertas en la batalla, sin embargo, también el pasado tortuoso que ella dejo atrás.
¿Qué reflexión le dejó el cortometraje?
Más consciencia por parte del género masculino, en que tenemos que romper esquemas
que hemos aprendido y que no nos permiten avanzar como sociedad, si consideramos al
género femenino como nuestro complemento, nuestro igual, podemos evolucionar en un
verdadero camino hacia la paz y la reconciliación. En este momento que se está viviendo
un proceso de paz, es importante resaltar el papel que ha tenido la mujer en este conflicto,
han sido violadas, torturadas, asesinadas, utilizadas. Han sido testigos de muertes
infames como las de sus hijos, padres, esposos y demás. Sin embargo, cabe resaltar su
poder resiliente, están en pie de lucha, por ellas y por sus hijos.
Las mujeres son las únicas que pueden darle fin a la violencia contra la mujer, las
responsables de no permitir que el machismo se viva en los hogares y es de no acceder
ni permitir que el hombre nos maltrate ni psicológica ni físicamente, mucho menos que
nuestros hijos aprendan esta mala postura. Las mujeres debemos hacernos respetar,
valorar y ser libres de esta violencia denunciando estos casos, salir adelante por nuestro
bienestar, liberándonos de lo que nos hace daño como es el machismo. Y lo más
importante es que debemos ser ejemplo para otras mujeres, brindándonos apoyo,
seguridad para lograr ser mujeres valientes y felices.
Frente a los hombres, quienes deben ser conscientes de acabar con el machismo, de
valorar y respetar a las mujeres que los rodea, puesto que el machismo los lleva al
abandono y soledad.
Por otra parte, reflexionar desde el aspecto femenino de que imagen tienen de sí mismas
las mujeres hoy en día. Referente por supuesto al amor propio, a su capacidad de
construirse espacios, a permitir que sean objetualizadas o por el contrario a dignificarse
en los espacios. No culpo obviamente a las mujeres de la violencia que están viviendo
porque no hay que enseñarles a las niñas como vestirse o como cuidarse, sino a los
hombres a no violarlas, a no matarlas, a no golpearlas. Sin embargo, la mujer debe
entender el gran valor que tiene y que por esto no merece ser pisoteada.
Bibliografía