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EducaciónLas escuelas más innovadoras del mundo no


tienen aulas ni pizarras
m. j. Pérez-barco / Madrid Las clases duran dos horas
Día 30/01/2014 - 02.31h

para que al alumno le dé tiempo a arrancar, hacer las


tareas y terminarlas

Espacios abiertos en lugar de clases cerradas y aulas con paneles de


vidrio que dan amplitud
No hay aulas, tal y como se conocen tradicionalmente, ni pizarras ni pupitres. En las
escuelas suecas Vittra los alumnos circulan libremente y cualquier lugar del centro
es bueno para aprender, con profesores o con otros compañeros. A veces en las
escaleras, otras sobre cojines o tumbados en el suelo. Estos centros han revolucionado la
forma de educar, aprender y enseñar con nuevos conceptos sobre el espacio y el tiempo.
Los estudiantes aprenden a su ritmo en un modelo distinto y profundamente innovador,
sin clases y sin rígidos horarios.
Vittra es una empresa que gestiona 27 centros educativos de preescolar (1 a 6 años)
y escuelas (de 6 a 16) en Estocolmo y en la zona sur de esta ciudad. Cerca de 8.500
alumnos se benefician gratuitamente de estas enseñanzas. Aunque estos colegios estén
gestionados por una empresa privada, son financiados con fondos públicos. Por eso,
están sometidos a unas restricciones, por ejemplo, no pueden cobrar ni matrícula ni
ninguna cuota a los alumnos que tienen que ser admitidos por riguroso orden de
llegada, es decir, sin exámenes de acceso.

Los pilares de la innovación

Las escuelas Vittra nacieron hace veinte años planteando ya verdaderos retos
educativos. Por ejemplo, en estos centros la tecnología es fundamental para el
aprendizaje; el aprendizaje se realiza a través de la propia experiencia y en contacto
continuo con la vida cotidiana; el modelo está basado en el bilingüismo y las aulas se
suprimen dejando paso a nuevos conceptos del espacio.
«La idea del espacio abierto en lugar del aula cerrada (que también se utiliza cuando
se considera apropiado) es dar la posibilidad a profesores y alumnos de cooperar en
el trabajo. El aprendizaje es un proceso que suele tener lugar cuando se trabaja, se
conversa y se debate con los docentes o con otros compañeros. El propósito es crear un
espacio en el que nuestros alumnos estén siempre acompañados por uno o varios
profesores», explican desde las escuelas Vittra.

El espacio se organiza alrededor de una plaza central abierta


Ese nuevo concepto de espacios abiertos da pie a una organización escolar muy diferente a la
que estamos acostumbrados. Los alumnos se dividen por equipos: preescolar y grupos escolares
de 6 a 9 años, de 10 a 12 y de 13 a 16. Cada grupo ocupa una parte del edificio. El espacio se
organiza alrededor de una plaza central abierta rodeada por aulas. Las divisiones entre estos
espacios son de vidrio para crear la sensación de apertura y transparencia. Las clases se
pueden dar en las aulas, en la plaza central abierta... dependiendo del grupo, del tema o de la
asignatura.
El tiempo que se dedica a las clases es otro de los conceptos revolucionarios en las
escuelas Vittra. Las clases duran unos 120 minutos para dar tiempo a los alumnos a
arrancar el tema, realizar las tareas y terminarlas a su propio ritmo. En ocasiones duran
60 minutos. Todo depende de la materia y la edad del alumno.

Un plan individualizado

Cada alumno posee lo que se ha denominado «libro Vittra», un plan de desarrollo


individual donde se evalúa su currículum académico y los logros conseguidos por cada
estudiante. A través de internet, padres e hijos conocen y siguen el trabajo del alumno
en la escuela, sus evaluaciones, sus ritmos o sus necesidades de apoyo.

El docente tiene la función de guiar al alumno y motivarle

El papel del maestro también da un gran giro en estos colegios. El docente no


imparte clases a alumnos sentados en pupitres entre cuatro paredes. Por el
contrario, la función del profesor es la de guiar y motivar al alumno. Cada
docente es responsable de un grupo de entre 20 y 20 estudiantes e imparte
entre una y tres asignaturas.
Cuando concluyen la enseñanza obligatoria hasta los 16 años, los chicos son
«responsables de su propio aprendizaje», afirman los responsables de Vittra. «Son
capaces de aprender a aprender, de encontrar información, de resolver problemas y
de reflexionar sobre su aprendizaje», aseguran. Los grandes pilares para su futuro.

Las seis promesas de Vittra m. j. p-b. Madrid


1. Descubrir el método que mejor se ajuste a cada alumno: Los niños juegan y aprenden de la
forma más adecuada a sus necesidades, curiosidad e inclinaciones.
2. Aprender a partir de la experiencia: Así se refuerza su motivación y se inspira su
creatividad.
3. Comprender su propio aprendizaje: Los alumnos disponen de herramientas para adquirir
nuevos conocimientos y profundizar en su comprensión de «cómo aprendo», lo que les capacita
para aprender de manera más fácil y eficaz en el futuro.
4. Tener confianza en los alumnos y en sus aptitudes: Los estudiantes adquieren más
conciencia de sí mismos, e su potencial y de su fortaleza. De manera que se enfrentan con gusto
a los retos.
5. Desarrollar su capacidad de comunicación y de interactuar con otros: Los alumnos
entienden las necesidades e intereses de los demás.
6. Hacerse con los medios necesarios para estudiar y trabajar en un entorno
internacional: Los alumnos desarrollan un verdadero bilingüismo sueco-inglés, experimentando
y estableciendo contactos internacionales a través de redes y programas de intercambio con el
extranjero.

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