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GALLO
FACULTAD DE ENFERMERIA
ESCUELA PROFESIONAL DE ENFERMERIA
TECNICA COLOQUIAL
VÍNCULO AFECTIVO – NIÑO FAMILIA
Docente:
Dra., Jovita Palomino Quiroz
Estudiantes:
- Sosa Del Maestro Milagros
- Torres Bustamante Angie
- Valeriano Castillo Carolina
- Vallejos Olano Dennise
- Vera Ñopo Leydi
Ciclo académico:
Quinto – 2018 I
Técnica:
Coloquial
Si hubiera que elegir algún factor determinante para la salud mental y la vida
emocional futura de un ser humano, sin duda, entre los más importantes, estaría el
tipo de apego afectivo que ha desarrollado en los primeros años de su infancia 1.
Proceso iniciado antes del nacimiento, por el cual un padre llega amar y aceptar al niño
viceversa y que es esencial para garantizar la futura salud mental y vida emocional del
niño. Se centra en el afecto y cuidado que se recibe y es el producto de la activación de
una serie de comportamientos tanto del niño como de la madre 1.
Son relaciones que se construyen entre dos o más personas en las que han invertido sus
propias emociones, que han cultivado durante tiempo y con las que se ha comprometido,
generando un proyecto común de relación 2.
EMBARAZO
En el siglo XX se creyó que los bebés en formación eran insensibles o tenían un desarrollo
rudimentario de los sentidos, es decir, se les consideraba incapaces de sentir o recordar el
dolor y sin conciencia de sí mismos, igualmente se creía que no pensaban, no tenían
memoria u olvidaban con facilidad acontecimientos traumáticos, porque poseían un
cerebro inmaduro, primitivo y que no era posible ningún proceso de aprendizaje que no
fuera una respuesta refleja 4.
Sin embargo, en los últimos 10 años, estudios científicos han permitido comprender que
los fetos en desarrollo sí sienten, sí recuerdan, son capaces de responder a los estímulos,
aprender y tener una comunicación exquisita con su madre, ya que hoy en día, es evidente
la interacción bioquímica entre madre y feto a través de la placenta, la cual es considerada
un órgano de intercambio complejo y no un simple filtro de oxígeno, nutrientes y
desechos 4.
El bebé se instala en el cuerpo de la mamá y convierte el cuerpo de su madre en un
pequeño hogar, crece rodeado del ambiente energético-emocional y esto forma parte de
su historia personal antes del nacimiento 4.
Son impactantes los estudios sobre el poder y el impacto de las emociones maternas y
paternas durante el embarazo, ya que favorece la comprensión del hecho de que los padres
tienen la inmensa capacidad y son los responsables principales de la calidad del medio
intrauterino, por lo cual el vínculo afectivo y emocional forman parte del proceso
biológico natural del embarazo 4.
Es decir, en una situación de estrés, las neuronas cerebrales del hipotálamo generan un
factor que induce a liberar cortisol, pero en las embarazadas no es así; entre el segundo y
cuarto mes de gestación, se produce un aumento de los niveles de progesterona y se
reduce la respuesta emocional y física al estrés por desactivación del cortisol. Por lo cual,
se va a almacenar la oxitocina en las neuronas del cerebro, ésta hormona que se relaciona
con la confianza, se libera a partir del quinto mes de embarazo con los movimientos del
feto, ya que tiene receptores en diversas áreas del cerebro y las desarrolla permitiendo
una capacidad especial para conocer las necesidades del bebé y así desarrollar en la madre
una sabiduría natural para conseguir lo que demanda 4.
Un ejemplo de ello es, las emociones que se manifiestan al saber sobre el sexo de su bebé
a través de la ecografía, ya que la madre siente ante los estímulos de ver fotografías o
vídeos del hijo o escuchar sus palpitaciones, ponen de manifiesto cómo es ese vínculo
natural emocional y afectivo que se ha generado en ella por el embarazo 4.
Es por ello que, la tecnología actual nos muestra lo que la humanidad ha sabido siempre:
que la madre es siempre partidaria de sus hijos y que con el embarazo el cerebro de la
mujer cambia estructural y funcionalmente, al responder a las consignas básicas que
recibe del feto y se configura el que se puede llamar cerebro materno 4.
Esta transformación se suma a otros cambios hormonales del cerebro de la mujer a partir
del día 15 cuando el embrión se ha implantado en el útero, es decir ya existe una
comunicación con los tejidos de la madre. En el cerebro maternal se activan las áreas del
sistema de recompensa y se silencian las asociadas a lo negativo 4.
De esta manera, surge una relación especial entre ella y su hijo. El vínculo se produce
tanto a nivel celular como en el apego afectivo, cuyo centro neuronal está en el cerebro.
La madre y su niño desarrollan así un nexo que tiene una fuerte base biológica desde las
primeras semanas de la gestación 4.
La gestación pone al hijo en relación con el mundo interno de su cuerpo y con el mundo
exterior que es su hábitat humano, con sus sonidos y olores, son los lazos naturales 4.
Las señales para construir el cuerpo del bebé van apareciendo a medida que avanza el
desarrollo. Así, a lo largo del tiempo y el espacio, el bebé en formación y crecimiento ha
recibido una información inicial que se amplifica y es continuamente actualizada por el
intercambio de señales entre el organismo del bebé consigo mismo y con el cuerpo de su
madre 4.
Desde el inicio, y mientras el embrión recorre las trompas de Falopio en su camino hacia
la matriz, envía avisos moleculares de su presencia y la madre “responde” aportando no
solo factores nutritivos al embrión recién concebido sino que también orientando su
recorrido, animándolo a crecer y seguir viviendo. Se establece el primer diálogo
molecular y ambos se preparan a pasar esos 9 meses de vida en simbiosis 4.
Por medio de este fenómeno natural, el embrión, que es extraño al organismo de la madre,
libera desde los primeros días unas sustancias que desactivan las células maternas que
deberían generar las defensas correspondientes 4.
Es un proceso muy llamativo, el hijo envía señales a la madre y a través de la
comunicación entre el embrión y los tejidos del útero materno, tiene lugar una serie de
procesos relacionados y precisos para crear una tolerancia inmunológica: la madre
reconoce a su hijo como alguien distinto de ella porque una mitad de él es de su padre,
pero sin señal de ser un peligro. Por eso son dos vidas en simbiosis, ni el niño es una parte
de ella, no un bebe con tejidos inmunológicamente peligrosos a los que tendría que
rechazar 4.
La naturaleza prepara los lazos que cada ser vivo necesita para vivir. La gestación pone
al bebé en relación con el interior de su cuerpo y con el mundo exterior que es su hábitat
humano, con sus sonidos y olores 4.
PARTO
Cuando nace, el ser humano sólo cuenta con el 25% de su cerebro desarrollado y es, por
tanto, el que más depende de su madre y de su padre para sobrevivir, crecer y llegar a la
edad adulta. Por este motivo los bebés nacen con las habilidades imprescindibles para su
supervivencia, para que se establezca el vínculo entre madre e hijo y para facilitar la futura
relación de apego con su madre y con su padre 5.
EL PRIMER ENCUENTRO
Hoy sabemos que existe un periodo de tiempo conocido como “periodo sensible”, que es
el tiempo de contacto entre padres e hijos, de minutos, horas o días, y que puede alterar
el comportamiento posterior entre éstos, es decir, el vínculo afectivo y la relación de
apego del bebé con su madre (y con su padre) 5.
Se desconoce la duración exacta del periodo sensible en el ser humano. Pero si hay un
momento imprescindible en ese acercamiento madre-hijo, ése es el inmediatamente
posterior al parto, la primera hora fundamentalmente. Durante este periodo se desarrolla
un apego progresivo que se explica por las interacciones recíprocas entre la madre y su
hijo en los primeros momentos de relación 5.
El recién nacido viene preparado para esta primera interacción madre-hijo, en la que
ocurren muchos fenómenos interesantes. Tras el trabajo de parto, madre e hijo están en
alerta tranquila, pendientes de lo que pasa a su alrededor. Si se le deja en decúbito prono
(boca abajo) entre los pechos desnudos de su madre, el recién nacido permanece un rato
inmóvil y, poco a poco, va reptando mediante movimientos de flexión y extensión de las
extremidades inferiores. Pone en marcha los reflejos de búsqueda y succión de su puño
(que conserva el olor del líquido amniótico), huele la piel de su madre y se dirige hacia la
areola (que reconoce por su color oscuro y por su olor). Nota el pezón en su mejilla y,
espontáneamente, comienza a succionar. El contacto del bebé con la piel de su madre,
que tiene aumentada la sensibilidad en ese momento, da lugar a un aumento de la
secreción de oxitocina. Es la hormona del comportamiento maternal, que contribuye al
acceso de amor hacia el bebé. La madre, con un pico de oxitocina, en alerta, sintiendo a
su hijo tan deseado reptar, lamer y succionarla y que la mira fijamente con los ojos
abiertos, embelesado, experimenta el momento mágico del establecimiento del vínculo 5.
El fundamento para este contacto piel a piel se basa en estudios realizados en animales,
en los que se demostró que, en la biología de los mamíferos, el mantenimiento del medio
materno después del nacimiento es necesario para suscitar las conductas innatas del
neonato y de la madre que conducen a una lactancia satisfactoria y, por lo tanto, a la
supervivencia. La separación de este medio produce un llanto inmediato o por angustia y
una conducta de “protesta o desesperación” 5.
Tomando en cuenta que el desarrollo normal del recién nacido depende en gran parte de
una serie de respuestas afectivas recíprocas entre la madre y el hijo, así como de la unión
fisiológica y psicológica, investigaciones al respecto han demostrado que el éxito del
método piel a piel inmediato depende del tiempo del contacto, el cual beneficia al binomio
madre-hijo. Se recomienda que madre e hijo permanezcan en estrecho contacto y de
manera ininterrumpida, al menos, las dos primeras horas tras el nacimiento 5.
DESPUÉS DEL PARTO
La llegada de un hijo a nuestra vida es uno de los cambios más profundos y radicales que
experimentaremos en nuestra existencia. Y tiene lugar en un momento en que estamos
cansadas por el parto, con las hormonas alteradas y nos sentimos en un estado físico y
anímico, que puede que no sea el que nos gustaría tener o el que habíamos pensado 6.
Durante los nueve meses de embarazo, se ha compartido con su bebé la mayor intimidad
posible, al vivir en un mismo cuerpo. Tras el parto, reconocerse como madre y establecer
los vínculos afectivos con el bebé, es una experiencia que no es igual para todas las
mujeres. Aunque esta conexión madre-bebé tiene bases biológicas, este vínculo no es
automático y se produce de forma progresiva 6.
La relación madre-hijo es única en cada mujer, y tanto puede suceder que experimentes
un amor inmenso desde el primer momento que lo ves, como que sientas una sensación
de extrañeza en los primeros momentos. También pueden aparecer sentimientos
ambivalentes y contradictorios, si tienes más hijos. Todos estos sentimientos son
normales, y debes darte tiempo para que la naturaleza y el contacto y comunicación diaria
con tu hijo, ayude a conseguir esta vinculación afectiva tan necesaria para ambos 6.
Según estudios, se dice que ya hay un reconocimiento de la voz de la madre, pero aún no
existe el vínculo afectivo completo. Éste será a partir cuando la madre y su bebé empiezan
a conocerse más el uno al otro, y el bebé desarrolla el apego, un vínculo especial y
perdurable que le proporciona consuelo, placer, tranquilidad, agrado, seguridad 6.
Esta primera relación con su madre es fundamental y muy importante para su futuro, pues
si el bebé disfruta de unas buenas relaciones y cuidados parentales se generará un apego
seguro que le reportará mayor salud física y psicológica, facilitando su desempeño en las
relaciones sociales 6.
Y es por ellos que para la creación del vínculo afectivo entre la madre y el bebé se deben
de dar en las horas inmediatamente posteriores al nacimiento 6.
El parto conlleva un enorme aporte de hormonas en el cuerpo de la madre, por lo que tras
dar a luz muchas de ellas siguen en cantidades muy altas. Una de las más relevantes es la
oxitocina, que reduce la tensión arterial e induce serenidad en la mujer reduciendo la tasa
de hormonas de estrés. Esto predispone a la madre a la creación de vínculos y a las
conductas de apego 6.
El estrés posparto aumenta con la separación precoz entre madre e hijo, facilitando que
cualquier otra afección concurrente en el bebé pueda agravarse 6.
Para las madres que hayan decidido usar la lactancia materna, la separación precoz
dificulta la creación del vínculo afectivo con lo que el inicio de la lactancia puede
retrasarse y resultar menos sencillo 6.
Además, la separación precoz del bebé en un momento en el que la madre tiene, por las
cuestiones hormonales antes citadas, una necesidad de sentirse vinculada a su bebé puede
generar sentimientos de culpa en la mujer 6.
Por todo ello es deseable limitar al mínimo la separación posparto entre madre y bebé, así
como los tipos de parto en los que esta separación se hace inevitable y mucho más
duradera 6.
Por ejemplo, las cesáreas cuando el bebé viene de nalgas pueden reducirse en gran número
gracias a la versión cefálica externa, facilitando así un parto más natural y una menor
separación posparto entre la madre y su hijo 6.
LACTANCIA MATERNA
Existe una relación directa entre la práctica del apego y el éxito de la lactancia materna,
el apego post parto produce una rápida efectividad del mecanismo de succión, al aprender
la técnica en la fase de alerta tras el parto 6.
Freud expuso, que el pecho es el “órgano sensorial para la percepción de las cualidades
psíquicas”, es decir considera que el seno es necesario para que el bebé interiorice los
objetos internos. Esto se logra por la experiencia del bebé de que a veces hay un seno para
él y a veces está ausente. Y es aquí en donde Melanie Klein habla de la existencia del
pecho bueno y el pecho malo. El primero está asociado con la leche real que satisface el
hambre y el otro con la no existencia de esa leche, estos tienen una propiedad psíquica
diferente y son los que permiten que el bebé se encuentre con la experiencia de la carencia.
El lactante capta la existencia de un pecho muy malo dentro de sí, un pecho que “no está
allí” y por no estarlo provoca sentimientos dolorosos. De esta manera, el pecho bueno y
el pecho malo son una experiencia emocional 7.
Por otro lado, Bion, Winnicott y Deutsch resaltan la importancia de la lactancia, debido
a que gran parte de la vigilia del bebé en un principio tiene que ver con la alimentación,
y es por ello que lo han considerado como la más íntima interacción entre madre e hijo,
además de ello facilita ciertas experiencias decisivas para la construcción del psiquismo
del bebé 7.
Por su parte, Donald Winnicott no considera indispensable que la madre tenga el deber
de alimentar a su hijo. Pese a esto, si la mujer no presenta ninguna dificultad durante este
proceso y puede llevarlo a cabo sin ningún problema, será la oportunidad en la que su
hijo logre identificarse en sus ojos y viceversa, es decir a través de la mirada, la madre
logra identificarse con su hijo, y él logra el reconocimiento de ella, todo esto
fundamentado en la confianza, a lo que el autor denominó “la mirada en el espejo” 7.
Por otra parte, Helene Deutsch considera que la madre puede llevar a cabo esta función
en la medida en que haya sido capaz de vencer sus miedos al embarazo y al parto, y
gracias al amor que siente por su hijo, puede lograr identificar que la succión de su hijo
del pecho esté libre de cualquier agresión 6.
Por último, Wilfred Bion plantea que el seno es necesario para que el bebé interiorice los
objetos internos ya que, a través del reconocimiento del seno bueno y el seno malo, el
infante se conecta con la tolerancia a la frustración y esto es lo que le permite desarrollar
los pensamientos 6.
El apego es definido como “el vínculo o lazo afectivo que se establece entre dos personas
como resultado de la interacción y que les lleva a mantener proximidad y contacto en el
logro de seguridad, consuelo y protección” 7. Teniendo varios elementos claves: como
ser una relación emocional perdurable con una persona en específico, dicha relación
produce seguridad, sosiego, consuelo, agrado y placer. A demás, la pérdida o la amenaza
de pérdida de la persona, evoca una intensa ansiedad 8.
Una relación sólida y saludable con la madre o cuidador primario, se asocia con una alta
probabilidad de crear relaciones saludables con otros, mientras que un pobre apego parece
estar asociado con problemas emocionales y conductuales a lo largo de la vida 8.
La preocupación por la relación temprana del niño con su madre fue uno de los temas
centrales de muchos investigadores. René Spitz, (1935) psicoanalista, fui quien comenzó
sus trabajos observando el desarrollo de niños abandonados por sus madres que llegaban
a centros de huérfanos, concluyendo que la madre sería la representante del medio externo
y a través de ella el niño podía comenzar a constituir la objetividad de éste 8
En 1958, Bowlby plantea una hipótesis que difiere por completo de la anterior, indica que
el vínculo que une al niño con su madre es producto de una serie de sistemas de conducta,
cuya consecuencia previsible es aproximarse a la madre. Y es en 1968, que define la
conducta de apego como cualquier forma de comportamiento que hace que una persona
alcance o conserve proximidad con respecto a otro individuo diferenciado y preferido.
Como resultado de la interacción del bebé con el ambiente y, en especial con la principal
figura de ese ambiente, es decir la madre, se crean determinados sistemas de conducta,
que son activados en la conducta de apego 8.
La figura de apego proporciona al niño una base segura a partir de la cual puede explorar
el ambiente y a la cual puede volver para reasegurarse, sobre todo cuando está cansado o
tiene miedo. De esta manera se destaca el valor positivo que adquiere la temprana
interacción entre madre e hijos, este vínculo se afianza a través de miradas, tacto, sostén,
en el momento de la alimentación, sueño, baño, entre otras 9.
FORMAS DE APEGO
Posteriormente a Bowlby, Ainsworth, definen los tres patrones más importantes de apego
y las condiciones familiares que los promueven, existiendo el estilo seguro, el ansioso-
ambivalente y el evasivo.
Los niños con estilos de apego seguro, son capaces de usar a sus cuidadores como una
base de seguridad cuando están angustiados. Ellos tienen cuidadores que son sensibles a
sus necesidades, por eso, tienen confianza que sus figuras de apego estarán disponibles,
que responderán y les ayudarán en la adversidad. En el dominio interpersonal, tienden a
ser más cálidas, estables y con relaciones íntimas satisfactorias, y en el dominio
intrapersonal, tienden a ser más positivas, integradas y con perspectivas coherentes de sí
mismo 8. Aparece ansiedad ante la separación y vivencia de reaseguramiento al retornar
la madre. Los niños lloran poco, sonríen, tienen capacidad de contacto y se alegran en
presencia de la madre 9 Supone un modelo de funcionamiento interno de confiabilidad en
el cuidador.
Los niños con estilos de apego evasivo, exhiben un aparente desinterés y desapego a la
presencia de sus cuidadores durante períodos de angustia. Estos niños tienen poca
confianza en que serán ayudados, poseen inseguridad hacia los demás, miedo a la
intimidad y prefieren mantenerse distanciados de los otros 8. Son niños que presentan
llanto frecuente y escasa sonrisa aún en brazos de la cuidadora 9. Muestra escasa ansiedad
ante la separación y claro desinterés en el reencuentro. Tiene que ver con la desconfianza
en la disponibilidad de la madre.
Las relaciones afectivas que mantenemos con personas allegadas se diferencian de las
que mantenemos con compañeros de trabajo o vecinos por el sentimiento de cercanía, de
confianza mutua y lo mucho que significan para nosotros. El construir un vínculo afectivo
implica expresar abiertamente el afecto que sentimos, hacer sentir a la persona querida y
aceptada, tanto por las cualidades que nos gustan de ella, como por las que no. Conlleva
crear espacios de intimidad, dedicar tiempo e implicarnos activamente en conseguir el
bienestar del otro, escucharnos, abrazarnos.
Las principales figuras vinculares para los niños son aquellas personas que se hacen cargo
de su cuidado y protección, sean o no sus padres biológicos. Este proceso se da durante
la interacción diaria entre el niño o niña y sus cuidadores (cuando el adulto responde ante
las necesidades básicas de cuidado, afecto y protección) pero no perdura por sí misma,
por lo que es necesario alimentarla y dedicarle tiempo a lo largo de nuestra vida.
Este también será importante porque desarrolla la capacidad de relación (querer, expresar
sus sentimientos) en el niño, influye en su capacidad para establecer relaciones sanas a lo
largo de su vida, también en su inteligencia, creatividad.
5. FACTORES
• Capacidades11:
La enfermera debe facilitar el vínculo de padres e hijos, durante y después del embarazo
para poder facilitar el desempeño del rol que cumplirán como padres 16,17,18.
8. DIAGNOSTICOS DE ENFERMERIA 19
DOMINIO 7: ROL/ RELACIONES CLASE 1: ROLES DEL
CUIDADOR
ETIQUETA: DETERIORO PARENTAL (00056)
DOMINIO 7: ROL/ RELACIONES CLASE 1: RELACIONES
FAMILIARES
ETIQUETA: RIESGO DE DETERIORO DE LA VINCULACIÓN (00058)
DOMINIO 8: PROCESO DE MATERNIDAD INEFICAZ CLASE 3:
REPRODUCCIÓN
ETIQUETA: PROCESO DE MATERNIDAD INEFICAZ (00221)
DOMINIO 8: PROCESO DE MATERNIDAD INEFICAZ CLASE 3:
REPRODUCCIÓN
ETIQUETA: DISPOSICION PARA MEJORAR EL PROCESO DE
MATERNIDAD INEFICAZ (00208)
DOMINIO 8: PROCESO DE MATERNIDAD INEFICAZ CLASE 3:
REPRODUCCIÓN
ETIQUETA: RIESGO DE PROCESO DE MATERNIDAD INEFICAZ (00227)
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