La segunda reforma tributaria del Gobierno, llamada Ley Solidaria y de

Corresponsabilidad Ciudadana surgida por las Afectaciones del Terremoto,

incluye el incremento del IVA en dos puntos, lo cual origina una caída en la
recaudación tributaria , ya que esto significa un aumento en los precios de los
productos, representando un promedio de “9.5% del Presupuesto General del
Estado. Sin esta medida, y por la contracción económica ante la crisis
internacional se esperaba una baja del 20%, pero con la subida del IVA, que se
estima recaudar alrededor de 740 millones de dólares, esto constituye una caída
superior al porcentaje antes mencionado que podría llegar entre el 25% y 30%”,
según datos del SRI.

El alza del IVA agrava el ciclo de menor consumo, decayendo aún más las
proyecciones de recaudación, y es que una subida de tarifa produce un
agregado en los precios, originando que el volumen de compra en bienes y
servicio se vea disminuido. En pocas palabras mientras más impuestos pongan
para recaudar, menos probable es que lo logren.

Además por las situaciones de menor crecimiento económico, el sector informal

crece y se incrementa también la evasión tributaria, particularmente del IVA. Por
ende, el alza de este impuesto lo que está reflejando es una economía menos
activa, dando paso a un ribete de actividades al margen de la ley. Sin mencionar
que puede existir un grado de complejidad en el pago de impuestos debido a
esta reforma tributaria, habrá un aumento de personal lo que provocaría más
gastos y menor recaudación tributaria al fisco.

Al primer bimestre de la presente gestión, la recaudación tributaria disminuyó en

“11,51% respecto a similar periodo de 2015, al pasar de 7.018,5 millones 6.210,2
millones de dólares. La cifra representa un descenso del 11,51% con relación a
los ingresos obtenidos en el primer bimestre de 2014, cuando sumaron 7.018,5
millones”, según datos oficiales del Servicio de Impuestos Nacionales (SIN).

El IVA grava a todo consumo de bienes, servicios, transferencias comerciales y

a las importaciones generando alguna distorsión en la economía, pues alteran
los precios y las cantidades demandadas de los productos. Esto nos trae
nuevamente al problema de fondo, el gobierno no puede seguir usando
solamente la política tributaria en un año de recesión. Es cada vez más
ineficiente y tiene un efecto perjudicial, porque agrava la caída de ingresos de
las empresas y los hogares. Las limitaciones de esta política están estallando en
las cuentas fiscales, ya que se muestra cifras que solo agrandan el déficit fiscal.