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DEFINICIÓN
Conexión eléctrica directa de todas las partes metálicas de una instalación, de sección
adecuada y uno o varios electrodos enterrados en el suelo.
La finalidad principal de una puesta a tierra es limitar la tensión que, con respecto a tierra,
puedan presentar, en un momento dado, las masas metálicas, asegurar la actuación de las
protecciones y eliminar o disminuir el riesgo que supone una avería en los materiales
eléctricos utilizados.
Las instalaciones de puesta a tierra constan de las siguientes partes: El terreno. Tomas de
tierra. Conductor de tierra o línea de enlace con el electrodo de puesta a tierra. Borne
principal de tierra. Conductor de protección. Conductor de unión equipotencial principal.
Conductor de equipotencialidad suplementaria. Masa. Elemento conductor. Canalización
metálica principal de agua.
La elección e instalación de los materiales que aseguren la puesta a tierra deben ser
tales que:
- Las corrientes de defecto a tierra y las corrientes de fuga puedan circular sin peligros,
particularmente desde el punto de vista de solicitaciones térmicas, mecánicas y
eléctricas.
- Contemplen los posibles riesgos debidos a electrólisis que pudieran afectar a otras
partes metálicas.
EL TERRENO
Conductores de tierra
Se conoce como línea de enlace o conductores de tierra a los que conectan al conjunto de
electrodos o anillo con el borne principal o punto de puesta a tierra. La sección de los
conductores de tierra será la indicada conforme a la norma local. El conexionado entre los
componentes de las tierras debe realizarse con sumo cuidado para garantizar una buena
conducción eléctrica y evitar daños en los conductores o los electrodos.
Los bornes de puesta a tierra forman el punto de unión entre la toma de tierra y el circuito de
puesta a tierra de un edificio. El punto de puesta a tierra está formado por un sistema de
placas y tornillos que permite la conexión y desconexión del edificio con la toma de tierra. El
punto de puesta a tierra se aloja en el interior de una arqueta o registro de características y
dimensiones apropiadas. Al borne principal de tierra se conectan los siguientes conductores:
Los de tierra.
Los de protección.
Los de unión equipotencial principal.
Los de puesta a tierra funcional, si son necesarios.
Sobre los conductores de tierra y en lugar accesible, debe preverse un dispositivo que permita
medir la resistencia de la toma de tierra. Este dispositivo puede estar combinado con el borne
principal de tierra, debe ser desmontable mediante un útil, tiene que ser mecánicamente
seguro y debe asegurar la continuidad eléctrica.
Conductores de protección
Los conductores de protección unen las masas de una instalación y los elementos metálicos
que puedan existir, como cañerías, calderas, etc. y cualquier otra masa importante del
edificio, con las líneas de tierra. Los conductores serán de cobre aislados, de color amarillo-
verde a rayas y su sección depende del conductor de fase que acompañe. Sólo son válidos
para conductores de protección fabricados del mismo material que los activos.
Conductores equipotenciales.
Sistemas aislados: No tienen una conexión intencional a tierra. Cabe destacar que la
conexión a tierra en sistemas aislados se hace a través de caminos de alta impedancia, como
son las capacidades distribuidas de los alimentadores (cables y líneas aéreas) y a través de las
impedancias de los pararrayos. La principal característica de este tipo de sistema son las
bajísimas corrientes de cortocircuito monofásico que presentan, en caso de existir una falla en
el sistema. Por esta razón es necesario disponer de protecciones especiales, muy sensibles que
puedan detectar la presencia de una falla monofásica del orden de miliamperes. El retorno de
la corriente de falla monofásica en sistemas aislados se produce a través de capacidades
distribuidas de los cables y de las líneas. La principal ventaja de estos sistemas, es la mayor
continuidad de servicio que se logra, ya que pueden seguir operando en la presencia de una
falla monofásica. Sin embargo, son más las desventajas que presentan los sistemas aislados,
razón por la cual son poco utilizados en la actualidad. Desde el punto de vista de la
continuidad de servicio, los sistemas aislados no presentan más ventaja que los sistemas
aterrizados a través de alta resistencia, con la diferencia que en estos últimos, las tensiones
pueden limitarse. Una forma de detectar la existencia de fallas monofásicas en sistemas
aislados, es conectando voltímetros entre fase y tierra. Estos dispositivos son capaces de
detectar la fase dañada, pero no de ubicar el punto de falla.
a) Sólidamente aterrizados.
b) Resistencia de bajo valor.
c) Resistencia de alto valor.
d) Reactor.
e) Bobina Petersen.
Los sistemas aterrizados, protegen la vida útil de la aislación de motores, transformadores y
otros componentes de un sistema. Los sistemas aterrizados, al garantizar una corriente de
falla elevada permiten utilizar protecciones rápidas y seguras que despejen las fallas a tierra
en un tiempo no mayor a 5 miliseg.
La resistencia del neutro, tiene limitada su capacidad de corriente, definida por el tiempo que
dura la corriente que pasa por ella, siendo su máximo de 10 segundos. La tensión de
resistencia corresponde a la tensión entre fase y neutro del sistema. La corriente corresponde
al valor de corriente que fluirá por la resistencia durante el cortocircuito con la tensión
nominal aplicada.
Puesta a tierra para sistemas eléctricos: El propósito de aterrar los sistemas eléctricos es
limitar cualquier voltaje elevado que pueda resultar de rayos, fenómenos de inducción o de
contactos no intencionales con cables de voltajes más altos. Esto se realiza mediante un
conductor apropiado a la corriente de falla a tierra total del sistema, como parte del sistema
eléctrico conectado al planeta tierra.
Puesta a tierra de los equipos eléctricos: Su propósito es eliminar los potenciales de toque
que pudieran poner en peligro la vida y las propiedades, de forma que operen las protecciones
por sobrecorriente de los equipos.
Puesta a tierra para sistemas eléctricos: Los sistemas eléctricos se conectan a tierra con el
fin de limitar la tensión que pudiera aparecer en ellos, por estar expuestos a descargas
atmosféricas, por interconexión en casos de fallas con sistemas de conexiones superiores, o
bien, para limitar el potencial máximo con respecta a tierra, producto por la tensión nominal
del sistema. Este tipo de conexión se denominará Tierra de Servicio.
Puesta a Tierra provisoria: Cuando se establece tierra provisoria para trabajar en líneas o
equipos, debe tener presente que, en general, las Tierras de tirabuzón o la de las estructuras,
son tierra de alta resistencia y, por lo tanto, se producen fuertes elevaciones de potencial a la
circular corriente en ellas.
Los problemas más comunes en los sistemas de puesta a tierra son las sobretensiones
(provocadas por la caída de rayos, conmutaciones, etc.), microcortes, subidas y bajadas de
tensión, caídas de tensión, fallos de suministro y variaciones de frecuencia.
Cambios de frecuencia: Éstos son raros en las instalaciones urbanas, pero muy
comunes en redes eléctricas aisladas que incluyan muchas fuentes alternativas de
energía.
1. Pararrayos: Reparar con la máxima urgencia cuando sea necesario. Cada cuatro años
comprobar el estado de conservación frente a la corrosión del pararrayos de punta; verificar
la firmeza de la sujeción y revisar la continuidad eléctrica de la red conductora (también en
caso de descarga eléctrica) al igual que la conexión a tierra.
2. Red de tierras: Arqueta de conexión. Cada año, en la época en que el terreno esté más seco,
comprobar la continuidad eléctrica en los puntos de puesta a tierra, y así mismo después de
cada descarga eléctrica si el edificio tiene instalación de pararrayos. Puesta a tierra
provisional (en obras, ferias, reparaciones, etcétera). Cada tres días realizar una inspección
visual del estado de la instalación.
3. Centros de transformación:
Equipo transformador. Cada seis meses, y en cada visita al centro de transformación, revisar:
nivel del líquido refrigerante, funcionamiento del termómetro y comprobación de la lectura
máxima, en los meses de diciembre-enero y julio-agosto.
Cada cinco años: descubrir para su examen los conductores de enlace en todo su recorrido,
así como los electrodos de puesta a tierra y medir las tensiones de paso, así como de
contacto.
Local. Una vez al año, y en cada visita al centro, revisar: estado de conservación y limpieza
de rejillas de ventilación, señalización de seguridad y carteles de auxilios, así como del
material de seguridad. Cada vez que sea necesario el cambio del refrigerante, limpiar el foso
y comprobar la evacuación de líquidos al depósito de grasas. Cada seis meses, y en caso de
que sea necesario el cambio del refrigerante, limpiar el depósito de grasas. (En cada una de
estas revisiones se repararán los defectos encontrados)
4. Red exterior
Conducción de distribución en alta tensión enterrada. Cada tres años, como plazo máximo,
comprobar la continuidad y el aislamiento de los conductores, así como sus conexiones.
Línea de distribución en baja tensión, aérea por fachada. Anualmente verificar la continuidad
y el aislamiento de los conductores, así como sus conexiones y fijación.
Línea de distribución en baja tensión, aérea y tensada. Cada año revisar la continuidad y el
aislamiento de los conductores (también en la conducción de alumbrado), así como sus
conexiones, estado del fiador de neutro y del amarre del tensor.
Armario de acometida. Cada dos años verificar las conexiones, así como los fusibles
cortacircuitos.
Barra de puesta a tierra colocada. En la época en que el terreno esté más seco, realizar la
medición de puesta a tierra, comprobando que no sobrepasa el valor prefijado. Asimismo,
revisar el estado frente a la corrosión de la conexión de la barra de puesta a tierra con la
arqueta y la continuidad de la línea que la une.
Línea principal de tierra (en conducto de fábrica o bajo tubo). Comprobar mediante
inspección visual el estado frente a la corrosión de todas las conexiones y la continuidad de
las líneas.
Alumbrado exterior. Al menos una vez al año comprobar la iluminancia con luxómetro por
personal técnico; limpiar lámparas y luminarias, sin usar detergentes muy alcalinos o muy
ácidos para reflectores de aluminio.
Alumbrado interior. Realizar la reposición de las lámparas de los equipos cuando alcancen su
duración media mínima, preferentemente por grupos de equipos completos y áreas de
iluminación. Todas las lámparas repuestas serán de las mismas características que las
reemplazadas. La periodicidad de la limpieza no será superior a un año.