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El universo kiki/bouba

Book · June 2014

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3 authors:

Emilio Gomez María José De Córdoba Serrano


University of Granada University of Granada
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Oscar Iborra
University of Granada
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EL UNIVERSO
KIKI BOUBA
IDEAESTESIA, EMPATIA Y NEUROMARKETING
EUROMARKETING

2014. Granada
Ediciones Fundación Internacional artecittà
Emilio Gómez Milán, Oscar Iborra y María José de Córdoba

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

DL. Gr. ….(2014)


Ediciones Fundación Internacional Artecitta.
1ª Edición. ISBN: 978-84-939054-7-7

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

PREFACIO
El libro El Universo kiki bouba: Ideaestesia, empatía y neuromar-
keting, se ha escrito en los últimos tres años, a partir de los estudios
de nuestro equipo de investigación sobre el efecto kiki bouba y la
extensión de su importancia científica, al estudio del origen del len-
guaje, la ideaestesia y la personificación, así como sobre sus aplica-
ciones prácticas en el campo del neuromarketing. De otro lado, la
docencia en la asignatura Psicología Teórica, que he impartido por
más de doce años en la licenciatura de Psicología de la Universidad
de Granada, hasta el año 2014, en quinto curso; donde los alumnos
actúan como investigadores, en este caso del Universo Kiki Bouba,
realizando estudios propios como trabajo final para la asignatura.
Necesitábamos un Paradigma Experimental interesante, barato, que
no requiriese para su aplicación más que unos folios y una pregunta
y que nos permitiera penetrar en algunos enigmas de la mente
humana, como la conciencia, la empatía o la sinestesia. Especial
mención merecen los congresos Internacionales de Sinestesia, Cien-
cia y Arte, que desde 2005 hasta la actualidad continúa realizando y
dirigiendo María José de Córdoba de la Fundación internacional
Artecitta. En las comunicaciones de estos congresos hemos encon-
trado inspiración, así como interlocutores para discutir nuestras ide-
as sobre la sinestesia, la ideaestesia y el efecto Kiki Bouba. Por ello,
la Fundación Internacional Artecitta era el lugar más adecuado para
publicar este libro. Por último, el trabajo fundador, básico para este
libro, se encuentra en la tesis del Doctor Oscar Iborra (2011) sobre
La sinestesia: El ejecutivo central ante tareas de modalidad cruzada.
Universidad de Granada.
Nos hemos divertido escribiendo, supervisando, dirigiendo, corri-
giendo, construyendo, sobre los anteriores tres apoyos, este libro;
incluso hemos organizado un congreso solidario llamada La Pe-
numbra de la Conciencia (2014) en la Facultad de Psicología de la
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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Universidad de Granada, donde hemos expuesto en forma de confe-


rencias, posters y comunicaciones orales, los contenidos del mismo,
y otros trabajos sobre el efecto Kiki Bouba que por límites de ex-
tensión han quedado fuera, pero que tuvieron gran aceptación y
despertaron curiosidad. El lector podrá encontrarlos en la página
web del grupo de investigación (poniendo setshift en el buscador
google).
Granada, 1 de Junio de 2014
Profesor Emilio Gómez Milán

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

INDICE DE CAPÍTULOS

1. La sinestesia.
2. El efecto Kiki Bouba
3. El efecto Kiki Bouba como un caso de ideaestesia
4. ¿Somos todos sinéstetas?
5. Dicotomías básicas en el efecto Kiki Bouba
6. El simbolismo fonético
7. La inversión del efecto Kiki Bouba
8. Ideaestesia
9. Ricos y pobres y el efecto Kiki Bouba
10. Sexismo y el efecto Kiki Bouba
11. El efecto Kiki Bouba y las relaciones de pareja
12. Los payasos y el efecto Kiki Bouba
13. El efecto Kiki Bouba y el racismo
14. El efecto Kiki Bouba y el movimiento
15. El efecto Kiki Bouba y Neuromarketing
16. El efecto Kiki Bouba y Neuropolítica

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

CAPÍTULO 1: LA SINESTESIA
Oscar Iborra, María José de Córdoba y Emilio Gómez Milán
Universidad de Granada

1. Definición

La sinestesia es una experiencia perceptual involuntaria en la que


una persona experimenta sensaciones en una modalidad sensorial
cuando se estimula otra modalidad sensorial diferente (Ramachan-
dran y Hubbard, 2001). La experiencia sinestésica se denomina
concurrente y el estimulo que lo desencadena, inductor (Grossenba-
cher & Lovelace, 2001).

Por ejemplo, un sinésteta podría experimentar la visión de un color


cuando ve un número o letra, o un sabor cuando oye un sonido, etc.
En ocasiones, la modalidad sensorial experimentada está asociada
con un procesamiento cognitivo: por ejemplo, los sinéstetas pueden
experimentar colores o sabor como respuesta a oír o producir habla
(Ward, 2004). En algunos casos los inductores pueden ser grafemas,
números, caras humanas, días de la semana, palabras, es decir, dife-
rentes estímulos pueden provocar la experiencia perceptual concu-
rrente, que también puede ser variable: fotismos, fonismos, auras,
grafemas, temperaturas, sabores, sensaciones táctiles, etc. (Cohen y
Henik, 2007; Hochel, 2008)

En algunos casos son las características físicas del inductor las que
provocan la experiencia concurrente, y en otras ocasiones es el sig-
nificado del estímulo la que lo provoca (Myles y cols., 2003).
Además ciertos conceptos (por ejemplo, días de la semana) pueden
inducir sinestesia cuando los sinéstetas piensan en ellos, los oyen o
los leen (Sagiv y Ward, 2006). Esta variedad en los posibles induc-
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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

tores de la experiencia sinestésica (a nivel perceptual o a nivel con-


ceptual, semántico) ha llevado recientemente a un debate en torno al
término sinestesia. En este sentido, Martino y Marks (2001) distin-
guen entre sinestesia fuerte y sinestesia débil. La sinestesia fuerte se
caracterizaría por una vívida experiencia en una modalidad senso-
rial en respuesta a una estimulación en otra modalidad sensorial
diferente, mientras que la sinestesia débil consistiría en correspon-
dencias sensoriales cruzadas que serían expresadas a través del len-
guaje o las similitudes perceptivas. No obstante, en general, las
respuestas sinestésicas (concurrentes) se corresponden con rasgos
perceptuales básicos tales como el color, las texturas y formas vi-
suales simples, las sensaciones táctiles, etc., no con composiciones
complejas con carácter pictórico o semántico (Cytowic, 2002).

2. Prevalencia

Las estimaciones de prevalencia varían según estudios. Baron-


Cohen y cols. (1996) señalan una incidencia de 1 en 2.000, con ma-
yor proporción (6:1) de casos en mujeres. Cytowic (1989) establece
una prevalencia de 1:20.000. Según Ramachandran y Hubbard
(2001) Esta variabilidad probablemente se debe a diferencias en los
criterios empleados para definir sinestesia por diferentes investiga-
dores, así como a los diferentes tipos de sinestesia estudiados. El
hecho de que se observe con frecuencia en miembros de la misma
familia ha llevado a algunos investigadores a sugerir una base gené-
tica (Baron-Cohen y cols., 1996) aunque los datos no son conclu-
yentes.

Parece existir un acuerdo general en que la condición más frecuente


es la sinestesia inducida por estímulos léxicos, es decir, números,
letras o palabras (Cytowic, 1993; Baron-Cohen y cols., 1996; Day,
2005). Casi el 50% de los sinéstetas (Day, 2005) experimenta sines-

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tesia a través de más de una modalidad sensorial. A pesar de que en


la mayoría de los sinéstetas el concurrente es el color, en la literatu-
ra hay casos documentados de olor, tacto, temperatura, sonido, sa-
bor y sensaciones propioceptivas como respuestas sensoriales con-
currentes (Day, 2005). Incluso Sagiv y Ward (2006) señalan que las
formas numéricas y las descripciones espaciales de tiempo son más
comunes que las sinestesias que implican visión, tacto, sabor, olor o
sonidos.

3. Características de la experiencia sinestésica

El término sinestesia se ha utilizado para hacer referencia a un am-


plio rango de fenómenos, desde sinestesia idiopática (adquirida de
manera natural en el desarrollo), estados inducidos por drogas, el
lenguaje metafórico, arte, etc. (Cytowic, 2002).

Algunas características propias de la sinestesia y que la distingue de


otros fenómenos similares son:

1. Las asociaciones entre inductor y concurrente son idiosincráticas


y sistemáticas: cada sinésteta tiene unas asociaciones típicas que no
tienen por qué coincidir con las de otros sinéstetas. Por ejemplo, un
sinésteta puede experimentar un fotismo de color azul ante el núme-
ro cuatro, y otro sinésteta diferente puede experimentar un fotismo
de otro color ante el número cuatro, u otro tipo de concurrente dis-
tinto.

2. La sinestesia es involuntaria y automática: el concurrente aparece


siempre ante el inductor que lo evoca, y no puede eliminarse, igno-
rarse o manipularse. (Cytowic, 2002)

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3. Es localizable en el espacio. De acuerdo con Dixon y cols.


(2004), existen dos variedades cualitativamente diferentes de la si-
nestesia léxica-color, según el modo de experimentar el concurren-
te: los sinéstetas “proyectores” perciben el color concurrente en el
espacio externo, como percepciones proyectadas sobre el estímulo
externo, como un halo de color o un foco de luz que ilumina el
estímulo; por otra parte, los sinéstetas “asociativos” observan el
color “en su mente”, de manera parecida a la imaginería visual vo-
luntaria, sin proyección al exterior.

4. Es consistente y duradera: la consistencia entre inductores y con-


currentes en un sinésteta es de enorme consistencia a lo largo del
tiempo (de hecho, se utiliza como criterio diagnóstico). Práctica-
mente en todos los estudios publicados la consistencia de los sinés-
tetas se acerca al 100% (Baron-Cohen y cols., 1987; Dixon y cols.,
2000; Mattingley y cols., 2001). La estabilidad de asociaciones si-
nestésicas se mantiene incluso cuando es evaluada tras periodos de
tiempo de hasta un año (Baron-Cohen y cols., 1993; Baron-Cohen y
cols., 1987) Aunque los sinéstetas poseen asociaciones inductor-
concurrente particulares, y rara vez coinciden con las de otros sinés-
tetas (Duffy, 2001), pueden establecerse algunas tendencias en las
relaciones entre estímulos y concurrentes en grandes poblaciones de
sinéstetas (Shanon, 1982; Day, 2004; Rich y cols., 2005)

5. Los sinéstetas informan que su experiencia sinestésica es unidi-


reccional: por ejemplo, los números evocan colores, pero los colores
no evocan números. Así, los investigadores han concluido que la
sinestesia es unidireccional (Ramachandran y Hubbard, 2001; Mar-
tino y Marks, 2001; Mills y cols, 1999). Sin embargo, estudios re-
cientes han mostrado que en algunos sinéstetas, los colores proba-
blemente evocan dígitos, o su magnitud, de forma implícita (Cohen

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

y cols., 2005; Knoch . y cols., 2005) o explícita (Cohen y Henik,


2006). Por ejemplo, Dixon, y cols. (2000) mostraron que cuando se
le presentaba a C, sinésteta, una ecuación numérica seguida de una
mancha de color, era más rápido nombrando el color cuando coin-
cidía con la solución de la ecuación que cuando no. Los autores
opinan que el color pudo haber desencadenado el percepto del dígi-
to, es decir, de forma bidireccional, lo que explicaría el resultado.
La existencia de bidireccionalidad, implícita y explícita, demostraría
que la sinestesia podría ser un fenómeno graduado en función de la
consciencia, en lugar de una función de todo o nada (Martino y
Marks, 2001)

6. Para muchos sinéstetas, existe un componente emocional en su


experiencia sinestésica que cobra gran importancia. Este factor
emocional, ligado a sus experiencias secundarias, puede ser, en ge-
neral, de tipo agradable o desagradable (Cytowic, 2002). Cuando la
percepción sinestésica es incongruente con la realidad externa, la
sinestesia va acompañada de una emoción negativa. Esta caracterís-
tica emocional de algunas sinestesias ha llevado a algunos autores a
plantear hipótesis o modelos que engloban estructuras emocionales,
como el sistema límbico, a la base de estas experiencias. Existen
diversos casos de sinestesia emocional en la literatura (Cytowic,
1989; Weiss, Shah, Toni, Zilles, & Fink, 2001; Ward, 2004). En el
próximo capítulo se estudian con más detalle diversos aspectos de
esta sinestesia emocional; aquí nos limitamos simplemente a señalar
su importancia.

4. Evaluación de la sinestesia

Durante cierto tiempo, la explicación más común de la sinestesia


había sido en términos de asociaciones aprendidas, posiblemente
durante la infancia (Ramachandran y Hubbard, 2003a). Sin embar-

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

go, los informes subjetivos de los sinéstetas no concuerdan con esta


hipótesis de efecto de aprendizaje y memoria: no se refieren a su
experiencia en términos de imaginar o de acordarse de un color,
sino que describen sensaciones como un halo de color específico
(Smilek y Dixon, 2002), una sensación táctil concreta (Cytowic,
1993), etc. En definitiva, los informes verbales sugieren que la si-
nestesia es “un fenómeno genuinamente sensorial” (Ramachandran
y Hubbard, 2003a; 2001)

Los informes subjetivos de los sinéstetas pueden evaluarse con una


serie de test objetivos, incluyendo Stroop sinestésico (Mattingley y
cols., 2001; Mills y cols., 1999; Odgaard y cols., 1999) y la prueba
de agrupamiento perceptual (Ramachandran & Hubbard, 2001)

Una prueba para evaluar que la sinestesia es genuina se relaciona


con su consistencia: mostrar que las experiencias perceptuales son
más consistentes a lo largo del tiempo de lo que sería esperado si
fueran sólo por memoria (Baron-Cohen et al., 1993; Harrison, 2001)
Otra prueba muy utilizada para mostrar que las experiencias son
genuinas y automáticas es la variante sinestésica del test Stroop, en
la cual nombrar un color es más lento cuando el color auténtico de
un estímulo está en conflicto con el color generado por la sinestesia
(Odgaard y cols., 1999). Aunque Ramachandran y Hubbard (2001b)
afirman que estas tareas sólo indican que la asociación entre grafe-
ma y color es automática; no obstante, suelen citarse como eviden-
cia de que la sinestesia es sensorial (Mills y cols., 1999) y a veces
también para apoyar la idea de que es conceptual (Dixon y cols.,
2000; Mattingley y cols., 2001).

La discusión sobre si la consciencia del estímulo es necesaria o no


para que se dé la respuesta sinestésica está relacionada con si el
estímulo inductor es de carácter conceptual o perceptual. Mientras

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

que los resultados de Mattingley y cols. (2001) sugieren que la iden-


tificación del estímulo léxico es una condición para que surja el
fotismo, otros estudios apuntan en que los colores mentales son una
respuesta directa a los aspectos perceptuales del inductor. Nikolic
(2008) opina que no hay evidencia suficiente para afirmar que el
inductor opera a nivel perceptual, más bajo, de representación. Por
ejemplo, un inductor que pueda ser interpretado de dos modos dife-
rentes dependiendo del contexto, (interpretado como el número “0”
si va entre dos números, o como la letra “o” si va entre dos letras)
evoca un concurrente distinto si es interpretado como letra o como
número (Dixon y cols., 2006) En este caso, el estimulo permanece
constante, sólo varía la interpretación que se hace del estímulo. Otra
evidencia experimental en el mismo sentido proviene de Palmeri y
cols, (2002) en el que se utiliza como estímulo inductor un número
“5”, pero que está formado por pequeños números “2”. Dependien-
do de si la atención se centra en los elementos (los números “2”) o
en la figura total (el número “5”), se evocará un concurrente dife-
rente. Hay también otros estudios que sugieren la naturaleza semán-
tica del inductor (Dixon y cols., 2000; Simner y Ward, 2006). Un
estudio interesante en este sentido es el de Mroczko y cols., (2008),
el cual muestra una “transferencia” de una sinestesia. Por ejemplo,
un sinésteta del este estudio experimenta el color rojo ante la pre-
sencia del grafema “A”, escrito en letra latina. Los autores le ense-
ñan el significado de los grafemas del alfabeto glagolítico, y en
cuanto el sinésteta aprende el significado de los grafemas de este
alfabeto, experimenta también el color rojo ante la visión del grafe-
ma “A” en alfabeto glagolítico. Es decir, un estímulo con caracterís-
ticas físicas diferentes al original (la letra “A” latina) pero con el
mismo significado (aprendido para el sinésteta) evoca el mismo
color concurrente. Esta “transferencia” se produjo en menos de 10
minutos, y mediante una tarea tipo Stroop se probó que era una ex-
periencia concurrente sensorial auténtica.

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Parece claro por tanto que, en algunas ocasiones, el significado del


inductor, en lugar de sus características físicas, está implicado en el
fenómeno de la sinestesia (Myles y cols., 2003)

5. Tipos de sinestesia

Existen diversas clasificaciones propuestas, en función de si se cen-


tran en la naturaleza del inductor, la naturaleza del concurrente, si
ambos pertenecen o no a la misma modalidad sensorial, etc.

Day (2005) propone dos grandes categorías generales de sinestesia:

a) Sinestesia cognitiva: el estímulo inductor posee un significado


simbólico aprendido culturalmente (grafemas, fonemas, nombres
propios, días de la semana, etc.).

b) Sinestesia básica: los estímulos de una modalidad sensorial son


percibidos simultánea e involuntariamente a través de otro canal
sensorial (p.e., ver la música)

Marks y Odgaard (2005) proponen una clasificación en función de


si el inductor y el concurrente pertenecen a la misma modalidad
sensorial (por ejemplo, letras que evocan colores) o si el concurren-
te es experimentado en una modalidad sensorial diferente (por
ejemplo, un olor que evoque una sensación táctil). En el primer caso
se trataría de una sinestesia intramodal, y en el segundo se denomi-
naría sinestesia intermodal.

Ramachandran y Hubbard (Ramachandran y Hubbard, 2001b; Ra-


machandran y Hubbard, 2003b; Hubbard y Ramachandran, 2005),

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partiendo de la distinción entre sinestesias proyectivas y asociativas


vistas anteriormente, proponen que estas dos clases de sinestesia
difieren en el tipo de estímulos inductores: los “proyectores” suelen
ser estimulados por el estímulo externo directamente (p.ej., un gra-
fema que representa un número), mientras que los “asociadores”
responden al concepto en sí. Al mismo tiempo, opinan que estos dos
tipos de sinestesia podrían estar ligados a mecanismos neurales di-
ferentes y proponen una clasificación alternativa en sinéstetas “infe-
riores” y sinéstetas “superiores”. En los sinéstetas inferiores el con-
currente sería evocado por los rasgos perceptuales del estímulo in-
ductor. En los sinéstetas superiores el concurrente surgiría en res-
puesta a aspectos más abstractos que son procesados en áreas cere-
brales diferentes. De ahí que la ejecución de ambos grupos en tareas
perceptuales no sea igual (Dixon y cols., 2004; Hubbard y Rama-
chandran, 2005) Además, este tipo de diferencias individuales entre
sinéstetas podrían explicar gran parte de las inconsistencias obser-
vadas entre algunos resultados experimentales (Hubbard y Rama-
chandran, 2005).

Martino y Marks (2001) establecen una división entre lo que deno-


mina sinestesia fuerte y sinestesia débil. La razón que les lleva a
promover esta clasificación es el hecho de que históricamente varios
fenómenos diferentes han sido catalogado como sinestesia. Un
ejemplo de sinestesia fuerte es el descrito por Martino y Marks
(2001) en el que C, sinésteta, experimenta la visión de colores en
respuesta al dolor. Este tipo de asociaciones son las que venimos
considerando hasta ahora. Por otro lado, las sinestesias “débiles”
serían formas de conexiones de modalidad cruzada reveladas a
través del lenguaje y la percepción. Estos autores creen que es un
error denominar estas diferentes experiencias como sinestesia por-
que los mecanismos subyacentes de una y otra pueden no ser idénti-
cos, aunque se solapen (Martino y Marks, 2001). En ambos tipos,

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

sinestesia débil y sinestesia fuerte, las correspondencias de modali-


dad cruzada son evidentes, sugiriendo que los procesos neurales de
una y otra, aunque no sean idénticos, pueden tener un núcleo
común.

6. Cerebro y sinestesia

Los sinéstetas poseen habilidades cognitivas, y niveles de activa-


ción cerebral, normales, exceptuando la activación elevada en áreas
cerebrales que corresponden a la experiencia sinestésica particular
(Blakemore y cols., 2005; Rich y cols., 2006) Su ejecución en di-
versos dominios cognitivos es similar a la de los no sinéstetas (Mat-
tingley y cols., 2001; Cohen y Henik, 2006; Beeli y cols., 2005;
Edquist y cols., 2006) y la incidencia de enfermedad mental o défi-
cits neurológicos entre sinéstetas es la misma que en la población
normal (Rich y cols., 2005)

Prácticamente todos los estudios apuntan en la importancia del área


de procesamiento del color (V4/V8) en la generación y/o experi-
mentación de colores en la sinestesia grafema-color. Hubbard y
cols. (2005) combinaron técnicas de imagen cerebral (fMRI) con
medidas conductuales (la prueba de agrupamiento y la prueba de
pop-out sinestésico) y observaron una correlación significativa entre
el nivel de activación de áreas visuales (particularmente V4) y la
ejecución en las pruebas perceptuales. Otro dato de importancia que
concuerda con los resultados anteriores es la ausencia de activación
en áreas de procesamiento visual temprano (V1, V2), lo cual sugiere
que estas regiones no son necesarias para experimentar colores si-
nestésicos.

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Activación bilateral en V4 también se encontró en un estudio con un


sinésteta léxico-cromático, utilizando fMRI (Weiss y cols., 2001),
junto con activación de la corteza visual extraestriada y la corteza
retro-splenial (asociada con la detección de familiaridad personal).
El estudio de Nunn y cols. (2002), utilizando fMRI, también reveló
activación en áreas del color (V4/V8) del hemisferio izquierdo de
sinéstetas léxico-cromáticos.

Paulesu y cols. (1995), utilizando PET, mostraron actividad en áreas


visuales (corteza temporal posterior-inferior y cisura parieto-
occipital) de los sujetos sinéstetas con sinestesia léxico-cromática.
No se observaba actividad significativa en las áreas de procesamien-
to del color (V4/V8). Aún así, el funcionamiento cerebral de los
sujetos sinéstetas difería claramente de los controles cuyas áreas
visuales se mantenían inactivas ante la misma estimulación senso-
rial.

Recientemente (Esterman y cols., 2006; Muggleton y cols., 2007)


dos estudios mostraron que la experiencia sinestésica llega a ser
menos automática, tras la estimulación del área parieto-occipital
derecha del cerebro de sinéstetas grafema-color, mediante estimula-
ción magnética transcraneal (TMS). Esta área es una región que
participa en la integración multisensorial en personas no sinéstetas.
Queda por ver si esta área es también crucial para otros tipos de
sinestesia.

7. Modelos explicativos

A pesar del gran número de combinaciones entre inductores y con-


currentes, es decir, de tipos de sinestesias, (Hochel & Milán, 2008;
Rich, Bradshaw & Mattingley, 2006) y aunque unas son más comu-

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

nes que otras, la mayor parte de las hipótesis disponibles están cons-
truidas sobre la base de datos procedentes del estudio de sinéstetas
léxicos (Grossenbacher y Lovelace, 2001; Hubbard y Ramachan-
dran, 2005).

1. Modelo de activación cruzada

Ramachandran y Hubbard (2001, 2003b; Hubbard y Ramachandran


2005) proponen un modelo de interconexión local que implica una
comunicación neural anómala, responsable de experimentar la se-
gunda sensación sinestésica.

Estudios anatómicos, fisiológicos y de imagen cerebral, en humanos


y en monos, muestran que las áreas del cerebro encargadas de pro-
cesar el color V4 y V8 (Lueck y cols., 1989; Zeki y Marini, 1998;
Hadjikhani y cols., 1998) están en el giro fusiforme. El área de gra-
fema visual está también en el giro fusiforme, especialmente en el
hemisferio izquierdo (Allison y cols., 1994; Nobre y cols., 1994;
Pesenti y cols., 2000; Tarkiainen y cols., 1999) adyacente al área
V4. Los autores proponen que la sinestesia grafema-color la causa
una activación cruzada entre ambas áreas (grafema visual – color)
Esta conexión anómala sería el resultado de un proceso de poda
axónica defectuoso (Hubbard, y cols., 2005; Baron-Cohen, y cols.,
1993). En apoyo a esta idea, existen resultados que muestran que
los niños muestran potenciales visuales evocados a estímulos audi-
tivos (Maurer, 1997).

Los autores señalan como datos que apoyan esta idea la evidencia
obtenida en estudios de neuroimagen sobre la implicación de V4 en
la experiencia de sinestesia léxico-cromática, y el hallazgo en fetos
de macacos de conexiones anatómicas entre áreas ínfero-temporales
y V4 (Kennedy y cols., 1997).

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

La expresión final de la poda axónica defectuosa debe requerir


aprendizaje (es decir, tenemos que aprender las letras, números,
grafemas, etc.) El exceso de activación cruzada solamente permite
la oportunidad para que un número evoque un color.

Ramachandran y Hubard (2001) afirman que su modelo puede ex-


plicar por qué una persona puede experimentar varias sinestesias, ya
que el fallo de poda axónica puede ocurrir en varios niveles en al-
gunas personas.

2. Desinhibición del feedback cortical

Grossenbacher y Lovelace (2001) proponen que en el mecanismo


normal del cerebro está la explicación para la sinestesia, sin recurrir
a conexiones anómalas. Este modelo parte considerando las posi-
bles bases neurales de la aparición de los concurrentes en el conte-
nido de la consciencia. La experiencia sensorial consciente está aso-
ciada con actividad en las vías sensoriales corticales durante per-
cepción (Lueck y cols., 1989). La mayoría de los investigadores
están de acuerdo en que la sinestesia probablemente obedece la
misma regla que otras experiencias conscientes: la experiencia
consciente del concurrente depende de la actividad neuronal en áre-
as sensoriales corticales apropiadas (Grossenbacher, 1997; Frith,
1997; Jacobs, 1989). Estudios del flujo cerebral medido con PET
apoyan esta visión (Paulesu y cols., 1995)

Las áreas de convergencia del cerebro que reciben señales de múlti-


ples vías poseen también conexiones por las que la información
puede viajar hacia atrás (Cynader y cols., 1988). Este modelo asume
que la información se procesa a través de varios niveles de jerarquía

24
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

sensorial hacia algún nexo sensorial multimodal, antes de volver


hacia atrás a áreas tempranas, tales como V4. En la mayoría de la
gente, estas señales de retroalimentación están lo suficientemente
inhibidas para evitar anomalías en el proceso de percepción. En
sinéstetas, la información que entra en estas áreas de convergencia a
través de la vía sensorial del inductor podría propagarse hacia abajo,
hacia la vía del concurrente, a través de la desinhibición de estas
señales de retroalimentación.

La teoría del feedback desinhibido difiere de otras teorías corticales


de sinestesia, que postulan que la sinestesia es el resultado de un
fallo parcial del proceso normal de poda que elimina esas conexio-
nes redundantes (Maurer, 1997). En términos de inducción de si-
nestesia, esto implicaría conexiones horizontales entre vías. La teor-
ía de feedback desinhibido no propone conexiones neurales anorma-
les, sino que propone que la sinestesia está completamente mediada
por conexiones neurales que existen en cerebros normales adultos.
En apoyo de teorías de sinestesia que proponen conexiones norma-
les, la habilidad de drogas alucinógenas para inducir experiencias
sinestésicas en no sinéstetas (Grossenbacher, 1997) sugiere que ta-
les experiencias se basan en redes neurales existentes en personas
no sinestésicas en lugar de en la formación de nuevas conexiones.

3. Modelo de influencias de arriba-abajo

Myles y Smilek (Myles y cols, 2003; Smilek y cols., 2001) propo-


nen un modelo híbrido que combina algunos aspectos de las dos
propuestas anteriores. Partiendo del hecho de que la información
visual fluye a través del sistema de procesamiento tanto hacia delan-
te como en sentido contrario, hacia atrás, cuando un sinésteta obser-
va un grafema acromático, las señales progresan desde áreas visua-
les inferiores, pasando por el área de reconocimiento de la forma

25
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

(giro fusiforme posterior), hasta llegar a la región donde se analiza


el significado del símbolo (giro fusiforme anterior). De acuerdo con
Smilek y cols. (2001), la activación de un fotismo en sinéstetas
“proyectores” es el resultado de una retroalimentación cíclica desde
áreas de procesamiento de la forma y del significado, hacia la re-
gión del color V4.

Dado que la modulación de arriba-abajo constituye una característi-


ca del funcionamiento del cerebro humano en general, resulta impo-
sible disociar experimentalmente los procesos propuestos por el
modelo de interconexión local (Hubbard y Ramachandran, 2005)
del modelo de retroalimentación en bucle.

4. Modelo de inhibición de neuronas unimodales

Una explicación alternativa a la que propone la existencia de co-


nexiones anómalas en los cerebros de los sinéstetas, afirma que esta
activación de modalidad cruzada se debe a la desinhibición de neu-
ronas unimodales (p.e., visión) que existen en otra área unimodal
(p.e., cortex auditivo primario) (Brosch y cols., 2005). Esta hipóte-
sis es parecida a la de desinhibición cortical, pero no asume una
propagación hacia atrás desde un centro multisensorial, y podría
explicar los hallazgos de interacción cros-modal, tipo sinestesia, en
niños (Maurer, 1997) sin asumir conexiones neurales anómalas,
presentes sólo en los sinéstetas. Según esta visión, la interacción
cros-modal extra en sinéstetas podría deberse a un fallo en la inhibi-
ción de las neuronas unimodales irrelevantes que existen en todos
nosotros.

26
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

9. Sinestesia e Ideaestesia.

La sinestesia es descrita habitualmente como un fenómeno de mez-


cla de sentidos. Esto implica que ambos operan a nivel de sus repre-
sentaciones sensoriales. Sin embargo, Nikolic (2008) propone una
nueva definición, a partir de diversas evidencias sobre la naturaleza
del inductor. En esta nueva visión, sólo el concurrente operaría a
nivel sensorial, mientras que el inductor, por el contrario, podría
actuar desde el nivel semántico, es decir, un estado de procesamien-
to en el que el significado del estímulo es extraído y representado.
Nikolic (2008) propone sustituir la definición de sinestesia como
“mezcla de sentidos” por otra diferente, ya que se trataría de un
fenómeno en el cual una activación mental de un cierto concepto o
idea es asociada consistentemente con una experiencia de tipo per-
ceptual. Un término alternativo para sinestesia sería ideaestesia, del
griego “idea” que significa concepto, y “aisthesis” sensación. Este
nuevo término, ideaestesia, significaría sentir conceptos o percibir
el significado. Esta definición implica un significado y un panorama
diferente al ofrecido por la definición clásica de sinestesia como
“mezcla de sentidos”.

10. Sinestesia en no sinéstetas: interacciones de modalidad cru-


zada

La mayor parte de los trabajos sobre sinestesia se han ocupado pre-


ferentemente de estudiar el fenómeno en sí mismo, de modo aislado
(Rich y Mattingley, 2002; Hubbard y Ramachandran, 2005), pres-
tando atención a sus mecanismos subyacentes (Grossenbacher y
Lovelace, 2001; Hubbard y cols., 2005; Smilek y cols., 2001) o a
las etapas de procesamiento de las que depende de la experiencia
sinestésica (Mattingley y cols., 2001; Cohen y Henik, 2006; Rama-
chandran y Hubbard, 2001bDixon y cols., 2004). Pero más allá de

27
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

estas investigaciones, estudiar la sinestesia puede ayudarnos a com-


prender mejor la mente no sinestésica.

Existe una considerable evidencia de que podemos crear e identifi-


car conexiones o asociaciones de modalidad cruzada aunque no
seamos sinéstetas. Esta clase de asociaciones constituirían diversos
tipos de sinestesia “débil”, siguiendo la clasificación de Martino y
Marks (2001) vista más arriba. Un ejemplo es la metáfora. También
la música, al igual que el lenguaje, contiene conexiones de modali-
dad cruzada, como por ejemplo, la idea de asociaciones entre tonos
musicales y colores (Bradley y cols., 2006)

Marks ha mostrado que la misma tendencia tono y color observadas


en sinéstetas, se observan en tareas de emparejamiento y metáforas
producidas por individuos no sinéstetas (Marks, 1982, 1984, 1987).
Correspondencias similares, entre sinéstetas y no sinéstetas, se ob-
servan también en interacciones de modalidad cruzada entre tono y
brillo (Ward y cols., 2006) o letra y color (Simner y cols., 2005).
Esto sugiere que algunas formas de sinestesia pueden ser considera-
das como una exageración de mecanismos de modalidad cruzada
innatos, normales, que están presentes en todos nosotros.

En la revisión que realizan Sagiv y Ward (2006) de la literatura so-


bre sinestesia, señalan un número significativo de similitudes entre
sinéstetas y no sinéstetas en el modo en que se combinan diferentes
dimensiones perceptuales. Para los autores, esto sugiere que la si-
nestesia está basada en mecanismos universales, en lugar de meca-
nismos presentes sólo en los sinéstetas. Hay evidencia para sugerir
que lo mismo se observa en otros tipos de sinestesia incluida la co-
rrespondencia emoción-color (Ward, 2004), grafema-color (Rich y
cols., 2005; Simner y cols., 2005) y la representación espacial del
calendario (Gevers y cols., 2003). Estudios conductuales sugieren

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

que los sinéstetas con sinestesia número-forma, así como los no


sinéstetas, experimentan números (Sagiv y cols., 2006; Dehaene y
cols., 1993) o meses (Gevers y cols., 2003; Smilek y cols., 2007) en
el espacio.

Hay alguna evidencia que sugiere que las asociaciones color-


emociones también existen entre no sinéstetas. Collier (1966) in-
forma que los sujetos tienden a elegir color azul para “triste”, amari-
llo para “alegría”, dorado para “orgulloso”, etc. Similarmente, las
emociones positivas tienden a ser trazadas en formas redondeadas y
las negativas en angulares. Estudios cros-culturales de correspon-
dencias color-emoción apoyan las afirmaciones de que podría haber
asociaciones de modalidad cruzada innatas (Pecjak, 1970;
D’Andrade y Egan, 1974). Aunque estas predisposiciones innatas
pueden ser importantes, el conocimiento adquirido puede claramen-
te reforzar o dar forma a estos mecanismos.

Los informes subjetivos también desvelan paralelismos llamativos


entre la sinestesia y la percepción normal. Por ejemplo, Ward y
cols. (2006) demostraron que las asociaciones entre sonidos y colo-
res en sinestesia presentan el mismo patrón de correspondencia en-
tre la luminancia y el tono, como la asociación intermodal sonido-
color de personas normales. Ramachandran y Hubbard (2003b) su-
gieren que en varios dominios los seres humanos tienden a estable-
cer las mismas asociaciones sinestésicas, como por ejemplo, en el
caso de asociación de ciertas formas visuales con el sonido: el efec-
to kiki/bouba, que aunque abordamos con más detalle en el capítulo
siguiente, pasamos a describirlo brevemente a continuación.

El efecto kiki/bouba comprende una relación entre dos figuras abs-


tractas y dos palabras. Una figura posee forma de estrella irregular
(líneas rectas y ángulos, con cambios abruptos) y la otra figura

29
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

muestra una forma sinuosa, parecida a una ameba (línea continua,


ondulante) (Figura XX). Las palabras son “kiki” y “bouba”. Cuando
se presentan las dos figuras junto con las dos palabras, para que la
persona establezca una asociación entre cada palabra y figura, según
su propio criterio, el 90% de la población asigna el nombre “kiki” a
la figura estrellada y el nombre “bouba” a la figura ameba (Rama-
chandran & Hubbard, 2001) Esta relación se observa en diferentes
lenguajes, tales como inglés, español, alemán, y en niños con eda-
des a partir de los dos años (Maurer y cols., 2006)

Sobre si las correspondencias de modalidad cruzada son innatas o


aprendidas, parece ser que ambos factores han de tenerse en cuenta.
Niños que no han aprendido el lenguaje muestran un tipo de empa-
rejamiento de modalidad cruzada entre brillo y volumen (Lewko-
wicz y Turkewitz, 1980) y tono y posición (Wagner y cols., 1981).
Otras correspondencias se desarrollan a lo largo del tiempo. Por
ejemplo, niños de 4 años pueden emparejar tono y brillo sistemáti-
camente, pero no tono y tamaño visual. A la edad de 12 años, lo
hacen tan bien como los adultos (Marks, Hammeal y Bornstein,
1987)

Por tanto, existe la visión de la sinestesia no como un fenómeno


anómalo, sino como el reflejo de un modo de cognición normal que
permanece implícito en la mayoría de las personas (ver Sagiv, 2004,
para una revisión), con ciertas diferencias con respecto a la auténti-
ca experiencia sinestésica. El modo en que se organizan estas co-
nexiones de modalidad cruzada podría ser común en sinéstetas y no
sinéstetas; ambos utilizarían los mismos mecanismos, pero con un
uso cualitativamente diferente. Sin embargo, habría que examinar si
esto es así para todos los tipos de sinestesia.

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Hay unas diferencias entre la experiencia sinestésica y las conexio-


nes de modalidad cruzada en no sinéstetas. En sinéstetas, el concu-
rrente es consistente, automático y consciente, con reactividad emo-
cional. En no sinéstetas, aunque las asociaciones de modalidad cru-
zada puedan ser consistentes, dependen del contexto, no son au-
tomáticas, y no experimentan el concurrente de manera tan vívida,
como en los sinéstetas. Los sinéstetas ofrecen una rica descripción
de su experiencia sinestésica, mientras que los no sinéstetas no lo
hacen.

11. Sinestesia como herramienta de aprendizaje y docencia.

Muchos sinéstetas utilizan su sinestesia para enseñar habilidades


procedimentales y creativas que son difíciles de describir verbal-
mente. En general, parece ayudar a enseñar creatividad y a tener
pensamientos divergentes, para ver las cosas desde un nuevo punto
de vista.

Daniel Tammet es sinésteta y utiliza su sinestesia para enseñar ma-


temáticas. También es autista, pero ha adquirido suficientes habili-
dades sociales como para poder relacionarse normalmente. Tammet
tiene una memoria y capacidad de cálculo mental prodigiosas gra-
cias a su capacidad sinestésica de "sentir" y ver los números como
un paisaje de formas en su mente.

Una chica que entrevistamos utiliza su sinestesia para enseñar emo-


ciones a los autistas. Enseña a los niños a discriminar colores (algo
que sí pueden hacer) y luego lo emplea para algo que no pueden
hacer (discriminar caras emocionales). Así, utiliza un código de
colores para asociar colores con emociones. Tony de Caprio, músi-

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

co, la utiliza para enseñar nuevas discriminaciones sensoriales a


expertos en jazz.

L, una chica sinésteta, utiliza su sinestesia movimiento-color para el


aprendizaje de secuencias de pasos de baile. Cada movimiento evo-
ca un color, lo que favorece la discriminación entre un movimiento
y otro, y le permite identificar si el movimiento que ha realizado es
correcto.

12. Conclusiones

La sinestesia ha pasado de ser un fenómeno claramente delimitado,


a convertirse en un continuo de diversas experiencias. Todas estas
experiencias diversas tienden a incluirse bajo el término de sineste-
sia, pero, como hemos visto, no todas estas experiencias son igua-
les. La importancia de la sinestesia para entender otros fenómenos,
como la metáfora, el lenguaje, las asociaciones sensoriales de moda-
lidad cruzada, cobra más importancia actualmente gracias a la idea
de entender la sinestesia como diferentes tipos de experiencias co-
munes, aunque no similares. En este sentido es importante el estu-
dio de diversos tipos de sinestesias, mas allá de las sinestesias más
investigadas. El estudio de lo que Nikolic (2008) denomina ideaes-
tesia, junto con las asociaciones de modalidad cruzada hechas por
no sinéstetas, puede ayudar a hallar similitudes y diferencias que
ayuden a entender mejor la sinestesia.

La relación entre la investigación en sinestesia y la investigación en


interacciones de modalidad cruzada puede ser útil para otras áreas
de estudio, como la atención espacial y el problema de la integra-
ción sensorial (Sagiv y Ward, 2006)

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

CAPÍTULO 2: EL EFECTO KIKI BOUBA


Oscar Iborra, María José de Córdoba y Emilio Gómez Milán
Universidad de Granada

1. El efecto kiki/bouba

Se denomina efecto kiki/bouba a la relación que existe entre dos


figuras abstractas determinadas y dos palabras. La relación es la
siguiente: si ofrecemos ambas figuras junto con los dos nombres
para que una persona asigne cada nombre a una figura, el 95% de
las personas relaciona la palabra “kiki” con la figura con forma de
estrella, y la palabra “bouba” con la figura con forma de ameba
(Ramachandran & Hubbard, 2001) Esta relación tan consistente se
observa en diferentes lenguajes, tales como inglés, español y alemán
(Figura 1).

Estas figuras fueron desarrolladas originalmente por Köhler (con los


nombres “takete” y “maluma”, en lugar de kiki y bouba) (1929,
1947) y exploradas posteriormente por Werner (1934, 1957; Werner
y Wapner, 1952). Desde la primera vez que se realizó esta prueba, y
en sus suvcesivas variaciones, manteniendo el diseño básico origi-
nal, los resultados han sido básicamente los mismos. Este efecto ha
cobrado más importancia recientemente, debido a la inclusión, por
parte de Ramachandran, en su teoría bootstraping del origen del
lenguaje. Esta teoría se construye a partir del efecto kiki/bouba y de
la sinestesia y modalidades cruzadas similares.

33
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Figura 2.1. Figuras “kiki” (izquierda) y “bouba” (derecha)

2. Origen y adquisición del lenguaje

Las cuestiones sobre el origen del lenguaje son múltiples. No po-


seemos un conocimiento directo sobre los orígenes y el desarrollo
inicial del lenguaje. No existe actualmente una hipótesis que pueda
considerarse una explicación definitiva sobre el origen del lenguaje
humano. Desde el punto de vista evolutivo, el principal problema es
que no existen órganos específicos del lenguaje, de modo que no se
puede estudiar cómo han ido evolucionando. Todos los órganos y
elementos que participan en el lenguaje (labios, lengua, garganta)
tienen ya una función biológica distinta (Niño, 1998)

Hagamos ahora un breve repaso a las principales teorías y modelos


sobre el origen y la adquisición del lenguaje.

2.1. Teorías sobre el origen del lenguaje

Naturalistas: fueron las primeras teorías filosóficas sobre el lengua-


je. Sostienen la existencia de una relación natural entre los objetos y

34
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

sus nombres. En este sentido, las palabras son imitaciones de las


cosas a las que se refieren.

Empiristas: el lenguaje surge de las imitaciones que las personas


llevaban a cabo de los sonidos del ambiente (las voces de los ani-
males, los sonidos provocados por las reacciones instintivas y emo-
cionales, sonidos producidos espontáneamente por las personas co-
mo reacción a los estímulos externos, etc.)

Estas teorías, naturalistas y empiristas, no son capaces de explicar la


dimensión sintáctica del lenguaje, es decir, la existencia de unas
leyes que rigen el uso del lenguaje. Este es el problema más com-
plejo a la hora de abordar el tema del origen del lenguaje.

Racionalistas: como la teoría sostenida por Chomsky (1971) y por


el estructuralismo contemporáneo. Para esta teoría, existen unos
universales lingüísticos innatos y unas estructuras básicas que apa-
recen de golpe. Chomsky afirma que la adquisición de la lengua es,
en gran parte, asunto de maduración de una capacidad lingüística
innata, que alcanza una realización específica a través de la expe-
riencia.

Los argumentos de esta teoría son: 1) los niños aprenden su lengua


nativa con extraordinaria rapidez y facilidad; 2) existe en los niños
una especie de “gramática interior”; 3) existen, por tanto, unos uni-
versales lingüísticos comunes a todas las lenguas.

Esta teoría ha sido ampliamente discutida, en especial los aspectos


de que el lenguaje constituya realmente un modo de aprendizaje
distinto de los demás, y acerca de la existencia, o no, de universales
lingüísticos.

35
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

3. Simbolismo de sonido

El simbolismo de sonido se define como una relación directa, y no


arbitraria, entre sonido y significado. Esta conexión puede ser imita-
tiva (como cuando decimos “boom” para imitar el sonido de una
explosión) o metafórica (como el uso de palabras determinadas en
un poema por las letras quela componen y la sensación que evoca).
Pero al mismo tiempo, esta idea está es contraria a un hecho básico
sobre el lenguaje humano: no todos hablamos el mismo idioma, de
modo que las letras que evocan cierto significado o comparación en
una palabra, no tienen por qué hacerlo en otra palabra de otro idio-
ma, que signifique algo diferente. Un principio general de los lin-
güistas ha sido que los sonidos que componen una palabra no guar-
dan relación con el significado de la palabra (Fromkin y cols., 2003)

3.1. Tipos de simbolismo de sonido


El término simbolismo del sonido puede referirse a al menos a cua-
tro fenómenos relacionados (Hinton y cols., 1994)

Corporal. Describe sonidos relacionados con el significado, que


indican el estado físico (por ejemplo, toser) o emocional (indicado
por el nivel y variabilidad del volumen, la sonoridad y el tempo) del
hablante (Ostwad, 1994). Este simbolismo puede tener elementos
universales, y algunos aspectos son incluso compartidos con otros
animales.

Imitativo. Se incluyen todos los sonidos que son imitativos de otros


sonidos. Incluye la mímica del sonido imitado, junto con la palabra
(p.e., “miau”, como sonido que emitiría un gato). Pueden ser dife-
rentes de un idioma a otro.

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Sinestésico. Es la imitación con el habla de fenómenos no acústi-


cos. Generalmente esto significa que ciertas vocales y/o consonan-
tes representan consistentemente ciertas propiedades como tamaño,
forma, brillo, textura, velocidad, etc. Este tipo de correlación es
muy empleada en publicidad y marketing a la hora de crear un
nombre específico para un producto, utilizando vocales y consonan-
tes que reflejen o evoquen las cualidades del producto en cuestión.
La representación no es arbitraria, sino que se basa en alguna simili-
tud entre el sonido y la señal sensorial que simboliza. Por ejemplo,
se cree que existe una asociación entre consonantes palatales y vo-
cales frontales y/o superiores, las cuales poseen frecuencias relati-
vamente altas, con cualidades diminutivas y objetos o animales pe-
queños (Hunter-Smith, 2007) El que este patrón se haya encontrado
en diferentes idiomas, aunque no sin excepciones, lo convierte en
un candidato para un patrón de sondo simbólico universal. Hunter-
Smith (2007) opina que el simbolismo de sonido sinestésico, en
general, es menos probable que sea universal que el corporal o el
imitativo.

Convencional. Es la asociación de ciertos fonemas, consonantes o


sílabas con significados particulares. En la literatura este fenómeno
a menudo se denomina agrupamiento, y las unidades de sonido se
denominan fonestemas. Hasta ahora, todos los lenguajes que han
sido estudiados han mostrado poseer fonestemas (Bergen, 2004).
Por ejemplo, en inglés, las palabras glitter, glisten, glassy, glow,
glimmer, glint, gleam, glance, glare, glower, glimpse, todas com-
parten la agrupación [gl] y un significado relacionado con luz o vi-
sión. Otro ejemplo son las palabras clash, bash, smash, crash,
splash, lash, gnash, mash, que comparten la sílaba [ash] y cuyo sig-
nificado implica impacto violento. Las palabras flutter, fly, flit, flo-
at, flap, flip, fling comparten [fl] y su significado se relaciona con
movimiento a través del aire. Estos fonestemas no tienen correla-

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

ciones estrictas uno a uno. Por ejemplo, glove (guante) no tienen


nada que ver con luz, ni cash (dinero en efectivo) guarda relación
con impacto, ni flavor (sabor) implica movimiento a través del aire.
Aunque el simbolismo de sonido convencional pueda ser cros-
cultural, en general es un fenómeno específico del lenguaje (Hunter-
Smith, 2007). Los fonestemas tienen una conexión directa con el
significado, pero son diferentes de otros tipos de simbolismo de
sonido. El cerebro crea esta conexión no por ninguna propiedad
intrínseca del sonido (Hunter-Smith, 2007)

3.2. Estudios experimentales sobre el simbolismo de sonido univer-


sal

Un intento de estudiar la cuestión de la existencia del simbolismo


de sonido universal fue el experimento de Brown y cols. (1955) en
el que las personas tenían asignar el significado correcto a palabras
en otro idioma. Los autores proponían que si los seres humanos
estaban predispuestos a representar un concepto con sonidos de un
tipo determinado, entonces esto se reflejaría en el lenguaje natural,
y por tanto los sujetos conectarían ciertos sonidos con ciertos con-
ceptos con mayor frecuencia. En este experimento, se presentaba a
los sujetos un par de antónimos, como los extremos de un continuo,
y esos mismos pares de palabras traducidos a otros idiomas. Los
resultados mostraron que los sujetos eran capaces de emparejar las
palabras que tenían el mismo significado, en diferentes idiomas,
basándose en que cada una de las palabras extranjeras sonaba más
parecida como una del par del espectro que la otra. Brown y cols.
(1955) utilizaron 21 pares de palabras en inglés, y sus traducciones
al chino, checo e hindi. Los sujetos emparejaban correctamente los
pares de palabras con una frecuencia significativamente mayor que
el azar, en los tres idiomas.

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Análisis posteriores de los datos de este experimento (Hunter-


Smith, 2007) sugieren que los sujetos en este experimento utiliza-
ban predominantemente la cualidad del sonido frente a otros facto-
res. Esto sugiere que los sujetos reconocen más exitosamente pares
de palabras que representan parámetros sensoriales básicos, como
brillo/oscuridad o nítido/borroso. Sin embargo, a pesar del éxito que
los sujetos parecen tener utilizando la cualidad del sonido, los inten-
tos para cuantificar una relación entre sonido y significado en el
lenguaje natural ha fallado generalmente para encontrar correlacio-
nes significativas (Hunter-Smith, 2007). El simbolismo de sonido
universal puede existir en la forma de intuiciones compartidas sobre
asociaciones sonido-significado, aunque esto tiene que ser todavía
adecuadamente demostrado. La evidencia sugiere, sin embargo, que
estas intuiciones compartidas no están reflejadas consistentemente
en los lenguajes naturales. Según Hunter-Smith (2007) el simbolis-
mo de sonido sinestésico podría explicar los resultados de Brown y
cols. (1955).

La cuestión básica sobre este debate es si el simbolismo del sonido


es específico del lenguaje o si tiene elementos universales. Los sub-
sistemas de sonido simbólico en lenguajes específicos son un fenó-
meno bien documentado (Austerlitz 1994, Hamano 1998) No sólo
podemos encontrar correlaciones sonido-significado, sino que la
mayoría de los hablantes exhiben intuiciones estadísticamente signi-
ficativas sobre estas correlaciones en sus idiomas (Parault and
Schwanenflugel 2006). Por otra parte, los universales del simbolis-
mo del sonido parecen ser bastante especulativos. La idea de un
simbolismo de sonido universal hace surgir la posibilidad de que los
humanos estemos predispuestos a conectar ciertos sonidos con cier-
tos significados. Esto habría facilitado la evolución del lenguaje.
Sin embargo, parece que hay considerable evidencia en contra de
simbolismo sonido universal.

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

4. Efecto kiki/bouba: teoría de “resonancia” para el origen del


lenguaje de Ramachandran

Según Ramachandran (2008) el efecto kiki/bouba proporciona una


pista vital para entender el origen del lenguaje. Propone que deno-
minar “kiki” a la estrella y “bouba” a la ameba es debido a una co-
rrespondencia que se establece entre las características visuales de
las figuras y las palabras. Según esta teoría, existiría una traducción
preexistente y no arbitraria entre el aspecto visual de un objeto, re-
presentado en el giro fusiforme, y la representación auditiva de ese
mismo objeto, representada en la corteza auditiva. La idea de Ra-
machandran es que la figura estrella y el nombre kiki comparten una
propiedad: la inflexión aguda brusca. Nuestro cerebro lleva a cabo
una abstracción sinestésica de modalidad cruzada (visual-auditiva),
reconociendo esa propiedad común de ángulos y cambios bruscos,
extrapolándola, y llegando a la conclusión de que ambas, figura y
palabra, están relacionadas.

Ramachandran sugiere que la unión POT (témporo-occipital-


parietal), en concreto el giro angular, es el área del cerebro en la que
se produce esa abstracción del denominador común entre la forma
puntiaguda de la figura con forma de estrella y el sonido “kiki”.
Esta zona se halla situada de tal modo que permite la convergencia
de diferentes modalidades sensoriales para crear representaciones
abstractas, independientes de la modalidad. En apoyo a esta pro-
puesta, Ramachandran señala que esta relación no se observa en
pacientes con una pequeña lesión en el giro angular del hemisferio
izquierdo (no relacionan la figura estrella con la palabra “kiki”, ni la
figura ameba con la palabra “bouba” de manera consistente) (Ra-
machandran, 2008).

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

A partir de esta correlación entre forma visual del objeto y sonido


(el efecto kiki/bouba), ramachandran desarrolla su teoría de reso-
nancia (“bootstraping”) del lenguaje, que implica relaciones de mo-
dalidad cruzada, sensoriales y motoras, para explicar el origen del
lenguaje, o al menos de un proto-lenguaje (Ramachandran, 2008).
La teoría, además de la abstracción entre forma y sonido (efecto
kiki/bouba) se basa también en otras dos correspondencias que ve-
remos a continuación: una correspondencia sensorio-motora, y una
correspondencia motora-motora (sincinesia)

El segundo elemento de la teoría de resonancia es la propuesta de


una correspondencia de modalidad cruzada sensorio-motora, en la
que ciertos sonidos evocarían movimiento (como en el caso del bai-
le) o adoptar ciertas posturas, y que Ramachandran y Hubbard
(2001) apoyan en la literatura sobre neuronas espejo (di Pellegrino,
y cols, 1992; Fadiga y cols., 2000; Rizzolatti y cols, 2001; Altschu-
ler y cols, 1997; 2000; Iacoboni y cols., 1999). Del mismo modo
que hay una activación cruzada preexistente entre sonido y visión
(el efecto kiki/bouba), esta teoría propone que también existiría una
activación cruzada, no arbitraria, entre el área visual del giro fusi-
forme y el área de Broca, en la parte frontal del cerebro, que genera
programas que controlan el modo en que movemos nuestros labios,
lengua y boca. De este modo, el movimiento de labios y lengua
pueden estar unidos, sinestésicamente, a objetos y acontecimientos
a los que se refieren.

En este sentido, Ramachandran señala que en todos los idiomas las


palabras para “grande” se dicen con la boca abierta, y las palabras
para “pequeño”, con la boca cerrada. La palabra para denominar a
otra persona (tú) se dice con los labios hacia fuera, y la palabra “mí”
con los labios hacia dentro. Sin embargo, no es difícil fallar la lógi-
ca implicada en verificar estos ejemplos: por ejemplo, en español, la

41
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

palabra “agudo” incluye la letra “g”, pero también la incluyen las


palabras “gordo”, “grave”, “largo” y “delgado”. Cuando decimos
“yo”, el movimiento de los labios es ligeramente hacia fuera.

Y llegamos al tercer elemento de su teoría. Existiría también una


activación cruzada, pre-existente, entre el área de la mano y el área
de la boca, que están una junto a la otra en el mapa motor de Pen-
field. Ramachandran se apoya en la observación descrita por Dar-
win: cuando alguien corta con unas tijeras, inconscientemente abri-
mos y cerramos la mandíbula, como haciendo eco de los movimien-
tos de los dedos. Llamó a esto sincinesia: activación cruzada entre
dos mapas motores, en lugar de entre dos mapas sensoriales. El área
de la boca y la mano, en el mapa motor, son áreas contiguas, y podr-
ía, según Ramachandran, producirse algún desbordamiento de seña-
les desde los gestos a la vocalización (p.e., gestos orales para pe-
queño, diminuto, chiquitín)

La idea clave de los autores es que cada uno de estos diferentes


elementos, por sí solos, no serían suficientes para hacer emerger un
lenguaje, pero la activación conjunta de los tres, en resonancia, sí
puede haber sido suficiente.

4.1. Datos a favor y en contra de la hipótesis de Ramachandran

Además de en la existencia de la sinestesia en sí, Ramachandran


recibe apoyo para su teoría por parte de otros estudios. El efecto
kiki/bouba se observa también en niños con edades a partir de los
dos años (Maurer, Pathman & Mondloch, 2006). Este resultado
apoya la hipótesis de que ciertos sesgos naturales de corresponden-
cia, sonido-forma, influyen en el desarrollo del lenguaje. Tales ses-
gos naturales podrían explicar la habilidad de los adultos para adi-

42
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

vinar el significado de las palabras en diferentes lenguajes (Berlin,


1994) Estos patrones de adivinación de significados apoyarían la
afirmación de Ramachandran y Hubbard (2001) de que los sesgos
naturales de correspondencia sonido/forma influyeron en la evolu-
ción del lenguaje.
En apoyo a esta propuesta, Ramachandran señala que esta relación
no se observa en pacientes con una pequeña lesión en el giro angu-
lar del hemisferio izquierdo (no relacionan la figura estrella con la
palabra “kiki”, ni la figura ameba con la palabra “bouba” de manera
consistente) (Ramachandran, 2008). Igualmente, personas con au-
tismo no muestran el efecto kiki/bouba con la misma consistencia
que personas normales.

Existe evidencia de daños en el sistema de integración multisenso-


rial en individuos con autismo (Altschuler y cols., 2000; Oberman y
cols., 2005). El efecto kiki bouba está mediado, presumiblemente
por un sistema multisensorial, similar al de neuronas espejo, que
integra la forma visual de la figura con el sonido (Ramachandran y
Hubbard, 2001) Los resultados de Oberman y Ramachandran
(2008) Smuestran que sólo el 20% de los individuos con autismo
mostraban el efecto kiki/bouba. Estos resultados proporcionan evi-
dencia empírica de que los individuos con autismo muestran un
daño general en la tarea kiki/bouba.

Por otra parte, Cuskley y cols. (2009) señalan que existen una serie
de problemas con este paradigma que no se han tratado adecuada-
mente. Primero, los materiales no aíslan características fonéticas,
haciendo difícil identificar las correspondencias exactas fonéticas-
visuales que afirma Ramachandran. Las palabras “bouba” y “kiki”
difieren drásticamente. Los sonidos de las consonantes [k] y [b] son
muy diferentes, al igual que las vocales [i], [u], [a], [o]. Segundo,
puede haber una confusión ortográfica, como el hecho de que la

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

letra “k” imite la forma angular de la figura con forma de estrella, y


la letra “b” imite las ondulaciones de la figura con forma de ameba.
Cuskley y cols. (2009) muestran que existe una interferencia or-
tográfica significativa en las tareas tradicionales de modalidad cru-
zada que implican no-palabras (como el caso de kiki y bouba) Es
decir, que el aspecto visual de las letras que conforman las palabras
influye en la asignación de figuras a palabras. Los autores no afir-
man que esto sea suficiente para desestimar las conclusiones de
Ramachandran (2008), pero sí sugieren que es necesaria una meto-
dología revisada y mejorada en este tipo de tareas.

5. Conclusiones.

La idea de una relación entre sonido y forma visual, como explica-


ción para el efecto kiki/boua, para tener varios datos a favor, y es
aparentemente un fenómeno universal. Pero vamos a considerar dos
cuestiones por separado. Una es la naturaleza del efecto kiki/bouba
en sí, y otra su implicación en el origen del lenguaje.

La explicación que ofrece Ramachandran (2008) acerca de una rela-


ción preexistente y no arbitraria entre el aspecto visual de la forma,
y el sonido de la palabra, recibe apoyos tanto a favor como en con-
tra. En la parte empírica de este trabajo, presentamos diferentes es-
tudios que hemos realizado en relación a esta hipótesis, en relación
con las afirmaciones de Cuskley y cols. (2009), realizando diversas
variaciones del paradigma kiki/bouba, tanto en relación con sus
aspectos físicos (aspecto visual y sonido) como en relación con as-
pectos semánticos o de significado.

Por otra parte, la teoría de resonancia como origen del lenguaje (o


proto-lenguaje), incluye como novedad la inclusión de la sinestesia,

44
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

o las correspondencias de modalidad cruzada, entre sonidos y for-


mas visuales. Este tipo de relaciones de modalidad cruzada están
presentes, o similares, en algunas de las teorías existentes de len-
guaje, como la idea de las palabras como imitación de las cosas a
las que se refieren, la onomatopeya para imitar sonidos ambientales
o de animales, y también en las teorías del simbolismo del sonido,
en la relación entre sonido y significado. Sin embargo, el origen del
lenguaje sigue siendo una cuestión a debate y las evidencias a favor
de un simbolismo de sonido universal no son concluyentes. Otro
punto que quedaría por explicar sería la dimensión sintáctica del
lenguaje. La teoría de resonancia, por sí sola, no da cuenta de esta
cuestión, aunque el propio Ramachandran especula que la aparición
de la sintaxis se deriva, en parte, de la semántica, de la región de la
unión POT que está relacionada con la abstracción. La estructura de
la sintaxis puede haber evolucionado a partir del uso de herramien-
tas (Ramachandran, 2008)

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

CAPÍTULO 3: EL EFECTO KIKI


BOUBA COMO UN CASO DE
IDEAESTESIA
Oscar Iborra y Emilio Gómez Milán
Universidad de Granada

1. Introducción

El efecto kiki/bouba comprende una relación entre dos figuras abs-


tractas y dos palabras. Una figura posee forma de estrella irregular
(líneas rectas y ángulos, con cambios abruptos) y la otra figura
muestra una forma sinuosa, parecida a una ameba (línea continua,
ondulante). Las palabras son “kiki” y “bouba”. Cuando se presentan
las dos figuras junto con las dos palabras, para que la persona esta-
blezca una asociación entre cada palabra y figura, según su propio
criterio, el 90% de la población asigna el nombre “kiki” a la figura
estrellada y el nombre “bouba” a la figura ameba (Ramachandran &
Hubbard, 2001) Esta relación se observa en diferentes lenguajes,
tales como inglés, español, alemán, y en niños con edades a partir
de los dos años (Maurer, Pathman & Mondloch, 2006) Esta consis-
tente relación entre figura y palabra ha cobrado más relevancia re-
cientemente debido a su inclusión en la teoría “bootstrapping” del
origen del lenguaje propuesta por Ramachandran y Hubbard (Ra-
machandran, 2008). En este modelo, los autores proponen que de-
nominar “kiki” a la estrella y “bouba” a la ameba es debido a una
correspondencia que se establece entre las características visuales
de las figuras y las palabras, es decir, una sinestesia auditiva-visual.
Según esta teoría, existiría una traducción preexistente y no arbitra-
ria entre el aspecto visual de un objeto, representado en el giro fusi-
forme, y la representación auditiva de ese mismo objeto, represen-

46
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

tada en la corteza auditiva. Es decir, se produce una abstracción


sinestésica de modalidad cruzada (visual-auditiva).

Según Ramachandran (2008) tanto la palabra “kiki” como el sonido


“kiki” comparten una propiedad: ambas poseen una inflexión aguda.
Así, nuestro cerebro llevaría a cabo una abstracción sinestésica de
modalidad cruzada, reconociendo esa propiedad común de picos y
recortes, extrapolándola, y llegando así a la conclusión de que am-
bas son “kiki”. Ramachandran sugiere que la unión POT (témporo-
occipital-parietal), en concreto el giro angular, es el área del cerebro
en la que se produce esa abstracción del denominador común entre
la forma puntiaguda de la figura con forma de estrella y el sonido
“kiki”. Esta zona se halla situada de tal modo que permite la con-
vergencia de diferentes modalidades sensoriales para crear represen-
taciones abstractas, independientes de la modalidad. En apoyo a esta
propuesta, Ramachandran señala que esta relación no se observa en
pacientes con una pequeña lesión en el giro angular del hemisferio
izquierdo (no relacionan la figura estrella con la palabra “kiki”, ni la
figura ameba con la palabra “bouba” de manera consistente).

Del mismo modo que hay una activación cruzada preexistente entre
sonido y visión (el efecto kiki/bouba) esta teoría propone que tam-
bién existiría una activación cruzada no arbitraria entre el área vi-
sual del giro fusiforme y el área de Broca, en la parte frontal del
cerebro, que genera programas que controlan los músculos de la
vocalización, fonación y articulación: el modo en que movemos
nuestros labios, lengua y boca. En este sentido, Ramachandran se-
ñala que en todos los idiomas las palabras para “grande” se dicen
con la boca abierta, y las palabras para “pequeño”, con la boca ce-
rrada. La palabra para denominar a otra persona (tú) se dice con los
labios hacia fuera, y la palabra “mí” (me) con los labios hacia de-
ntro. Sin embargo, no es difícil fallar la lógica implicada en verifi-

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

car estos ejemplos: por ejemplo, en español, la palabra “agudo”


incluye la letra “g”, pero también la incluyen las palabras “gordo”,
“grave”, “largo” y “delgado”. El propósito de este capítulo es pro-
porcionar una hipótesis que ponga a prueba las explicaciones adscri-
tas al efecto y comprobar qué tiene que ver con el origen del lengua-
je.

2. Dicotomías: recto frente a curvo, abrupto frente a gradual

Si la explicación de Ramachandran sobre el efecto kiki/bouba es


correcta, este efecto debería desaparecer cuando las palabras y/o las
figuras presentan una mezcla de líneas curvas y rectas.

El fenómeno no tiene relación con el hecho de que la K tenga forma


picuda y se parezca a la figura. Para comprobar esto, realizamos un
experimento en el que mostrábamos las palabras “qyqy” o “quyquy”
y VUVA (en mayúsculas, para evitar trazos curvos) esto es, trazos
curvos para la palabra “kiki” y trazos rectos y angulosos para la
palabra “bouba”, y hemos obtenido el mismo resultado: el 80% de
las personas a las que se le pasaba esta prueba elegían la palabra
“qyqy” como la figura estrellada, y por tanto “VUVA” para la figu-
ra con forma de ameba.

Para estudiar con más detalle la importancia de la forma de la figu-


ra, construimos figuras mezclando las figuras estrella y ameba. Di-
vidimos cada figura en cuatro cuadrantes a partir de sus ejes vertical
y horizontal, y luego combinamos los cuadrantes de una y otra figu-
ra de modo que creamos figuras que iban desde 3 cuadrantes de
estrella y uno de ameba (figura 75% “kiki”), figuras compuestas por
un 50% de estrella y un 50% de ameba, y figuras compuestas por un
cuadrante de estrella y tres de ameba (figura 25% “kiki”). Al hacer

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

esto forma podemos seleccionar los cuadrantes que queramos para


combinar la figura definitiva; por ejemplo, una figura puede ser
75% “kiki” de diversas maneras, según sea el cuadrante que sea
“bouba”: arriba izquierda, arriba derecha, abajo izquierda o abajo
derecha. Una vez creadas estas figuras, repetíamos la prueba ki-
ki/bouba, ofreciendo diferentes pares de estas figuras recombinadas
junto con los nombres “kiki” y “bouba” a elegir para cada una de
ellas (Figura 1)

Figura 3.1. Figura estrella original (1a), figura 75% “kiki” (1b),
figura 50% “kiki” (1c), figura 25% “kiki” (1d) y figura ameba ori-
ginal (1e).

Presentando la figura estrella original frente a tres figuras combina-


das que contienen un 25%, un 50% y un 75% respectivamente, de
contenido ameba en su composición, la figura estrella al 100% es
elegida siempre como “kiki” (un 94% frente a la figura 75% estre-
lla, un 90% frente a la figura 50% estrella y un 86% frente a la figu-
ra 25% estrella). La figura 75% estrella es elegida como “kiki”
cuando se compara con la figura 100% ameba (el 94% de las veces),
con la figura 75% ameba (92%) y 50% ameba (98%). Esta elección
no es tan significativa cuando se compara con una figura 25% ame-
ba (64%), es decir, con otra figura que posee la misma proporción
de figura estrella y ameba (75% estrella y 25% ameba). La figura
50% estrella es elegida como “kiki” cuando se compara con figuras

49
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

100% ameba (94%) o 75% ameba (88%). Esta elección deja de ser
tan marcada cuando se compara con figuras 50% ameba (74%) y
25% ameba (64). Por último, la figura 25% estrella era elegida co-
mo “kiki” sólo frente a la figura 100% ameba (88%); era elegida
como “bouba” frente a la figura 50% ameba (84%) y frente a la fi-
gura 25% ameba (94%), y no había una clara tendencia a ser elegida
como “kiki” o “bouba” cuando se comparaba con la figura 75%
ameba (38% elegida como “kiki”)

En resumen, el efecto kiki/bouba se mantiene siempre que la figura


kiki tenga más proporción de estrella (en este caso, más cuadrantes
de la figura estrellada); se iguala si ambas tienen la misma propor-
ción, y se invierte si hay más proporción de bouba que de kiki; es
decir, que se elige kiki a la figura con más proporción de estrella, y
si las dos figuras tienen la misma proporción (50%) el efecto se
anula.

Si dividimos las figuras originales en función de sus ejes vertical y


horizontal, podemos crear cuatro nuevas figuras de modo que cada
una de ellas contenga una mitad de cada una de las figuras origina-
les, unidas bien por el eje vertical o bien por el horizontal, de modo
que cada una de estas nuevas figuras posee un 50% de figura con
forma de estrella y un 50% de figura con forma de ameba (Figura
2). Con estas nuevas figuras continuamos explorando la importancia
de la forma recta y abrupta frente a la forma curva y de cambio gra-
dual, realizando el test clásico de kiki/bouba, pero utilizando las
nuevas figuras combinadas en lugar de las figuras originales.

50
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Figura 3.2. Figuras compuestas por una mitad “kiki” y una mitad
“bouba” unidas por su eje vertical – (2a) y (2b) – y por su eje hori-
zontal – (2c) y (2d).

Al presentar cada posible par de figuras resultantes frente a las pa-


labras “kiki” y “bouba”, todas las comparaciones entre todas las
figuras resultantes daban como resultado la desaparición del efecto
kiki/bouba (no se elegía una u otra de manera consistente con nin-
guna de las palabras) salvo en una condición: cuando comparamos
la figura con la forma de estrella a la derecha y ameba a la izquierda
(en función del eje vertical) frente a la figura con la parte de estrella
abajo y la ameba arriba (en función del eje horizontal), el 90% de
las personas elegían la primera como “kiki”. Parece que tomando en
cuenta el marco de referencia centrado en el objeto, la parte derecha
de la forma estrellada es el factor decisivo para denominarla kiki, y
que la parte superior de la figura curva (sobre el eje horizontal) es la
clave para que sea denominada bouba. Estos resultados son contra-
rios al rol crucial otorgado en la explicación de Ramachandran del
contraste entre líneas rectas con cambios abruptos frente a líneas
curvas con cambio gradual.

De nuevo utilizamos estas figuras y las presentamos con una com-


binación ahora de los nombres kiki y bouba, que realizamos combi-
nando sus sílabas, y obteniendo cuatro nuevos nombres: kiba, bou-

51
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

ki, kibou, baki. De este modo estudiamos la correspondencia entre


nombres compuestos y figuras compuestas, siempre a partir de los
nombres y figuras originales.

Obtuvimos los siguientes resultados: para la figura 2a los nombres


más frecuentes eran “baki” y “bouki”, que juntos representan el
73% de las elecciones. Ambos nombres comienzan con la letra [b]
siendo la segunda sílaba “ki” en ambos casos. Para la figura 2b los
nombres más frecuentes eran “kiba” y “kibou”; juntos representan
el 75% de las elecciones para esa figura. En ambos casos, la primera
sílaba es “ki”. Para la figura 2c las palabras con la sílaba “ba”, en
primera o segunda posición, representan el 63% de las respuestas.
El nombre más frecuente elegido para esta figura es “kiba”, y los
menos frecuentes son “kibou” y “bouki”, ambos con la sílaba
“bou”. Para la figura 2d el nombre más frecuente era “bouki” y el
menos frecuente era “kiba”.

Si consideramos en conjunto los resultados para las figuras 2c (ki-


ba) y 2d (bouki) está claro que la sílaba “ba” está relacionada con la
parte en forma de ameba en la parte inferior de la figura y la parte
estrella en la parte superior de la figura, y la sílaba “bou” está aso-
ciada con la mitad ameba en la parte superior de la figura y la mitad
estrella en la parte inferior. Ambas figuras, 2c (kiba) y 2d (bouki),
se leen de arriba abajo.

Si consideramos que kiba es el nombre que guarda más relación con


la figura 2c y bouki el nombre correspondiente a la figura 2d, la
figura B es kibou y la figura 2a es baki. La figura 2b (kibou) se re-
laciona con la mitad estrella en la parte izquierda de la figura que al
mismo tiempo corresponde a “ki” como primera sílaba. La figura 2a
(baki) se relaciona con la mitad estrella en la parte derecha al mis-
mo tiempo que corresponde a “ki” como segunda sílaba.

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

En resumen, considerando el eje vertical de la figura, cuando la par-


te izquierda de la figura corresponde a la mitad con forma de ame-
ba, los nombres más frecuentes son baki y bouki (dejando la sílaba
ki a la derecha). Ocurre justo lo contrario cuando la mitad izquierda
corresponde a la forma de estrella: entonces los nombres más fre-
cuentes son kiba y kibou. En cuanto a las figuras mezcladas con
respecto al eje horizontal, si la parte inferior corresponde a la figura
ameba los nombres con la sílaba ba en segundo lugar representan el
mayor porcentaje de elección, siendo kiba el más frecuente. Cuando
la parte inferior corresponde a la figura estrella, el nombre más fre-
cuente es bouki y el menos frecuente, kiba. Está claro que la sílaba
ba está relacionada con la mitad en forma de ameba en la parte infe-
rior de la figura (y la parte estrella en la parte superior) y la sílaba
bou está asociada con la mitad en forma de ameba en la parte supe-
rior (y la mitad en forma de estrella en la parte inferior). Estas figu-
ras, creadas a partir de su unión por el eje horizontal, se leen de
arriba abajo. Es decir, el eje horizontal parece fundamental para las
partes ameba de la figura y el eje vertical para las partes estrelladas
de la figura. Hay una congruencia entre estructura silábica de la
palabra y marco de referencia centrado en el objeto.

Para ampliar nuestra comprensión de este proceso, decidimos estu-


diar el patrón de movimientos sacádicos de diferentes personas
cuando se enfrentaban al test clásico kiki/bouba, por un lado, y con
un grupo diferente de personas, analizamos de nuevo el patrón de
movimientos sacádicos, pero esta vez mientras realizaban el test
kiki/bouba utilizando no las figuras originales, sino las figuras 2a y
2d de los experimentos anteriores. Las personas que participaron en
este estudio hablaban diferentes idiomas (español, catalán, italiano y
belga)

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Ante las figuras tradicionales (estrella y ameba) se producen una


serie de movimientos oculares alternantes, sucesivos. Comienzan en
el centro de la pantalla, moviéndose hacia la figura de la izquierda,
alternando entre la parte derecha de la figura en su cuadrante supe-
rior para la figura situada en el lado izquierdo de la pantalla, y en-
tonces se mueve a parte izquierda de la figura en el cuadrante infe-
rior para la figura situada a la derecha. Cada figura recibe el 50% de
las miradas, es decir, ambas figuras son miradas por igual. Cuando
las figuras “kiki” y “bouba” aparecen en la izquierda, se mira casi
exclusivamente el lado derecho de la figura, y la mayoría de las
miradas restantes se dirigen al cuadrante inferior derecho. Cuando
las figuras se presentan en el lado derecho, el patrón de movimien-
tos es diferente para cada una de ellas. Para “kiki”, el 94% de las
miradas se dirigen al cuadrante inferior izquierdo; pero para “bou-
ba” sólo el 21% van dirigidas a ese cuadrante: la mayoría de las
miradas restantes se dirigen a la parte superior, derecha e izquierda
por igual. Parece que la parte superior de “bouba” (sobre su eje
horizontal) ofrece más información (Figura 3).

Figura 3.3. Movimientos oculares medios ante las figuras origina-


les, estrella y ameba.

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Para las figuras compuestas (mitad estrella y mitad ameba) la serie


alternante de miradas es mayor y el patrón de exploración es dife-
rente: los ojos se mueven por diferentes cuadrantes. Los estudios
con movimientos oculares confirman que las partes más interesantes
o que ofrecen más información son la parte derecha (estrella) cuan-
do la figura es diferente en su eje vertical (derecha estrella izquierda
ameba) y la parte de abajo cuando abajo es la estrella y arriba la
ameba. Esto nos permite establecer de manera preliminar que esos
cuadrantes o zonas con respecto a los ejes vertical y horizontal son
importantes, y que no se trata por ejemplo de que si miren más las
zonas interiores de las figuras – es decir, la parte derecha de la figu-
ra cuando está a la izquierda, y viceversa - . Parece claro que los
participantes están haciendo una comparación o contraste continuo
entre las dos figuras. No se centran en una y le dan un nombre, y
luego pasan a la otra, sino que comparan las dos (Figura 4).

Figura 3.4. Movimientos oculares medios para las figuras com-


puestas, mitad estrella (figura 2a) y mitad ameba (figura 2d)

Con respecto al marco de referencia centrado en el objeto, las figu-


ras “estrella” y 2a están dispuestas en torno a su eje vertical, mien-
tras que las figuras “ameba” y 2d lo están en torno a su eje horizon-
tal. Ramachandran y Hubbard no dicen nada sobre el papel de los
55
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

marcos de referencia en el efecto kiki/bouba, pero como hemos


comprobado, los ejes vertical y horizontal son importantes.

3. Línea mental vocálica

Una forma de estudiar la importancia de las propiedades del sonido


en el efecto kiki/bouba es trasladar estas mismas propiedades a una
representación visual (una imagen) y comparar esa imagen con las
palabras originales, “kiki” y “bouba”.

Para este propósito, mostrábamos a los participantes los nombres


“kiki” y “bouba” junto con dos ondas horizontales que se diferen-
ciaban en un solo parámetro (amplitud, longitud o frecuencia), per-
maneciendo los otros dos constantes (Figura 5)

Figura 3.5. Ondas presentadas por pares que varían en un solo


parámetro: diferente duración (5a), diferente amplitud (5b) y dife-
rente frecuencia (5c)

Cuando presentamos una onda de alta frecuencia y otra de baja fre-


cuencia (y de la misma amplitud y longitud) y pedimos a los parti-
cipantes del experimento que dijeran cuál era “kiki” y cuál “bouba”,
el 80% eligió la onda de alta frecuencia como “kiki”. Cuando pre-

56
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

sentamos dos ondas de diferente amplitud (y de la misma frecuencia


y longitud), el 75% elige la onda de mayor amplitud como “bouba”.
Presentando dos ondas de diferente longitud (y la misma amplitud y
frecuencia), el 83% eligió la onda de mayor longitud como “bouba”.

No parecen necesarias, por tanto, una figura con forma de estrella y


una figura con forma de ameba, para que el efecto kiki/bouba se
mantenga. Nuestras nuevas figuras están basadas sobre las propie-
dades del sonido trasladadas a las propiedades visuales de las ondas:
la palabra “kiki” (y la forma estrellada) corresponden a alta fre-
cuencia, baja amplitud y corta duración (longitud).

Otra forma de estudiar el fundamento de la idea de una sinestesia


vidual-auditiva como base para el efecto kiki/bouba es manipular
las vocales y consonantes de las palabras originales, de modo que se
mantenga el mismo sonido con vocales y/o consonantes diferentes,
o alterando el sonido (pronunciación) de modo sistemático, para
observar si el efecto se mantiene, y bajo qué condiciones.

Nos centraremos en el estudio sobre la importancia de la vocal.


Hicimos una prueba con 80 estudiantes de primero de psicología, a
los que le presentamos las figuras estrella y ameba, junto con dife-
rentes pares de nombres para que asignaran un nombre de cada par
a cada figura, de modo independiente. Construimos los pares de
nombres a partir del nombre “kiki”, manteniendo constante la con-
sonante y cambiando la vocal, es decir, “kaka”, “keke”, “koko” y
“kuku”. En cada ocasión, cada uno de estos nombres se presentaba
junto con kiki, y los participantes debían elegir uno para la figura
estrellada y otro para la figura ameba.

Los resultados son rotundos: en todas las ocasiones, la figura con


forma de estrella es elegida como “kiki” frente a cualquier otra op-

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

ción: 70% frente a “keke”, 80% frente a “kaka”, 90% frente a “ku-
ku” y 100% frente a “koko”. Está claro, por tanto, que la letra [i] es
importante para que la figura con forma de estrella sea elegida como
“kiki”. Incluso podemos establecer, a partir de estos resultados, un
orden de discriminación atendiendo a la vocal: la vocal asociada a la
figura estrella es la [i], seguida por orden de la [o], [u], [a], [e]. Esto
parece como una línea mental de vocales relacionada con la discri-
minación de la forma.

A partir de estos resultados parece lógico pensar que podemos redu-


cir el efecto kiki/bouba, o mejor dicho, los nombres “kiki” y “bou-
ba”, a simples vocales, al menos para comprobar hasta qué punto el
efecto se mantiene, o no, cuando las figuras estrella y ameba se pre-
sentan para ser relacionados no con nombres completos, sino sólo
con vocales independientes.

Realizamos un estudio (Milan y cols.) en el que comparamos las


vocales aisladas (a, e, i, o, u). Presentábamos cada par de vocales
junto con la figura estrella y ameba, y los participantes debían de-
cirnos qué vocal, en su opinión, se relacionaba mejor con cada vo-
cal. Se presentaron todos los pares de vocales posibles. Empezando
por la vocal [i], en contraste con las demás vocales, el porcentaje de
respuestas considerando la i como figura estrellada fue: 69% (frente
a la [e]), 80% (frente a la [a]), 88% (frente a la [u]), y 99% (frente a
la [o]). Los resultados son idénticos a cuando comparamos el nom-
bre “kiki” frente a otros nombres que variaban sólo en la vocal. Pa-
rece claro, por tanto, que el papel de la vocal es importante para la
correspondencia entre nombres y figuras. La vocal [e] era elegida
como la estrella un 68% de las veces (comparada con la [a]), un
65% (comparada con la [u]) y un 80% (comparada con la [o]). La
vocal [a], frente a la [u], era elegida como la estrella un 60% de las
veces, y un 90% cuando se presentaba frente a la [o]. Por último,

58
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

presentando [u] y [o], la [u] era emparejada con la figura con forma
de estrella en un 90% de las ocasiones.

Los sonidos vocálicos se clasifican en función de los siguientes fac-


tores: uno es la localización (punto de articulación), que se refiere a
la parte de la boca donde se articulan los fonemas: pueden ser ante-
riores ([e], [i]), medio o central ([a]) o posteriores ([o], [u]); el otro
factor es la abertura (modo de articulación) que se refiere a la aber-
tura de la boca durante la pronunciación de los fonemas: pueden ser
de abertura máxima o abierto ([a]), de abertura media o semiabier-
tos ([e], [o]) y de abertura mínima o cerrados ([i], [u]).

La Figura 6, conocida como el triángulo de Hellwag, muestra la


clasificación de los fonemas vocales según todos estos parámetros.
(Gil Fernández, 2007).

Figura 3.6. Clasificación de los fonemas vocálicos (Triangulo de


Hellwag)

El alfabeto fonético internacional (AFI) es un sistema de notación


fonética que clasifica las vocales según la posición de la lengua. El

59
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

eje vertical está determinado por la altura de la vocal: es decir, qué


posición ocupa la lengua al pronunciar cada vocal. Las vocales pro-
nunciadas con la lengua baja están en la base (a), y las vocales pro-
nunciadas con la lengua alzada están en la cima (i, u) y vocales pro-
nunciadas con la lengua en posición intermedia (e, o) El eje hori-
zontal está determinado por la posición de la lengua hacia el frente
de la boca (i, e), en el medio (a) o atrás (u, o). (Asociación Fonética
Internacional, 1999)

Si tomamos la [i] como el punto de referencia para la estrella, la


mayor distancia acústica – una diferencia doble en altura y posición
de la lengua – tiene lugar entre la [i] (localización anterior y abertu-
ra mínima) y la [o] (localización posterior y abertura media). Esta-
blecemos esta como una primera línea (i-o). Comparando la [i] con
la [a] (vocal cerrada y vocal abierta, respectivamente), [i] es la es-
trella y [a] la ameba. La [e] está en el medio, entre [i] y [a] (medio
cerrada), por lo que la distancia entre [a] y [e] es más corta, y com-
parando ambas vocales, la estrella es la [e] y la ameba es [a]. La
distancia entre [i] (localización anterior y abertura mínima) y [u]
(localización posterior y abertura mínima) representa la mayor dis-
tancia entre vocales con respecto a la posición de la lengua. En esta
segunda línea la [i] es la estrella y la [u] la ameba. En la línea entre
[u] y [o], la vocal [u] representa la estrella y la [o] la ameba, similar
a la relación entre [i] y [a]. La distancia entre la [a] o la [e] y la [u]
es más corta, y tanto [a] como [e] corresponden a la estrella frente a
[u], que es la ameba, pero menos que la [i], lo que significa que la
distancia entre la [i] y la [u] es mayor.

Sin embargo, el efecto kiki/bouba no es una correspondencia abso-


luta sino relativa, y por esta razón es difícil detectar el factor clave
con respecto a las vocales. Como observamos en estos resultados, la
vocal [e] se corresponde con la figura ameba frente a [i], pero se

60
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

corresponde con la estrella si han de elegir entre [i] y [o]. Lo mismo


sucede con la vocal [a], que corresponde a la figura ameba cuando
han de elegir entre [a] y [i], pero si han de elegir entre [a] y [o], la
[a] se corresponde con la figura estrellada.

4. Vertical frente a horizontal

Hasta ahora, con los experimentos anteriores, hemos descartado la


idea de que el efecto kiki/bouba pueda depender sólo de la con-
gruencia entre características como abrupto-gradual, recto-curvo,
detectadas por la región PTO (parieto-temporo-occipital). Hemos
añadido el rol de los marcos de referencia centrados en el objeto, y
la importancia del eje vertical para la forma estrella y el eje horizon-
tal para la forma ameba. Podríamos preguntarnos si esa consistencia
se observa en relación con diferentes categorías asociadas con el
espacio. Para esto construimos una lista de categorías opuestas (“iz-
quierda/derecha”, “arriba/abajo”, “horizontal/vertical”) para presen-
tarlas tanto con palabras como con las figuras. Para las figuras estre-
lla y ameba utilizábamos pares de palabras (izquierda/derecha, arri-
ba/abajo, horizontal/vertical), y para las palabras “kiki” y “bouba”
utilizábamos un punto en el hemicampo derecho y punto en el
hemicampo izquierdo (para ilustrar izquierda/derecha), punto arriba
y un punto abajo de la pantalla (para ilustrar arriba y abajo) y una
línea horizontal y una vertical (para ilustrar vertical y horizontal)

Los resultados nos muestran que la palabra “kiki” se asocia con


vertical (90% de las respuestas), y la palabra “bouba”, por tanto,
con horizontal. Con respecto a las otras categorías (arriba-abajo,
derecha-izquierda) las respuestas se distribuyen por igual, no
habiendo ninguna relación significativa entre estas categorías y las
palabras “kiki” y “bouba”. Por tanto, podemos deducir que “kiki” es

61
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

una línea vertical y “bouba” una línea horizontal. En cuanto a la


figura con forma de estrella, el 90% de los participantes la asocian
con “vertical”, el 70% con “izquierda”, y el 90% con “arriba”. Es
decir, tanto la palabra “kiki” como la figura estrella se relacionan
con vertical y la figura ameba y la palabra “bouba” se relacionan
con horizontal.

¿Y la relación de esto con cambio abrupto/gradual y líneas rec-


tas/curvas? Para estudiarlo, creamos una línea horizontal con cam-
bios abruptos y rectilíneos y una línea vertical a modo de cordón, es
decir, con cambios curvos y graduales (Figura 7). Es decir, creamos
unos dibujos incongruentes: la línea vertical (que hemos visto se
asocia con kiki) está dibujada con línea curva y de cambio gradual
(que según Ramachandran se asocia con bouba), y la línea horizon-
tal (que se asocia con bouba como hemos visto antes) está dibujada
con líneas rectas y cambios abruptos, ángulos.

Figura 3.7. Líneas “incongruentes” diseñadas para nuestro experi-


mento: horizontal con trazo recto y cambio abrupto (7a) y vertical
con cambio gradual y trazo curvo (7b)

62
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Al presentar estas líneas “incongruentes” con las palabras “kiki” y


“bouba” a un grupo de participantes en este experimento, y pedirles
que determinen que línea corresponde a cada palabra, un 54% de los
participantes relaciona la línea vertical (dibujada con línea curva)
con “kiki”, y la horizontal (abrupta, recta) con “bouba”. El efecto
kiki/bouba se ha eliminado. Esto es, la incongruencia entre estas dos
características anula el efecto: la imagen correspondiente a “bouba”
puede presentar cambios abruptos y líneas rectas, y la asociada con
“kiki” puede presentar líneas curvas con cambio gradual.

Esta aceptación de las palabras y figuras como vertical y horizontal


podría explicar la mayor importancia de la parte derecha del eje
vertical para “kiki” y la parte superior del eje horizontal para “bou-
ba”. En otras palabras, hemos reducido los nombres “kiki” y “bou-
ba” a las vocales [i] y [a], y las figuras a sus ejes vertical y horizon-
tal: la [i] es vertical y la [a] horizontal. Esto es como decir que lo
importante de las figuras estrella y ameba es horizontal y vertical y
de las palabras “kiki” y “bouba”, la [i] y la [a].

5. Personificación

Si cogemos las figuras estrella y ameba y pedimos a la gente que


nos diga cuál es Yin y cual Yang, cuál es “tic” y cual es “tac”, o
cual es “i” y cual es “a”, observamos lo siguiente: la figura estrella-
da es elegida como yin, tic y la letra i, por un 85%, 90% y 78%,
respectivamente, de los participantes.

Yin y Yang son dos categorías opuestas. ¿Qué ocurre si presenta-


mos las mismas figuras con otros pares de categorías opuestas, co-
mo por ejemplo dios y diablo, blanco y negro, frío y calor, etc.?
Esto nos hace pensar que tal vez la boca abierta o cerrada, asociada

63
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

con vocales abiertas, como la [a], y cerradas, como la [i], pueden ser
el modo no arbitrario para denominar contrarios.

Ideaestesia (Nikolic, 2009) es una asociación no entre sentidos, co-


mo la sinestesia, sino asociación de tipo conceptual entre ideas, o
entre un sentido y una idea (por ejemplo, cuando representamos la
inteligencia, o el surgimiento de una idea, con una bombilla encen-
dida) Es posible que ciertos sonidos y/o ciertas aperturas de la boca
estén asociados con significados, con ideas. La cuestión es: ¿qué
significan “kiki” y “bouba”, y las figuras abstractas con forma de
estrella y de ameba? Decidimos estudiar esto construyendo un perfil
de las asociaciones conceptuales de las palabras y las figuras por
separado, para ver si luego coincidían. Para esto, utilizamos una
lista de categorías opuestas de palabras para las imágenes, y una
lista de imágenes, que representaban categorías opuestas, para las
palabras.

Las categorías de opuestos que seleccionamos, presentados como


palabras escritas, para las figuras estrella y ameba fueron: voz agu-
da/voz grave, movimiento/quietud, hombre/mujer, izquier-
da/derecha, blanco/negro, voz masculina/voz femenina, peque-
ño/grande, frío/calor, dios/diablo, arriba/abajo, y cuerpo/cerebro.

Para los nombres “kiki” y “bouba” empelamos pares de imágenes


correspondientes a los pares de palabras empleados con las figuras
estrella y ameba. Las imágenes de un hombre y una mujer gritando
(con la boca abierta, indicando claramente que estaban emitiendo
algún sonido) fueron las equivalentes a las categorías voz masculi-
na/voz femenina y voz aguda/voz grave. La imagen de una mujer
bailando y la imagen de una mujer sentada en posición de loto, me-
ditando, se emplearon para representar la categoría movimien-
to/quietud. Para la categoría hombre/mujer empleamos la imagen de

64
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

un hombre y una mujer, de cintura para arriba, desnudos. Un cua-


drado blanco y uno negro se utilizaron para la categoría blan-
co/negro. Las palabras dios y diablo fueron representadas por una
imagen de Jesús y una imagen de un macho cabrío, respectivamen-
te. Para cuerpo/cerebro, se mostraba una imagen anatómica de un
cuerpo (sin cabeza) y la imagen de un cerebro (visión lateral)

Cuando alguna imagen que seleccionábamos podía resultar confusa,


utilizábamos otra pareja de imágenes con el mismo significado. Por
ejemplo, para la imagen de “calor” se utilizó un dibujo de una per-
sona, representado por un muñeco, bajo un sol, sudando. La forma
del sol podía recordar a la de la forma estrellada (los “rayos” del
sol), por lo que además de esta imagen, utilizamos otras parejas de
imágenes con el mismo significado conceptual (frío/calor): otros
ejemplos utilizados, para la idea de “calor”, fueron una taza hume-
ante y un termómetro indicando altas temperaturas. Para la idea de
frío, además de una persona temblando, envuelta en un abrigo en un
entorno claramente otoñal, utilizamos también, por ejemplo, la ima-
gen de un iglú.

Para representar las categorías grande/pequeño, utilizamos tres tipos


de imágenes, pero empleando en todas la misma idea. Por una par-
te, utilizamos un castillo rectilíneo, que mostrábamos en dos tama-
ños (Figura 8) junto con las palabras “kiki” y “bouba”. Es decir, las
dos imágenes que los participantes debían asociar con los nombres
eran en realidad la misma, con la única diferencia de su tamaño re-
lativo, siendo una claramente más grande que la otra. Para otros
participantes, la imagen empleada fue la de un elefante, dibujado
con líneas curvas y redondeadas. Al igual que con la imagen del
castillo, presentamos dos imágenes idénticas del elefante, siendo
una mayor que la otra (Figura 9). Ambos dibujos (castillo y elefan-
te) estaban hechos en dos dimensiones, sólo con líneas, y en color

65
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

negro. Al emplear estas imágenes para expresar grande y pequeño,


evitamos que cada uno de los conceptos aparezca presentado con
determinadas características físicas. Es decir, estamos representando
la idea de “grande” y “pequeño” por una parte mediante un dibujo
caracterizado por líneas rectas y cambios abruptos (en el caso del
castillo) y por otra parte mediante un dibujo caracterizado por líneas
curvas y cambios graduales (en el caso del elefante), eliminando así
el hecho de que a la hora de elegir entre asignar a un dibujo los
nombres kiki o bouba puedan hacerlo basándose en las característi-
cas físicas de la imagen; no tienen una imagen con líneas rectas y
cambios abruptos (castillo) frente a una imagen con líneas curvas y
cambios graduales (elefante), sino que asignan las palabras kiki y
bouba a dos figuras con líneas rectas y cambios abruptos, por un
lado, y a dos figuras con trazos curvos y cambios graduales, por
otro. Si, bajo estas condiciones, obtenemos un claro efecto ki-
ki/bouba, esto es, observamos una asignación mayoritaria de un
nombre (kiki o bouba) a una figura determinada (ya sea la grande o
la pequeña), podremos afirmar que el efecto no depende solamente
de la correspondencia entre sonido (pronunciación de las palabras
kiki y bouba) y las características físicas de la figura, ya que aquí no
comparamos directamente una imagen con trazos rectos, ángulos y
cambios abruptos con otra imagen con trazos curvos y cambios gra-
duales.

66
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Figura 3.8. Dibujo de un castillo, en dos tamaños diferentes, utili-


zados en el experimento sobre categorías.

Figura 3.9. Dibujo de un elefante, en dos tamaños diferentes, utili-


zados de modo identico a las imágenes del castillo (Figura 8).

Además de las imágenes del castillo y del elefante, utilizamos otro


par de imágenes más para representar las categorías gran-
de/pequeño. Estas imágenes eran una fotografía de una mano
haciendo un gesto con el pulgar y el índice muy próximos, pero sin
tocarse (como indicando algo pequeño) y otra fotografía con el pul-
gar y el índice lo más separados posible (como indicando algo

67
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

grande). En ambas imágenes, los otros tres dedos permanecían ple-


gados sobre la palma. Ambas imágenes se observan de perfil, con
los dedos índice y pulgar en primer plano.

Figura 3.10. Imágenes creadas para ilustrar los conceptos “peque-


ño” (10a) y “grande” (10b)

En resumen, la idea es realizar el test clásico kiki bouba pero utili-


zando para las palabras kiki y bouba imágenes diferentes a la de la
estrella y la ameba, y que esas imágenes además representen pares
opuestos de categorías, y por otro lado emplear las imágenes estrella
y ameba junto con pares opuestos de palabras, de modo que las
nuevas palabras y las nuevas imágenes se correspondan en la medi-
da de lo posible. ¿Seguiremos observando el efecto kiki/bouba bajo
estas nuevas condiciones?

Realizamos estas nuevas pruebas con dos grupos diferentes de per-


sonas, uno con los nombres clásicos y las nuevas figuras y otro con
las figuras clásicas y los nombres nuevos. Cada grupo estaba com-
puesto por 60 personas, de edades entre 25 y 50 años. El primer
grupo estaba formado por 30 hombres y 30 mujeres, y el segundo
por 40 mujeres y 20 hombres.

68
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Empecemos por los nombres clásicos y las nuevas figuras. La pala-


bra “kiki” se asocia con blanco (64%), mujer gritando (75%), cuer-
po (71%), movimiento (81%), frío (78% con la imagen del hombre
abrigado en el entorno otoñal y 61% con la imagen del iglú) y pe-
queño (86.5% con la imagen del castillo, 86.5% con la imagen del
elefante y 69.5% con la imagen del gesto con la mano). En las de-
más categorías (hombre/mujer, dios/diablo) los resultados estaban
en torno al 50% para cada figura. Por tanto, la palabra “bouba” se
asocia con: negro, hombre gritando, cerebro, quietud, calor y gran-
de.

En el grupo que realizó la prueba con las figuras clásicas de estrella


y ameba y los nuevos pares de palabras se observaron los siguientes
resultados: la figura con forma de estrella se asocia con: “voz agu-
da” (83%), “hombre” (71%), “voz femenina” (61%), “pequeño”
(71%), “frío” (85%), “diablo” (61%) y “negro” (58%). Para el resto
de imágenes (movimiento/quietud, cuerpo/cerebro) el resultado está
en torno al 50%.

El paso siguiente es comparar si los perfiles que surgen de cada


prueba por separado coinciden. La palabra “kiki” y la figura con
forma de estrella coinciden en que ambas con “frías”, “pequeñas” y
representan una voz femenina. Sin embargo, llegan a ser opuestas
en algunas categorías; por ejemplo, la palabra “kiki” se asocia con
blanco, mientras que la figura estrella lo hace con negro. Curiosa-
mente, la figura estrella se asocia tanto con “hombre” como con
“voz aguda” y “voz femenina”. La palabra “bouba” y la figura con
forma de ameba se relacionan ambas con “calor”, “grande” y podr-
íamos decir que voz masculina (“bouba” se relaciona con “hombre
gritando” y la figura ameba con “voz grave” y “voz masculina”).
Sin embargo, encontramos una oposición, al igual que entre “kiki” y

69
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

la figura estrella, al observar que “bouba” se relaciona con “hombre


gritando” y la figura ameba se relaciona con “mujer”.

En cualquier caso, la clave del efecto kiki/bouba no parece estar en


esta batalla de opuestos, es decir, no se trata de la presentación de
pares opuestos de una categoría, ya que las respuestas varían en
proporciones que van desde el 50% en algunos casos, hasta por
ejemplo el 85% en otros. No se observa un claro efecto en todas las
categorías como se observa cuando se presentan las figuras estrella
y ameba y las palabras “kiki” y “bouba”, cuyos porcentajes, como
vimos al principio del capítulo, oscilan en torno al 90% (“kiki” para
figura estrella y “bouba” para figura ameba).

A continuación establecimos un segundo perfil basándonos en la


personalización. Hay casos de sinestesia donde se atribuye una per-
sonalidad a números y letras (Simmer & Holenstein, 2007). Dado
la posible implicación de la apertura de la boca y consecuentemente
de las neuronas espejo, y su relación con la empatía, propusimos un
juego a dos grupos de participantes.

Al primero les mostrábamos las palabras “kiki” y “bouba”, y les


decíamos que se trataban de dos palabras de un nuevo lenguaje des-
cubierto, y debían decirnos lo que creían que significaban cada una.
Así, mostrábamos las palabras “kiki” y “bouba” junto con pares de
palabras, que representaban pares opuestos de diferentes categorías,
y debían asignar un significado de los propuestos a “kiki” y otro a
“bouba”. Los significados propuestos eran: feliz/triste, gor-
do/delgado, alto/bajo, introvertido/extrovertido, simpáti-
co/antipático, listo/tonto, joven/viejo, nervioso/tranquilo, arri-
ba/abajo, izquierda/derecha.

70
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

A otro grupo de participantes, les mostramos las figuras estrellada y


con forma de ameba y les dijimos que eran dos extraterrestres que
habían llegado a la tierra. Su tarea consistía en que, basándose úni-
camente en su apariencia, debían decirnos qué impresión les daban,
es decir, debían seleccionar una serie de rasgos de personalidad para
cada extraterrestre (es decir, cada imagen). Los rasgos de personali-
dad se presentaban en pares opuestos, y debían relacionar cada figu-
ra con uno de ellos. Estos rasgos eran las mismas palabras que las
empleadas en la prueba anterior: feliz/triste, gordo/delgado, al-
to/bajo, introvertido/extrovertido, simpático/antipático, listo/tonto,
joven/viejo, nervioso/tranquilo. Además, para poder equiparar las
categorías arriba/abajo e izquierda/derecha, las cuales aparecían en
la prueba anterior, añadimos como características para los “extrate-
rrestres”, además de las anteriores, las siguientes: de clase alta/de
clase baja (pregunta encubierta sobre arriba/abajo) y de izquier-
das/de derechas (pregunta similar para arriba/abajo). En este último
caso, otra pregunta utilizada era: “para hacerles una foto, ¿cual
pondrías a la derecha y cual a la izquierda?)

La Tabla 1 muestra las respuestas más frecuentes para cada par de


significados atribuidos a las palabras “kiki” y “bouba”:

71
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Tabla 3.1. Porcentajes de participantes que eligieron las siguientes


combinaciones de significados para “kiki” y “bouba” con más fre-
cuencia (n=30)

Nombre “kiki” Nombre “bouba” Porcentaje de


respuesta
Nervioso Tranquilo 90%
Joven Viejo 80%
Listo Tonto 73%
Antipático Simpático 53%
Extrovertido Introvertido 67%
Alto Bajo 56%
Delgado Gordo 86%
Feliz Triste 73%
Izquierda Derecha 67%
Arriba Abajo 67%

Estos resultados sugieren que existe un perfil de características, un


significado, para cada una de las palabras. Por ejemplo, la palabra
“kiki” significa claramente, entre otras características, nervioso,
joven, delgado y listo, mientras que la palabra “bouba” significa
tranquilo, viejo, gordo y tonto. Otras características, como simpáti-
co o antipático, no parecen ser representativas de ninguna palabra
de manera específica.

En cuanto a la segunda parte de la prueba, en la que los participan-


tes debían atribuir las mismas características anteriores a las figuras
estrella y ameba, y que fue realizada por un grupo diferente de par-
ticipantes, la Tabla 2 muestra de nuevo las respuestas más frecuen-
tes para cada par de características asignadas a las figuras:

72
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Tabla 3.2. Porcentajes de participantes que eligieron las siguientes


combinaciones de características para las figuras estrella y ameba
con más frecuencia (n=30)

Figura “estrella” Figura “ameba” Porcentaje de


respuesta
Nervioso Tranquilo 77%
Joven Viejo 60%
Listo Tonto 73%
Antipático Simpático 83%
Introvertido Extrovertido 67%
Alto Bajo 80%
Delgado Gordo 93%
Triste Feliz 67%
Izquierda Derecha 50%
Arriba Abajo 80%

De nuevo observamos cómo surge un perfil de características de


personalidad para cada figura. La figura estrella (o el alienígena
estrella si recordamos las instrucciones que dábamos a los partici-
pantes) es delgado, alto, antipático, listo, nervioso, triste, introverti-
do y joven, lo que convierte al alienígena con forma de ameba en
gordo, bajo, simpático, tonto, tranquilo, extrovertido y viejo. Tam-
bién observamos aquí, igual que en el caso de las palabras “kiki” y
“bouba”, como algunas características, (por ejemplo, izquier-
da/derecha) no parecen ser representativas de ninguna figura de
modo significativo.

¿Existen coincidencias entre ambos perfiles, el del nombre y el de la


figura? Es decir, ¿se corresponden las características de la palabra
“kiki” y de la figura estrellada, y las de la palabra “bouba” y la figu-

73
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

ra con forma de ameba? Aunque varían en el porcentaje de respues-


tas, observamos una coincidencia casi completa entre las caracterís-
ticas de cada palabra y su figura correspondiente (entendiendo figu-
ra correspondiente la figura que normalmente se relaciona con cada
palabra en el test clásico, esto es, “kiki” para la estrella y “bouba”
para la ameba). Tanto la palabra “kiki” como la figura estrella se
relacionan con: nervioso, joven, listo, antipático, alto, delgado, iz-
quierda y arriba. Sin embargo, “kiki” es considerado extrovertido y
feliz, mientras que la figura estrella es considerada introvertida y
triste. En cuanto a la palabra “bouba” y la figura ameba, ambas se
relacionan con: tranquilo, viejo, tonto, simpático, bajo, gordo, dere-
cha y abajo. Pero a “bouba” le atribuyen las características introver-
tida y triste, mientras que a la figura ameba se considera extroverti-
da y feliz. Curiosamente, las dos categorías en que se observan dife-
rencias entre las palabras y sus figuras correspondientes son las
mismas en ambos casos (introvertido/extrovertido y feliz/triste)

En resumen, el efecto kiki/bouba tiene que ver con: a) correspon-


dencia entre una característica psicofísica, el tono, y algunas carac-
terísticas físico-visuales (alto, delgado, pequeño) lo cual es una si-
nestesia perceptual, o b) la asignación de nombres a objetos en
términos de correspondencia, es decir, personalización (esto es,
atribuir personalidad entre nombres – ya sean fonemas, silabas o
palabras – y objetos – ya sean animados o inanimados – ) y en este
caso se trata de una ideaestesia o sinestesia conceptual. O tal vez
hay una correspondencia de primer orden entre características acús-
ticas y visuales, y una correspondencia de segundo orden entre ca-
racterísticas acústico-visuales y personalidad. Está claro que impor-
ta lo vertical y lo horizontal, y la [i] y la [a]. Además de sinestesia
auditivo-visual, hay también un componente de ideaestesia, una
relación entre las características físicas de las figuras y atributos de
personalidad.

74
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

CAPÍTULO 4: ¿SOMOS TODOS


SINÉSTETAS?
Carmen María Piñar Lorente, Carmen Rodríguez Marzal y
Emilio Gómez Milán. Universidad de Granada

Para comenzar a explicar qué es la sinestesia qué mejor forma que citando
casos reales de personas sinéstetas: Ray McAllis "ve" la música: «Un
flash brillante de color lavanda que se hace cada vez más suave;... ahora
subimos por una escalera rosa, con algunos violines lavanda». Y para
James Wannerton, las palabras tienen "sabor": «Nueva York sabe a huevos
fritos, y Londres a puré de patatas.»
La palabra sinestesia proviene del término griego aisthesis, percepción, y
literalmente significa “percepción unida” (syn = “unido”, “junto”). En los
sinéstetas, la estimulación de un sentido (por ejemplo, el oído) conlleva
una percepción en otra modalidad sensorial añadida (por ejemplo, la vis-
ta): sonidos inductores que producen fotismos concurrentes, como en la
sinestesia grafema-color.
El término se ha utilizado para describir casos dispares, sin embargo exis-
ten muchas dudas respecto a la Sinestesia y sus conceptos relacionados:
¿Cómo se produce la sinestesia? ¿Por qué hay personas sinéstetas y otros
no? ¿La correspondencia intermodal puede considerarse una forma de
dicho fenómeno? ¿Las conexiones neuronales son causa o consecuencia
del aprendizaje? ¿Qué papel tienen las asociaciones aprendidas?
Para comenzar, haremos una distinción sobre las diferencias y similitudes
entre las correspondencias intermodales y la sinestesia (Deroy. O, Spence,
C., 2013), ver la tabla 4.1. Un ejemplo de correspondencia intermodal es

75
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

la correspondencia entre colores claros y sonidos agudos, por esos deci-


mos amarillo chillón. Esta frase (amarillo chillón) no es una sinestesia,
pues al ver el amarillo no se escucha en el cerebro un grito ni se activan
las áreas sensoriales auditivas. Es difícil determinar si el efecto Kiki-
Bouba es un caso de sinestesia universal o una correspondencia intermo-
dal.
CORRESPONDENCIA IN- SINESTESIA
TERMODAL
Asociaciones No arbitrarias Arbitrarias
Compatibilidad de Sí No
estímulos
Quién lo La mayoría de las perso- Genética,
experimenta nas hereditario,
ideopática
Control Cierto grado, en el senti- Involuntaria, au-
do de asociaciones tomática, reactivi-
aprendidas. dad emocional con
frecuencia
Mecanismo neural Áreas de asociación Interconectividad
transmodales neuronal
Direccionalidad Bidireccional Unidireccional
Desarrollo Neonatal y a lo largo de la Neonatal y a lo
vida largo de la vida
Implican Al menos dos modalida- Una, dos o más
des sensoriales modalidades sen-

76
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

soriales
Estímulos Responden Responden
incongruentes negativamente negativamente
Modalidad Colectivo,cultural, univer- Idiosincrático
sal
Conciencia Confrecuencia Consciente
inconsciente
Tabla 4.1. Comparación de características entre correspondencia inter-
modal y sinestesia.

1. Correspondencia intermodal

La primera y más arcaica de las posturas explicaba la sinestesia en térmi-


nos de asociaciones aprendidas, posiblemente debido a experiencias de
aprendizaje durante la infancia (Ramachandran y Hubbard, 2003). Esta
postura se refiere a la tendencia de una función sensorial, en una modali-
dad (física o imaginada) a ser emparejada con una característica sensorial
en otra modalidad debido a la experiencia pasada.
En teoría un sinésteta léxico-color (ve las letras en colores) podría haber
jugado con pegatinas con letras de alfabeto en color y así haber desarro-
llado una fuerte asociación entre un color y una letra particular. Es decir,
la sinestesia sería una correspondencia entre dos modalidades sensoriales
o intermodal aprendida e idiosincrática, mientras que todas las personas
compartiríamos también ciertas correspondencias intermodales innatas.
En un experimento realizado por Gallace y Spence (2006) a los partici-
pantes se les presentaron diferentes tonalidades de brillo y de sonoridad.

77
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Cada vez que sonaba el tono los participantes señalaban a qué brillo co-
rrespondería dicho tono. Los resultados mostraron un porcentaje de más
del 80% de correspondencia de a mayor brillo, mayor sonoridad. Los au-
tores han explicado esto a través de asociaciones aprendidas a lo largo de
la vida, como el relámpago (brillo intenso) y trueno (sonido intenso).
Dehaene, Bossini y Giraux (1993) realizaron otro de los estudios relacio-
nados con las correspondencias intermodales. En él se habla de la ‘línea
mental numérica’, según la cual los números se ordenan de izquierda a
derecha en nuestra mente, a lo largo de un continuo. La evidencia respecto
a este fenómeno se conoce como el efecto SNARC (Spatial Numerical
Association of Response Codes). En el experimento realizado se pedía a
los participantes que identificaran como pares o impares los números del 1
al 9, pulsando una tecla a su izquierda o a su derecha. Encontraron que los
participantes reaccionaban más rápido con la mano derecha si el número
presentado era mayor de 5 y, al contrario, eran más rápidos respondiendo
con la mano izquierda si el número presentado era menor de 5. Sin em-
bargo, estos resultados no pueden generalizarse a otras culturas por lo que
se entiende que este efecto se debe al aprendizaje de lecto-escritura que
nos enseñan, ya que en culturas árabes su línea mental numérica va de la
derecha a la izquierda, tal y como es su lectura y escritura.
Otras similitudes se explican en términos de los colores que tanto sinéste-
tas y no sinéstetas tienden a atribuir a los grafemas: "A" a ser de color
rojo, "B", de color azul, y "C" de color amarillo (Simner et al., 2005). Los
colores más oscuros son también emparejados con sonidos de tono más
bajos y los colores más claros con tonos de alta frecuencia.
Por último, como ejemplo de correspondencia intermodal, el expe-
rimento de Sapir (1913) , quien puso de relieve la existencia de una
asociación intermodal entre los sonidos del habla /a/ y /i/ y el tama-
ño del objeto. Observaron que la mayoría de la gente asocia las pa-

78
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

labras sin sentido "Mal" y "mil" con objetos grandes y pequeños,


respectivamente.

2. Sinestesia

Por otro lado, una postura más actual que está cobrando fuerza en los
últimos años explica la sinestesia como el resultado de la existencia de
conexiones neuronales innatas y particulares que sólo existen en ciertas
personas, los llamados sinéstetas.
La primera investigación del cerebro sinésteta, realizada por Cytowic y
Wood (1982), confirmó la sospecha de que el funcionamiento neuronal de
los sinéstetas difería del de una persona normal. Sentaron a seis mujeres
con sinestesia auditiva léxico-cromática en un escáner de tomografía por
emisión de positrones (PET). Los resultados confirmaron las hipótesis,
desvelando actividad en áreas visuales de las sinéstetas, expuestas a pala-
bras presentadas auditivamente. Sorprendentemente, la actividad del área
responsable del procesamiento del color en humanos (V4/V8) no alcanza-
ba niveles de significación. Aún así, el funcionamiento cerebral de los
sujetos sinéstetas difería claramente de los controles cuyas áreas visuales
se mantenían inactivas ante la misma estimulación sensorial.
Resulta que sólo un pequeño porcentaje de la población puede dar infor-
mes consistentes de asociaciones entre características sensoriales aparen-
temente desconectados, como, por ejemplo, colores y grafemas. En un
estudio de Baron Cohen y col. (1993), los participantes identificados co-
mo sinéstetas, fueron consistentes 92% del tiempo al respondr a relacio-
nes entre grafemas y colores en la misma prueba presentada un año des-
pués. Esto se compara con las respuestas menos consistentes de los parti-
cipantes control que eran el 38% después de sólo 1 semana.

79
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Estos resultados crean confusión respecto a las conexiones univer-


sales de las asociaciones intermodales, ya que existen estudios que
muestran patrones consistentes e innatos en personas no sinéstetas
para asociaciones intermodales, ejemplo de esto es el estudio de
Wagner y Dobkins (2011), quienes demuestran una disposición re-
lacionada con niños lactantes (2 a 3 meses de edad), en la que son
menos sorprendidos por ciertas parejas de forma y colores que otros
niños mayores. Así como en el estudio de Mondloch y Maurer
(2004) se muestran asociaciones intermodales entre el tono y el bri-
llo en niños de 2 años de edad.
Existe cierta dificultad a la hora de demostrar las diferencias entre asocia-
ciones intermodales y la sinestesia, sin embargo, sería erróneo inferir que
los fenómenos deberían recibir la misma explicación y que son manifesta-
ciones del mismo proceso subyacente. Las diferencias en intensidad y
frecuencia de las asociaciones intermodales universales y la sinestesia
ideopática reciben diferentes explicaciones, por lo que la mayoría de las
veces los casos no se relacionan. Se podría afirmar entonces que los dos
fenómenos no están basados en los mismos procesos y que por tanto de-
ben recibir una diferente explicación.
Un fenómeno muy estudiado a lo largo de los años en relación a lo ex-
puesto, ha sido el Efecto Kiki-Bouba, el cual se explicará a continuación.
Este efecto puede deberse tanto a asociaciones intermodales como a sines-
tesia.

3. El efecto Kiki- Bouba

Kiki y bouba es un efecto que se da entre dos figuras y dos palabras.


El 95 % de las personas asigna la palabra Kiki a la figura con forma
de estrella y la palabra Bouba a la figura con forma de ameba (Ibo-
rra, 2011). Kohler fue el creador de las figuras y en un principio

80
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

realizó este estudio con las palabras “takete” y “maluma” donde


obtuvo los mismos resultados.
El fenómeno kiki y bouba se ha dado a conocer debido a las inves-
tigaciones de Ramachandran relacionándolo con el desarrollo del
lenguaje. En el año 2001, Ramachandran y Hubbard repitieron el
experimento de Kohler con las mismas figuras pero con las pala-
bras “Kiki” y “Bouba” y preguntaron tanto a estudiantes universita-
rios estadounidenses como a hablantes de tamil de la India “¿Cuál
de estas figuras es Bouba y cuál es kiki?”. Tanto en el inglés y en el
tamil el 95% y el 98% seleccionaron la forma curvilínea para
“Bouba” y el dibujo dentado como “Kiki”, lo que sugiere que el
cerebro humano es de algún modo capaz de extraer propiedades
abstractas de las formas y sonidos.
Según Ramachandran, este experimento nos da una visión sobre
cómo evolucionó nuestro lenguaje y también nuestra capacidad de
pensar en términos “abstractos”. En su libro “The tell- tale brain”,
Ramachandran concluye que todos nosotros tenemos sinestesia
hasta cierto punto, como en este caso de Bouba-Kiki donde los ma-
pas visuales y auditivos en nuestros cerebros se “vinculan”: “Bou-
banezco” o “kikinezco” surgen entre dos estímulos que son comple-
tamente diferentes: una imagen formada en la retina en comparación
con un sonido activado en la cóclea del oído. Por lo tanto, el deno-
minador común debe ser abstracto.

4. Estudios de la Universidad de Granada sobre la naturaleza


del efecto Kiki-Bouba (2013).
Autores de los experimentos (2013) de la Universidad de Granada:
Alonso Alonso, V y Guillén Reyes, B; Iglesias Bermúdez, M y González
Huertas, B.; Leiva Bonilla, I y Márquez Carrasco, L.; Muñiz Ortiz de Galis-
teo, I y Salas Alba, L. (estudios originales disponibles en web de setshift).

81
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Muñiz y Salas (2013) realizaron una investigación con el objetivo


de comprobar si el efecto persiste entre diferentes modos de len-
guaje para distintas modalidades sensoriales, es decir, el lenguaje
escrito en personas normales, el braille en ciegos y la lengua de sig-
nos en sordos. Para ello, en cada uno de los grupos antes menciona-
dos los participantes debían establecer la relación entre las palabras
(KIKI Y BOUBA) y las figuras estrella y ameba, cuando se presen-
tan los estímulos en cada uno de esos lenguajes y modalidades sen-
soriales.
En primer lugar proceden a presentar al grupo de sordos la palabra
KIKI y la palabra BOUBA en su correspondiente lenguaje para
después darle las dos formas visuales y que elijan. Al grupo de per-
sonas ciegas se le presenta en Braille ambas palabras igualmente y a
continuación se le pasan las formas mencionadas de manera táctil
(como figuras tridimensionales de madera). En personas normales
se presentan las mismas palabras escritas y se da a elegir también
entre ambas formas de madera, pero con los ojos cerrados.

82
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Figura 4.1. Instrumentos utilizados en el experimento de Muñiz


Ortiz de Galisteo y Salas Alba. Figuras estrella y ameba de madera,
del tamaño de una mano adulta. Lenguaje de símbolos para indicar
las palabras kiki y bouba y las mismas palabras en Braille (kiki a la
izquierda).

Además de estas instrucciones debemos de tener en cuenta que tan-


to el grupo de personas sordas como el de personas ciegas debían
presentar la discapacidad desde su nacimiento, para evitar variables
extrañas que puedan afectar a nuestros resultados. Si esto no es así
podrían prevalecer en ellos recuerdos vistos u oídos en su pasado.
Los resultados obtenidos en el primer experimento donde participa-
ban personas sin discapacidad en la modalidad sonoro- visual fue-
83
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

ron que el 100% de los participantes eligieron


ieron las figu
figuras correcta-
mente (kiki- estrella, bouba-ameba). En cuantouanto al segundo
seg experi-
mento, los participantes también fueron personas sin discapacidad
para estudiar así la sinestesia tipo sonoro-táctil conon ojos
oj vendados.
En este caso el 90% de los participantes acertaron.
certaron. Po
Por otro lado el
experimento tres se realizó con personas invidentes dde nacimiento
en la modalidad sensorial táctil- táctil o figuras
guras de madera-
mad lenguaje
braille. En este caso el resultado fue de un 80% correcto,
correct por lo que
los resultados también son significativos. En último llugar, en este
experimento se quiere comprobar la sinestesiastesia en sordos
sor de naci-
miento, al ver las figuras y las palabras en n lenguaje dde signos. En
este caso el 90% de los participantes realizózó la prueba correctamen-
te.
Sin embargo, las personas no ciegas, al realizar la pr prueba con los
ojos vendados y el lenguaje Braille (que desconocen), no cumplen
el efecto, obteniéndose un porcentaje de acierto
ierto en torn
torno al 60%.

Figura 4.2. Resultados obtenidos en las diferentes


iferentes modalidades
mo de
lenguaje.

84
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Con estos datos podemos concluir que personas


rsonas con discapacidades
di
tanto visuales como sonoras experimentan n a través de
d sus corres-
pondientes formas de lenguaje la misma sinestesia que q una persona
sin discapacidad.
Siguiendo con el estudio de los sentidos y la sinestesia,
sinestes Alonso y
Guillén (2013) presentaron una investigaciónación cuyo objetivo era
comprobar la relación del efecto Kiki- Boubauba con la vi
visión de colo-
res asociados y con el nivel de activación n fisiológica. Los partici-
pantes pasaron por cuatro condiciones, en la primera ((condición A)
se presentan cuatro tarjetas, dos con las formas
ormas de Kik
Kiki y Bouba, y
las otras dos, una de color verde y otra roja,
a, siendo la ttarea empare-
jar un color con una forma. La segunda condición
ndición (condición
(con B) fue
igual, pero cambiando los colores de las tarjetas
rjetas por am
amarillo y azul.

Figura 4.3. Correspondencia entre colores


res oponentes
oponent y figuras
estrella y ameba.

En la tercera condición (condición C) se cambian las figuras


f de las
tarjetas por las palabras Kiki y Bouba para
ara emparejarlas
empareja con los

85
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

colores verde y rojo en este caso. Esta última condición (condición


D) era como la anterior, pero cambiando nuevamente los colores
rojo y verde por azul y amarillo.
Previamente se había evaluado en los participantes el nivel de acti-
vación asociado a las figuras y a los colores, en una escala tipo Li-
kert de 1 a 9, siendo 1 poco excitante o calmado y 9 muy excitante o
activante. Los valores promedio fuero 8.2 para rojo, 7.1 para amari-
llo, 6 para verde y 5.3 para azul. Los valores para la figura estrella
fueron de 7.5 y para la ameba de 5.6.

Figura 4.4. Correspondencia entre los colores oponentes y las pala-


bras Kiki y Bouba.

Los resultados obtenidos fueron: En la condición A, el 80% de los


participantes asocia el color rojo a la forma estrellada y en la condi-
ción B, el 80% asocia el amarillo con la forma estrellada. En la
condición C, 18 participantes de los 20 emparejaron la palaba Kiki
con el color rojo. Por último en la condición D, 17 participantes de
los 20, asociaron la palabra Kiki con el amarillo.
Se concluye de este estudio que tanto la palabra como la figura Kiki
se asocian con colores activantes como rojo o amarillo y que la pa-
labra y figura Bouba se asocian con colores relajantes como verde o

86
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

azul. Se predice que esta asociación se produce debido a que las


situaciones más activantes y las formas estrelladas y puntiagudas se
relacionan con Kiki debido a su carácter abrupto. Por otro lado, las
situaciones más relajantes y las formas redondeadas se relacionan
con Bouba, debido a su pronunciación y escritura más suave.
Para continuar con esta línea de investigación sensorial, otro estudio, fue
realizado por Leiva y Márquez (2013), quienes pretendían comprobar la
relación del efecto Kiki- Bouba con los parámetros del sonido. Se basa en
una de las variaciones que presenta Iborra Martínez, O. (2011), en su tesis
‘Sinestesia: El ejecutivo central ante tareas de modalidad cruzada.’ Ibo-
rra presenta ondas visuales con cualidades del sonido que relaciona con
las palabras "kiki" y "bouba". Se estudian tres parámetros: amplitud, fre-
cuencia y duración de la onda visual, cada uno con dos niveles.
En este estudio usaron estos mismos parámetros, cambiando la de-
nominación: altura, intensidad y duración. Una diferencia importan-
te con respecto al estudio de Iborra es la forma de presentación de
los estímulos que fueron presentados de manera auditiva y los tres
parámetros simultáneamente. Los participantes tenían que asociar
los diferentes sonidos a "kiki" o "bouba", y a las figuras estrella o
ameba.
El objetivo de esta investigación era comprobar si el sonido con los
niveles agudo, suave y corto se relaciona con "kiki"/estrella; y el
sonido grave, fuerte y largo con "bouba"/ameba. Del mismo modo,
se pretende cotejar si los sonidos que comparten más parámetros
con los anteriores se asociarán a la palabra/figura correspondiente.
El procedimiento que se siguió fue el siguiente, se le presentaban a
los participantes varios pares de sonidos, concretamente 28, donde
debían responder a cada elemento del par, asignando una de las
palabras y una de las figuras presentadas, KIKI/ BOUBA y estrella/
ameba, respectivamente. Tras el análisis efectuado de los pares sig-
nificativos, se vio que solo existe relación entre los sonidos y las

87
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

palabras (porcentajes de asociación estable palabra-sonido superio-


res al 70%), ya que los porcentajes de asociación de los sonidos
respecto de las figuras están, en la mayoría de los pares, por debajo
del grado de significación (elegimos el punto de corte del 80%): Se
vincula a la figura ameba el sonido grave fuerte y largo, grave suave
y largo y grave suave y corto. Esto es, la figura ameboide parece
estar relacionada de manera dominante con los sonidos graves,
siendo el rasgos suave-fuerte secundario, que puede reforzar o debi-
litar la asociación ameba-grave. Siendo la ameba suave y la estrella
fuerte. Mientras que el rasgo largo-corto es aleatorio en su relación
con las figuras. Ver la tabla 4.1.

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

KIKI/ESTRELLA PORCENTAJE BOUBA/AMEBA


PALABR FIGURA
A
Agudo, fuerte, largo 92 62 Agudo, suave, largo
Agudo, fuerte, largo 92 100 Grave, fuerte, largo
Agudo, fuerte, largo 92 85 Grave, suave, largo
Agudo, fuerte, largo 100 77 Grave, suave, corto
Agudo, suave, largo 92 85 Grave, suave, largo
Agudo, suave, largo 92 77 Grave, suave, corto
Agudo, fuerte, corto 100 77 Grave, fuerte, largo
Agudo, fuerte, corto 92 69 Grave, suave, largo
Agudo, fuerte, corto 100 92 Grave, suave, corto
Agudo, suave, corto 92 69 Grave, suave, corto

Tabla 4.1. Porcentaje de asociación entre la palabra/figura Kiki-


Bouba y los pares de sonidos más significativos del estudio.

Como sugirió Ramachandran, el lenguaje no es arbitrario. En este


estudio, se han relacionado las distintas cualidades del sonido con
las palabras "kiki" y "bouba", y se ha comprobado que éstas se rela-
cionan en una cierta medida. Por lo tanto, cabría pensar que, efecti-
89
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

vamente, no existe una arbitrariedad en el lenguaje. Podemos con-


cluir que los resulta-
dos obtenidos en este estudio pueden ser interesantes en el ámbito
del marketing y la publicidad donde se podrían analizar las carac-
terísticas del producto o servicio que se quiere lanzar al mercado,
así como su nombre comercial, y según la relación que hemos esta-
blecido en nuestro trabajo entre palabras- figuras y sonidos, crear
una melodía consonante o también para el estudio de la musicotera-
pia o sonido-terapia y su valor relajante-activante.
Iglesias y Gónzalez (2013) centraron la investigación en la modali-
dad táctil-auditiva siendo la hipótesis inicial que los sujetos relacio-
narían el tacto rugoso/áspero con kiki y el tacto suave/sedoso con
bouba. Además se creó otra condición experimental sobre las emo-
ciones asociadas con Kiki- Bouba.
En la primera condición se pretendía comprobar si existe alguna
relación entre los objetos y las emociones experimentadas por los
participantes al tocarlos. Para esto se seleccionaron diferentes obje-
tos con un grado de variabilidad dentro de la escala áspero-suave
siendo estos: lija, corteza de árbol, fieltro, algodón, terciopelo y tela
de peluche. Se aplicó una escala emocional de tipo Likert como
método de evaluación de la valencia y activación emocional de 1 a
9 de menos a más activación y agradabilidad, además una lista de
adjetivos emocionales.
Los resultados obtenidos en esta condición fueron que a pesar de
que para cada objeto siempre resalta un adjetivo, que es el elegido
por la mayoría, no necesariamente ocurre lo que se esperaba, es
decir que los objetos más ásperos/rugosos iban a relacionarse con
las palabras de connotación negativa (como irritable) y los suaves/
sedosos se relacionarían con los adjetivos de connotación positiva
(como agradable). Esto puede ser debido a que el hecho de que un
objeto sea áspero o suave no tiene qué relacionarse necesariamente
con una experiencia positiva o negativa. Con respecto a la escala

90
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

likert para la activación, la hipótesis era que los objetos sua-


ves/sedosos serían elegidos como confortables o calmantes y los
áspero/rugosos como excitantes, y se cumple en la mayoría de los
casos, siendo el promedio para los primeros de 5.1 y para los aspe-
ros/rugosos de 7.4.
En la siguiente fase se pretendía comprobar si los participantes re-
lacionarían los objetos ásperos/rugosos con kiki y los suaves/ sedo-
sos con bouba, para ello se presentó a los participantes un total de
15 combinaciones con diferentes objetos y las palabras Kiki y Bou-
ba.
Los resultados obtenidos confirmaron la hipótesis, ya que el 90% de
los participantes eligieron los objetos suaves/sedosos como bouba y
los objetos ásperos/rugosos como kiki. Por lo que se puede concluir
que los objetos ásperos/rugosos se relacionan con la palabra kiki y
los objetos suaves/sedosos se relacionan con la palabra bouba inde-
pendientemente de la emoción que éstos evoquen.

En resumen, kiki se asocia a los colores rojo y amarillo, a los sonidos


agudos, al tacto aspero/rugoso, a la alta activación emocional (pero no a la
valencia emocional) y esta asociación ocurre en diferentes culturas, eda-
des y en diferentes lenguajes (Braile, lenguaje de signos…) así como en
sordos y ciegos de nacimiento también, por lo que no es exclusivamente
una asociación sonoro-visual. Puede resultar de una asociación táctil-
visual (en videntes con ojos cerrados que conocen el sistema braille) o
táctil-táctil (en ciegos de nacimiento) o visual- táctil (en sordos de naci-
miento) o visual-visual (en sordos y videntes). Esto es, la entrada sensorial
de figuras y palabras es variable, pero la correspondencia entre ambas es
mental, conceptual y emocional, ligada al concepto de activación emocio-
nal. Una prueba de ello es que la estrella y palabra kiki se asocian de ma-
nera consistente (80%) a diferentes dolores agudos (como un dolor de
muelas) y la ameba y la palabra bouba a distintos tipos de malestar gene-

91
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

ralizado (como una gripe) y esta asociación se vincula con los niveles de
empatía medidos mediante la prueba TECA, con una correlación de 0.65.

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

CAPÍTULO 5: DICOTOMÍAS
BÁSICAS EN EL EFECTO KIKI-
BOUBA
Manuel Lozano García, María José de Córdoba y Emilio
Gómez Milán. Universidad de Granada.

Como sabemos, se denomina efecto “Kiki – Bouba” a la relación


entre dos figuras abstractas (estrella y ameba) y dos pseudopalabras
(kiki y bouba). Si presentamos ambas figuras junto con los dos
nombres con el propósito de que una persona asigne cada nombre a
una de esas figuras, el 95% de las personas relacionará la palabra
“kiki” con la figura que tiene forma de estrella, y la palabra “bouba”
con la figura con apariencia de ameba. Estas figuras fueron creadas
en su origen por Köhler (con los nombres “takete” y “maluma”)
(1929, 1947) y estudiadas con posterioridad por Werner (1934,
1957; Werner y Wapner, 1952). Desde el inicio esta prueba ha ob-
tenido básicamente los mismos resultados.
El efecto “Kiki – Bouba” no deja de ser en la actualidad un misterio
a pesar de los estudios y teorías que han aparecido en torno a él. Son
múltiples las situaciones en que aparece, así como las variables que
propician su aparición. Sin embargo, aún continúan sin ser investi-
gadas determinadas variables que pueden ser aisladas para ser so-
metida a contraste de hipótesis su contribución al efecto, al igual
que existen pocas líneas de investigación que aborden el grado de
dominancia de unas variables sobre otras en la aparición de dicho
efecto.
De ambas áreas pretende encargarse el presente estudio:

93
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Existen dicotomías formadas por elementos básicos, que podrían


ser la base de otras dicotomías más complejas. Ejemplo: (FORMA
ANGULOSA versus FORMA REDONDEADA). ¿Qué ocurriría con el
efecto Kiki-Bouba si presentamos una estrella redondeada y una
ameba angulosa? O estímulos parecidos a los siguientes:

Existen variables con diferente grado de influencia en el efecto


Kiki – Bouba, como la forma y tamaño de las figuras. Para com-
probar su fuerza relativa, se enfrentaran entre sí variables que
hayan resultado significativas, creando situaciones de congruen-
cia e incongruencia. Ejemplo DE INCONGRUENCIA ENTRE FORMA
Y TAMAÑO:

94
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Según la variable “tamaño”, la figura de la izquierda se asociaría a


“bouba” (grande) y la de la derecha a “kiki” (pequeño); sin embar-
go, según la variable “forma”, la figura de la izquierda sería “kiki”
(estrella) y la de derecha, “bouba” (ameba): ¿Qué ocurrirá?

1. Estudio 1: Dicotomías básicas.

Un total de 40 participantes, agrupados en 4 grupos, con el propósi-


to de intentar controlar el posible efecto contaminante del orden de
presentación de los estímulos, y la posible tendencia a contestar
“kiki” para el primer estímulo y “bouba” para el segundo estímulo,
por el hecho de haberles presentado el efecto estudiado como efecto
“kiki – bouba”.
Materiales:
Hojas de respuesta proporcionadas a los participantes, ordenador
portátil con el que se expone una presentación Powerpoint, donde se
muestran distintas imágenes y sonidos, dos vasos de cristal, un te-

95
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

nedor, un teléfono móvil (para la dicotomía “rápido-lento”), vina-


gre, estropajo, paquetes de pañuelos, servilletas, sal y azúcar.
Diseño:
Las Variables Independientes manipuladas son diferentes niveles de
las dicotomías básicas que se sabe influyen en el efecto (Iborra,
2011), como son la forma, el tamaño, el color, la posición, etc. La
Variable Dependiente serían los propios nombres “Kiki” y “Bouba”
que cada participante ha de adjudicar a cada estímulo presentado en
cada pareja. Se ha procurado que en cada dicotomía, sólo haya una
variable que diferencie a los estímulos presentados, persiguiendo
que sea dicha variable y no otra la que afecte a la Variable Depen-
diente.
Procedimiento
Los participantes anotan sus respuestas en una hoja. Todas las per-
sonas han de contestar “K – B” o “B – K” a las dicotomías que les
son presentadas, (formas apocopadas de Kiki-Bouba y Bouba-Kiki),
siendo el primer nombre puesto el considerado más apropiado para
el estímulo presentado a la izquierda, en primer lugar o arriba según
el caso, y el segundo nombre puesto el considerado más apropiado
para el estímulo presentado a la derecha, en segundo lugar o abajo,
según corresponda.
Una vez explicadas estas instrucciones, se les presentaron dicotom-
ías a los participantes agrupadas en 4 modos de presentación senso-
rial (que se detallan en el apéndice 1).

Bloque 1: Visión: compuesto por un total de 20 dicotomías ex-


puestas en una presentación “Powerpoint” en un ordenador portá-
til.
Bloque 2: Audición: compuesto por 3 dicotomías expuestas a
través de un ordenador portátil, accediendo a una página concreta
contenida en el apartado de apéndice.

96
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Bloque 3: Tacto: Compuesto por 3 dicotomías expuestas de forma


física a través de diversos objetos.
Bloque 4: Gusto y Olfato: compuesto por 2 dicotomías expuestas
de forma física a través de varios estímulos.

Resultados
A continuación se presentan los resultados obtenidos en todas las
dicotomías presentadas en los 4 bloques sensoriales. En cada tabla,
los números de la parte superior indican el número que corresponde
a cada dicotomía dentro de un bloque, siendo también indicativo de
su orden de presentación. Las dicotomías correspondientes a cada
número de la parte superior de cada tabla, pueden consultarse en el
apéndice del presente estudio.
Los números inferiores de cada tabla son porcentajes y representan
el total de respuestas iguales que los participantes han dado al serles
presentadas cada dicotomía (Ya sean “K-B” o “B-K”). El grado de
significación de los resultados se ha propuesto a partir de un punto
de corte del 80% de respuestas iguales. La letra N siginifica que NO
se alcanza el punto de corte para esa dicotomía y la letra S (en ne-
grita) que sí se alcanza la significatividad del efecto kiki bouba.

Bloque 1 Visión:
1 2 3 4 5 6 7 8 9 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 2
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 0
S N N N S N S N N N S S S N N N N N N N

Bloque 2 Oído:
1 2 3
S N N

97
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Bloque 3 Tacto:
1 2 3
N N N

Bloque 4 Gusto y Olfato:


1 2
N N

Los resultados significativos indican que las variables con influen-


cia en el efecto kiki bouba son: FORMA, TAMAÑO, ANCHURA,
GROSOR DEL CONTORNO, OBJETO VACÍO O LLENO, VE-
LOCIDAD, COLOR AZUL O AMARILLO E INTENSIDAD DEL
SONIDO (consultad el apéndice 1 para ver los estímulos corres-
pondientes).
A continuación se presentan las asociaciones significativas que se
han obtenido para cada variable:

FORMA: forma angulosa = Kiki; forma redondeada = Bouba


TAMAÑO: estímulo pequeño = Kiki; estímulo grande = Bouba
ANCHURA: Objeto ancho = Bouba; objeto estrecho = Kiki
GROSOR CONTORNO: fino = Kiki; grueso = Bouba
OBJETO VACÍO/LLENO: vacío = Kiki; lleno = Bouba
VELOCIDAD: Objeto lento = Bouba; objeto rápido = Kiki
COLOR AZUL/AMARILLO: azul = Bouba; amarillo = Kiki
INTENSIDAD SONIDO: fuerte = Bouba; suave = Kiki

98
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

2. Estudio 2. Variables dominantes.

Un total de 40, agrupados en 4 grupos, con el propósito de intentar


controlar el posible efecto contaminante del orden de presentación
de los estímulos, y el de la posible tendencia de contestar “kiki”
para el primer estímulo y “bouba” para el segundo estímulo, por el
hecho de haberles presentado el efecto estudiado como “kiki – bou-
ba”.
Materiales: Hojas de respuesta proporcionadas a los participantes y
ordenador portátil con el que se expone una presentación “Power-
point”.
Diseño: Las Variables Independientes manipuladas son diferentes
variables de las dicotomías significativas del estudio 1, como son la
forma y el tamaño, puestas en situación de competencia mutua, o
dicho de otro modo, creando una incongruencia entre ellas. La Va-
riable Dependiente serían los propios nombres “Kiki” y “Bouba”
que cada participante debe adjudicar a cada estímulo presentado de
cada par.
Procedimiento: Los participantes anotan sus respuestas en una hoja,
con el propósito principal de que no se influyan entre sí al realizar el
estudio. Todas las personas han de contestar “K – B” o “B – K” a
las siguientes dicotomías, (formas apocopadas de Kiki-Bouba y
Bouba-Kiki), siendo el primer nombre puesto el considerado más
apropiado para el estímulo presentado a la izquierda, y el segundo
nombre puesto el considerado más apropiado para el estímulo pre-
sentado a la derecha.
Una vez abordadas estas instrucciones, se presentan un total de 10
dicotomías a los participantes a través de una presentación “Power-
point” (detalladas en el apéndice). Se han escogido para su creación
5 de las 8 variables que obtuvieron resultados significativos en el
estudio 1: FORMA, TAMAÑO, ANCHURA, COLOR AMARI-

99
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

LLO O AZUL Y GROSOR DEL CONTORNO y se han creado


situaciones de incongruencia entre pares de variables.

Resultados
A continuación, se presentan el número de respuestas que los parti-
cipantes han dado dejándose guiar por una y no otra variable en
cada dicotomía, a la hora de adjudicar los nombres Kiki y Bouba a
cada elemento.

FORMA VS CONTORNO: 10 – 0 (el triángulo es llamado “kiki”


sin importar que el grosor grueso se suela asociar a “bouba”; el
óvalo es llamado “bouba” a pesar de que el grosor fino se suela
asociar a “kiki”.)
FORMA VS TAMAÑO: 10 – 0 (el triángulo es llamado “kiki” sin
importar que el tamaño mayor se suela asociar a “bouba”; el óvalo
es llamado “bouba” a pesar de que el tamaño menor se suela aso-
ciar a “kiki”.)
FORMA VS ANCHURA: 8 – 2 (el triángulo es llamado “kiki”
con mayor frecuencia a pesar de que la anchura mayor se suela
asociar a “bouba”; el óvalo es llamado “bouba” a pesar de que la
anchura menor se suela asociar a “kiki”.)
FORMA VS COLOR: 9 – 1 (el triángulo es llamado “kiki” con
mayor frecuencia, a pesar de que se presente con el color azul que
suele ser asociado con “bouba”; el círculo es llamado “bouba” la
mayor parte de las veces a pesar de presentarse de color amarillo,
que se asocia a “kiki”).
TAMAÑO VS ANCHURA: 1 – 9 (el óvalo más estrecho suele ser
asociado a “kiki” a pesar de que su tamaño es mayor, lo que se
asociaría a “bouba”; por su parte, el óvalo más ancho es asociado
a “bouba” con gran frecuencia, a pesar de que por su menor tama-
ño sería considerado “kiki”).

100
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

TAMAÑO VS CONTORNO: 9 – 1 (el círculo de mayor tamaño


suele ser asociado a “bouba” a pesar de que por su contorno fino
sería “kiki”; por su lado, el círculo de menor tamaño suele ser
asociado a “kiki”, aunque por su contorno más grueso sería “bou-
ba”).
TAMAÑO VS COLOR: 6 – 4 (El círculo de mayor tamaño es
más asociado a “bouba” a pesar de su color amarillo, que se aso-
ciaría a “kiki”; el círculo de menor tamaño es más asociado a “ki-
ki” a pesar de su color azul, que se asocia a “bouba”. No existe
una tendencia de respuesta clara en este ítem).
ANCHURA VS CONTORNO: 9 – 1 (el óvalo estrecho es más
asociado a “kiki” a pesar de que tiene un contorno grueso, que se
suele identificar con “bouba”; por su lado, el círculo con una an-
chura mayor es asociado as “bouba” a pesar de tener un grosor
más fino, que sería considerado como “kiki”).
ANCHURA VS COLOR : 7 – 3 (el rectángulo más estrecho es
asociado a “kiki” aunque por su color azul sería “bouba”; por su
parte, el rectángulo más ancho se considera en mayor medida
“bouba”, aunque tiene un color amarillo, que sería considerado
como “kiki”; a pesar de estos resultados, no existe una tendencia
de respuesta clara de este ítem).
CONTORNO VS COLOR: 5 – 5 (en este ítem, se considera como
“kiki” y como “bouba” ambos objetos presentados por igual, por
lo que no se puede discernir una tendencia clara de respuesta que
se guíe por una u otra variable).

De forma global, podemos decir que se han obtenido 37 de 40 res-


puestas iguales dadas en las dicotomías en la que la variable
“FORMA” estaba presente. De igual modo, ocurre en 27 de 40 en
aquellas dicotomías en la que influía la variable “ANCHURA”; en

101
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

16 de 40 cuando aparecía la variable “TAMAÑO”; 13 de 40 cuando


la variable “COLOR” se hacía patente y por último, un total de 7 de
40 en los casos en que la variable “CONTORNO” hizo su aparición.
De esta manera, y en función de los resultados obtenidos, el grado
de dominancia de estas variables en el efecto “Kiki – Bouba” que-
daría del siguiente modo:

FORMA

ANCHURA

TAMAÑO

COLOR

CONTORNO
Figura 5.1. Piramide Kiki-Bouba

3. Conclusiones

El primer estudio pretendía llamar la atención sobre la importancia


de unas dicotomías básicas (que estarán por demostrar y/o descu-
brir) que pueden estar a la base de otras más complejas, a la hora de
adjudicar el nombre “KIKI” y el nombre “BOUBA” a ciertos estí-
mulos.
El segundo estudio se ha propuesto ser un primer acercamiento al
fenómeno de la dominancia entre variables, mostrando indicios de

102
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

la existencia de una jerarquía en las distintas variables que influyen


en el efecto “Kiki – Bouba”. Esta línea de investigación podría ex-
plicar el motivo por el que, ante estímulos en los que influyen mul-
titud de variables, (ó sea, los estímulos que de modo cotidiano nos
encontramos en nuestras vidas: distintas personas, paisajes, objetos
tridimensionales,etc.) se atribuyen los nombres “Kiki y Bouba” de
un modo significativo, en el caso de que se dé este fenómeno. Deri-
vado de ello, el estudio pretende hacer patente la gran importancia
de estudiar variables de modo aislado primero y conjunto o en inter-
acción con otras después.
Continuando con este apartado, decir que existen multitud de puntos
flacos en ambos estudios que pueden ser objeto de críticas; expongo
a continuación algunas de ellas:

DICOTOMÍA OLOR DESAGRADABLE – AGRADABLE: Para


algunas personas, el olor del vinagre no resultaba desagradable.

TAMAÑO VS ANCHURA: Al ser la anchura una parte constitu-


yente del tamaño, en realidad esta dicotomía, correspondiente a la
dicotomía número 4 presentada en el segundo estudio, las varia-
bles que realmente se comparan son las de altura y la de anchura.

NO CUANTIFICACIÓN DE LAS VARIABLES: De modo que


la investigación obvia la muy probable importancia de la “canti-
dad” de variable presentada. De esta manera, este estudio conside-
ra que, recurriendo a un ejemplo concreto, las siguientes dicotom-
ías obtendrán resultados iguales, al presentar ambas 2 objetos de
diferente tamaño, sin valorar el grado de diferencia entre ambos:

103
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

APÉNDICE 1

ESTÍMULOS PRESENTADOS EN EL ESTUDIO 1 Y RESUL-


TADOS EN PORCENTAJES

BLOQUE 1: VISIÓN
FORMA ANGULOSA – REDONDEADA: RESULTADOS SIGNIFICATI-
VOS (K-B = 90%)

GRANDE – PEQUEÑO: RESULTADOS SIGNIFICATIVOS (B-K = 90%)

VERTICAL – HORIZONTAL: RESULTADOS NO SIGNIFICATIVOS (B-K


= 78%):

104
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

DESCENDER – ASCENDER: RESULTADOS NO SIGNIFICATIVOS (K-B


= 68%)

ESTRECHO – ANCHO: RESULTADOS SIGNIFICATIVOS (K – B =


100%)

105
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

LARGO – CORTO: RESULTADOS NO SIGNIFICATIVOS (K-B = 60%)

CONTORNO FINO-ANCHO: RESULTADOS SIGNIFICATIVOS (KB = 80%)

106
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

POSICIÓN NORMAL – INVERTIDA: RESULTADOS NO SIGNIFICATIVOS (K-B


= 75%)

POSICIÓN NORMAL – TUMBADA: RESULTADOS NO SIGNIFICATI-


VOS (K-B = 72%)

107
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

LLENO – VACÍO: RESULTADOS SIGNIFICATIVOS (B-K = 80%)

RÁPIDO – LENTO: RESULTADOS SIGNIFICATIVOS (K-B = 92%)

OBJETO RÁPIDO – OBJETO LENTO:


(Se utilizaba un mismo objeto real, como un tenedor, para hacer un
mismo movimiento de izquierda a derecha, pero a diferente veloci-
dad).

AMARILLO – AZUL: RESULTADOS SIGNIFICATIVOS (K-B =81%)

108
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

BLANCO – NEGRO: RESULTADOS NO SIGNIFICATIVOS (K-B = 63%)

ROJO – VERDE: RESULTADOS NO SIGNIFICATIVOS (B-K = 68%)

AZUL OSCURO – CLARO: RESULTADOS NO SIGNIFICATIVOS (B-K=


70%)

109
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

AMARILLO OSCURO – CLARO: RESULTADOS NO SIGNIFICATIVOS


(B-K = 67%)

ROJO CLARO – OSCURO: RESULTADOS NO SIGNIFICATIVOS (K-B =


165%)

IZQUIERDA – DERECHA: RESULTADOS NO SIGNIFICATIVOS (K-B =


58%)

110
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

ARRIBA – ABAJO: RESULTADOS NO SIGNIFICATIVOS (K-B = 64%)

BLOQUE 2: OÍDO (mediante la siguiente página web):


http://mariajesusmusica.wordpress.com/2008/08/25/instrumentos-
virtualespara-tocar-y-divertirse/
Se presentaban los sonidos siguientes, en primer lugar el expuesto
en la parte izquierda de la dicotomía, y en segundo lugar el sonido
de la derecha.
SONIDO FUERTE – SONIDO SUAVE (Intensidad del sonido) (se uti-
lizó un conjunto de “Gongs”). RESULTADOS SIGNIFICATIVOS: B-K
= 80%.
SONIDO GRAVE – SONIDO AGUDO (Altura del sonido) (se utilizó
un instrumento exótico, llamado “Cymbalium”). RESULTADOS NO
SIGNIFICATIVOS: B-K = 58%.
SONIDO LARGO – SONIDO CORTO (Duración del sonido)(se utilizó
el “Cymbalium”, cortando el sonido cuando era preciso, o reali-

111
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

zando los sonidos directamente la persona que realiza la admi-


nistración del test. RESULTADOS NO SIGNIFICATIVOS: K-B = 60%.

BLOQUE 3: TACTO (Presentación de estímulos sensoriales físi-


camente)
Se presentaban los estímulos siguientes, procurando que los partici-
pantes estuviesen con los ojos cerrados.
SUPERFICIE ÁSPERA – SUPERFICIE SUAVE (estropajo “nanas” –
pañuelo de papel). En primer lugar se arrastraba el estropajo por
la palma de una mano, y luego el pañuelo por la misma palma).
RESULTADOS NO SIGNIFCATIVOS: K-B = 66%.
PINCHAZO – CARICIA (tenedor – caricia con la mano). En primer
lugar se pincha con un tenedor en la palma de la mano, sin llegar
a provocar dolor, y luego se acaricia la misma palma). RESULTA-
DOS NO SIGNIFICATIVOS: K-B = 70%.
PESADO – LIGERO (se le hace coger al participante con la mano
izquierda un vaso lleno de agua, y con la derecha un vaso de las
mismas características, pero vacío). RESULTADOS NO SIGNIFICA-
TIVOS: B-K = 72%.

BLOQUE 4: GUSTO Y OLFATO: (Presentación de estímulos físi-


camente)
OLOR AGRADABLE – OLOR DESAGRADABLE (pañuelo de papel
mojado en colonia – pañuelo de papel mojado en vinagre) Con
los ojos cerrados, en primer lugar se hacía oler el pañuelo moja-
do en colonia, y en segundo lugar el impregnado en vinagre). RE-
SULTADOS NO SIGNIFICATIVOS: B-K = 56%.

112
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

SABOR DULCE – SABOR SALADO (pequeñas dosis de azúcar y sal


en una servilleta). Debido a que realizar este ensayo con los ojos
cerrados, complicaba la ejecución del mismo, éste sin cerrarlos).
RESULTADOS NO SIGNIFICATIVOS: K-B = 66%.

ESTÍMULOS PRESENTADOS EN EL ESTUDIO 2:

FORMA VS CONTORNO

FORMA VS TAMAÑO

113
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

FORMA VS ANCHURA

TAMAÑO VS ANCHURA

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

TAMAÑO VS CONTORNO

ANCHURA VS CONTORNO

115
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

COLOR VS FORMA

COLOR VS TAMAÑO

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

COLOR VS ANCHURA

COLOR VS CONTORNO

117
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

CAPÍTULO 6: EL SIMBOLISMO
FONÉTICO
Inés Lasagabaster Unzuleta, Elena Morillo Godoy, Raquel Pal-
ma, María Soto Delage y Emilio Gómez Milán
Universidad de Granada

La finalidad de este capítulo es conocer como determinados aspec-


tos del desarrollo del lenguaje se reflejan en nuestro lenguaje diario,
es decir, aspectos que pudieron intervenir en el desarrollo de la len-
gua se han mantenido manifestándose en determinados fenómenos.
Trataremos, entonces, de desentrañar la relación existente entre el
simbolismo del sonido y el fenómeno psicológico popularmente
conocido como el fenómeno kiki-bouba.
Para ponernos en contexto haremos un breve repaso sobre las dife-
rentes teorías que tratan de explicar el origen del lenguaje (recor-
damos lo que se expuso con mayor extensión en el capítulo 2 de
este libro).
Las primeras teorías filosóficas con las que nos encontramos son las
naturalistas, éstas mantienen que el lenguaje se desarrolló en base a
una relación natural entre los objetos y sus nombres, es decir, las
palabras son reproducciones de las cosas a las que se refieren.
En segundo lugar, comentaremos las teorías empiristas para las cua-
les el lenguaje surge a partir de las imitaciones que las personas
llevaban a cabo de los sonidos del ambiente.
Por su parte, ambas teorías pueden llegar a explicar cómo han sur-
gido determinadas palabras y cómo hemos llegado a adquirir un
determinado lenguaje pero no llegan a esclarecer cómo se ha des-
arrollado una sintaxis que estructure el mismo. Por lo tanto, el
propósito de la siguiente teoría que veremos es éste.

118
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Las teorías racionalistas, cuyo mayor representante es Chomsky


(1971), proponen que el ser humano aprende el lenguaje según un
"programa" determinado genéticamente. En su teoría, Chomsky
expone que existen unos universales lingüísticos innatos. Cabe des-
tacar su idea del Dispositivo de Adquisición del Lenguaje (LAD),
se trata de un constructo interno con el que todos nacemos, un es-
quema innato específicamente humano y genéticamente hereditario,
es un mecanismo que tiene como contenido un conjunto de princi-
pios gramaticales universales. Cuando uno nace, empieza a recibir
estímulos lingüísticos, una vez que estos estímulos son procesados
en el LAD hay un output que es la Gramática de la lengua en cues-
tión, es decir, los humanos al nacer tenemos el potencial para ser un
hablante universal, depende de los estímulos que nos lleguen des-
arrollaremos una gramática u otra.
Al explicar esto queremos dejar patente al lector que no existe una
teoría que dé respuesta a la pregunta del origen del lenguaje de ma-
nera satisfactoria. Pero sí es cierto que algunos mecanismos que
pudieron ayudar a la adquisición del lenguaje han llegado hasta
nuestros días, como es el caso del simbolismo del sonido.
El simbolismo fonético
En esta sección comenzaremos dilucidando qué es el simbolismo
fonético. El simbolismo del sonido es la idea de que la palabra es-
crita puede transmitir inherentemente significados a través de sus
características físicas. Palabras onomatopéyicas como silbidos, cho-
ques y los zumbidos, imitando ciertos sonidos, son ejemplos bien
conocidos del simbolismo del sonido. Este hecho indica que en el
desarrollo del lenguaje ciertas características de las cosas que se
expresan por medio de palabras han influido en la formación de
dichas palabras. Es decir, el desarrollo de las palabras no ha sido
arbitrario.
Pero al mismo tiempo, esta idea es contraria a un hecho básico so-
bre el lenguaje humano: No todos hablamos el mismo idioma, de

119
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

modo que las letras que evocan cierto significado o comparación en


una palabra, no tienen por qué hacerlo en otra palabra de otro idio-
ma, que signifique algo diferente (Fromkin y cols., 2003).
De acuerdo con este planteamiento, Ferdinand de Saussure (1959),
el fundador de la lingüística moderna, propuso que "El simbolismo
es arbitrario". Desde esta perspectiva, las palabras se forman de
manera arbitraria en las diferentes comunidades lingüísticas; por
ejemplo, en inglés se llaman dogs a los perros, en francés se llaman
chien y en alemán se llaman hond. Si hubiera algo innato en "dog-
ness" que conecta perro con el referente de un canino de cuatro pa-
tas entonces todos los idiomas deberían haber coincidido en el mis-
mo nombre. Obviamente el lector se habrá dado cuenta de que la
idea del simbolismo fonético va en contra de la propuesta conven-
cional de la arbitrariedad del lenguaje.
Nos gustaría dejar claro que, aunque el lenguaje es en gran medida
arbitrario, el trabajo realizado dentro del ámbito del simbolismo del
sonido y en campos de estudio relacionados, sugieren que la lengua
no puede ser completamente arbitraria. De hecho, a partir de algu-
nas relaciones encontradas entre sonido-significado no arbitrarias,
podemos llegar a comprender algunos de los procesos fundamenta-
les en los cambios de idioma y, posiblemente, la evolución hasta el
lenguaje (Ramachandran y Hubbard 2001, Reilly, Biun, Cowles y
Peelle 2008).
Para entender esto, comentaremos el hecho de que el propio acto de
hablar transmite información, independiente del significado simbó-
lico de las palabras utilizadas. Información como el sexo, el país de
origen, el estado emocional y de salud actual, se transmite en todas
las características físicas de la producción de sonido de los hablan-
tes (Ostwald, 1994). Esto respalda el concepto del simbolismo foné-
tico, como forma de transmitir información con el lenguaje de for-
ma implícita.

120
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Además, el simbolismo del sonido podría desempeñar un papel más


profundo, respecto a lo que indicaba Ostwald, en el nivel en el que
se usan las palabras o fonemas (unidad mínima del lenguaje oral,
por ejemplo el sonido /t/, /l/, /a/, /m/,…).
Un ejemplo del simbolismo fonético que ha sido ampliamente estu-
diado es el ya mencionado fenómeno kiki-bouba, descrito por el
psicólogo Wolfgang Kohler. Kohler identificó una relación simbóli-
ca entre palabras sin sentido (takete y baluba) e imágenes de líneas
simples que tenían forma angular o forma redondeada. En sus expe-
rimentos pedían a los participantes que pusieran nombre a estas dos
figuras y se les ofrecía como opciones las palabras inventadas takete
y baluba, encontrando que en la mayoría de los casos asociaban el
nombre de takete con la figura con forma angular y baluba con la
figura redondeada.

Por su parte, Ramachandran y Hubbard (2001), trataron de replicar


este hallazgo de Kohler y mostraron, tanto a participantes de habla
inglesa como de habla tamil, una imagen angular y una imagen re-
dondeada, como en el experimento clásico descrito anteriormente.
A ambos grupos se les preguntó "¿Qué es Bouba? ¿Qué es Kiki?”.
Más del 95 % de los participantes estaba de acuerdo en que la ima-
gen angular coincidía con la palabra kiki y la imagen redondeada
con bouba. El hecho de que tanto los hablantes de inglés como los
hablantes tamiles demostraron un alto nivel de acuerdo añade más
evidencia a favor de que este efecto no se limita a un solo grupo

121
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

lingüístico y que el simbolismo fonético está presente en todas las


lenguas.
Continuando con algunas de las investigaciones en torno al efecto
kiki-bouba, Maurer y colaboradores (2006) trataron de ver si el
fenómeno se daba en niños de edad preescolar, es decir, niños de 2
años y 6 meses a 2 años y 10 meses de edad. Para comprobar si el
efecto ocurría en una población relativamente inexperta en la len-
gua. Se les pidió a los niños que participasen en un juego en el que
se les leía una historia utilizando animales de peluche como perso-
najes; posteriormente se les pidió que cogiesen una imagen o un
objeto para el animal de peluche. Después de la historia, el experi-
mentador utiliza el peluche para pedir a los niños que respondiesen
a cuatro ensayos de prueba típicas de kiki-bouba, es decir, respues-
tas de elección forzada, que consiste en unir una palabra con una de
las dos imágenes que se les presenta, una angular y la otra redon-
deada. Para completar el estudio, se les pidió a los adultos, de la
misma manera que los niños, que realizasen la misma tarea aunque
no se utilizó el muñeco. Maurer y cols. (2006) analizaron estadísti-
camente las decisiones tomadas en los ensayos de prueba en cuanto
a si la palabra tenía vocales redondeadas o vocales no redondeadas;
las vocales redondeadas tienden a ser vocales posteriores, como /o/,
mientras que las vocales no redondeadas tienden a ser vocales ante-
riores, como /i/. Encontraron que las palabras que contenían vocales
redondeadas fueron comparadas con los estímulos redondeados de
manera significativa y que las palabras con vocales no redondeadas
se correspondían con los estímulos con ángulos irregulares. Curio-
samente, un ensayo que incluyó las palabras “goga” y “tiket” no
fueron estadísticamente significativas, lo que sugiere que podría
haber algo más que diferencias en las vocales que impulsen este
efecto. Este estudio es particularmente interesante debido a que los
participantes de preescolar mostraron el efecto a pesar de su relativa
inexperiencia con el lenguaje. Estos resultados sugieren que existe

122
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

una relación entre el sonido y la visión que es innata. Esta relación


entre dos modalidades sensoriales se conoce como Sinestesia, pero
no es objetivo de este capítulo desentrañar el significado de este
concepto y sus implicaciones, sólo queremos dejar claro que efecti-
vamente, el fenómeno kiki-bouba es un tipo de sinestesia que se da a
nivel general en toda la población.
Acorde con lo que se ha ido viendo sobre el simbolismo del sonido,
la forma no es la única propiedad que induce cierto significado, por
otra parte nos encontramos el tamaño como otra fuente que puede
proporcionar información al receptor.
En este caso estamos hablando del simbolismo tamaño-sonido que
es el fenómeno de emparejar ciertos sonidos del lenguaje con no-
ciones del tamaño físico. Los experimentos tempranos más intere-
santes evidencian que a los objetos más grandes se asignan a las
vocales graves, (por ejemplo, /a/), mientras que los objetos más pe-
queños se asignan a las vocales agudas (por ejemplo, /i/); (Sapir,
1929; Newman, 1933).
Una de estas investigaciones pioneras en este campo es la de Sapir
(1929), que comenzó a estudiar el fenómeno del simbolismo tama-
ño-sonido. En sus estudios Sapir usaba una serie de palabras inven-
tadas sin significado (no-palabras) y pedía a los participantes que
las emparejasen con una serie de objetos de distintos tamaños. Por
ejemplo, usaba una no-palabra como /mil/ (en inglés) y pedía que la
emparejasen con uno de los objetos que ofrecía en una fotografía en
la que aparecía una mesa grande y una mesa pequeña. Mil es la me-
sa pequeña y Mal la grande. Los resultados confirman la afirmación
anterior sobre el simbolismo tamaño-sonido.

123
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Desde estos primeros trabajos de Sapir (1929) sobre el simbolismo


tamaño-sonido, el estudio sobre cómo relacionamos el tamaño con
el sonido de las palabras que usamos se ha expandido considera-
blemente. A continuación revisaremos otros estudios que conside-
ramos interesantes para el lector.
Pensamos que una forma útil con la que podemos explorar las aso-
ciaciones entre el tamaño y el sonido del lenguaje es buscar en el
lenguaje natural, y analizar cómo se usa el sonido para denotar el
tamaño. Varios investigadores siguiendo esta línea de pensamiento,
han ampliado la noción de tamaño a una noción más amplia: la de
magnitud, formulando hipótesis como que la cantidad general, no
sólo la masa, sino también la distancia, pueden ser codificadas de
forma no arbitraria en el lenguaje. Y trataron buscar estas relaciones
en el lenguaje diario.

124
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Para corroborar esta afirmación recurriremos al experimento de


Ultan (1978) que examinó alrededor de 130 lenguas diferentes para
encontrar diferencias sistemáticas en la cualidad de las vocales, con
diferencias en la connotación de magnitud, para cubrir no sólo el
tamaño físico sino también la distancia y la cantidad en general.
Sólo el 27% de los idiomas estudiados mostró co-ocurrencia de
magnitud y diferencias en la cualidad vocal, pero de estos, el 90%
se ajustaba a la tendencia encontrada por Sapir para asignar vocales
agudas a pequeñas magnitudes. Aprovechando el hallazgo de Ultan
sobre la distancia, Woodworth buscó en los deícticos (por ejemplo,
this o that) si se daba esta asociación. Más de la mitad de las len-
guas muestra diferencias sistemáticas en el tipo de vocal entre las
formas de denotar algo próximo (this) y algo distante (that). De es-
tas, el 70% usa la vocal aguda, esperada, para indicar proximidad
física (menor distancia).

Por otro lado, Huang et cols (1969), examinaron el simbolismo


fonético en el lenguaje natural desde una perspectiva distinta, desde
la producción del mismo. En su estudio se les dio a participantes
ingleses, chinos y tailandeses un tiempo limitado para que produje-
ran tantas palabras como pudieran pensar con el significado de “pe-
queño” y “grande”. Huang y Johnson examinaron las producciones
y encontraron que en las 3 lenguas, /i/ era significativamente más
común en palabras producidas como sinónimos de “pequeño”, y /u/
era más común en palabras producidas como sinónimos de “gran-

125
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

de”. Este enfoque muestra que el fenómeno se da en el lenguaje


natural.
Después de haber visto todos estos hallazgos en relación al simbo-
lismo tamaño-sonido, consideramos que es importante conocer al-
gunos mecanismos explicativos que subyacen a las asociaciones
entre sonido y tamaño, a continuación procederemos a explicarlos
brevemente la hipótesis de la mediación propioceptiva y la hipótesis
del código de frecuencia.
En primer lugar nos encontramos con la hipótesis mediación pro-
pioceptiva, ésta trata de explicar cómo la sensación propioceptiva
de la propia boca de hacer una vocal grave que es inherentemente
grande, mientras que la articulación de una vocal aguda se nota y/o
siente inherentemente pequeña, lleva a hacer tales asignaciones, así
mayor tamaño dentro de la boca se asignará a un masa física mayor.
La mediación propioceptiva gana apoyo gracias al descubrimiento
del funcionamiento de las neuronas espejo (Rizzolati, 2001). Las
neuronas espejo se disparan cuando hacemos una acción, pero tam-
bién cuando la misma acción es simplemente observada. Esto sig-
nifica que, al menos potencialmente, simplemente escuchando el
sonido de una vocal se activan algunos aspectos de la articulación
real de la vocal, y entonces el tamaño dentro de la boca puede ser
asignado al tamaño físico.
Acorde con esta explicación Ramachandran y Hubbard (2001) pro-
ponen que los seres humanos tenemos un sesgo para las palabras en
cuanto a su forma o tamaño, es decir, dependiendo de cómo se es-
criba una palabra nos va a provocar unas sensaciones u otras. Esto a
su vez, nos indica que hay una co-activación de la sinestesia de las
áreas somatosensoriales que están involucradas en la articulación de
los diferentes sonidos y de las áreas visuales asociadas con la per-
cepción de las diferentes formas de los objetos. Es decir, proponen
que la percepción visual de una curva, o de las letras redondeadas,
conlleva a la representación motora implicada en los movimientos

126
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

redondeados que la boca tiene que poner para producir dicho soni-
do, por ejemplo /o/, que son las vocales en la palabra “bouba”.
Cuando nosotros vemos una letra redondeada, en ese mismo mo-
mento se crea una representación en nuestro cerebro, concretamente
las áreas motoras que trabajan en el habla, y esa representación sir-
ve para que esa persona pueda colocar la forma de la boca para esa
letra redonda antes de producirla, antes de hablar.
Por otro lado, el otro mecanismo que trata de explicar este tipo de
simbolismo fonético es la hipótesis de código de frecuencia, cuyo
máximo representante es Ohala (1994). Ha sugerido una mediación
plausible para las asociaciones entre magnitud y sonido. Además
Ohala señala que en el mundo natural, los animales pequeños pro-
ducen sonidos con una tonalidad más aguda mientras que los anima-
les más grandes emiten sonidos con un tono más grave. Por ejem-
plo, el ratón emite un ruido agudo y chillón y en contraste el león
emite un rugido profundo y grave. Esto significa que las asociacio-
nes entre el tono y el tamaño generalmente son propensas a ser me-
diadas por el hecho de que el tamaño y el tono están relacionados
fundamentalmente físicamente. De todas formas, el tono no juega
siempre un rol fundamental dentro del lenguaje. La frecuencia del
tono juega un rol en la pronunciación de los fonemas sólo en algu-
nas lenguas. Por lo tanto, no es una fuente de información buena
para conocer el tamaño de la persona que te habla, la diferencia de
la frecuencia del tono entre las distintas personas no es significati-
vamente drástica para diferenciar su tamaño.
Por lo tanto, estas dos hipótesis tratan de explicar el fenómeno del
simbolismo del sonido pero sus conclusiones aún dejan que desear,
será necesario continuar con la investigación para comprender cómo
y por qué se da dicho fenómeno. Aun así, la hipótesis del código de
frecuencia tiene más apoyo por parte de la literatura.
En resumen, hemos tratado de ahondar brevemente en un tema
complejo como es el origen y desarrollo del lenguaje, como hemos

127
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

visto, no hay acuerdo aún sobre cómo esto ocurrió y se proponen


diferentes explicaciones. Lo que sí se ha podido comprobar son los
residuos de estos mecanismos que intervinieron en la adquisición
del lenguaje, es por esto que hemos explicado con mayor profundi-
dad el simbolismo del sonido. Apoyándonos en diversas investiga-
ciones con ejemplos ilustrativos, el lector habrá podido comprender
mejor a lo que nos venimos refiriendo en todo el capítulo. Hemos
visto cómo hay palabras que inducen ciertos significados en cuanto
a la forma o al tamaño, con los ejemplos del fenómeno kiki-bouba y
el fenómeno del simbolismo tamaño sonido. Por último hemos ex-
puesto algunas de las hipótesis explicativas que se han propuesto
para dichos fenómenos.
Para concluir este apartado, esperamos que toda esta información le
haya sido útil y de interés, y que a partir de ahora el lector tenga en
consideración el nombre que le pone a sus mascotas, por ejemplo,
ya sabe que si usted tiene un caniche y le pone de nombre Baluum,
probablemente cree confusión.

Estudios experimentales de la Universidad de Granada sobre


simbolismo fonético de García Encina MA y Siles Rodrígues E.
(2012)- disponible en web setshift, página cualias.

La idea que presentamos con los siguientes experimentos es tener


en cuenta el lugar y el modo de articulación de consonantes e inten-
tar demostrar si existe una regla que prediga la asociación de las
consonantes con las figuras Kiki o Bouba y si el lugar o modo de
articulación tienen algo que ver en dicha asociación.
En el caso de que en el primer experimento existiesen consonantes
claramente estrella y claramente ameba, el objetivo del segundo
experimento sería ver si el efecto que se produce es absoluto o va a
depender del tipo de consonante con el que se compare.

128
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

También se quiere demostrar este efecto en los números. El objetivo


sería comprobar si el factor visual, la percepción del número o cual-
quier otro parámetro diferente pueden llegar a ser determinante en
la asociación entre números concretos y las formas estrella y ame-
boide propias del efecto Kiki Bouba..
Con los siguientes experimentos se intenta replicar la relatividad
pero, en este caso, utilizando consonantes.
Experimento 1: “Efecto Kiki- Bouba en consonantes y números”
El objetivo de este experimento es, por un lado, ver si existe algún
patrón constante de asociación entre las consonantes que van a ser
presentadas de manera visual y las figuras Kiki y Bouba; y por el
otro, comprobar la posible influencia de la forma visual de los
números (del 1 al 9) a la hora de asociarlos a las figuras. El método
que se siguió fue el siguiente: 31 participantes de edades compren-
didas entre los 19 y 28 años, estudiantes de psicología, la mayoría
chicas. Se les pasó un cuestionario donde tenían que elegir qué figu-
ra se asociaba a qué consonante, de igual forma para los números
del 1 al 9. Los participantes debían marcar con un X para cada con-
sonante (f,k,b,p,l,r,n,b,p,m,g,k,j) y número la figura con la cual lo
asociaban.
Los resultados indicaron que las consonantes más redondeadas co-
mo son la B o la D se asocian más a Bouba, y las consonantes con
una forma puntiaguda como son la K o la T se asocian más a Kiki.
Así como los números con una forma más redondeada se asocian
más a Bouba, tales como el 8 o el 2, y los números con una forma
visual más puntiaguda se asocian más a Kiki, tales como el 7 o el 1.
Parece que el modo y lugar de articulación, al menos tras una pre-
sentación visual, no es importante a la hora de asociar las distintas
consonantes a las distintas figuras. En cuanto a los números, tam-
bién refleja que no se debe a la forma visual de los números, sino al
concepto de número que tenemos en nuestra mente, o bien, al hecho
de que sean par o impar respectivamente. De hecho los números

129
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

más Kiki (7 y 1) son impares, y los números más Bouba (2 y 8) son


pares. Es decir que por un lado, en las consonantes se establece una
asociación según la forma visual consonante-figura. Por otro lado,
en el caso de los números no queda tan claro en este experimento
qué regla siguen para asociarse a las distintas figuras, por lo que no
se puede descartar la hipótesis par- impar así como la del concepto
numérico. Vea las figuras siguientes, para consonantes y para núme-
ros, donde se indica el número de participantes que los asocia con la
figura estrella o kiki y la figura ameba o bouba.

130
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

En cuanto a los consonantes predijeron que la asociación se estable-


ce según la forma visual consonante- figura. Pero no queda clara si,
dicha asociación, se establece de manera absoluta, es decir, si siem-
pre se asocia esa consonante a esa figura o depende de la consonan-
te con la que se compare. Para comprobarlo se realiza un segundo
experimento en el cual las consonantes más bouba se presentarán
comparándose con el resto de consonantes elegidas para el experi-
mento, y las consonantes más kiki se presentarán comparándose
igualmente con el resto de consonantes.
Por otro lado, en el caso de los números no se tiene tan claro qué
regla siguen para asociarse a las distintas figuras, pues no se puede
descartar la hipótesis par- impar así como la del concepto numérico.

Experimento 2: “Efecto Kiki y Bouba en consonantes enfrentadas,


números romanos /operaciones y condición par- impar”

131
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

El objetivo de este experimento es comprobar si la asociación entre


algunas consonantes, números y figuras Kiki/Bouba es absoluto o
relativo. Se llevó a cabo con 34 participantes de edades entre 19 y
28 años. Hay 4 modelos de cuestionarios que incluían pares de con-
sonantes y números. Se debía colocarse cada componente del par
debajo de una de las dos figuras. Se incluye un pequeño cuestiona-
rio que sería pasado a 10 sujetos, en el cual debían de elegir “par”
para una de las figuras, e “impar” para otra figura kiki o bouba. Se
escogieron las consonantes y números que se habían asociado de
forma más significativa con la figura Kiki y Bouba. Así, se escogió
como consonantes más fuertemente asociadas con la figura kiki; K
y T. Se escogió como números mayormente asociados a la figura
Kiki; el 1 y 7. Se escogió como consonantes Bouba; B y D. Se es-
cogió como numero típicamente Bouba; 2 y 8. En el primer cuestio-
nario, se presentaban K,T,B,D en pares, con ellas mismas y otras
consonantes, presentándose estas 4 consonantes siempre como el
primer miembro del par y la figura Kiki era la primera figura en
aparecer, seguida de Bouba. El segundo cuestionario era igual al
anterior pero en esta ocasión la figura Bouba era la primera en apa-
recer seguida de la figura Kiki. En el tercer cuestionario, las 4 con-
sonantes que se manipulaban siempre eran presentadas como se-
gundo miembro del par y la figura Kiki era la primera en aparecer
seguida de Bouba. El cuarto modelo era igual al anterior pero en
esta ocasión la figura Bouba era la primera en aparecer seguida de
la figura Kiki. Los cuestionarios eran pasados a los participantes en
contexto de laboratorio.
Los resultados demostraron una asociación absoluta entre las con-
sonantes K,T,B,D y la figura, no importando el orden de la presen-
tación de las consonantes ni las figuras. Se encuentra la existencia
de una jerarquía dentro de las consonantes Kiki o Boubas, de mane-
ra que la consonante K, es más Kiki que T, ya que cuando se pre-
sentaban estas dos consonantes en el mismo par, la mayoría de los

132
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

sujetos indicaba K, como Kiki y T como Bouba. Lo mismo ocurría


con B y D, siendo B más significativamente Bouba. Cuando se
comparaban los números típicamente Kikis, como el 1 y 7, se asocia
más el número 7 a la figura Kiki que el número 1. Cuando com-
parábamos números típicamente Boubas, como el 2 y 8, se asocia
más el numero 8 a la figura Bouba que el número 2. En cuanto a los
números romanos, parece que la forma visual de I, III y VII, se aso-
cian a la figura Kiki, no encontramos asociaciones significativas
con la figura Bouba. Se concluye, por tanto, que la forma visual de
consonantes como K y T, se asocia con la figura Kiki aunque se
presente junto a otras consonantes, siendo K asociada más fuerte-
mente a esta figura siguiéndole por detrás la consonante T. La for-
ma visual de consonantes como B y D, se asocia con la figura Bou-
ba, aunque se presenten junto a otras consonantes, siendo B más
asociada a esta figura que D. Se puede únicamente establecer que la
forma visual de números impares como son el 1 y 7, tanto como si
son expresando en numerología romana, se asocian más fuertemente
con la figura Kiki, siendo el número 7 más fuertemente asociado a
ésta que el número 1. La forma visual de números pares como son
los números 2 y 8, se asocian más fuertemente con la figura Bouba,
siendo el número 8 más fuertemente asociado a esta figura que el
número 2. Además se establece que la condición par-impar es alta-
mente significativa.
Por lo que, las consonantes se asocian a las distintas figuras de for-
ma absoluta en función de su forma visual y los números, en fun-
ción de que sean pares o impares.
Como reflexiones finales nos gustaría apuntar algunos conceptos.
Después de contemplar todas las teorías propuestas, las investiga-
ciones y las hipótesis que han surgido a partir de éstas, hemos trata-
do de buscar una respuesta a la pregunta inicial sobre el desarrollo
del lenguaje, por lo tanto, estamos sugiriendo que estos factores
dieron el impulso inicial para la evolución del lenguaje. Es decir, las

133
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

asociaciones sinestésicas entre los objetos y las palabras fueron la


base para el posterior desarrollo del lenguaje. La idea clave es que
cada uno de estos diferentes efectos (sinestesia entre apariencia del
objeto y el contorno de sonido, entre el contorno de sonido y voca-
lizaciones) por ellas mismas, de manera aislada, puede que no fue-
ran suficientes para ejercer la presión de selección evolutiva ade-
cuada para que se mantuvieran en el desarrollo de la especie, pero
todas juntas pudieron influir en el surgimiento de un proto-lenguaje.
La elaboración ulterior y el perfeccionamiento de la estructura pro-
funda del lenguaje pueden haber contado con otras presiones selec-
tivas del medio ambiente.

134
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

CAPÍTULO 7: LA INVERSIÓN DEL


EFECTO KIKI-BOUBA
Alejandro Gómez Sánchez; Alejandro Hita Sánchez y Emilio
Gómez Milán
Universidad de Granada

1. Introducción

La sinestesia es una experiencia perceptual automática e involunta-


ria que pasa desapercibida en la mayoría de los casos. Cuando
hablamos de sinestesia, pensamos rápidamente en personas que
pueden oler colores u oír números. Pero la sinestesia, como fenó-
meno complejo, abarca distintos gradientes, pudiendo encontrarse
ejemplos en la mayoría de la población.

Un ejemplo muy famoso que ilustra esto es la tarea kiki-bouba, en


la cual deben asociarse dos figuras abstractas con dos nombres, no
habiendo respuestas correctas. Lo que se observa en esta tarea es
cómo un porcentaje muy elevado de la población asocia la palabra
“kiki” con la figura estrellada y la palabra “bouba” con la figura
redondeada. Como podemos comprobar en este ejemplo, asociamos
la información de dos sistemas perceptivos. Nuestro cerebro lleva a
cabo una abstracción sinestésica de modalidad cruzada (Oscar Ibo-
rra, 2011).

Como podemos ver en la tarea anterior, en condiciones normales la


mayoría de la población mostrará este efecto kiki – bouba. Pero, ¿y
si les pedimos algo distinto al resolver la tarea? Si les hacemos sa-
ber que queremos una respuesta diferente, ¿podrán “suprimir” este

135
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

efecto o es algo que escapa al control consciente? Eso es precisa-


mente lo que pretendemos comprobar con el presente trabajo.

Para ello hemos diseñado unas condiciones experimentales, utili-


zando la tarea kiki-bouba, en las que el sujeto se tiene que poner en
el lugar de una persona que con un punto de vista diferente (alguien
innovador, un esquizofrénico, un niño de tres años) por lo cual, se
presupone, que su respuesta podría ser distinta a la que la persona
daría de forma natural. A petición del profesor fueron añadidas dos
condiciones más, en las que se manipulaba la variable sexo. ¿Le
resultará más fácil a una persona ponerse en el lugar de un niño de 3
años que de alguien del sexo opuesto?

Lo que esperamos comprobar con ello es si es posible suprimir el


efecto kiki-bouba y si esto varía según las condiciones experimenta-
les. Nuestra hipótesis es que cuando se les pide una respuesta dife-
rente en una tarea sencilla, las personas pueden suprimir el efecto
kiki-bouba. Es decir, pueden darse cuenta de la respuesta que darían
en una condición normal y dar la respuesta contraria a la esperada,
haciendo la decisión consciente. Como veremos a continuación, en
algunas de estas se les indicará explícitamente que se espera una
respuesta diferente, mientras que en otras no pero aun así se les pe-
dirá que se pongan en el lugar de una persona diferente.

2. Condiciones experimentales

2.1. Método y participantes

Los participantes de este estudio fueron estudiantes de entre 18 y 26


años, entrevistados en distintas facultades de la universidad de Gra-
nada. Para las cuatro primeras condiciones (10 personas por condi-

136
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

ción) no se tuvo en cuenta la variable sexo, mientras que para las


dos añadidas posteriormente sí, siendo 20 mujeres y 20 hombres.

Para llevar a cabo la tarea se les pidió a los participantes su colabo-


ración en un trabajo para una asignatura de psicología y una vez
aceptada, se les mostró una impresión de las dos figuras correspon-
dientes a la tarea kiki y bouba. Se les preguntó si ya habían realiza-
do antes esta tarea y a los que no la habían hecho se les dio la in-
formación correspondiente según la condición experimental.

2.2. Condiciones experimentales

Como ya hemos mencionado, las condiciones experimentales han


sido manipuladas de dos formas. En la mitad de ellas, se les pide
simplemente que se pongan en el lugar de otra persona, mientras
que en la otra mitad, además se les indica de una forma u otra que
deben dar una respuesta diferente (llamadas condiciones explícitas).
2.2.1. Puesto de trabajo

En esta condición se le hace imaginar al participante que está en una


entrevista de trabajo para una empresa en la que quiere trabajar.
Para ello se le explicará que estamos investigando la eficacia de las
personas a la hora de resolver tareas sencillas cuando se trata de
ponerse en el lugar de otra persona o una situación imaginada. Las
instrucciones serían las siguientes:

``Imagine que está usted en una entrevista de trabajo, en la que pue-


den seleccionarle para un puesto de trabajo como director de marke-
ting de una empresa importante. Lleva mucho tiempo queriendo ese
puesto de trabajo, así que se ha informado muy bien de todo lo rela-
tivo a la empresa. A través de un amigo ha recibido información de
cara a la entrevista. Le ha hecho saber que, al final de la entrevista,

137
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

hay una tarea que le pasan a los candidatos y que esta tarea es siem-
pre la misma. Usted no sabe de qué tarea se trata, pero le han adver-
tido que lo que valoran los directores de la empresa es que aporte un
punto de vista original. Para ello, su amigo le ha notificado que no
debe dar la respuesta que proporciona la mayoría de la gente, sino
que debe innovar, ya que es una característica muy valorada en ese
puesto.´´ Entonces le presentamos la tarea kiki-bouba.

Esta condición experimental entra dentro de las “explícitas”, ya que


le pedimos al participante que de un punto de vista diferente al que
daría la mayoría de la gente.

2.2.2. Esquizofrenia

En esta tarea se le habla al participante de lo importante que es para


los profesionales de la salud saber ponerse en el lugar de sus pacien-
tes, siendo más complicado cuando se trata de enfermedades menta-
les. En este caso se le pedirá que se ponga en el lugar de un paciente
esquizofrénico e intente pensar como podría resolver una persona de
estas características la tarea presentada. Las instrucciones serían las
siguientes:

``Como usted sabe, para los profesionales de la salud es muy impor-


tante comprender a sus pacientes, así como comprender su punto de
vista. Esto es más complicado para ellos cuando se trata de personas
con una enfermedad mental. Queremos comprobar la capacidad de
la gente de ponerse en el lugar de personas con enfermedades de
este tipo, a la hora de resolver tareas sencillas. Así que a continua-
ción le vamos a presentar una tarea y queremos que la responda
imaginando que usted es un paciente esquizofrénico.´´ Entonces le
presentamos la tarea kiki-bouba.

138
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

2.2.3. Niños

En esta condición experimental tratamos de que la persona se ponga


en el lugar de un niño de 3 años e intente dar la respuesta que éste
daría. Las instrucciones serían:

``Sabemos muy poco acerca de la forma de pensar de los niños de 3


años. Para este ejercicio, trate de seleccionar la respuesta que esco-
gería un niño de 3 años, por lo que es muy importante que haga un
esfuerzo por ponerse en su lugar.´´ Entonces le presentamos la tarea
kiki-bouba.

2.2.4. Niños, condición explícita

Pedimos a los participantes que traten de dar la respuesta que daría


un niño de 3 años. No obstante, en éste caso matizamos el hecho de
que los niños de esta edad piensan de forma muy diferente a la de
un adulto. Las instrucciones serían:

``Sabemos muy poco acerca de la forma de pensar de los niños de 3


años. Lo único que conocemos es que su forma de pensar es total-
mente diferente a la de un adulto, y las respuestas que dan a los
ejercicios suelen ser totalmente opuestas. Para este ejercicio, trate
de seleccionar la respuesta que escogería un niño de 3 años, por lo
que es muy importante que haga un esfuerzo por ponerse en su lu-
gar.´´ Entonces le presentamos la tarea kiki-bouba.

2.2.5. Género
Socialmente es considerado de forma general que hombres y muje-
res tienen comportamientos y pensamientos muy diferentes; en oca-
siones, incluso opuestos. Es por ello que en esta condición experi-

139
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

mental pediremos a las personas que respondan a la tarea de kiki-


bouba poniéndose en el lugar de una persona de sexo opuesto. Por
lo tanto, tenemos dos grupos: 10 mujeres que se pondrán en el lugar
de hombres y 10 hombres que se pondrán en el lugar de mujeres.
Para ello, se proporcionarían las siguientes instrucciones:

``Estamos realizando una investigación relacionada sobre la capaci-


dad de las personas para ponerse en el lugar del sexo opuesto. Para
ello necesitamos que responda a esta tarea poniéndose en el lugar de
una persona del sexo opuesto. ¿Cómo cree usted que respondería
una mujer/un hombre a esta tarea?´´ Entonces le presentamos la
tarea kiki-bouba.

2.2.6. Género, condición explícita

En esta ocasión pediremos a los participantes que respondan a la


tarea de kiki-bouba poniéndose en el lugar de una persona de sexo
opuesto, pero haciendo explícito el hecho de que hombres y mujeres
dan respuestas muy diferentes en esta tarea. Es decir, se les dirá “ten
en cuenta que los hombres/las mujeres piensan de forma distinta”.
Se dan las siguientes instrucciones:
``Estamos realizando una investigación relacionada sobre la capaci-
dad de las personas para ponerse en el lugar del sexo opuesto. Para
ello necesitamos que responda a esta tarea poniéndose en el lugar de
una persona del sexo opuesto. ¿Cómo cree usted que respondería
una mujer/un hombre a esta tarea? Tenga en cuenta que las muje-
res/los hombres piensan de forma distinta.´´ Entonces le presenta-
mos la tarea kiki-bouba.

140
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

3. Resultados

Dividiremos los resultados en dos apartados, el primero de ellos


destinado a los cuatro grupos originales de este trabajo y el segundo
a los dos grupos añadidos.

Primeras cuatro condiciones

A continuación tenemos una tabla con los resultados del estudio


original. Tanto la categoría 1 como 4 (puesto de trabajo y niños
condición explícita, respectivamente) formar parte de las condicio-
nes “explícitas”, mientas que la 2 y la 3 (esquizofrénicos y niños),
forman parte de las implícitas.

2.3. CONCLUSIONES

A su vez, esta investigación podría ampliarse a cómo las personas


optamos por decisiones automáticas, movidos por estímulos am-
bientales y reaccionando de forma inconsciente. Así, la publicidad o
los medios de comunicación podrían jugar un importante papel
haciendo que las personas tomen decisiones inconscientes ante de-
terminados estímulos como los mensajes, colores o formas.

141
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Observamos cómo en los grupos explícitos, 1 y 4, predominan las


respuestas “invertidas”. Esto quiere decir que los participantes han
asociado, en un mayor número de ocasiones, el nombre “kiki” a la
figura redondeada y el nombre “bouba” a la figura estrellada, siendo
estas las respuestas contrarias al efecto kiki-bouba. Sin embargo, en
las categorías “implícitas”, no se ha dado un porcentaje tan alto de
respuestas invertidas, predominando el efecto kiki-bouba normal.

Por lo tanto, se confirma nuestra hipótesis para las condiciones


explícitas, ya que hay un porcentaje mayor de respuestas invertidas.
Para las condiciones implícitas no se observa este efecto.
¿Cómo podemos explicar esto?

Si atendemos a la característica automática de un efecto sinestésico


como es el de la tarea kiki-bouba, podemos determinar que la res-
puesta a la tarea se formula rápidamente en la mente del sujeto. Es
decir, la asociación entre kiki-estrella y bouba-figura redondeada, es
una asociación involuntaria. Pero esto no quiere decir que no poda-
mos reflexionar sobre esta asociación y darnos cuenta de sus carac-
terísticas. Por lo tanto, en una tarea en la que se le pide la respuesta
contraria, el participante debe romper este proceso automático y dar
la respuesta opuesta. Observamos cómo es posible hacer esto y
cómo predominan estas respuestas “invertidas” en los grupos explí-
citos.

¿Por qué no ocurre esto en los otros grupos?

Creemos que al tratarse de una tarea tan sencilla, a pesar de que la


carguemos de contenido y le pidamos a la persona que se ponga en
el lugar de otra, esta seguirá dando la respuesta automática sin pen-
sarlo. Al contrario que en las condiciones explícitas, aquí la persona
no sería tan consciente de que se espera que de una respuesta dife-

142
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

rente, por lo que no entraría en conflicto el dar la respuesta automá-


tica.

No obstante, no debemos desatender a la importancia que tienen


aquí las diferencias personales y más aún al tratarse de un estudio
con una muestra tan reducida (10 personas por condición). En este
caso, creemos que no es tan importante la capacidad de la persona
para ponerse en el lugar de otra (ya que ni siquiera sabemos qué
respuesta darían estos grupos a la tarea kiki-bouba, ¿qué diría un
niño de 3 años?). Lo verdaderamente fundamental aquí es darse
cuenta de que estás asociando una de las palabras a una de las figu-
ras por una razón. Por lo tanto, es importante tener en cuenta que
mientras algunos participantes no daban explicación a sus respues-
tas, otros, por ejemplo, comentaban que la figura estrellada debía
ser kiki porque el sonido les parecía más ascendente.

Si lo que queremos aquí es suprimir un efecto automático de manera


voluntaria, es muy importante que la persona sea consciente de que
se está produciendo dicho efecto. Si no, en este caso, el efecto kiki-
bouba predominaría y asociaría siempre kiki a la estrella y bouba a
la figura redondeada, al parecerle esta la respuesta “correcta” sea
cual sea el contenido de la tarea.

Condiciones adicionales: Variable genero

A petición del profesor estas condiciones fueron añadidas poste-


riormente, para comprobar el mismo efecto pero manipulando la
variable sexo. A continuación, la tabla de resultados:

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

10
8
6
4
2 Invertida
0
Normal

Aquí, los grupos número 1 serían las condiciones no explícitas,


donde no se les ha dicho a los participantes que las personas del
otro sexo piensan de forma muy diferente, mientras que sí que se les
ha dicho en las condiciones número 2.

Por tanto, podemos observar resultados interesantes. En el grupo


mujeres vemos cómo, invariablemente de la condición, hemos obte-
nido los mismos resultados. Un elevado número de mujeres asoció
kiki-estrella y bouba-figura redondeada como la respuesta que daría
un hombre.

Sin embargo, en el grupo de hombres encontramos resultados


opuestos. Aquí predominan las respuestas invertidas. Es curioso
observar cómo en el grupo no explícito las respuestas invertidas
fueron considerablemente mayores que en el grupo explícito (mien-
tras que deberíamos esperar lo contrario). La mayoría de hombres
atribuyó la asociación opuesta, kiki-figura redondeada y bouba-
estrella, como la respuesta que daría una mujer.

144
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

¿Por qué observamos estos resultados?


Sin duda, son resultados mucho más llamativos que los de las cuatro
primeras condiciones. Sería interesante contrastarlos con los de otro
trabajo en el que se tenga en cuenta la variable género como varia-
ble principal.

Aquí observamos cómo las mujeres parecen bastante de acuerdo en


que los hombres darían la respuesta esperada, la respuesta automáti-
ca. Mientras que los hombres, piensan que la mujer daría la respues-
ta contraria a la automática. Si partimos de la base de que el efecto
kiki-bouba es un efecto contundente, observado en un 90-95 % de la
población, estos resultados se deben a la manipulación experimen-
tal.

Sin duda, los resultados parecen seguir esa creencia popular de que
hombres y mujeres piensan diferente. Por lo que debemos tener en
cuenta factores culturales y de educación como una variable muy
importante en este caso. En el caso de las mujeres, la creencia de
que los hombres son muy simples y por lo tanto darían la respuesta
más obvia. En el caso de los hombres, quizá por el prejuicio más
extendido de que no entienden a las mujeres, precisamente dan la
respuesta contraria a la esperada.

145
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

4. Conclusiones

De esta investigación podemos destacar varias conclusiones.

En primer lugar, que las personas responden generalmente de forma


diferente a la tarea de kiki-bouba si se les dan claves explícitas o no.
Es decir, si matizamos el hecho de que se tienen que poner en el
lugar de una persona ``diferente´´, el sujeto tiende a cambiar su res-
puesta automática por otra diferente. Estos resultados se podrían
extrapolar al mundo de los tests en psicología, donde el hecho de
que la persona pueda o no cambiar sus respuestas intencionadamen-
te resultan de sumo interés. Es frecuente que una decisión relevante
(ya sea a nivel legal, clínico, o de investigación) recaiga en los re-
sultados de un test psicológico, y es por ello que quizás arrojar un
poco de luz en la capacidad de las personas de falsear sus respuestas
dependiendo de lo que se espera de él, pueda resultar de sumo in-
terés.

A su vez, ahondando en la segunda parte del experimento concer-


niente a las diferencias perceptivas de género, podemos denotar la
fuerza que tienen los prejuicios y esquemas mentales en cuanto al
sexo masculino y femenino. Si bien en otras condiciones experi-
mentales el hecho de hacer explícito que se tienen que poner en el
lugar de alguien que responde diferente alteraba los resultados de
forma significativa, no es éste el caso. Podemos observar cómo la
respuesta de los estereotipos es mayor al efecto causado por explici-
tar la diferencia, que queda prácticamente anulado en esta condi-
ción.

Por último, y no menos importante, esta investigación podría am-


pliarse a cómo las personas optamos por decisiones automáticas,
movidos por estímulos ambientales y reaccionando de forma in-

146
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

consciente. Así, la publicidad o los medios de comunicación podr-


ían jugar un importante papel haciendo que las personas tomen de-
cisiones inconscientes ante determinados estímulos como los men-
sajes, colores o formas.

147
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

CAPÍTULO 8: IDEAESTESIA
Elena Aceituno de la Asunción, Ada Caulín Martínez, Oscar
Iborra, María José de Córdoba y Emilio Gómez Milán
Universidad de Granada

Hasta ahora se ha supuesto que el efecto Kiki/Bouba se debe a co-


nexiones directas entre las cortezas visuales y auditivas, de forma
que los cambios de dirección bruscos de la figura en forma de estre-
lla se conectan físicamente con la inflexión fuerte del sonido /KiKi/.
Ocurre de la misma forma con los cambios de dirección suaves de
la figura de ameba y las inflexiones suaves del sonido /BouBa/. Pe-
ro, ¿y si las asociaciones sinestésicas fueran más allá de todo esto?
Gómez et al. (2013) demostraron, como veremos más adelante, que
Kiki/Bouba, ya sea como palabra o como imagen, son asociadas
semánticamente a una serie de conceptos como el blanco o el negro
y femenino o masculino, entre otros. Esto indica que detrás del efec-
to Kiki/Bouba se establece una red semántica rica. Por ejemplo,
tanto el sonido Kiki como la forma de estrella son considerados
mayoritariamente como inteligentes, pequeños, delgados y nervio-
sos.
Puede no ser estrictamente un fenómeno de “sentidos unidos”, co-
mo implica la palabra “sinestesia”. Podríamos describirlo mejor
como un conjunto de experiencias sensoriales asociadas a concep-
tos. Danko Nikolić propuso en 2009 que al menos algunos ejem-
plos del fenómeno de la sinestesia deberían considerarse con mayor
exactitud “ideaestesia” y Gómez et al, propusieron que el efecto
Kiki/Bouba es también un caso de ideaestesia.
Ideaestesia se define como un fenómeno en el que las activaciones
de los conceptos (inductores) evocan experiencias de la percepción
(concurrentes).

148
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Podemos ver un ejemplo de este fenómeno en el estudio de Dixon y


cols. (2006), en el mostraron que un símbolo ambiguo podría pro-
vocar dos colores sinestésicos diferentes dependiendo del contexto
en el que se presente, como se ve en la figura 1.

Fig.8.1: Representación del símbolo ambiguo en ambos contextos.


Fuente: Elaboración propia.

En el primer caso fue interpretado como un número (5) y, por lo


tanto, evocado el color de ese número, el cual era de color azul os-
curo para su participante. Pero si el mismo símbolo estaba en el
lugar de una 'S' en la palabra 'música', debido al diferente contexto,
evocó otro color, a saber, la de la letra 'S' - amarillo. Como el estí-
mulo era el mismo, lo único que cambió en los dos casos fue la in-
terpretación del mismo, es decir, su significado contextual. Por lo
tanto, en este caso se muestra que es el concepto lo que determinó el
color sinestésico.
La razón principal para la introducción de la noción de ideaestesia
es que la sinestesia implica únicamente la asociación de dos ele-
mentos sensoriales con poca conexión con el nivel cognitivo. Sin
embargo, la mayoría de los fenómenos que tradicionalmente se han
relacionado con la sinestesia, de hecho, son inducidos por las repre-
sentaciones semánticas, en lugar de por sus propiedades sensoriales.
La siguiente tabla muestra la diferencia en las propiedades de los

149
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

inductores y los concurrentes que implican los términos sinestesia e


ideaestesia.

Inductor Concurrente
Sinestesia Sensorial Sensorial
Ideaestesia Semántico Sensorial
Tabla 1. Comparación ideaestesia-sinestesia.

En otras palabras, nuestra experiencia sensorial está determina-


da en gran medida por el significado que se le asigna a los estí-
mulos.

Por ejemplo, supongamos que vemos un conejo, al instante activa-


mos todo lo que sabemos acerca de los conejos y anticiparíamos su
tacto suave, el sonido que hace o como huele. Esto se debe a que
nuestro sistema semántico trabaja también con el conocimiento re-
lacionado directamente con nuestros sentidos e incluso con emocio-
nes. Es suficiente con pensar en un conejo y nuestra memoria aso-
ciativa influirá en la forma en que lo percibimos. Esto es, en cual-
quier forma de percepción, las interpretaciones y expectativas con-
ceptuales moldean nuestras experiencias sensoriales.
¿Qué quiere decir todo esto? Cuando adquirimos un concepto co-
mo, por ejemplo el número “7”, creamos un conjunto de “cajones”
donde metemos todos sus atributos (es un número impar, es un
número primo, es notable…). La organización de los atributos de
ese concepto determina si una persona será capaz o no tener expe-
riencias sinestésicas asociadas a tal concepto. La diferencia radica
en que en las personas sinestésicas algunos de sus conceptos poseen
un atributo sensorial adicional que los no sinestésicos no tienen, por
ejemplo, el número 7 posee el color verde. Aún a riesgo de resaltar
lo evidente, hemos de destacar que la palabra clave es concepto, y

150
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

no percepción o sensación, con lo que de nuevo nos lleva al fenó-


meno de la ideaestesia propuesto por Nikolić.
Siguiendo con el ejemplo, si ante un inductor “7” se activa el concu-
rrente “color verde” estaremos hablando de sinestesia, ya que es el
grafema el que activa la experiencia sensorial. Por el contrario,
hablaremos de ideaestesia si el inductor es el concepto, la cantidad
siete, expresado en cualquiera de sus formas (7, VII, siete…) el que
activa el concurrente, en este caso, la experiencia sensorial verde.

2. Mecanismos implicados

Una de las teorías tradicionales sobre el origen de los fenómenos


propuestos como sinestésicos es la de la activación cruzada (Brang
et al, 2011). Estos autores afirman que la sinestesia se debe a un
cruce en el cableado cerebral, donde para cada nueva asociación se
establecería una nueva conexión entre el área de los grafemas (lóbu-
los temporales posteriores) y el área del color (circunvolución fusi-
forme).
Estudios recientes (Jürgens y Nikolić, 2012) plantean problemas
para las teorías tradicionales al demostrar que las nuevas asociacio-
nes sinestésicas no requieren necesariamente la creación de nuevas
conexiones entre las áreas del cerebro, ya que tales vínculos no se
pueden formar en cuestión de minutos, tiempo insuficiente para la
creación de nuevas conexiones neuronales.
Mroczko (2009) estudió la sinestesia grafema-color intentando in-
ducir nuevas asociaciones entre inductores y concurrentes. Bajo la
premisa de que el inductor opera a nivel semántico, las nuevas aso-
ciaciones sinestésicas se podrán establecer rápidamente, con sólo
asociar un grafema viejo por uno nuevo.

151
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Fig.8.2: Alfabeto glagolítico y sus correspondencias. Fuente: Nikolic (2012).


Presentó a participantes alemanes sinestésicos letras de un alfabeto
glagolítico antiguo con sus homólogas latinas. Se les pidió que las
escribiesen y utilizasen en palabras alemanas en lugar de las letras
latinas. Por ejemplo, si un sinestésico tenía un color rojo asociado
con la letra latina "A" y aprendió un grafema glagolítico que signi-
fica "A", una presentación del grafema glagolítico sola sería sufi-
ciente para inducir colores sinestésicos (rojo) previamente asociados
a la letra latina" A".

Fig.8.3: Ejemplo de entrenamiento para asociación de los grafemas


gaglolíticos con sus correspondencias del alfabeto latino.

152
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Como resultado, los nuevos grafemas comenzaron a producir fotis-


mos o colores sinestésicos exactamente iguales a sus homólogos. Es
importante destacar que esta transferencia se dio muy rápido, requi-
riendo menos de diez minutos de un ejercicio de aprendizaje. Esto
demuestra que las nuevas asociaciones sinestésicas no requieren
necesariamente la creación de nuevas conexiones entre las áreas del
cerebro, ya que tales vínculos no se pueden formar en un periodo
tan breve.
Nikolić y Jürgens (2012) realizaron dos experimentos para averi-
guar cómo se adquieren las asociaciones sinestésicas. El primero de
ellos pretendía obtener las dimensiones sobre las que los sujetos no
sinestésicos juzgan las similitudes entre grafemas latinos, que serían
usados para crear nuevos grafemas para el segundo experimento con
sujetos sinestésicos.
Los resultados del primer experimento ofrecieron tres dimensiones
significativas:

Dimension1: redondeada vs angular, por ejemplo, O, C, S vs


H, M, Z
Dimensión 2: cerrada vs abierta, por ejemplo, O, D, P vs Y, V,
W vs M, N, A
Dimensión 3: horizontalmente simétrica (o no dirigido) vs di-
rigida (a la izquierda o a la derecha), por ejemplo, M, O, X vs
J vs B, R, F

153
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Fig.8.4: Dimensiones de las formas de las letras latinas. La configuración 3D


MDS se muestra con tres proyecciones en 2D para cada tipo de calificación (for-
ma y color, respectivamente). Para redondeada vs angular, las letras se agrupan
de acuerdo a los polos 'round' (r) y 'angular' (a). Las letras con direccionalidad se
organizan en función de si son " hacia la derecha '(r) o' sin dirección '(u). Para la
dimensión abierta frente cerrada, las letras se organizan en grados de apertura:
"apertura hacia arriba” (u), “apertura hacia abajo” (d) y "cerrado"(c). Fuente:
Nikolic (2012).

En el segundo experimento se utilizaron las dimensiones obtenidas


en el primero para crear los nuevos grafemas (véase Fig. 5), que al
igual que en el alfabeto chino, cada uno representaría un concepto, y
no una letra. Se tuvo cuidado de que no se pareciesen a letras latinas

154
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

o símbolos alfanuméricos de otros sistemas de escritura, que podr-


ían ser familiares para los participantes.
Esta vez los sujetos tenían que crear un nuevo conjunto de asocia-
ciones sinestésicas, sin ser instruidos directamente a hacerlo. Al
igual que en el experimento de Mroczko (2009), se presentaron los
nuevos grafemas (aquí llamado 'Qsonz' ([kzonz]) a los sujetos,
quienes se familiarizaron con ellos a través de ejercicios de escritu-
ra.
Para cada grafema Qsonz se dieron dos traducciones homónimas a
cada participante. Por ejemplo, un grafema fue traducido como 'ella'
y 'mujer', otro como 'grande' y 'enorme'. Además, para evitar la ten-
tación de pronunciar grafemas y para formar así las asociaciones
fonéticas, se decía que los grafemas Qsonz pertenecen a una lengua
demasiado difícil de pronunciar.

Fig. 8.5: Los 24 grafemas Qsonz creados de acuerdo a las tres dimensiones ex-
traídas del experimento 1. Fuente: Nikolic (2012).

155
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Si en la sinestesia grafema-color, un inductor se asocia a su concu-


rrente por un mecanismo que opera de forma instantánea, los gra-
femas Qsonz deben ser asociados con colores rápidamente.
El grupo experimental estaba formado por 20 sinestésicos, 19 muje-
res y un hombre, con un amplio rango de edad de 9 a 53 años. Des-
pués de aprender la ortografía de cada nuevo símbolo escribiendolo
a mano seis veces, los participantes utilizaron los grafemas en una
tarea que requería el procesamiento de su significado. Ellos traduje-
ron 15 frases cortas en alemán al lenguaje Qsonz. El procedimiento
de familiarización duró un promedio de 10 a 15 minutos.
Después del entrenamiento para cada Qsonz-grafema, se preguntó a
los participantes si habían establecido asociaciones sinestésicas, y
en caso afirmativo, si éstas habían sido a primera vista, durante el
proceso de familiarización con el grafema o después del entrena-
miento. Mediante estas tres opciones observaron la facilidad con la
que fueron asignados a fotismos los nuevos grafemas.
Después del entrenamiento, todos los participantes tenían asociados
al menos 12 grafemas Qsonz con colores. Seis participantes habían
establecido asociaciones sinestésicas con todos los grafemas y el
resto creía que con un uso prolongado también lo conseguirían. Con
respecto a la facilidad con que se asociaron con colores, se podía
diferenciar entre grafemas más simples y grafemas complejos y
asimétricos, teniendo los primeros una mayor probabilidad de ser
asociados con un color inmediatamente y también durante el entre-
namiento. Como habíamos adelantado, estas asociaciones son de-
masiado rápidas para ser concurrentes con la creación de nuevas
neuronas o conexiones.
Del mismo modo, había mayores probabilidades de atribuir un color
a un grafema, tanto de inmediato como durante el entrenamiento, si
este tenía una forma simple (redondeados y simétricos) en vez de
compleja (combinaciones de redondos y angulares) y asimétrica
(dirigidos hacia la izquierda o hacia la derecha). Investigaron tam-

156
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

bién si los grafemas de formas similares se asociaron con colores


similares, concluyendo que ciertamente fue así.
No obstante, en contraste con la teoría de la activación cruzada de
Brang, los resultados sugieren que los procesos conceptuales son
responsables de establecer estas asociaciones, en lugar de la crea-
ción de nuevas conexiones neuronales, ya que los pocos minutos
que los sujetos tenían no eran suficientes para establecer nuevas
conexiones. En lugar de ello, los resultados indican la implicación
de un mecanismo mucho más flexible, basado en dimensiones de la
forma que trascienden las características básicas de apariencia y son
más generalizables, considerando los grafemas como un todo cuan-
do se evalúan sus similitudes.
Estas conclusiones son consistentes con una cantidad significativa
de pruebas con respecto a la sinestesia grafema-color y otras formas
de sinestesias congénitas. Parece ser, por lo tanto, mejor entendido
en términos de inducción de ideas que provocan concurrentes de
percepción a través de mecanismos conceptuales, es decir ideaeste-
sia.

Ideaestesia Concepto-Gustativa
Un caso poco corriente de sinestesia es la léxico-gustativa, en la que
la pronunciación de una palabra induce una sensación de gusto en la
boca de la persona. Por ejemplo, la palabra “casa” sabe a chocolate.
Simner y Ward (2006) diseñaron pruebas léxico-gustativas que
también apuntan hacia la ideaestesia. Presentaron a sinestésicos de
este tipo dibujos de objetos comunes para establecer las diferencias
entre la experiencia gustativa evocada por las palabras y por los
conceptos.
En este estudio los participantes experimentaban el sabor sinestési-
co de la palabra representada por el dibujo incluso cuando no eran
capaces de recordar el nombre de lo representado. Es decir, para los

157
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

sujetos era suficiente saber qué era el objeto (sin necesidad de nom-
brarlo) para tener la experiencia gustativa. Por lo tanto, parece que
la experiencia sinestésica se asoció con el significado del objeto, no
a la palabra.

Ideaestesia Motriz
D. Nikolić (2011) realizó un estudio con un tipo de sinestesia poco
común en la que cada estilo de natación (crol, braza, espalda y ma-
riposa) está asociado a una experiencia viva de un color. Al contra-
rio que al resto de las personas, que ven la piscina y solo ven el azul
del agua, las personas con este tipo de ideaestesia perciben como
una neblina de colores que empaña el agua y que cambia depen-
diendo del estilo de natación.

Fig.8.6: Ejemplo ilustrativo de la sinestesia estilo de natación-color.

Sin embargo, este es otro caso que podríamos considerar como


ideaestesia. Para estas personas era suficiente traer a colación el

158
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

tema de la natación, sin que hiciese falta realizar los movimientos


característicos de cada estilo. Con hablar del tema o enseñándoles
fotografías de cada estilo era suficiente para experimentar la sensa-
ción de color antes descrita.
Nikolić trabajó con el nadador experto Hazem Toutounji, que pre-
senta este tipo de ideaestesia. El nadador declaró “Creo que el color
refleja lo que pienso sobre un determinado estilo de natación”,
“Tengo que imaginarme los movimientos característicos de cada
estilo; sólo después de ello aparecen los colores”. Es decir, si pre-
sentásemos la palabra “mariposa” en otro contexto, por ejemplo “la
mariposa ya no vuela” no se produciría la experiencia del color.
Por lo tanto, queda claro que en este caso es el concepto de nata-
ción, y no un estímulo físico en particular, el que evoca la ideaeste-
sia.
Se comprobó la veracidad de su discurso mediante una tarea Stroop,
que consiste en crear interferencias semánticas que interfieran en el
tiempo de reacción, en este caso, mediante imágenes de estilos de
natación impresas en distintos colores, donde la persona tenía que
nombrar el color de la imagen. Cuando el color en que era presenta-
da la imagen era congruente con su sinestesia, nombraba con mayor
rapidez el color en que estaba impresa.

159
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Fig.8.7: Ejemplo de la tarea stroop natación-color. El primer ejemplo


e era con-
gruente con la ideaestesia del sujeto, teniendo un tiempo
iempo de reacción
re menor al
nombrar el color de la imagen. El segundo caso, incongruente
ongruente con
co la ideaestesia
del sujeto, presentaba un mayor tiempo de reacción
n al nombrar
nombra el color de la
imagen.

Podemos concluir, por tanto, la existencia de asociaciones


asociacio ideaesté-
sicas, al menos en las distintas variedades que se han eexpuesto, y la
validez del uso del término. Con respecto a su origen, aún falta una
teoría ampliamente aceptada sobre los mecanismos
canismos implicados
imp en la
ideaestesia. No obstante, debido la rapidezz de las asoc
asociaciones, po-
demos descartar las teorías tradicionales como
omo las de Brang.
Nos cabe reflexionar en este punto, si es más
ás idóneo es
especificar qué
asociaciones sinestésicas son ideaestésicass o asumir co
como generali-
dad la ideaestesia y concretar cuáles de estas asociaciones
asociac son si-
nestésicas.

160
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

3. Estudios de la Universidad de Granada sobre la ideaeste-


sia y el efecto Kiki Bouba.

Después de todo lo expuesto anteriormente no podemos evitar pre-


guntarnos: ¿Las palabras Kiki y Bouba tienen sentido? ¿Qué signi-
ficado tienen las figuras de estrella y de ameba? ¿Tienen los térmi-
nos y figuras un sentido común? ¿Se trata de un caso de sinetesia
auidtivo-visual o un caso de sinestesia entre conceptos y formas y /o
sonidos? vamos a repasar los datos de Iborra (2011) a la luz de lo
que sabemos ahora de la ideaestesia.

Sinestesia nombre-persona
Kiki parece ser un nombre apropiado para objetos o personas que
son delgadas o pequeñas, nerviosas, y tal vez también inteligentes.
Se ha tratado de distinguir si esto trata de una sinestesia perceptiva
o una ideaestesia. En el primer caso el efecto se debería a una la
correspondencia entre una característica psicofísica (el tono) y al-
gunas características físico-visuales (como delgado o pequeño). En
el segundo caso, el efecto se debería a la asignación de nombres a
objetos (personalización), es decir, estableciendo una relación entre
nombres (fonemas, sílabas o palabras) y objetos, lo que constituiría
una ideaestesia o un simbolismo fonético.
Existe una variante de la sinestesia nombre-persona, la llamada si-
nestesia de Personificación Lingüística Ordinal (OLP), donde la
personalidad (al menos, el género y el color) se atribuye a los núme-
ros y las letras. Podría ser que el efecto Kiki - Bouba correspondiese
a esta variante ya que los nombres de Kiki y Bouba se pueden redu-
cir a las vocales [i] y [a] y éstas a la propiedad psicofísica de tono.
Oscar Iborra (2011) quiso comprobar si era cierta la corresponden-
cia de las figuras con las vocales y si compartían características
acústicas como tono alto o bajo.

161
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Respecto a las correspondencia de las vocales, pidió a los partici-


pantes que decidiesen cuál de las dos figuras era yin y cuál yang
(también para tic vs. tac, pin vs pan, y [i] vs [a] se encontró resulta-
dos idénticos). Aproximadamente el 85% optó por la figura en for-
ma de estrella como yin, lo que indica que sí hay una corresponden-
cia entre las vocales y las figuras.
Para estudiar la correspondencia de Kiki y Bouba con el tono alto o
bajo, pidió a 100 estudiantes universitarios que indicasen a qué fi-
gura correspondía cada tono. El 88 % optó por la figura estrellada
como de tono alto.
También presentaron a 40 participantes dos ondas visuales: una de
alta frecuencia y otra de baja frecuencia pero con la misma ampli-
tud y duración. Dibujaron dos ondas horizontales que diferían en
sólo un parámetro, los otros dos se mantuvieron constantes. Y pidió
a los sujetos que indicasen cuál de esas ondas era Kiki y cuál Bou-
ba. El 90% de los participantes optó por la onda de alta frecuencia
como Kiki.
La altura está relacionada con la frecuencia de la onda, es decir, si el
tono del sonido es agudo, de vibración rápida o de alta frecuencia
[i], o profunda, de lenta vibración o baja frecuencia [a].
De este modo, la figura y la palabra se asocian en función de su
congruencia entre las características visuales y acústicas (tanto la
figura en forma de estrella como la palabra Kiki son verticales en
los dominios visual y acústico).

Personificación

Los seres humanos suelen empatizar con los objetos, por ejemplo,
caracterizando un coche como fuerte o una mariposa como femeni-
na. La personificación consiste en atribuir a objetos animados o
inanimados características propiamente humanas. En algunos casos

162
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

de sinestesia, la personalidad se atribuye a los números o letras


(Simmer y Holenstein, 2007). La tendencia a personificar también
podemos encontrarla en las figuras estrellada y ameboide y las pa-
labras “Kiki” y “Bouba”.
Iborra (2011), nos vino a mostrar la existencia de personificacion en
el efecto kiki-bouba. Presentó a 50 estudiantes universitarios las dos
figuras como dos extraterrestres, a quienes tenían que describir es-
cogiendo un atributo de entre pares de opuestos: inteligente vs ton-
to, alto vs bajo, gordo vs. flaco, agradable vs desagradable, de la
clase alta (rico, jefe, hombre de negocios) vs clase baja (pobre, tra-
bajador, empleado)…
Con el mismo objetivo, presentó “Kiki” y “Bouba” como palabras
extranjeras, y hubieron de describirlas, esta vez, mediante pares de
opuestos (alto vs bajo, grande vs pequeño, etc) representados los
pares por imágenes: el siguiente es un ejemplo del par grande frente
a pequeño, representado con elefantes, castillos y apertura de ma-
nos.

Un alto porcentaje de los participantes coincidía en personificar a


Kiki y Bouba bajo ciertos términos, tanto con rasgos físicos como
psicológicos. De manera que la figura estrella y la palabra Kiki re-
sultaron ser sobre todo nervioso, joven, listo, delgado, feliz, antipá-
tico y de clase alta; mientras que la figura ameba y la palabra Bouba
resultaron ser viejos, tontos, gordos, de clase baja, simpáticos, in-
trovertidos, bajos y tristes.

La sinestesia entre los rasgos físicos y psicológicos

Si nos remitimos al cine, la literatura, los cómics y los programas


infantiles, nos damos cuenta de que existen gran cantidad de figuras
contrastantes, como Don Quijote y Sancho Panza o Asterix y Obe-

163
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

lix, donde a cada miembro de la diada bien le podríamos describir


utilizando tanto los rasgos físicos como los psicológicos asociados
bien a Kiki o a la figura de estrella o a Bouba o la figura de ameba.
El 88% de los participantes de un estudio de 50 personas asoció a
Kiki con Don Quijote (Iborra, 2011). Los mismos resultados se ob-
tuvieron con Epi y Blas. Blas, que si recuerdan es un poco nervioso
y antipático, alto y delgado, fue asociado con Kiki; Epi fue asociado
con Bouba, ya que si recuerdan es más tranquilo, simpático, gordito,
feliz… Otro caso congruente podemos encontrarlo volviendo a per-
sonajes de cómic, como son Zipi y Zape, dos gemelos que se dife-
rencian únicamente en su color de pelo. En este caso de sinestesia
conceptual o ideaestesia. Se pidió a 40 adultos que no estaban fami-
liarizados con el cómic ni sabían cómo ni quién era cada uno de los
personajes que identificaran qué miembro de la pareja era una niña
y qué miembro era un niño. El 82% de los participantes estuvo de
acuerdo con que el personaje rubio (Zipi) era una niña. Asociaron
en este caso el concepto femenino con el rasgo físico pelo rubio.

Fig.8.8.Personajes del cómic Zipi (rubio, a la izquierda) y Zape


(moreno, a la derecha).

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Siguiendo con el análisis de la sinestesia entre los rasgos físicos


y psicológicos, pondremos como ejemplo los resultados de otro
estudio. Se pidió a 50 universitarios de entre 25-53 años (25 hom-
bres y 25 mujeres) que mirasen siluetas humanas negras, que bien
podían ser masculinas o femeninas y delgadas o más corpulentas.
Para cada silueta, debían asignarle un rasgo psicológico de entre dos
opuestos. Por ejemplo, inteligente o tonto, nervioso o tranquilo.
Los resultados obtenidos ponen de relieve un par de estereoti-
pos. La silueta masculina y delgada se describió como inteligente
(en un 70% de los casos), nervioso (80%), desagradable (77%) y
pobre (68%). Por otro lado, la silueta delgada y femenina fue descri-
ta como nerviosa (78%), desagradable (75%), rico (75%) e inteli-
gente (50%).
Como conclusiones podemos extraer algunas asociaciones cla-
ras que se hacen entre las características físicas y los rasgos de per-
sonalidad. Los gorditos son agradables y tontos; los delgados, ner-
vioso y desagradables, mientras que las mujeres delgadas son de
clase alta, pero no los hombres delgados. Los hombres pobres son
delgados y las mujeres pobres, gordas. Probablemente haya otras
características físicas asociadas a los rasgos de personalidad, a parte
del sexo, el color de pelo o el tamaño físico, como veremos en capí-
tulos siguientes.

165
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

CAPÍTULO 9: RICOS Y POBRES Y


EL EFECTO KIKI BOUBA
Patricia Martínez Jiménez, Sergio Casado Gómez y Emilio
Gómez Milán
Universidad de Granada

En el presente capítulo se abordará otra temática de gran interés


para las sociedades modernas: la discriminación. La responsabilidad
humanitaria que existe actualmente, sobre todo en los países des-
arrollados, por mejorar la calidad de vida de sus habitantes ha lleva-
do a que combatir la discriminación sea una de sus principales me-
tas.
Recientemente, y dadas las circunstancias económicas y sociales
actuales, conocemos de primera mano cómo a pesar de los esfuerzos
sigue siendo una asignatura pendiente. Los casos de racismo en el
deporte, la infravaloración de las mujeres en el trabajo, el rechazo a
los inmigrantes, los acosos laborales y escolares o los habituales
casos de homofobia son sólo algunos casos de la gran lacra de la
discriminación.
Según el Artículo 2 de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos:
“Toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en esta
Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, reli-
gión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o
social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.
Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición polí-
tica, jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción
dependa una persona.”
De este modo, todo comportamiento que incumpla este artículo
podría ser tratado de discriminatorio. Así, podríamos encontrar dis-

166
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

criminación racial, por sexo, por identidad sexual, socio-económica,


laboral, etc.
Según Simpson y Yinger (1965), toda discriminación es la parte
comportamental del prejuicio y su manifestación externa. Esto quie-
re decir, que la discriminación es la parte visible del prejuicio. Por
tanto, sería conveniente conocer qué son los prejuicios en los cuales
están basados todos los tipos de discriminaciones.
El prejuicio podría definirse como una actitud negativa hacia una
persona o grupo social que se percibe de antemano como miembro
de ese grupo (Allport, 1954). De esta manera, las ideas y pensa-
mientos que nosotros tengamos de antemano acerca de una persona
nos llevarán a tener con ella un comportamiento discriminatorio o
no.
En este capítulo, haremos un repaso a los tipos de discriminación
más habituales en nuestra sociedad, como son el racismo, el sexis-
mo, la homofobia o la xenofobia. Además, nos centraremos en des-
cribir y analizar un tipo de discriminación que está a la orden del
día: la discriminación socio-económica o las diferencias entre ricos
y pobres.
Continuamente se conocen las dos vertientes que existen entre paí-
ses del hemisferio norte o el hemisferio sur, entre la Europa del nor-
te o la Europa del sur, entre países ricos y países pobres o entre el
aspecto de una persona pobre y una persona rica. De este modo,
todos tenemos nuestras ideas y prejuicios acerca de cómo es una
persona pobre y cómo es una persona rica.

En base a estos frentes opuestos (rico-pobre) haremos una compara-


ción con el fenómeno Kiki-Bouba con el fin de conocer qué puede
decirnos este efecto de cómo percibe la gente a los ricos y a los po-
bres.
Como se ha comentado ya en otros capítulos anteriores, a las figuras
Kiki y Bouba se les asignan diferentes características psicológicas,

167
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

de manera que la palabra Kiki, en general, es feliz, inteligente, del-


gado, joven, desagradable o nervioso mientras que Bouba es más
simpático, gordo, tranquilo, tonto o bajo.
¿Cuál de las dos figuras será más rica y cuál más pobre? ¿Cuál re-
presentará la mentalidad de un rico y cuál la de un pobre? ¿Coinci-
dirá la mentalidad con el aspecto físico o será totalmente al contra-
rio?
Todos estos aspectos serán tratados en este capítulo y conoceremos
la respuesta a estas preguntas en base a una pequeña investigación
llevada a cabo por los autores.

1. Sexismo y homofobia

¿Qué es el sexismo?
El sexismo ha sido tradicionalmente considerado una forma de pre-
juicio, a pesar de que desde hace relativamente poco tiempo se lu-
cha más activamente contra él.
Las investigaciones sobre el sexismo destacan que en la actualidad
se dan al mismo tiempo formas tradicionales y nuevas de sexismo.
Las nuevas formas de sexismo pueden ser más difíciles de erradicar
no sólo por su naturaleza sutil o encubierta, sino también porque a
veces tienen un tono positivo que las hace más aceptables por las
propias mujeres.
Pero ¿qué entendemos actualmente por sexismo?
Es una actitud discriminatoria que infravalora a las personas del
sexo opuesto o hace distinción de las personas según su sexo bio-
lógico.
Existen creencias sexistas relacionadas con rasgos (asignar de forma
estereotipada rasgos a una persona por el simple hecho de ser un
hombre o una mujer), o con roles (distribución de tareas en función
de la aptitud o capacidad de los hombres o de las mujeres para
ejecutar dichas funciones).

168
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Por ejemplo, en general pensamos que los hombres deben de ser


fuertes físicamente para realizar trabajo físico y que no deben mos-
trar fragilidad emocional, de hecho gran parte de los hombres evita
llorar y mostrar ciertas emociones en público que expongan su “de-
bilidad”.
Por otro lado, de las mujeres se espera que sean sensibles, que estén
interesadas en las necesidades de los demás, que sean buenas ma-
dres y amigas etc., importando mucho menos la fuerza física.

El sexismo, lejos de ser una antipatía uniforme hacia un determina-


do sexo (principalmente la mujer) se manifiesta de una forma con-
fusa al darse sentimientos de atracción y agrado con otros de hosti-
lidad. En el sexismo, por tanto, se combinan dos dimensiones prin-
cipales: sexismo hostil y sexismo benevolente.
Según Glick y Fiske (1996), el sexismo benevolente es un conjunto
de actitudes hacia la mujer, que son vistas de forma estereotipada y
asociadas a roles sociales restringidos, pero que son expresadas en
un tono positivo y que incluso puede generar conductas de ayuda,
protección o de búsqueda de intimidad. Estos roles no dejan de en-
fatizar la debilidad de éstas y la necesidad de protección por parte
de los hombres, convirtiéndose la mujer en el complemento del
hombre.
Aquí se podría hablar de aquellas "princesas" cuya actitud se basa
en no responsabilizarse de sus cosas esperando a que lo haga
otro: su príncipe. No quieren conducir, no quieren ser activas en la
cama, no quieren pagar en una primera cita, no quieren elegir res-
taurantes, no quieren resolver problemas legales... O incluso no
quieren trabajar esperando que el hombre lo haga.
En definitiva, piensan que un hombre debe rescatarlas y viven espe-
rando ese hombre perfecto junto al cual la vida, creen, será más
fácil, ya que por lo general sienten que no son felices solas.

169
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

El sexismo benevolente es por tanto descrito como una actitud apa-


rentemente no prejuiciosa, expresada en tono afectivamente positi-
vo. Un ejemplo es la idea de que los hombres deben cuidar a las
mujeres, protegerlas, adorarlas y situarlas en un pedestal. Este es
uno de los ítems del ASI (Ambivalent Sexism Inventory) de Glick y
Fiske, 1996.
Este tipo de sexismo permitiría enmascarar la hostilidad de algunos
hombres (dado el tono afectivo aparentemente positivo) y ocultar la
subordinación a la que es sometida la mujer en nuestra sociedad.
Por otra parte, el sexismo hostil se compone de una serie de actitu-
des prejuiciosas (con un tono negativo más explícito) y conductas
discriminatorias basadas en la supuesta inferioridad de las mujeres.
Se trataría de aquella forma de prejuicio más tradicional, aquella
que refleja antipatía e intolerancia que incluiría el deseo de obe-
diencia y subordinación. (Glick y Fiske, 1996).
El sexismo hostil se articula en torno de tres componentes: paterna-
lismo dominante, diferenciación competitiva de género y hetero-
sexualidad hostil.
El paternalismo dominante se refiere al tipo de relación que se da
entre un adulto y un niño, resaltando únicamente aquellos aspectos
referidos a la subordinación y sometimiento, así como al deseo de
control de la conducta de la mujer y de obediencia por parte de esta.

La diferenciación competitiva de género intenta mostrar la imagen


de un hombre hábil y competente, a la vez que dibuja la caricatura
de una mujer como desprovista de dichos rasgos. Se trata de una
exageración de las diferencias entre ambos sexos que se resuelve a
favor de los hombres.
La heterosexualidad hostil instala a la mujer como un adversario
peligroso que utiliza su atractivo físico para dominar y manipular al
hombre.

170
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Chen y cols. (2009) intentaron descubrir la posible influencia del


sexismo ambivalente sobre los roles de género en el matrimonio.
Para ello se hizo un análisis de la relación entre sexismo (hostil y
benevolente) y se exploraron las creencias sobre las normas de se-
lección de compañero y las creencias sobre las normas en el matri-
monio.
En el estudio participaron chinos y estadounidenses de ambos
sexos.
Los resultados del estudio indicaron que existía un mayor nivel de
sexismo hostil entre los hombres, especialmente entre los hombres
chinos, así como que existía un mayor nivel de sexismo hostil y
benevolente entre los chinos de ambos sexos.
En cuanto al sexismo benevolente, las mujeres chinas mostraron un
mayor nivel que las estadounidenses, las cuales muestran el patrón
típico de muchos países desarrollados en cuanto a no aceptar tanto
este tipo de sexismo tan presente en la actualidad.
En general los hombres con un nivel alto en sexismo benevolente
tienden a seleccionar parejas sumisas que estén orientadas al hogar
y que tengan un papel dócil, mientras que las mujeres con alto nivel
en sexismo benevolente, tienden a buscar parejas que las puedan
proveer de recursos.
Los hombres y mujeres de ambas nacionalidades que puntuaban
alto en sexismo ambivalente estaban preocupados por las normas
existentes en el matrimonio especificando los roles de las mujeres
en las tareas del hogar y apoyando la dominación masculina.
También es llamativa en esta investigación la existencia de mayor
respeto en el matrimonio por parte de los chinos en comparación
con los estadounidenses.
Por tanto, la conclusión principal de este estudio es que el sexismo
benevolente predice selección inicial del compañero mientras que el
hostil predice las subsiguientes normas en el matrimonio.

171
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

En otra investigación, Forbes y cols. (2007) intentaron descubrir la


posible relación entre los ideales occidentales de prácticas de belle-
za y la hostilidad y sexismo hacia las mujeres.
Los participantes, eran americanos y europeos de entre 18 y 19 años
que formaban parte de colegios solo de chicos o solo de chicas. Se
midieron mediante cuestionarios los ideales relacionados con las
prácticas de belleza femeninas (la importancia de la belleza, de la
delgadez corporal ideal y la idea de que la belleza requiera la modi-
ficación corporal), la hostilidad hacia las mujeres, las actitudes
hacia las mujeres y el sexismo ambivalente.
Se obtuvieron como resultados de la investigación que efectivamen-
te, los ideales de prácticas de belleza en las mujeres estaban relacio-
nados con la hostilidad hacia ellas y con el sexismo hostil, estando
en menor medida relacionados con el sexismo benevolente. Por
tanto, cuanto más importancia se le daba a los ideales de prácticas
de belleza femeninos (especialmente a la importancia de la belleza),
más alto era el nivel de hostilidad y sexismo hostil hacia las muje-
res.
También cabe destacar la puntuación superior por parte de los hom-
bres de sexismo y hostilidad hacia las mujeres.

Homofobia
¿Qué es la homofobia?
El término homofobia hace referencia a la aversión obsesiva contra
hombres o mujeres homosexuales, aunque generalmente también se
incluye a las demás personas que integran a la diversidad sexual,
como es el caso de las personas bisexuales o transexuales, y las que
mantienen actitudes o hábitos comúnmente asociados al otro sexo,
como los metrosexuales y los hombres con ademanes considerados
como femeninos o las mujeres con ademanes considerados como
varoniles.

172
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

A pesar de que las actitudes generales hacia la homosexualidad en


la sociedad occidental han mejorado en las últimas décadas, los
gays y las lesbianas siguen siendo discriminados e incluso objetos
de comentarios homófobos en ocasiones.
Según Hebl y cols. (2014), el 50 % de los estadounidenses cree que
la homosexualidad no es un estilo de vida aceptable y el 46% de los
estadounidenses piensan que las relaciones homosexuales deberían
ser ilegales.
La homosexualidad se diferencia de muchos otros estigmas sociales
en que es más ocultable, ya que la mayoría de los individuos pueden
elegir revelar o no su tendencia sexual en determinado contexto.
A diferencia de las mujeres, las minorías étnicas y las personas con
discapacidad, las personas homosexuales no están tan protegidas
por las leyes y reglamentaciones que protegen
a otros grupos en el lugar de trabajo, es decir, actualmente no se
dispone la legislación nacional por ejemplo en EEUU y sólo hay 11
leyes estatales que prohíben la discriminación contra las personas
homosexuales.
En general, es probable que los estigmatizadores potenciales eviten
expresar formas abiertas y formales de discriminación (para no
mostrar una imagen prejuiciosa en público), expresando de este
modo la discriminación de manera más sutil, pero lo mismo de per-
judicial para la persona estigmatizada.
Por tanto las personas que tienen prejuicios hacia los homosexuales
llevan a cabo conductas como mostrar menos interés hacia ellos,
terminar interacciones antes, y sentir y
demostrar menos positividad hacia las personas homosexuales en
comparación con las heterosexuales.
En una investigación, Hebl y cols. (2014) estudiaron los procesos
que intervienen en la estigmatización, incluyendo el comportamien-
to de estigmatizadores potenciales, las percepciones de las personas

173
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

en los roles estigmatizados y la relación entre estas conductas y per-


cepciones.
Todo ello se realizó presentando a personas solicitantes de trabajo
como homosexuales (gays o lesbianas) o heterosexuales en tiendas
y analizando la discriminación formal e interpersonal hacia ellos y
la percepción de ambos tipos de discriminación de los solicitantes.
Se asignaron los participantes del estudio de forma aleatoria al gru-
po homosexual o heterosexual, mostrando al empleador que son
homosexuales mediante un sombrero que llevaba inscrito "gay y
orgulloso" y llevando el sombrero de la condición heterosexual la
inscripción "tejano y orgulloso". Los participantes no eran conscien-
tes de la inscripción que llevaba el sombrero para no influir en los
resultados.
Se midió la discriminación formal mediante la disponibilidad de
empleos, el permiso para completar una solicitud de empleo, la de-
volución de llamada de trabajo y el permiso para usar el baño. Co-
mo medidas de discriminación informal se tuvo en cuenta la longi-
tud de la interacción, el recuento de palabras y la negatividad y per-
cepción de interés del empleador percibida por los solicitantes.
Los empleadores no respondieron menos positivamente en cuanto al
empleo a los solicitantes estigmatizados que a los no estigmatiza-
dos, por tanto no hubo diferencias significativas en discriminación
formal.
En cuanto a la discriminación informal, las conversaciones con los
solicitantes estigmatizados y el recuento de palabras fueron menores
y la negatividad percibida por los estigmatizados fue mayor.
Todo esto apoya el valor de conceptualizar la discriminación en el
lugar de trabajo, en términos de dos tipos diferentes de discrimina-
ción: formales e interpersonales.

174
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

2. Racismo y xenofobia

Entre los diferentes tipos de discriminación, el racismo es uno de


los más importantes y que más relevancia tiene dentro de múltiples
conflictos mundiales.
Según Caballero (1998), el racismo está sustentado por varias ideas:
Que los seres humanos se dividen en razas y éstas son antro-
pológicamente importantes.
Que la raza conlleva ciertas características psicológicas y físicas
hereditarias que generan diferencias culturales.
Que existen jerarquías entre las razas y, por tanto, hay razas su-
periores e inferiores.
Que la mezcla de razas conlleva una degeneración de las razas
superiores.

De este modo, el racismo es una forma de discriminación que usa la


biología para establecer relaciones jerarquizadas de desigualdad
entre grupos humanos.
También, desde el mundo de la psicología social, se ha descom-
puesto el racismo en varias dimensiones. Entre ellas, podemos des-
tacar:
Diferentes mecanismos mentales basados en estereotipos y pre-
juicios.
Sentimientos que implican miedo, amenaza, rechazo o incluso
odio.
Actitudes racistas como la intolerancia o la estigmatización.
Todas ellas, acompañadas de unas prácticas discriminatorias.

Por otro lado, hay autores que ubican la xenofobia dentro del racis-
mo y viceversa, sin embargo existen diferencias entre ellas.

175
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

La xenofobia es el rechazo, miedo o incluso odio a las personas con


otro origen nacional, étnico o linaje (Asamblea General de las Na-
ciones Unidas). Esto quiere decir, que en este caso, existe una dis-
tinción entre igual-distinto, mientras que en el caso del racismo
existe una distinción superior-inferior
Tal vez, una de las formas más comunes de discriminación actual-
mente dentro de países más desarrollados es la discriminación so-
cio-económica. Ésta es toda distinción, exclusión o restricción que,
basada en la condición social o económica, tenga por efecto impedir
o anular el reconocimiento o el ejercicio de los derechos y la igual-
dad real de oportunidades de las personas.

3. Ricos y pobres

Otro de tipo de prejuicio muy presente en nuestra sociedad actual-


mente es el prejuicio de clase social.
La clase social está constituida por recursos materiales individuales
y por las percepciones respecto a la posición de otros en la sociedad.
La sociedad de clases constituye una división jerárquica basada
principalmente en las diferencias de ingresos, riquezas y acceso a
los recursos materiales.
La clase social comprende, por tanto, los recursos materiales de una
persona y el rango percibido de un individuo dentro de la jerarquía
social y además determina muchos aspectos de la vida material, de
las actividades sociales de los individuos y está involucrada en las
vulnerabilidades y problemas de salud relacionados con el estado
de ánimo (Adler et al., 1994).
A día de hoy solemos categorizar a las personas como pertenecien-
tes a la clase social alta, media o baja y a pesar de que las clases
sociales no son grupos cerrados y un individuo puede moverse de
una clase a otra, en muchas ocasiones es difícil.

176
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Existen una serie de estereotipos generalizados sobre los individuos


que forman una clase social u otra.
Según Palomar e Ivet (2006), frecuentemente percibimos a las per-
sonas con menos recursos económicos como gente generosa, hones-
ta, humilde, trabajadora y con sentido ético. Pero también se descri-
be en términos negativos como individuos infelices, bebedores,
vagos, dependientes y poco ambiciosos.
A los ricos se les asignan características opuestas, definiéndolos
como felices, con pocos o nulos problemas, saludables, bien vesti-
dos y ambiciosos. Sin embargo también se les considera presumi-
dos, codiciosos, orgullosos, malos, egoístas y con capacidad de
humillar a los pobres.
Según Mistrurrelli y Heffernan (2006) en el caso de las personas
ricas, los calificativos negativos son menos frecuentes que los posi-
tivos, mientras que en las personas pobres se da el efecto contrario.
Pero ¿realmente hay diferencias de personalidad entre ricos y po-
bres?
Según Palomar e Ivet (2006), algunas de las diferencias entre ambas
clases sociales pueden estar basadas en factores de personalidad.
La autoestima se considera un recurso psicológico útil en el comba-
te contra la pobreza, ya que suele estar asociado con una alta moti-
vación de logro y una red social extendida.
Una alta autoestima se ha asociado a un nivel socioeconómico alto,
posiblemente porque estos sujetos tienden a percibirse como cons-
tantes, trabajadores y responsables; características que les han per-
mitido superar las barreras culturales y sociales y tener un nivel
económico respetable. Por el contrario, la baja autoestima ha sido
asociada a la clase social baja con características como la soledad,
la depresión y con problemas sociales como la delincuencia, la mar-
ginación, la prostitución y el abuso de sustancias, sentimientos de
inferioridad y vergüenza, fracaso académico, escaso apoyo de los
padres y conducta criminal.

177
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Otro factor a tener en cuenta es la motivación de logro, que está


relacionada con el deseo del sujeto de alcanzar la excelencia, y de
fijarse metas y alcanzarlas.
Se ha observado que quienes nacen en familias pobres suelen pre-
sentar expectativas negativas de su futuro, además de una aprecia-
ción negativa sobre sus capacidades y una menor motivación. De
este modo, los sujetos con pocas aspiraciones probablemente bus-
carán trabajos con menores exigencias intelectuales, recibiendo me-
nores ingresos y reduciendo con ello las posibilidades de mejorar su
nivel socioeconómico.
Esto es una crítica que hacen en muchas ocasiones las personas de
alto nivel socioeconómico, a las cuales se les atribuye una mayor
motivación de logro que les hace tener un papel activo para propo-
nerse metas altas y alcanzar el éxito.
En cuanto al nivel de afrontamiento, Palomar y Lanzagorta (2005)
indican que los pobres tienden a mostrar estrategias de afrontamien-
to pasivas, emocionales y evasivas, en lugar de afrontar las situa-
ciones de manera racional y directa, a través de acciones basadas en
una percepción de control sobre el medio ambiente. Por el contra-
rio, los ricos utilizan estrategias de afrontamiento activas y más ra-
cionales.
En relación con la consecución de los objetivos e intereses de los
individuos, los individuos de clase baja se ven limitados por sus
reducidos recursos económicos y sociales. La disminución de los
recursos, la incertidumbre y la imprevisibilidad son por tanto una
parte central de los contextos sociales de los individuos de clase
baja.
Los individuos de clase baja son más empáticos y más propensos a
ayudar a otras personas cuando no existe una competencia directa
por los recursos. Por otra parte, las personas ricas son más propen-
sas a ayudar a otras personas altruistamente cuando su conducta de

178
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

ayuda es visible para los demás y dicha conducta es un medio para


lograr el estatus elevado y el respeto.
Por tanto, las personas de clase baja se preocuparán más por colabo-
rar con los demás, mientras que los individuos de clase alta se cen-
trarán más en ellos mismos siendo menos conscientes de las necesi-
dades de los demás y peores en la identificación de las emociones.
Por tanto, en relación con las personas de la clase alta, los indivi-
duos de clase baja están más comprometidos con los demás en su
entorno social (Kraus y Keltner, 2009).
Por otro lado, los pobres, en mayor medida que los ricos, presentan
altos índices de depresión que se manifiesta en la pérdida de interés
en actividades cotidianas, sentimientos de infravaloración, falta de
energía y dificultad para tomar decisiones; lo cual puede favorecer
mayores niveles de estrés y una mayor incapacidad para enfrentar
situaciones difíciles, cosa que a su vez conduce a aumentar la pro-
babilidad de experimentar depresión.
Según Piff y Stancato (2012), los individuos de clase baja viven en
ambientes definidos por menos recursos, una mayor amenaza, y más
incertidumbre. Es lógico, por tanto, que las personas de clase baja
puedan estar más motivadas para comportarse de forma poco ética
para aumentar sus recursos o superar su situación de desventaja. Sin
embargo, una segunda línea de razonamiento sugiere que la clase
alta puede estar más dispuesta a la falta de ética. Sus mayores recur-
sos, la libertad y la independencia de los demás, dan lugar a pensa-
mientos auto-centrados, que facilitarán el comportamiento poco
ético.
Estereotipos sobre clase social
En general las personas de alta clase social tienen estereotipos sobre
las de baja clase social y viceversa. ¿Qué piensan unos sobre los
otros?
Según Kraus (2012), cuando se les pide a los sujetos que expresen a
qué se deben las diferencias entre pobres y ricos, se observa que las

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

personas de un nivel socioeconómico alto suelen hacer referencia a


los mecanismos utilizados para obtener recursos monetarios, y para
obtener y/o mantener un nivel socioeconómico aceptable, es decir,
hacen referencia al empleo y a la educación (factores estructurales).
Por otra parte, las personas de nivel socioeconómico bajo, conside-
ran que la diferencia entre personas de distintas clases sociales y su
éxito estriban en factores propios del sujeto como la personalidad,
las actitudes, la inteligencia, las ganas de superarse, la forma de
vestir y de expresarse (factores individuales).
De hecho, Kraus y Piff (2009) demostraron que las personas de cla-
se social más baja piensan más en el contexto cuando juzgan sus
resultados personales y sociales, y que esta tendencia está vinculada
a ver el mundo como menos controlable. De esta manera, las dife-
rencias de clase social, determinan cómo las personas interpretan su
entorno social y los acontecimientos que afectan a sus vidas.

3.1. Estudio experimental sobre ricos y pobres y el efecto Kiki


Bouba

La sinestesia se puede definir de forma breve como una “unión de


sentidos”. Se da una experiencia perceptual involuntaria, en la que
se experimenta una sensación en una modalidad sensorial cuando se
estimula otra modalidad distinta (Iborra, 2012).
En este contexto se sitúan las figuras kiki y bouba. Kiki se asemeja
a una estrella, mientras que Bouba tiene forma de ameba.
Según Ramachandran (2008), en cuanto a las figuras kiki y bouba,
figura y nombre comparten propiedades en común: aguda, picos,
recortes (KIKI) y redonda, circular, abultada (BOUBA).
A cada una de estas figuras se le atribuye una serie de característi-
cas. Por ejemplo kiki estaría relacionado con la delgadez, inteligen-
cia, nerviosismo, clase social alta... mientras que bouba se relacio-

180
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

naría con lo contrario (tranquilidad, escasa inteligencia, clase social


baja...).
En el presente estudio se proponen las siguientes hipótesis:
En cuanto al aspecto físico de la clase social alta, el hombre será
percibido principalmente como una figura de tipo bouba, ya que
cuando pensamos en un hombre con alto poder adquisitivo nos lo
imaginamos grueso, bajito... Por otra parte, la mujer de clase social
alta sería percibida como una persona de tipo kiki (delgada, alta...)
La mentalidad de la clase social alta tanto para el hombre como para
la mujer será percibida de tipo kiki, debido a que el estereotipo de
una persona de alto estatus es alguien inteligente, perspicaz, inge-
nioso...
En relación con el aspecto físico de las personas de clase social ba-
ja, el hombre será percibido como una persona de tipo kiki (delga-
do, pequeño...), mientras que la mujer se relacionará con una figura
tipo bouba (gruesa, corpulenta).
La mentalidad de la clase social baja tanto para el hombre como
para la mujer será percibida de tipo bouba, ya que el estereotipo de
una persona de bajo estatus es el de alguien simple mentalmente,
pasivo, subordinado...

Método
Muestra y procedimiento
Para nuestra investigación se utilizó una muestra compuesta por 10
sujetos (5 hombres y 5 mujeres) de edades comprendidas entre 17 y
56 años.
El cuestionario fue rellenado de forma individual y bajo condiciones
de anonimato. El instrumento fue presentado a los participantes
como parte de un estudio sobre clase social y sinestesia.
Instrumento

181
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

El instrumento que utilizamos en el estudio fue elaborado por los


redactores de este capítulo. Consistió en un folio en el que aparecían
las figuras kiki y bouba y se preguntaba:
"¿Qué figura representa físicamente a un hombre rico y cuál a un
hombre pobre?"
La persona debía indicar cuál se parecía físicamente a la figura kiki
y cuál a bouba.
La misma pregunta se planteaba con la representación física de una
mujer rica o pobre.
Por otra parte también comprobamos cómo se percibía la mentali-
dad de las personas ricas o pobres clasificándolas como kiki o bou-
ba mediante la siguiente pregunta:
"¿Qué figura representa intelectualmente a un hombre rico y cuál a
un hombre pobre?"
De nuevo, la misma pregunta se planteaba con la representación
intelectual de una mujer rica o pobre.

Resultados
Para este experimento se contabilizó el número de respuestas “Kiki”
y “Bouba” de cada persona para cada una de las preguntas plantea-
das (Tabla 1).
Para la primera de ellas “¿Qué figura representa físicamente a un
hombre rico y cuál a un hombre pobre?" el 60% de las personas
consultadas opinaron que el aspecto físico de un hombre rico co-
rrespondía con un patrón de tipo “Bouba” y el de un hombre pobre
con un patrón tipo “Kiki”. No obstante, y aunque se acerca a nues-
tras predicciones, un 60% como resultado puede corresponder a
efectos del azar.
Para la segunda pregunta “¿Qué figura representa mentalmente a un
hombre rico y cuál a un hombre pobre?", el 80% de las personas
consultadas respondieron que la mentalidad de un hombre rico se

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

relacionaba con un patrón de tipo “Kiki”, mientras que la mentali-


dad de un hombre pobre estaría relacionado con un patrón “Bouba”.
Con respecto a las mujeres, los resultados a la pregunta "¿Qué figu-
ra representa físicamente a una mujer rica y cuál a una mujer po-
bre?", los encuestados respondieron, con un 90% de acuerdo, que el
físico de una mujer rica se corresponde con un patrón tipo “Kiki” y
el de una mujer pobre con uno tipo “Bouba”, lo cual concuerda a la
perfección con otra de nuestras hipótesis.
En cuanto a la última pregunta "¿Qué figura representa mentalmen-
te a una mujer rica y cuál a una mujer pobre?", con un 100% de
acuerdo, las personas consultadas opinaron que la mentalidad de
una mujer rica se asemejaba a un patrón de tipo “Kiki” y la mentali-
dad de una mujer pobre correspondería con un patrón “Bouba”, lo
cual también predecíamos en nuestras hipótesis.

Tabla 1. Porcentaje de respuestas a cada patrón en función del as-


pecto físico, mentalidad, sexo y clase social.
Tipo de variable Patrón
Kiki Bouba
Aspecto físico de un hombre rico 40% 60%

Aspecto físico de un mujer rica 90% 10%

Mentalidad de un hombre rico 80% 20%

Mentalidad de una mujer rica 100% 0%

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Conclusión
En nuestras hipótesis esperábamos encontrar un patrón de tipo “Ki-
ki” para la mentalidad de las personas de clase alta, lo cual queda
totalmente confirmado con los resultados obtenidos. Esto puede
indicar que la gente tiene un prejuicio hacia los ricos que los hace
parecer inteligentes, astutos, perspicaces, con mente aguda, etc.,
mientras que los pobres son percibidos con una mentalidad que si-
gue un patrón de tipo “Bouba”, es decir, son menos inteligentes,
más tranquilos y más simpáticos.
Con respecto al aspecto físico, queda confirmada nuestra hipótesis
de que los hombres de clase baja seguirían un patrón de tipo “Kiki”,
al igual que las mujeres de clase alta, mientras que los hombres ri-
cos son percibidos como “Bouba” (aunque no de un modo tan cla-
ro) del mismo modo que las mujeres de clase baja. Esto nos indica
que el tipo de prejuicio de la gente hacia los hombres de clase alta
es de un señor grueso y bajito, al igual que las mujeres de clase ba-
ja. Con respecto al aspecto físico de las mujeres de clase alta co-
rresponde con estereotipos como alta, delgada o nerviosa, del mis-
mo modo que los hombres de clase baja.
A modo de conclusión, en la Figura 1, podemos ver cómo sería el
patrón que seguirían las personas de clase alta y baja y en función
de su sexo, de manera que en la parte superior podemos ver qué
figura representaría la mentalidad y en la parte inferior qué figura
representaría el aspecto físico. Al respecto, podemos ver que un
hombre de clase baja sigue un patrón mente-cuerpo del tipo “Bou-
ba” – “Kiki”, un hombre de clase alta un patrón tipo “Kiki” – “Bou-
ba”, una mujer de clase baja “Bouba” – “Bouba” y una mujer de
clase alta tipo “Kiki” – “Kiki”.

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El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Figura 9.1. Patrones de mentalidad y aspecto físico de hombres y


mujeres de clase alta y baja.

Hombre de clase baja/Hombre de clase alta/Mujer de clase baja/Mujer clase alta


Nota: La parte superior de la figura corresponde a la mentalidad,
mientras que la parte inferior corresponde a aspecto físico.

En general, se confirma que el prejuicio mayor entre ricos y pobres


como listos y tontos respectivamente, se da de manera general res-
pecto la mentalidad; mientras que respecto al aspecto corporal o
físico se da con mayor claridad en mujeres, ricas delgadas y pobres
gordas, mientras que en hombres la tendencia es la inversa, ricos
gordos y pobres delgados. Se afirma que es más difícil salir de po-
bre que de la cárcel o en los ambientes militares se piensa que los
hijos de suboficiales son feos y los de los oficiales guapos y muchos
creen que los hijos de los ricos y poderosos nacen listos y los de los
pobres tontos. En el siglo XXI los prejuicios siguen muy vivos. El
test de las muñecas desnudas, negras o blancas y la atribución de
rasgos de personalidad a las muñecas por niños pequeños, evidencia
la existencia de prejuicios como los descritos desde muy temprana

185
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

edad y en niños de todas las razas, que identifican blanco con listo y
negro con tonto. Es un test Kiki-Bouba, kiki es claro y bouba oscu-
ro. Tal vez estas asociaciones vinculadas al color, aprendidas o no,
puedan contrarrestarse con la exposición de los niños a muñecas,
osos u otros juguetes con rasgos incongruentes. Muñeca negra alta y
delgada frente a muñeca blanca baja y gordita.

186
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

CAPÍTULO 10: SEXISMO Y EFEC-


TO KIKI BOUBA
Irene Santisteban Bailón, Katherine Villacís Pinto, María José
de Córdoba y Emilio Gómez Milán
Universidad de Granada

La sinestesia es una experiencia perceptual involuntaria en la que


una persona experimenta sensaciones en una modalidad sensorial
cuando se estimula otra modalidad sensorial diferente (Ramachan-
dran y Hubbard, 2001). Los tipos más frecuentes que describen los
sinéstetas son los de tipo grafema-color, (aquél en el que las letras,
palabras o números evocan colores), persona-color (auras) y la co-
nocida como sinestesia musical.
Aunque no hay que confundir las experiencias sinestesias mencio-
nadas en el párrafo anterior con las asociaciones basadas en memo-
ria o de la sinestesia como figura literaria, es cierto que también se
producen efectos sinéstesicos en la percepción normal. Esto ocurre
por ejemplo la sinestesia espacio-tiempo en la que se asocia el cur-
so del tiempo (pasado o presente) en un lugar concreto del espacio
(derecha para el futuro e izquierda para el pasado). Estas asociacio-
nes sinestésicas también comprenden el sonido con ciertas imáge-
nes o propiedades físicas. Así por ejemplo, destacamos el efecto
kiki/bouba, que comprende una relación entre dos figuras abstrac-
tas y dos palabras. Este efecto, fue por primera vez detectado en la
isla de Tenerife por Wolfgang Kohler en 1929. El demostró que las
formas presentadas a continuación se asociaban más a las palabras
Takete y Bouba.
Siguiendo esta línea, en un experimento llevado a cabo por Rama-
chandran y Hubbard en el año 2001 se demostró que tanto los
hablantes de inglés como los de tamil en un 95 por ciento de las
veces asociaban la forma redondeada a bouba y la forma puntiaguda

187
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

a kiki. Esto llevó a pensar que existen asociaciones en el cerebro


humano que relacionan las propiedades abstractas de formas y soni-
dos desarrollando ampliamente las conexiones cerebrales que podr-
ían estar implicadas en estos fenómenos. Llegaron a la conclusión
de que el fenómeno kiki-bouba alcanza a conexiones corticales que
unen la percepción visual con la forma de los labios (abierta o ce-
rrada) y el movimiento de la lengua al decir las palabras. (Iborra,
2011) Así, nuestro cerebro llevaría a cabo una abstracción sinestési-
ca de modalidad cruzada, asociando los picos y recortes con la pa-
labra kiki y las formas redondeadas y continuas con bouba.
Por otra parte, en la tesis de Oscar Iborra, se muestra un experimen-
to en el que a los participantes de les mostraba pares de palabras por
un lado y se les decía que tenían que averiguar lo que significaba
“kiki” y “bouba” representando estas palabras pares opuestos. Los
significados propuestos eran: feliz/triste, gordo/delgado, al-
to/bajo,introvertido/extrovertido, simpático/antipático, listo/tonto,
joven/viejo, nervioso/tranquilo, arriba/abajo, izquierda/derecha. Los
resultados del experimento sugirieron que existe un perfil de carac-
terísticas, un significado, para cada una de las palabras. Por ejem-
plo, la palabra ―kiki‖ significa claramente, entre otras característi-
cas, nervioso, joven, delgados y listos, mientras que la palabra
―bouba significa tranquilo, viejo, gordo y tonto.
Este último experimento lo consideramos bastante relevante para
nuestra investigación, puesto que anteriormente hablábamos de
símbolos o de palabras de otras lenguas que asociaban a determina-
dos objetos y en este último, las palabras “kiki y bouba” se relacio-
nan con propiedades físicas y psicológicas de las personas. Siguien-
do esta línea, consideramos que sería interesante estudiar la rela-
ción existente entre una serie de propiedades físicas y psicológicas
de la mujer en distintas situaciones con las palabras “kiki” y “bou-
ba”. Esto serviría como una primera aproximación para ir más allá y
ver si la asociación kiki-bouba no se limitaría solo a una serie de

188
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

características o propiedades si no que también pueden relacionarse


con algunos estereotipos como los de género.
En esta línea, la doctora María Lameiras (2003) describe el sexis-
mo como una actitud dirigida a las personas en virtud de su perte-
nencia a un determinado sexo biológico en función del cual se asu-
men diferentes características y conductas. Además, tradicional-
mente y estrechamente unidos con esta definición, los roles femeni-
nos han estado asociados con la maternidad, el cuidado de la casa,
su marido y sus hijos. Por tanto y teniendo en cuenta lo que comen-
tamos anteriormente del efecto “kiki-bouba”, el primer objetivo de
nuestra investigación será ver si asociar una mujer con característi-
cas kiki (elegante, firme, listo) a características bouba (formas re-
dondeadas, grande, tonto) está relacionado con mayor sexismo.
Para ello, manipularemos imágenes en las que se presentan mujeres
con rasgos kiki y otras con rasgos kiki-Bouba para ver dónde colo-
can cada una de ellas si en kiki o en bouba. Nuestra hipótesis predi-
ce por tanto que el mayor número de errores al asignar las carac-
terísticas “kiki” a “bouba” estará relacionado con mayores niveles
de sexismo. Para atender a los niveles de sexismo de los participan-
tes, usaremos la escala ASI de sexismo ambivalente
Además de este
objetivo, y tras ver si esta asociación se cumple, queremos compro-
bar si esta asociación se cumple más con las imágenes que represen-
tan a la mujer ejecutiva en las distintas formas kiki-kiki y kiki-
bouba. Nuestra segunda hipótesis, está fundamentado en la litera-
tura previa que determinan fenómenos que dificultan la introduc-
ción de la mujer en el ámbito laboral. Uno de esos fenómenos sería
el conocido como 'Techo de Cristal' que dificulta la promoción pro-
fesional de las mujeres a puestos de responsabilidad. Los estereoti-
pos de género, y la asunción por parte de las mujeres de las respon-
sabilidades familiares como un 'deber' asociado a su rol de género
son los principales obstáculos en su promoción profesional.

189
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

2. Método

Participantes
Participaron 30 personas de forma voluntaria. El 50 %fueron muje-
res y el otro 50% hombres. Sus edades oscilaron entre 18 y 56 años
(M= 29,5).
Estímulos utilizados
Para la selección de los estímulos visuales se realizó una búsqueda
de imágenes de mujeres con características asociadas al efecto kiki
– bouba. Para las imágenes kiki-kiki se eligió imágenes con carac-
terísticas exclusivamente kiki (fuerza, altura, atractivo) y para kiki-
bouba se combinaron características kiki y bouba en la misma ima-
gen (fragilidad, debilidad, simpatía). Se formaron seis categorías:
Deportista, ejecutiva, científica, ama de casa, apariencia física y
madre. Cada categoría estaba formada por dos imágenes una kiki-
kiki y otra kiki-bouba.
También se administro el ASI (ambivalent Sexism Inventory) ver-
sión en castellano (Expósito, Moya, & Glick, 1998).
Procedimiento
A los participantes se les explico que se les iba a presentar unas
imágenes de mujeres desempeñando diferentes roles (categorías) y
debían situarlas en la columna Kiki o Bouba según creyeran que
pertenecían a una u otra.
Una vez finalizaron la prueba de imágenes los participantes rellena-
ron el ASI (ambivalent Sexism Inventory).

3. Resultados

Tal y como se esperaba, los datos han mostrado que existe una rela-
ción (r=0,93) entre el sexismo y el efecto kiki-bouba, confirmando
la primera hipótesis. Las personas que puntúan alto en sexismo (M=

190
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

2,70) comenten más errores al colocar correctamente


rrectamente las imágenes
en kiki o bouba (M=3,36). Un error es asociar
sociar una imagen
im KIKI-
KIKI a la palabra BOUBA (ver figura siguiente).

4
3

2
1

0
Alto Bajo
Sexismo 2,708171597 0,938139492
Errores K/B 3,363636364 1,263157895

Las categorías en que más errores comenten


ten las personas
person que punt-
úan alto en sexismo son las de mujer ejecutiva
utiva 100%, mujer cientí-
fica 90,9%, mujer deportista 63,6%, madree 54,5%. El rresto de cate-
gorías, en su mayoría, fueron contestadas de la forma esperada
e ama
de casa (18% de errores) y apariencia física
ísica de la mujer
m (9% de
errores)-ver figura siguiente.
120
100
80
60
40 Sexista
Sexistas
20
0 No sexistas
sex

191
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

En relación con la segunda hipótesis, la categoría mujer ejecutiva es


la que más correlaciona con el sexismo (rxy=0.82) en comparación
con la categoría de apariencia física (rxy= -0.14). Esta diferencia es
significativa (t=2.97 p< .004)-ver lafigura abajo.
1,000
0,800
0,600
0,400
0,200 R= Asi/KB
0,000
-0,200

4. Conclusiones.

En primer lugar, nuestra primera hipótesis planteaba que los partici-


pantes que puntúan alto en sexismo considerarán a las mujeres con
rasgos “kiki” como “bouba”. Según los resultados, esta hipótesis se
cumple ya que hay una correlación significativa entre las puntua-
ciones del ASI y el asignar las imágenes con características “kiki” a
la palabra “bouba”. Creemos que esto puede ser debido al manteni-
miento de los roles femeninos tradicionales. Parece ser que aunque
actualmente las circunstancias sociales han cambiado, se sigue rele-
gando a la mujer a unos roles determinados (mujer madre, ama de
casa) y la sociedad parece “sorprenderse” cuando se ve al género
femenino adoptando cargos o actitudes tradicionalmente masculi-
nas. Esta idea podría explicar por qué se tiende a asociar a la mujer
como “bouba” cuando desempeña tareas kiki (e.g, ejecutiva, cientí-
fica) Además esta forma de mediar el sexismo concordaría con lo
que se conoce actualmente como neosexismo. El neosexismo se

192
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

define como: “la manifestación de un conflicto entre los valores


igualitarios junto a sentimientos negativos residuales hacia las mu-
jeres. Este sexismo, aunque está en contra de la discriminación
abierta contra las mujeres, considera que éstas ya han alcanzado la
igualdad y que no necesitan ninguna medida política de protección
impidiendo con ello la igualdad real.” (Glick y Fishe, 1996)
La existencia de esta nueva forma de discriminación concordaría
con nuestra segunda hipótesis, y podríamos decir que a consecuen-
cia de la misma, la mujer se vería aún relegada a roles más tradicio-
nes. Los resultados de nuestro estudio muestran que la asociación
de ama de casa y sobretodo de apariencia física con las puntuacio-
nes de sexismo, es prácticamente inexistente en comparación con la
mujer científica y la mujer ejecutiva por lo que se podría interpretar
como una forma de mantener a la mujer en sus roles más tradiciona-
les. Esto último, explicaría lo que comentamos anteriormente en la
introducción ya que o bien por la causa o por la consecuencia de
este neosexismo se producen con frecuencia fenómenos como el
“techo de cristal.
Por último sería interesante proponer y validar medidas alternativas
a las existentes que puedan medir el neosexismo desde una forma
más benevolente para conocer más acerca del fenómeno. Tal vez
sería interesante conocer si las asociaciones sinéstésicas como “ki-
ki” “bouba” a un conjunto de características pueden además abarcar
fenómenos tan complejos como la discriminación o la xenofobia y
crear desde la educación formas alternativas que permitan crear
nuevas asociaciones como las que se ven en este estudio pero reali-
zadas de forma que se evite cualquier tipo de deseabilidad social en
las respuestas.

193
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

CAPÍTULO 11: El EFECTO KIKI


BOUBA Y LAS RELACIONES DE
PAREJA
Ardanaz Sánchez, Mª Teresa, Fernández Sánchez, Noelia y
Gómez Milán, Emilio. Universidad de Granada

Nuestra investigación es un estudio piloto, ya que no nos hemos


basado en ninguna teoría per se, que englobe los dos aspectos que
vamos a tratar. Para entender nuestro objetivo general, es necesario
hacer una breve introducción teórica sobre las variables que vamos
medir, éstas son el efecto kiki-bouba y la satisfacción en la pareja
junto a la descripción de uno mismo y de su pareja.

Para introducir el efecto kiki-bouba hemos utilizado una única refe-


rencia bibliográfica:
Tesis doctoral sinestesia: el ejecutivo central ante tareas de moda-
lidad cruzada (Iborra Martínez, Oscar). Antes de comenzar a expli-
car el efecto kiki-bouba, es importante conocer qué es la sinestesia.
Ésta es una experiencia perceptual involuntaria en la que una perso-
na experimenta sensaciones en una modalidad sensorial cuando se
estimula otra modalidad sensorial diferente (Ramachandran y Hub-
bard, 2001). La experiencia sinestésica se denomina concurrente y
el estimulo que lo desencadena, inductor (Grossenbacher & Lovela-
ce, 2001). En general, las respuestas sinestésicas (concurrentes) se
corresponden con rasgos perceptuales básicos tales como: el color,
las texturas y formas visuales simples, las sensaciones táctiles, etc.,
no con composiciones complejas con carácter pictórico o semántico
(Cytowic, 2002).

194
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Profundizando en el efecto kiki-bouba, es una relación que existe


entre dos figuras abstractas determinadas y dos palabras. La rela-
ción es la siguiente: si ofrecemos ambas figuras junto con los dos
nombres para que una persona asigne cada nombre a una figura, el
95% de las personas relaciona la palabra kiki con la figura con for-
ma de estrella, y la palabra bouba con la figura con forma de ameba
(Ramachandran & Hubbard, 2001). La importancia actual de este
efecto se debe a la instauración de éste en la teoría bootstraping del
origen del lenguaje del autor Ramachandran. En este modelo, se
propone que denominar “kiki” a la estrella y “bouba” a la ameba es
debido a una correspondencia que se establece entre las característi-
cas visuales de las figuras y las palabras, es decir, una sinestesia
auditiva-visual. Según esta teoría, se produce una abstracción si-
nestésica de modalidad cruzada (visual-auditiva). Ramachandran
sugiere que la unión POT (temporal-occipital-parietal), en concreto
en el giro angular, es el área del cerebro en la que se produce esa
abstracción del denominador común entre la forma puntiaguda de la
figura con forma de estrella y el sonido “kiki”.

Oscar Iborra presenta en su tesis cuatro formas de estudiar el efecto


kiki-bouba: dicotomías, línea mental vocálica, vertical frente a hori-
zontal y personificación. En nuestro estudio, nos vamos a centrar en
la última, es decir, personificación.

En la investigación de este autor, se obtiene lo siguientes resulta-


dos:

Figura ESTRELLA: se le atribuye los adjetivos delgado, al-


to, antipático, listo, nervioso, triste, introvertido y joven.

195
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Figura AMEBA: se le atribuye los adjetivos: gordo, bajo,


simpático, tonto, tranquilo, extrovertido y viejo.

En cuanto a la variable de satisfacción en pareja, hay que mencionar


que en nuestro estudio se han tenido en cuenta cinco factores influ-
yentes en el grado de satisfacción. Estos son: comunicación, afecto
y cariño, resolución de conflictos, intimidad y proximidad y papel
de la persona dentro de la pareja. Estas variables las hemos sacado
del libro “Sentirse bien: el secreto para hacer que las relaciones
funcionen” de David Burns.
Una relación no es nunca buena ni mala. La calidad de cualquier
relación personal es una característica absolutamente personal y
subjetiva. Todos tenemos que juzgar por nosotros mismos si nues-
tras relaciones están cubriendo nuestras necesidades. Esto conlleva
a que dentro de una pareja, ambos cónyuges tengan distintas per-
cepciones sobre la satisfacción de la relación. Un dato a favor de
esto, es que las desconexiones emocionales entre ambos miembros
de la pareja son corrientes, sobre todo si la relación es conflictiva.
Cuanto más conflictiva es la relación, más extremas tienden a ser
las discrepancias. Por el contrario, en las relaciones felices, ambos
cónyuges suelen coincidir en el grado de satisfacción de la relación,
lo que indica que están conectados emocionalmente el uno con el
otro.

Los objetivos planteados que pretendemos abordar en este estudio


son:
Conocer la satisfacción individual de los dos miembros de la
pareja con respecto a la relación.

196
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Saber qué tipo de relación es más satisfactoria (kiki-kiki;


bouba-bouba; kiki-bouba).
Identificar qué adjetivos personales se le atribuye a KIKI y
cuáles a BOUBA.

2. Método.
Participantes

La muestra está formada por personas adultas de entre 21 y 60 años


(edad media: 30,85 años) de ambos sexos, componiendo una mues-
tra total de 48 personas, es decir, 24 parejas. Los sujetos fueron ele-
gidos al azar. Pertenecen a distintas ubicaciones geográficas, con un
nivel socio-económico medio en su mayoría.

Instrumentos

Para la recogida de los datos necesarios, se ha elaborado un cuestio-


nario formado por tres bloques:
Bloque I: está constituido por los datos demográficos (edad, sexo
y apodo) de la persona, y por el Test de Satisfacción con la Rela-
ción Personal (TSRP) de David D. Burns. En este test, los sujetos
indicaban su respuesta en una escala tipo Likert con 7 opciones
de respuestas, siendo 0 “muy insatisfecho” y 6 “muy satisfecho”.
Bloque II: en este apartado, aparecía una lista dicotómica de ad-
jetivos, siendo un total de 12 pares. En primer lugar, el sujeto
debía elegir un adjetivo de cada par basándose en cómo se des-
cribía. A continuación, se le presentaba los mismos pares de ad-
jetivos, pero debía de elegir los que mejores se adecuaban a su
descripción sobre su pareja.

197
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Bloque III: en esta última fase, el sujeto debía de especificar con


qué imagen (estrella o ameba) se identificaba él y con cual identi-
ficaba a su pareja.

Este cuestionario se ha administrado vía online, a partir de la


herramienta de creación de encuestas de Google.

Procedimiento

El estudio se inició con la administración del cuestionario a los dis-


tintos sujetos vía online. La razón por la que se pasó por esta vía fue
la facilidad de atrapar una mayor muestra y por la dificultad de en-
contrar personas que contribuyeran en Granada, ya que somos de
otra provincia. En todo momento se aseguró el anonimato de los
participantes.

3. Análisis de los resultados.

Para una mejor comprensión se dividirán los resultados en tres par-


tes. La primera de ellas correspondiente al análisis de datos respecto
a la satisfacción de la pareja. La segunda referente a la relación en-
tre satisfacción de pareja y efecto kiki-bouba. Por último, se anali-
zarán los resultados sobre los adjetivos elegidos para definirse a uno
mismo y a la pareja.
Después de pasar los cuestionarios se obtuvieron los siguientes re-
sultados respecto a la satisfacción de pareja:

198
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Extremadamente
Extrema
0%
4%
4% Satisfacción insatisfe
insatisfecho (0%)
Muy insatisfecho
insa

21% 8% Moderadamente
Moderad
insatisfe
insatisfecho
17% Algo insatisfecho
insa

Algo satisfecho
sati
46%
ón en la pareja.
Gráfica 11.1: Porcentajes sobre satisfacción parej

Como se puede observar en la gráfica, el porcentaje m más alto se co-


rresponde a aquellas parejas que están “algoalgo satisfechas”
satisfec con su
relación. Este porcentaje llega casi a la mitad siendo de un 46%.
Detrás de esta cifra, se encuentra un 21% relacionado con c las perso-
nas que han descrito su relación como “muy uy satisfecha”,
satisfecha sin embar-
go, un 17% de ellas se encuentran dentro dee una relación
relació “algo insa-
tisfecha”.
El porcentaje de un 4% se corresponde tantonto a parejas “extremada-
mente satisfechas” como a aquellas que están
tán “muy insatisfechas”
insa
Un 8% se relaciona con personas que han descrito estar dentro de su
relación “moderadamente insatisfechas”.
No se han encontrado parejas “extremadamente
amente insatisfechas”
insat de-
ntro de este estudio.
Haciendo un recuento de las personas que han contestado
contesta a las pre-
guntas referentes a la satisfacción, se ha encontrado qque eran más
hombres los que describían su relación en términos de ““muy insatis-
fecho”, “moderadamente insatisfecho”, “algoalgo insatisfecho”
insatisfe y “ex-
tremadamente insatisfecho”. Por su parte, e, la mujer tendía
t más a
verse muy satisfecha. Respecto al criterio “algo satisfecho”
satisfe los dos
sexos contestaban por igual.

199
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Al poner en relación estos resultados con el efecto kikkiki-bouba para


saber qué tipo de relación es más satisfactoria (kiki-kik
kiki, kiki-bouba,
bouba-bouba), se han obtenido los siguientes
tes resultados:
resultados

30,41 33,47 33,6


Kiki - KikiColumna2
Kiki - Bouba Bouba - Bouba

Gráfica 11.2: Relación satisfacción y Kiki-Bouba


Bouba de manera indi-
vidual.

50 29,62 33 38,5

Kiki- Kiki Kiki - Bouba Bouba - Bouba


Bou
Gráfica 11.3: Relación satisfacción y Kiki-Bouba
Bouba por parejas.
p

Analizando la gráfica 2, en la que los datos


tos han sido obtenidos en
función de la individualidad, vemos que las parejas fformadas por

200
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

kiki-kiki tienen un satisfacción de 30,41 siendo la máxima puntua-


ción 42, correspondiéndose a las parejas menos satisfechas. Los
datos referidos a este conjunto se han obtenido de un total de 17
personas. Con respecto a aquellas parejas formadas por un kiki y un
bouba la puntuación en satisfacción es de 33,47. Este grupo se ob-
tuvo por un total de 21 personas. Por último, las parejas integradas
por dos miembros boubas obtienen la mayor de satisfacción de las
tres, siendo una puntuación de 33,6. No obstante, el número de
componentes de este grupo fue menor, correspondiendo sólo a 10
personas.

Los resultados que muestran la gráfica 2 se reafirman con los de la


gráfica 3, en los que sólo 8 parejas han coincidido en atribuirse la
imagen de kiki o bouba. Las parejas que tienen una mayor satisfac-
ción siguen siendo aquellas en las que los dos miembros son bou-
bas. Sin embargo, al igual que antes, las parejas que se han definido
como boubas sólo son 2 como las que se han descrito en términos
kiki-bouba. Las 4 parejas restantes han estado de acuerdo en atri-
buirse el concepto de kiki tanto a sí mismo como a su pareja pero la
satisfacción sigue siendo la más baja.
Por último, los adjetivos calificados como más kikis o más boubas
por los participantes se pueden observar en las siguientes gráficas:

201
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

KIKI
0,87 0,93
0,78 0,82 0,78 0,76
0,67 0,65 0,71 0,65
0,6 0,6
0,360,4 0,35 0,4
0,29 0,36
0,16 0,22 0,18 0,22 0,27
0,07

Grafíca 11.4: Pares de adjetivos correspondientes a Kiki.

BOUBA
0,9
0,78 0,71 0,76 0,76 0,73
0,66 0,66 0,61
0,54
0,46 0,51
0,49 0,54
0,46
0,34
0,29 0,34
0,22 0,24 0,24 0,27
0,19
0,1

Gráfica 11.5: Pares de adjetivos correspondientes a Bouba.

Con respecto a los adjetivos de la gráfica 4 se puede decir que kiki


es descrito como: alegre, optimista, prudente, muy hablador, inde-

202
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

pendiente, trabajador, hábil, ordenado, atento, hogareño, presumido


y comprensivo.
Por otro lado, Bouba sería calificado en término de: alegre, optimis-
ta, prudente, muy hablador, independiente, trabajador, torpe, desor-
denado, atento, hogareño, presumido y testarudo.
La mayoría de los adjetivos son calificados de igual manera hacia
kiki que hacia Bouba siendo sólo tres los adjetivos que se diferen-
cian. Estos adjetivos son los siguientes:
KIKI BOUBA

0,82
0,76
0,65
0,6
0,51 0,54
0,49 0,46
0,4 0,36
0,24
0,18

torpe-hábil desordenado-ordenado testarudo-comprensivo

Gráfica 11.6: Adjetivos dicotómicos para Kiki- Bouba

Como se puede ver, existen grandes diferencias en los porcentajes


de kiki y bouba respecto a los adjetivos. Por ejemplo torpe tiene un
puntuación de 0,18 en Kiki mientras que para Bouba la puntuación
sería de 0,76.

4. Discusión.

Tras realizar el estudio podemos ver que aquellas parejas más satis-
factorias están formadas por dos cónyuges bouba. A su vez, estas
parejas son las que menos se dan ya que sólo dos de las que compo-

203
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

nen nuestra muestra se veían a sí mismas y a su pareja como la figu-


ra de la ameba.
En el estudio referido de nuestra bibliografía, muestra el hecho de
que las parejas más satisfactorias son escasas en la sociedad. Los
factores que intervienen en esto son los evaluados anteriormente
junto con la tendencia a ser más individualista con el paso de los
años. Nuestro estudio apoya esto debido a que las persona más ma-
yores son aquellas que se no se encuentran en un nivel de satisfac-
ción óptimo. Otra variable que influye en esto puede ser el caer en
la monotonía y el hecho de crear una familia. Las parejas cada vez
se dedican menos tiempo a sí mismas y más a los hijos. Sin embar-
go, aquellas parejas jóvenes están en el comienzo de una relación y
se dedican mucho tiempo debido a la novedad de la situación sen-
timental.
Respecto al hecho de que existan parejas bouba más satisfactorias
que las demás mezclas, no tenemos una teoría de base acerca de este
fenómeno. Bajo nuestro punto de vista consideramos que una posi-
ble explicación a la satisfacción de las parejas bouba se encuentre
en las diferencias de los adjetivos que hemos encontrado. Está claro
que el hecho de una persona sea hábil es positivo, el problema resi-
de en que quizás esto puede verse como una amenaza cuando la
pareja también lo es entrando los dos en una continua competición
por ser el mejor. Este problema se aminora en el caso de los bouba
ya que al ser los dos torpes necesitan de una cooperación para con-
seguir un objetivo común, esto ayudaría a que se viesen más unidos
y afianzaría la relación. La dicotomía habilidad-torpeza es la más
discriminativa entre personas kiki y personas bouba.
Haciendo mención al segundo par de adjetivos, desordenado-
ordenado, los resultados avalan que las parejas bouba son ordena-
das, a que el orden no es un rasgo discriminativo en ellos. Si esto se
compara con una pareja kiki-bouba quedaría patente que es más
positivo que ambos miembros sean ordenados o desordenados, fren-

204
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

te a que sólo haya un miembro con tal característica. Esto podría


conllevar a continuas disputas lo que podría dañar la relación.
Sin embargo, para el último par de adjetivos no hemos encontrado
ninguna explicación dado que consideramos que dos personas com-
prensivas siempre se entenderán mejor que dos personas testarudas.
Esto se ve apoyado por el hecho de que uno de los factores que pro-
veen la satisfacción es la resolución de conflictos, si los enamorados
no hablan entre ellos para solucionarlo barajando la explicación de
ambos, negociando, no llegarán a un entendimiento y será una rela-
ción que cada tenderá menos a la confianza y comunicación. Los
miembros bouba de la pareja son por igual comprensivos que testa-
rudos, mientras los kiki tienden a ser más comprensivos.

205
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

CAPÍTULO 12: LOS PAYASOS Y


EL FENÓNENO KIKI Y BOUBA
Gálvez Tapia, L. V., Sánchez García, R.M., Oscar Iborra y
Gómez Milán, E.
Universidad de Granada.

La sinestesia es una experiencia perceptual involuntaria en la que


una persona experimenta sensaciones en una modalidad sensorial
cuando se estimula otra modalidad sensorial diferente. Por ejemplo,
un sinésteta podría experimentar la visión de un color cuando ve un
número o letra, o un sabor cuando oye un sonido, etc (Iborra, 2011).
En el presente estudio, profundizaremos sobre un caso sinestésico
concreto que presentamos la mayoría de las personas, que recibe el
nombre del “efecto kiki/bouba”, el cual se basa en una relación en-
tre dos figuras abstractas y dos palabras. Una figura posee forma de
estrella irregular (líneas rectas y ángulos, con cambios abruptos) y
la otra figura muestra una forma sinuosa, parecida a una ameba
(línea continua, ondulante). Las palabras son “kiki” y “bouba”.
Cuando se presentan las dos figuras junto con las dos palabras, para
que la persona establezca una asociación entre cada palabra y figu-
ra, según su propio criterio, el 90% de la población asigna el nom-
bre kiki a la figura estrellada y el nombre bouba a la figura ameba
(Iborra, 2011).
Pero el efecto kiki/bouba no solo hace referencia al efecto sobre las
figuras ameba y estrella, sino que se ha comprobado que también
existen correlaciones con ciertos aspectos del lenguaje y con atribu-
tos personales. En concreto, se ha comprobado que la palabra “kiki”
suele relacionarse con personas inteligentes y físicamente altas y
delgadas, mientras que la palabra “bouba” se asocia más con perso-
nas simpáticas, torpes y físicamente bajas y gordas.

206
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Como podemos comprobar, el efecto kiki/bouba se basa en gran


medida en los contrastes (ameba-estrella, inteligente-torpe, alto-
bajo, delgado-gordo…), por lo que pensamos que podría ser intere-
sante relacionarlo con el clown, ya que jugar con los contrastes es
uno de los fundamentos más básicos que presenta. No podemos
decir tan solo existan dos tipos de clown, pero está claro que si de-
bemos escoger a dos de ellos, los más representativos y donde me-
jor podemos apreciar el contraste, sería con el payaso augusto y el
payaso cara blanca:
El payaso augusto, es también conocido como el tonto, representa la
locura, la ingenuidad, la niñez, la torpeza, la libertad, la anarquía. Es
absurdo, extravagante, liante y queriendo ayudar, no lo consigue y
termina creando conflicto.
El payaso Cara blanca: representa la autoridad, la razón, la perfec-
ción y quiere representar algo espectacular y bien hecho. Muestra
una apariencia más fría, el mundo adulto.
Teniendo esto en cuenta, con el estudio que hemos realizado, quer-
íamos comprobar si los diferentes aspectos que se relacionan con las
palabras Kiki y Bouba, especialmente la apariencia física (Kiki más
alto y delgado, frente a Bouba más bajo y corpulento) y los rasgos
de personalidad, la forma de actuar (Kiki más inteligente y serio,
frente a Bouba como más torpe y simpático), presentan mayor o
menor efecto a la hora de designar un nombre a un determinado
personaje. Concretamente, nuestra hipótesis se basa en que los ras-
gos de personalidad presentarán un mayor efecto que la apariencia
física cuando tengamos que denominar a los diferentes payasos.

207
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

2. Método
Sujetos

La muestra de sujetos que hemos utilizado para realizar el estudio


está formada por 54 personas, con edades comprendidas entre los 20
y 60 años, todos ellos de nacionalidad española.
Procedimiento

Comenzamos el estudio grabando dos vídeos independientes en los


que aparecían los dos tipos básicos de clown, el augusto y el cara
blanca, interactuando entre sí. Las actrices que escogimos para la
realización de ambos vídeos, fueron seleccionadas en base a sus
características físicas, de manera que una de ellas era más alta y
delgada, y la otra más baja y corpulenta.
Para poder comprobar nuestra hipótesis, en el primero de los vídeos
la actriz más alta actuaba con el rol de cara blanca y su compañera
hacía del payaso augusto, mientras que en el segundo de los vídeos,
se intercambiaban los roles, actuando la actriz alta como augusto y
la más baja como cara blanca.
Aunque no sea una regla estricta, el payaso augusto suele llevar la
nariz roja típica de los clowns, mientras que el cara blanca suele ir
sin ella. Consideramos que llevar o no la nariz, podría afectar a la
denominación de los personajes como Kiki o Bouba, por lo que
preferimos omitirla, y que ninguno de ellos apareciese en el vídeo
con ella. Otra de las variables que quisimos controlar fue el vestua-
rio, eligiendo para ambos personajes una misma vestimenta (panta-
lones de deporte negros y camiseta de manga larga violeta).
Una vez grabados los vídeos, los subimos a Internet y lo difundimos
vía correo electrónico y redes sociales a nuestros participantes. En
este momento, le explicábamos a los sujetos que cada vídeo era
independiente, y que después de observar cada uno de ellos debía
responder a la pregunta “¿A quién denominarías KIKI y a quién

208
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

BOUBA?” (el vídeo que le ofrecimos a los participantes puede ver-


se en la siguiente dirección:
http://www.youtube.com/watch?v=wMMepaFO4G0 ).

A medida que obteníamos los resultados, comprobamos que en mu-


chos casos las respuestas de los sujetos en el segundo vídeo se veían
influenciadas por las respuestas que habían dado en el primero, por
lo que decidimos pasar solo el segundo vídeo a una nueva muestra
de sujetos, formada por 19 participantes, para evitar así interferen-
cias.

3. Resultados

La primera muestra estuvo formada por 35 sujetos, de los cuales en


el primer vídeo, 28 categorizaron a la actriz alta (cara blanca) como
Kiki y 7 de ellos como Bouba. En cambio, en el segundo vídeo, 18
sujetos denominaron a la actriz baja como Kiki (cara blanca) y 17
como Bouba.

209
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

30 80%

25

20 51,4% 48,6%
15

10 20%
5

0
Vídeo 1 Vídeo
ídeo 2

Alta KIKI/Baja BOUBA Baja KIKI/altaa BOUBA

Gráfica 12.1. Datos de la asociación de laa actriz alta (cara blanca


en video 1 pero Augusto en video 2) con Kiki
iki y Bouba.

De los 19 participantes que formaron la segunda


egunda muestra,
mue a la que
solo se le pasó el segundo de los vídeos, 13 sujetos denominaron
de al
personaje bajo como Kiki (cara blanca) y 6 como Bouba.
Boub

210
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

14 68,4%

12

10

8
31,6%
6

0
Vídeo 2

Baja KIKI/ Alta BOUBA Baja BOUBA/Alta


lta KIKI

Gráfica 12.2. Datos de la asociación de laa actriz baja (cara blanca)


en video 2 con Kiki y Bouba.

4. Discusión

Tras analizar los datos obtenidos comprobamos


obamos que se confirma
nuestra hipótesis de que el efecto de los rasgos
sgos de personalidad
pers (ca-
ra blanca o augusto, listo o tonto) o la forma
ma de actuar de los paya-
sos vistos en los vídeos, influyen más quee su apariencia
aparienc física (ser
altos o bajos) a la hora de designarles un n nombre u otro (Kiki o
Bouba). Cara blanca es Kiki y Augusto ess Bouba, sean sea altos o ba-

211
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

jos. Esto es una ideaestesia y no una sinestesia. Aunque existe la


asociación implícita universal de considerar a las personas altas
como más listas y a las personas blancas como más listas. En estu-
dios correlacionales con alemanes, españoles, portugueses, japone-
ses, árabes, franceses y americanos hemos encontrado correlaciones
significativas entre altura, color de piel y atribución de inteligencia
a uno mismo y a los otros. Aunque no sepamos bien que es la inte-
ligencia y las atribuciones no se correspondan con la realidad nece-
sariamente. Se podrían hacer estudios Kiki y Bouba con los perso-
najes de la comedia del arte veneciana, con el doctor de la peste y
polichinela, del mismo modo que Iborra (2011) lo hizo con Don
Quijote y Sancho Panza, con Tintín… El éxito de los comics, pelí-
culas y obras de teatro, al menos su poder de seducción, se asocia al
uso de estos personajes dicotómicos y contrapuestos, que represen-
tan el bien y el mal, la inteligencia y la estupidez…

212
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

CAPÍTULO 13: EFECTO KIKI


BOUBA Y RACISMO
Elisabeth Estévez Ruiz, María Angeles Romero de Avila Iz-
quierdo y Emilio Gómez Milán
Universidad de Granada

¿Qué es la sinestesia?, la sinestesia es la unión de diferentes senti-


dos, aunque existen casos en que se puede dar la unión entre dimen-
siones diferentes de una misma modalidad sensorial (por ejemplo
como el color y la forma). Dentro de los fenómenos sinestésicos
estudiados a lo largo de la historia podemos destacar El Efecto Kiki-
Bouba, en el que nos vamos a centrar en este trabajo.

El fenómeno kiki y bouba constituye una relación entre dos figuras


abstractas, una con formas puntiagudas y la otra en forma de ameba,
y dos sílabas sin sentido.
Se han llevado a cabo muchos experimentos en los que los partici-
pantes relacionaban conceptos contrapuestos como por ejemplo
frío-calor, y siempre se ha encontrado una tendencia a relacionar
determinados conceptos con una de las dos figuras.
Este efecto se encontró en participantes que hablaban idiomas y
pertenecían a culturas diferentes. Por ejemplo existe una mayor ten-
dencia a relacionar la palabra pequeño con kiki y grande con bouba.

Se ha intentado explicar este fenómeno a través de la sinestesia so-


nido- visión, cuando hablamos de sinestesia nos referimos a la aso-
ciación de ciertos sonidos con ciertas formas de manera no arbitra-
ria, por ejemplo relacionar un color con un sabor o un sonido. En
este caso, determinadas palabras se asociarían a la figura kiki y a la
figura bouba. Por otro lado, se ha intentado explicar el efecto con

213
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

el fenómeno de la ideastesia o sinestesia conceptual, que se refiere a


una asociación entre ideas o entre un sentido y una idea. Existen
varios experimentos que intentan demostrar estas hipótesis, y en los
que se encontraron las siguientes conclusiones: se daba una corres-
pondencia entre las palabras kiki y bouba y las figuras opuestas frío-
caliente, voz de mujer- voz de hombre, movimiento- imágenes fi-
jas, y cuerpo frente a cerebro.

Otros experimentos intentaron relacionar características tanto de


personalidad como físicas de los seres humanos con las dos figuras,
del mismo modo que en el experimento anterior los participantes
tuvieron que relacionar diferentes dicotomías (listo vs tonto, clase
alta vs clase baja, agradable vs desagradable etc) con las figuras de
kiki y bouba, y se encontró que la figura de kiki fue descrita por la
mayoría de los participantes como pequeño, delgado y nervioso.
Bouba fue descrito con las palabras opuestas grande, gordo y tran-
quilo (Iborra, 2011).

El objetivo de nuestra investigación es acercarnos desde la psicolog-


ía teórica al ámbito de la psicología social y comprobar si los fenó-
menos que se dan en sinestesia se pueden aplicar a las relaciones
sociales.
Centrándonos en las relaciones raciales hemos decidido investigar si
los niveles de prejuicio hacia una determinada raza correlacionan
con la asociación de una de las dos figuras geométricas (kiki-
bouba), es decir, si el tener más o menos prejuicio va a influir en
que se relacione a las personas de una determinada raza con una de
las dos figuras. Cuando hablamos de prejuicio nos estamos refirien-
do a la actitud negativa hacia un grupo social o sus miembros por el
hecho de pertenecer a ese grupo (Navas et al. 2006).

214
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Pensamos que en la sociedad actual los gitanos, de forma general,


no son bien vistos por el resto de personas que no pertenecen a esa
raza. Concretamente en nuestro país el prejuicio existente hacia esa
población es bastante considerable.
Conjuntamente a este prejuicio que la gran mayoría de personas
tiene hacia los gitanos, podemos destacar los estereotipos sociales
que se tienen hacia ellos, como por ejemplo: son peligrosos, sucios,
cometen delitos….

En general los sentimientos que despiertan los gitanos en la socie-


dad son bastantes desagradables, por lo que nuestra idea sería com-
probar si las personas que tienen prejuicio hacia los gitanos relacio-
nan más a éstos con la figura de kiki ya que en muchas investiga-
ciones realizadas se ha visto que cuando se relacionan palabras con
connotaciones agradables-desagradables con ambas figuras geomé-
tricas, hay una proporción mayor de asociaciones de palabras des-
agradables con la figura de kiki.
¿Se trasladarán estas asociaciones desagradables de palabras a las
asociaciones con los gitanos basados en el prejuicio?

Teniendo en cuenta esto, proponemos un experimento cuya hipóte-


sis es la siguiente;
Las personas con mayor prejuicio hacia los gitanos van a relacionar
con mayor frecuencia a éstos con la figura de kiki.

2. Metodo

Participantes.

Para la realización de este experimento utilizamos una muestra de


20 participantes, 10 de los cuales eran de etnia gitana, los 10 restan-

215
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

tes no eran gitanos, todos de nacionalidad española. Ambas mues-


tras fueron seleccionadas de nuestro entorno cercano.

Materiales.

Los materiales utilizados en este estudio han sido una presentación


power point y un test de prejuicio. Concretamente el test de prejui-
cio utilizado ha sido el Modern rascism, ambivalente, and the mo-
dern Racism Scale.( McConahay, 1986) .

Procedimiento.

El procedimiento se dividió en dos fases:

En la primera fase los participantes visualizaron una presentación


power point, donde se les mostraba dos frases; una de ellas referida
a una persona No Gitana y la otra a una persona Gitana, por otro
lado, se mostraron las figuras de kiki y bouba. Los participantes
debían relacionar cada una de esas frases con las dos figuras. Un
ejemplo de estas frases es el siguiente: Antonio es un gitano de 45
años. Álvaro no es gitano pero tiene la misma edad. Si estas figuras
fueran casas (kiki-bouba), en cual viviría cada uno.

La segunda fase del procedimiento consistió en la administración


del test de prejuicio.

La administración de ambas pruebas se realizo de forma individual,


en el domicilio o en el lugar de trabajo de los participantes.

216
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

3. Resultados

Los resultados obtenidos en nuestro estudio


o han sido lo
los siguientes:

Cuando se ha hecho el recuento de relaciones


nes entre gitanos-no gita-
nos con kiki-bouba se ha encontrado que:

Las personas No Gitanas han relacionado más a los gitanos


g con la
figura de kiki.

Los Gitanos se han relacionado a ellos mismos


smos más con
co la figura de
ameba.

A continuación se muestra una gráfica donde


nde se representa
repre la rela-
ción que han realizado tanto No Gitanos como Gitanos
Gitano con la figu-
ra KIKI:
100

80

60
NO
40 GITANOS
20
GITANOS
0
NO GITANOS GITANOS

A continuación se muestra una gráfica donde


nde se representa
repre la rela-
ción que han realizado tanto No Gitanos como
omo Gitanos con la figura
de BOUBA:

217
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

100

80

60
NO GITANOS
40 GITANOS

20

0
NO GITANOS GITANOS

En cuanto al test de prejuicio utilizado se ha encontrado


encont que las
personas con más prejuicio hacia los gitanos
nos eran aquellos
aqu que no
pertenecían a la etnia gitana. Todas las personas
rsonas No Gitanas
G mues-
tran prejuicio en la escala.

Se ha encontrado una relación entre prejuicio


icio hacia los gitanos y la
relación con kiki, siendo al correlación entre
tre el nivel dde prejuico y
la elecciónd e los gitanos como kiki significativa
icativa (Rxy=
(Rxy=0.67).

A continuación presentamos una tabla donde


nde se representa
repres el nivel
de prejuicio de los sujetos:

218
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

35
30
25
20
15 PREJUICIO

10
5
0
NO GITANOS GITANOS

4. Conclusión

Podemos concluir con los resultados expuestos


estos en el aapartado ante-
rior que se confirma nuestra hipótesis: “Las
as personas con más pre-
juicio hacia los gitanos van a relacionar con
on más frecuencia
frecu a éstos
con la figura de kiki”.

Como ya indicamos en el apartado introductorio


ductorio de este
e informe,
podemos aplicar este tipo de experimentoss en otras áreáreas de la psi-
cología como es la psicología social. Hemosmos comprobado
compro que los
sentimientos negativos o estereotipos negativos
ativos hacia un grupo ra-
cial pueden tener una relación sinestésica con las figuras
figur geométri-
cas kiki-bouba, como ya la tenían en experimentos
rimentos anteriores
ante donde
los sentimientos negativos eran evocadoss por palabras
palabr que se le
presentaban a los sujetos (agradable-desagradable)) y que
q éstos deb-
ían relacionar con ambas figuras (estrella y ameba).

Un dato curioso que nos gustaría destacar ar de este trabajo


tr es que
ambos grupos tienden a relacionar a su endogrupo
dogrupo con la figura de
ameba y al exogrupo con la figura de estrella,
lla, lo que co
comprueba una

219
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

vez más la relación agradable-desagradable o la relación de la ame-


ba con la empatía.

Algunos de los problemas surgidos a la hora de realizar el experi-


mento han sido las dificultades encontradas a la hora de hallar per-
sonas que quisieran colaborar en nuestro experimento. No hubo
tantos problemas con las personas No Gitanas pero sí un poco más
con los Gitanos, por lo que la obtención de los datos se prolongó un
poco más de la cuenta hasta que conseguimos el número considera-
ble para empezar la investigación. Estos resultados han sido repli-
cados con otra muestra de treinta personas de etnia gitana.
Pensamos que esta inclinación por relacionar los fenómenos si-
nestésicos con temas de la psicología social es muy importante ya
que podemos demostrar que en psicología no hay temáticas separa-
das sino que todo está en relación y cada área de la psicología puede
aportar algo a las demás. Sería interesante que en un futuro se pu-
diera ampliar este tipo de investigaciones de manera, que se pueda
conocer de forma más profunda estas atribuciones y su significado,
como una medida de racismo implícita o de empatía. Por ejemplo,
en otros estudios hemos jugado a kiki bouba comparando a españo-
les con portugueses o alemanes, los españoles se clasifican a sí
mismos como kiki ante los portugueses pero como bouba ante los
alemanes. Los alemanes se clasifican a sí mismos como kiki ante
cualquier otra nacionalidad europea y la mayoría de las naciones
europeas (España, Portugal, Francia, Italia) los clasifican a ellos
como kiki. Cuando comparamos a árabes con judíos, los árabes se
clasifican a sí mismos como bouba y a los judíos como kiki. Espa-
ñoles, portugueses, franceses, americanos, italianos también clasifi-
can a los judíos como kiki. Los alemanes curiosamente se negaron a
responder en esta comparación.

220
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

CAPÍTULO 14: EFECTO KIKI


BOUBA Y MOVIMIENTO
Mª Esther Azorín Márquez, Francisco López Moren y Emilio
Gómez Milán
Universidad de Granada

El estudio del efecto kiki-bouba se ha centrado hasta la fecha en la


investigación de mezclas de estímulos sensoriales (sinestesias) y de
conceptos y sensaciones (ideaestesias). Sin embargo, apenas se ha
investigado sobre la posibilidad de que exista un componente motor
en este efecto. Nuestra investigación se ha centrado en el estudio del
efecto kiki-bouba en tres parámetros del movimiento: agilidad, ve-
locidad y fuerza. Se han descubierto resultados significativos en la
atribución de estos parámetros tanto a los sonidos kiki-bouba como
a los símbolos estrella/ameba, que indican la existencia del compo-
nente motor en el efecto kiki-bouba, una kinetoestesia.

1. Introducción

El efecto Kiki-Bouba recibe este nombre de un estudio realizado


por el psicólogo Wolfgang Köhler en 1929 y repetido en el año
2001 por Vilayanur S. Ramachandran y Edward Hubbard. En el
estudio inicial, Köhler mostró las formas ahora conocidas como
Kiki y Bouba a una serie de sujetos y comprobó que la gran mayor-
ía asociaba la forma "estrellada" con el nombre de "takete" y la re-
dondeada con el nombre de "baluba", nombres utilizados en el ex-
perimento de 1929, y que en el experimento de 2001 fueron susti-
tuidos por Kiki y Bouba. La preferencia de los sujetos a la hora de
asociar nombre y forma se sitúa entre el 90 y el 98 %. Además, se

221
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

ha descubierto que con sujetos de distintas culturas y lenguajes se


mantienen los resultados en los mismos términos proporcionales.

Ramachandran y Hubbard (2001) defienden que el efecto Kiki-


Bouba tiene implicaciones para la evolución del lenguaje, ya que
supondría que las palabras que utilizamos para dar nombre a los
objetos no son arbitrarias. Esto indicaría que el cerebro humano de
alguna manera es capaz de abstraer propiedades abstractas de los
sonidos y las figuras. Para los autores, la figura redonda suele de-
signarse como “bouba” ya que la boca toma una forma más redon-
deada para producir dicho sonido, mientras que para el sonido kiki
es necesaria una forma más tensa y angulosa. Además, los sonidos
de la “k” son más fuertes que los de la “b”. La existencia de estos
fenómenos de tipo sinestésico sugiere que la sinestesia puede ser la
base neurológica para el simbolismo sonoro, en el que los nombres
se asignan de forma no arbitraria a objetos y eventos.

Partiendo de las propuestas de Ramachandran, Oscar Iborra (2011)


ha llevado a cabo diferentes estudios, realizando diversas variacio-
nes del paradigma kiki/bouba, tanto en relación con sus aspectos
físicos (aspecto visual y sonido) como en relación con aspectos
semánticos o de significado. En los resultados de su tesis, Iborra
defiende que “El efecto kiki/bouba tiene que ver con: a) correspon-
dencia entre una característica psicofísica, el tono, y algunas carac-
terísticas físico-visuales (alto, delgado, pequeño) lo cual es una si-
nestesia perceptual, o b) la asignación de nombres a objetos en
términos de correspondencia, es decir, personalización (atribuir per-
sonalidad entre nombres […] y objetos) y en este caso se trata de
una ideaestesia o sinestesia conceptual. O tal vez hay una corres-
pondencia de primer orden entre características acústicas y visuales,
y una correspondencia de segundo orden entre características acús-
tico-visuales y personalidad […]. Además de sinestesia auditivo-

222
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

visual, hay también un componente de ideaestesia, una relación en-


tre las características físicas de las figuras y atributos de personali-
dad”.

Las investigaciones de Iborra suponen sin duda una gran aportación


al estudio del fenómeno, kiki-bouba. Sin embargo, a pesar del gran
número de modalidades estudiadas, Iborra no presenta en su tesis
ningún estudio sobre la existencia de parámetros de tipo motor en el
efecto kiki-bouba. Creemos que este tipo de fenómeno también
podría darse a nivel motor (lo que recibiría el nombre de sincinesia)
y que, de ser este el caso, el hallazgo tendría gran valor aplicado,
siendo este el motivo de realizar nuestro estudio.

2. Método

Procedimiento
En primer lugar procedimos a buscar los parámetros motores que
constituirían las variables a investigar en nuestro estudio. Los 5
parámetros que suelen utilizarse al referirse al movimiento son los
siguientes: fuerza, resistencia, agilidad, velocidad y coordinación.

Ya que el objetivo era analizar el componente motor, de modo ideal


los sujetos deberían realizar ellos mismos los movimientos, pero
esto complicaba en demasía el experimento. Sin embargo, la mera
observación de los movimientos hace que la corteza motora se acti-
ve, gracias a la acción de las neuronas espejo, por lo cual era sufi-
ciente con visionar a alguien realizando las acciones. Por lo tanto
nos dispusimos a grabar vídeos en los que pudiera observarse a una
persona realizando acciones que reflejaran los parámetros motores.
Estos parámetros los dividimos en opuestos (movimientos ágiles vs
torpes, rápidos vs lentos y fuertes vs débiles) con la idea de que

223
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

pudieran ser asignados a los sonidos kiki/bouba y a las figuras estre-


lla/ameba.

De los cinco parámetros del movimiento, decidimos elegir 3 (fuer-


za, velocidad y agilidad) ya que considerábamos que éstos serían
más fácilmente identificables durante el visionado de los vídeos,
pues era de gran importancia que el movimiento fuera claramente
identificable y no diera lugar a interpretaciones erróneas. Una vez
elegidos los tres parámetros, se grabaron los vídeos y posteriormen-
te se mostraron al profesor, que dio su visto bueno. También deci-
dimos incluir, de manera anecdótica, un cuarto parámetro (éxito-
fracaso), dado que uno de los vídeos realizados correspondía a este
tipo de movimiento.

Por otro lado, se confeccionaron unos tests que debían rellenar los
sujetos, asignando los movimientos a los sonidos (kiki/bouba) y a
las figuras (estrella/ameba). Ya que los sujetos elegidos para reali-
zar el experimento eran alumnos de 1º y 2º de ESO, para conseguir
motivarlos y que se esforzaran en rellenar los cuestionarios, decidi-
mos darle un sentido a la tarea, por lo que creamos una historia
adaptada a su edad que daba un encuadre al ejercicio (ver anexos 1
y 2).

Posteriormente el test fue administrado por una persona con expe-


riencia y conocida para los niños (su profesora). En la primera parte
del test, la profesora explicaba a los alumnos el objetivo de la prue-
ba después de repartir los tests y antes de comenzar, asegurándose
de que el objetivo estaba claro para todos. Después dejaba que leye-
ran la parte de introducción e instrucciones del test. Por último pro-
yectaba los vídeos de dos en dos y tras la visualización de cada par
de vídeo, dejaba unos minutos para que los alumnos rellenaran el
cuestionario.

224
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

En la segunda parte, la profesora explicaba de nuevo las instruccio-


nes de la prueba y se aseguraba de la comprensión del objetivo por
parte de todos los alumnos. Luego los alumnos leían la introducción
e instrucciones del cuestionario y lo rellenaban.

Una vez terminada la prueba, se recopilaron los datos y se analiza-


ron, mostrando los resultados que exponemos en el apartado de Re-
sultados.

Participantes
Los tests se administraron a 50 alumno/as de los cursos de 1º y 2º de
ESO del “C.P.R. El Azahar” de Lecrín (Granada), de edades com-
prendidas entre los 12 y los 14 años. La prueba se realizó durante
los días 10 y 13 de mayo de 2013 en horario lectivo.

Material
Para la grabación de los vídeos se utilizó una video-cámara no pro-
fesional, y la edición posterior se realizó con el programa Movie
Maker. El vídeo fue visionado utilizando un proyector de vídeo so-
bre una pantalla digital. Por último, los cuestionarios se administra-
ron en formato papel.

Diseño
El experimento está dividido en dos partes, una parte a la que hemos
denominado “motora” y una segunda llamada “conceptual”.

En la parte motora se visionan los vídeos que muestran los paráme-


tros motores de estudio, divididos en parejas que señalan polos
opuestos del parámetro a estudiar (movimientos rápidos vs lentos,
ágiles vs torpes, etc.). Posteriormente los sujetos deben asignar el
nombre kiki o bouba a cada vídeo.

225
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

En la parte conceptual, se presentan las imágenes de la estrella y la


ameba, y se pide a los participantes que asignen a cada imagen los
conceptos que corresponden a los movimientos previamente visio-
nados (ágil-torpe, fuerte-débil, etc.).

3.Resultados

El análisis de los datos obtenidos refleja los resultados que especifi-


camos en las gráficas que se muestran a continuación.

226
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Gráfica 14.1. PARTE 1 (MOTORA) PARA SONIDOS KI-


KI/BOUBA

82% 92% KIKI 84% 84%

18% 8% 16% 16%

Fuerte Ágil Torpe Lento Éxito


Débil Rápido Fracaso

BOUBA
82% 92% 84% 84%

18% 8% 16% 16%

Fuerte Ágil Torpe Lento Éxito


Débil Rápido Fracaso

227
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Gráfica 14.2. PARTE 2 (CONCEPTUAL) PARA FIGURAS ES-


TRELLA/AMEBA
92%
80% 76% 74%

20% 24% 26%


8%

Fuerte Ágil Torpe Lento Éxito


Débil Rápido Fracaso

92%
80% 76% 74%

20% 24% 26%


8%

Fuerte Ágil Lento Éxito


Débil Torpe Rápido Fracaso

4. Discusión

228
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Aunque para este estudio no hemos utilizado el criterio estricto


(9/10) necesario para confirmar el efecto kiki/bouba, nuestros resul-
tados muestran un sesgo claramente significativo (>70%) en la
asignación de los sonidos y las figuras a los distintos mo vimientos.
Los resultados de la parte motora indican que el sonido kiki se rela-
ciona con movimientos fuertes, ágiles, rápidos y de éxito, mientras
que el sonido bouba lo hace con movimientos débiles, torpes, lentos
y de fracaso.

Por su parte, los resultados de la parte conceptual señalan a la figura


de la estrella como fuerte, ágil, rápida y de éxito, mientras que la
figura de la ameba es calificada como débil, torpe, lenta y de fraca-
so.

Es decir, la asignación de los parámetros ágil, veloz, fuerte y de


éxito coincide con el sonido kiki y la figura de la estrella, mientras
que los parámetros débil, torpe, lento y de fracaso son asignados al
sonido bouba y la figura de la ameba. Interpretamos la coincidencia
en la atribución de las parejas de parámetros motores a kiki/estrella
y bouba/ameba como una prueba de la existencia del componente
motor en el efecto kiki/bouba.

Una vez confirmada nuestra hipótesis, consideramos que nuestros


hallazgos pueden tener aplicaciones de gran interés. Por ejemplo, en
el campo educativo, el efecto kiki/bouba podría potenciar la adqui-
sición del desarrollo conceptual en los programas educativos de
estimulación cognitiva. Para el alumnado de corta edad, a partir de
los 6 meses, se podrían diseñar ejercicios visuales en los que las
figuras de kiki (estrella) y bouba (ameba), realizaran movimientos
en pantalla o monitor, acompañados de música, y en los que una
voz en off, verbalizara los calificativos que correspondieran con los
diferentes movimientos y música de fondo al tempo. Con ellos los

229
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

bebés recibirían una estimulación que establecería las relaciones


conceptuales por distintos canales: auditivo, visual y motor. Con
ello el aprendizaje se haría más sólido al aumentar las redes de es-
quemas mentales que forman la significatividad.

Nuestro estudio también podría tener aplicaciones en el campo co-


mercial – publicitario. Como sabemos, la publicidad busca conectar
con el comprador a través de generar el deseo de adquirir un pro-
ducto al querer identificarse con sus atributos. Las cualidades rela-
cionadas con la figura de la estrella podrían asignarse a modelos y
marcas determinadas en deportes como, por ejemplo, los del mundo
del motor, y este factor podría aumentar considerablemente las ven-
tas.

Igualmente, en relación las marcas relacionadas con el deporte y


venta de material deportivo, las formas estrelladas de kiki podrían
utilizarse en el diseño de vestuario y logos, beneficiando las ventas
de estos productos, al asociarlas con calificativos de movimiento
rápido, ágil y fuerte.

Como conclusión consideramos que nuestro estudio aporta datos


que tienen gran interés y valor aplicado. Ya que es una primera
aproximación al campo de lo motor, abre camino a posibles investi-
gaciones futuras, en las que podrían incluirse los dos parámetros
que han quedado sin estudiar en esta ocasión (coordinación y resis-
tencia), o estudiarse variables que combinaran otros tipos de movi-
miento (por ejemplo, simples vs complejos), o el movimiento con
otros parámetros sensoriales.

230
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

VIDEOS DISPONIBLES EN WEB SETSHIFT


ANEXO 1. CUESTIONARIO PARTE MOTORA

LOS VISITANTES (PARTE 1)

Han llegado a la Tierra unos extraterrestres tres y nos hablan


h en un
idioma muy extraño (un idioma de extraterrestre).
terrestre). A continuación
vas a ver una serie de vídeos. Después de ver cada vídevídeo te pedimos
que le pongas un nombre a la acción que ves es en el vídeo,
vídeo usando ese
idioma extranjero. Tienes dos opciones: usar sar la palabra
palabr “kiki” o la
palabra “bouba”. Los vídeos van de dos en n dos, así que,
que si para uno
eliges la palabra kiki, para el otro tendrás que usar la pa
palabra bouba.
Cuando acabe el vídeo, escribe sobre la línea de rayas raya el nombre
que le pondrías a cada una de las acciones que has vist visto. Videos 1 a
8 en parejas (1-2), (3-4) (5-6) (7-8): disponibles
ibles en web setshift.

ANEXO 2. CUESTIONARIO PARTE CONCEPTUAL


NCEPTUAL

LOS VISITANTES (PARTE 2)

Los extraterrestres tienen el aspecto que veses más abajo.


abajo A continua-
ción verás una serie de cualidades y tienes que poner de debajo de cada
uno, las cualidades que crees que tiene. All igual que aantes, las cua-
lidades van emparejadas y si eliges una paraara uno de lolos extraterres-
tres, tendrás que darle la otra al otro extraterrestre.
aterrestre. La
Las cualidades
son: rápido-lento; ágil-torpe; fuerte-débil y éxito-fracas
fracaso

231
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

CAPÍTULO 15: EFECTO KIKI


BOUBA Y NEUROMARKETING 1
Inmaculada García Caño; Verónica Municio Pareja, María
José de Córdoba y Emilio Gómez Milán.
Universidad de Granada

Como muchos de los capítulos anteriores, este contempla dos par-


tes. Una primera parte teórica, donde vamos a presentar los estudios
de intermodalidad sensorial siguiendo sobre todo a Charles Spence
de la Universidad de Oxford y sus aplicaciones de mercado. Segui-
do de una segunda parte empírica de estudios realizados en la uni-
versidad de Granada, dirigidos por el profesor Emilio Gómez sobre
el efecto Kiki Bouba y los alimentos y bebidas, en la asignatura de
quinto curso de la licenciatura de Psicología, Psicología Teórica en
2013.

1. Intermodalidad Sensorial

¿Pueden los sonidos, las formas o la simple luz influir en el gusto,


las texturas o los sabores de la comida y la bebida? ¿Y si las pala-
bras tuvieran color? Hay numerosos estudios a lo largo de los años
que informan que para los sinéstetas, ciertos sonidos, formas o pa-
labras suscitan sabores y texturas específicas. Para poner al lector en
situación, La sinestesia se definiría como una facultad poco común
que tienen algunas personas, que consiste en experimentar sensa-
ciones de una modalidad sensorial particular a partir de estímulos de
otra modalidad distinta.
Mirando a través de los anales de la historia del marketing, pode-
mos encontrar ocasionalmente menciones a la existencia de una
variedad de mezclas sensoriales (tendencia de un individuo a aso-
ciar una característica o atributo, en una modalidad sensorial, con

232
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

una función sensorial, o atributo, en otra modalidad sensorial) entre


formas abstractas y gustos básicos.
Por ejemplo, los consumidores suelen emparejar formas más re-
dondeadas (por ejemplo, círculos) con alimentos y bebidas que tie-
nen un gusto dulce, mientras que relacionan alimentos de sabor
amargo, con formas más angulares, tales como estrellas y triángulos
(Spence y Ngo, 2012).
Algunas bebidas utilizan formas de color rojo angular, con frecuen-
cia una estrella, pero a veces también un triángulo o pirámide, con
el fin de indicar subconscientemente al consumidor que el contenido
del embalaje es carbonatado y/o de sabor amargo. Como es el caso
del agua, la cerveza o los refrescos.
¿Por qué ocurre esto? Por un lado, se podría argumentar que la
forma triangular en la parte frontal de la botella Apolinar (Figura
1B) simboliza una montaña. También se podría señalar el hecho de
que las estrellas se utilizan comúnmente para reconocer al ganador
de un premio, algo de alta calidad, y / o el éxito. Por lo tanto, uno
podría pensar que esta es la razón por la cual dichas formas apare-
cen tan frecuentemente en el etiquetado de las aguas embotelladas.
Sin embargo, el punto clave a tener en cuenta es que este tipo de
formas angulares aparecen
con mucha más frecuencia
en la parte frontal (por no
hablar de los lados, la
espalda y la parte supe-
rior) de aguas carbonata-
das que en los envases de
aguas tranquilas. Heine-
ken, uno de los principales
productores de cerveza,
otro bebida alcohólica
carbonatada, también ha

233
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

incorporado la estrella roja como una parte integral del logotipo de


la empresa (Figura 1D) (Spence y Ngo, 2012).

El hecho de que disfrutemos de la comida no viene sólo del sabor y


el olor, sino también del sonido que hace cuando la comemos o de
la propia apariencia. Porque ¿cómo nos vamos a tomar una patata
chip sin que cruja y que nos sepa igual?
Las cualidades orales-somatosensoriales de la comida son también
muy importantes como la textura, la temperatura, incluso el dolor
(si estamos comiendo chili picante por ejemplo). Todo influye en la
experiencia multisensorial de la comida.
Pero no sólo sobre la comida se ha investigado. La percepción del
sabor de la bebida (vino, whisky…) también ha sido un tema recu-
rrente a la hora de estudiar la multisensorialidad de la percepción
del sabor.
Durante los últimos 30 años, psicólogos y neurocientíficos cogniti-
vos han estado investigando cómo nuestros cerebros combinan lo
que ven, escuchan y sienten con el fin de generar experiencias mul-
tisensoriales ricas y variadas que llenan nuestra vida cada día.
Por ejemplo, las propiedades de la vajilla pueden afectar a la per-
cepción de las muestras de alimentos de las personas como demues-
tran Laughlin y colaboradores (2011), que llevaron a cabo lo que
bien puede ser el primer estudio publicado para investigar si las
cucharas hechas de metales diferentes tienen diferentes gustos. Mi-
dieron la sensación metálica de cucharas plateadas con siete meta-
les diferentes: oro, plata, zinc, cobre, estaño, cromo y acero inoxi-
dable. Es importante destacar que, todas las cucharas eran idénticas
en términos de su forma, tamaño, y peso, y las diferencias visuales
entre las cucharas no eran evidentes para los participantes (que tu-
vieron los ojos vendados durante todo el estudio). Los resultados
revelaron que las cucharas de oro y cucharas de cromo eran califi-
cadas con un sabor menos metálico, menos amargo, y menos fuerte.

234
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Por el contrario, las cucharas de zinc y cobre fueron características


de un sabor más fuerte, más amargo y más metálico, y fueron tam-
bién las únicas cucharas que fueron calificadas como degustación
significativamente menos dulce.
Más recientemente, Piqueras, Fiszman y colaboradores (2012) am-
pliaron esta línea de investigación mediante el estudio de la transfe-
rencia del gusto de estas cucharas de metal a la comida consumida
con ellas. Los participantes en el estudio tenían que evaluar como
“dulce, ácido, amargo, salado, o simple” muestras de crema usando
cucharas que habían sido plateadas con uno de los cuatro metales
diferentes: oro, cobre, zinc, y acero inoxidable. Una vez más, las
cucharas tenían la misma forma, el tamaño y el peso, y los partici-
pantes fueron con los ojos vendados con el fin de eliminar las seña-
les visuales. Además de transferir sabor un poco metálico y amargo
a la comida, se encontró que las cucharas de zinc y cobre también
mejoraban el sabor dominante de cada crema (como por ejemplo
hasta un 25 % en el caso de la amargura). Sin embargo, las cucharas
de oro y de acero inoxidable, por el contrario, no afectaron el sabor
de las diferentes cremas. En conjunto, estos resultados sugieren que
la fabricación de cucharas a partir de una gama más amplia de mate-
riales podría, en el futuro, ser utilizada para mejorar (o, al menos,
para alterar) la amargura, y/u otro de los sabores básicos de los ali-
mentos tales como el café amargo y oscuro a base de chocolate.
Por el contrario, el aumento de la salinidad asociada con el consumo
de alimentos salados con la ayuda de zinc y cucharas de cobre podr-
ían tal vez tener una aplicación más amplia (por ejemplo, para las
personas en las dietas con restricción de sodio).
En un estudio relacionado, Piqueras -Fiszman y Spence (2011) han
demostrado que la comida fue calificada como significativamente
más agradable, y percibida como de mayor calidad cuando se pro-
baba con una cuchara metálica pesada en comparación con una cu-
chara de plástico de apariencia metálica. Teniendo en cuenta que

235
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

tanto las propiedades de peso y materiales de las cucharas variaron


en este estudio, las contribuciones de cada factor a la percepción
global de los alimentos consumidos no están del todo limitadas con
claridad.
Los efectos de los cubiertos sobre la percepción de la comida de la
gente hasta el momento sólo se han probado con cucharas. Uno
podría razonablemente preguntarse si semejantes efectos también se
pueden observar en los alimentos que se consumen con la ayuda de
tenedores, cuchillos, y / o los palillos.
Además de las propiedades de peso y material, el tamaño de los
cubiertos también importa. Mishra, Mishra y Masters (2011) han
demostrado recientemente en un restaurante que el tamaño de los
cubiertos puede tener un impacto en la cantidad que la gente come.
Se informó de que los individuos que consumían con la ayuda de
tenedores más pequeños tendían a consumir más alimentos, en
comparación con los que comían con un tenedor grande. ¿Por qué?
Porque el cubierto pequeño da la sensación de que no se está avan-
zando mucho en saciar el hambre por lo que los participantes con-
sumen más que cuando se usa un cubierto más grande.
Sin embargo, en condiciones de laboratorio, donde los participantes
no tienen que pagar por su comida, Mishra y colegas encontraron
que las personas comieron menos con un tenedor pequeño que con
un tenedor más grande (es decir, el efecto contrario al observado en
el restaurante). De acuerdo con esta hipótesis, Wansink y colabora-
dores (2006) observaron que cuando se ofrecen helados gratis los
participantes que recibieron cucharas más grandes se sirven casi el
15% más que aquellos con cucharas pequeñas, aunque el efecto no
fue estadísticamente significativo.
Por lo tanto, la cantidad que consumen las personas se basa en al
menos dos factores: el tamaño de los cubiertos y el análisis de coste
/ beneficio en relación con el costo de la comida mediante el cual

236
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

las personas tienden a comer menos cuando la comida es gratis y se


les da un pequeño utensilio para comer.
En un estudio, Harrar, Piqueras-Fiszman y Spence (2011) les mos-
traron a los participantes palomitas de maíz dulce o salado en cuatro
cuencos de diferente color: blanco, azul, ver-
de y rojo. Los participantes informaron que
las palomitas de maíz salado tenían un sabor
más dulce cuando se tomaban en un recipien-
te de color azul o rojo, mientras que las pa-
lomitas dulces eran calificadas como más
saladas cuando se tomaban en el recipiente
azul. Aunque estos efectos eran pequeños,
fueron sin embargo, estadísticamente signifi-
cativos.
El contraste del color del cuenco con las palomitas no se puede uti-
lizar con tanta facilidad para explicar los resultados de Harrar y co-
laboradores (2011) ya que las palomitas de maíz se comen con la
mano y esto hace que haya siempre un mismo contraste: la mano de
los participantes. Por lo que daría igual el color del recipiente ya
que lo que hace contraste en última estancia con las palomitas, es la
mano de cada uno de los participantes. Una posible explicación al-
ternativa es que estos efectos demuestran otro ejemplo de la transfe-
rencia de sensación, dado que el rojo se asocia típicamente con dul-
zura mientras que el azul más a menudo se asocia con sabor salado.
En otro estudio, Piqueras - Fiszman y colaboradores (2012) compa-
raron el sabor de los alimentos que se presentan en placas de color
negro o blanco. Encontraron que una mousse con sabor a fresa ser-
vida en una placa de color blanco se percibe como un 15% más in-
tensa, 10 % más dulce, y les gustó el 10 % más en comparación con
exactamente el mismo postre pero servido en un recipiente negro.
Piqueras - Fiszman y sus colegas (2012) sugirieron que el color de
la placa puede afectar el color percibido de los alimentos por medio

237
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

de ilusiones de contraste de color. En el fenómeno del contraste


simultáneo, un objeto en primer plano parece tener un color diferen-
te (o contraste) dependiendo del color del fondo.
Piqueras-Fiszman y colaboradores (2012) también investigaron si la
forma del recipiente influía en la percepción del gusto/sabor. En-
contraron que el sabor de la crema batida con sabor a fresa no se
veía afectada por la forma de la placa en la que se sirvió (las placas
utilizadas en este estudio fueron cuadradas, redondas y triangulares)
Por el contrario, Julie Simner (2011) ha informado en un estudio
realizado en colaboración con Jamie Ward y otros, que el consumo
de alimentos de un plato redondo frente a otro con forma estrellada
ejerce un efecto pequeño pero significativo sobre la acidez percibida
de la comida.
¿Qué podría explicar la inconsistencia en los resultados obtenidos
entre estos dos estudios? La explicación más probable para estos
resultados inconsistentes se relaciona con el hecho de que Simner y
colaboradores (2011) utilizaron una placa en forma de estrella (con
5 puntas), mientras que Piqueras–Fiszman (2012) utilizaron placas
triangulares y placas cuadradas con bordes bastante redondeados.
Por lo tanto, la angulosidad de las placas difirió entre ambos estu-
dios dando resultados diferentes.
Además del efecto del color y la forma de los recipientes en la per-
cepción de alimentos, el tamaño también puede influir. Así, por
ejemplo, en un influyente estudio, Wansink, van Ittersum , y Painter
(2006) investigaron el efecto del tamaño de los tazones y el consu-
mo en un evento social. Cuando a los participantes se les proporcio-
naba un recipiente más grande se sirvieron un 30% más de helado
que los que recibieron un tazón pequeño. Además, dado que los
participantes casi siempre terminaban la comida de sus platos, los
que comieron de un tazón grande terminaron consumiendo más
helado en general. Wansink y sus colegas (2006) intentaron explicar
estos resultados en términos de la ilusión tamaño/contraste de Eb-

238
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

binghaus-Titchener y de la ilusión de Delboeuf. Los participantes


con recipiente grande percibían menos cantidad de helado, por lo
que servían más. En cambio los que recibieron el recipiente peque-
ño, vieron una cantidad de helado mayor por lo que no tuvieron la
necesidad de servirse más.
Pensando en los envases directamente, las personas tienen asocia-
ciones muy específicas en cuanto a la forma y materiales de este
tipo de botellas, lo que podría influir su percepción de los alimentos
y bebidas. Aunque lo cierto es que la gente normalmente no come
directamente de esos envases, podrían ejercer un efecto en la expe-
riencia general del consumidor, que afecta a los comportamientos
alimenticios de la gente, y en última instancia, incluso a su percep-
ción de la comida y la bebida.
Por ejemplo, Dan Ariely (2008) informó de que el cambio de los
recipientes para café (es decir, el cuenco del azúcar, el recipiente de
leche o una jarra, los agitadores de la canela y el chocolate, las cu-
charillas para remover…) ejercieron una influencia significativa en
el gusto de la gente para tomar un café. Los participantes de este
estudio se dividieron en dos grupos. Ambos grupos aceptaron a re-
llenar un cuestionario a cambio de una taza de café. Al primer grupo
se le ofreció el café en taza de cristal y metal con bonitas etiquetas
servidas en una bandeja. Al segundo grupo se le sirvió en café en
vasos desechables y las etiquetas estaban escritas a mano. Los pri-
meros percibieron mayor calidad y mejor sabor, indicando en el
cuestionario que pagarían más dinero por el café. Todo lo contrario
ocurre con el grupo que tomó su café en vaso desechable.
En general, el entorno en el que la gente come influye en muchos
aspectos de la conducta de consumo, desde lo que la gente pide, a la
cantidad que están dispuestos a pagar, y la rapidez con que co-
men/beben. Gran parte de esta investigación se ha centrado en la
atmósfera de los restaurantes y en el hogar. Coelho y colaboradores
han informado recientemente de que la exposición a la loción con

239
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

aroma de chocolate aumenta la ingesta de galletas con virutas de


chocolate (en aproximadamente un 75%) cuando la loción fue eti-
quetado como "olor a chocolate" en comparación a la misma loción
cuando estaba sin marcar. Más allá del olor, la iluminación también
puede afectar la percepción de los alimentos y las bebidas.
Los ambientes en los que vivimos son multisensoriales; a menudo
incluso la más simple de las actividades cotidianas implican la in-
teracción de múltiples fuentes de información sensorial.
Un estudio muy interesante es el presentado por Spence (2013) en el
que se quería evaluar la influencia del ambiente a la hora de beber
whisky. Para ello se crearon tres habitaciones diferentes para enfati-
zar los atributos particulares del whisky.
En un primer experimento 18 sujetos
no fumadores tomaron cuatro sorbos
de un whisky escocés de 12 años.
Cada sorbo se tomó en cada una de
las condiciones experimentales crea-
das y se tomó de forma pura, es decir
sin diluir o mezclar. En tres de las
condiciones experimentales, mientras
los participantes tomaban la bebida,
se les mostraba una pantalla con imá-
genes de hierba (A), dando una sensa-
ción “herbosa” a la habitación, una
habitación que diera una sensación de
dulzura (B) y otra habitación leñosa,
con madera (C). En la cuarta condi-
ción (control) no se mostró ningún
vídeo.
A: Se mostraba un vídeo de hierba moviéndose en el viento a la vez
que un sonido de fondo el cual era un paisaje sonoro de una pradera,
con pájaros cantando y el sonido del viento chocar con los árboles.

240
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

B: La pantalla que se mostraba consistía en imágenes rojas y negras.


Las imágenes se presentaban con una música de fondo que en este
caso era música de piano relajada y suave.
C: La pantalla enseñaba imágenes de diferentes tipos de madera
mientras la cámara se movía lentamente a través de las imágenes. El
sonido que acompañaba a las imágenes era el ruido de ramitas y
hojas al crujir bajo los pies.
Los resultados mostraron que los participantes notaban el whisky
más dulce en la condición B que en el resto de condiciones pero la
música de fondo no pareció influir. En el resto de condiciones ocu-
rrió lo mismo; el whisky tomado en la habitación leñosa tuvo un
sabor más leñoso y en la habitación de hierba un sabor más herboso.
Pero no fueron unos resultados
muy espectaculares así que au-
mentaron la muestra de partici-
pantes a 441 e incluyeron a las
habitaciones elementos de deco-
ración y muebles para crear una
habitación multisensorial más
rica.
El whisky que se utilizó en este
experimento fue el mismo que se
utilizó en el anterior.
La habitación nariz (A): Tenía
hierba en el suelo, se soltaba una
fragancia que recordaba a hierba
recién cortada y sonidos de árbo-
les moviéndose, hojas caer e in-
cluso alguna que otro sonido de
oveja caminando por el prado.
La habitación del sabor (B): La
habitación fue decorada con esferas rojas por las paredes, formas

241
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

redondas por todas partes y una fragancia dulce pero que no recor-
dara a algo en particular.
La habitación final (C): Las paredes eran de madera, la luz era te-
nue. Había sillas y bancos de madera, un árbol en una esquina y
relojes por las paredes. Se utilizó otra fragancia que recordara el
olor de la madera y una música de fondo consistente en el sonido de
la madera crujir o el sonido de unos pies pasando por encima de
hojas secas y de vez en cuando el sonido de un bajo a un volumen
tenue.
Los resultados muestran que el whisky sabe más dulce, más herboso
o leñoso si se encuentran los participantes en las habitaciones en
relación.

Por otro lado, Oberfeld y colaboradores (2009) han llevado a cabo


un estudio que muestra que simplemente cambiando el color de la
luz ambiental (desde blanco a azul, rojo o verde), es posible cambiar
la percepción de la gente de una copa de vino. Si el vino era servido
en una copa opaca, la luz no afectaba al color del vino, por lo tanto
no afectaba a su sabor. Cuando el mismo vino se tomaba bajo una
luz roja o azul, les gustaba más que si lo hacían bajo una luz verde o
blanca. Por otro lado, bajo una luz azul o verde, el vino se percibía
más picante y algo afrutado mientras que el mismo vino evaluado
bajo la luz roja era percibido más dulce que bajo la luz azul o blan-
ca.
La música, los sonidos, también afecta al ambiente en el cual se
toma una bebida o una comida. Spence (2013) llevó a cabo un estu-
dio en el que buscaba correlaciones entre la música clásica y el vi-
no.
¿Sabrá el vino diferente si estamos escuchando una pieza de Mozart
que si estamos escuchando otra de Beethoven? ¿Afectará la música
a la hora de experimentar el sabor de una copa de vino?

242
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

En un primer experimento
contaban con cuatro vinos
con características diferen-
tes:
Domaine Didier Degueneau,
Pouilly Fumé Silex del 2010
Domaine Ponsot, Clos de la
Roche del 2009
Château Margaux del 2004
Château Climens Sauternes
del 2001

Y una selección de composiciones de música clásica que contaba


con Mozart, Tchaikovski, Ravel, Debussy y Bach.
El procedimiento consistía en probar cada uno de los vinos con cada
una de las piezas de música y emparejar el vino a una de las piezas
musicales y ver si las características del vino encajaban con las ca-
racterísticas de la música expuesta. Para cada pieza musical cada
uno de los participantes tenía un cuestionario que debían completar.
Los resultados mostraron que para el primer vino, la pieza que me-
jor encajaba era el movimiento 1 en D mayor de cuarteto de flauta
de Mozart.
Para el vino dos, los participantes preferían beber este vino con la
pieza de Ravel por encima del resto de piezas.
En cuanto al vino número tres, preferían el movimiento 2 de Tchai-
kovski mostrado para tomar este vino rojo.
Y con el vino número cuatro hubo muchas discrepancias y no se
eligió una pieza en especial para este vino.
A partir de este experimento se realizó el experimento número dos
en el cual se quería evaluar cómo afectaban las piezas de música
clásica a la hora de saborear cada uno de los vinos expuestos. En

243
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

este caso se utilizaron los mismos vinos pero las piezas se redujeron
a cuatro:
Mozart’s Flute Quartet No 1 in D major, K 285 - Movement 1, Al-
legro
Ravel’s String Quartet in F major - Movement 1, Allegro moderato
- très doux
Tchaikovsky’s String Quartet No 1 in D major - Movement 2, An-
dante cantabile
ebussy’s Syrinx

El procedimiento era como en el experimento anterior, sólo que los


participantes probaban el vino dos veces: la primera vez acompaña-
dos de las piezas musicales y la segunda vez sin ningún acompaña-
miento.
Los resultaros determinaron:
Con respecto a la dulzura, los participantes percibieron los vinos
más dulces si estaban escuchando música que si no estaban escu-
chando nada. En general los resultados muestran que los participan-
tes disfrutaban más del vino con música de fondo.
También preferían a la hora de tomar vino rojo piezas más tristes y
melódicas que con el vino blanco. Preferían el vino rojo cuando
escuchaban la pieza de Tchaikovsky y el vino blanco cuando la pie-
za escuchada era de la de Mozart.
Podemos ver que gracias a la tecnología, hacemos que la comida y
la bebida sean más agradables o desagradables. Podemos hacer que
nuestra comida favorita sea aún más agradable si la acompañamos
con un contexto coherente con la comida o bebida que estemos
tomando en ese momento. También se puede conseguir lo contrario,
que la comida que nos guste sea más desagradable de tomar si las
condiciones ambientales expuestas son incoherentes.

244
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Estudios empíricos
Spence (2013) comprobó que el forma-
to de una simple chocolatina puede
influir en el sabor de la misma. Para el
estudio se utilizó la barrita de chocola-
te conocida como Cadbury Dairy Milk.
En la imagen de la izquierda vemos dos
barritas: Una más rectangular y otra más redondeada. La barrita
de chocolate original es la de la parte superior. En este estudio
los participantes percibieron más dulce la chocolatina redondea-
da aun llevando la misma composición y receta ambas.

Esto nos lleva a hablar de kiki bouba. En un estudio de Spence y


Gallace (2010) vieron que ciertos alimento se relacionaban con las
formas de kiki y otros alimentos con forma de bouba. Para ello co-
gieron una muestra de alimentos y bebidas entre los que destacaban
queso brie, zumo de arándanos o el agua con gas. Los sujetos en su
gran mayoría emparejaron el queso brie con bouba y tanto el zumo
de arándanos agrios como el agua con gas con kiki. Esto se debe a
que kiki se relaciona más con formas puntiagudas, en este caso con
sabores más amargos o ácidos. Bouba por el otro lado se relaciona
con sabores más dulces y suaves.
Esto lo podemos encontrar también en otro estudio de Spence y sus
colaboradores (2011) en el cual se presentaban distintos alimentos y
bebidas, pero los sujetos no veían en ningún momento la forma de
los mismos. Con esto se pretende que la forma no influya en la
elección de kiki o bouba, sino que los participantes se dejen llevar
simplemente por el sabor. Algunos de los alimentos que utilizaron
fueron, mermelada de arándanos, yogurt de fresa, queso cheddar,
chocolate con menta o patatas fritas con sal y vinagre. Como en el
estudio expuesto anterior las patatas que tenían un sabor más ácido

245
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

y fuerte se relacionaron con kiki, y la mermelada de arándanos, que


tiene un sabor más dulce se relacionó con bouba.
Este efecto puede apreciarse en otras culturas como es el caso de la
población de Namibia (Bremner et al 2013). Pero en lugar de coin-
cidir con las mismas asociaciones que realizan los miembros de la
cultura occidental se da el efecto contrario: La población de Nami-
bia asocia alimentos tales como el chocolate con Kiki y el agua con
gas con Bouba. Estos resultados muestran que la cultura y los facto-
res filogenéticos tienen un rol importante en las mezclas multisen-
soriales.

2. Estudios realizados en Psicología Teórica, Universidad de


Granada (2013).

Autores de los estudios experimentales: Arribas Bermejo, Ana Pau-


la; Batlle Rico, Anna; Pilar Bustos Alcalá; Beatriz Juan Córdoba;
Beatriz Única Torregrosa; Beatriz Trujillo García; Lydia Martín
Ibáñez; María Auxiliadora Martín Sánchez; Zenaida Rey Moreno.
Disponibles en la web setshift.

A colación de los resultados encontrados en numerosas investiga-


ciones publicadas en revistas científicas, la Universidad de Granada
ha llevado a cabo una serie de estudios en relación con kiki y bouba
para ratificar dichos resultados.
En un primer estudio de Trujillo y Martín (2013) se encontró una
asociación entre cocina tradicional y bouba y entre cocina moderna
y kiki. Así mismo cuchara se relacionó con bouba y tenedor con
kiki. Se les presentaba a los sujetos distintas imágenes de restauran-
tes, de platos y de cubiertos teniendo que identificar cada una de las
imágenes con kiki o con bouba. Para llegar a estas conclusiones
hicieron el siguiente experimento: Participaron 30 sujetos de entre
18 y 30 años. El procedimiento consistía en presentar distintas imá-

246
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

genes de platos de comida tradicionales y vanguardistas, fotos de


tenedores y cucharas, imágenes de diferentes restaurantes… y seña-
lar en un cuestionario si cada una de las imágenes era más kiki o
más bouba.
En otro estudio llevado a cabo por Única (2013) se quisieron com-
probar las siguientes hipótesis: “El vino tinto será designado como
kiki y el vino blanco como bouba” y “En la población de mayor
edad, los vinos secos serán más designados como kiki y los dulces
como bouba, independientemente de que sea tinto o blanco”. Los
participantes fueron veinte personas, de las cuales diez tenían una
edad comprendida entre 19-25 años y otros diez, una edad entre 43-
55 años.
Se presentaron dos tipos de vinos, blancos y tintos y dentro de esas:
Vino blanco seco: “Menade Verdejo 2009” Rueda.
Vino blanco dulce: “Vino Blanco Dulce Moscatel Grano Menudo”
Vino tinto seco: “Abadia mantrus Crianza 2009” Ribera del Duero.
Vino tinto dulce: “Pedro Ximénez”.
En cada degustación, los participantes tenían que designar a cada
uno con kiki y bouba. Para probarlos y designar cerraban los ojos
para no permitirles ver o intuir de qué tipo de vino se trata.
Para la gran mayoría de participantes el vino tinto se relacionaba
con kiki, mientras que el vino blanco con bouba. En cuanto a la di-
ferenciación entre seco y dulce, esta investigación no proporciona
datos significativos, pero la tendencia es la esperada, el dulce es
bouba y el seco kiki.
Pero los estudios de la Universidad de Granada exploran otros
ámbitos a parte de la alimentación como puede ser el estudio de
Martín y Rey (2013) acerca de los perfumes. En este estudio quisie-
ron relacionar distintas fragancias con kiki y bouba. Para ello mos-
traron a los participantes olores de vainilla y chocolate (bouba) y
limón y naranja (kiki). Los resultados mostraron que en efecto los
olores ácidos se identificaban con kiki y los olores más suaves lo

247
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

hacían con bouba. Con respecto a la forma de los frascos de los per-
fumes, los botes con formas redondeadas se asociaban a bouba y los
de forma puntiaguda o estrellada, a kiki.
Otro ámbito estudiado ha sido el de la anorexia. Bustos y Juan
(2013) plantean un estudio en el que intentan encontrar una posible
influencia de la distorsión cognitiva en la imagen corporal sobre el
efecto kiki-bouba. La muestra escogida para esta investigación es-
tuvo constituida por 34 mujeres con edades comprendidas entre 14
y 35 años. Se dividieron en dos grupos: uno experimental (dividido
a su vez en Grupo experimental 1: Bulimia Nerviosa, con 11 sujetos
y Grupo experimental 2: Anorexia Nerviosa, con 11 sujetos) y otro,
el grupo control que se formó con 12 mujeres sin estos trastornos.
Usando el Test de las Siluetas, preguntaron al sujeto cuál de las dos
siluetas elegidas representaba a kiki y cuál a bouba.
Por otro lado, cuando se presentaban las figuras de las dos modelos,
los sujetos debían realizar lo mismo y atribuir a cada imagen la pa-
labra Kiki y la palabra Bouba. En el momento en el que se presen-
taban las propias figuras de Kiki y de Bouba, el sujeto tenía que
indicar la figura con la que se identificase.
Los datos obtenidos nos revelan que la mayoría de las mujeres tanto
controles, bulímicas como anoréxicas asocian a las personas delga-
das con kiki y a las personas gruesas con bouba. Así mismo las per-
sonas con algún tipo de estos trastornos de la alimentación se identi-
ficaban a sí mismas con bouba cuando en realidad su delgadez se
relacionaba más con kiki.
Una última investigación aportada por estudiantes de la Universidad
de Granada versa sobre la personificación kiki-bouba en relación
con los profesionales de la sanidad pública. Al ver que las premisas
“simpático”, “menos cualificado” y de “bajo estatus” se asocian
mayoritariamente a la figura y a la palabra Bouba, y que “antipáti-
co”, “altamente cualificado” y de “alto estatus” se asocian mayorita-
riamente a la figura y a la palabra Kiki, Arribas y Batlle (2013) en-

248
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

contraron que las profesiones dentro del ámbito sanitario con más
estatus socioeconómico (cirujano y médico de familia) se asociaban
a kiki mientras que las de menor estatus (enfermero y celador) lo
hacían a bouba. Para ello participaron 60 estudiantes de la Universi-
dad de Granada de edades comprendidas entre 18 y 36 años.
En un último estudio, replicando a Spence, se dio a probar a treinta
estudiantes con los ojos vendados, chocolate blanco (dulce) y cho-
colate negro (amargo), mientras sostenían en la palma de la mano
bien un guijarro puntiagudo o bien una bola de algodón, los resulta-
dos indicaron que se percibía como mucho más dulce el chocolate
blanco cuando se sostiene el algodón y como mucho más amargo el
chocolate negro cuando se sostiene el guijarro. Al menos ahora us-
ted sabe que el chocolate negro sabe más amargo en una tableta
fina y el chocolate blanco es más dulce en formas redondeadas. El
vino tinto sabe mejor con Tchaikovsky (notará más los taninos en el
paladar), el blanco con Mozart y el whisky en un entorno leñoso;
que el peso de la botella hace valorar mejor al vino así como el de la
copa. Usted puede también tener en cuenta la luz si la copa es trans-
parente y no tomar vino tinto en la cocina, donde nada ni bebidas ni
alimentos saben como en el lugar de origen donde los adquirió du-
rante su visita turística, por el entorno blanco creado por los azule-
jos. Es interesante saber también que en el lenguaje de los expertos
sobre los adjetivos usados para describir al vino rojo y al vino blan-
co, se utilizan palabras asociadas a rojo para el vino tinto como sa-
bor tierra o afrutado con sabor a moras, amargo y palabras que de-
notan color blanco para el vino blanco como un toque de melón o de
limón, dulce. Esto es, se dejan guiar por el color, por eso hasta los
expertos son malos evaluando a los rosados o a un vino blanco teñi-
do de rojo o viceversa. De manera que aprenda muchos adjetivos y
simule ser un experto, igual que puede simular en la fiesta de navi-
dad ser un sinésteta que ve el aura y atribuir colores a los invitados,
ya verá como el narcisismo hace que tengan mucho interés por sa-

249
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

ber el color que les corresponde y qué significa. Es decir, que el


cerebro no es sensorial sino perceptual, transmodal, y crea expe-
riencias, esto es, que si me dicen que una película es buena y todo el
mundo se ríe con ella, me gusta más; que si me indican que el vino
es caro (aunque sea uno barato en una botella cara) las zonas de
recompensa cerebral se disparan con un sorbo. Que todos los senti-
dos participan del sorbo, además de las expectativas sociales, el
esfuerzo por obtenerlo y probarlo…Esto es filosofía del vino y hay
muchas formas de tomarse una copa de vino: sensorial (con sed, con
cansancio, tras esfuerzo físico, en lo alto de la noria), transmodal,
conceptual, imaginativa, multisensorial, social… en todas sabe dis-
tinto, nunca es la misma copa de vino.

250
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

CAPÍTULO 16: EFECTO KIKI


BOUBA Y NEUROMARKETING 2 –
LA NEUROPOLÍTICA.
Jorge Martínez Martos, Vanesa Román Macías, Oscar Iborra,
María José de Córdoba y Emilio Gómez Milán.
Universidad de Granada

1. Marcas comerciales

En muchos aspectos de nuestra vida cotidiana tendemos a actuar de


manera automática, sin realmente ser conscientes de lo que estamos
haciendo, o bien de por qué lo estamos haciendo. Dichas situaciones
incluyen aquellas relaciones intermodales que hace la población en
las que se vinculan ciertos sonidos y formas, con algunas emociones
o sensaciones.
Estos casos de la vida diaria los vemos reflejados en situaciones tan
comunes como son los aspectos subliminales de la publicidad. Cier-
tos anuncios publicitarios crean en nosotros una serie de sensacio-
nes a través de las características que nos transmiten mediante el
nombre del producto. Estos, normalmente no se eligen de manera
arbitraria, sino de manera que haya congruencia entre los aspectos
que se quieren trasmitir y la palabra que va a designar dicho produc-
to, algo que se explica a través del simbolismo fonético, el cual se
detallará más adelante. La misma congruencia se busca en la rela-
ción entre el logo que se diseña para representar una marca o pro-
ducto de manera que a través de las características que represente
pueda transmitir unas sensaciones u otras, con el fin de impulsar al
receptor a consumir tal producto.
A continuación veremos cómo en el caso de los coches, ciertas mar-
cas como Mitsubishi, crean en las personas sensaciones relaciona-

251
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

das con las características de juventud, fuerza o clase alta, mientras


que otras como Toyota, sin embargo, nos hacen percibir el producto
como algo más maduro y familiar, de clase más baja o económico.
Esto es un recurso al que los vendedores pueden recurrir de manera
eficaz para promocionar su producto, pudiendo generalizarse
además a alimentos y demás productos del mundo del marketing.
La conducción se convierte también en otro de estos aspectos de la
vida cotidiana en los que tendemos a hacer relaciones automáticas.
Cuando estamos conduciendo y vamos atentos a todos los estímulos
que nos rodean, de manera inconsciente economizamos a la hora de
leer las señales de tráfico haciendo relaciones entre las formas y los
colores de estas y lo que reflejan, más que en el contenido en sí de
la señal. A lo largo del capítulo explicaremos como por ejemplo al
ver una señal de color rojo automáticamente la relacionamos con
una advertencia de prohibición, o porqué al reconocer una señal con
forma de triángulo esta se relaciona automáticamente con la proxi-
midad de un peligro.
El componente emocional del que hablamos que se transmite de
manera visual o acústica, también se ve reflejado en la atribución
que se hace sobre el liderazgo en el caso de los partidos políticos PP
y PSOE, atribuyendo el elemento-logo (la mano que sostiene la rosa
o la gaviota) connotaciones de poder, fuerza y firmeza al partido.
El universo kiki-bouba abre ante nosotros un sinfín de relaciones
intermodales entre diferentes estímulos y respuestas. Nosotros
hemos querido analizar las aplicaciones de estas relaciones en tres
temas que en principio no guardan relación, pero que se encuentran
íntimamente afianzados en nuestra vida diaria: las marcas comercia-
les (la relación entre su diseño y las sensaciones que nos provocan),
las señales de tráfico (sus formas y significados) y los políticos (su
ideología, personalidad y forma de pensar).

252
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

La intermodalidad aplicada a las marcas comerciales

Cuando un vendedor se plantea crear el nombre de una nueva marca


de manera que esta sea significativa y distintiva, uno de los enfo-
ques que se emplean es el uso de la lingüística relacionándola con
dicho producto o con el significado de dicha marca. Es aquí cuando
se hace uso del simbolismo fonético, llevándose a cabo una integra-
ción entre formas visuales y patrones sonoros. Se observa que existe
una cierta correspondencia entre los sonidos y los significados. Los
objetos pequeños y altos tienden a nombrarse en muchas lenguas
con palabras que contienen vocales anteriores altas (i, e), mientras
que los objetos grandes, redondos y bajos tienden a nombrarse con
palabras que contienen vocales posteriores (o, u). (Ardilla, 2006). El
efecto kiki-bouba, que ya conocemos de explicaciones anteriores, es
un claro ejemplo que podemos aplicar para entender este fenómeno
del simbolismo fonético.
De la misma manera, Klink (2000), Yorkston y Menon (2004), y
Lowrey y Shrum (2007) sugieren que los sonidos pueden, de hecho,
transmitir significados y estos significados se alinean con las prefe-
rencias del consumidor para determinadas palabras como nombres
de marca. Advierten por tanto que si el sonido de una palabra con-
nota la velocidad, la palabra puede ser preferida como un nombre de
marca para un scooter eléctrico en lugar de un tren de madera.
Dicho fenómeno podría considerarse una herramienta importante de
los comerciantes que desean desarrollar nuevas marcar, significati-
vas y distintivas. Como ejemplos de este fenómeno encontramos en
el caso de los productos de alimentación una marca de chocolatina
que se llama “Crunch”, que pretende transmitir la sensación de
fuerza, puesto que la característica principal del producto es crujien-
te. Sin embargo, por otro lado, encontramos ejemplos que no se
corresponden con el simbolismo fonético, como es el caso de los
helados “Ben & Jerry’s”, que no transmiten ningún tipo de sensa-

253
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

ción relacionada con las características del producto, simplemente


son los nombres de los fundadores de la empresa.
Así mismo, Shrum (2012), corroboró que el simbolismo fonético de
las marcas puede influir en las preferencias de la gente a la hora de
elegir entre una marca u otra. Este efecto se da cuando atribuimos
cualidades y características a los sonidos, ya sean físicas (grande,
pequeño, redondo…), de fuerza (fuerte, débil, flexible…), de estatus
(poderoso, humilde…) o de cualquier otro tipo, y relacionamos
estas características con los objetos a los que nombran. Cuando las
características del nombre se corresponden con las del objeto nom-
brado existe una mayor coherencia que nos influye en nuestro nivel
de preferencia por dicho objeto, siendo preferidos los nombres cu-
yas características están en consonancia con el objeto nombrado. Es
el caso de palabras como “oso” (lento, pesado, grande), o tití (rápi-
do, ligero, pequeño), cuyas características fonéticas se corresponden
con las del animal nombrado.
Este efecto ocurre del mismo modo en las marcas comerciales. Por
tanto, Shrum (2012), insiste en las implicaciones que tiene esto a la
hora de elegir el nombre de una marca, ya que, según él, las carac-
terísticas fonéticas del nombre deberían estar relacionadas con las
características del producto, de forma que una mayor coherencia
entre el simbolismo fonético del nombre y las características y fines
del producto puede ser un elemento más que determine la preferen-
cia de los consumidores por una marca u otra.
Shrum (2012) va más allá en las implicaciones que este estudio
puede tener a la hora de elegir el nombre de una marca y es que, en
función del idioma de cada país, las características fonéticas del
nombre se deben adaptar para mantener la coherencia entre carac-
terísticas fonéticas y características del producto. Esto genera un
reto para los gerentes de marketing de empresas internacionales que
venden sus productos en distintos países con diferentes idiomas.

254
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

A la hora de crear el nuevo nombre de la marca, los vendedores


deberán tener en cuenta las asociaciones que desean hacer entre los
sonidos y las características que quieren comunicar dentro de una o
dos palabras. Para ello, se llevo a cabo una investigación en la que
se presentaban cuatro pares de palabras en las que lo único que
cambiaban eran las vocales anteriores y posteriores, con el fin de
que la mitad de los sujetos seleccionaran las palabras que ellos rela-
cionasen con las características “cremoso y rico” para un helado,
mientras que la otra mitad debía seleccionar aquellas que se corres-
pondieran con las características “helado y dulce”. Los resultados
que se obtuvieron fueron los esperados, resultando ser preferibles
las vocales anteriores para las características “helado y dulce”, y los
sonidos de las vocales posteriores para “cremoso y rico”. Siguiendo
la misma línea se realizó un experimento parecido en el que se pre-
sentaban una vez más pares de palabras en las que la única modifi-
cación eran las vocales anteriores y posteriores, pero esta vez los
sujetos debían relacionarlas con características del tipo “pequeño”,
“suave” y “luminoso”, y por otro lado “grande”, “duro” y “pesado”.
Una vez más los resultados fueron los que se esperaban relacionán-
dose el primer grupo de características con las vocales anteriores, y
el segundo con las posteriores. Después de realizar estos experimen-
tos Klink (2000) concluye que las marcas que contienen sonidos de
vocales anteriores fueron relacionados con características del tipo
pequeño, ligero, suave, delgado, frío, femenino, amable y bonito en
comparación con los con sonidos de vocales posteriores. Además
encontró que los consumidores prefieren las marcas que contienen
sonidos de vocales que resultan congruentes con los atributos del
producto.
En definitiva, los resultados sugieren que a la hora de elegir un
nombre es recomendable hacer uso de la relación entre los sonidos
vocálicos y el significado o las características que este quiere refle-
jar siendo recomendable que la investigación del simbolismo fo-

255
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

nológico se utilizase provechosamente para ayudar a limitar el desa-


rrollo de nuevos nombres de productos o marcas.
Las investigaciones de Klink se realizaron con una muestra de ni-
ños, pero después de realizar cada experimento se fue comprobando
que el efecto del simbolismo fonético se mantenía en las diferentes
etapas de desarrollo, no sólo en la niñez.
Además de las características fonéticas de las marcas, también es
importante considerar las características físicas de los logotipos, que
igualmente pueden influir en los futuros consumidores. Hiraga
(2011) demostró en un estudio que las formas influyen en las emo-
ciones, de tal manera que determinadas formas pueden hacernos
sentir mejor o peor. Dentro de este estudio, Hiraga (2011), encontró
que las formas curvadas poseen un mayor poder de transmisión de
emociones, es decir, son más capaces de influirnos que las formas
rectilíneas, cuadradas o picudas. Otra cualidad de las formas curvas
que se observó en este estudio es que se relacionan más con emo-
ciones positivas, como la alegría, mientras que por el contrario las
formas poligonales se encuentran más asociadas a emociones nega-
tivas como la ira. Este estudio pone de manifiesto la importancia de
las formas y como son capaces de influir en nuestros estados emo-
cionales, por lo que es un importante factor a tener en cuenta; más
aún cuando queremos que nuestros productos tengan una buena
aceptación entre los consumidores. Es por esto que los gerentes de
marketing deben tener en cuenta que la forma del logotipo de su
marca puede influir positiva o negativamente en la concepción final
que el consumidor haga de su producto.
Uno de los ejemplos más claros de marcas que intentan transmitir-
nos positividad por sus formas es el de “Coca-cola”, con su caligraf-
ía redonda que se corresponde además con la imagen positiva que
trata de darnos. Es fácil recordar algunos eslóganes que vendían el
producto con sentimientos positivos como “La chispa de la vida” o
“Destapa la felicidad”. En el caso contrario, un logotipo que trata de

256
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

ser más siniestro y negativo es el del grupo


po de rock “A
“ACDC”, car-
gado de líneas rectas y elementos picudos.

Logotipo de “Coca-cola” Logotipode


de “ACDC”

Como resumen podemos decir que los vendedores


endedores deben
de tener en
cuenta el diseño de los nombres, de productos
ctos y de env
envases, ya que
las asociaciones semánticas y simbolismoss fonéticos ccontribuyen a
crear una expectativa dada sobre el producto.

SABOR
Por otro lado, como indican Spence y Gallece
lece (2011) eseste fenómeno
del simbolismo fonético se extiende más allá de la m modalidad vi-
sual, mostrando que los sonidos del habla tienen un ssignificado en
el dominio del sabor y en término de atributos
utos somatosensoriales
somatos de
los alimentos. Existen ejemplos de marcas as de refrescos
refres y demás
bebidas que con el nombre nos transmiten la sensación de refrescan-
te y burbujeante como puede ser el caso o de “Schweppes”,
“Schw pero
además este ejemplo nos sirve para comprobar
robar cómo ele sabor sigue
transmitiendo las mismas características, incluso el sosonido al abrir
el mismo envase. Con esto se sigue demostrando
strando que eel simbolismo
fonético resulta útil a nivel aplicado para ayudar a lalas empresas a
diseñar marcas nuevas así como envases dee alimentos y bebidas.

257
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Estudio de las relaciones intermodales para el diseño de marcas


comerciales de Juan Francisco Molero Moreno y Ana Vega Nava-
rro (2013)- original disponible en web setshift.

En un estudio realizado por alumnos de Psicología de la Universi-


dad de Granada se pretendió comprobar si el diseño de determina-
das marcas de automóviles se encontraba relacionado con las carac-
terísticas de los automóviles a los que representaban y con la pobla-
ción diana a la que iban destinados, basándose en su relación con las
palabras “kiki” y “bouba” así como con las características atribuidas
a estas palabras en estudios anteriores. Recordemos que a la palabra
“kiki” se le atribuyen características de poder, inteligencia, alto es-
tatus…, mientras que a la palabra “bouba” se le atribuyen carac-
terísticas de bajo estatus.
Así pretendían comprobar si las marcas a las que se les asignaba la
palabra “kiki” se correspondían con automóviles dirigidos a una
clase social alta, y si las marcas a las que se les asignaba la palabra
“bouba” iban dirigidas a una población de clase media-baja.
En este estudio participaron un total de 30 sujetos, 15 hombres y 15
mujeres, de clase social media y situación laboral activa. Las mar-
cas elegidas para este estudio fueron Toyota, Mazda, Audi, Ssan-
gyong, Mitsubishi, Renault, Citroen, Chrysler, Suzuki, Mercedes,
Subaru y Lancia. Las mismas tenían que ser calificadas como “kiki”
o “bouba”.
La primera fase del estudio consistió en la presentación a 15 de los
sujetos de los logotipos de las marcas mencionadas, de forma que
las calificasen como “kiki” o como “bouba”. De esta forma reduje-
ron el número de marcas de automóviles de 12 a 3, dejando solo la
que más veces había sido relacionada con la palabra “kiki”, la que
más se relacionó con la palabra “bouba” y la que más confusa re-
sultó, calificando a este tercer tipo como marca intermedia. Estas

258
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

marcas resultaron ser Mitsubishi (kiki), Toyota (bouba)


(boub y Subaru
(intermedia).

Logotipo de Mitsubishi Logotipo de Toyota Logot


ogotipo de Subaru
(Kiki) (Bouba) (Intermedio)

La segunda fase sirvió para corroborar loss resultados obtenidos en


la primera, de forma que a los restantes 15 sujetos se leles presentaron
estos tres logotipos para que volviesen a relacionarlos
elacionarlos con las pala-
bras “kiki” o “bouba”.
Los resultados de esta segunda fase mostraron
straron que la l marca que
puntuaba más alto como “kiki” era Mitsubishi,bishi, como “bouba” To-
yota y como intermedia Subaru.
Según estos resultados y las característicass atribuidas a las palabras
“kiki” y “bouba” se podría concluir que teóricamente
óricamente a través de sus
logotipos la marca Mitsubishi proyecta una na imagen de clase alta y
juventud, mientras que Toyota, siendo bouba, ba, refleja un
una imagen de
clase baja pero más madura. Por otro lado tenemos a Subaru,
S que se
sitúa entre ambas.
Dados los resultados, los investigadores concluyeron que habían
determinado la imagen que puede proyectar tar una marca
marc a través de
su logotipo en base a las características de “kiki”/”boub
iki”/”bouba”.
Efectivamente las características de los logotipos
ogotipos de estas marcas
están relacionadas con las características de los automóviles
autom a los
que representan y de los tipos de consumidores
idores a los qque cada una
está dirigida, Así podemos comprobar que Mitsubishi,
Mitsubish calificada
como “kiki” tiene unos precios medios máss altos que T Toyota, califi-
cada como “bouba” y que se define como una marca más m familiar y
económica.

259
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

2. La intermodalidad aplicada a las señales de tráfico

Todas las señales de tráfico deben transmitir un mensaje inequívoco


para la población en general, independientemente de las caracterís-
ticas de cada conductor. Por esta razón, en el diseño de la señales se
van a considerar factores psicológicos, habilidades perceptivas y
motoras del conductor en diferentes situaciones, así como las carac-
terísticas físicas de la misma, las cuales veremos a continuación.
Visto de manera general, podemos decir que las señales de tráfico
forman una categoría artificial, es decir, los ingenieros las elabora-
ron por convenio asignándole los colores, las formas y los tamaños
que hoy día conocemos. Sin llegar a ningún tipo de acuerdo, los
distintos países fueron creando sus señales de tráfico independien-
temente del resto de países, y aún así, se emplearon formas pareci-
das para transmitir la misma información. Este hecho se refleja en el
caso de las señales con formas picudas que se emplean normalmen-
te para indicar peligro, así como en el uso del color rojo, empleado
para indicar prohibición. Podemos decir que las señales de tráfico
son como las conocemos por su evolución histórica, apareciendo las
primeras en la antigua Roma, los Millarios, los cuales se empleaban
para indicar la distancia que había desde el lugar en el que se encon-
traban hasta la capital (Según Enciclográfica, edición 2014).
Con el paso del tiempo se fueron creando convenciones para unifi-
car las señales de modo que fueran reconocibles internacionalmente
convocándose en Europa la Convención de Viena, en la que se fijar-
ían las características de las señales más importantes. Aun así, ac-
tualmente las señales de tráfico siguen sin estar normalizadas mun-
dialmente. En el caso de España, si consultamos el Reglamente Ge-
neral de Circulación, encontramos los tipos de señales que ocupan
nuestras carreteras.

260
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

REGLAMENTACIÓN
PELIGRO INDICACIÓ STOP
Obligació Prohibición
N
n

FORMA

MARCO Rojo Blanco Rojo Blan- Blanco


co/Negro
FONDO Blanco Azul Blan- Azul/Blanco Rojo
co/Azul
TEXTO STOP

Factores que ayudan a la percepción de las señales y sus signifi-


cados.

A pesar de que la principal causa del diseño de las señales de tráfico


sea la evolución, se pueden destacar ciertas características que ayu-
dan a la percepción de las mismas. En lo que respecta a los colores,
se tiene constancia de que los más claros son los de más luminancia
por lo que se perciben mejor, mientras que el uso del color rojo se
relaciona con la asociación emocional que hacemos con la sangre,
por ello concluimos que se emplea para indicar peligro. (Castro y
Horberry, 2004).
Mención especial requieren las formas de las señales, destacando la
peculiar representación de ciertos signos como es el “stop” o el “ce-
da el paso” ya que no tienen la forma común que se suele emplear
para las señales de tráfico. Normalmente se hace uso del círculo, el
cuadrado o el triángulo, sin embargo, estas dos señales al pertenecer

261
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

a una importante categoría, presentan formas no familiares de ma-


nera que llaman más la atención. Cuando se nos presenta un estímu-
lo que no estamos acostumbrados a ver, fijamos más nuestra aten-
ción sobre este, y como consecuencia sobre lo que nos indica. Es el
caso de estas dos señales presentando el “stop” forma de octógono,
y el “ceda el paso” forma de triángulo invertido.
En cuanto al proceso de percepción de la señal, existe una interac-
ción entre los factores más globales, como la figura, y los más con-
cretos, como el color o los componentes. En el momento de proce-
sar dicha información, en un primer instante nos fijamos en los as-
pectos más globales, y sólo si es necesario porque no tengamos la
suficiente información, nos fijamos en los detalles más analíticos.
(Luna y Ruiz, 2001).
Finalmente, el fenómeno de redundancia es otro de los que cumple
un importante papel en el proceso de la percepción de la señal y de
su significado. El hecho de que un mensaje se presente reiteradas
veces o de diferentes maneras, ayuda a que se consolide mejor la
información además de aumentar las probabilidades de que sea in-
terpretado de la manera adecuada. En el caso de las señales de tráfi-
co, cuando al símbolo se le incluye parte textual, la señal se entien-
de mejor. Cierta es la existencia de investigaciones que indican que
el procesamiento del texto en sí es más lento, pero los mensajes
cortos, por ejemplo una palabra, se entienden más rápido. Por lo que
esto, unido a la rápida identificación que caracteriza a los símbolos
desde distancias mayores, facilita enormemente la percepción y
comprensión de la señal. El mejor ejemplo de estos casos es la señal
de “STOP”, en esta señal podemos contemplar la peculiaridad de la
forma octogonal que la caracteriza, el color rojo que indica peligro
y, por último, incluye la palabra STOP, lo que hace que el efecto al
percibir y procesar la información de la señal sea mayor. Se utilizan
tres dimensiones diferentes de la señal para transmitir el mismo
mensaje.

262
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

En definitiva, son varias las características que afectan a la percep-


ción y comprensión de las señales de tráfico.

Estudio de las relaciones intermodales entre la forma de las se-


ñales de tráfico y su significado de la Universidad de Granada,
por Marina Ramos y Sara Santana (2013)-original disponible en
web setshift.

Como ya se ha comentado en un principio, no existía relación cons-


ciente entre ciertas características de las señales y su significado. A
continuación se expone una investigación la cual fue llevada a cabo
en la Universidad de Granada con el fin de comprobar si realmente
existe o no tal relación.
La investigación se llevó a cabo con una muestra de 30 sujetos de
edades comprendidas entre 18 y 50 años. Se seleccionaron 9 señales
de tráfico de las que 4 indicaban peligro, es decir de forma triangu-
lar, y 4 indicaban obligación, con forma redondeada, finalmente la
última señal era la de “STOP”.

263
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

PELIGRO OBLIGACIÓN STOP

En una primera parte se hicieron parejas con las señales


señale junto a las
pseudopalabras “kiki” y “bouba”, y de forma orma individual
individ el sujeto
debía decidir si la señal de tráfico se correspondía
spondía con la pseudopa-

264
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

ien, si las dos eran


labra “kiki” o con la pseudopalabra “bouba” o bien,
“kiki” o las dos eran “bouba”.

Luego se llevó a cabo una segunda parte en la que se sseleccionaron


las palabras “peligro”, “obligación” y “STOP”
OP” y las parejas
pa de for-
mas incluían una redonda y otra puntiaguda.
da. En esta pparte los suje-
tos debían tomar una decisión similar indicando
dicando si las
la palabras se
correspondían con la forma redondeada o con la puntiaguda,
punt o sin
embargo si ambas se correspondían con la forma redondeada
red o la
puntiaguda.

265
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Los resultados obtenidos afirmaban que lass formas puntiagudas


pun que
indicaban peligro eran relacionadas con laa palabra “kiki”,
“ki mientras
que por otro lado, como se puede comprobar ar en la siguiente
sigu gráfica,
en el caso de las señales de obligación también
bién se relac
relacionan con la
forma estrellada, siendo 16 sujetos los queue hicieron esta
e relación,
frente a los 14 que lo asociaron a las formasas redondeadas.
redondea Sin em-
bargo, la señal de stop, que se trataba de una señal má
más intermedia,
fue relacionada en más casos con “bouba”,, la ameba.
Los resultados en el caso de la relación palabra
labra y forma
form redondeada
o puntiaguda, no arrojan demasiada información,
mación, ya qque los datos
obtenidos no fueron dispares pero tampoco o tan significativos
signific como
para poder afirmar la hipótesis de que la palabra “OBLIGACIÓN”
“OB
se correspondía con la figura con forma redondeada, la cual hacía
referencia a “bouba”, y que las palabras “STOP”
STOP” y “PELIGRO”
“P se
correspondían con la figura con forma puntiaguda,
untiaguda, haciendo
h esta
referencia a “kiki”. En la figura siguiente se indica el e número de
participantes que relaciona cada tipo de señal
ñal con Kiki o Bouba.

266
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

20
10
KIKI
0
BOUBA

Por otro lado, los resultados de la segundaa parte de la investigación


muestran que fueron 23 sujetos los que relacionaron
lacionaron lalas formas re-
dondas con la pseudopalabra “bouba”, frentente a los otros
otro 7. Mientras
que en lo que respecta a las formas puntiagudas,
agudas, fueron
fuero 25 sujetos
los que las relacionaron con la pseudopalabra
bra “kiki”, ccorroborándo-
se así la correspondencia entre las formass puntiagudas
puntiaguda (PU) y re-
dondas(RED) con las palabras “kiki” y “bouba” respectivamente,
resp
ver figura abajo.

40
20 KIKI
0
BOUBA
OUBA

267
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

3. La intermodalidad aplicada a la ideología política

La última relación que hemos querido analizar en este capítulo es la


que se da entre la ideología de los políticos, su personalidad y sus
sesgos cognitivos, en concreto en el campo de la inferencia de con-
clusiones, dado el importante papel que esto juega en la posterior
toma de decisiones ante la resolución de un problema.
Para ello hemos tomado como referencia el estudio realizado por
Verónica Juárez Ramos (2014) en el que aborda las diferencias
existentes entre políticos tanto de ideología liberal como conserva-
dora, a nivel de personalidad en un primer momento y de sesgos
cognitivos después.

3.1. Diferencias de personalidad entre liberales y conservadores

A menudo nos podemos preguntar si la diferencia de ideologías


políticas es un factor aprendido o se puede relacionar de alguna ma-
nera con nuestra personalidad y sus rasgos. Buscamos saber si aque-
llos que se autodenominan liberales guardan alguna serie de rasgos
de personalidad comunes que los diferencien de quienes se autode-
nominan conservadores, para tratar de dar respuesta a esta pregunta
acerca de la relación entre ideología política y personalidad.
Juárez realizó un estudio en el que comparó mediante test de perso-
nalidad las características de españoles que se autodefinían como
liberales o conservadores (votantes del PSOE o del PP). El estudio
consistió en analizar las respuestas de los test de personalidad tra-
tando de encontrar una mayor saliencia en determinados rasgos de-
ntro de un grupo y comprobar si existían diferencias estadísticamen-
te significativas entre esos mismos rasgos en comparación con los
del otro grupo.

268
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Según este estudio se encontró que, tal y como se esperaba, las per-
sonas liberales se relacionan con una mentalidad más abierta y pro-
pensa a aceptar los cambios y novedades. En cambio los resultados
mostraron que los conservadores tienden a ser contrarios a que se
produzcan estos cambios, estando menos predispuestos a aceptarlos.
Estos resultados pueden coincidir con las creencias comunes que se
asignan a liberales y conservadores, de forma que los conservadores
muestran una personalidad más tendente a la permanencia del status
quo, siendo reacios a modificar el entorno que ya conocen y sin-
tiéndose más seguros en él.
Los liberales por otro lado se muestran más tendentes al cambio,
siendo más tolerantes ante él y no rechazando lo que todavía no se
encuentra dentro de sus campos conocimiento, muestran menos
miedo a lo desconocido.
Además, con respecto a las personas de ideología conservadora, se
encontró que se muestran más afables y agradables en el trato, están
más preocupadas por la higiene y la conducta sexual, tienden más a
aceptar el sistema y a respetar a la autoridad. Mientras que los de
izquierdas se preocupan más por ancianos y niños y la reciprocidad
en el comercio.
El estudio no mostró diferencias entre liberales y conservadores en
cuanto a rasgos como neuroticismo y extroversión, siendo los nive-
les de estos rasgos similares en ambos grupos.

3.2. Diferencias entre los sesgos cognitivos de liberales y conser-


vadores

Más allá de los rasgos de personalidad, Juárez quiso estudiar las


diferencias existentes en liberales y conservadores en cuanto a los
sesgos cognitivos de unos y otros. En concreto analizó el sesgo por
el cual sacamos una conclusión a partir de una serie de datos que no

269
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

nos aseguran que la conclusión sea correcta. El sesgo “Jumping to


conclusions” (en español salto a las conclusiones) se refiere a la
tendencia de llegar a una conclusión cuando todavía se dispone es-
casos argumentos que la confirmen.
Según este estudio, los individuos conservadores tienen una mayor
tendencia a sacar conclusiones sin excesivos argumentos que los
liberales. Sin embargo, tanto liberales como conservadores mues-
tran un patrón parecido en cuanto al sesgo JTC (Jumping to conclu-
sions) en condiciones en las que se facilitaba una clave o en las ver-
siones fáciles de la tarea, de forma que no existía una diferencia
significativa cuando la conclusión era más evidente.
Por tanto podemos decir que los conservadores tienden a utilizar
más este sesgo que los liberales, aunque solo cuando la conclusión
es menos clara. Los que menos muestran este sesgo cognitivo son
las personas sin ideología clara. En tareas en las que la conclusión
aparece de forma más clara o se facilita una pista para llegar a ella
no existen diferencias entre liberales y conservadores al usar este
sesgo.
Otro dato importante que arroja este estudio es el de que los conser-
vadores cuentan con un nivel alto de confianza en sus propias con-
clusiones, de forma que se muestran más seguros de que lo que
afirman es correcto, de que han llegado a la conclusión adecuada
incluso cuando no existe una clara evidencia que lo confirme.
También cabe destacar que las personas conservadoras muestran
baja tolerancia a la ambigüedad, es decir, a lo que todavía no está
claro y bien definido. Este hecho es importante, ya que explicaría la
necesidad de los conservadores de sacar conclusiones de forma más
rápida que los liberales, puesto que de esta forma reducen la incerti-
dumbre ante la que se muestran más incómodos e impacientes.
Además su alto convencimiento en que su conclusión es correcta
actúa como una forma eficaz de eliminar aún más dicha incertidum-
bre, lo que beneficia a su necesidad de eliminar la ambigüedad.

270
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

Estudio de las relaciones intermodales entre ideologías políticas


(PP-PSOE) de la Universidad de Granada, por Elena Lavesa e Isa-
bel María López de Priego (2013)- Original disponible en web
setshift.

Como ya sabemos, el efecto kiki-bouba consiste en la asociación


entre estas dos palabras y dos figuras abstractas, una estrellada y
otra redondeada. En concreto, en el 90% de los casos, encontramos
una asociación de la palabra “kiki” con la figura estrellada y de la
palabra “bouba” con la figura redondeada (Ramachandran y Hub-
bard, 2001).
En investigaciones posteriores se encontró que también existía una
relación entre la palabra “kiki” y la figura estrellada con la inteli-
gencia, la clase social alta y el poder. En cambio la palabra “bouba”
y la figura redondeada se asocian con la torpeza, la clase social baja
y con un escaso poder (Westbury, 2005; Iborra, 2011).
En un estudio realizado por estudiantes de Psicología de la Univer-
sidad de Granada en el que se basaron en lo expuesto anteriormente,
se quiso comprobar si la relación de las palabras “kiki” y “bouba”
con el alto y bajo poder respectivamente era generalizable a los par-
tidos políticos, en este caso al Partido Popular (PP) y al Partido
Socialista Obrero Español (PSOE). De esta forma se preguntaron si
los participantes relacionarían la palabra “kiki” y la figura estrellada
con el partido político al que le atribuían más poder, y la palabra
“bouba” y la figura redondeada con el partido al que le atribuían
menos poder. Además, supusieron que el partido político al que más
poder le atribuirían sería el que más se correspondiese con su ideo-
logía.
Este estudio se realizó con un total de 60 sujetos. De éstos, 20 mos-
traban una ideología cercana al PP y otros 20 cercana al PSOE,

271
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

aunque no estaban afiliados a ningún partido. De los 20 sujetos res-


tantes 10 eran afiliados al PP y los otros 10 al PSOE.
A cada sujeto se le preguntó primero a qué partido político, de los
dos posibles, le atribuía un mayor poder. Posteriormente se les pidió
que relacionaran las palabras “kiki” y “bouba” con diversos elemen-
tos característicos de cada partido político: nombre, logotipo e inte-
grantes. La última fase del estudio consistía en que los sujetos rela-
cionaran las figuras estrellada y redondeada con palabras vinculadas
a cada ideología.
Los resultados obtenidos fueron los siguientes:

SUJETOS NO AFILIADOS A NINGÚN PARTIDO POLÍTICO


IDEOLOGÍA PODER ESTRELLA PALABRA “KIKI”

DERECHAS 100% PP 65,72% PP 80,97% PP


34,28% PSOE 19,03% PSOE
IZQUIERDAS 100% PP 48,57% PP 64,77% PP
51,43% PSOE 35,23% PSOE

Estos resultados muestran que tanto los sujetos con una ideología de
derechas como con una ideología de izquierdas atribuyen un mayor
poder al PP, contrariamente a lo que se esperaba, que era que cada
sujeto atribuyera un mayor poder al partido político más cercano a
su ideología.
Por otro lado, con respecto a la relación de la palabra “kiki” con el
partido político con más poder (en este caso el PP), vemos que se da
en el 80,97% de los sujetos con una ideología de derechas y en el
64,77% de los sujetos de izquierdas. Ambos resultados se muestran
a favor de lo esperado, que la palabra “kiki” se relacionara con el
partido político al que se le atribuye más poder, aunque estos resul-

272
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

tados solo son significativos en el caso de los sujetos de ideología


de derechas.
En cuanto a la relación de la figura estrellada con el partido político
con más poder, vemos que solo se cumple en los sujetos de dere-
chas, con un 65,72% de los casos que no llega a ser significativo.

SUJETOS AFILIADOS A UN PARTIDO POLÍTICO


IDEOLOGÍA PODER ESTRELLA PALABRA “KIKI”

AFILIADOS 100% PP 70% PP 90% PP


DERECHAS 30% PSOE 10% PSOE
AFILIADOS 100% PP 54% PP 40% PP
IZQUIERDAS 46% PSOE 60% PSOE

En el caso de los sujetos afiliados a un partido político comproba-


mos que los resultados en cuanto a qué partido es el de mayor poder
son idénticos a los de los sujetos no afiliados, resultando ser el PP
en un 100% de los casos y contradiciendo nuevamente una de las
hipótesis de partida.
Respecto a la relación de la palabra “kiki” con el partido más pode-
roso vemos que se da en un 90% de los casos en los afiliados al PP,
resultados a favor de lo esperado y con un nivel significativo. En
cambio, en los afiliados al PSOE no se cumple la predicción, ya que
el 60% relaciona la palabra “kiki” con el PSOE, partido al que con-
sideran menos poderoso. Aún así estos resultados no son estadísti-
camente significativos.
Finalmente vemos que tanto los afiliados al PP como al PSOE rela-
cionan la figura estrellada en un mayor porcentaje con el partido
más poderoso. Esto es, kiki representa el poder y bouba, como

273
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

hemos visto en capítulos previos, la empatía. Es como si estos dos


rasgos fueran incompatibles en gran medida.

274
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

LA LETRA K

No es lo mismo escribir PSICOLOGIA que PSIKOLOGIA, OCU-


PA QUE OKUPA, CASTELLANO QUE KASTELLANO… Como
en la Real Academia de la Lengua (RAE) saben, la letra K tiene
personalidad: Es rebelde, subversiva, disconforme, rockera, joven,
reina del sms y los “WhatsApp”. Sobrevive a la supremacía de la C
y la Q. Al escritor Mateo alemán, la letra K le parece inútil. A Mi-
guel de Unamuno le parecía antiespañola y antipática. A otros les
parece malquerida y menospreciada. En todo caso ke no te koman el
koko.

Esperamos que este libro te haya resultado un libro POP, mejor


TOT o KOK antes que BOB.

275
El Universo Kiki- Bouba: Ideaestesia, Empatía y Neuromárketing

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CAPITULO 1
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