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Sofística: enseñan oratoria, retórica, virtud, a cambio de dinero

Conocemos la sofística a través de textos que nos quedan de ciertos autores, los cuales veían la
filosofía de otro modo. “El juicio de los sofistas procede de fuentes que de un modo odioso dejan
constancia” (Platón)

Los sofistas eran muy osados y originales. Eran maestros en la retórica y la oratoria. La oratoria es un
instrumento de poder en la democracia ateniense. Es el arte de hablar en público, de persuadir, el
enseñar a discurrir.
Además los sofistas cobran por su instrucción lo que provoca el rechazo de los atenienses más
conservadores ya supone la mercantilización del saber.
Son intelectuales que se presentan a sí mismos como sabios y ofrecen sus conocimientos a cambio
de dinero. Reivindican el sentido de la razón en el progreso de la humanidad (Ilustración), por lo
tanto son ilustrados.

Son intelectuales racionalistas que se ocupan de entender la sociedad, la justicia y afirman que su
conocimiento consiste en la excelencia política. Así el buen político es el buen orador que tiene que
ser buen gestor, honesto e intelectual. En Esparta asocian al político otros valores: los militares, la
aristocracia, los mejores. Al triunfar Esparta se alaba su éxito y consiguen que se les reconozca como
padres de la cultura occidental. La excelencia significa “el que tiene la virtud de hacer algo de forma
óptima”. Pretenden instruir al ciudadano con una actitud moral y enseñar la excelencia, la virtud
política con una idea moral, no olvida los principios ideológicos.

La población de Atenas demanda una enseñanza para poder instruirse como ciudadanos, pero no es
posible ya que los sofistas cobran por su enseñanza. Platón llega a la filosofía por ver la situación de
Atenas, ya que los puestos políticos están en manos de los más ambiciosos (los demagogos que no
disfrutan la excelencia ciudadana). Quiere desenmascarar al sofista, al político, al demagogo, en
general, a la falsa política. Los atenienses son imperialistas y está en juego el poder de Atenas. En
Atenas se valora más la habilidad, es democrática (aunque quedan fuera las mujeres y los esclavos).
Las instituciones democráticas promueven la participación en la vida pública, en la que te abre las
puertas a tu instrucción, la cual depende del dinero ya que los sofistas cobran su enseñanza.

En Atenas se representan tragedias, es una vida vinculada a la docencia, más relacionada con la
cultura. En Esparta, la vida pública queda reducida a encuentros atléticos.

Relativismo

Relativo es lo que depende de otra cosa para ser lo que es. Lo relativo se contrapone a lo absoluto,
que no depende de otra cosa, que no está ligado a otra cosa, lo objetivo. Es la doctrina que sostiene
que el conocimiento objetivo no se da.

El relativismo cognoscitivo: verdad subjetiva


Doctrina que sostiene que el conocimiento es objetivo. La validez del conocimiento depende del
sujeto. No se pone en duda la subjetividad de uno. La verdad indiscutible se da. La verdad es relativa
al sujeto que enuncia en relación a aquello que estamos interrogando su validez.
Protágoras sostiene: “el hombre es la medida de todas las cosas” la verdad se ajusta a lo personal. La
verdad es subjetiva y le corresponde a cada uno. “Yo soy la medida de lo verdadero”

La manera de entender la ley como siendo algo contrapuesto a la ley de la naturaleza. (Nomos physis)
Por primera vez en la historia del pensamiento occidental, los sofistas se ocupan de la cuestión del
origen, el fundamento, la legitimidad, el poder de coacción de la ley civil (el código constituido por las
leyes del país, el orden jurídico)
Algunos sofistas son inmoralistas: la ley es la expresión del interés del poderoso, en el seno de la
vida social. - Contra esto reacciona Platón – Es una ley que puede estar en orden o no en la
naturaleza.
Cuando alguien se cuestiona algo y deja de creer en ello, entra en crisis. Los sofistas son ilustrados
que se preguntan por ello.

El relativismo moral: bien y virtud son relativos

Doctrina que sostiene que no existe una medida objetiva y racional acerca de la virtud y el bien, la
actitud moral. El bien es para cada uno lo que le parece, al igual que la virtud.
Si suponemos que no se puede justificar una norma, el resultado puede ser una situación de
egoísmo. Es política y sólidamente peligroso con la disolución de las bases sobre las que se asienta la
sociedad.
Conclusión: Tal vez no existan normas de comportamiento que sean preferibles. Esto puede acabar
justificando el egoísmo, el unitarismo, si todos actuamos de forma egoísta y subjetiva en relación a lo
que nos importa.
Los sofistas son relativistas. Son intelectuales que en un entorno de agitación social se solía asociar al
sofista inmoral.
Si no es posible reconocer una jerarquía en las normas es posible justificar el egoísmo y la actitud
cínica.

Todo es relativo, según la razón todo vale, tengo justificación para hacer lo que quiero, sobre todo si
ya no se cree en el mito como las sociedades ilustradas de la Antigua Grecia.

En esta época se produjo un cambio de mentalidad radical y acabó promoviendo el inmoralismo.

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